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Disposición y Decoración Del Taller

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DISPOSICIÓN Y DECORACIÓN1 DEL TALLER2

Extracto del Ritual de Trabajos Ordinarios del Grado de Aprendiz, con agregados de documentos
de instrucción de distinto origen y procedencia.

El lugar cerrado y a cubierto que alberga la Logia se denomina Taller.

Tanto el lugar como la reunión de Hermanos se denominan Logia.


Cuantos actos se llevan a cabo reciben el nombre de trabajos.
Llámase tenidas a las sesiones de una Logia, y éstas pueden ser ordinarias,
extraordinarias, magnas, de admisión, fúnebres o de duelo, de banquete, de adopción de
lowetones y de reconocimiento conyugal, entre otras.
Aquellas que determinan las liturgias y autorizan los cuerpos ejecutivos, a las que
pueden concurrir profanos, amigos o parientes de los masones, llevan el nombre de
tenidas blancas, y en ellas se prescinde de ciertas fórmulas de rito cuyo conocimiento
está vedado a los visitantes.

Al Taller le precede un vestíbulo, llamado el “parvís” o atrio, donde habrá una mesa y
varias sillas.

En la mesa se colocará un libro de registro destinado a recoger las firmas de los miembros
de la Logia y de los visitantes.

1
En el original: “Disposición y decoración del Templo”. Según el último párrafo del Art. 3° RRGG: “La forma material de
la logia se ajustará al rito a que pertenezca. Sus funcionarios son los que determinan los presentes Reglamentos
Generales, pero sus atribuciones y la designación de sus cargos podrán ser modificados de acuerdo al rito.”
2
Van Win, Jean. Características y especificidades del rito francés, en: Guerra, Víctor (Coordinador de la edición). Rito
Francés. Historia, reflexiones y desarrollo. Editorial Entre Acacias, S.L.. Serie Roja (Autores contemporáneos). Oviedo
(España), 2010.(pág. 258). “La Logia de obreros masónicos se encuentra en el Porche (sic) del templo, y no en el templo.
Estando tradicionalmente situada la Logia FUERA DEL (sic) templo, vemos allí la bóveda estrellada.” Este fundamento,
sostenido también en la posición de las columnas, induce a denominar “Taller” al sitio donde se reúne la Logia, y a deducir
que allí se planifica la construcción del Templo; y que la Logia, entonces, no se reúne dentro del Templo.
El Taller tiene la forma de un rectángulo cuyo fondo, siempre que sea posible, habrá de ser
semicircular. La parte del fondo, más elevada y accesible a través de tres escalones, recibe
el nombre de Oriente. A derecha e izquierda de los escalones el Oriente está delimitado
por una balaustrada. La puerta de entrada se halla en el Occidente, justo frente al Oriente.

Su extensión simboliza la vía, el camino que lleva de la tierra (Occidente) hacia la luz
(Oriente). Su anchura es de norte a sur, es decir "desde la potencialidad latente a la
plenitud de lo manifestado"(Lavagnini), y su altura del cenit al nadir.

A cada lado de la puerta hay una columna empotrada, bronceada, con un capitel que
soporta unas granadas abiertas3. En el fuste de la columna a la izquierda de la entrada,
mirando al Oriente, o Columna del Norte4, está la letra J5; en el de la columna colocada a la
derecha, o Columna del Sur o Mediodía, está la letra B.

Son de estilo corintio y hacen referencia a la construcción del Templo de Salomón (I


Reyes VII, 1521 de la Biblia). Mirando desde la entrada en dirección al Oriente, a la
izquierda (norte) está inscrita la letra J (Jakin) que significa firme, sólido; y sobre la de la
derecha (sur) la letra B. Son retóricamente huecas para guardar en ella las herramientas
del trabajo. Algunos las interpretan como los principios masculino y femenino. Otros
piensan que representan las Columnas de Hércules, que la mitología colocaba en el
estrecho de Gibraltar para representar el final del mundo conocido, y simbolizarían los
límites extremos que el hombre está obligado a alcanzar para entrar en el campo del
conocimiento y la verdad.

