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Sección Primera

Concepto y elementos del contrato

42.— DEFlNlClON.— Do acuerdo al Art. 1.438 'Cant rate a convenci6n Os Un


acto por el cual una parte so oblige para con otra a dar, hacer o no hacer alguna
cosa. Cada parte puede set una 0 muchas personas".
Se ha criticado esta definiciOn legal desde dos ángulos; primero, porque
incurre en el mismo error del recepto anterior al enumerar las fuentos de las
obhgaciones de confundir el contrato con Ia convención. Los hace términos
sinómmos.
Entre nosotros, siguiendo a los autores franceses, so considera quo Ia con-
vención es el actojujidico bilateral. o sea, todoacto urIdico err quo existe
acuerdo de vountades4e.strnado a producir etectoc id cos Etos efe:th'
puedéconsistir enprear, modificar o extirlgulr obligaciones Cuando Ia convea-
cion hone per objeto crear ohilgacones. pasa a Uarnarse contrato aquélla es el
género, el contrato, Ia espece. Todo contrato es convencón, ya que supone el
acuerdo de voluntades para producir efectos juridicos; pero, ala inversa, no toda
convenciôn es corrtrato, ya que si el acuordo do voluntades no tiene per objeto
crear una obligacion, sino modificarla o extinguirla, es una convención, pore no
un contrato. V asi, per ejemplo, el page. la remisión, a tradiciOn son convencio-
nes, pero no contratos, pues no generan obligaciones (24).
Valga, sin embargo, en detensa del autor de nuestro Código, quo Ia opiniOn
anterior no es universalmente compartda, y para muchos tratadistes, contratc y
convención son tambén térrninos sinónimos.
La segunda critica es más serta: siguiendo al COdigo Frances quo a su vez so
!nspirô en Pothier, el precepto al definir el contrato, más bien, da un concepto do
obhgacion, aludiendo a su maxima ciasiticaciôn err do dar, hacer o no hacer.
Per ole es quo comünmerrte so define et contrato como Ia converrción
generadora de derechos y obIigaciones, o prescindiendo en Ia torma ya clásica
del aspecto active de los créditos, como Ia corrvención quo da nacirniento a
obligaciones (25).

43.— ELEMENTOS DEL CONTRATO. CLASIFICACION.— En lo que so re-


fiere a los elementos, o requisitos constitutivos del contrato, hay quo dishnguir

(24) RDJT.32,sec. 1a,pag.43.

25) Para quienos contrato y convenciOn e lo mismo, el c0ntrato es el acuerdo de dos o rnas partes
para constituir, regular o extinguir entre si una relacion juridica patnrnooiaF (Art. 1.321 del C. ItaIiano). y
pueco ser tie tree cleess: constitutivo, modificatorlo y ertintivo, clenficaoón quo entre rtoaotros corree-
portde a a convenciôn. En cuanto a a patrimoniatidad que te señala & contrato, vOase P 26 y 51.
aquellos que son comunes a todos los contratos en cuanto ellos constituyen
actos juridicos y los elementos propios de cada uno en particular.
Algunos autores modemos pretenden establecer otros requisitos, que elimi-
narian de Ia categorIa de contratos algunos de los que tradicionalmente se
califican de tales.
Veremos en los n)meros siguientes en forma sucesiva estas tres matenas,
advirtiendo, eso Si, que nos detendremos de manera sornera en los reqthsitos
generales del conrato, porque su estudio no corresponde aqui, sino en Ia teorla
general del acto juridico.

44. U.— REQUISITOS DE 1000 CONTRATO.— De acuerdo a Ia defrnicón


antes dada, dos son los requisitos para que se forme un contrato:
1 O_ El acuerdo de voluntades de dos o más personas, y
2.°— Que este acuerdo teriga Ia intención de crear obligaciones.
Ahora bien, este acuerdo de voluntades está a su vez sometido a los requisi-
tos tegales que enuncia el Art. 1.445, inc. 1.0: "Para que una persona se obligue a
otra por un acto o declaraciôn de voluntacj, es necesarlo: 1.0 que sea legalmente
capaz; 2.° que consienta endicho acto o declaración y su consentimiento no
adolezca de vicio: 3•0 que recaiga sobre un objeto lIcito; 40 que tenga uria cause
lIcita'.
La doctrina más comunmente aceptada entre nosotros clasifica estos ole-
mentos del acto jUridico en requisitos de existencia y validez, mientras otros
autores rechazan como arbitraria semejante distinción en Iegislaciones que no
establecen Ia inexistencia comosanción (26).
De acuerdo a esto, los requisitos de existencia son: a) elconsentimiento; b) el
objeto; C) Ia causa, y d) las solemnidades; y los de validez: a) Ia ausencia de vicios
en el consentimiento; b) Ia capacidad; c) el objeto licito, y d) Ia causa Ilcita.
Enunciados en general son: a) el consentimiento exento de vicios; b) Ia capaci-
dad; c) el objeto, d) Ia causa, ye) lassolemnidades.
Muy someramente nos referiremos a silos en los riUmeros siguientes:

