Art. 02 V7-N3 PP 13-24
Art. 02 V7-N3 PP 13-24
Art. 02 V7-N3 PP 13-24
Merlyn Antonella Burgos Licoa 1, Cinthya Lucía Rodríguez Orozco 2, Dinora Rebolledo
Malpica 3.
1
Licenciada en enfermería, Universidad de Guayaquil. Guayaquil, Ecuador. https://orcid.org/0009-0004-
9684-348X , merlyn.burgosl@ug.edu.ec.
2
Magister en Salud Pública. Universidad de Guayaquil. Guayaquil, Ecuador. https://orcid.org/0000-0001-
5513-5170 , cinthya.rodriguezo@ug.edu.ec
3
Doctora dentro del programa de enfermería y cultura de los cuidados. Universidad de Guayaquil. Guayaquil,
Ecuador. http://orcid.org/0000-0002-2036-1423 , dinora.rebolledom@ug.edu.ec
Resumen
En la edad escolar, el niño (a) cuenta con mayor independencia para escoger qué alimentos
desea consumir basados en preferencias individuales, familiares o del entorno. Objetivo:
Determinar los hábitos alimentarios y estado nutricional en niños en edad escolar.
Metodología: Paradigma positivista, estudio de campo, se solicitó previamente los permisos
pertinentes, se realizó observación directa, se aplicó el instrumento de percentiles (peso-
talla) del Ministerio de Salud Pública y la lista de cotejos de salubridad de la lonchera
escolar. La muestra estuvo conformada por 112 niños y niñas estudiantes de la Unidad
Educativa Particular “Teresa Azucena Carrera Loor”. Posteriormente los datos fueron
analizados en el programa estadístico SPSS-25. Resultados: el 46,4% tienen un peso normal,
se evidenció problemas de malnutrición tanto por exceso como por déficit. El 40,2% tiene
bajo peso, el 11,6%, sobrepeso y el 1.8% obesidad. En relación al consumo de los alimentos
constructores se encontró un déficit en el 81,2 % del total de los niños, siendo menos
consumidos por los niños con bajo peso. Los de alimentos energéticos como harinas y
cereales fueron los más consumidos por los niños con sobrepeso, con el 8,9%, y en uno de
los dos casos de niños con obesidad existe un mayor consumo de alimentos muy elaborados
y alto contenido de grasas transsaturadas. Conclusión: la valoración en el estado nutricional
en los escolares demuestra que la suma de los niños que presentaron malnutrición por déficit
y por exceso superan notoriamente a los niños con peso normal.
Palabras Clave: Hábitos alimentarios, estado nutricional, malnutrición, escolares.
Abstract
At school age, the child has greater independence to choose which foods he or she wants to
consume based on individual, family or environmental preferences. Objective: Determine the
eating habits and nutritional status of school-age children. Methodology: Positivist paradigm,
field study, the relevant permits were previously requested, direct observation was carried
out, the percentile instrument (weight-height) of the Ministry of Public Health and the health
checklist of the school lunch box were applied. The sample was made up of 112 boys’ and
girls’ students from the “Teresa Azucena Carrera Loor” Private Educational Unit and the
data were subsequently analyzed in the SPSS-25 statistical program. Results: 46.4% have a
normal weight, malnutrition problems were evident both due to excess and deficiency, with
40.2% being underweight, 11.6% overweight and 1.8% obese. In relation to the consumption
of building foods, a deficit was found in 81.2% of all children, being less consumed by
underweight children; In the consumption of energy foods such as flour and cereals, it was
more consumed by overweight children with 8.9% and one of the two cases of children with
obesity with a representation of 0.9%, in whom there is also greater food consumption Very
elaborate and high in trans-saturated fats. Conclusion: the assessment of nutritional status in
schoolchildren shows that the sum of children who presented malnutrition due to deficiency
and excess significantly exceeded children with normal weight.
Keywords: Eating habits, nutritional status, malnutrition, schoolchildren.
Introducción
La edad escolar comprende a los niños con edades entre los seis y doce años, quienes
tienen un derecho humano y fundamental llamado educación, porque están en la etapa de la
vida cuyo eje es el aprendizaje que se logra en las clases, en los juegos y en relación con los
demás, resultando ser la escuela el centro de aprendizaje (Potter et al.,2019). Adicionalmente
dentro de esta fase de la vida es muy importante tener en cuenta las diferentes dimensiones
que permiten resultados óptimos en su bienestar y calidad de vida, siendo los hábitos
alimentarios una de esas dimensiones determinantes para lograrlos, y se pueden definir como
“los procesos por el cual un individuo selecciona sus alimentos, de acuerdo a la
disponibilidad y al aprendizaje obtenido de su entorno, influenciados a su vez por factores
socioculturales, psicológicos, geográficos y socioeconómicos” (Maza et al., 2022).
De acuerdo a lo planteado, es relevante considerar que tales hábitos alimentarios son muy
influyentes en el estado nutricional de los niños en edad escolar. De acuerdo Lema et al.
(2020), “el estado nutricional es el resultado de la ingesta y las necesidades energéticas en el
organismo, expresando un grado de bienestar de las personas, un desequilibrio provocaría
enfermedades metabólicas”. Es relevante señalar que el retraso en el crecimiento es una de
las manifestaciones de un estado nutricional inadecuado y, en los niños escolares, constituye
uno de los problemas de salud pública (Saintila & Villacís, 2020).
Estos autores reconocen que el aumento en la producción de alimentos procesados, la
rápida urbanización y los recientes estilos de vida, han dado lugar a un cambio en los hábitos
alimentarios, que al pasar del tiempo son menos saludables y que desde la niñez se consumen
más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal; aparte muchas familias ya no
consumen suficientes alimentos naturales como frutas, verduras y fibra dietética (Mura et al.,
2023).
En otro importante estudio presentado por la Organización Panamericana de la Salud
(OPS, 2021) se declaró que la malnutrición, en todas sus formas, es una de las principales
causas de muerte y enfermedad en el mundo, revelando que la obesidad ha alcanzado
proporciones epidémicas. Esta epidemia no es ajena a los niños y adolescentes, porque en el
grupo de 5 a 19 años, el 33,6% de los niños, niñas y adolescentes están afectados
por sobrepeso u obesidad, de acuerdo con las últimas estimaciones presentadas por
organismos internacionales. Los resultados encontrados en relación a los efectos de la
malnutrición a nivel mundial son preocupantes y requieren de continua investigación y
análisis desde el campo de estudio de las ciencias de la salud, porque se revela un fenómeno
que está afectando el bienestar y la calidad de vida de las personas.
En la región de América Latina y el Caribe, el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF, 2021) expresó en ese año que en el contexto de la pandemia de COVID-
19, se incrementó la inseguridad alimentaria y ha empeorado la crisis de malnutrición
preexistente. Adicionalmente es relevante señalar que “América del Sur muestra la mayor
prevalencia de sobrepeso en niños representado por el 8,2% y la prevalencia regional de
emaciación (desnutrición aguda) en niños y niñas es del 1,3%”. En relación a lo encontrado
en el estudio desarrollado en la región, se continúa presentando un aumento en la
incrementación de malos hábitos alimentarios, lo cual ha generado un deterioro en el estado
nutricional de los infantes y familias afectadas.
Es relevante señalar que la problemática en torno al estado nutricional producto de los
hábitos alimentarios poco saludables, es un fenómeno que de acuerdo a la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2018), es muy experimentado en esta
región y se refleja como consecuencia de llevar una alimentación desequilibrada con efectos
como malnutrición, por lo que en toda América Latina se sufren las consecuencias, ya que
hay más de 5 millones de niños con desnutrición crónica. Guatemala, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá y Perú son los países que lideran la lista. Además, se encontró que más
de la mitad de los infantes que viven en el campo o zonas rurales no comen lo suficiente.
