El Consul
El Consul
El Consul
EL CONSUL
Caracas 12/01/23
CONSUL
e) prestar ayuda y asistencia a los nacionales del Estado que envía, sean
personas naturales o jurídicas;
g) velar, de acuerdo con las leyes y reglamentos del Estado receptor, por
los intereses de los nacionales del Estado que envía, sean personas
naturales o jurídicas, en los casos de sucesión por causa de muerte que
se produzcan en el territorio del Estado receptor;
h) velar, dentro de los límites que impongan las leyes y reglamentos del
Estado receptor, por los intereses de los menores y de otras personas
que carezcan de capacidad plena y que sean nacionales del Estado que
envía, en particular cuando se requiera instituir para ellos una tutela o una
curatela;
i) representar a los nacionales del Estado que envía o tomar las medidas
convenientes para su representación ante los tribunales y otras
autoridades del Estado receptor, de conformidad con la práctica y los
procedimientos en vigor en este último, a fin de lograr que, de acuerdo
con las leyes y reglamentos del mismo, se adopten las medidas
provisionales de preservación de los derechos e intereses de esos
nacionales, cuando, por estar ausentes o por cualquier otra causa, no
puedan defenderlos oportunamente;
Un dato que sería útil tener en cuenta, es cuando hay una misión
consular, y lo que sucede cuando hay una misión consular es que el la
Misión Consular: puede cesar en sus funciones por diversos motivos:
Cesación de las relaciones consulares manifestadas en ese sentido por el
Estado acreditarte. Cancelación de exequatur del cónsul por medida
unilaterales que toma el Estado de residencia en atención a los motivos
que tengan.
El sabio publicista romano Nicolao opina que los cónsules fueron creados
en el siglo xii (año de 1189) por los griegos, aunque con diferente nombre,
puesto que los tres primeros que enviaron a las otras naciones llevaban el
título de jueces del comercio y sus facultades a este respecto eran
ilimitadas.
Pese a que los genoveses, pisanos y venecianos principiaron desde el
siglo xiii a hacerse conceder el derecho de enviar cónsules, semejante
costumbre no se generalizó hasta el siglo xvi y, sobre todo, después del
reinado de Luis XIV. Aquellos Estados de Italia, que desde los primeros
sucesos de la Cruzada abrieron a su comercio las puertas de Oriente,
reconocieron la necesidad de establecer jueces para la defensa de su
comercio, con tanto más motivo cuanto que, muy en breve, se hicieron
dueños de una parte del Peloponeso y de las más fértiles islas del
Archipiélago. En efecto, muchos ramos del comercio, concentrados hasta
entonces en Asia, rompieron sus viejos límites; los tesoros de la India no
se detuvieron más en Constantinopla, sino que se esparcieron por las
principales ciudades del Mediodía de Europa y he aquí la primitiva causa
del establecimiento de los cónsules.