45. A.— CONSEN11MIENTO EXENTO DE VICIOS.— La voluntad en los ac-


tos juridicos bilaterales toma el nombre de consentimientó.
Su formación no tue reglamentada por el Código Civil, omision salvada por el
de Comercio en sus Arts. 97 a 108, preceptos que Ia doctrina y jurisprudencia (27)
reconocen coma aplicables a los contratos civiles.
Consta de dos etapas: Ia oferta que hace una persona a otra para celebrar un
contrato, y Ia aceptación deJa otra parte.
El legislador reglamenta el derecho del oferente a retirar Ia oferta y Ia extin-
ción de ella; ésta se produce par Ia retractación del oferente antes de Ia acepta-
don, quedando obligado a indemnizar los daños sufridos por Ia persona a quien
fue dirigida Ia oferta (Art. 100, C. Co.), y por Ia caducidad en caso de muerte o
incapacidad legal del proponante (Art. 101, del C. Co.).
Si el oferente so hubiere comprometido a esperar contestaciôn o a no dispo-
ner del objeto del contrato olrecido, sino después de desechada Ia oferta o
transcurrido un término, no puede retractarse de Ia oferta, y si so produce Ia
aceptación, el consentimiento so forma de todas maneras (Art. 99 C. Co.). Es èsta
una disposición tie mucho interés, porque so sostiene que ës Un caso en que el
deudor so oblige par su propia y sola voluntad, 0 sea, par declaraciOn unilateral
(N.° 174).
Respecto de Ia aceptación, el COdigo distingue segün Si Ia oferta ha sido
verbal o escrita; en el primer caso, debe darse en el acto do ser conocida por Is
persona a quien va dirigida (Art. 97, C. Co.); Ia oferta par escrito debe ser aceptada

(26) Sabre esta matena vease Vodanovic, ob. cit., Vol.1, pegs. 367 ysigtse.; Clara Solar, ob. cit., Vol.
11, pãgs. 7 ysiguientes.
127t Prrvi aci-r 'A ...L.. 00
LAS OBLIGACIONES

o rechazada dentro de 24 horas si a persona que a recibe estuviere en el mismo


lugar que el proponente. o a vuelta de correc, si estuviere en otro diverso (Art. 98,
C. Co.).
En cuanto a! lugar y momento en que se entiende forrnado et consentimiento,
el Código distingue entre preserites y entre ausentes; en el primer caso, se torrna
en el momento y lugar en que se da Ia aceptación (Art. 97, C. Co), y entre auserites,
nuestro legislador optó por Ia teoria de a aceptaciOn, a sea, el consentimiento se
forma cuando yen el lugar en que el aceptante da su contormidad, aunque no sea
conocida pore! oferente (Arts. 101 y 1G4, C. Co.). Por excepción, para Ia donación
el Art. 1.412 del Codigo Civil acoge Ia doctrina del conocimiento: "mientras Ia
donación entre vivos no ha sido aceptada, y notificada Ia aceptación a! donarite,
podrá éste revocarta a su arbitrio'.
Para Ia validez del contrato, el consentimiento debe estar exento de vicios.
Los vicios que pueden afectarlo son: el error, Ia fuerza, el dolo y Ia lesion en los
casos expresos en que el legislador Ia establece, y qua son: compraventa, y per
ende, permuta, cláusula penal, acaptación de una herencia o Iegado, partciôn,
mutuo y anticresis.
El error vicia el consentimierito en los casos de los Arts. 1.453 a 1.455: si recae
sobre1!a espete del contrato de que se trata. o sobre Ia identidad especifica de Ia
cosa. sustancia o cualidad esencial de ella. o en uria accidental, si ésta ha
sido determinante pare Ia celebraciôa del contrato pare alguna de las partes, y
ella as sabido per Ia otra, o tinalmente. si recae en Ia persona. cuando Ia conside-
ración de esta ha sido Ia causa principal del contrata (coniratos intuito personae).
La fuerza as vicio del consentimiento Si es legItima, grave V datorminante en
Ia celebración del coritrato,(Arts, 1.456 y 1.457), ye! dab, si as obra de una de las
partes y determinante (Art. 1.458).

