Capítulo 6 - Enfoque de Género - Concepto y Elementos Esenciales en La Adolescencia
Capítulo 6 - Enfoque de Género - Concepto y Elementos Esenciales en La Adolescencia
Capítulo 6 - Enfoque de Género - Concepto y Elementos Esenciales en La Adolescencia
LA ADOLESCENCIA
INTRODUCCIÓN
a) ¿Qué es la perspectiva de género? Algunos conceptos claves para entender las teorías
de género.
b) El género como identidad: Las diferencias entre identidad de género, expresión de
género y orientación sexual.
c) El género como rol: El sexismo como discriminación basada en el sexo.
d) El género como relación: Las relaciones sexuales y el ideal del amor romántico en la
adolescencia.
SEXO GÉNERO
Macho/Hembra Mujer/Hombre
Femenino/Masculino
Universal Contextual
Con el tiempo y el avance de los estudios de género, esta visión dicotómica entre sexo y
género, propia del pensamiento occidental, ha sido cuestionada, mostrando sus
limitaciones. En primer lugar, se ha relativizado el determinismo biológico inicial en tanto
que no hay una correspondencia mecánica entre el género masculino o femenino y el
cuerpo sexuado de varón o hembra, respectivamente. En segundo lugar, se rechaza el
esencialismo según el cual se plantea que existe una mística femenina o masculina.
Otras limitaciones de esta visión dicotómica entre sexo y género tienen que ver, en
tercer lugar, con el hecho de que lo femenino y lo masculino son dos polos en medio de los
cuales hay un continuum de identidades, roles y relacio- nes, entre ellas el «género fluido».
Además, en cuarto lugar, se ha constatado que los cuerpos sexuados son sumamente
plásticos y modificables con maquillaje, tratamientos hormonales y/o cirugía; mientras que
los esquemas mentales sobre lo que significa ser hombre y ser mujer en un lugar y tiempo
dados han probado ser más resistentes al cambio que avanza a un ritmo más lento y admite
la posibilidad de estancamiento e incluso retroceso.
Para finalizar este apartado, se presenta una lista de algunos de los usos
imprecisos, incorrectos e inapropiados de «sexo» y/o «género» (EC, 2013; EASP, s.f.):
— Ignorar la variable sexo y/o género presuponiendo que la salud y la educación son
neutrales al género cuando en realidad se refuerzan inequi- dades que afectan tanto a
mujeres como a hombres.
— Sustituir mecánicamente sexo por género, reflejando una concepción ahistórica y natural
de la diferencia sexual.
— Usar sexo y género como equivalentes o sinónimos.
— Recrear la sinonimia mujer = madre.
— Sustituir mujeres por género.
— Limitar género a mujeres (adultas), cuando es una categoría relacional, intergeneracional
y que afecta tanto a hombres como a mujeres.
— Incluir el enfoque de género en temas que afectan solo a las mujeres (reduccionismo de
primer orden) y vinculadas con la cuestión reproductiva de las mujeres (reduccionismo de
segundo orden).
— Sustituir feminismo por género.
— Asumir que todas las mujeres como sexo (hembras) y todos los hombres como sexo
(machos) son iguales.
— Las aparentes diferencias entre mujeres y hombres biológicas son limitadas, siendo las
más abundantes aquellas que las sociedades ha marcado por razón de género.
— Las aparentes diferencias entre mujeres y hombres son producto de la cultura de cada
sociedad en concreto.
— Todas las mujeres como grupo social (feminidades) o todos los hombres
(masculinidades) como grupo social no son iguales.
Hay una serie de conceptos que derivan de la primera dimensión histórico- cultural
relativa a la identidad , pero aquí nos centraremos en las diferencias y relaciones entre la
«identidad de género», la «expresión de género» y la «orientación sexual». La «identidad de
género» es el sentimiento interno de un individuo de ser hombre o mujer, o algo intermedio
u otra identidad no masculina o femenina. El sexo biológico puede o no puede tener relación
con la identidad de género de una persona (Butler, 2007).
Lo femenino Lo masculino
- Emocional. - Racional.
- Subordinación y discriminación.
Como vemos las características que se otorgan a un género son excluyentes al otro. Si la
mujer es «débil», el hombre es «fuerte»; si este es «racional», ella es «emocional». Por lo
tanto, ser «hombre» desde una visión heteronormativa , es todo aquello que no sea «mujer»
(Butler, 2007).
La «orientación sexual», por otro lado, es la atracción sexual que siente una persona
hacia otra. Los términos empleados para describir las identidades espe- cíficas de
orientación sexual son «bisexual», «gay», «lesbiana», «asexual» o «pansexual». Con ello
se rompe es esquema mental que Irigaray nombraba como «El viejo sueño de la simetría»
que consiste en la concordancia predeter- minada socialmente en la que cualquier persona
nacida de un sexo se ve iden- tificada con un género en concreto y a tener un deseo sexual
único.
Esta relación causal busca la racionalización e interconexión entre los tres elementos. De
este modo, el resto de relaciones son consideradas como no deseadas y no coherentes al
paradigma cisheteronormativo. Está correlación, simplista y simplificada, esquematiza los
elementos claves del heteropatriarcado. Es decir, la persona que nace con el sexo macho
debe desarrollar su masculinidad, sentirse hombre y desear a las mujeres; mientras que
para aquella que nazca hembra tiene que ser femenina, sentirse mujer y verse atraída por
los hombres. Tal y como explica la autora, esta idea que subyace en la cultura colectiva
hace que, a pesar de los grandes avances en términos de aceptación, respeto y derechos,
se mantienen distinciones entre el «nosotros» y el «otros». Ese «otros» es el resultado de
aquellas personas que no cumplen esta relación lineal. Los acepto, los respeto, pero no los
incluyo en el «nosotros». A modo de resumen, exponemos un esquema que relaciona
algunos de los conceptos más importantes de los tratados en el presente apartado.
