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4 Analgesia Del Parto

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Protocolos Asistenciales en Obstetricia

Analgesia del parto


Protocolo actualizado en octubre de 2010
(Protocolo avalado por la SEDAR-Sociedad Española de Anestesia y
Reanimación)

Uno de los grandes miedos de la mujer embarazada es el miedo al dolor del parto. Es
conocido que todos los partos duelen y duelen mucho. El dolor del parto es agudo y de
una gran variabilidad. Preguntadas por la intensidad del dolor, el 20% de las
parturientas lo describen como insoportable, el 30% como intenso, el 35% como
moderado y tan sólo el 15% señalan la intensidad como mínima (1). Este dolor además
se acentúa durante el expulsivo.

El dolor durante el parto no aporta ningún beneficio. Además de su efecto psicológico


negativo sobre la madre, puede ocasionar una mala perfusión de la placenta a través
de múltiples mecanismos como son el aumento del consumo de oxígeno, del gasto
cardiaco, de la presión arterial y de los niveles plasmáticos de catecolaminas, posibles
responsables de hipoxia y acidosis en el feto (2). Sin embargo, una placenta con una
reserva funcional suficiente, puede compensarlo en gran parte.

Aunque actualmente en amplias zonas del norte de Europa y otras regiones, el dolor
del parto se tolera por la situación psicológica previa, en nuestra geografía el alivio del
dolor durante el parto es demandado por la mayoría de las gestantes y se considera un
derecho esencial de las mismas. La analgesia debe ofrecerse a todas las mujeres de
parto, y salvo negativa de la mujer o contraindicación médica expresa, no existe
ninguna razón que justifique el que no se alivie el dolor durante el parto. Los
obstetras, como responsables últimos de proceso del parto, debemos implicarnos
activamente en el alivio de este dolor, pero es muy importante considerar que la
analgesia durante el parto es un trabajo multidisciplinar, en el que sólo con una gran
colaboración se obtienen los mejores resultados.

Por anestesia se entiende la falta o privación general o parcial de la sensibilidad, ya


sea por efecto de un padecimiento o bien sea producida de forma artificial. La
analgesia es la falta o supresión de toda sensación dolorosa, sin pérdida de los
restantes modos de la sensibilidad. Es lo deseable para el parto y es lo que se intenta
con la analgesia local o locorregional (3).

Se recomienda satisfacer, en la medida de lo posible, las expectativas de la mujer


en relación con el alivio del dolor durante el parto. (B)

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Pº de la Habana, 190 Bajo (28036) Madrid. E-mail: sego@sego.es | Tel.: 91 350 98 16 | Fax: 91 350 98 18
MECANISMOS DE DOLOR DURANTE EL PARTO

En el parto se suceden dos etapas con diferente génesis del dolor y cuyo conocimiento
es de relevancia para su tratamiento.

En el periodo de dilatación predomina un dolor de tipo visceral, transmitido por las


raíces T10-L1, que tiene como origen la dilatación del cérvix, del segmento uterino
inferior y del cuerpo uterino. Su intensidad se relaciona directamente con la presión
ejercida por las contracciones. Este dolor se alivia con técnicas de bloqueo
locorregional de dichas raíces.

En el periodo expulsivo se añade un dolor somático intenso y mejor localizado, que se


debe al efecto compresivo de la cabeza fetal sobre las estructuras pélvicas y al
estiramiento y desgarro de los tejidos del tracto de salida y del periné. Estos estímulos
se transmiten por los nervios pudendos hasta las raíces S2-S4, con lo que un bloqueo
de dichos nervios puede aliviarlo.

MECANISMOS DE ALIVIO DEL DOLOR DURANTE EL PARTO

Se han descrito numerosos mecanismos para el alivio del dolor durante el parto que se
pueden clasificar de la siguiente manera:

Métodos no farmacológicos

• De eficacia demostrada:
• Apoyo durante el parto.
• De eficacia variable:
• Inyección dérmica de suero estéril en la primera fase del parto.
• Inmersión en agua.
• De eficacia poco documentada:
• Psicoprofilaxis.
• Hipnosis.
• Acupuntura.
• De ineficacia demostrada:
• Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) en la primera fase
del parto.

Métodos farmacológicos

• Anestesia inhalatoria
• Analgesia parenteral (intramuscular o intravenosa)
• Bloqueo paracervical
• Bloqueo de nervios pudendos
• Analgesia local
• Bloqueo neuroaxial (epidural, subaracnoideo y epi-intradural)
• Anestesia general

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MÉTODOS NO FARMACOLÓGICOS DE EFICACIA DEMOSTRADA

Apoyo durante el parto

Tras la revisión Cochrane publicada en 2006 (4), el apoyo continuo de la parturienta


debe ser considerado como efectivo en el alivio del dolor. En esta revisión de 15
estudios con un total de 12.791 mujeres, se observa que las mujeres que recibieron
apoyo intraparto continuo fueron menos proclives a cualquier tipo de analgesia
intraparto (11 estudios, n=11.051, RR=0.87, IC95%: 0.79-0.96) o a mostrarse
insatisfechas en su experiencia del parto (6 estudios, n=9.824, RR=0.73, IC95%:
0.65-0.83) y tuvieron menos partos instrumentales (14 estudios, n=12.757, RR=0.89,
IC95%: 0.83-0.96) (NE=Ia-A).

En general los beneficios fueron mayores si el acompañante no era personal del


hospital, si el apoyo fue de inicio temprano y cuando este apoyo se producía en
centros que no disponían de analgesia epidural de rutina (4).

Los autores concluyen que todas las mujeres deberían de contar con un apoyo
continuo durante el parto y que esta práctica debería ser la regla y no la excepción. Se
deben realizar todos los esfuerzos posibles para garantizar que los lugares donde se
realiza el parto no sean descalificantes, estresantes, que brinden privacidad e impartan
respeto y que no se caractericen por intervenciones de rutina que aumenten riesgos
sin beneficios claros (4).

Por su eficacia en el alivio del dolor, se recomienda el apoyo continuo y el


acompañamiento de la parturienta durante el parto por la persona de su elección.
(A)

MÉTODOS NO FARMACOLÓGICOS DE EFICACIA VARIABLE

Inyección dérmica de suero estéril

La inyección intra/subdérmica de 0.05-0.1 ml de suero estéril en cuatro puntos


predeterminados de la región sacra (2-3 cm por debajo y 1-2 cm medial con respecto
a la espina iliaca postero-superior), tras 30 segundos de picor y/o dolor, produce un
alivio del dolor lumbar de las primeras fases del parto durante 60-90 minutos. Esta
técnica, que puede ser administrada por un médico o por una enfermera, puede ser
repetida tras una hora (5).

Los cuatro ensayos clínicos controlados y aleatorizados con un total de 254 mujeres en
el grupo de estudio, incluidos en una revisión sistemática de 2002 (6) son coincidentes
con respecto a su eficacia, con lo que este método puede ser recomendado para el
alivio del dolor lumbar durante el parto (NE=Ia-A).

Aunque no se ha demostrado de forma unánime una disminución en el uso de otros


tipos de analgesia (probablemente por su efecto localizado a nivel dorsal y no
abdominal), puede ser especialmente útil en el alivio de los dolores lumbares intensos
que a veces se producen en etapas precoces del parto, en mujeres que desean
retrasar la analgesia epidural o cuando la misma está contraindicada o no disponible.
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Es un procedimiento fácil de realizar, barato y no tiene riesgos conocidos, excepto el
dolor transitorio en la zona de punción.

Las mujeres que elijan utilizar la inyección de agua estéril durante el parto deben
ser informadas de que proporciona alivio del dolor lumbar, pero que la inyección
intradérmica produce escozor y dolor intenso momentáneos. (A)

Inmersión en agua

En una revisión sistemática con 8 estudios y 2.939 mujeres incluidas (7) se pone de
manifiesto que la inmersión en agua durante la fase activa del parto reduce
significativamente el dolor (1 estudio, OR=0.23, IC95%: 0.08-0.63), así como el uso
de analgesia (4 estudios, OR=0.84, IC95%=0.71-0.99) (NE=Ia-A). Los efectos de la
inmersión durante el expulsivo son más discutibles.

En nuestro país son muy escasos los centros con bañeras o piscinas que permitan este
tipo de parto. Se recomienda la inmersión en agua a 37ºC hasta cubrir el abdomen
una vez alcanzados los 4-5 cm de dilatación y mantenerla durante 1-2 horas (6). Con
estas medidas y aunque la bolsa amniótica esté rota, no parece existir un aumento de
infección materna o fetal.

Se recomienda la inmersión en el agua caliente como un método eficaz del alivio de


dolor durante la fase tardía de la primera etapa del parto. (A)

MÉTODOS NO FARMACOLÓGICOS DE EFICACIA POCO DOCUMENTADA

Psicoprofilaxis

Las sesiones de preparación al parto pretenden conseguir una buena preparación


psicológica y generalmente enseñan técnicas de respiración y relajación, que buscan
disminuir la ansiedad y aumentar el umbral frente al dolor. Sin embargo, en la
literatura hay pocos trabajos que respalden su efectividad (8,9,10), quizás debido a
dificultades de tipo metodológico.

Hipnosis

En tres estudios sobre hipnosis durante el parto (n=189), las mujeres se sintieron más
satisfechas con el dolor percibido en su parto que las mujeres del grupo control
(RR=2.33, IC95%: 1.55-4.71) (11).

De cualquier forma, la hipnosis únicamente es efectiva en un porcentaje pequeño de


mujeres susceptibles y sólo debería utilizarse en parturientas seleccionadas
previamente, ya que puede producir trastornos psíquicos graves (12).

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Acupuntura

Aunque numerosos estudios han valorado el beneficio de la acupuntura en el alivio del


dolor durante el parto y se ha comunicado una eficacia del 63% ó una reducción en la
necesidad de analgesia de hasta un 94%, con los datos actualmente publicados,
parece poco fundamentada la eficacia analgésica de este método, ya que las series son
escasas en número y el diseño metodológico es con frecuencia cuestionable (13).

MÉTODOS NO FARMACOLÓGICOS DE INEFICACIA DEMOSTRADA

Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS)

El dolor del parto, se produce inicialmente por transmisión del dolor a través de las
fibras Aδ y C correspondientes a las raíces T10-L1. Esta técnica, consiste en la
colocación de dos electrodos lumbares, uno a cada lado de la columna. Se aplica una
corriente de 0-40 mA, a una frecuencia de 40-150 Hz. TENS actúa seguramente sobre
las fibras mielínicas Aβ que hacen sinapsis en la sustancia gelatinosa y activa los
circuitos inhibitorios. En un reciente meta-análisis de 10 ensayos clínicos con y sin
TENS, no se encontraron diferencias en la intensidad del dolor o la demanda posterior
de analgesia. Por ello no se recomienda su uso en la fase activa para el alivio del dolor
(14)
(NE=Ia-A).

No se recomienda el uso de la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea para el


alivio del dolor en la fase activa del parto. (A)

METODOS FARMACOLOGICOS

Analgesia inhalatoria: óxido nitroso

Aunque en nuestro medio no está muy extendido, el óxido nitroso (N2O) es utilizado en
otros países con relativa frecuencia. Una revisión sistemática de 11 estudios
controlados y aleatorizados concluye que aunque parece que el óxido nitroso alivia el
dolor a muchas parturientas y es seguro para madre y feto, no existe una evidencia
clara, objetiva y cuantificable de su efecto analgésico en el parto (15).

A pesar de ello, durante los últimos años estamos asistiendo a un renovado interés en
el uso de este producto como analgésico. El óxido nitroso generalmente se administra
como una mezcla equimolar de oxígeno y óxido nitroso al 50% y se aplica a demanda,
a través de una válvula conectada a una mascarilla facial. Proporciona analgesia leve a
moderada de corta duración. Se recomienda a las madres que comiencen a inhalar
cuando empiecen a notar la contracción y que paren cuando el pico de la contracción
haya pasado (16).

La administración del óxido nitroso, precisa de un conocimiento de las características


farmacocinéticas y farmacodinámicas de este gas, por lo que debe encomendarse a
personal sanitario cualificado y en un entorno en el que esté inmediatamente
disponible una fuente de oxígeno al 100%, aspiración con vacío, material y personal
entrenado en reanimación y bajo estricta supervisión médica. Las mujeres que reciban
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óxido nitroso, deben estar vigiladas de forma continua (contacto verbal, coloración
cutánea, frecuencia respiratoria) y es recomendable el uso de un pulsioxímetro.

En relación con su eficacia, se ha señalado que en el 30-40% de mujeres no se


consigue alivio alguno del dolor (17), por lo que hay autores que lo consideran un
fármaco obsoleto y señalan que se debe abandonar su uso (18).

Como efectos indeseables se han señalado:

• Pérdida de conciencia. En los primeros trabajos publicados, se describe una


incidencia de pérdida de conciencia de 1% y de agitación y falta de cooperación
en el 9%. El uso simultáneo de meperidina es particularmente peligroso, dado
que aumenta de forma muy importante el riesgo de depresión respiratoria.

• Depresión respiratoria. Como consecuencia del dolor o en un deseo de


incrementar la analgesia, las mujeres hiperventilan y quedan hipocápnicas. Este
hecho fisiológico, combinado con el efecto depresor directo del N2O en sí
mismo, pueden dar lugar a hipoventilación e hipoxemia entre contracciones. Por
eso se recomienda el uso del pulsioxímetro. La desaturación y la hipoxemia es
mucho más marcada y probable con el uso concomitante de meperidina (19).

• Inhibición de la methionin-sintetasa. Se desconoce el alcance exacto de


esta conocida interacción, pero se han descrito casos de degeneración de los
cordones posteriores medulares tras el uso a dosis bajas y continuado durante
dos horas de N2O. Se han visto concentraciones reducidas de methionin-
sintetasa en la placenta de madres que recibieron óxido nitroso (20). Se
consideran pacientes de riesgo las que presentan deficiencia de vit B12
(vegetarianas).

• Contaminación. Se debe considerar a nivel local y global. A nivel local, parece


que puede aumentar el riesgo de abortos en el personal crónicamente expuesto
(21)
. Las recomendaciones actuales señalan que las maternidades que empleen
el óxido nitroso dispongan de sistemas especiales de ventilación (22,23).

El uso del óxido nitroso está contraindicado en las siguientes situaciones:

• Pacientes que precisan administración de oxígeno al 100%.


• Alteraciones de conciencia que impidan la cooperación de las pacientes.
• Hipertensión intracraneal.
• Neumotórax, suboclusión intestinal.
• Temperatura de almacenaje menor de 5ºC o desconocida.

Se recomienda informar a las mujeres que elijan utilizar el oxido nitroso como
método de analgesia, que tiene un efecto analgésico limitado y que puede provocar
náuseas y vómitos, somnolencia y alteración del recuerdo. (B)

Analgesia parenteral (intramuscular o intravenosa): opioides

Actualmente la anestesia parenteral más frecuentemente utilizada en nuestro medio es


la administración de opioides. La eficacia de los opioides sistémicos está probada en
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cuanto que las mujeres bajo su efecto se encuentran más satisfechas que con placebo
(1 ensayo clínico aleatorizado: 83 vs 71%, p=0.05), si bien el alivio del dolor es
inferior al logrado con la analgesia epidural (24) (NE=Ia-A).