Por su parte, en la República de Colombia, se encontró un estudio relacionado a los
hábitos alimentarios en niños y niñas escolares, el cual fue desarrollado por los autores
Acosta et al. (2018), quienes revelaron en sus resultados que “Entre los estudiantes se
evidencia alto consumo de productos como grasas, embutidos, bollerías y chucherías durante
las comidas. Además, una gran cantidad de estudiantes consume otra clase de alimentos
adicionales a las cinco comidas diarias”. Lo encontrado en la investigación conlleva a
analizar que, desde muy temprana edad, las personas se acostumbran a tener malos hábitos
alimentarios que al pasar del tiempo les afecta la homeostasis del estado nutricional y los
condicionan a padecer múltiples enfermedades.
En continuidad con los estudios internacionales, es relevante señalar que en la República
del Perú también el estado nutricional de los escolares está siendo de interés en el campo de
estudio de las ciencias de la salud y se puede argumentar en el estudio presentado por los
autores Toledo et al. (2020), quienes señalaron “las comunidades rurales en pobreza extrema,
con altos índices de desnutrición, contrastarían con el tipo de desequilibrio alimentario de las
zonas urbanas en desarrollo socioeconómico, junto a la elevada prevalencia de desnutrición
se describen altos índices de sobrepeso y obesidad”. En relación a lo expresado, en el estudio
también han reconocido que los aportes alimentarios desequilibrados han representado para
este país un grave problema de salud pública.
En el territorio nacional a través de la encuesta Nacional de Salud y Nutrición-ENSANUT
(2018), se pudo conocer que más del 25.3% de los menores de 5 años en Ecuador tienen
desnutrición crónica y en el sistema de salud se ha reconocido la falencia de políticas, planes
o proyectos que permitan contribuir a la erradicación de esta enfermedad, generada producto
del consumo insuficiente de alimentos saludables (INEC, 2018). Adicionalmente, en estudios
recientes, el Ministerio de Salud Pública reconoció que en el país ha aumentado una cultura
alimentaria poco saludable en la que se reconoce que el 62,7% de personas de 10 años y más,
entienden y usan el etiquetado de alimentos y bebidas procesadas. Sin embargo, continúa en
aumento condiciones como el sobrepeso y la obesidad que alcanzan hasta el 31.25% de los
niños en Ecuador, con cifras impresionantes y preocupantes en Galápagos con el 47%
(INEC, 2018).
Por su parte, los Rodríguez et al. (2018), en su investigación enfocada en la salud
nutricional escolar y los cuidados de enfermería, manifestaron lo siguiente
“Lamentablemente en nuestro país existe una malnutrición en los niños, desde obesidad hasta
desnutrición. Este problema está influenciado directamente por las situación social, cultural,
económica, geográfica y política de la sociedad en la cual se encuentra”. En torno a lo
indicado por los autores, se puede analizar que son múltiples los factores desencadenantes
del desequilibrio en el estado nutricional de los niños en edad escolar, quienes
independientemente de la situación socioeconómica de sus familias pueden presentar alguna
alteración del estado nutricional convertido en malnutrición.
En la ciudad de Guayaquil, se encontró un estudio aplicado a 193 escolares de educación
básica general. En los resultados obtenidos se encontró que “los 90 casos equivalentes al
46,6% de estudiantes presentaron sobrepeso y obesidad, seguido de 54 casos equivalentes al
28% con desnutrición y talla baja, mientras que hubo 49 casos eutróficos, es decir, con peso
y talla normal equivalente al 25.4%” (Valverde et al., 2019). De acuerdo a los resultados
encontrados, se puede analizar que sí existen problemas de malnutrición en los escolares y
tal problemática debe abordarse de forma interdisciplinaria por los diferentes profesionales
de la salud, la educación y las ciencias sociales, porque el estado nutricional puede también
influir positiva o negativamente en el rendimiento académico de los escolares.
Producto de las múltiples necesidades encontradas y convertidas en problemas, es
pertinente la presente investigación enfocada en la temática de los hábitos alimentarios y el
estado nutricional en niños en edad escolar. Se considera un estudio muy significativo y
complejo, necesario de ser abordado desde el rol investigador por los estudiantes y
profesionales de la enfermería como ciencia del cuidado, ya que desde este campo de estudio
es fundamental tener muy presente desarrollar intervenciones desde el rol educador para así
no solo intervenir desde el asistencialismo como se ha observado en los últimos años. En este
sentido, se considera que en la actualidad se debe participar y desarrollar intervenciones que
direccionen al cumplimiento de políticas y programas orientados a la promoción de la
alimentación saludable, la cual es elemental para mantener la vida y la salud de cualquier
persona desde la infancia.
El motivo de la investigación radica, en conocer cuáles son los hábitos alimentarios y
estado nutricional en los niños en edad escolar de la Unidad Educativa Particular Teresa
Azucena Carrera Loor, situada en la provincia del Guayas, cantón Guayaquil, parroquia
Tarqui, en la vía perimetral 4 de la Cooperativa Paracaidista al norte de la ciudad, pertenece
a la zona urbana, con acceso terrestre. El problema de la investigación estuvo relacionado
con la observación directa a los niños en edad escolar durante las visitas a la institución, la
cual despertó el interés por la apariencia de varios niños que eran o muy delgados o gruesos.
Por los aspectos señalados, se considera pertinente el presente estudio, porque se
observaron múltiples necesidades asociadas al estado nutricional de los niños, lo cual motivó
a desarrollar una investigación de campo que permita determinar los hábitos alimentarios y
estado nutricional en niños en edad escolar, quienes pueden verse afectados en su salud.
Materiales y métodos
Esta investigación considera un paradigma positivista, con enfoque cuantitativo, de
campo, descriptivo, transversal, no experimental. Por ser un número finito de niños escolares,
es relevante señalar que el subconjunto o muestra de estudiantes seleccionados fue de 112
niños y niñas en edad escolar y con edades comprendidas entre los 6 y 11 años de edad, de
la Unidad Educativa Particular “Teresa Azucena Carrera Loor”.
Resultados y Discusión
Se procede a presentar información importante en la que se revelan los principales
resultados alcanzados de las diferentes técnicas e instrumentos aplicados a la muestra de
estudio seleccionada. Es necesario señalar que se presentan los resultados de las mediciones
antropométricas con las que se puede identificar su estado nutricional y la lista de cotejo de
la salubridad de alimentos de la lonchera escolar, permitiendo conocer los hábitos
alimentarios de los niños y niñas en edad escolar.
Tabla 1.
Índice de Masa Corporal
Frecuencia Porcentaje
Como se logra visualizar en la tabla 1, el 46,4% de los niños y niñas escolares tienen un
peso normal. Sin embargo, se evidencian problemas de malnutrición tanto por exceso como
por déficit. El 40,2% tiene bajo peso, 11,6%, sobrepeso, el 1.8, obesidad. Esto permite
visualizar que la suma de los niños que presentan malnutrición está representada por el 53,6%
de los casos estudiados.
En relación al estado nutricional de los niños y niñas escolares se ha podido comprobar
que existen resultados similares encontrados en otras investigaciones. Tal es el caso de la
desarrollada por Matute (2019), sobre hábitos alimentarios y su influencia en el estado
nutricional en escolares de la Unidad Educativa Particular Latinoamericana y Escuela de
Educación Básica Manuela Cañizares, donde se encontró en los resultados del estudio una
prevalencia del estado nutricional normal en el 48.9% de los niños, mientras que los niños
que presentaron alguna forma de malnutrición por déficit y exceso como el sobrepeso,
obesidad y delgadez en su totalidad, constituyeron el 51.1%. Es decir, que esta situación de
malnutrición tanto por déficit como por exceso, cada día va agudizándose y convirtiéndose
en un problema latente de salud pública.
