Dec Artistico
Dec Artistico
Dec Artistico
DESREGULACIÓN EMOCIONAL Y
CONDUCTUAL (DEC)
PROTOCOLO DE ACCION
INTERVENCIÓN EN CRISIS
ADULTOS RESPONSABLES:
Nivel 1
Estrategia básica de intervención frente a situaciones leves de corta duración.
RECOMENDACIONES DE MANEJO
En todos los casos, intentar dar más de una alternativa, de modo que la persona
pueda elegir, como un primer paso hacia el autocontrol. Paralelamente, analizar
información existente o que pueda obtenerse, sobre el estado del estudiante antes
de la desregulación, por ejemplo, si durmió mal, si sucedió algún problema en su
casa o traslado, algún evento “gatillador” en el aula, que aporten al manejo
profesional.
Nivel 2
Aumento de la desregulación emocional y conductual, con ausencia de
autocontroles inhibitorios cognitivos y riesgo para sí mismo/a o terceros.
Encargado:
PIE ESTUDIANTES EN GENERAL EMERGENCIAS
DANIEL SANDOVAL HEBERT FIGUEROA DOLLY TAPIA
Emergencias: Colabora en caso de ausencia de los otros profesionales.
NIVEL 3
En circunstancias extremas puede requerirse trasladar al estudiante a Urgencia del
hospital regional Dr. Juan Noe Crevani, para lo cual es relevante definir de manera
conjunta la forma de proceder y, en acuerdo con apoderado, la forma de
traslado, con apego a la normativa y a la seguridad de todas las partes
involucradas.
PROCEDIMIENTO DE DESREGULACIÓN EMOCIONAL Y CONDUCTUAL 1
1 Orientaciones Protocolo de espuesta a situaciones de desregulación emocional y conductual en establecimientos educacionales. (MINEDUC, 2022)
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• CARACTERÍSTICAS DE LA DEC: No es un diagnóstico en sí, puede aparecer en distintos
grados; subyacer a distintas condiciones como por ejemplo Espectro Autista, Trastorno de
Ansiedad, Déficit Atencional con Hiperactividad entre otros, sino que ser gatillados por factores
estresantes del entorno físico y social en niños, niñas y jóvenes con mayor vulnerabilidad
emocional, -incluyendo el comportamiento de los adultos; se relaciona principalmente con
comportamiento de tipo disruptivo y de menor control de los impulsos.
• INTERVENCIÓN EN CRISIS (IC): Es la estrategia que se utiliza como primer auxilio -emocional
y físico- y se aplica en el momento crítico cuyo objetivo es que la persona salga del estado de
trastorno y recupere la funcionalidad para afrontar el evento a nivel emocional, conductual y
racional, por lo tanto, es una ayuda breve e inmediata de apoyo a la persona para restablecer su
estabilidad personal a nivel emocional, físico, cognitivo, conductual- social. Considera proporcionar
ayuda, reducir el riesgo para sí y otros y conectar con los recursos de ayuda cuando se requiere.
Una vez superado el momento de crisis, se debe determinar la necesidad (o no) de derivar a una
intervención en centro de asistencia de salud y/o intervención de segunda instancia por parte de
profesionales externos especializados como psicólogos, neurólogos o psiquiatras, entre otros
posibles y se informa a la brevedad a la familia. En el caso de estudiantes que se encuentren en
tratamiento anterior con especialistas externos al establecimiento educacional como por
ejemplo psicoterapia o fármacos, la coordinadora PIE, asistente social del nivel y profesor jefe,
deben disponer de la información e indicaciones relevantes del médico, u otro profesional tratante,
ante la eventualidad de un episodio de DEC y que el/ la estudiante necesite el traslado a un
servicio de urgencia y dicha información sea requerida. Es responsabilidad de la familia
entregar dicha información y su manejo y uso por parte de los encargados en el
establecimiento educacional siempre debe contar con el acuerdo (consentimiento) previo de
la familia, asegurando la confidencialidad que amerita cada caso. Asimismo, es
fundamental que, con antelación, se haya establecido, y registrado donde corresponda al
adulto responsable de la familia, tutor legal o persona significativa con quien comunicarse
ante dicha situación.