Los muros estarán pintados o tapizados en azul6. En el friso habrá un cordón formando,
regularmente, los nudos simbólicos; este cordón terminará en cada columna, rematado por
una borla7. El techo representa una bóveda azulada, llena de estrellas formando
abundantes constelaciones. Podrá estar también representado el Sol en su cénit y la Luna

3
Aluden a la reproducción, la fertilidad, y también con sus granos apretados, al contacto que debe existir entre todos los
masones del universo, formando un conjunto tan cercano en sus ideas y procedimientos
4
El Aprendiz cobra su salario en la Columna del Norte, siendo éste el punto donde trabaja por representar el lugar de la
Tierra a donde llegan oblicuamente los rayos solares con una luz muy tenue, y donde reina a veces la penumbra o la
oscuridad. Necesita desarrollar sus estudios masónicos y acostumbrar la vista paulatinamente a la acción de la luz para no
deslumbrarse o aturdirse por encandilamiento, con cuya intensidad podría cegar su inteligencia.
5
El signo vocal del Aprendiz está constituido por la palabra sagrada, la cual no debe jamás pronunciar ni escribir porque,
asemejándose al hombre en su infancia, no sabe leer ni escribir: sabe sólo deletrear y no puede dar esa palabra sino en la
forma que se la ha comunicado.
6
La masonería simbólica, como se denomina a los tres primeros grados, también recibe el nombre de “masonería azul”.
7
Es una alegoría a la perfecta unión de los Hermanos. También podría representarse por una cadena unida en sus
extremos, como se puede ver en otros ritos.
menguante, mientras se admite que sean ubicados también sobre el muro de Oriente, a
izquierda y derecha del Venerable respectivamente.

El sol y la luna simbolizan el dualismo del día y de la noche y lo inevitable de esta


alternancia. Representan también los principios activo y pasivo: el sol = fuego, acción,
trabajo, razón; la luna = agua, reflexión, imaginación, intuición.

No debe haber ventanas o cualquier otra abertura, ya sea en las paredes o en el techo,
salvo que, desde el exterior nada pueda ser visto o escucharse.

En el Oriente, en el extremo opuesto a la puerta de entrada, el sillón del Venerable


Maestro8, quien –como todos- portará un collarín de tono azul y una escuadra como joya,
estará colocado en una parte del suelo elevada sobre tres escalones.

Del Oriente proviene la sabiduría, iluminando la Logia, representada por el Venerable


Maestro que preside los trabajos, teniendo cerca de sí la estatua de Minerva.

Ante el sillón hay una amplia mesa rectangular, soportada por tres paneles de madera
maciza. Sobre la mesa debe haber: un candelabro de tres brazos, un mallete9, una
escuadra, un compás, el Libro de la Ley masónica (la Constitución) y la espada flamígera.

La escuadra para Lavagnini “representa fundamentalmente la facultad de juicio que nos


permite comprobar la rectitud o la falta de la misma”. Así, “nuestros esfuerzos para
realizar el ideal que nos hemos propuesto pueden ser constantemente comprobados y
rectificados”. También, tradicionalmente se la considera un símbolo de equidad. Jules
Boucher dice que “la escuadra se relaciona a la materia, que ella simboliza, que ella
rectifica y ordena. La organización del caos. La escuadra representa, en un sentido, la
acción del hombre sobre sí mismo”. Es por lo tanto “un signo de rectitud e instrumento
indispensable para transformar la piedra bruta en un hexaedro perfecto (piedra cúbica)”.
Para Gallatin Mackey es “el símbolo de la moralidad, de lealtad, de honestidad”. El signo
de saludo gutural o pectoral recuerda el simbolismo de la escuadra, así como los pasos
de la marcha o signos pedestres designan que el Aprendiz trata de acercarse por el
camino de la virtud, avanzando con lentitud desde el Occidente, donde se hallan las
tinieblas, hacia el Oriente, foco astronómico de donde parte la luz. En el grado de
Aprendiz la escuadra cubre las puntas del compás. Plantagenet señala que ésta es una

