Tercer Bloque (Temas 10 - 14)
Tercer Bloque (Temas 10 - 14)
Tercer Bloque (Temas 10 - 14)
a) LA DENUNCIA.
Se trata de una actuación de la Administración pública previa al inicio de actuaciones y procedimientos tributarios, tal
y como nos señala el art. 114 de la LGT. Se trata de informar sobre situaciones que pueden ser infractoras y sólo se
actúa en el caso en que proceda y en su defecto se procede al archivo.
En el desarrollo e instrucción de la misma el art. 99 de la LGT nos indica cuales son los derechos que asisten al obligado
tributario, entre otros, podemos citar los siguientes:
1.- Derecho a ser oído. 2.- Derecho a rehusar a la presentación de documentos previamente presentados. 3.-. Derecho a
que por parte de la Administración se le expidan certificaciones de autoliquidaciones presentadas y en último lugar,
derecho a acceder a los documentos que integran el expediente.
LA PRUEBA.
Establecida y regulada en el art. 99 de la LGT, este precepto establece lo siguiente:
- No es necesaria la apertura de período de prueba ni la comunicación previa de actuaciones a los interesados.
- En lo que concierne a la carga de la prueba, quien hace valer su derecho debe probar los hechos, tanto para
la Administración pública como para los obligados tributarios.
- En lo que concierne a los medios y valoración, se estará a lo establecido en el Código civil y la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Conviene señalar que todas las prueba que son ADMISIBLES EN DERECHO, lo son también en el ámbito tributario.
Eso si, la prueba que desempeña mayor papel es la PRUEBA DOCUMENTAL y dentro de ella de manera muy
significativa la LGT ensalza la FACTURA como prueba prioritaria en los procedimientos tributarios.
En lo que concierne a las personas jurídicas hay una intensidad menor de protección, por faltar una estrecha vinculación
con un ámbito de intimidad en sentido originario, esto es, el referido a la vida personal y familiar, sólo predicable de las
personas físicas.
Se extiende pues al espacio físico indispensable para que pueda desarrollar su actividad sin intromisiones ajenas, por
constituir el centro efectivo de la dirección de su entidad.
La resolución viene regulada en el art. 103 de la LGT según el cual: “ La Administración pública, ha de resolver de
manera expresa todas las cuestiones planteadas en los procedimientos de aplicación de los tributos así como a notificar
dicha resolución expresa.”
El plazo no puede exceder de 6 meses, salvo norma de rango legal o normativa comunitaria que establezca lo contrario.
En lo que concierne a los efectos de la resolución hay que distinguir, según se produzca, a instancia de parte o de oficio:
➢ A instancia de parte : 1.- La normativa ha de regular el régimen de actos presuntos y 2.- Silencio
administrativo, a favor del obligado tributario, salvo derecho de petición e impugnación de actos y
disposiciones, que será desestimatorio.
➢ De oficio : 1.- Vencimiento del plazo, regulado en la normativa propia de cada tributo y 2.- Caducidad del
procedimiento, ya que esta nace por el ejercicio de un derecho con vocación de plazo, transcurrido el mismo se
procede a la declaración expresa de caducidad.
LA LIQUIDACIÓN TRIBUTARIA.
Se trata de una forma de resolución de los procedimientos tributarios . No se trata de un procedimiento. Es un acto
resolutorio mediante el cual el órgano competente de la Administración realiza las operaciones de cuantificación y
determinar el importe de la deuda tributaria o de la cantidad que resulte a devolver o compensar de acuerdo con la
normativa tributaria – art. 101 de la LGT -.
Características de la liquidación.
▪ Implica el ejercicio de una potestad administrativa realizada dentro de un procedimiento de aplicación de los
tributos: gestión, inspección o recaudación.
▪ Tal potestad desemboca en un acto administrativo resolutorio.
▪ Tal acto de liquidación está impregnado del principio de legalidad.
▪ Tiene eficacia declarativa, pues la liquidación surge de la realización del hecho imponible que da lugar al
nacimiento de la obligación tributaria.
▪ El acto de liquidación hace determinada, liquida y exigible la obligación tributaria.
Lugar.
En los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, será el lugar señalad por el obligado tributario.
En los procedimientos iniciados de oficio, será el domicilio fiscal del obligado tributario, el centro de trabajo y el lugar
donde desarrolle su actividad económica.
LA GESTIÓN TRIBUTARIA.
1.- Concepto y fuentes normativas.
La gestión tributaria consiste en el ejercicio de las funciones administrativas que se contemplan en el artículo 83.1 de la
LGT. Las actuaciones y el ejercicio de las funciones a las que se refiere el citado precepto se realizarán de acuerdo con
lo establecido en la LGT y en su normativa de desarrollo, es decir, el Reglamento general de las actuaciones y los
procedimientos de gestión en inspección tributaria – en adelante, RAPGIT -.
a) La declaración tributaria.
La podemos definir como “todo documento presentado ante la Administración tributaria donde se reconozca o
manifieste la realización de cualquier hecho relevante para la aplicación de los tributos.”
Es importante señalar que en los procedimientos iniciados mediante declaración del obligado tributario:
▪ el órgano competente de la Administración tributaria podrá realizar las actuaciones necesarias para practicar
la oportuna liquidación.
▪ el obligado tributario contará con 10 días para presentar los datos o documentos requeridos.
▪ Cuando la Administración tributaria vaya a tener en cuenta datos distintos a los declarados deberá notificar
previamente la propuesta de liquidación para que aquél alegue lo que estime.
En lo que concierne a los efectos que produce una liquidación tributaria, señalar que la LGT nos dice que la liquidación
que dicte el órgano competente de la Administración tributaria será siempre de carácter provisional – art. 133 -.
En la liquidación resultante de un procedimiento de aplicación de los tributos podrán aplicarse las cantidades que el
obligado tuviera pendientes de compensación, sin que a estos efectos sea posible modificar tales cantidades mediante la
presentación de declaraciones complementarias o solicitudes de rectificación después del inicio del procedimiento de
aplicación de los tributos.
b) la autoliquidación.
Las autoliquidaciones son declaraciones en las que los obligados tributarios, además de comunicar a la Administración
los datos necesarios para la liquidación y otros de contenido informativo, realizan por sí mismos las operaciones de
calificación y cuantificación para determinar e ingresar el importe de la deuda tributaria o determinar la cantidad que
resulte a devolver o compensar.” – art. 120.1 LGT -.
El procedimiento se iniciará mediante requerimiento de la Administración para que el obligado tributario aclare la
discrepancia observada o los datos relativos a su declaración o autoliquidación o mediante la notificación de la propuesta
de liquidación cuando la Administración tributaria cuente con datos suficientes para formularla.
Este procedimiento se inicia mediante la notificación conjunta de las propuestas de valoración y liquidación, cuando la
Administración cuente con datos suficientes a tal fin.
El desarrollo del mismo tendrá lugar durante un plazo máximo de 6 meses, a contar desde el inicio del procedimiento
para notificar la valoración y en su caso la liquidación, que deberán incluir como actuaciones, plazo de alegaciones y
notificación de la regularización.
La tasación pericial contradictoria (ha perdido efectividad desde que se estableció el “valor de referencia”). Esta cabe
en los supuestos que contempla el art. 135 de la LGT, a saber:
▪ contra la liquidación efectuada de acuerdo con los valores comprobados administrativamente dentro del
plazo del primer recurso o reclamación que proceda.
▪ Contra el acto de comprobación de valores debidamente notificados cuando la normativa lo prevea.
▪ Cuando la normativa propia del tributo asi lo prevea y el obligado tributario se haya reservado el derecho a
promover la tasación pericial contradictoria si éste estima que la notificación que ha recibido no contiene
expresión suficiente de los datos y motivos tenidos en cuenta para elevar los valores declarados y lo haya
denunciado en reposición o con reclamación económica-administrativa.
La presentación de la solicitud de tasación pericial contradictoria suspenderá el plazo para iniciar el procedimiento
sancionador.
Las actuaciones de comprobación limitada se iniciarán de oficio por acuerdo del órgano competente, como regla
especial, cuando los datos en poder de la Administración tributaria sean suficientes para formular la propuesta de
liquidación, el procedimiento podrá iniciarse mediante la notificación de dicha propuesta.
Las actuaciones que puede desarrollar la Administración tributaria en el marco de este procedimiento están tasadas, son
las siguientes:
▪ examen de los datos consignados por los obligados tributarios en sus declaraciones y justificantes.
▪ Examen de los datos en poder de la Administración tributaria que pongan de manifiesto la realización del
hecho imponible.
▪ Examen de los registros y demás documentos exigidos por la normativa tributaria y de cualquier otro libro,
registro o documento de carácter oficial con excepción de la contabilidad mercantil.
▪ Requerimientos a terceros que aporten la información que se encuentren obligados a suministrar con carácter
general o para que la ratifiquen mediante la presentación de los correspondientes justificantes.
La terminación del procedimiento se regula en el art. 139 de la LGT y ocurre en los siguientes casos:
▪ Por resolución expresa de la AEAT.
▪ Por caducidad, una vez transcurridos como máximo 6 meses desde el comienzo del procedimiento sin que
se haya notificado resolución expresa.
▪ Por inicio del procedimiento inspector que incluya el objeto de la comprobación limitada.
Señalar por último, en lo que concierne a los efectos, que dictada resolución en un procedimiento de comprobación
limitada, la AEAT no podrá efectuar una nueva regularización, salvo que en un procedimiento de comprobación limitada
o inspección ulterior se descubran hechos o circunstancias que resulten de actuaciones distintas de las realizadas o
especificadas en la resolución que dio término al procedimiento realzado.
Las actuaciones inspectoras se realizarán por los funcionarios y demás personal al servicio de la Administración
tributaria que desempeñen los correspondientes puestos de trabajo integrados en los órganos con funciones de inspección
tributaria. Las funciones que consistan en actuaciones preparatorias y de comprobación o prueba de hechos con
transcendencia tributaria podrán encomendarse al personal al servicio de la AEAT que no tenga la condición de
funcionario.
Hay que señalar que la inspección tributaria consiste en el ejercicio de las funciones administrativas dirigidas a:
- Funciones de comprobación e investigación.
- Funciones de información.
- Funciones de liquidación.
- Funciones de asesoramiento.
Los obligados tributarios deberán atender a la Inspección de los tributos y prestarle la debida colaboración en el
desarrollo de sus funciones con la obligación de personarse el día, lugar y hora requerido para practicar actuaciones.
Las actas constituyen una forma de documentación propia de las actuaciones inspectoras. Las actas son documentos
públicos que extiende la Inspección de los tributos con el fin de recoger un resultado de las actuaciones inspectoras de
comprobación e investigación, proponiendo la regularización que estime procedente de la situación tributaria del
obligado.
El art. 144 de la LGT confiere a las actas extendidas por la Inspección de los tributos la naturaleza de documento público.
La regla general es que el procedimiento inspector iniciado de oficio puesto en marcha mediante comunicación previa
de la Administración tributaria se notifique al obligado tributario.
Conviene señalar que hacen prueba los hechos que motiven su formulación, salvo que se acredite lo contrario. Hay que
despegarse de la letra de la ley y entender que la plasmación en las actas, goza de presunción de certeza, ya que debe
ser la finalización probatoria de una actividad previa de la Inspección de los tributos y esta no se puede limitar a meras
manifestaciones de opiniones.
Ya iniciado el procedimiento inspector, la Inspección de los tributos tiene la facultad de adoptar medidas cautelares
debidamente motivadas para impedir que desaparezcan, se destruyan o alteren las pruebas determinantes del
cumplimiento de obligaciones tributarias o que se niegue posteriormente su existencia o exhibición.
Las medidas podrán consistir en el precinto, depósito o incautación de los productos sometidos a gravamen, de libros,
registros, documentos, archivos, locales o equipos electrónicos de tratamiento de datos que contengan información.
Los límites de dichas medidas cautelares serán proporcionados y limitados temporalmente a los fines anteriores sin que
puedan adoptarse aquellas que puedan producir un perjuicio de difícil o imposible reparación, las medidas adoptadas
deberán ser ratificadas por el órgano competente para liquidar en el plazo de 15 días desde su adopción y se levantarán
si desaparecen las circunstancias que las motivaron – art. 146.3 LGT -.
Las actuaciones del procedimiento de inspección podrán tener alcance general o parcial. Las actuaciones inspectoras
tendrán carácter parcial cuando no afecten a la totalidad de los elementos de la obligación tributaria en el período objeto
de comprobación y en todos aquellos supuestos que se señalen reglamentariamente. En otro caso tendrán carácter
general en relación con la obligación tributaria y período comprendidos – art. 148.2 LGT -.
Las actuaciones del procedimiento de inspección deberán concluir en los siguientes plazos_
- 18 meses, con carácter general.
- 27 meses cuando concurran determinadas circunstancias: que la cifra anual de negocios del obligado
tributario sea igual o superior al requerido para auditar sus cuentas, o bien, que el obligado tributario esté
integrado en un grupo sometido al régimen de consolidación fiscal o al régimen especial de grupo de
entidades que esté siendo objeto de comprobación inspectora.
El cómputo del plazo del procedimiento inspector se suspenderá en los siguientes supuestos_
- Remisión del expediente al Ministerio Fiscal sin practicar la liquidación.
- Recepción de una comunicación de órgano jurisdiccional en que se ordene la suspensión.
- Concurrencia de causa de fuerza mayor que obligue a la suspensión de las actuaciones.
- Planteamiento por la Administración tributaria que esté desarrollando el procedimiento de inspección de un
conflicto ante las Juntas Arbitrales previstas en la normativa relativa a la Comisión consultiva.
- El intento de notificación al obligado tributario de la propuesta de resolución o liquidación o del acuerdo
por el que se ordena completar actuaciones.
Las actuaciones inspectoras podrán desarrollarse indistintamente según determine la Inspección de los tributos – art.
151 LGT - :
- El lugar donde el obligado tributario tenga su domicilio fiscal.
- El lugar donde se realicen total o parcialmente las actividades gravadas.
- El lugar donde exista alguna prueba del hecho imponible o del presupuesto de hecho de la obligación
tributaria.
- En las oficinas de la AEAT, cuando los elementos sobre los que hayan de realizarse las actuaciones puedan
ser examinados en ellas.
La Inspección podrá personarse sin previa comunicación en las empresas, oficinas, dependencias, instalaciones o
almacenes del obligado tributario, entendiéndose las actuaciones con éste o con el encargado o responsable de los locales
- art. 151.2 LGT -.
Los libros y demás documentación a los que se extienden las facultades de examen de la Inspección de los tributos
deberán ser examinados en el domicilio, local u oficina del obligado tributario, en presencia del mismo, salvo que el
obligado tributario consienta su examen en las oficinas públicas.
Las actuaciones en oficinas públicas se realizarán dentro del horario de apertura al público de las mismas, y en todo
caso, dentro de la jornada de trabajo vigente, si se desarrollan en locales del interesado se respetará la jornada laboral
de la actividad que se efectúe en ellos, con la posibilidad de actuar en otras horas o días.
Las actas que documenten el resultado de las actuaciones inspectoras deberán contener – art. 153 LGT -:
- Lugar y fecha de formalización.
- El nombre y apellidos o razón social completa, el NIF y el domicilio fiscal del obligado tributario, así como
el nombre, apellidos y NIF de la persona con la que se entienden las actuaciones y el carácter con que
interviene en las mismas.
- Elementos esenciales del hecho imponible y de su atribución al obligado tributario.
- Regularización de su situación tributaria, la del obligado tributario, con propuesta de liquidación.
- Conformidad o disconformidad del obligado tributario con la propuesta de liquidación.
- Trámites del procedimiento posteriores al acta y cuando ésta sea de conformidad, los recursos que procedan
contra el acto de liquidación, órgano ante el que haya de presentarse y plazo.
- Existencia o inexistencia de indicios de comisión de infracción tributaria.
- Las demás que se establezca reglamentariamente.
Las actas se clasifican por el art. 154 de la LGT en función de la tramitación que hayan de proseguir, en este sentido,
distinguimos entre actas con acuerdo, actas de conformidad y actas con disconformidad.
Los supuestos en los que procede el acta con acuerdo son los siguientes:
- Cuando para la elaboración de la propuesta deba concretarse la aplicación de conceptos jurídicos
indeterminados.
- Cuando resulte necesaria la apreciación de hechos determinantes para la correcta aplicación de la norma al
supuesto concreto.
- Cuando sea preciso realizar estimaciones, valoraciones o mediciones de datos, elementos o características
relevantes para la obligación tributaria que no puedan cuantificarse de forma cierta.
Para la suscripción del acta con acuerdo será necesaria la concurrencia de los siguientes requisitos:
- Autorización expresa del órgano competente para liquidar, que podrá ser previa o simultánea a la suscripción
del acta con acuerdo .
