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Osteoporosis

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1.

Osteoporosis
2. La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan quebradizos, en tal medida
que una caída o incluso una leve tensión, como agacharse o toser, pueden causar una
fractura.
3. Afección en la que los huesos se debilitan y se vuelven frágiles.
4. El cuerpo absorbe y reemplaza constantemente el tejido óseo. La osteoporosis no permite
que el tejido óseo nuevo que se creó sea suficiente para reemplazar al que se eliminó.
5. Muchas personas no presentan síntomas hasta que sufren una fractura ósea.
6. El tratamiento incluye medicamentos, una dieta saludable y hacer ejercicios con peso para
evitar la pérdida de tejido óseo o fortalecer los huesos débiles.
7. ¿Cuáles son los síntomas de la descalcificación de los huesos?
8. La prueba para medir la densidad de los huesos llamada densitometría ósea determina
qué tan fuertes son tus huesos. La prueba te dirá si tienes osteoporosis (o huesos débiles)
y puede ayudarte a entender tu riesgo de sufrir fracturas de tus huesos en el futuro.
9. Osteoporosis: cuando la DMO es inferior a –2,5 DE en la escala T. – Osteoporosis grave o
establecida: cuando al criterio de osteoporosis se añade la presencia de fracturas. La
escala T toma como referencia la DMO de la población joven cuando se alcanza el pico
máximo de masa ósea.
10. Síntomas
11. Típicamente, las etapas iniciales de la disminución de la masa ósea no presentan síntomas.
Pero una vez que la osteoporosis debilita tus huesos, podrías tener signos y síntomas que
incluyen los siguientes:
12. Síntomas
13. Dolor de espalda, provocado por una vértebra fracturada o aplastada Pérdida de estatura
con el tiempo Una postura encorvada
14. Un hueso que se rompe mucho más fácilmente de lo esperado
15. Cuándo debes consultar con un médico
16. Es conveniente que hables con el médico sobre la osteoporosis si tuviste una menopausia
temprana o si tomaste corticoesteroides durante varios meses seguidos, o si cualquiera de
tus padres sufrió una fractura de cadera.

17. CAUSAS Los huesos se encuentran en un estado constante de renovación: se desarrollan


huesos nuevos y se descomponen los huesos viejos. Cuando eres joven, el desarrollo de
huesos nuevos es más veloz que la descomposición de estos el cuerpo, por lo que la masa
ósea aumenta. Después de los 20 años, este proceso se hace más lento y la mayoría de las
personas alcanzan su masa ósea máxima a los 30 años. A medida que las personas
envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea. La probabilidad de
desarrollar osteoporosis depende en parte de cuánta masa ósea obtuviste en tu juventud.
La masa ósea máxima es en parte hereditaria y también varía según el grupo étnico.
Cuanto mayor sea tu densidad ósea máxima, más tejido óseo tendrás "de reserva" y
menor será la probabilidad de que tengas osteoporosis cuando envejezcas.
18. FACTORES DE RIESGO Algunos factores pueden aumentar la probabilidad de que
desarrolles osteoporosis, entre otros, tu edad, raza, estilo de vida, así como tus afecciones
y tratamientos médicos.
19. MEDICAMENTO

20. El uso a largo plazo de medicamentos corticoides orales o inyectados, como la prednisona
y la cortisona, interfiere en el proceso de reconstrucción ósea. La osteoporosis también se
asocia con medicamentos utilizados para combatir o prevenir:

21. Convulsiones
22. Reflujo gástrico
23. Cáncer
24. Rechazo del trasplante

25. LUXACIONES
26. La necrosis avascular es la muerte de tejido óseo a causa de la falta de irrigación sanguínea.
También se la conoce como osteonecrosis, y puede producir pequeñas fracturas en el hueso y el
colapso de este. El proceso suele durar de meses a años.
27. Si el hueso se fractura o si la articulación se disloca, el flujo sanguíneo a un segmento del hueso
puede detenerse. La necrosis avascular también se asocia con el consumo prolongado de
medicamentos esteroides en dosis altas y con la ingesta excesiva de alcohol. Si bien cualquier
persona puede sufrir esta afección, es más frecuente en las personas que tienen entre 30 y 50
años. Síntomas
28. Algunas personas no tienen síntomas en las primeras etapas de la necrosis avascular. A medida
que la afección empeora, podrías sentir dolor en las articulaciones afectadas únicamente al
cargar peso sobre ellas. Con el tiempo, podrías sentir dolor incluso si estás recostado El dolor
puede ser leve o intenso. Generalmente, se desarrolla progresivamente. El dolor relacionado
con la necrosis avascular de la cadera podría concentrarse en la ingle, el muslo o el glúteo.
Además de la cadera, también podrían verse afectados el hombro, la rodilla, la mano y el pie.
Algunas personas desarrollan necrosis avascular en ambos lados, por ejemplo, en ambas
caderas o ambas rodillas.
29. Causas
30. La necrosis avascular se produce cuando se interrumpe o se reduce el flujo sanguíneo a un
hueso. La reducción del suministro de sangre puede deberse a las siguientes causas:
Traumatismo óseo o articular. Una lesión, como una luxación articular, podría dañar los vasos
sanguíneos cercanos. Los tratamientos oncológicos en los que se utiliza radiación también
pueden debilitar los huesos y dañar los vasos sanguíneos. Depósitos de grasa en los vasos
sanguíneos. La grasa (lípidos) puede obstruir los vasos sanguíneos pequeños, lo que podría
reducir el flujo sanguíneo que circula hacia los huesos.
31. Determinadas enfermedades. Enfermedades como la anemia de células falciformes y la
enfermedad de Gaucher también pueden reducir el flujo sanguíneo que circula hacia los huesos.
32. En ocasiones, no se comprende completamente qué puede provocar la necrosis avascular cuya
causa no es un traumatismo. Es probable que la genética combinada con el consumo excesivo
de alcohol determinados medicamentos y otras enfermedades sean factores influyentes.
Factores de riesgo
33. Los factores de riesgo para la necrosis avascular incluyen los siguientes:

34. Traumatismo. Ciertas lesiones, como la dislocación o la fractura de la cadera, pueden dañar los
vasos sanguíneos cercanos y reducir el flujo de sangre a los huesos.
35. Consumo de esteroides. El uso de corticoides, como la prednisona, en dosis altas es una causa
común de necrosis avascular. No se conoce el motivo, pero algunos expertos creen que los
corticoides pueden aumentar los niveles de lípidos en la sangre, lo que reduce el flujo
sanguíneo.
36. Consumo excesivo de alcohol. Consumir varias bebidas alcohólicas por día durante muchos
años también puede provocar la formación de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos.
37. Uso de bifosfonatos. El uso a largo plazo de medicamentos para aumentar la densidad ósea
podría contribuir al desarrollo de osteonecrosis de la mandíbula. Esta complicación poco
frecuente se ha producido en algunas personas a quienes se administraron dosis altas de estos
medicamentos para el tratamiento cánceres como el mieloma múltiple y el cáncer de mama
metastásico.
38. Ciertos tratamientos médicos. La radioterapia para el cáncer puede debilitar los huesos. El
trasplante de órganos, especialmente el de riñón, también se asocia con la necrosis avascular.
39. Las afecciones médicas relacionadas con la necrosis avascular incluyen las siguientes:
Pancreatitis Enfermedad de Gaucher VIH o SIDA Lupus eritematoso sistémico Anemia de
células falciformes Enfermedad por descompresión, también llamada enfermedad del buzo o
enfermedad de Caisson Ciertos tipos de cáncer, como la leucemia