El opioide más empleado en obstetricia es la meperidina, que posee un inicio de


acción muy rápido y tiene la ventaja de ser muy barato. Entre sus inconvenientes se
encuentran que produce náuseas, vómitos, enlentecimiento del vaciado gástrico y
depresión respiratoria. Su vida media en el neonato es de 21 horas y su metabolito
activo la nor-meperidina tiene una vida media de 18 y 60 horas en la madre y el feto
respectivamente, con un periodo de 2-3 días de depresión neonatal sutil.

Además, al atravesar la placenta, ocasiona una disminución de la variabilidad de la


frecuencia cardiaca fetal y una sedación en el recién nacido. Esto se debe a su
metabolito intermedio, la normeperidina. Por todos estos motivos se ha llegado a
cuestionar su uso durante el parto (3).

El remifentanilo es un opioide sintético que proporciona una analgesia rápida (inicio


de acción en 1 minuto) y potente, aunque de duración ultracorta debido a su rápido
metabolismo materno y fetal que hace que se elimine rápidamente cuando se
suspende la infusión. Su eficacia es mayor que la meperidina, pero presenta una
mayor incidencia de depresión respiratoria materna y de test de Apgar bajos (25,26). El
régimen de administración ideal parece ser la aplicación por la propia paciente (PCA),
con bomba de infusión continua, con o sin infusión basal, teniendo en cuenta que las
dosis serán variables en función del estadio del parto, de las necesidades individuales o
de la aparición de efectos secundarios maternos. Los más frecuentes son la
desaturación y la depresión respiratoria, por lo que es necesario la supervisión médica
y el uso de pulsioximetría (27,28,29).

Se recomienda informar a las mujeres que elijan la administración de opioides


parenterales como método analgésico, que éstos tienen un efecto analgésico
limitado y que puede provocar náuseas y vómitos. (A)

Se recomienda la administración de antieméticos cuando se utilicen opiodes


intravenosos o intramusculares. (A)

Se recomienda monitorizar la saturación de oxígeno materna y administrar oxígeno


suplementario a las mujeres que reciban remifentanilo si lo necesitan. (A)

Bloqueo paracervical

La punción de anestésicos locales en los fondos de saco útero-vaginales es útil en el


alivio del dolor producido en el periodo de dilatación, aunque es menos eficaz durante
el expulsivo (3). Aunque su eficacia está refrendada por 4 ensayos clínicos aleatorizados
(NE=Ia-A) (30), resulta un procedimiento poco recomendable porque su uso se ha
asociado a la aparición de bradicardia fetal (30). Además, la eficacia es de corta
duración y la técnica resulta ineficaz en el 10-30% de los casos (12).

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Sólo alivia el dolor de la primera fase del parto. Al inyectarse en una zona ricamente
vascularizada, existe riesgo de absorción sistémica del anestésico local, pudiendo
aparecer signos de toxicidad materna y/o fetal.

No se recomienda el empleo del bloqueo paracervical para el alivio del dolor


durante el parto debido al riesgo de bradicardia fetal, a su corto efecto de duración
y a su alta tasa de fracasos. (C)

Bloqueo de los pudendos

El bloqueo de los nervios pudendos internos con sus tres ramas perineales produce
analgesia durante el expulsivo del parto, periodo en el que el dolor se genera en gran
medida por distensión pélvica (3).

Se puede tener acceso a dichos nervios por vía perineal o transvaginal, siendo esta
última la de elección al ser más fácil, más rápida, atravesar menos tejido y utilizar
menos anestésico. Colocando a la paciente en la posición habitual del parto vaginal, se
introduce la aguja dirigida por los dedos medio e índice en la vagina, en dirección
lateral y ligeramente medio y posterior a la espina ciática, apoyándose en el ligamento
supraespinoso. Para evitar la lesión de los tejidos durante su introducción se suelen
utilizar agujas largas (12-15 cm) y con camisa, de la que sobresale la aguja unos 15
mm. Antes de la inyección del anestésico local se debe aspirar para descartar que se
produzca una punción accidental de los vasos pudendos (12).

Esta técnica es de gran eficacia en el expulsivo, tiene como ventajas que es fácil de
administrar, no requiere vigilancia posterior y disminuye la frecuencia de desgarros
(12)
.

Anestesia local

Para la reparación de desgarros y de la episiotomía se pueden utilizar varios


anestésicos de administración mucosa y/o cutánea sobre vagina y/o periné. Son de
preferencia los anestésicos de acción rápida como la lidocaína o mepivacaína, que tiene
un tiempo medio de acción de 20-40 minutos. Se debe descartar la inyección
intravascular, realizando antes de la inyección de anestésico, una aspiración suave,
con lo que se evitan la mayoría de efectos secundarios graves (31).

Analgesia neuroaxial o bloqueos centrales: epidural, epi-intradural e


intradural

Eficacia

Los bloqueos centrales proporcionan un alivio del dolor durante todos los periodos del
parto de una calidad superior a la de cualquier otra analgesia sistémica y es de gran
seguridad. Es por tanto, el método de elección para el alivio del dolor del parto y debe
estar disponible para todas las parturientas (NE=Ia-A) (31).

Se recomienda informar a las mujeres de que la analgesia neuroaxial es el método


más eficaz para el alivio del dolor. (A)

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Indicaciones

La mera petición de la parturienta, en ausencia de contraindicaciones, debe ser


indicación suficiente para la instauración de esta analgesia, que es la más efectiva y
segura.

Además en determinadas situaciones presenta beneficios no aportados por otros tipos


de analgesia, con lo que su administración se encuentra especialmente indicada y sería
labor del anestesiólogo, de la matrona y del obstetra informar adecuadamente, lo que
sin duda, animará a la parturienta a solicitarla. Estas situaciones son (3):

• Indicaciones obstétricas:

• Distocias dinámicas: la ansiedad, así como la isquemia uterina


secundaria al aumento de las catecolaminas debido al dolor puede
interferir en la coordinación uterina.
• Parto pretérmino.
• Parto vaginal instrumental.
• Gestaciones gemelares.
• Cesárea anterior: en caso de rotura uterina, la analgesia epidural no
enmascara completamente el dolor suprapúbico característico.
• Parto vaginal en podálica. Permite que la parturienta no inicie los pujos
prematuramente, disminuyendo la posibilidad de retención de la cabeza
última y además facilita la realización de las maniobras obstétricas sin
necesidad de emplear anestesia general.

• Indicaciones médicas:

• Preeclampsia: la analgesia regional en mujeres con preeclampsia se


asocia a una disminución media de la presión arterial del 15-25% (31).
• Patología cardiaca.
• Patología respiratoria grave.
• Enfermedades neurológicas crónicas.
• Epilepsia.
• Contraindicaciones para la realización de esfuerzos maternos como en
casos de desprendimiento de retina o patología vascular cerebral.
• Contraindicaciones para la anestesia general.
(3,31)
Contraindicaciones absolutas

• Hipotensión grave refractaria al tratamiento, hemorragia grave, shock.


• Aumento de presión intracraneal por lesión ocupante de espacio.
• Convulsión de origen desconocido.
• Cardiopatías que ocasionen una limitación grave de la actividad habitual como
por ejemplo, la estenosis aórtica grave.
• Infección local (en el lugar de punción) o general sin tratamiento.
• Trastornos congénitos o adquiridos de coagulación. Aunque resulte
tranquilizador, no se considera necesaria la petición rutinaria de un recuento de
plaquetas en mujeres previamente sanas y las gestantes con plaquetas entre
50.000 y 100.000/µL son candidatas potenciales tras una evaluación individual
(31)
. Especial cuidado debe tenerse con las pacientes con preeclampsia, en las
que un recuento plaquetario en descenso debe alertarnos.
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• Tratamiento anticoagulante: las pacientes con dosis terapéuticas de heparina
estándar son candidatas si tienen un tiempo parcial de tromboplastina activada
(TTPa) normal, mientras que las pacientes con dosis profilácticas de esta
heparina o en tratamiento con aspirina a bajas dosis (menos de 300 mg/día) no
tienen contraindicación. Sin embargo, las heparinas de bajo peso molecular
(HBPM) tienen una vida media más larga y su actividad anticoagulante no se
refleja en el TTPa. Por lo tanto, una mujer con una dosis diaria de HBPM a bajas
dosis sólo puede recibir analgesia con un bloqueo central transcurridas 12 horas
de la última dosis y ésta no será reanudada hasta 12 horas después de retirar
el catéter.
• Negativa por parte de la paciente, incomprensión o no aceptación del
procedimiento.
• Negativa a la firma del consentimiento informado.
• Falta de conocimiento del procedimiento por parte del profesional, carencia de
los medios técnicos adecuados para su instauración y/o para tratar sus posibles
complicaciones.
• Alergia a los opioides o a los anestésicos locales.
• Registro cardiotocográfico que requiera la finalización inmediata de la gestación.

La analgesia regional debe proporcionarse cuando la mujer lo solicite,


independientemente de la fase del parto en que se encuentre. (A)

No se recomienda realizar un estudio de coagulación rutinario previo a la analgesia


neuroaxial en mujeres sanas de parto. (A)

No se recomienda realizar un recuento intraparto de plaquetas rutinario previo a la


analgesia neuroaxial en mujeres sanas de parto. La decisión de realizar un contaje
de plaquetas debe ser individualizada y basada en la historia de la mujer, el
examen físico y los signos clínicos. (C)

Las gestantes con plaquetas entre 50.000 y 100.000/µL son candidatas potenciales
a una analgesia neuroaxial tras una evaluación individual. (B)

La analgesia neuroaxial es recomendable como técnica para el alivio del dolor en


mujeres con preeclampsia por su acción hipotensora. (B)

(3,31)
Contraindicaciones relativas

• Cardiopatía materna grave (grado III-IV).


• Deformidad en la columna vertebral.
• Hipertensión endocraneal benigna.
• Trastorno neurológico previo.
• Tatuajes en la zona de punción.