- Constitución de un depósito o aval de cuantía suficiente para garantizar el cobro de las cantidades que
puedan derivarse del acta.
Actas de conformidad.
La frontera entre las actas con acuerdo y las de conformidad es formalmente clara. Sin embargo, materialmente y en la
práctica las fronteras se hacen más difíciles. En la práctica, las actas de conformidad, de tramitación más sencilla,
cumplen con mucha frecuencia las funciones de las actas con acuerdo.
En lo que concierne a los efectos el art. 156 de la LGT, establece que cabe una reducción de un 30% de las sanciones
que se impongan o la presunción de certeza de los hechos y elementos determinantes de la deuda tributaria respecto de
los cuales el obligado tributario prestó su conformidad, que sólo podrán ser rectificados mediante prueba de haber
incurrido en error de hecho.
Actas de disconformidad.
La formalización de estas actas se establece en el art. 157 de la LGT:
- Sustanciación del trámite de audiencia, con carácter previo a la firma del acta de disconformidad se
concederá al interesado para que alegue lo que convenga a su derecho.
- Constancia de la no suscripción del acta o disconformidad, se hará constar expresamente esta circunstancia
en el acta, a la que se acompañará un informe del actuario en el que se expongan los fundamentos de Derecho
en que se base la propuesta de regularización.
- Formulación de alegaciones, en el plazo de 15 días desde la fecho en que se haya extendido el acta o desde
la notificación de la misma, el obligado tributario podrá formular alegaciones antes el órgano competente
para liquidar.
- Posible práctica de actuaciones complementarias, antes de dictar el acto de liquidación, el órgano
competente podrá acordar la práctica de actuaciones complementarias en los términos que se fijen
reglamentariamente.
- Liquidación, recibidas las alegaciones, el órgano competente dictará la liquidación que proceda, que será
notificada al interesado.
LA RECAUDACIÓN TRIBUTARIA.
Concepto, naturaleza y fuentes normativas.
La recaudación tributaria consiste en el ejercicio de las funciones administrativas conducentes al cobro de las deudas
tributarias – art. 160 LGT - .
NO FORMAN PARTE DE LA DEUDA TRIBUTARIA LAS SANCIONES QUE PUEDAN IMPONERSE.
La naturaleza de función administrativa de la actividad recaudatoria queda confirmada por el art. 2 del Reglamento
General de Recaudación “La gestión recaudatoria de la Hacienda Pública consiste en el ejercicio de la función
administrativa conducente al cobro de las deudas y sanciones tributarias y demás recursos de naturaleza pública que
deban satisfacer los obligados al pago”.
Las dos principales fuentes normativas que le resultan de aplicación a la actividad recaudatoria, son la LGT y el RGR,
en el ámbito local hay que incorporar a la LRHHLL.
A) Período voluntario.
La recaudación de las deudas tributarias en período voluntario se llevará a cabo mediante el pago o cumplimiento del
obligado tributario en los plazos, ya estudiados, del art. 62 de la LGT.
La recaudación en período voluntario concluirá el día del vencimiento de los correspondientes plazos de ingreso.
B) Período ejecutivo.
La recaudación de las deudas tributarias en período ejecutivo será por pago o cumplimiento espontáneo del obligado
tributario o a través del procedimiento de apremio.
Hay que señalar que impiden el inicio del período ejecutivo, la presentación dentro del período voluntario
de solicitud de aplazamiento, fraccionamiento o compensación durante la tramitación de dichos expedientes
y también la interposición de un recurso o reclamación en tiempo y forma contra una sanción y hasta que
ésta sea firme en vía administrativa y haya finalizado el plazo para el ingreso voluntario.
Es importante señalar que el recargo de apremio ordinario es compatible con los intereses de demora. Sin embargo,
cuando proceda el recargo ejecutivo – 5% - y el recargo de apremio reducido – 10% - no serán exigibles los intereses
devengados desde el inicio del período ejecutivo.
La exigencia de todos los recargos hasta aquí enumerados es compatible con la de las costas que en su caso se hayan
ocasionado en el procedimiento de apremio.
Por su lado, el art. 69 del RGR añade que: “Iniciado el período ejecutivo, la recaudación se efectuará por el
procedimiento de apremio que se iniciará, a su vez, mediante la notificación de la providencia de apremio.”