40. Neumonía
41. La neumonía es una infección que inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones. Los sacos aéreos se pueden llenar de líquido o pus
(material purulento), lo que provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Diversos microrganismos, como
bacterias, virus y hongos, pueden provocar neumonía. La neumonía puede variar en gravedad desde suave a potencialmente mortal. Es más
grave en bebés y niños pequeños, personas mayores a 65 años, y personas con problemas de salud o sistemas inmunitarios debilitados.
Síntomas
42. Los signos y síntomas de la neumonía varían de moderados a graves y dependen de varios factores, como el tipo de germen que causó la
infección, tu edad y tu salud en general. Los signos y síntomas moderados suelen ser similares a los de un resfrío o una gripe, pero duran
más tiempo. Los signos y síntomas de la neumonía pueden incluir lo siguiente: Dolor en el pecho al respirar o toser Desorientación o
cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más) Tos que puede producir flema Fatiga Fiebre, transpiración y escalofríos
con temblor Temperatura corporal más baja de lo normal (en adultos mayores de 65 años y personas con un sistema inmunitario débil)
Náuseas, vómitos o diarrea Dificultad para respirar Puede que los recién nacidos y bebés no muestren signos de estar sufriendo la
infección. O bien, pueden vomitar, tener fiebre y tos, parecer inquietos o cansados y sin energía, o presentar dificultad para respirar y
comer. Cuándo consultar al médico
43. Consulta con tu médico si tienes dificultad para respirar, dolor en el pecho, fiebre persistente de 102 ºF (39 ºC) o superior, o tos persistente,
sobre todo si tienes tos con pus.
44. Es muy importante que las personas que pertenecen a los siguientes grupos de riesgo consulten al médico: Adultos mayores de 65 años
45. Niños menores de 2 años con signos y síntomas
46. Personas con alguna afección de salud no diagnosticada o con el sistema inmunitario debilitado
47. Personas que reciben quimioterapia o toman medicamentos que inhiben el sistema inmunitario
48. Para algunos adultos mayores y personas con insuficiencia cardíaca o problemas pulmonares crónicos, la neumonía puede convertirse
rápidamente en una afección potencialmente mortal. Solicite una consulta
49. Causas
50. Muchos gérmenes pueden causar neumonía. Los más comunes son las bacterias y los virus en el aire que respiramos. El cuerpo
normalmente evita que estos gérmenes infecten los pulmones. Pero a veces estos gérmenes pueden dominar tu sistema inmunitario, incluso
si tu salud es generalmente buena.La neumonía se clasifica según los tipos de gérmenes que la causan y el lugar donde se contrajo la
infección. Neumonía adquirida en la comunidad
51. La neumonía adquirida en la comunidad es el tipo más común de neumonía. Ocurre fuera de los hospitales u otros centros de atención de la
salud. Puede ser causada por lo siguiente:

52. Bacterias. La causa más común de la neumonía bacteriana en los Estados Unidos es el Streptococcus pneumoniae. Este tipo de neumonía
puede ocurrir por sí sola o después de haber tenido un resfriado o una gripe. Puede afectar una parte (lóbulo) del pulmón, una afección
llamada neumonía lobular.
53. Organismos similares a las bacterias. Mycoplasma pneumoniae también puede causar neumonía. Típicamente produce síntomas más leves
que otros tipos de neumonía. La neumonía ambulatoria es un nombre informal que se le da a este tipo de neumonía, que típicamente no es
lo suficientemente grave como para requerir reposo en cama.
54. Hongos. Este tipo de neumonía es más común en personas con problemas de salud crónicos o sistemas inmunitarios debilitados, y en
personas que han inhalado grandes dosis de los organismos. Los hongos que lo causan pueden encontrarse en el suelo o en los excrementos
de las aves y varían según la ubicación geográfica.
55. Virus, incluso COVID-19. Algunos de los virus que causan resfriados y gripe pueden causar neumonía. Los virus son la causa más común
de neumonía en niños menores de 5 años. La neumonía viral suele ser leve. Pero en algunos casos puede llegar a ser muy grave. El
coronavirus 2019 (COVID-19) puede causar neumonía, que puede llegar a ser grave. (COVID-19) puede causar neumonía, que puede
llegar a ser grave.
56. Neumonía adquirida en el hospital
57. Algunas personas contraen neumonía durante una hospitalización por otra enfermedad. La neumonía adquirida en el hospital puede ser
grave porque la bacteria que la causa puede ser más resistente a los antibióticos y porque las personas que la contraen ya están enfermas.
Las personas que utilizan respiradores (ventiladores), que suelen utilizarse en las unidades de cuidados intensivos, corren un mayor riesgo
de tener este tipo de neumonía.

58. Neumonía adquirida en la atención médica


59. La neumonía adquirida en la atención médica es una infección bacteriana que se produce en personas que viven en centros de atención a
largo plazo o que reciben atención en clínicas ambulatorias, incluidos los centros de diálisis renal. Al igual que la neumonía adquirida en el
hospital, la neumonía adquirida en la atención médica puede ser causada por bacterias más resistentes a los antibióticos.

60. Neumonía por aspiración


61. La neumonía por aspiración se produce cuando se inhalan alimentos, bebidas, vómitos o saliva y estos penetran en los pulmones. La
aspiración es más probable si algo perturba el reflejo nauseoso normal, como una lesión cerebral o un problema de degohol o drogas.