8
También se encuentra bajo la denominación de Muy Venerable en el ritual publicado en: Guerra, V., Villalta, J., Alvarez,
R., Moreno, L.. Régulateur du Maçon 1801 (1783/1786). Primer Grado Simbólico. Aprendiz. Círculo de Estudios del Rito
Francés «Roëttiers de Montaleau». Por ello, en los primeros textos rituálicos del GOFRA se mencionaba de esta
manera.
9
El mallete es el signo de autoridad del que lo lleva.
vieja tradición ya que indica que “en este grado no se le puede pedir al neófito otra cosa
que sinceridad y confianza, consecuencias naturales del marchar derecho y de la
rectitud”. Boucher por su parte, plantea que el compás simboliza el espíritu, y la escuadra
la materia; en esta etapa se puede decir que la segunda domina todavía al primero;
situación que paulatinamente cambiará, equilibrándose esas fuerzas en el Segundo
Grado para, al fin, en el Tercer Grado, el espíritu trascender a la materia.
Del latín passus (paso), que acompasa, que mide con el paso, el compás es un
instrumento activo. Designa, primeramente, la forma geométrica del círculo, símbolo
cosmológico por excelencia. Representa a la vez el movimiento, entonces también el
tiempo. Asociado a la escuadra constituye el más tradicional de los símbolos Masónicos,
representa el dúo espacio/tiempo. Significa también el dinamismo constructor, el
pensamiento en acción, la prudencia y el pragmatismo en la búsqueda de la verdad.

En el Oriente, del lado izquierdo al ocupado por el Venerable Maestro, hay una silla y una
mesa destinadas al Orador, cuya joya es un libro abierto; del lado derecho hay también
una silla y una mesa para el Secretario, con un pendiente de plumas entrecruzadas. Sobre
cada una de estas mesas habrá una luz y, sobre la del Orador, el Libro de la Ley masónica.

A derecha e izquierda del sillón del Venerable Maestro hay colocadas sillas destinadas a
los Hermanos y Hermanas merecedores de algún tipo de honor especial.

El Primer Vigilante, con un nivel10 en su collarín, se sienta al Oeste a la cabeza de la


Columna del Mediodía. El Segundo Vigilante, que está adornado por una plomada, se
sienta a la cabeza de la Columna del Norte (junto a esta banca deben ubicarse la piedra
bruta, el mazo y el cincel). Sobre sus respectivas mesas se coloca un candelabro y un
mallete.

El perpendículo o plomada es el instrumento que sirve para determinar la línea vertical.


Es el símbolo a la vez del equilibrio y de la profundidad en el estudio. Simboliza también
la rectitud en la apreciación de la acción humana (como en la construcción indica cuan
rectas levantamos las paredes de la obra), frente a todos los desvíos y frente a los
percances de la vida. También muestra la dirección vertical de los esfuerzos y
aspiraciones del Aprendiz, para realizar lo que hay de más elevado en su ser y en sus
potencialidades latentes. “Este esfuerzo, en sentido opuesto a la gravedad de los
instintos, es el que caracteriza al Masón en su deseo de mejoramiento” (Lavagnini).
La piedra bruta representa, según la expresión de Ragón: “Las imperfecciones del
espíritu y del corazón que el masón debe aplicarse a corregir". La piedra en su condición
ruda o áspera, no pulida, es emblemática del hombre en su estado ignorante, inculto y
vicioso. Pero cuando la educación ha proyectado su influencia sana desarrollando su
inteligencia, restringiendo sus pasiones y purificando su vida, entonces representa una
piedra perfecta, que, en las hábiles manos de un obrero ha sido pulida, cuadrada y