Tabla 2.
Hábitos alimentarios de los escolares.
Tabla 3.
Relación de los hábitos alimentarios e Índice de masa corporal de los escolares.
La lonchera Sí F 14 10 3 1 28
contiene por lo % 12,5 8,9 2,7 0,9 25,0
menos una porción
de fruta. No F 31 42 10 1 84
% 27,7 37,5 8,9 0,9 75,0
La lonchera F 45 52 13 2 112
contiene por lo No % 40,2 46,4 11,6 1,8 100,0
menos una porción
de verdura.
La lonchera Sí F 25 19 8 2 54
contiene líquidos % 22,3 17,0 7,1 1,8 48,2
como agua,
refrescos naturales, No F 20 33 5 0 58
jugo de frutas. % 17,9 29,5 4,5 0,0 51,8
La lonchera no Sí F 14 10 10 1 35
contiene alimentos % 12,5 8,9 8,9 0,9 31,2
demasiado
elaborados como No F 31 42 3 1 77
tortas, etc. % 27,7 37,5 2,7 0,9 68,8
La lonchera Sí F 45 52 13 2 112
contiene un % 40,2 46,4 11,6 1,8 100,0
producto
industrializado,
etiquetado y fecha
de vencimiento.
La lonchera Sí F 14 10 3 1 28
contiene snacks
saludables como:
frutos secos, % 12,5 8,9 2,7 0,9 25,0
granolas, bolitas de No F 31 42 10 1 84
kiwicha, etc. % 27,7 37,5 8,9 0,9 75,0
La lonchera no Sí F 14 10 10 1 35
contiene productos % 12,5 8,9 8,9 0,9 31,2
envasados que
tienen en su NF 31 42 3 1 77
composición grasas No % 27,7 37,5 2,7 0,9 68,8
trans y alto
contenido de sal/
azúcares.
Fuente: Elaboración propia.
de los 13 niños con sobrepeso, 8 de ellos tienen alto consumo de estos alimentos y representan
un 7,1% del total de todos los niños.
Por su parte, los dos niños con obesidad uno de ellos representado por el 0,9%, también
consume estos alimentos. En relación a contener en la lonchera por lo menos una porción de
fruta igual la lideraron los niños con bajo peso con el 12,75%, mientras que los niños con
sobrepeso son del grupo que menos consumen este tipo de alimentos, ya que solo tres de
ellos representados por el 2,7% los consume.
En el consumo de líquidos como agua, refrescos naturales, infusiones saludables,
cocimiento de cereales o jugo de frutas, nuevamente lideraron la lista los niños con bajo peso
con el 22,3%, seguido de los niños con peso normal con el 17%. Con respecto al consumo
de alimentos demasiado elaborados como tortas, budines, empanadas, kekes, hamburguesas,
etc. Los resultados muestran que tienen un alto consumo de alimentos constructores el grupo
de niños con sobrepeso con el 8.9%, mientras que con el 0.9% un niño con obesidad.
En relación a lo planteado, es oportuno indicar que los autores Termes et al. (2020),
expresaron que es muy importante la educación nutricional hacia los niños en edad escolar y
resaltaron la implementación de un plan de alimentación en España, como el que se revela a
través de Programa Nutriplato(r), con el cual se manifiesta que para obtener la alimentación
equilibrada de los niños, se debe aplicar una herramienta visual y didáctica, que se basa en el
método de plato, adaptado a la promoción de la diabetes mellitus para la población en edad
escolar. En relación al planteamiento de la dieta mediterránea, como la más indicada para los
niños que presentan malnutrición por déficit o por exceso, Cano et al. (2019), resaltan que
debe estar caracterizada por el consumo de una alimentación relativamente alta en pescado y
carnes blancas, cereales y leguminosas, frutas y verduras; una cantidad relativamente baja de
carnes rojas; y, en forma moderada. La grasa usada en las comidas es mayoritariamente aceite
de oliva, lo cual puede conducir a los niños escolares a una alimentación saludable.
