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Sesión 1: “Comprensión y respeto” por una sana convivencia
Objetivos: Reflexionar sobre las actitudes y valores que deben estar presente para una sana convivencia. Materiales: Lista de curso impresa Actividades: Inicio: El/la profesor/a debe generar un clima tranquilo y motivar a los niños/as a relajarse y a cerrar los ojos… luego, les indica que los llevará imaginariamente a un lugar muy diferente a lo que conocen y que realizará preguntas que deben responder para sí mismos sin hablar….
Comienza leyendo:
“Nos encontramos frente a una puerta grande, gruesa, de madera seca y desgastada por los años… Al otro lado de la puerta hay un pueblo que lleva muchos años viviendo en ese lugar... Es un pueblo muy especial: sus habitantes casi no se conocen entre sí, no saben sus nombres y tampoco les interesa saberlo. Cada uno hace su vida e intenta satisfacer sus necesidades a su manera, no importando lo que le pase a los demás. No tienen ninguna norma que regule la convivencia… Cada uno hace lo que quiere… No hay semáforos, cada uno puede tomar los objetos de los otros en cualquier momento…
Ahora, con cuidado vamos a abrir la puerta para visitar este lugar. Abrámosla con decisión y firmeza ya que está un poco trabada. Hace muchos años que nadie la abre. Estamos entrando al pueblo... Los que lo deseen pueden acercarse a la gente, sino pueden mirar desde lejos.
(El/la docente debe ir dejando espacios de tiempo suficientes entre una pregunta y otra, para que los estudiantes puedan ir imaginando la situación).
¿Qué ven? ¿Qué les llama la atención?
¿La gente se ve contenta? ¿Cómo se relacionan entre ellos? ¿Hay orden? ¿Cómo se sienten ustedes en este lugar? ¿Les da seguridad? ¿Se sienten cómodos?... Luego, se pide a los niños que comiencen a volver, que crucen el umbral de la puerta por donde entraron y la cierren. Una vez cerrada la puerta invita a los niños/as a volver del espacio en que se encuentran y a abrir los ojos.
Desarrollo El/la profesor/a invita a los/las estudiantes a que libremente comenten su
experiencia en este pueblo en que nadie se conocía y no había normas. Se puede facilitar el diálogo con preguntas como: ¿cómo se sintieron? ¿Cómo era el lugar que visitaron? ¿Qué características tenían las personas? ¿Qué sucede si no hay normas?
Se les pide que ahora que piensen en su curso y respondan
¿Cómo perciben ustedes la convivencia en el curso? ¿Qué conductas les gustaría mejorar, para tener una buenísima convivencia durante este año escolar?
Durante toda la semana, hasta la próxima sesión, cada estudiante debe comprometerse a realizar una acción para mejorar la convivencia del curso. Se les puede dar como ejemplo: Escuchar las opiniones de los compañeros, no empujar a sus compañeros en clases, en el recreo o en la fila, no hablar a garabatos, pedir la palabra antes de opinar, compartir en el recreo con sus compañeros, realizar el trabajo personal en silencio. El /la profesora(a) debe anotar el compromiso de cada uno al lado de la lista de curso para poder hacer el seguimiento en la siguiente sesión.
Se sugiere que el docente dé cierre señalando:
“Cada vez que hay un grupo de personas es necesario conocerse, identificar lo común que tienen como metas, y organizarse y poner normas para lograr esas metas comunes. Sin metas comunes y acuerdos de organización no se puede hacer comunidad, y se generan muchos conflictos que no se sabe cómo resolver. Los miembros de una comunidad necesariamente necesitan llegar a acuerdos de convivencia para lograr sus metas y tener cierta paz. Igual van a haber conflictos, pero el definir acuerdos implica hacer también definiciones en torno a cómo proceder para resolverlos pacíficamente”.