• ACTITUDES PARA REALIZAR IC: Los adultos responsables deben mantener la calma, ajustar
su nivel de lenguaje y comunicarse de manera clara, precisa, concisa, sin largos discursos; con voz
tranquila, expresando gestos que transmitan serenidad (comunicación no verbal), ya que, de lo
contrario, existe el riesgo de que la intervención pueda agravar los hechos o consecuencias para el
propio NNAJ y para su entorno inmediato.
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consideración a la temática que aborda este texto. “Lo anterior no implica consentir o justificar una
conducta desadaptativa, atribuyéndola a una característica de la condición del estudiante (como
puede ser el autismo), sino que, teniendo en cuenta los factores asociados a esta condición u
otra, tomar las mejores decisiones sobre las acciones formativas que corresponde implementar
en cada caso, de manera flexible y adaptada a la persona y a sus circunstancias particulares.
Así, por ejemplo, una medida disciplinaria como la suspensión de clases, si bien puede ser una
consecuencia apropiada para modificar la conducta “ indeseada” de un estudiante determinado,
puede no serlo para otro, para quien resulta en un premio o en un refuerzo a su comportamiento”.
Todas las medidas y criterios tanto generales como particulares deben ser conocidos y manejados
por los miembros de la comunidad escolar e informados a la familia, quienes facilitarán a su vez la
coordinación con los especialistas externos.
II. PREVENCIÓN
1. CONOCER A LOS ESTUDIANTES: De modo de identificar a quienes por sus características y/o
circunstancias personales y del contexto, pueden ser más vulnerables a presentar episodios de
DEC. Por ejemplo: Estudiantes con condición del Espectro Autista, NNAJ severamente maltratados
y/o vulnerados en sus derechos, estudiantes con abstinencia de consumo de sustancias,
estudiantes que presentan trastornos autolesivos, destructivos, de descontrol de impulsos y la
conducta, negativistas u oposicionistas desafiantes, estudiantes con trastorno de déficit atencional
con hiperactividad/impulsividad, entre otros.
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3.1. En el Espectro Autista son más vulnerables y fallan más en el empleo de estrategias de
autorregulación, por lo que les requiere mucha energía y esfuerzo manejar los niveles de
ansiedad y no propiciar desbordes constantes. Por ello, se suman otros factores
desencadenantes relacionados con el entorno físico y social sobre los cuales también es
posible intervenir preventivamente:
a. Entorno físico:
Entornos con sobrecarga de estímulos (luces intensas, ruidos fuertes, colores fuertes e
intensos, exceso de materiales o decoraciones, etc.). Si no se pueden controlar, permitir usar
elementos que minimicen los estímulos como tapones, auriculares, gafas, entre otros.
b. Entorno social
• Ajustar el lenguaje. Mantener una actitud tranquila. Aprender a estar en silencio y en calma en
momentos en que el NNAJ presenta altos niveles de ansiedad.
• Reconocer momentos en que el NNAJ está preparado para aprender. No se puede enseñar
en momentos de desregulación.
• No juzgar ni atribuir ‘automáticamente’ mala intención.
• Dar tiempo al NNAJ para que dé a conocer lo que le pasa. En los momentos de mayor estrés
lo primero que se pierde es la capacidad para expresarse. Es preferible que no haya
demandas lingüísticas en ese momento y se deje para más tarde.
• Aceptar y reconocer sus sentimientos. No hay sentimientos malos, lo que puede estar mal son
las conductas asociadas. No negar lo que sienten.
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• Respetar los momentos de soledad, porque les ayudan a relajarse. Tratar de asegurar
entornos amigables en todos los contextos sociales en que participa el NNAJ. Informar
sobre sus necesidades de apoyo a las personas con las que se relaciona.
4. Redirigir momentáneamente al estudiante hacia otro foco de atención con alguna actividad que
esté a mano, por ejemplo, pedirle que ayude a distribuir materiales, con el computador u otros
apoyos tecnológicos.