Es así, que los resultados obtenidos en el estudio son comparables con los de Acosta et al.
(2018), quienes encontraron que, en torno al consumo de determinados alimentos, un 24%
de estudiantes afirma consumir embutidos, bollería, chucherías, azúcar y refrescos. Además,
se encontró que, del grupo de estudiantes, un 13.4% presentaron sobrepeso y un 4.1%
obesidad, reflejándose en la presente investigación resultados parcialmente similares en torno
a los porcentajes de niños que presentaron malnutrición por exceso, pero con porcentajes
menores, ya que en esta investigación los niños con sobrepeso alcanzaron el 11,6% y los
niños con obesidad el 1,8%.
Conclusiones
La valoración en el estado nutricional en los escolares de la Unidad Educativa Particular
“Teresa Azucena Carrera Loor”, demuestra que la suma de los niños que presentaron
malnutrición por déficit y por exceso superan notoriamente a los niños con peso normal,
siendo más alarmante la categoría de bajo peso, detectando un problema de atención
oportuna, que debe tener una intervención y corregir a tiempo en la toma conciencia por parte
de los padres o cuidadores en velar por la salud alimentaria de los niños y niñas que se
encuentran en pleno crecimiento, para lograr evitar daños temporales o permanentes en su
estado de salud.
Adicionalmente, en los niños y niñas escolares de edades entre 6 a 11 años, se logró
observar que, en los hábitos alimentarios, se encontró bajo consumo de alimentos
constructores, siendo más notorio en los niños con bajo peso. Con respecto a los alimentos
energéticos y muy elaborados con grasas transaturadas, se pudo encontrar una mayor
frecuencia de consumo en los niños con malnutrición por exceso. En relación al consumo de
frutas y verduras fue muy baja la frecuencia en el consumo en la mayoría de los estudiantes.
De acuerdo a lo indicado, es relevante mencionar que los hábitos alimentarios pocos
beneficiosos para el organismo implican el desarrollo de enfermedades crónicas, motivadas
por el aporte inadecuado de nutrientes, ocasionando, también, una disminución en su
capacidad de aprender, concentración, entre otros factores de riesgos producto de
determinados hábitos alimentarios.
En cuanto a la correlación entre los hábitos alimentarios y el IMC en los niños y niñas
escolares de la Unidad Educativa Particular “Teresa Azucena Carrera Loor”, se observó que
si existe notoria relación entre determinados hábitos alimentarios con la malnutrición por
bajo peso, sobrepeso y obesidad, ya que se logró observar y analizar que el consumo de
determinados alimentos muy elaborados, industrializados y procesados, con alto contenido
de azúcares y grasas saturadas como transaturadas fueron más consumidos por los niños con
malnutrición por exceso, mientras que los niños con malnutrición por déficit tuvieron una
frecuencia muy baja en el consumo de alimentos constructores como huevos, lácteos y
carnes.
A través del proceso de investigación desarrollado en la fase de investigación de campo,
se pudo comprobar a través de la valoración del estado nutricional en los niños y niñas
escolares que la mayoría de los niños con consumo de alimentos saludables fueron de peso
normal. Sin embargo, en observación general, los alimentos que consumen muchos
estudiantes no proveen valor nutricional en su dieta diaria. Se pudo encontrar que, la mayoría
de los estudiantes, principalmente los niños con malnutrición por exceso, presentaron hábitos
muy ricos en azúcares, industrializados, procesados y muy elaborados que no les aporta valor
nutricional y sí se convierte en factores de riesgo para futuras enfermedades que deben ser
tratadas desde la prevención a través de la orientación y educación que se puede dar en la
escuela a los niños y los padres.
Conflicto de interés:
Las autoras declaran que no existen conflictos de interés.
Agradecimientos
Se agradece a la Unidad Educativa, a sus directivos, docentes, cuidadores y niños que
hicieron posible este estudio.
Referencias
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