10
Simboliza la igualdad masónica y la igualdad ante la ley, base de la democracia y fundamento del ejercicio de la libertad.
ajustada para el sitio que ocupará en el edificio. En este sentido, pulir la piedra, es
hacerla apta para la construcción del Templo, entendiéndose por éste, tanto el masón
personalmente hablando, la sociedad en la que vive, como la humanidad entera. Este es
el trabajo por excelencia del Aprendiz.
El mazo y el cincel “precisamente representan los esfuerzos que, por medio de la
Voluntad y de la Inteligencia, necesitamos hacer para acercarnos a la realización efectiva
de esos ideales, que representan y expresan la perfección latente de nuestro Ser
Espiritual" (Lavagnini). Agrega: “el martillo, que utiliza la fuerza de gravedad de nuestra
naturaleza subconsciente, de nuestros instintos, hábitos y tendencias, es, pues,
emblemático de la Voluntad, que constituye la primera condición de todo progreso (...) el
cincel, concentra y dirige la fuerza de aquél en armonía con los propósitos de la obra”. “El
propósito inteligente que debe dirigir la acción de la voluntad es lo que representa
precisamente el cincel, como instrumento complementario del martillo en la Obra
Masónica”.
Jules Boucher acota: “El mazo simboliza la voluntad activa del aprendiz. No es una maza
metálica, pesada y bruta, dado que la voluntad no debe ser ni obstinación, ni terquedad;
ella debe ser simplemente firme y perseverante. Pero el hombre no puede actuar
directamente sobre la Materia: es entonces el cincel que servirá de intermediario. Este
debe ser afilado regularmente: es decir, que será necesario sin cesar rever los
conocimientos adquiridos; no dejarlos debilitarse. Esos „conocimientos adquiridos‟ (…)
deben ser empleados, si no la intelectualidad se apacigua (cincel no empleado). El mazo
trabaja en forma discontinua. Esto muestra que el esfuerzo no puede darse sin
interrupciones y, por otra parte, una presión continua sobre el cincel le sacaría a éste
toda precisión”.
Gallatin Mackey interpreta que el mazo “es uno de los instrumentos del Aprendiz Iniciado.
Es del que se sirve el Masón activo para romper las esquinas de la piedra Sillar,
adaptándola de esta manera para el uso del arquitecto, y es por lo tanto apreciado como
el símbolo que se encuentra en la Masonería Especulativa, para amonestarnos del deber
de desposeer nuestras mentes y conciencias de todos los vicios e impurezas de la vida,
por cuyo medio ajusta nuestros cuerpos eternamente en los cielos, como piedras
vivientes para ese edificio espiritual que no está construido por la mano”.
Con relación al cincel señala que simboliza los efectos de la educación en el
entendimiento humano: “El artista, con la ayuda de este instrumento da forma y
regularidad a las masas deformes de piedra, y del mismo modo la educación, cultivando
las ideas y pulimentando los rudos pensamientos transforma el salvaje ignorante en un
ser civilizado”.
En el gobierno de la Logia ayudan los Vigilantes, que representan la fuerza (Primero, el
mazo) y la belleza (Segundo, el cincel), simbolizados por Hércules y Venus. De la
conjunción de la escuadra, que expresa la sabiduría; el mazo que es la fuerza, y el
cincel, expresando la belleza, alumbra un sistema evolutivo armónico en el sentido de
que de él resulta un equilibrio creativo, permitiendo un conocimiento de sí y del mundo
sin que las fuerzas se opongan, se neutralicen y por fin se destruyan. El conocimiento de
los útiles es la posibilidad del dominio de sí mismo, es decir, el mejoramiento de la
existencia material y espiritual como resultante. La interacción de estos tres símbolos
fundamentales puede significar que el primer aprendizaje masónico, que debe continuar
durante toda la vida, se refiere a medir, apreciar, criticar y discernir sobre toda idea o
pensamiento recibido desde la razón, en la búsqueda de lo estimado, lo que nos
conduce por el camino recto del bien, y rechazar aquello que no nos conviene, como
forma de acercamos a la cuota de verdad que cada uno posee. Pasar todo pensamiento
y toda acción por la criba del entendimiento, como forma de alcanza cada vez mayor
libertad, lo que constituye en definitiva vivir en armonía consigo mismo y con los
semejantes a través del dominio de los impulsos internos y del conocimiento y acertado
manejo de las vicisitudes externas.

Próximo al Orador, pero fuera de la balaustrada, hay una mesa para el Tesorero, cuya joya
son dos llaves entrecruzadas. Frente a él, pero al lado del lugar en que se halla el
Secretario, está la mesa del Hospitalario11, con un collarín con un corazón en llamas.