6. Otorgar a algunos cuando sea pertinente- tiempos de descanso en que puedan, por ejemplo, ir
al baño o salir de la sala. Estas pausas, tras las cuales debe volver a finalizar la actividad que
corresponda, deben estar previamente establecidas y acordadas con cada NNAJ y su familia. Es
importante que los adultos que participen en cada caso estén informados de la situación.
7. Utilizar refuerzo conductual positivo frente a conductas aprendidas con apoyos iniciales,
que son adaptativas y alternativas como por ejemplo sobre cosas favoritas, hobbies, objeto
de apego; para ello es deseable que los profesionales que planifiquen los apoyos y
refuerzos también participen con el/la estudiante en espacios distintos a los académicos,
donde puedan hacer cosas en conjunto, compartir, entretenerse, conversar, jugar. En el
caso de NNAJ sin lenguaje oral, para identificar reforzadores será deseable según el caso, utilizar
pictogramas, gestos, lengua de señas chilena, preguntar a personas cercanas de su entorno
valoradas positivamente por el/la estudiante, entre otras alternativas. Es necesario reforzar
inmediatamente después de ocurrida la conducta, de lo contrario podría estarse reforzando otra;
también, dicha conducta debe ser reforzada de manera similar por todas las personas adultas, ya
que no servirá si cada uno aplica el refuerzo como quiere o un día sí y otro no .
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Así también, se le puede solicitar que especifique qué sensaciones ocurren en su cuerpo con cada
emoción, o qué pensamientos tiene cuándo se siente así. Dependiendo de la edad y del nivel del
estudiante, se podrá hacer de forma más o menos sencilla o utilizando mayor o menor apoyo visual.
9. Diseñar con anterioridad reglas de aula, así cuando cualquier NNAJ durante la clase sienta
incomodidad, frustración, angustia, adecuando el lenguaje a la edad y utilizando, si se requiere,
apoyos visuales u otros pertinentes adaptados a la diversidad del curso. Estipular previamente cómo
hará saber de esto a su docente y profesionales de apoyo en aula. Ejemplo: usar tarjetas de alerta
disponibles o una seña previamente consensuada, que pueda mostrar a su docente, para que se inicie
el accionar conforme a este protocolo en lo que respecta a la etapa inicial.
Para casos específicos, por ejemplo, estudiantes en el espectro autista, sería deseable, además,
establecer con anterioridad contratos de contingencia, en los cuales esté escrito cómo el NNAJ hará
saber esto, a quién y cuál será el marco de actuación de los profesionales del establecimiento y,
apegarse en lo posible a dichas indicaciones.
Además, se debe estar atento a necesidades de adaptación de las reglas generales del aula que
contribuyan a una sana convivencia escolar. En algunos casos, con ayuda de los estudiantes, se
pueden publicar en muros de la sala, con diseños creativos e inclusivos, reglas generales consideradas
por todo el curso como las más relevantes, que permitan ser usadas como recordatorios de los
comportamientos esperados.
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III. INTERVENCIÓN
Para el efectivo diseño y aplicación de un plan de intervención, es deseable partir por describir, en cada
caso, lo observable de las conductas de DEC, evitar inferir o categorizar anticipadamente respecto
de sus causas o acerca del estudiante, agregando la observación descripción de lo que hacen las
personas que estaban cerca antes y después de la aparición de la DEC, además de identificar estímulos
externos o internos (sensaciones, recuerdos, emociones) que podrían desencadenarla, aumentarla
o disminuirla.
En algunos casos será posible identificar etapas de evolución de la desregulación emocional y
conductual, o solo la aparición en diversos niveles de intensidad. Para efectos de organización de los
apoyos, se describen tres etapas por grado de intensidad de la desregulación y complejidad de los
apoyos requeridos.
1. Etapa inicial: previamente haber intentado manejo general sin resultados positivos y sin que
se visualice riesgo para sí mismo/a o terceros.
• Cambiar la actividad, la forma o los materiales, a través de los que se está llevando a cabo la
actividad; por ejemplo, cuando reacciona con frustración en alguna actividad artística con témpera,
permitir que utilice otros materiales para lograr el mismo objetivo.