62. EPOC

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad pulmonar inflamatoria crónica que causa la obstrucción del flujo de aire
de los pulmones. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, tos, producción de moco (esputo) y sibilancias. Típicamente es causado por la
exposición a largo plazo a gases irritantes o partículas de materia, más a menudo por el humo del cigarrillo. Las personas con enfermedad
pulmonar obstructiva crónica tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón y varias otras afecciones.

El enfisema y la bronquitis crónica son las dos afecciones más comunes que contribuyen a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estas dos
afecciones suelen ocurrir juntas y su gravedad puede variar entre los individuos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

La bronquitis crónica es la inflamación del revestimiento de los bronquios, que llevan el aire hacia y desde los sacos de aire (alvéolos) de los
pulmones. Se caracteriza por la tos diaria y la producción de moco (esputo).

El enfisema es una afección en la que los alvéolos al final de los pasajes de aire más pequeños (bronquiolos) de los pulmones se destruyen como
resultado de una exposición perjudicial al humo de cigarrillo y otros gases y partículas irritantes.

Aunque la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es una enfermedad progresiva que empeora con el tiempo, es tratable. Con un manejo
adecuado, la mayoría de las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica pueden lograr un buen control de los síntomas y la calidad de
vida, así como reducir el riesgo de otras afecciones asociadas. Productos y servicios
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Síntomas
Los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica no suelen aparecer hasta que se produce un daño pulmonar significativo y suelen
empeorar con el tiempo, sobre todo si la exposición al tabaco continúa. Los signos y síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
pueden incluir los siguientes:
Falta de aire, especialmente durante la actividad física
Sibilancia
Opresión del pecho
Una tos crónica que puede producir mucosidad (esputo) que puede ser clara, blanca, amarilla o verdosa
Infecciones respiratorias frecuentes
Falta de energía
Pérdida de peso involuntaria (en etapas posteriores)
Hinchazón en tobillos, pies o piernas
También es probable que las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica experimenten episodios llamados exacerbaciones, durante
los cuales sus síntomas empeoran en relación con la variación diaria habitual y persisten por lo menos durante varios días.

Cuándo debes consultar a un médico


Habla con tu médico si tus síntomas no mejoran con el tratamiento o empeoran, o si notas síntomas de una infección, como fiebre o un cambio en
el esputo. Busca atención médica inmediata si no puedes recuperar el aliento, si experimentas una coloración azul intensa en los labios o en el
lecho de las uñas (cianosis), o un latido rápido, o si te sientes confundido y tiene problemas de concentración.
Solicite una consulta
Causas La principal causa de la EPOC en los países desarrollados es el tabaquismo. En el mundo en desarrollo, la EPOC se produce a menudo en
personas expuestas a los gases de la quema de combustible para cocinar y calentar en hogares mal ventilados.
Solo algunos fumadores crónicos desarrollan una aparente EPOC, aunque muchos fumadores con largos historiales de tabaquismo pueden desarrollar
una función pulmonar reducida. Algunos fumadores desarrollan afecciones pulmonares menos comunes. Pueden ser diagnosticados erróneamente
como enfermos de EPOC hasta que se realice una evaluación más completa.
Cómo se ven afectados tus pulmones
El aire viaja por la tráquea y llega a los pulmones a través de dos grandes tubos (bronquios). Dentro de los pulmones, estos tubos se dividen muchas
veces, como las ramas de un árbol, en tubos más pequeños (bronquiolos) que terminan en grupos de sacos pequeños de aire (alvéolos).
Estos sacos de aire tienen paredes muy delgadas llenas de vasos sanguíneos pequeños (capilares). El oxígeno en el aire que tú inhalas pasa a estos vasos
sanguíneos y entra en el torrente sanguíneo. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono, gas que es producto del desecho del metabolismo, es exhalado.
Tus pulmones dependen de la elasticidad natural de los bronquios y los sacos de aire para forzar la salida del aire de tu cuerpo. La EPOC hace que
pierdan su elasticidad y se expandan demasiado, lo que deja algo de aire atrapado en los pulmones al exhalar.