46. B.-- CAPACIDAD, CAUSA, OBJETO Y SOLEMt'I(DADES, REFEREN-


CIAS.— La capacidad puede ser de goce y de ejerciclo; de las primoras existen
en los contratos en particular algunos casos de incapacidades de goce especia-
les, ye que actualmente no las hay generales.
Las incapacidades de ejercicio pueden ser absolutes, en los casos del de-
mente, impüber y sordomudo, que no puede darse a entender par escrito, y
retativas, tratándose del menor adulto, disipador interdictQ y mujer casada balo el
regimen de sociedad convugal (Art. 1.447), (28).
Respecto del objeto del contrato y su causa, nos rernitimos a 10 dicho al
hablar de los mismos en Ia obliqación (N° 25 y N.° 27).
Finalmerite, en cuantc' a las torrnalidades, algurias palabras sobre cites dire-
mos al tratar los contratossolemnes (N.° 88).

47. C.— LA INTENCION DE OBLIGARSE.-- El segundo requisito para qua


haya contrato, es que et acuerdo de votuntades, además de cumplir las exigencies
ye señaladas, so produzca con Ia intericiOn de dar nacirnionto a una ob!igación, Io
que se expresa también de otro modo diciendo que eI conseritimiento debe ser
serb. 0 sea. con ánimo de producir etectos juridicos.
Portal razón, no hay obligaciOn ni contrato en los qua se contraen en brorna,
o en Ia oferta de premio qua hace el padre a su hilo si sale bien en algUn examen, y
en el liarnado transporte beriévolo, esto es, cuando ci conductor de un vehicujo
acepta Ilevar a una persona gratuitamente, figura esta ultima rnuy elaborada ei
Francia, coma Ia veremos a! tratar de Ia responsa.bilidad extracontractual
(N.° 930, 1°), y a Ia que tambiCn se refiere nuestra jurisprudencia (29).

48. II.— LOS ELEMENTOS PROPIOS DE CADA CONTRATO. CLASIFICA-

(28) En el mae tie ;uitO del año 1970, al (3obiemo preeentó al Coigreso un proyacto tie ley pare
derogar Ia incapecidad da La muier caaada, toteimente injusaficada a Betas altures, y sustituir & regimen
matrimonial por aide participación tie gananciala& Ese proyacto no &canó a convertiree en lay y ahora
se trabaja en otro qua mantiene lasociedad conyugml pero ebmina Ia incapacidad tie La muier.
(29) Por ,a deeemplo, faMe publicado en LaJ. 1.52. eec. 1., pig. 243.
CION.— El Art. 1.444 hace una clasificación, inspirada en Pothier, de los &emen-
tos que constituyen cada tipo de contrato, diciendo que "se distiriguen en cada
contrato las cosas que son de su esencia, las que son de su naturaleza, y las
puramente accidentales".
Los elementos que constituyen requisitos del contrato son los esenciales,
pues sin ellos el contrato no produce efecto alguno o degenera en otto diferente.
El mismo precepto señala un ejemplo: Ia cosa y el precio en a compraventa, y asi,
si no hay precio, habrá donación, si concurren los elementos esenciales propios
de este ültimo contrato.
Las cosas de Ia naturaleza y accidentales, o sea que no son esenciales en el
ontrato, pueden faltar en él sin que por ello se yea afectado éste en su validez y
eficacia.
Las cosas de Ia naturaleza, segün Ia disposiciOn, son las que no siendo
esenciates en el contrato se entienden pertenecerle sin necesidad de una cláusu-
Ia especial, como por ejemplo Ia obhgaciOn quo tiene el vendedor do sanear Ia
evicción en Ia compraventa. Las partes pueden modificar esta obligación, pero si
nada dicen, rigen las normas supletorias dadas por el legislador para establecer-
las.
Finalmente, son elementos accidentales en un contrato los que ni esencial ni
naturalmente le pertenecen, y que se agregan por medlo do cláusulas especiales.
Esto es, requieren una manifestaciOn exprasa do voluntad, como por ejemplo
ocurre por regla general en las modalidades (N.° 452): condición, plazo, etc.
Si falta un elemento de Ia naturaleza del contrato, rige ante el silencio de las
partes Ia norma legal supletoria. Debe tenerse presente, además, que de acuerdo
al Inc. 2.° del Art. 1 .53: "las cláusulas do uso comun se presumen aunque no so
expresen". La ausencia de ctáusulas accidentales significará que el contrato
prod ucirá sus efectos normáles, sin variación de ninguna especie.