El Experto12, ataviado con dos espadas entrecruzadas como joya, se coloca delante o al
lado de la mesa del Tesorero. Cerca de él se podría ubicar un Segundo Experto. Enfrente,
el Maestro de Ceremonias, que estará adornado por una espada pendiente de su collar,
tiene su sitio al lado o delante de la mesa del Hospitalario; cerca de él podrá ubicarse un
Segundo Maestro de Ceremonias13.

El Cubridor14 se coloca junto a la puerta del Occidente, cara al Venerable. Podrá llevar una
joya similar al Experto, pero de menor tamaño.

Existe una variante donde el Experto y el Maestro de Ceremonias se sitúan,


respectivamente, delante de las mesas del Primer y Segundo Vigilantes.15

También podrá designarse un Arquitecto Preparador16, cuya joya es un rollo de


pergamino, que se ubica al medio de la columna del Mediodía frente al Tablero de Logia.

11
Limosnero, según Regulateur pág. 68.
12
Tanto en el “Cuaderno…” como en Fumaz se le menciona como Gran Experto. Se corrigió aquí para evitar confusiones
con el cargo de igual nombre que integra el Consejo de la Orden. En este rito se acostumbra que un Experto principal tenga
otros auxiliares, que adoptan la denominación de Segundo, Tercero, etc., lo cual si bien no sería necesario en los trabajos
ordinarios, podrían utilizarse si la complejidad de un ritual específico lo impone.
13
Art. 152° RRGG. Hay un Maestro de Ceremonias principal y otros adjuntos.
14
Nombre con el que se designa en el Rito Francés al oficial denominado Guarda Templo Interno (Art. 148 RRGG) en
otros ritos. El cambio se fundamenta en la diferenciación entre Taller y Templo, ya explicada. No se indica la joya que debe
portar, pero podría deducirse que cumple funciones que por extensión corresponden al Experto. Se infiere que también
puede aplicarse al caso el último párrafo del Art. 3° RRGG: “La forma material de la logia se ajustará al rito a que
pertenezca. Sus funcionarios son los que determinan los presentes Reglamentos Generales, pero sus atribuciones y la
designación de sus cargos podrán ser modificados de acuerdo al rito.”
15
Textual del “Cuaderno…”, no aparece en Fumaz. Esta ubicación es la que se indica en Guerra, V. y otros. Régulateur du
Maçon 1801, Plano de la Logia, pág. 64.
16
Régulateur pág. 68. Al Arquitecto Preparador no se atribuyen actividades en el ritual sino que “velará porque todo este
colocado adecuadamente y que la Logia este suficientemente iluminada”, a modo de un experimentado Maestro de
Ceremonias adjunto (Art. 152° RRGG).
Al Mediodía y al Norte están los bancos dispuestos longitudinalmente. Los Aprendices se
sitúan en los del Norte; los Compañeros en los del Mediodía y en la primera fila, en Rito
Francés; los Maestros se sitúan indistintamente en unas u otras filas posteriores, sin
ceremonial particular. Por extensión, a veces se da el nombre de Columna del Mediodía o
del Norte al conjunto de los Hermanos y Hermanas que ocupan las bancadas colocadas en
estas columnas.

Cuando deba formarse la bóveda de acero, la primera fila de las bancadas queda reservada
a los Maestros. Después de la bóveda de acero, retorna a las filas posteriores. Si no son
suficientemente numerosos, Aprendices y Compañeros permanecen en sus lugares.

En el Oriente, sobre el muro, justo detrás del sitio que ocupa el Venerable Maestro y
dominándolo todo desde allí, hay un triángulo equilátero luminoso con un ojo en su
centro.

Se trata del ojo de Horus. Otros ritos utilizan el delta, cuya forma triangular transmite el
mismo significado. Los egipcios consideraban el triángulo equilátero como la figura más
perfecta y como la representación del gran principio de la vida animada, significando
cada uno de sus lados las diferentes fases de la naturaleza: la animal, la vegetal, la
mineral. D.W. Nash considera que "visto a la luz de las doctrinas de aquellos que lo
hicieron circular como un símbolo divino, representa la Primera Gran Causa, el creador y
recipiente de todas las cosas, como único e indivisible, que se manifiesta en una
infinidad de formas y atributos en el universo". En el Taller todas las disposiciones toman
la forma triangular.

En el Occidente, a la derecha de la Columna del Norte y elevado sobre la pared, hay una
estrella de cinco puntas con la letra G en el centro. Esta estrella no se enciende en el grado
de Aprendiz. El estandarte de la Logia se coloca en el Oriente, a la derecha del Venerable
Maestro.

Sobre la mesa del Venerable Maestro –o sobre un altar17 de los juramentos colocado justo
delante- , se coloca una espada, la escuadra y el compás, así como el libro de la

17
Van Win, Jean, (op. cit.) pág. 258: “Jamás hay un altar separado, sino “el libro de los Estatutos y Reglamentos Generales
de la Orden que está dispuesto sobre la mesa del Venerable, también denominado a veces „altar‟, „authel‟, incluso
„throne/trono‟ ”. La insistencia del autor se fundamenta en una distinción significativa respecto de otros rituales en los que el
altar es imprescindible, ya que sobre él se posa, entre otras cosas, el libro de la Ley Sagrada, volumen que en este Rito
Francés no alcanza una significación tan preponderante.
Constitución del GOFRA. Se puede añadir el libro de las Constituciones de
Anderson18.

El uso lo ha ido eliminando desde finales del siglo XIX, pero los talleres que lo deseen
pueden colocar en el centro el cuadro de la logia en el Rito Francés. Del mismo modo,
pueden también colocar los tres grandes candelabros en torno a este cuadro, pero siempre
según la disposición característica del Rito Francés, es decir: Norte-Este, Sur-Este, Sur-
Oeste.

Los símbolos que decoran el cuadro o esquema de la logia son, principalmente: la


puerta; las dos columnas; la piedra cúbica y la piedra bruta; el mosaico; la escuadra y el
compás; la plomada; el nivel; el tablero de dibujo; el sol y la luna; el ojo de Horus; el
mazo y el cincel; la soga borlada y anudada, y las tres ventanas. Este conjunto simbólico
también puede ubicarse verticalmente en Oriente, apoyado sobre el sitial del Venerable
Maestro. En la conjunción de los cuatro puntos cardinales del cuadrilátero y en la línea
zenit-nadir, es de uso colocar un damero o piso de mosaico formando así una base de
equilibrio entre opuestos (contraposición evocada en la alternancia de cuadrados negros
y blancos), representando la fusión de los seres humanos, considerando a todos como
hermanos y proclamando la unidad de la especie, susceptible de perfeccionamiento
moral, sean cualquiera las características de cada individuo. Se sitúa en el lugar mismo
en donde en los antiguos templos se encontraban los laberinto,. que eran motivos
decorativos simbólicos que se trazaban en el suelo, en el punto de intersección de la
nave y el crucero. Fulcanelli, en “El misterio de las catedrales” explica: “El laberinto de las
catedrales, o laberinto de Salomón, es (…) „una figura cabalística que se encuentra al
principio de ciertos manuscritos alquimistas y que forma parte de las tradiciones mágicas
atribuidas al nombre de Salomón. Es una serie de círculos concéntricos, interrumpidos
en ciertos puntos, de manera que forman un trayecto chocante e inextricable‟. La imagen
del laberinto se nos presenta pues, como emblemática del trabajo entero de la obra, con
sus dos mayores dificultades: la del camino que hay que seguir para llegar al centro,
donde se libra el rudo combate entre las dos naturalezas, y la del otro camino que debe
enfilar el artista para salir de aquél. Aquí es donde se necesita el hilo de Ariadna si no
quiere extraviarse en los meandros de la obra y verse incapaz de salir”.

18
El texto propuesto rescata la redacción del “Cuaderno… “, que lo declara una atribución de la Logia y lo establece como
posibilidad, aunque en Fumaz se dice taxativamente que estará el libro de las Constituciones de Anderson.

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