Así, pues, la providencia de apremio es el acto de la Administración que ordena la ejecución contra el patrimonio del
obligado tributario. Conviene señalar que, la providencia de apremio es título suficiente para iniciar el procedimiento
de apremio y tendrá la misma fuerza ejecutiva que la sentencia judicial para proceder contra los bienes y derechos del
obligado tributario.
Los motivos de oposición a la providencia de apremio, teniendo en cuenta su naturaleza, están tasado, así nos lo indica
el art. 167 de la LGT:
- Extinción total de la deuda o prescripción del derecho a exigir el pago.
- Solicitud de aplazamiento, fraccionamiento o compensación en período voluntario y otras causas de
suspensión del procedimiento de recaudación.
- Falta de notificación de la liquidación.
- Anulación de la liquidación.
- Error u omisión en el contenido de la providencia de apremio que impida la identificación del deudor o de
la deuda apremiada.
Una vez iniciado el período ejecutivo y notificada la providencia de apremio, el pago de la deuda tributaria deberá
efectuarse en los plazos ya estudiados cuando vimos la obligación tributaria accesoria y que nos señala el art. 62.5 de la
LGT.
Si la deuda tributaria estuviera garantizada se procederá en primer lugar a ejecutar la garantía a través del procedimiento
administrativo de apremio. No obstante la AEAT podrá optar por el embargo y enajenación de otros bienes y derechos
con anterioridad a la ejecución de la garantía cuando ésta no sea proporcionada a la deuda garantizada o cuando el
obligado lo solicite, señalando bienes suficientes al efecto. En estos casos, la garantía prestada quedará sin efecto en la
parte asegurada por los embargos.
Los principios que inspiran la práctica del embargo los podemos concretar en los siguientes:
- Proporcionalidad de la cuantía y clase de bienes que se embarguen respecto a la debida.
- Suficiencia de la cuantía de lo embargado para cubrir lo debido.
- Eficacia, ya que se embargarán los bienes del obligado tributario teniendo en cuenta la mayor facilidad para
su enajenación.
- Limitación de costes para el obligado tributario, dado que la enajenación de los bienes embargados se hará
teniendo en cuenta la mayor facilidad de su enajenación y la menor onerosidad de está para el obligado.
- Flexibilidad en cuanto a la determinación del orden que han de seguir los bienes y derechos a embargar.
- Respeto al domicilio, pues en todo caso, se embargarán en último lugar aquellos cuya traba sea necesaria la
entrada en el domicilio del obligado tributario.
- Certeza, en virtud de la cual se embargarán sucesivamente los bienes o derechos conocidos en ese momento
por la Administración tributaria hasta que se presuma cubierta la deuda.
En lo que concierne a la orden de la práctica del embargo hay que tener en cuenta el art. 169.2 de la LGT que ya lo
estudiamos al abordar la obligación tributaria accesoria.
Para concluir el estudio del procedimiento de apremio señalamos tres elementos relevantes del mismo: La diligencia de
embargo, enajenación de bienes y derechos y terminación del procedimiento.
Diligencia de embargo.
Cada actuación desarrollada en el embargo se documentará en diligencia que se notificará a la persona con la que se
entienda la misma. Efectuado el embargo la diligencia se notificará al obligado tributario y, en su caso, al tercero titular,
poseedor o depositario de los bienes si no se hubiesen llevado a cabo con ellos las actuaciones, así como al cónyuge
cuando los bienes embargados sean gananciales y a los condueños o cotitulares de los mismos.
Si los bienes embargados fueran inscribibles en un registro público, la AEAT tendrá derecho a que se practique la
anotación preventiva en los términos previstos en el art. 170.2 de la LGT.
Terminación.
Según el art. 173 de la LGT, este procedimiento termina:
- Con el pago de la cantidad debida a que se refiere el apartado 1 del art. 169 de la LGT.
- Con el acuerdo que declare el crédito total o parcialmente incobrable, una vez declarados fallidos todos los
obligados al pago.
- Con el acuerdo de haber quedado extinguida la deuda por cualquier otra causa.
Para concluir, señalar que, en los casos en que el crédito se haya declarado incobrable, el procedimiento de apremio se
reanudará, dentro del plazo de prescripción, cuando se tenga conocimiento de la solvencia de algún obligado al pago.