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AMENIA

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Anemia

Datos y cifras

 La anemia es un grave problema de salud pública que afecta sobre todo a


niños de corta edad, mujeres embarazadas y en fase puerperal y
adolescentes y mujeres que menstrúan.
 Los países de ingresos bajos y medianos bajos soportan la mayor carga de
anemia, que afecta sobre todo a las poblaciones que viven en entornos
rurales, en hogares pobres y sin acceso a la educación formal.
 A escala mundial, se calcula que padecen anemia el 40% de los niños y
niñas de 6 a 59 meses, el 37% de las mujeres embarazadas y el 30% de las
mujeres de 15 a 49 años.
 En 2019, la anemia causó la pérdida de 50 millones de años de vida sana
por discapacidad. Las causas más importantes fueron la ferropenia, la
talasemia, la drepanocitosis y el paludismo (1).

Panorama general

La anemia es una enfermedad en la que el número de glóbulos rojos, o la


concentración de hemoglobina en los glóbulos rojos, es inferior a lo normal. Afecta
sobre todo a mujeres, niños y niñas.

La anemia se produce cuando no hay suficiente hemoglobina en el cuerpo para


transportar oxígeno a los órganos y tejidos.

En casos graves, la anemia puede causar deficiencias en el desarrollo cognitivo y


motor de los niños y las niñas. También puede causar problemas a las mujeres
embarazadas y a sus bebés.

La anemia puede deberse a mala alimentación, infecciones, enfermedades crónicas,


menstruaciones abundantes, problemas en el embarazo y antecedentes familiares. La
causa suele ser la falta de hierro en la sangre.

La anemia es una enfermedad prevenible y tratable.

En muchos entornos de ingresos bajos y medianos bajos, las causas más


comúnmente reconocidas de anemia son la carencia de hierro y el paludismo.

Magnitud del problema

Los grupos de población más vulnerables a la anemia son los menores de 5 años, en
particular los lactantes y los menores de 2 años, las adolescentes y las mujeres que
menstrúan, y las mujeres embarazadas y en fase puerperal.
Se calcula que la anemia afecta a 500 millones de mujeres de 15 a 49 años y a 269
millones de niños y niñas de 6 a 59 meses en todo el mundo. En 2019, padecían
anemia el 30% (539 millones) de las mujeres no embarazadas y el 37% (32 millones)
de las mujeres embarazadas de 15 a 49 años.

Las regiones de la OMS de África y Asia Sudoriental son las más afectadas por la
anemia, con cerca de 106 millones de mujeres y 103 millones de niños y niñas
afectados en el caso de África, y 244 millones de mujeres y 83 millones de niños y
niñas en el de Asia Sudoriental.

Signos y síntomas

La anemia provoca síntomas como fatiga, reducción de la capacidad para realizar


trabajo físico y dificultad para respirar. La anemia es un indicador de mala nutrición y
otros problemas de salud.

A continuación se enumeran algunos síntomas comunes e inespecíficos de la anemia:

 cansancio;
 mareos o sensación de aturdimiento;
 frío en manos y pies;
 cefalea;
 disnea, especialmente al realizar esfuerzos.

La anemia grave puede causar síntomas más importantes, como por ejemplo:

 palidez de las mucosas (boca, nariz, etc.);


 palidez de la piel y debajo de las uñas;
 respiración y ritmo cardíaco acelerados;
 mareos al ponerse de pie;
 aparición de hematomas con más facilidad.

Causas

La anemia se diagnostica cuando la concentración de hemoglobina en sangre es


inferior a los umbrales establecidos en función de la edad, el sexo y el estado
fisiológico. Se considera un síntoma de enfermedades subyacentes.

La anemia puede deberse a varios factores: carencias nutricionales, dieta inadecuada


(o absorción inadecuada de nutrientes), infecciones, inflamaciones, enfermedades
crónicas, afecciones ginecológicas y obstétricas y trastornos hereditarios de los
glóbulos rojos.

