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Caso Práctico 27 (20-07-23)

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CASO PRÁCTICO 27 (20-07-23)

Responda razonadamente a las siguientes preguntas, incluyendo normativa y


articulado pertinente en cada una de sus respuestas. Dispone de una hora y media
para su desarrollo.
En el caso de un hallazgo casual por un buceador de un pecio fenicio frente a la cosa
de La Manga del Mar Menor responda a las siguientes preguntas:
1. ¿Cuáles son sus obligaciones según la ley 16/1985?
Atendiendo a la ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Historico Español, en su
Titulo V (Del Patrimonio Arqueologico), en su art.40 detalla que no solo el patrimonio
arqueológico terrestre forma parte del Patrimonio Historico Español sino también aquel
material arqueológico extraído del mar territorial o plataforma continental. En este caso,
nos referimos, tal y como apunta el art 41.3. a un hallazgo casual.
En cuanto a las obligaciones del descubridor, tal y como apunta el art. 44.1, “El
descubridor deberá comunicar a la Administración competente su descubrimiento en el
plazo máximo de treinta días e inmediatamente cuando se trate de hallazgos casuales”.
Asimismo, según el punto 2, “al descubridor le serán de aplicación las normas del
depósito legal, salvo que los entregue a un Museo público”. Ademas, según apunta el
punto 3, “El descubridor y el propietario del lugar en que hubiere sido encontrado el
objeto tienen derecho, en concepto de premio en metálico, a la mitad del valor que en
tasación legal se le atribuya, que se distribuirá entre ellos por partes iguales. Si fuesen
dos o más los descubridores o los propietarios se mantendrá igual proporción”.
2. ¿A quién se pide permiso de prospección? ¿Si ésta fuera en un pantano cambiarían las
condiciones?
Siguiendo lo dispuesto en la ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Historico
Español, en el art. 41 se dice que las prospecciones arqueológicas son aquellas
exploraciones superficiales o subacuáticas, sin remoción de terreno, dirigidas al estudio
e investigacion de los elementos encontrados. Asimismo, en el art. 42.1 se dice que toda
excavación o prospección arqueológica deberá ser expresamente autorizada por la
Administracion competente, es decir, si suponemos que el hallazgo casual ha sido
realizado por un buceador cualquiera, es decir, por una persona física residente en la
Manga del Mar Menor, entonces se debería de pedir permiso para la prospección a la
Consejería de Medio Ambiente, Mar Menor, Universidades e Investigacion, de la
Region de Murcia. En cambio, si se ha realizado por un buceador, poniendo por
ejemplo, de una empresa nacional, cuando estaban realizando labores de otro tipo,
además de avisar a la Consejeria anterior, también se debería pedir permiso al
Ministerio para la Transicion Ecológica y Reto Demográfico.
En cuanto al supuesto de haberse encontrado en un pantano dichos restos, el proceso
seria similar, aunque debido a la titularidad de los mismos, que corresponde al
Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, debería ser a este a quien
se le pidiera permiso por encima de cualquier otro organismo.
3. ¿Quién incoa expediente de BIC y qué implica dicha incoación?
Siguiendo lo dispuesto en la ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Historico
Español, y mas concretamente, en el RD 111/1986, de 10 de enero, de desarrollo parcial
de la ley de Patrimonio Historico Español, en su Titulo II (De los instrumentos
administrativos), se especifica, en el Capitulo I como se realiza una Declaracion de Bien
de Interes Cultural.
Asi, en el art. 11 menciona que corresponde a cada CCAA incoar, ya sea de oficia o a
instancia de cualquier persona, el expediente para declarar de interes cultural los bienes
de titularidad publica o privada, que se encuentren en su ámbito territorial, aunque
también el Ministerio de Cultura podrá incoar dichos expedientes cuando, esos bienes
en particular, hayan sido desatendidos por la adminsitracion autonómica
correspondiente.
Una vez que se ha iniciado el expediente de inocacion de un Bien, a través de cualquiera
de las maneras posibles anteriores, comienza el periodo de tramitación y resolución del
mismo. Sin embargo, tal y como apunta el art 12.3 de la ley, “la incoación del
expediente determinará en relación al bien afectado la aplicación provisional del
régimen de protección previsto para los Bienes de Interés Cultural”, por lo que, desde el
momento primero en que comience le tramite, cualquiera que sea la resolución final, se
debe proceder a esa protección a la que aspira el bien, como cualquier otro BIC mas.
4. Describa los principales trámites del expediente administrativo para declarar un BIC.
¿Quién resuelve el expediente BIC?
Conforme a lo establecido en la Ley 16/1985, para que un elemento patrimonial pase a
formar parte del Registro General de Bienes de Interés Cultural, es preciso que se incoe
un expediente por la administración competente, aunque puede hacerse a solicitud de
entidades o particulares. Una vez incoado el expediente, se le aplica al bien patrimonial,
con carácter preventivo, toda la protección jurídica prevista en las leyes.
La declaración de un bien como de interés cultural exige la tramitación de un
expediente, que debe incluir una serie de documentos e información concreta sobre los
bienes a declarar. Dicho informe tiene que contener:
 Justificacion de los valores  Aquí se analizaran los valores por los que se
decide que dicho bien debe ser considerado de Interes Cultural, tales como el
valor histórico-artistico, valor tipológico o valor de identidad, entre otros.
 Descripcion y análisis del bien  Se trata de una descripción literal, donde se
deben tener en cuenta tres partes: volumetría, tipología y materiales
 Declaracion del entorno  Aquí se anotara el valor que posee el entorno donde,
en este caso, ha aparecido el bien, pues la protección no solo se aplica al objeto,
sino al entorno, para lo cual se deberá realizar un análisis de la evolución de la
zona, asi como una valorización y descripción actual
 Relacion de bienes muebles  En este apartado, se debe hacer mención a los
posibles objetos muebles que se encuentran en él. En este caso, al ser un pecio,
se deberá proceder a la investigacion sobre posibles objetos muebles o artísticos
en su interior para su protección junto al pecio en si
 Relacion de datos del bien a proteger  En este campo, se deberá realizar un
análisis del bien, indicando los datos históricos y de época del bien, nombre del
creador del pecio (si se conoce), bibliogradia o fuentes documentales donde se
haya tratado la existencia del pecio antes de su descubrimiento, el uso y
valoración del bien en su momento, asi como un análisis del planteamiendo
municipal o autonomico vigente
En el expediente deberá constar informe favorable de alguna de las Instituciones
consultivas (a Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio
Histórico Español, las Reales Academias, las Universidades españolas, el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas y las Juntas Superiores que la Administración
del Estado o las instituciones a nivel autonomico reconocidas para ello).
Cuando la tramitación ha sido valorada y resulta, según apunta el art. 15, La declaración
de bien interés cultural se efectuará mediante Real Decreto, a iniciativa, en su caso, de
la correspondiente Comunidad Autónoma y a propuesta del Ministerio de Cultura,
procediendo asi a su inscripción oficial como Bien de Interes Cultural.
5. ¿En qué museo depositaría los restos hallados?
Siguiendo lo dispuesto en la ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Historico
Español, en su art.40 recoge la protección de aquellos bienes que hayan sido o no
extraidos, y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, asi como en el mar
territorial o en la plataforma continental. De esta manera, con lo propuesto en el
enunciado, la Manga del Mar Menor se encuentra ubicada en la Region de Murcia, por
lo que se enmarcaría dentro de lo dispuesto en la ley como “hallazgo de patrimonio
español”.
Una vez extraidos los bienes del pecio, se deben ingresar en un museo. Con la
Constitucion de 1978 y la formación de las Comunidades Autonomas, la ley 16/1985, de
25 de junio, de Patrimonio Historico Español, no es muy contundente con ello, ya que
en su art. 45 menciona que los objetos arqueológicos adquiridos por entes públicos se
depositaran en los Museos o Centros que la Administracion adquiriente determine. Asi
pues, suponiendo que ha sido descubierto por la Administracion General, se depositaría
en el Museo Nacional de Arqueologia Subacuatica ARQUA, ubicado en Cartagena. Si
por el contrario, ha sido hallado por la Adminsitracion de la Region de Murcia, esta
podria ubicarlo en el mismo destino, siendo esta la mejor de las instituciones para ello, o
en cualquiera de los museos arqueológicos de su region
6. ¿Qué métodos de conservación deben aplicarse?
Teniendo como base el Plan Nacional de Proteccion del Patrimonio Cultural
Subacuatico Español, asi como el Libro verde de dicho plan, cuyo volumen 6 se dedica
a “La Conservacion del Patrimonio Cultural Subacuatico”, pueden deducirse una serie
de medidas de conservación a este tipo de patrimonio. La conservación del Patrimonio
Cultural Subacuático plantea problemas específicos derivados de su larga deposición en
medios húmedos o saturados de agua. Asimismo, tras la extracción de los objetos son
necesarias una serie de técnicas de conservación en muchos casos especiales derivadas
de los distintos factores de deterioro.
Sin duda alguna, en este tipo de bienes, se debe priorizar la conservación in situ, frente a
la extracción. Ambas opciones deben afrontarse con las suficientes garantías y el destino
de los pecios y su contexto deben estar previstos de antemano, en el Proyecto de
Intervencion Arqueologica. Asi pues, existen dos alternativas:
- Conservacion in situ  Opcion mas aconsejable, pues los objetos mantienen las
mismas condiciones estables. De aquí se derivan dos opciones para su correcta
conservación:
o Cubricion in situ, para lo cual se instalaran sondas que permitan un
seguimiento continuo de las condiciones de la cobertura
o Cubricion con estructuras metálicas, no debiéndose usar hierro para ello,
debiendo estar los objetos aislados de dicha estructura, asi como la
instalación de sondas para seguir una evaluación constante
- Extraccion de piezas  Este tipo de conservación resulta mas problemática, ya
que se producen alteraciones en el estado de conservación de las piezas. En estos
casos, los objetos recuperados deben ser sometidos a un proceso de conservación
largo y costoso, en laboratorios dotados con medios adecuados para acometer los
trabajos de conservación necesarios, ya que los materiales inorgánicos no
metálicos presentan menos problemas, pero los metales, se corrompen y pueden
desintegrarse, al igual que el hueso y marfil, de los cuales solo queda la
sustancia calcárea en forma de cuarzo o aquellos materiales organicos, que, en el
fondo del agua se estabilizan en su proceso de descomposición y un cambio
brusco de ecosistema, puede provocar una aceleración en el proceso de
deterioro.
Pero no solo se deben establecer métodos de conservación de los bienes, sino que para
conseguir una conservación segura, se debe proceder a la protección jurídica “ad hoc”
de los yacimientos arqueológicos subacuáticos como BIC, por la administración que
corresponda, asi como la elaboración de Cartas Arqueologicas, documentos vivos y
dinámicos, susceptibles de ser modificados y actualizados a medida que se realicen
nuevos hallazgos, en cooperación entre las Administracion General del Estado y las
CCAA, asi como potenciar la labor de los centros de investigacion, promoviendo con
ello la realización de prospecciones y excavaciones en la zona, con el fin de conseguir
mayor cantidad de información, que posibilite una mejor conservación de las piezas, asi
como mayor conocimiento de los nuevos hallazgos. Por ultimo, para garantizar la
conservación de lo encontrado, se debe abrir una línea de actuación dirigida a proteger
físicamente el yacimiento, a través de la vigilancia via satélite, proyectos novedosos
desarrollado por la consejeria de Investigacion y Ciencia de la Junta de Andalucia, en
colaboración con MEC.