• En los más pequeños pueden usarse rincones con casas de juego en donde permanezcan al
detectarse la fase inicial de la desregulación y antes de su amplificación en intensidad, y donde
pueda recibir atención y monitoreo de un adulto hasta que se reestablezca a su estado inicial;
permitirle llevar objetos de apego, si los tiene.
• Utilizar el conocimiento sobre sus intereses, cosas favoritas, hobbies, objeto de apego en la
estrategia de apoyo inicial a la autorregulación.
• Si se requiere, permitirle salir un tiempo corto y determinado a un lugar acordado anticipadamente en
contratos de contingencia, que le faciliten el manejo de la ansiedad y autorregularse emocionalmente,
por ejemplo, en este caso el contrato y su marco de actuación debe contemplar al encargado del
estudiante. Además, se deben considerar factores como la edad, situaciones de discapacidad física
y/o intelectual, trastornos de salud mental u otros, en los apoyos que pueda requerir durante el
tiempo fuera del aula.
• Si durante el tiempo establecido que se mantendrá fuera del aula, por su edad u otras razones,
requiere compañía de la persona a cargo, esta puede iniciar contención emocional-verbal, esto es,
intentar mediar verbalmente en un tono que evidencie tranquilidad, haciéndole saber al estudiante
que está ahí para ayudarle y que puede, si lo desea, relatar lo que le sucede, dibujar, mantenerse
en silencio o practicar algún ejercicio.
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Algunos otros ejemplos de acciones que puede desarrollar la persona a cargo, adaptables conforme a
diferentes edades y características del estudiante, podrían ser:
• Motivar a tumbarse en el piso boca arriba: “respira profundo por la nariz y bota el aire por la boca”;
“cuenta del 1 al 20 mentalmente descansando y repítelo varias veces”. Si se siente incómodo al
cerrar los ojos, no insistir. Indicar algunas alternativas: “Podemos poner un poco de música. ¿Qué
música te gusta? ¿Prefieres quedarte en silencio? Si quieres podemos dibujar en la pizarra o en una
hoja lo ocurrido… no te preocupes tenemos un tiempo, y podemos conseguir más si se necesita.
¿Quieres tu muñeco/juguete/foto/? (Procurar tener en el colegio un objeto de apego, cuando es
pertinente conforme edad o diagnóstico conocido). En el caso de quienes presenten trastorno del
espectro autista (TEA), será necesario posibilitar la manipulación de objetos con los cuales no
pueda hacerse daño o la realización de alguna actividad monótona que utilice para controlar su
ansiedad.
En todos los casos, intentar dar más de una alternativa, de modo que la persona pueda elegir, como un
primer paso hacia el autocontrol. Paralelamente, analizar información existente o que pueda obtenerse,
sobre el estado del estudiante antes de la desregulación, por ejemplo, si durmió mal, si sucedió algún
problema en su casa o traslado, algún evento “gatillador” en el aula, que aporten al manejo profesional.
a) Algunos ejemplos de acciones generales adaptables conforme a edad y características del estudiante,
para esta etapa podrían ser:
• Permitirle ir a un lugar que le ofrezca calma o regulación sensorio motriz (por ejemplo, una sala
previamente acordada que tenga algunos implementos que le faciliten volver a la calma).
• Permitir, cuando la intensidad vaya cediendo, la expresión de lo que le sucede o de cómo se
siente, con una persona que represente algún vínculo para él/ella, en un espacio diferente al aula
común, a través de conversación, dibujos u otra actividad que le sea cómoda.
• Conceder un tiempo de descanso cuando la desregulación haya cedido.
• Llevar al estudiante a un lugar seguro y resguardado, idealmente en un primer piso. Por ejemplo:
sala de recursos, sala sensorial, sala acondicionada.
• Evitar trasladarlo a lugares con ventanales en techos o ventanas sin cortinaje, o con estímulos
similares a los desencadenantes de la crisis de desregulación (por ejemplo, imágenes, olores, que
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lo miren a los ojos preguntándole por su estado).
• Retirar elementos peligrosos que estén al alcance del estudiante: tijeras, cuchillos cartoneros,
piedras, palos, otros.
• Reducir los estímulos que provoquen inquietud, como luz, ruidos.
• Evitar aglomeraciones de personas que observan.