La carencia de hierro, debida principalmente a una ingesta inadecuada de hierro en la


dieta, se considera la carencia nutricional más común causante de anemia. Las
carencias de vitamina A, folato, vitamina B12 y riboflavina también pueden provocar
anemia debido a sus funciones específicas en la síntesis de hemoglobina y/o la
producción de eritrocitos. Otros mecanismos son la pérdida de nutrientes (por ejemplo,
pérdida de sangre por infecciones parasitarias, hemorragias asociadas al parto o
pérdidas menstruales), absorción deficiente, reservas reducidas de hierro al nacer e
interacciones entre nutrientes que afectan a la biodisponibilidad del hierro.
Las infecciones pueden ser otra causa importante de anemia, dependiendo de la carga
local de enfermedades infecciosas, como el paludismo, la tuberculosis, el VIH y las
infecciones parasitarias. Las infecciones pueden alterar la absorción y la
metabolización de los nutrientes (por ejemplo, el paludismo o la ascariasis) o provocar
la pérdida de nutrientes (por ejemplo, la esquistosomiasis o la anquilostomiasis).
Muchas enfermedades crónicas diferentes pueden causar inflamación y provocar
anemia por inflamación o por enfermedad crónica. La infección por VIH causa anemia
a través de una amplia gama de mecanismos que incluyen la producción ineficaz o la
destrucción excesiva de glóbulos rojos, la pérdida de sangre y los efectos secundarios
del tratamiento farmacológico.

Las pérdidas menstruales abundantes y constantes, el aumento del volumen


sanguíneo materno durante el embarazo y la pérdida de sangre durante y después del
parto, sobre todo en casos de hemorragia puerperal, suelen provocar anemia.

Además, en algunas regiones, los trastornos hereditarios de los glóbulos rojos son una
causa común de anemia. Se trata de enfermedades como la α- y β-talasemia, debidas
a anomalías en la síntesis de la hemoglobina, los trastornos de células falciformes
debidos a cambios en la estructura de la hemoglobina, otras hemoglobinopatías
debidas a variantes genéticas de la hemoglobina, anomalías de las enzimas de los
glóbulos rojos o anomalías de la membrana de los glóbulos rojos.

Tratamiento y prevención

El tratamiento y la prevención de la anemia dependen de la causa subyacente de la


enfermedad. Hay muchas formas eficaces de tratar y prevenir la anemia.

Introducir cambios en la dieta puede ayudar a reducir la anemia en algunos casos,


como por ejemplo:

 consumir alimentos ricos en hierro, folato, vitamina B12, vitamina A y otros


nutrientes;
 seguir una dieta sana y variada;
 tomar suplementos si así lo recomienda un profesional cualificado de la salud.

La anemia puede estar causada por otras afecciones de salud. A este respecto, cabe
adoptar las siguientes medidas:

 prevenir y tratar el paludismo;


 prevenir y tratar la esquistosomiasis y otras infecciones causadas por
geohelmintos (gusanos parásitos);
 vacunarse y practicar una buena higiene para prevenir infecciones;
 controlar enfermedades crónicas como la obesidad y los problemas digestivos;
 esperar al menos 24 meses entre embarazos y usar anticonceptivos para
prevenir embarazos no deseados;
 prevenir y tratar el sangrado menstrual abundante y las hemorragias antes o
después del parto;
 retrasar el pinzamiento del cordón umbilical después del parto (no antes de un
minuto);
 Tratar los trastornos hereditarios de los glóbulos rojos, como la enfermedad de
células falciformes y la talasemia.

Cuidado personal
Hay varias formas de prevenir y controlar la anemia en la vida cotidiana, como seguir
una dieta sana y variada y consultar pronto a un profesional de la salud si aparecen
síntomas de anemia.

Para mantener una dieta sana y variada es recomendable:

 consumir alimentos ricos en hierro, como carnes rojas magras, pescado y aves
de corral, legumbres (por ejemplo, lentejas y frijoles), cereales enriquecidos y
verduras de hoja verde oscura;
 consumir alimentos ricos en vitamina C (como frutas y verduras), ya que esta
ayuda al cuerpo a absorber el hierro;
 evitar los alimentos que ralentizan la absorción del hierro cuando se consumen
alimentos ricos en hierro, como el salvado de los cereales (harina integral,
avena), el té, el café, el cacao y el calcio.

Si se toman suplementos de calcio y hierro, hay que hacerlo a distintas horas del día.

Las personas que presentan sangrado menstrual abundante deben acudir al médico
para recibir tratamiento. Los médicos pueden recomendar suplementos de hierro o
anticonceptivos hormonales.

Algunas infecciones pueden provocar anemia. Para reducir el riesgo de infección hay
que lavarse las manos con agua y jabón y utilizar aseos limpios.

El paludismo también puede causar anemia. Las personas que viven en lugares donde
el paludismo es frecuente deben seguir las recomendaciones de las autoridades
locales de salud en materia de prevención. Si se sospecha que se tiene paludismo,
hay que buscar tratamiento rápidamente.

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