7. ¿Qué medidas para la difusión del hallazgo pueden tomarse?
Entre las medidas para la difusión del patrimonio arqueológico subacuatico, y siguiendo
las directrices, tanto de la CARTA INTERNACIONAL SOBRE LA PROTECCION Y
LA GESTION DEL PATRIMONIO CULTURAL SUBACUATICO, de 1996, como del
Plan Nacional de Proteccion del Patrimonio Arqueologico Subacuatico, publicado por el
Ministerio de Cultura, destacan la realización de campañas de sensibilización,
divulgación y puesta en valor del Patrimonio Cultural Subacuatico español con el fin de
informar a todos los ciudadanos para que lo puedan comprender, disfrutar y
enriquecerse con sus valores históricos y arqueológicos. Estas campañas incluirán, entre
otras, actuaciones como:
- Creacion de rutas de patrimonio arqueológico marítimo, entorno al hallazgos,
para poner en contexto de la situación de los hallazgos, su descubrimiento y la
importancia que en su dia pudieron tener
- Desarrollo de campañas de sensibilización del publico ante hallazgos fortuitos o
debidos a investigaciones arqueológicas, con el fin de incentivar el apoyo de la
ciudadanía en el acrecentamiento del Patrimonio Arqueologico Subacuatico en
este caso, evitando con ello actuaciones ilegales como robo, vandalismo o
trafico ilícito de este tipo de piezas.
- Realizacion de exposiciones temporales sobre el Patrimonio Cultural
Subacuatico, y la publicación de catalogos y otros libros divulgativos, para
mayor conocimiento de la importancia de este tipo de piezas que, no teniendo la
grandeza del arte convencional, funcionan como importantes documentos
históricos sobre el pasado.
- Colaboracion con las comunidades y grupos locales, formandose equipos de
investigacion con ellos, además de dar oportunidad para que el publico
desarrolle experiencias arqueológicas por medio del entrenamiento o educación,
todo ello en colaboración con museos y otras instituciones.
- Fortalecimiento de investigaciones y publicaciones de carácter científico sobre
este tipo de patrimonio, con el fin de que otros investigadores o la sociedad
pueda acceder a un tipo de patrimonio mas desconocido.
- Puesta en valor del Patrimonio Cultural Subacuatico in situ o en museos;
estudiar la posibilidad de adecuar yacimientos arqueológicos para hacerlos
visitables; crear parques arqueológicos subacuáticos; salas de arqueologia
subacuática en distintos museos, o creación y potenciación de centros de
interpretacion dedicados a este patrimonio
Responda a estas dos preguntas. Dispone de 30 minutos:
1. Exponga los criterios y sistemas de almacenamiento en función de las siguientes
colecciones: colección de pintura, escultura en piedra, fotografía, trajes, joyería.
Un almacén de obras de arte es un espacio limpio y organizado en el que se conservan
catalogados e identificados todos los objetos no expuestos que constituyen los fondos de
reserva de una institución museística. Pero un almacén no es un espacio único,
normalmente está dividido en salas. Cada una está adaptada al tipo de obra que va a
acoger. Cada familia de obras tiene unas necesidades específicas y diferenciadas, y para
poder conservar adecuadamente el patrimonio artístico es imprescindible que éstas se
encuentren bien cubiertas. Asi pues, podria distinguirse:
Colección de pinturas: El mejor es el sistema de peines de suspensión vertical. Este
sistema permite aprovechar al máximo la superficie de un espacio y asegura el
almacenaje perfecto de las obras, ya que se depositan del mismo modo, o muy similar,
al que se exponen en sala, con temperatura y HR, que no pueden sobrepasar los 18-20ºC
y el 50-55%, respectivamente, asi como niveles de iluminancia de mas de 150 luxes Así
se asegura la estabilidad de los materiales y no se somete a la obra a cambios
innecesarios. El peine más extendido es el que puede desplazarse de modo
perpendicular a la pared suspendido del techo o apoyándose en el suelo. Las obras
pictóricas no enmarcadas pueden ser depositadas también en este sistema de
almacenamiento, ya que permite su sujeción por medio del bastidor; a menudo las
hembrillas o alcayatas van atornilladas a él, lo que permite su enganche a la malla del
peine. Las alternativas a este sistema son las estanterías acolchadas que permiten el
almacenaje en horizontal o con inclinación de 60 grados. Pero para poder usar esta
opción, las obras que así se depositan deben estar en perfecto estado de conservación.
