Hora Santa Por Los Enfermos
Hora Santa Por Los Enfermos
Hora Santa Por Los Enfermos
Dios mío, estoy arrepentido de todo corazón haberos ofendido. Detesto todos mis
pecados a causa de tus padecimientos, pero sobre todo porque te ofendo, Mi Dios, quien
es todo bondad y merecedor de todo mi amor. me propongo firmemente con la ayuda de
tu gracia, no volver a pecar y a evitar las ocasiones de pecado. Amén.
"Oh, Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo. Inspírame ser siempre razonable
en mi pensar, acertar lo que voy a decir, cuando me convienen hablar y cuando
me conviene callar, ilumíname para escribir, impúlsame para actuar, que tengo
que hacer para saber perdonar procurando tu mayor gloria y bien de las almas y
mi propia santificación. ¡Espíritu Santo ilumina mi entendimiento y fortalece mi
voluntad! Amén"
Ofrecemos un padre Nuestro, un Ave María y un Gloria por el Papa Francisco, por nuestro
Obispo José Álvarez Cano y por nuestro Párroco David Soto Marín, quien consagro esta
ostia
Todos
Padre Nuestro….
Dios te Salve María…
Gloria al Padre…
Guía:
Adoremos y demos gracias en cada momento
Guía:
Adoremos y demos gracias en cada momento
Guía:
Señor Jesús, Salud de nuestras almas, ten compasión de los que sufren en su
cuerpo, de los que tienen penas en su corazón y de los que sufren en su alma en
el mundo entero. Ten compasión de ellos, Señor, bendícelos a todos y haz que
muchos, si es tu voluntad, recobren la salud, que su fe crezca y se mantengan
abiertos a las maravillas de tu amor. Hoy te pedimos que nuestros hermanos
enfermos sean testigos de tu presencia y de tu entrega en la cruz por la salvación
del mundo.
Guía:
Señor Jesús, Salud de nuestras almas, Tú nos has revelado que ya has tomado
sobre Ti todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presentamos con fe a todos los enfermos que se han
encomendado a nuestras oraciones, te pedimos, si es tu santa voluntad, que los
alivies en su enfermedad y que les concedas la salud. Hoy oramos también por
todos aquellos a quienes les pides que en la enfermedad compartan tu Cruz; haz
que crezcan en la fe, en la esperanza y que te ofrezcan su enfermedad para gloria
de tu Nombre, para que tu Reino siga extendiéndose más y más a través de la
aceptación de su dolor.
Momentos de silencio.
Canto de meditación:
Sáname.
Momentos de silencio.
Guía:
Pongámonos de pie para escuchar ahora la Palabra del Señor, y que es siempre
Palabra que sana y dejemos que penetre en nuestros corazones.
Guía:
"Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré, dice
el Señor" (cf. Mt 11,28).
Guía:
Del Evangelio de San Juan 5,2-9.14
Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que se llama en
hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos,
ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque el Ángel del
Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que
se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que
tuviera. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús,
viéndole tendido, sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: ¿Quieres
curarte? Le respondió el enfermo: Señor, no tengo a nadie que me meta en la
piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo. Jesús
le dice: Levántate, toma tu camilla y anda. Y al instante el hombre quedó curado,
tomó su camilla y se puso a andar.
Guía:
La beata María Inés Teresa, en una de sus meditaciones escribió: “Las penas de la
enfermedad, los dolores, la congoja moral, las molestias, deben llevarnos continuamente
al pie de la cruz del Salvador; y ahí, con él, en unidad de sentimientos, en una fusión de
corazones, con el alma henchida de agradecimiento, de amor, de contrición, ofrecer al
Padre celestial, en unión de los martirios del Hijo, todo lo que se padece, pero con la
mayor intensidad de amor”. En silencio, dejemos que estas palabras resuenen en nuestro
corazón a la luz del Evangelio de Jesús que acabamos de escuchar y después
escuchemos algunos fragmentos del mensaje del Papa Francisco para la Jornada
Mundial de los Enfermos:
Lector 1: "Queridos enfermos, la Iglesia reconoce en ustedes una presencia
especial de Cristo que sufre. Dentro de nuestro sufrimiento está el de Jesús, que
lleva a nuestro lado el peso y revela su sentido. Cuando el Hijo de Dios fue
crucificado, destruyó la soledad del sufrimiento e iluminó su oscuridad. De este
modo, estamos frente al misterio del amor de Dios por nosotros, que nos infunde
esperanza y valor: esperanza, porque en el plan de amor de Dios también la
noche del dolor se abre a la luz pascual; y valor para hacer frente a toda
adversidad en su compañía, unidos a él".
Lector 2: "La Cruz es «la certeza del amor fiel de Dios por nosotros. Un amor tan
grande que entra en nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y
nos da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y
salvarnos… La Cruz de Cristo invita también a dejarnos contagiar por este amor,
nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien
sufre, a quien tiene necesidad de ayuda»".
Momentos de silencio.
Monitor:
Elevemos a Jesús Eucaristía nuestras súplicas. Él está vivo y resucitado, Él es
esperanza para todo el que sufre en el cuerpo o en el espíritu. Digamos después
de cada súplica: "Jesús Eucaristía, escucha nuestra oración".
1.- La salud que nos ofrece Jesús no es sólo una salud biológica, mental, social,
es la salud integral, es decir, la salvación. Oremos para que el Señor nos ayude a
vivir conformes a su voluntad amándole sobre todas las cosas y amando la
situación que nos ha toda vivir, buscando ir a metas altas de santidad. Roguemos
al Señor...
5.- Jesús nos invita a vivir sanamente todas las realidades de la existencia, incluso
las dolorosas y adversas como la enfermedad. Oremos para que sepamos ofrecer
nuestros sufrimientos por la salvación del mundo entero. Roguemos al Señor...
6.- Somos hombres y mujeres de fe en Jesús que nos sana. Oremos para que,
apoyados en la fe, en los cuidados que nos ofrecen los médicos, las enfermeras,
las auxiliares, en la compañía y en el cariño de los familiares y amigos, vivamos
con paz los momentos de soledad y de dolor cuando esté presente la enfermedad.
Roguemos al Señor...
Guía: