La Poesía Barroca (PDF - Io)
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Durante el siglo XVII se dio un importante desarrollo de la poesía en España. La poesía barroca no
rompe de golpe con la poesía renacentista del siglo XVI, sino que, poco a poco, debido al ambiente
de la Contrarreforma, al clima de crisis política y social, y a la bancarrota económica del país, se va
desarrollando una nueva forma de entender la vida que desemboca, lógicamente, en unas
tendencias artísticas diferentes, características de este periodo. Eso es a lo que llamamos Barroco.
1. Tendencias poéticas
La poesía barroca va a perseguir, sobre todo, un objetivo: ser original, ingeniosa, sorprender al
lector. No obstante, esto se va a hacer de dos formas distintas, a través de dos tendencias estéticas
diferentes: el conceptismo y el culteranismo.
El culteranismo, que tuvo como máximo representante a Luis de Góngora, busca sobre todo la
belleza en la forma. El tema de los poemas puede ser sencillo, pero se desarrolla con mucho estilo,
con efectos sonoros, con palabras muy cultas, con referencias constantes a los colores, a los
sentidos o al lujo. Se busca exagerar la realidad, quiere ser deliberadamente artificial y difícil, por eso
recurre a un lenguaje lo más alejado posible del usado a diario, solo accesible para unos pocos.
También complica la sintaxis, recurriendo al hipérbaton y a los encabalgamientos.
2. Temas
La poesía barroca era temáticamente muy diversa. En realidad, todo podía ser asunto poético: el
amor, la historia, la naturaleza, las costumbres, las anécdotas particulares, incluso los objetos... eso
sí, casi siempre teñido de desengaño y pesimismo.
Hay una serie de temas heredados del Renacimiento que siguen siendo muy habituales, como el
amor, la naturaleza o la mitología; aunque todos se abordan desde enfoques más barrocos, es decir,
más pesimistas: se escribe mucho más sobre el desengaño amoroso y el rechazo de la amada; y la
naturaleza no aparece tan idealizada, sino que es más realista. La mitología griega sigue siendo
fuente de inspiración, sobre todo para los culteranistas, porque así dan aires cultos a sus poemas.
-La muerte y la existencia: el Barroco, desde su perspectiva pesimista, se centra más en el paso del
tiempo y la muerte que está por llegar, por eso van a aparecer con mucha frecuencia los tópicos del
tempus fugit y del memento mori. Se hacen poemas sobre el paso del tiempo o reflexiones acerca de
la muerte o la soledad, a menudo desde una perspectiva angustiada.
- La sátira y la burla: el humor es el modo en que mejor se muestra el desencanto ante la vida. Se
hace burla de la belleza femenina, de los personajes mitológicos, de los vicios de la sociedad, de
personas públicas, de otros poetas e, incluso, de personajes históricos como el Cid o don Quijote.
- La apariencia frente a la realidad: la vida es solo apariencia, un engaño de los sentidos, un sueño
( tópico del vita somnium). La muerte es la única realidad.
3. Recursos poéticos
En la poesía barroca se seguirán usando las estrofas y versos renacentistas (sonetos, liras, silvas,
endecasílabos, heptasílabos); pero se volverán a usar también formas de la tradición popular como
los romances o los villancicos y la rima asonante. En cuanto a las figuras retóricas, hay una
proliferación de recursos que los poetas van a usar para tratar de expresar con ellos la exageración
(hipérboles), la complicación (hipérbaton y encabalgamientos), el contraste y la oposición (antítesis,
oxímoron), los juegos de palabras y significados (metáforas, calambur, dilogías), la sorpresa y
contradicción (paradojas). El barroco es contradicción, contraste, choque, juego de apariencias,
desengaño y desidealización. Monstruosidad y belleza al mismo tiempo; luz y oscuridad... de tal
modo que se consigue romper con las reglas clásicas de proporción, equilibrio y perfección.
4. Autores
Luis de Góngora
Lo que hace excepcional a Góngora es su intención explícita de crear un nuevo lenguaje poético
mediante la acumulación de recursos retóricos. Por eso, distorsiona al máximo la lengua poética,
usando un lenguaje artificial, lleno de metáforas para evitar presentar las cosas directamente. Los
continuos contrastes y la exageración le llevan a una huida de la realidad que se manifiesta tanto en
una visión distorsionada del mundo como en la burla y el chiste. Destacan, por un lado, sus obras
mayores: Fábula de Polifemo y Galatea, Soledades y Fábula de Píramo y Tisbe; y por el otro, sus
romances y letrillas populares y burlescas, además de sus sonetos.
Francisco de Quevedo
La poesía de Quevedo refleja el carácter de este irrepetible genio: el Quevedo doctrinal, religioso,
angustiado, apocalíptico, moralista, incluso profundo enamorado, junto al humor más popular, el
insulto, la sátira despiadada o el chiste escatológico. Sus numerosas composiciones amorosas le
han convertido en uno de los principales poetas amorosos de nuestra literatura, pese a su misoginia
y burla cruel contra las mujeres.
En su estilo, Quevedo domina la lengua en sus más variados registros (culto, coloquial, vulgar). Un
rasgo muy peculiar de su poesía es el apasionamiento, que muestra con constantes oraciones
exclamativas, interrogativas, apóstrofes, diminutivos, aumentativos, etc.
Lope de Vega
En Lope de Vega más que en ningún otro autor, vida y literatura van de la mano, pues en gran
medida va a dejar testimonio de episodios personales en su obra, especialmente de aquellos
vinculados con el ámbito del amor. Su estilo va a ser el de la sencillez y naturalidad, con una
especial capacidad para poetizar las circunstancias cotidianas. Su obra es muy variada. Lope
destacó especialmente en el uso del romance y del soneto (escribió más de mil).
Es la primera gran poeta en lengua castellana nacida en América (México). Mujer extremadamente
culta e inteligente, escribió una poesía de estilo culteranista influida por Góngora. Destacan sus
poemas filosófico-morales en los que aborda temas característicos del barroco como el engaño de
los sentidos, la vanidad de las apariencias, la fugacidad de la vida y de la existencia.