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Cada vez se es menos restrictivo en la aplicación de estas contraindicaciones relativas,
debido a la aplicación de técnicas y fármacos con menor repercusión fisiológica sobre
el binomio materno-fetal.

Requisitos
(5)
Como consecuencia lógica de las contraindicaciones surgen los requisitos :

• Indicación.
• Ausencia de contraindicaciones (evaluación individual de los riesgos).
• Información adecuada de la paciente (comprensión y aceptación de la técnica y
sus consecuencias) y obtención de su consentimiento informado.
• Anestesiólogo con formación adecuada para la realización de la técnica.
• Medios técnicos apropiados para la realización de la técnica y para el
tratamiento de sus complicaciones.
• Anamnesis y eventual exploración física y analítica.
• Comprobación del estado de bienestar fetal.
• Constantes maternas previas.

La evaluación anestésica anteparto, es recomendable en mujeres con alto riesgo de


desarrollar complicaciones anestésicas (31).

Tipos / Técnica

El bloqueo central puede ser epidural (peridural), intradural (subaracnoidea) o


combinad0. La epidural puede ser en dosis única, en bolos intermitentes, en perfusión
continua o auto-controlada por la paciente (3).

La analgesia epidural permite dejar un catéter in situ lo que posibilita la perfusión


continua de fármacos (12).

La anestesia combinada espinal-epidural ofrece la posibilidad de un inicio rápido de la


analgesia, con la ventaja de una infusión continuada de fármacos a través de un
catéter. Además de producir un alivio rápido del dolor, tanto con la analgesia epidural
como con la epi-intradural, puede evitarse el bloqueo motor y esto posibilita la
deambulación de la parturienta (32).

En una revisión sistemática (14 estudios, 2.047 mujeres), esta técnica, en


comparación con la técnica epidural convencional, produjo un alivio del dolor más
rápido (5 minutos) y una mayor satisfacción a las parturientas (OR=4.69, IC95%:
1.27-17.29), sin que aumentasen complicaciones como cefalea, hipotensión o
retención de orina. La única complicación que estuvo incrementada fue el prurito
(OR=2.79, IC95%: 1.87-4.18) (33).

Se recomienda cualquiera de las técnicas neuroaxiales a bajas dosis: epidural o


combinada. (A)

Si se precisa un rápido establecimiento de la analgesia se recomienda la utilización


de epidural combinada. (A)

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La precarga por vía intravenosa no necesita ser administrada rutinariamente antes
de la anestesia epidural con dosis bajas o con anestesia intradural-epidural
combinadas. (A)

Se recomienda la administración por parte de la misma paciente. La perfusión


continua y los bolos administrados por personal hospitalario son alternativas válidas
en función de los diferentes recursos. (A)

No hay diferencias importantes que permitan recomendar un anestésico local sobre


otro en la analgesia epidural. (A)

Consecuencias de los bloqueos centrales

Hasta la fecha se han publicado cinco revisiones sistemáticas sobre los efectos
colaterales de la analgesia epidural (24,34,35,36,37). De forma resumida se puede afirmar
que (36):

• Los estudios son de gran heterogeneidad en cuanto a la técnica empleada y a la


concentración de fármacos empleados.
• Todos concluyen que no hay suficiente evidencia para respaldar que la
analgesia epidural aumente la tasa de cesáreas.
• No hay datos concluyentes, por falta de estudios o de potencia estadística,
respecto a los posibles efectos beneficiosos ni perjudiciales sobre el neonato.
• La analgesia epidural se asocia (aunque no necesariamente con una relación
causal, ni necesariamente esto implicaría un riesgo) con (34):

• Un periodo expulsivo más largo.


• Mayor frecuencia de retraso en la rotación fetal.
• Una tasa más elevada de partos operatorios vaginales.
• Mayor necesidad de uso de oxitocina.
• Mayor frecuencia de fiebre materna. Aunque el mecanismo de acción es
controvertido, se considera que su causa no es de origen infeccioso (38).

Es necesario aceptar estos efectos colaterales pues existen mecanismos para disminuir
sus consecuencias.

Complicaciones y efectos secundarios de la anestesia regional

Aunque la analgesia epidural tiene algunas complicaciones de muy diversa gravedad,


las más frecuentes son:

• Hipotensión. El bloqueo autonómico preganglionar de fibras B a consecuencia


de la epidural, provoca una vasodilatación con disminución del retorno venoso y
secundariamente una caída de la tensión arterial. Su incidencia hoy día es rara
debido al uso de soluciones diluidas de anestésico local. La tensión arterial
puede disminuir un 10-15% respecto a los valores basales y la hipotensión

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manifiesta se presenta hasta en el 9% de las mujeres tras la analgesia epidural
(31)
.

• Punción dural accidental y cefalea pospunción dural. Si se avanza


excesivamente la aguja de Tuohy (usada para la localización y cateterización
epidural), se puede perforar la duramadre, causando la salida de líquido
cefalorraquídeo (LCR). Esta salida de LCR, origina tracción de las meninges, lo
que finalmente sería la responsable de la aparición de la cefalea. La incidencia
de una punción dural accidental debe ser <1%. En aquellos casos en que la
cefalea persista más de 24 horas, se puede realizar un parche hemático
(inyección epidural de sangre autóloga). Este tratamiento es eficaz en el 70%
de casos, aunque algunas mujeres pueden requerir la realización de un segundo
parche.

• Anestesia espinal total. Ocurre cuando la dosis epidural es administrada por


vía espinal tras una punción dural inadvertida. Esto causa una rápida pérdida de
conciencia, apnea e hipotensión. Es necesaria la ventilación e intubación
inmediata así como el soporte circulatorio. El uso de soluciones diluidas y de
dosis bajas de anestésico local, ayudan a minimizar esta complicación que es
excepcional.

• Dolor de espalda. Varios estudios prospectivos han mostrado que la analgesia


epidural no se asocia con una mayor incidencia de dolor de espalda (39). Sí que
es frecuente el dolor en el punto de punción, aunque su duración no suele ser
mayor de 5 días. El dolor crónico de espalda, no contraindica la analgesia
epidural.

• Disfunción vesical. No se debe permitir la sobredistensión vesical durante la


dilatación y para prevenir la retención urinaria se debe sondar la vejiga si el
parto dura más de 6 horas.

Vigilancia / control de la analgesia epidural

Dentro de las medidas necesarias ante una técnica de analgesia loco-regional, debe
constar la vigilancia para diagnosticar y tratar las complicaciones en caso de que
aparezcan. Entre las medidas recomendadas para minimizar las complicaciones se
encuentran (5,40):

• Mantener a la parturienta en decúbito supino sólo el tiempo imprescindible.


• Medir la tensión arterial y la temperatura materna de forma periódica.
• Controlar el estado de bienestar fetal.
• Vaciar la vejiga previamente a la instauración de la analgesia y vigilar el que no
se llene de forma excesiva. Esta medida suele recomendarse (5) pese a que no
existe evidencia clara de que el uso de analgesia epidural se asocie con
retención urinaria asintomática (37).

Se recomienda el control de la tensión arterial durante el establecimiento de la


analgesia neuroaxial y tras la administración de cada nueva dosis. (C)

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Bloqueos centrales de calidad

Puesto que la epidural es la analgesia de elección, el objetivo debería ser no sólo lograr
la analgesia adecuada, sino conseguirlo con la máxima calidad para la parturienta.
Para ello se precisa de una colaboración estrecha con el Servicio de Anestesiología,
elaborando guías asistenciales consensuadas, optimizando los recursos y persiguiendo
la asistencia personalizada a cada paciente. Esto disminuirá los efectos colaterales de
dichas técnicas y permitirá diagnosticar de forma temprana sus complicaciones.

Las características de una analgesia epidural de calidad son:

• Instauración temprana: algunos estudios observacionales muestran tasas de


cesáreas más altas cuando la analgesia epidural se instaura de forma precoz.
Sin embargo, los 4 ensayos clínicos aleatorizados y controlados específicamente
diseñados para comparar la instauración de la epidural con distintos
centímetros de dilatación no han encontrado diferencia en la tasa de cesáreas ni
de partos vaginales operatorios (41,42,43,44). Así pues, no existe justificación para
retrasar el inicio de la analgesia epidural hasta alcanzar cierta dilatación cervical
(32)
.

• Posibilidad de deambulación: las nuevas técnicas de analgesia con bajas dosis


de anestésicos locales, producen un menor grado de bloqueo motor. De esta
forma, está posibilitada la deambulación, lo que debe repercutir en una menor
tasa de retraso en las rotaciones fetales, mayor sensación de pujo y menor
frecuencia de partos operatorios. En concreto, el estudio COMET demuestra que
la analgesia a dosis bajas puede reducir un 25% los partos vaginales
operatorios frente a la analgesia epidural estándar, con la misma satisfacción en
el alivio del dolor por parte de la mujer (45).

• Mantenerla hasta el final del parto: aunque en un intento de disminuir la


frecuencia de retraso en la rotación fetal y de los partos operatorios se ha
probado disminuir la intensidad de la analgesia epidural en el periodo de
expulsivo, una revisión Cochrane demuestra insuficiente evidencia que esta
actuación sea eficaz, además de que produce un evidente aumento del dolor
durante esta fase (46).

• Retrasar el pujo: El estudio PEOPLE (pushing early or pushing late with


epidural)(47), compara el inicio del pujo en cuanto se alcanza la dilatación
completa (n=926) con su retraso hasta dos horas después de alcanzar dicha
dilatación (n=936). Es un ensayo clínico aleatorizado y controlado y en él se
demuestra una disminución en los partos operatorios cuando el pujo empieza
tardíamente (RR=0.79, IC95%: 0.66-0.95). La morbilidad neonatal es similar
en ambos grupos.

Se recomienda mantener la analgesia epidural durante el periodo expulsivo, el


alumbramiento y la reparación del periné si se precisa. (A)

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Bloqueo intradural

Su aplicación en el parto vaginal viene indicada en aquellas situaciones que por


razones de tiempo, no es factible la instauración de una analgesia peridural. Sus
principales ventajas son rapidez de acción, efectividad muy alta, facilidad de ejecución,
relajación perineal importante, toxicidad materno-fetal mínima y permite cualquier
técnica obstétrica. Entre sus inconvenientes están: incidencia elevada de hipotensión,
riesgo de cefalea pospunción, dificultad en la adecuación del bloqueo analgésico y
duración limitada de la analgesia (salvo en las técnicas continuas).