Figura 2. Identidad sexual: explicación gráfica de las diferencias fundamentales entre
sexo y género
Hay una serie de conceptos que derivan de la segunda dimensión socio-económica del
género como categoría de análisis relativa a los roles asignados a las mujeres y los
hombres a lo largo de su ciclo vital. Entre ellos resulta importante la distinción entre igualdad
y equidad, junto con el concepto de sexismo y sus manifestaciones, como la cara «B» de la
igualdad.
La «equidad entre géneros», por consiguiente, es la cualidad según la cual los fallos,
juicios o repartos se otorgan a cada quien según corresponda, de acuerdo a sus méritos (o
deméritos). Es decir, que no permite que ninguna de las partes salga favorecida
injustamente en perjuicio de la otra. Por tanto, su significado está estrechamente
relacionado con el concepto de justicia. Es la justicia aplicada al caso concreto. Supone
tratar a los iguales como iguales y los desiguales como desiguales. Hace referencia, en
consecuencia, al tratamiento de los distintos grupos de población en función de su situación
y necesidades respectivas. Es aquí donde resulta útil la propuesta de interseccionalidad
según la cual el género interactúa con otras discriminaciones por edad, nivel educativo, área
de residencia, etnia y orientación sexual, entre otras.
Según Magrit Eichler (1988), el sexismo tiene siete manifestaciones principa- les: a)
doble parámetro, b) dicotomismo sexual, c) deber ser de cada sexo o esencialismo, ya sea
bajo la apariencia del «familismo» o del «mujerismo académico», d) insensibilidad al
género, e) sobre-generalización y/o sobre-especi- ficación, y f) Androcentrismo, con la
misoginia y la ginopia como formas extre- mas (A. Facio, 1992: 77-99) (Ver Anexo 1).
En el caso del trabajo con personas adolescentes se sabe que la educación puede
ser sexista y los servicios de salud no siempre resultan amigables. La educación puede
enfatizar en el desarrollo del lenguaje en las niñas y el pensamiento lógico matemático en
los niños. También existen especialidades en la educación técnico vocacional que son
consideradas tradicionalmente femeninas como la enfermería, la docencia y la asistencia
administrativa que refuerzan en el espacio público el rol de cuidadoras asignado a las niñas,
adolescentes y mujeres en el ámbito privado. Junto a especialidades consideradas
tradicionalmente masculinas como la mecánica o la electrónica. Con lo que se limitan las
oportunidades de inserción laboral de las adolescentes mujeres, sea a través de la
empleabilidad o el emprendedurismo, en ocupaciones que generan mayores ingresos, son
socialmente más valoradas y tienen más posibilidades de ascenso.
Hay una serie de conceptos que derivan de la tercera dimensión más política del género
como categoría de análisis relativa a las relaciones que establecen las mujeres y los
hombres a lo largo de su ciclo vital. En este apartado se abordan las relaciones
afectivo-sexuales en la adolescencia, con énfasis en el ideal del amor romántico y la
violencia en el noviazgo.
G3. El amor es lo más 12. Falacia del emparejamiento y conversión del amor de
importante y requiere pareja en el centro y la referencia de la existencia
entrega total
13. Atribución al amor de la capacidad de dar la felicidad
G4.El amor es posesión y 17. Mito del matrimonio como objetivo a alcanzar por la
exclusividad pareja
Otra posible clasificación, es la que nos aporta la autora Iría Marañón (2018a) que, aun
teniendo la misma base y posicionamiento teórico y crítico, idea una categorización con un
total de 12 mitos. En dicha ordenación, relaciona cada uno de los mitos con el ideal del
amor romántico, en contrapunto con un amor sano.
Cuadro 5. Relación de los mitos del amor romántico en contrapunto con el amor sano
Idealización del amor y de Basado en que la pareja Hay que educar en que
la persona amada puede aportarte todo cada persona es completa
aquello que te falta como en sí misma.
individuo.
El amor es una pasión que Frases como «quien bien El amor sano no hace
hace sufrir te quiere te hará llorar» o sufrir, ni hay peleas de
«no hay rosas sin forma constante.
espinas».
El amor dura toda la vida Hay parejas que se Forzar a que relaciones no
entienden y evolucionan positivas duren no hace
al mismo ritmo y más que perjudicar a las
consiguen que la relación partes implicadas.
dure. Pero no tiene por
qué ser así y no es un
signo de amor verdadero
la durabilidad del mismo.
Posesión y celos Los celos como muestra Hay que asumir que las
de amor. personas son libres e
independientes, con o sin
pareja.
Exclusividad y fidelidad Pensar que sólo se puede Cada pareja marca sus
amar o estar con una límites que acuerdan
persona porque lo cumplir y respetar, sin que
contrario no es amor. éstos deban ser
homogéneos para todas
las parejas.
Cambiar por amor Pensamiento de que por Por norma general, las
amor una persona puede personas no cambian. No
cambiar y corregirse con es sano estar con una
el tiempo. persona con la idea de
cambiarla.
Las mujeres tienen más probabilidad de reportarse como la única persona violenta
de la pareja; mientras que los hombres son más propensos a indicar sólo victimización
(Alegría, 2015).
6. CONCLUSIONES