Los soportes de tela o los que carecen de trasera sobre la que apoyar el soporte, como
puede ser una fotografía o un grabado con un montaje antiguo, pueden deformarse
notablemente al colocarse en estas posiciones, ya que la fuerza de la gravedad hace que
se vayan destensando o desplazando poco a poco, provocando alteraciones irreversibles
sobre la superficie de las obras.
Colección escultura pétrea: Para su correcto almacenaje, necesita superficies
horizontales acolchadas, amplias y resistentes. La opción más asequible para su
depósito son las estanterías reforzadas y salas con temperatura y HR, que no pueden
sobrepasar los 18-20ºC y el 50-55%, respectivamente, asi como niveles de iluminancia
de mas de 150 luxes. La normativa NTP 618, considera como estables las estanterías de
carga vertical en las que la altura del último estante de carga sea igual o menor al
quíntuplo de su profundidad. Por otro lado, también establece que la anchura máxima de
estas estructuras debe ser de cuatro metros y su capacidad de carga total no puede
superar las cuatro toneladas y media por cada par de largueros. Todas las estanterías
tienen que reflejar de modo claro la carga máxima que soportan. Aún así, no es muy
recomendable almacenar obra escultórica de gran formato y peso en este tipo de
estructuras. Todas las estanterías de carga en vertical deben ir fijadas a la pared para
evitar su inestabilidad, origen de la mayoría de los accidentes. Si, además, el tamaño,
forma o resistencia de las piezas almacenadas no permite obtener una carga homogénea,
éstas deberán ser inmovilizadas con la ayuda de sistemas de retención, elementos que no
deben tocar directamente la superficie de las obras, ya que podrían provocar daños.
Colección fotografía: Existen dos alternativas en funcion de si poseen marco o no.
Aquellas que no lo tienen, deben almacenarse en planeros, con protección individual, ya
sea carpetas de Ph Neutro, contenedores o paspartú. Cada cajón o bandeja de planero no
debería aceptar más de tres capas de obra almacenada, unas sobre otras. En el caso de
que se trate de obra bidimensional enmarcada se usa el mismo sistema que con la obra
pictórica, es decir, el peine de suspensión vertical. Para las obras sobre papel y
fotografía, se recomiendan niveles determinados de temperatura y HR. La International
Organization for Standarization (ISO) recomienda que la temperatura debe moverse
entre 13 y 16 °C y la humedad relativa entre un 40 y 50 por ciento, con una fluctuación
del 5%. Para poder alcanzar estas condiciones existen lo que se denominan salas frías,
espacios aislados dentro de los almacenes en los que se mantienen estas condiciones de
modo permanente, ya que éstas pueden perjudicar gravemente al resto de soportes. No
cabe duda de que la iluminación en estos espacios dedicados a obras de soporte
celulósico se debe reducir al máximo, incluso cuando el personal está realizando
operaciones de manipulación o revisión. El valor medio de iluminación aceptado
internacionalmente para el almacenamiento de obra gráfica es de alrededor 50 luxes.
Colección textil: Es una de los más complejos en el museo, debido a las características
particulares que presentan estos objetos artísticos, sobre todo en lo relativo a la
temperatura y HR, que no pueden sobrepasar los 18-20ºC y el 50-55%, respectivamente,
asi como niveles de iluminancia no superior a 50 luxes. Para los tejidos planos de
pequeño y mediano formato, se emplean comúnmente tres tipos de soportes: bandejas
horizontales, soportes cilíndricos y soporte expositor para colecciones de estudio. La
opción óptima es almacenar siempre en horizontal y extendido. Lo importante es crear
una superficie plana rígida y estable, donde el tejido no resbale y que permita trasladarlo
sin necesidad de tocarlo. Puede forrarse de tela (algodón o poliéster) o con venda
elástica de algodón. Para “cerrar” el soporte hemos utilizado “tapas” de tisú neutro, tela
de algodón o, preferentemente, tejido sintético de olefina. La indumentaria, si permite
su conservación, se almacenan colgadas en perchas forradas (si son madera, con lamina
transparente de polietileno o lamina de aluminio), almohadilladas y protegidas con veda
elástica de algodón. Si no pueden colgarse, se deben conservar en soportes especiales
para ellos, siendo algunos similares al almacenaje de tejidos de pequeño y medio
formato.
Colección joyeria: Este tipo de material, generalmente en metal es muy propenso a los
procesos de deterioro. Por ello, se considera adecuado una HR de 40-50% para las obras
de metal, ya que tener una atmosfera limpia es esencial para este material. En cuanto a
temperatura, es importante no sobrepasar los 18ºC, ya que una temperatura cambiante
provocará grietas y daños irreversibles. La iluminación, por su parte, no debe pasar los
150 luxes. Para su almacenamiento, se colocará sobre bandeja acolchada con papel tisú
o secante sin acido, asi como espuma de polietileno. Las zonas mas débiles, reforzadas
con papel tisú sin acido y soportes de polietileno. Si los objetos son pesados, debe
acolcharse con una capa gruesa de espuma densa. El uso del algodón, esta
desaconsejado para acolchar este tipo de colecciones, pues las fibras pueden
engancharse en superficies rugosos o elementos frágiles que sobresalgan.

2. Defina qué es el programa arquitectónico y cómo se organiza. Comente


brevemente la relación de espacios en un museo.
Teniendo como punto de partida la, tanto la publicación El programa arquitectónico; la
arquitectura del museo vista desde dentro, como Criterios para la elaboración del Plan
Museologico, ambos publicados por el Ministerio de Cultura, el programa
arquitectónico podria como “como el documento que tiene como objetivo primordial
determinar los requisitos espaciales y de infraestructuras (instalaciones y
equipamientos) del museo. En él deberán quedar plasmadas todas las consideraciones
necesarias para que el equipo redactor del proyecto arquitectónico pueda resolver
satisfactoriamente las necesidades y exigencias del centro, debiendo ser redactado por el
equipo técnico del museo, con la colaboración de los profesionales externos que se
consideren convenientes. El programa servirá de base para la redacción y ejecución de
proyectos y, en el caso de instituciones públicas, como base para la preparación de los
correspondientes pliegos de prescripciones técnicas que regirán los concursos públicos”.
Su objetivo principal debe ser exponer criterios y dar pautas en relación con los
requerimientos del centro, para garantizar que las intervenciones solicitadas respondan a
las necesidades, pero en ningún caso debe proporcionar ni imponer propuestas
arquitectónicas concretas, ni aportar esquemas cerrados de diseño, puesto que éste será
el cometido del equipo de arquitectos que redacte el proyecto.
Por lo que respecta a su organización e información, el planteamiento de las necesidades
debe ser práctico y realista, derivado del conocimiento certero de las características del
centro (y de sus recursos materiales y humanos) así como el alcance de la intervención a
desarrollar. la documentación que se facilite al equipo redactor deberá contener, en
primer lugar, cuantas consideraciones previas puedan resultar de interés en relación con
las necesidades arquitectónicas de la institución. Habrá que definir con detalle
cuestiones como la delimitación y características del espacio en el que va a desarrollarse
la actuación (ya sea un solar o un edificio preexistente) y el régimen jurídico y
urbanístico de las fincas y edificios afectados. Igualmente, habrá de recopilarse cuanta
información documental, asi como etudios previos.