DIARREA
odas las personas, de vez en cuando, tienen diarrea: deposiciones más frecuentes con heces blandas y líquidas. También puedes tener cólicos
abdominales y producir una cantidad de heces mayor a la habitual. La duración de los síntomas de la diarrea puede proporcionar pistas sobre la causa
subyacente.
La diarrea aguda dura de 2 días a 2 semanas. La diarrea persistente dura de 2 a 4 semanas. La diarrea aguda y la persistente normalmente se producen
por algún tipo de infección bacteriana, viral o parasitaria.
La diarrea crónica tiene una mayor duración que la aguda o la persistente y generalmente dura más de cuatro semanas. La diarrea crónica puede indicar
un trastorno grave, como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, o una afección menos grave, como el síndrome de colon irritable. Las causas de la
diarrea aguda o persistente pueden incluir lo siguiente:

Diarrea relacionada con antibióticos (u otros efectos secundarios de los medicamentos) Edulcorantes artificiales Infección por C. difficileEnfermedad
del coronavirus 2019 (COVID-19)

Infección por criptosporidio

Infección por citomegalovirus


E. coli

Intolerancia alimenticia

Intoxicación alimentaria

Intolerancia a la fructosa

Infección por giardia (giardiosis) (u otras infecciones causadas por parásitos)

Intolerancia a la lactosa

Infección por norovirus

Medicamentos, como los antiácidos que contienen magnesio y algunos tratamientos contra el cáncer

Rotavirus

Infección por salmonela (u otras infecciones que pueden ser causadas por bacterias)

Infección por shigela

Cirugía de estómago

Diarrea del viajero

Las causas de la diarrea crónica pueden comprender las siguientes:

Celiaquía

Cáncer de colon

Enfermedad de Crohn

Enfermedad intestinal inflamatoria

Síndrome de colon irritable

Los medicamentos que se usan para tratar la acidez estomacal, como los inhibidores de la bomba de protones y los antagonistas de los receptores H2}
Radioterapia Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado Colitis ulcerosa (un tipo de enfermedad intestinal inflamatoria) Enfermedad de
Whipple Algunas infecciones como la infección por Giardia o por clostridium difficile pueden provocar diarrea crónica si no se trata.

Ulcera péptica

Es una llaga abierta o un área en carne viva en el revestimiento del estómago o el intestino.

Existen dos tipos de úlceras pépticas Úlcera gástrica: ocurre en el estómago

Úlcera duodenal: ocurre en la primera parte del intestino Delgado


La causa más común de úlceras es una infección del estómago por la bacteria llamada Helicobacter pylori (H. pylori), que la mayoría de las personas
con úlceras pépticas tienen viviendo en el tracto gastrointestinal. Sin embargo, muchas personas que tienen esta bacteria en el estómago no padecen una
úlcera.

Los siguientes factores también aumentan el riesgo de padecer úlceras pépticas: Tomar demasiado alcohol Uso regular de ácido acetilsalicílico
(aspirin), ibuprofeno o naproxeno u otros antiinflamatorios no esteroides (AINE) Fumar cigarrillo o masticar tabac Estar muy enfermo, como estar con
un respirador Tratamientos de radiación Estrés Una afección poco frecuente, llamada síndrome de Zolliger-Ellison, causa que el estómago produzca
demasiado ácido, llevando a úlceras estomacales y duodenales. Síntomas

Es posible que las úlceras pequeñas no causen ningún síntoma y puedan sanar sin tratamiento. Algunas úlceras pueden provocar sangrado grave.

El dolor abdominal (a menudo en la parte media y superior del abdomen) es un síntoma común. El dolor puede diferir de una persona a otra. Algunas
no lo sienten.

El dolor se presenta: En la parte superior del abdomen

Por la noche y lo despierta

Cuando siente que su estómago está vacío, con frecuencia de 1 a 3 horas después de haber comido

Otros síntomas incluyen:Sensación de llenura y problemas para beber la cantidad habitual de líquido

Náuseas

Vómitos Heces negras, alquitranosas o con sangre Dolor torácico Fatiga Vómitos, posiblemente con sangre Pérdida de peso Acidez gástrica constante
Pruebas y exámenes

Para detectar una úlcera, usted puede necesitar un examen llamado endoscopia de vías digestivas altas (esofagogastroduodenoscopia o EGD). Es un
examen para revisar el revestimiento del esófago (tubo de comida), el estómago y la primera parte del intestino delgado.

Se hace con una pequeña cámara (endoscopia flexible) que se introduce por la garganta.

Este examen con mucha frecuencia requiere sedantes administrados de manera intravenosa.