En estas etapas, idealmente, debe haber tres adultos a cargo de la situación de DEC, cada uno con
diferentes funciones: encargado, acompañante interno y acompañante externo.
• Encargado/a: Persona a cargo de la situación, con rol mediador y acompañante directo durante
todo el proceso. Es deseable que tenga un vínculo previo de confianza con el NNAJ y algún grado
de preparación. Para tal efecto, varias personas deben contar con entrenamiento previo.
Para abordar una situación de DEC en esta etapa, la persona encargada debe comunicarse con un
tono de voz tranquilo, pausado y cariñoso. No demostrar enojo, ansiedad o miedo, sino una actitud
de calma y serenidad, procurando no alterar más la situación. Si no logra afrontar apropiadamente
la situación desde el ámbito personal, es importante pensar en hacer un cambio de encargado/a, lo
cual puede ser temporal, mientras se le capacita, o definitivo.
• Acompañante interno: adulto que permanecerá en el interior del recinto junto al estudiante y
encargado, pero a una distancia mayor, sin intervenir directamente en la situación. Permanecerá
mayormente en silencio, siempre alerta y de frente al estudiante con una actitud de resguardo
y comprensión.
• Acompañante externo: adulto que permanecerá fuera de la sala o recinto en donde ocurra la
situación de contención; debe coordinar la información y dar aviso al resto del personal según
corresponda (llamar por teléfono, informar a directivos u otros).
Al finalizar la intervención es deseable dejar registro del desarrollo en la Bitácora (Anexo propuesta de
bitácora) para evaluar la evolución en el tiempo de la conducta del estudiante conforme a la intervención
planificada, así como el progreso en las capacidades y competencias de la comunidad escolar para
abordar este tipo de situaciones.
Es relevante que en el establecimiento educacional se cuente con un plan de autocuidado para
profesionales que trabajan con estudiantes de mayor desregulación emocional y conductual.
La persona que cumple el papel de acompañante externo es la encargada de dar aviso a la familia y
apoderado/a. Con la llegada de este, en el caso que pueda hacerse presente en el lugar, se efectúa
la salida del acompañante interno, quedando encargado y apoderado/a en la tarea de “acompañar” al
estudiante.
Cuando las probabilidades de desregulación emocional y conductual se encuentran dentro de un
cuadro clínico o de características definidas, como por ejemplo, síndrome de abstinencia o del espectro
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autista, entre otros, los procedimientos de aviso a apoderados y si este podrá o no hacerse presente,
deben estar establecidas con anterioridad en contratos de contingencia, donde se especifiquen las
acciones y responsables del proceso, medios por los que se informará al apoderado/a y la autorización
de este/a para los mismos; dicha información debe estar en conocimiento del personal a cargo del
manejo de la crisis de desregulación.
En todos los casos, el equipo psicoeducativo en coordinación con profesor jefe en conocimiento del
particular contexto familiar y la condición laboral y/o emocional del apoderado, orientará sobre la
responsabilidad que debiera asumir en estos apoyos, estableciendo siempre medios para
mantenerle informado en el caso de DEC y del manejo que en el establecimiento se está
desarrollando, a la vez de considerar siempre la información y opinión del apoderado/a en los aspectos
que faciliten la mejor intervención y el trabajo colaborativo.
3. Cuando el descontrol y los riesgos para sí o terceros implican la necesidad de contener físicamente
al estudiante:
Esta contención tiene el objetivo de inmovilizar al NNAJ para evitar que se produzca daño a sí mismo o
a terceros, por lo que se recomienda realizarla solo en caso de extremo riesgo para un/a estudiante o
para otras personas de la comunidad educativa. Su realización debe ser efectuada por un/a profesional
capacitado que maneje las técnicas apropiadas: acción de mecedora, abrazo profundo. Para efectuar
este tipo de contención debe existir autorización escrita por parte de la familia para llevarla a cabo, y
solamente cuando el estudiante dé indicios de aceptarla, ya que puede tener repercusiones negativas
en el momento o a futuro.