A continuación, conviene exponer una serie de criterios generales de carácter
arquitectónico, es decir, aquellas pautas necesarias para atender, como la necesidad de
que el edificio mantenga un control climático o la necesidad de obtener condiciones de
seguridad mas optimas, asi como la necesidad de respeto a los elementos singulares y la
consideración del edificio como centro cultural publico. Ademas se deberan establecer
consideraciones sobre accesos, comunicaciones y circulaciones de los distintos tipos de
personas que transitan por el edificio –público, personal (técnico, administrativo, de
vigilancia, seguridad, mantenimiento, limpieza, etc.), proveedores y servicios externos–
y, por otro, la de las propias colecciones. Asimismo, se deberán estudiar las
consideraciones en torno a los ámbitos de seguridad y los grados de accesibilidad, que
debe englobar tanto al propio edificio (en tanto que primer elemento físico de la
seguridad) como a los bienes muebles que contiene y, por supuesto, a las personas que
lo ocupan, tanto público como personal. Junto a ello, conviene hacer alusión a la
importancia de tener en cuenta la seguridad específica de las personas (plan de
autoprotección) y colecciones (plan de emergencia)
Por ultimo se debe realizar una completa relación de espacios. Tradicionalmente, y
siguiendo a Francisca Hernandez en Manual de Museologia, la distribución de los
espacios de un museo se hacía atendiendo a sus diferentes usuarios, es decir, se
trabajaba con los conceptos de “área publica”, con importancia del hall, donde se da
acceso a todos los servicios del museo; “espacios privados”, dedicados a la gestion
administrativa de las colecciones, además de despachos del personal interno; “espacios
de servicios”, muy varios, desde las salas de climatización y seguridad, biblioteca,
talleres, laboratorios, almacenes…
En la actualidad se tiende a usar una ordenación espacial diferente, que observa tanto a
los distintos tipos de personas que usan cada espacio como a su relación con las
colecciones. Así, surge una clasificación basada en el cruce de dos criterios: la
existencia o no de bienes culturales y la presencia o no de público, lo que da lugar a
cuatro zonas. En la práctica esta clasificación se ha revelado muy útil, ya que agrupa
espacios con requerimientos similares (en materia de conservación, seguridad y
accesibilidad) que, no obstante, no tienen por qué estar necesariamente contiguos. De
este modo, el museo queda subdividido en:
 Zona pública sin bienes culturales  Comprendida por el área de acogida
(taquillas o zaguan), servicios del museo (tienda o restauracion), salas de
atención a grupos, salas de actos y conferencias, biblioteca y aseos
 Zona pública con bienes culturales  Comprendida por las salas de exposicion
permanente y exposiciones temporales, salas de investigadores, almacenes
visitables y áreas de descanso
 Zona interna con bienes culturales  Comprendida por el área de recepción de
bienes culturales, salas de documentación, salas de conservación y almacen de
bienes culturales
 Zona interna sin bienes culturales  Comprendida por los despachos del
personal, los departamentos de investigacion y difusión, las áreas de vigilancia y
seguridad, salas de mantenimiento y garaje.
Asi, el programa ofrecerá los requerimientos y necesidades específicas de cada uno de
los espacios concretos, en lo que se refiere a la oportunidad de su existencia; uso,
función y calidades; superficie aproximada; tipo de actividades que va a acoger;
relación con otros espacios y con las comunicaciones (verticales y horizontales);
accesos y sus características; posible distribución interna; necesidades de tratamiento
específicas (materiales y acabados); grado de accesibilidad y seguridad (según el tipo de
usuarios que vayan a acceder a ellos); requisitos técnicos para instalaciones;
equipamientos o, en su caso, necesidades de éstos en la configuración arquitectónico de
los espacios.

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