En algunos casos, se utiliza un endoscopio más pequeño, que se pasa hacia el estómago a través de la nariz. Esto no requiere de sedantes.

La EGD se hace en la mayoría de las personas cuando se sospechan úlceras pépticas o cuando usted tiene: Bajo conteo de glóbulos (anemia) Dificultad
para tragar Vómitos con sangre

Heces negras, de aspecto alquitranoso o con sangre

Pérdida de peso sin proponérselo

Otros signos que aumentan la preocupación de cáncer en el estómago

HIPERTENCION
La presión arterial es la fuerza de su sangre al empujar contra las paredes de sus arterias. Cada vez que su corazón late, bombea sangre hacia las
arterias. Su presión arterial es más alta cuando su corazón late, bombeando la sangre. Esto se llama presión sistólica. Cuando su corazón está en reposo,
entre latidos, su presión arterial baja. Esto se llama presión diastólica. La lectura de su presión arterial usa estos dos números. Por lo general, el número
sistólico se coloca antes o por encima de la cifra diastólica. Por ejemplo, 120/80 significa una presión sistólica de 120 y una diastólica de 80.

Se habla de hipertensión cuando la presión de la sangre en nuestros vasos sanguíneos es demasiado alta (de 140/90 mmHg o más). Es un problema
frecuente que puede ser grave si no se trata.

A veces no causa síntomas y la única forma de detectarla es tomarse la tensión arterial.

El riesgo de hipertensión puede aumentar en estos casos:

Edad avanzada

Causas genéticas

Sobrepeso u obesidad

Falta de actividad física

Comer con mucha sal

Beber demasiado alcohol

Hay cambios de hábitos, como tomar alimentos más saludables, dejar de fumar y practicar más actividad física, que pueden ayudar a reducir la tensión
arterial, aunque algunas personas pueden necesitar medicamentos.

De la tensión arterial se dan dos valores: el primero es la tensión sistólica y corresponde al momento en que el corazón se contrae o late, mientras que el
segundo, la tensión diastólica, representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro.

Para establecer el diagnóstico de hipertensión se han de tomar mediciones dos días distintos y en ambas lecturas la tensión sistólica ha de ser superior o
igual a 140 mmHg y la diastólica superior o igual a 90 mmHg.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta
insuficiente de frutas y hortalizas), la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el sobrepeso o la obesidad.
Por otro lado, existen factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares de hipertensión, la edad superior a los 65 años y la
concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías.

Síntomas

La mayoría de personas hipertensas no tienen síntomas, aunque la tensión arterial muy alta puede causar dolor de cabeza, visión borrosa, dolor en el
pecho y otros síntomas.

La mejor manera de saber si se tiene la tensión alta es tomársela. Si no se trata, la hipertensión puede causar enfermedades como insuficiencia renal,
enfermedades del corazón y derrames cerebrales.

Las personas que tienen la tensión arterial muy alta (de 180/120 o más) pueden presentar estos síntomas:

Dolor intenso de cabeza

Dolor en el pecho

Mareos

Dificultad para respirar

Náuseas

Vómitos

Visión borrosa o cambios en la visión

Ansiedad

Confusión

Pitidos en los oídos

Hemorragia nasal

Cambios en el ritmo cardiaco

Si tiene usted alguno de estos síntomas y la tensión arterial muy alta, acuda de inmediato a un profesional de la salud.

La única manera de detectar la hipertensión es recurrir a un profesional de la salud para que mida nuestra tensión arterial. Se trata de un proceso rápido
e indoloro que también podemos hacer nosotros mismos con un aparato automático, si bien es importante que un profesional valore el riesgo existente y
los trastornos asociados.
Tratamiento

Hay cambios de hábitos que ayudan a reducir la tensión arterial alta, entre ellos:

Tomar una dieta saludable y baja en sal

Perder peso

Practicar actividad física

Dejar de fumar.

Si tiene usted la tensión alta, es posible que el médico le recomiende tomar uno o varios medicamentos para rebajarla hasta un nivel que dependerá de
las otras enfermedades que padezca.

Deberá reducir la tensión hasta menos de 130/80 si tiene también:

Una enfermedad cardiovascular (del corazón o un derrame cerebral

Diabetes (un exceso de azúcar en la sangre)

Insuficiencia renal crónica

Riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Para la mayoría de las personas, el objetivo es una tensión arterial inferior a 140/90.