Las indicaciones principales, siempre que no pueda instaurarse una analgesia epidural
son: alivio del dolor en un expulsivo inminente, el parto instrumental urgente o la
cesárea muy urgente.

Las contraindicaciones son las mismas que las de la peridural añadiendo aquellas
situaciones donde haya una inestabilidad hemodinámica manifiesta.

Existe una técnica de bloqueo intradural que es la analgesia intradural continua.


Consiste en la introducción de un catéter en el espacio subaracnoideo, a través del que
se administran dosis sucesivas de anestésico local. Su uso se reserva para pacientes
de alto riesgo (especialmente hemodinámico). Su principal inconveniente es la
aparición de cefaleas con unas características similares a las de la cefalea pospunción
dural.

Bloqueo combinado intradural-epidural

Consiste en la introducción a través de una aguja de epidural, de una aguja de punta


de lápiz de calibre 25G ó 27G de 120 mm.

La principal característica de esta técnica es la rapidez de acción con una dosis mínima.
Al igual que la epidural permite la deambulación durante la primera fase del parto con
una buena analgesia (48). Por ello una indicación para esta técnica podrían ser los casos
de dinámica uterina pobre con dolor muy importante en las primeras fases del parto.

Entre las posibles complicaciones del bloqueo combinado intradural-epidural están


cefalea, prurito, náuseas, hipotensión y meningitis (49). En un estudio retrospectivo
sobre más de 6.497 partos, la calidad de la analgesia resultó mejor en las pacientes
con analgesia epi-intradural. El resultado del parto fue similar en ambos grupos. El
prurito, las parestesias y el dolor de espalda al día siguiente del parto, fueron más
frecuentes en el grupo de epi-intradural. No hubo diferencias en la incidencia de
punción dural accidental ni de cefalea pospunción dural (50).

Anestesia general

Hoy en día la anestesia general aplicada al trabajo de parto se ha quedado limitada a


aquellos casos en que no es posible la realización de una técnica regional, más segura
y eficaz en el alivio del dolor de parto.

Los cambios fisiológicos de la vía aérea durante el embarazo, hacen que la anestesia
general en la cesárea se asocie a un aumento del riesgo de intubación fallida respecto
a la población general. Además la embarazada tiene, por razones mecánicas y
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fisiológicas, un mayor riesgo de aspiración broncopulmonar en una anestesia general.
Estos hechos, junto con la mejora de las técnicas de los bloqueos centrales, han hecho
que hoy día se realicen menos del 10% de las cesáreas con anestesia general.

En la actualidad, para la realización de una cesárea se recomienda la anestesia espinal


(grado de recomendación C) (31). La anestesia general quedaría relegada sólo para
aquellos casos en que la anestesia regional estuviera contraindicada (alteración de las
pruebas de coagulación, ...) y en casos de cesárea urgente, en que por tiempo o por
inestabilidad hemodinámica, la anestesia intradural no se pueda realizar. Si la paciente
ya es portadora de un catéter epidural, se deberá valorar la urgencia del caso para
tomar la decisión acerca de qué técnica es la más idónea para la cesárea.

En la actualidad, para la realización de una cesárea se recomienda la anestesia


espinal. (C)

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Los Protocolos Asistenciales en Ginecología y Obstetricia de la Sociedad


Española de Ginecología y Obstetricia pretenden contribuir al buen quehacer
profesional de todos los ginecólogos, especialmente los más alejados de los
grandes hospitales y clínicas universitarias. Presentan métodos y técnicas de
atención clínica aceptadas y utilizadas por especialistas en cada tema. Estos
protocolos no deben interpretarse de forma rígida ni excluyente, sino que deben
servir de guía para la atención individualizada a las pacientes. No agotan todas
las posibilidades ni pretenden sustituir a los protocolos ya existentes en
Departamentos y Servicios Hospitalarios.

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Clasificación de las recomendaciones
en función del nivel de evidencia (NE) disponible
La evidencia científica procede a partir de meta-análisis de ensayos
Ia
clínicos controlados y aleatorizados
La evidencia científica procede de al menos un ensayo clínico controlado y
Ib
aleatorizado
La evidencia científica procede de al menos un estudio prospectivo
IIa
controlado, bien diseñado y sin aleatorizar
La evidencia científica procede de al menos un estudio casi experimental,
IIb
bien diseñado
La evidencia científica procede de estudios descriptivos no
III experimentales, bien diseñados como estudios comparativos, de
correlación o de casos y controles
La evidencia científica procede de documentos u opiniones de expertos
IV
y/o experiencias clínicas de autoridades de prestigio

Grados de recomendación
Existe buena evidencia en base a la investigación para apoyar la
A
recomendación. (Recoge los niveles de evidencia científica Ia y Ib)
Existe moderada evidencia en base a la investigación para apoyar la
B
recomendación (Recoge los niveles de evidencia científica IIa, IIb y III)
La recomendación se basa en la opinión de expertos o en un panel de
C
consenso. (Recoge el nivel de evidencia IV)

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