Historia de Int. Ps. LEOR 2024
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1. En la referencia evolutiva que ha seguido la orientación educativa, conviene tener en cuenta una doble
perspectiva: su evolución como disciplina científica y como actividad profesional, conscientes de que
ambas perspectivas se entremezclan en su revisión histórica.
Antecedentes más remotos: de carácter mítico-religioso relacionados con la astrología y la acción de
magos y sacerdotes. Su trabajo consistía en predecir conductas, clasificar a las personas, indicar pautas de
comportamiento y decidir el futuro profesional de los sujetos.
Época clásica: Sócrates (470-399 a.d.C.) destacó uno de los objetivos prioritarios de la orientación: el
conocimiento de sí mismo, Platón (427-347 a.d.C.) reparó en la necesidad de determinar las aptitudes de
los individuos para lograr su ajuste y adecuación social; y Aristóteles (384-322 a.d.C.) propugnó el
desarrollo de la racionalidad para poder elegir una actividad en consonancia con los intereses de los sujetos.
Edad Media: podríamos considerar a Carlomagno (742-8 4) el iniciador de la «orientación de clases» por el
empeño que puso en que las clases inferiores se instruyeran y se redimieran de su trabajo servil. La función
del «orientador» consistía en seleccionar a los más capacitados para que, una vez instruidos, se convirtieran
en asesores del poder o enseñantes de la aristocracia.
Renacimiento (s. XVI): destaca la figura de Paracelso (493- 54), Estudió los factores de personalidad y
de edad y nos legó 7 reglas para orientar la vida: 1ª Lo primero es mejorar la salud; 2ª Desterrar
absolutamente de tu ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza,
venganza y pobreza; 3ª Haz todo el bien posible; 4ª Hay que olvidar toda ofensa; 5ª Debes recogerte todos
los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con
los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el espíritu; 6ª
Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales; 7ª Jamás temas a los hombres nite inspire
sobresalto el DÍA mañana.
Etapa del Racionalismo y del Empirismo (s. XVII): surgen las corrientes o tendencias en orientación que mayor
impacto han tenido y continúan teniendo aún hoy. De la mano de Descartes, Spinoza y Leibniz, el racionalismo
otorgará plena confianza a la razón humana, se afirmará la utilidad del método para huir del error y construir
la ciencia y se afirmará la importancia de la «substancia». Con el empirismo de Locke, Hume, Berkeley y Bacon se
defenderá que la experiencia es la base de todos los conocimientos. Las influencias que en orientación
detectamos son, por una parte, la vía de la penetración comprensiva para resolver los problemas delser humano
y, por otra, la vía psicométrica de la medida y de la evaluación objetivas de los procesos psicológicos.
Etapa de la Ilustración (s. XVIII): no podemos olvidar a Jean-Jacques Rousseau (778) y las ideas de la
Revolución francesa. Rousseau en su obra, Emilio o la Educación, llama la atención sobre la necesidad de
estudiar las facultades del alumno, su forma de ver, pensar y sentir con el fin de adaptar la instrucción a las
diferencias individuales. La Revolución francesa reconoce a todos los ciudadanos el derecho a aspirar altipo
de trabajo que sus capacidades, virtudes y talentos les posibiliten.
Influencia del Positivismo (comienzos siglo XIX): Comte (798- 857) y Stuart Mill (806- 873) nos dejaron
el legado de considerar que el conocimiento se funda en los hechos y la actitud fundamental del científico
ha de someterse al objeto. A partir del positivismo todas las disciplinas pretenden adquirir un carácter
científico y realizar investigaciones sistemáticas y controladas aplicando la metodología cien- tífico-
experimental. Además, Augusto Comte, precursor de la sociología, nos legó el énfasis en la interconectividad
de los elementos sociales, cuestión que no puede pasar desapercibida al orientador.
A lo largo del siglo XIX una serie de acontecimientos nacidos unos de la filosofía imperante, otros
surgidos como consecuencia de los avances científicos, médicos y de los movimientos sociales y
económicos prepararon el caldo de cultivo para el nacimiento de la intervención y/o orientación como disciplina
formal aplicada inicialmente al campo vocacional-profesional; entre los más relevantes Martínez González
(998) destaca los siguientes:
1. El espíritu romántico de la época con su defensa de la individualidad logró, en no pocas ocasiones,
objetivar dicha individualidad y la unicidad del ser humano.
2. La influencia de algunos de los principios de la teoría evolucionista de Darwin propiciaron el desarrollo
de instrumentos para medir las diferencias individuales y de recursos con los que facilitar la adaptación de
los sujetos a distintos ambientes y situaciones
3. Los avances en neurología y psiquiatría permitieron la explicación de algunos tras- tornos mentales, la
clasificación de los mismos como base para la posterior intervención, la valoración y uso de la anamnesis
y la formalización de la entrevista estructurada.
4. Los avances de la matemática y la posibilidad de aplicarla al estudio del comportamiento humano
propiciaron la aparición de la psicometría y de la pedagogía experimental.
5. La creciente necesidad de elevar el nivel cultural de los ciudadanos y de rentabilizar el trabajo hicieron que se
desarrollaran técnicas para conocer las capacidades de los escolares y trabajadores, y que se tratara de
adecuar a las mismas, tanto la oferta educativa, como el tipo de trabajo.
En el siglo XX cabe señalar, en primer lugar, la evolución seguida por la corriente de la salud mental: a principios
de este siglo se reclaman condiciones adecuadas para los enfermos mentales de los hospitales, que hasta
entonces se hallaban en situaciones infrahumanas (Beers, 908). Destaca Freud (856- 939) que elabora la
primera gran teoría de la personalidad y el estudio de los desórdenes psicológicos, especialmente la neurosis
y, como tercer gran hito en el desarrollo de la salud mental, se produce un cambio desde el enfoque
intrapsíquico al enfoque interaccional. Con la vuelta a casa de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial
las disfunciones emocionales comienzan a ser tratadas por psicólogos y orientadores, quienes hacen ver la
importancia del ambiente y sus circunstancias en la vida de las personas.
En el siglo XX se producen numerosos intentos de integrar los servicios y las actividades de orientación en
los centros escolares y se lleva a cabo una intensa labor legislativa que permite mejorar la atención y orientación
al alumnado, al profesorado y a los familiares.
En el siglo XXI, ya incardinada plenamente la orientación en el ámbito escolar, se comienza a reflexionar
sobre los modelos institucionales que se proponen, comparando unos con otros, buscando unificar criterios y,
sobre todo, buscando fórmulas de orientación que respondan a los nuevos retos y situaciones de la realidad
actual de la «escuela que cambia» y «la escuela que aprende» (Santos Guerra, 200). En este siglo el acento no
se pone tanto en la orientación vocacional o profesional, cuanto en la orientación educativa y personal. Los
docentes necesitan que el orientador les indique, entre otras cosas, cómo desarrollar en el alumnado habilidades
sociales, cómo ayudar a gestionar los conflictos, cómo conseguir el autocontrol y la auto-orientación ensí mismos
y en los estudiantes, cómo prevenir y manejar la violencia, cómo generar una buena convivencia y, sobre todo,
cómo atender la diversidad. Quizá sean estos últimos los que reclaman mayor tiempo en la labor profesional del
orientador escolar a comienzos del siglo XXI.
2. CONCEPTO DE INTERVENCIÓN (ORIENTACIÓN)