Hay distintos tipos de medicamentos que se suelen prescribir para reducir la tensión arterial:

Inhibidores de la ECA que relajan los vasos sanguíneos y previenen que se dañen los riñones, como el enalapril y el lisinopril.

Bloqueantes de los receptores de angiotensina II que relajan los vasos sanguíneos y previenen que se dañen los riñones, como el losartán y al
telmisartán.

Antagonistas del calcio que relajan los vasos sanguíneos, como el amlodipino y el felodipino.

Diuréticos que eliminan el exceso de agua del cuerpo y reducen la presión tensión arterial, como la hidroclorotiazida y la clortalidona.

Prevención
Hay cambios de hábitos que pueden ayudar a las personas con hipertensión a reducir su tensión arterial, aunque en algunos casos es necesario tomar
también medicamentos.Estos cambios pueden prevenir y reducir la tensión arterial elevada: Comer más frutas y hortalizas

Pasar menos tiempo sentado

Hacer actividad física, ya sea caminar, correr, nadar, bailar o actividades para ganar fuerza, como levantar pesas

Practicar cada semana al menos 150 minutos una actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de una actividad aeróbica intensa

Hacer ejercicios para ganar fuerza dos días o más cada semana

Perder peso si se tiene obesidad o sobrepeso

Tomar los medicamentos que prescriba su profesional de la salud

Acudir a las visitas previstas con su profesional de la salud.

Conductas que se deben evitar: Tomar demasiada sal (no se deben superar los 2 g al día)}Comer alimentos con muchas grasas trans o saturadas Fumar
o consumir tabaco de otra manera Beber demasiado alcohol (como máximo, una copa las mujeres y dos los hombres) No tomarse la medicación o
tomar la de otra persona. Al reducir la hipertensión prevenimos los infartos de miocardio, los accidentes cerebrovasculares y otros problemas de
salud.} Estos son algunos consejos para reducir el riesgo de hipertensión: Reducir y gestionar el estrés

Medir periódicamente la tensión arterial

Tratar la tensión arterial elevada

Tratar otros trastornos que se puedan presentar.

Complicaciones de la hipertensión no controlada

Entre otras complicaciones, la hipertensión puede producir daños cardiacos graves. El exceso de presión puede endurecer las arterias, con lo que se
reducirá el flujo de sangre y oxígeno que llega al corazón. El aumento de la presión y la reducción del flujo sanguíneo pueden causar:

Dolor torácico (angina de pecho).

Infarto de miocardio, que se produce cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al corazón y las células del músculo cardiaco mueren debido a la
falta de oxígeno. Cuanto mayor sea la duración de la obstrucción, más importantes serán los daños que sufrirá el corazón.

Insuficiencia cardiaca, que se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre y oxígeno a otros órganos vitales.

Ritmo cardiaco irregular, que puede conllevar la muerte súbita.

La hipertensión puede también causar la obstrucción o la rotura de las arterias que llevan la sangre y el oxígeno al cerebro, lo que provocaría un
accidente cerebrovascular. Asimismo, puede causar daños renales que generen una insuficiencia renal

INFARTO AGUDO AL MIOCARDIO


La razón es que el riesgo principal del infarto agudo de miocardio está en la fase extrahospitalaria (es decir, antes de
ingresar al hospital): la mortalidad en esta fase supera el 40%. Una vez ingresado en el hospital, si se hace con la
debida antelación (antes de las cuatro horas idealmente), los tratamientos modernos (angioplastia, trombolisis)
permiten una recuperación satisfactoria del infarto y las complicaciones son relativamente poco frecuentes.

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¿Cuáles son los síntomas del infarto de miocardio?

El infarto se reconoce por la aparición brusca de los síntomas característicos: dolor intenso en el pecho, en la zona
precordial (donde la corbata), sensación de malestar general, mareo, náuseas y sudoración. El dolor puede extenderse
al brazo izquierdo, a la mandíbula, al hombro, a la espalda o al cuello.

Hay que advertir que aproximadamente la mitad de los infartos aparecen sin síntomas previos, o sea, que el infarto es
la primera manifestación de la cardiopatía isquémica. Otras veces, en cambio, unos meses antes de tener el infarto el
paciente presenta molestias precordiales, sensación de malestar, cansancio, mayor irritabilidad, etc, o incluso en
ocasiones molestias de estómago, que hacen confundir los síntomas de infarto con los procedentes de otros órganos.

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