49. III.— OTROS ELEMENTOS DEL CONTRATO V EXCLUSION DE ALGU-


NAS FIGURAS DE LA CATEGORIA DE TALES.— Fuera do los requisitos ante-
riormente expuestos y que corresponden a los sefialados por Ia doctrina clasica,
algunos autores, cuyas opiniones recogen Codigos modernos, come el Italiano,
han estabtecido otras condiciones para que un acuerdo de voluntades constituya
contrato. En su mayorIa estas doctrinas provienen del Derecho Püblico. Estos
requisitos implicarlan Ia exclusion de Ia teoria del contrato de una serie de los que
habitualmente se han considerado tales. Nos referiremos a ellos en el siguiente
orden:
1.°— Existencia de intereses contrapuestos;
2.°— El contrato solo rige situaciones transitorias de orden patrimonial;
30_ Para que exista contrato, las partes deben estar en situaciOn de igual-
dad, lo que nos llevará a decir algunas palabras respecto de los:
4.°— Contratos de Derecho PtbIico, y
50_ Contratos-leyes.

50. A.— EXISTENCIA DE INTERESES CONTRAPIJESTOS.— Para algunas


opinones no hay contrato sino cuando existen intereses contrapuestos entre las
1artes
El principal de los contratos excluldos pot este requisito as el do sociedad, ya
que las partes tienen un mismo objetivo: Ia obtenciOn do utilidades. Igualmente
resulta afectada Ia sociedad por el requisito señalado en el niimero que sigue,
pues, lejos de establecerse una situación transitoria, so da nacimiento a una
persona juridica, Ilamada a una existencia más o menos prolongada y reglamen-
tada pot las mismas partes o a ley.
Todo eIIo es indudable: el tuncionamiento do Ia sociedad escapa, en general,
a Ia teoria del contrato, pero su nacimiento as evidentemente Un acto contractual,
en que hay intereses contrapuestos y nacen clarwnente obligaciones para las
partes, como Ia de enterar los annrts
a
LAS OBUGACIONES 79

51. B.— EL CONTRATO SOLO RIGE SITUACIONES TRANSITORIAS DE OR-


DEN PATRIMONIAL.— Nosotros hemos señalado precisamerite quo son caracte-
r!sticas de a abligacón su transtoriedad N. 28i. y su caracter. or regla general
patrimonial (N.° 26).
De all i quo se excluya del campo del contrato a aqu&los quo dan origen a una
situaciOn permanente, como ocurre con Ia ya citada sociedad, el matrimonio, a
adopción, el contrato tie trabajo, etc. Esta tesis está muy unida a Ia teoria tie Ia
institución, pero aun aceptándola no puede negarse quo es el contrato of que
coloca a as partes dentro tie Ia institución, pues hay un acuerdo tie voluntades
quo origina obligaciones.
Mucho do cierto tierie, en cambio, Ia tesis do quo los actos tie familia quo no
tenen un objeto directamente patrimonial no son contratos, como ocurre con los
citados del matrimonio y Ia adopciór: es indiscutible en todo caso quo silo son las
convenciones quo puedan recaer sobre las consecuencias pecunianas tie los
actos tie familia, como ocurre con as convenciones matrimoniales en cuanto
creen obligaciones. Nuestro Codigo concibe of matrimonlo como contrato (Art.
102): Ia by de adopciOn N,° 7.613, do 21 de octubre de 1943, más rnodema, Ia
defihe como acto juridico y no como contrato.

52. C.— LA IGUALDAD DE LAS PARTES.— Si el contrato es un acuerdo do


voluntades, no puede haberlo cuarido una do las partes so impone a ía otra, o sea,
cuando of convenlo no deriva tie Ia libre discusión tie los coritratantes, sino tie ía
imposiciOn unilateral deuna tie of las o do ía autoridad, de manera quo ala otra no
be quedan sino dos altemativas: someterse a las condiciones que so le irnponeno
abstenerse. Esta doctrinaniega el caráctor de contratos a los llarnados do adhe
siOn y dirigidos quo estudiaremos al hablar tie ía clasil'icación tie los contratos y
del principlo do Ia autonoma tie ía voluntad (N.os 77, 78 y 101).
Esto está mntimamente relacionado con los contratos dederecho pCiblico quo
tasamos a vet en el nürnero que sigue, muy brevemente.