Es de utilidad elaborar el Protocolo de contención para cada estudiante y en cada situación (sala
de clase, recreo, otro), de modo que se identifique su necesidad, con respeto a su dignidad. Se
recomienda que sea elaborado en conjunto por quienes intervengan con el NNAJ generando criterios
consensuados, acompañado por una bitácora (ver Anexo) para mantener un registro de la evolución
de la conducta en el tiempo conforme a la intervención planificada. Algunos aspectos claves que
debiera incluir el Protocolo son: situación en la que es preciso su uso, personal necesario y sus roles
específicos, duración de la contención física, cuándo y dónde dar por finalizado su uso, cómo actuar
después con NNAJ30. En lo posible, incluir en su elaboración un profesional de un organismo externo
colaborador, por ejemplo, profesionales del Ministerio de Salud del área de la salud mental o supervisor/a
de educación especial de los Departamentos Provinciales de Educación del MINEDUC, en especial
en la revisión de las normas referidas al respeto a los derechos de los NNJA y sus implicancias
éticas u otro. En circunstancias extremas puede requerirse trasladar al estudiante a centros de salud,
para lo cual es relevante que los responsables en el establecimiento puedan previamente establecer
contacto con el centro de salud más cercano, para definir de manera conjunta la forma de proceder
y, en acuerdo con apoderado, la forma de traslado, con apego a la normativa y a la seguridad de
todas las partes involucradas. Además de los posibles factores desencadenantes ya señalados, en
algunos casos dicha desregulación emocional y conductual puede darse asociada a efectos adversos
de medicamentos neurológicos o psiquiátricos31, de ahí la importancia de la articulación con la familia
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y los centros de salud.
* Importante en todas las etapas descritas: no regañar al estudiante, no amenazar con futuras sanciones
o pedir que “no se enoje”, no intentar razonar respecto a su conducta en ese momento.
* En situaciones donde existe alto riesgo para el/la estudiante o terceros, es importante coordinarse
con equipo médico tratante o efectuar derivación a médico psiquiatra, para recibir el apoyo pertinente
y orientaciones de acciones futuras conjuntas, ya que pueden existir diagnósticos concomitantes que
requieran de tratamiento médico y/o de otros especialistas.
Esta etapa debe estar a cargo de profesionales psicoeducativo en coordinación con equipo de ciclo Tras
un episodio de DEC, es importante demostrar afecto y comprensión, hacerle saber al estudiante que
todo está tranquilo y que es importante hablar de lo ocurrido para entender la situación y solucionarla,
así como evitar que se repita.
• Se deben tomar acuerdos conjuntos para prevenir en el futuro inmediato situaciones que pudiesen
desencadenar en una desregulación. A la vez, informarle que dispondrá de profesionales de apoyo
para ayudarle a poner en práctica estos acuerdos, y que pueda expresar lo que le molesta o requiere
(sin DEC) o logrando un mayor autocontrol de la situación. Señalar que siempre el objetivo será
evitar que esto vuelva a ocurrir, pues se comprende que para él/ella es una situación que no desea
repetir.
• Es importante apoyar la toma de conciencia, acerca de que todos los estudiantes tienen los mismos
derechos y deberes, y en caso de haber efectuado destrozos u ofensas se debe responsabilizar
y hacer cargo, ofreciendo las disculpas correspondientes, ordenando el espacio o reponiendo los
objetos rotos, conforme a las normas de convivencia del aula y establecimiento.
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• La propia reparación de los sentimientos y emociones evocados en dicha desregulación emocional
y conductual deben ser considerados en un diseño de intervención a mediano plazo (más allá
de la contención inicial), que incluya un análisis sobre la necesidad de mejora en la calidad de
vida general del estudiante y el desarrollo de habilidades alternativas. Así, en la línea de la propia
reparación es relevante considerar:
• La intervención sobre la calidad de vida; una insatisfacción amplia en la vida cotidiana es un factor
que puede contribuir a la aparición y mantención de estas conductas. Se requiere indagar sobre
bienestar personal, la calidad de las relaciones con sus pares, con la familia, las oportunidades de
participar en actividades atractivas y significativas y lo que le gustaría hacer en comparación con
lo que cotidianamente hace.
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BITÁCORA DESREGULACIÓN EMOCIONAL Y CONDUCTUAL (DEC)
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