53. D— LOS CONTRATOS DE DERECHO PUBLICO.-- La tesis eterninada


en el nUmero anterior en cuarito a Ia igualdati entro las partes, bleva a numerosos
autores a negar Ia categoria do contratos a los quo celebra of Estado con los
particulares.
L.a doctrina ciásica en materia de relaciones del Estado con os particulares,
hoy abandonada er el extranjero. pero que entre nosotros sigue aUn utilizándcse
(30), hace una distincón fundamental entre actos de autoridad o poder, y tie
gestión que tiene importancia no solo en esta parte. sino que voiveremos a
encontrar a propOsito dela responsabilidad extracontractual del Estado (N.° 261).
En los actos de autoridad, ci Estado actUa premunido de una persor.alidad de
Derecho PUblico, e investdo del poder que to otorga Ia soberania; en virtud de su
poder et Estado se impone a os particutares. mediante 'eyes, decretos, resolu-
clones, etc. Portal razOn, a expropiacOn as un acto de autoridad y no un contra-
to(31).
Esta teoria supone que. además de a personalided tie Derecho PObiico, Ci
Estado tiene otra do Derecho Privado para efectuar actos cornunes er as mismas
COr1diC!Ofles que ciialquier parhcular: a estos actos so es llama de gestiOn pare
diferenciartos do los de autoridad. Y asi --se dice—. .s el Estado verde un Olen
suvo. compra cosas. arrienda Lina propiedad parc destinarla a Escuela, estaria
contratando corno cualqwer parflcular y estaria sometido ci Derecho Cornun.
La doctrina do Ia dobbe personalidad del Estado no es aceptada actualmente
por os tratadistas del ramo, quienes sostienen quo ella es una sole, siempro do
Derecho PUblico, sin perjuicio tie que por as) decirlo, a rebaje para cobocarse en
igualdad con los particulares a f in tie contratar con eflos. Aqui cabrian los contra-

(30) En nuestro pais crihcan esta clasificacion Ennque Silva Cimma, 'Derecho Mmsnitrativo
Onileno y Comparado". 1. 2.°. pag. 181, y Petricio Aylwin Aócar, 'Deecho dministrativc", Editoriai
Juridica. Santiago, 1952. pâg, 258.
(31) Asisehafallado: RD.J, 1.30. sec. 1. pigs. 161 y32,s&c. 1., pig. 161.
tos privados del Estado, coma los ejemplos citados anteriorrnente, y que no IesLetc
deben confund irse con los administrativos, como ser, par ejemplo, el que encarga sOberani
a un particular Ia construcciOn de unä obra püblica, Ia concesión (32), etc. totalmen
Sin embargo, debe reconocerse que no se ha logrado edificar una doctrina contratc
sól Ida y generalmente aceptada en Ia materia, ye! punto se canfunde aun más con os princ
las otras personas juridicas de Derecho Püblico, en que el concepto de autoridad aual.
y soberanla se va diluyendo hasta liegar a las Empresas Fiscales, en que nadie
puede discutir que celebran contratos de derecho comt.in, sujetos a las limitacio- 2 °—
nes propias de su funcionamiento, tal como una persona juridica de Derecho presamer
Privado. aceptaba
En conclusion, mientras no se reg!amente legislativamento este tipo de actos prerrogat
deberá seguirsele aplicando las normas del Derecho Comun modificadas en
cuanto ellas choquen con los principios que rigen el Derecho Püblico (33). V Cu3
Irnportar'
54. E.— LOS CONTRATOS-LEVES.— Para terminar esta parte, diremos al- Ten€
gunas palabras sabre lo que se ha dada en ilamar contratos-leyes. concepto ;r.'nforrni
sumamente discutido y dscutible, en que van envueltos no solo criterios uridi-
cos, sino problemas politicos y económicos: entre rtosotros es una construcciOn franquici
netamente jurisprudencial. segunco
Derivan do a alta inestabilidaa legislativa de nuestro pals, en que habitual- delegacic
mente se derogan, modifican, dictan y alteran las leyes que establecen as condi- DFL.. y Sl
clones en que desenvuelven sus actividades los particulares. Par el otro lado, et Ei Pu
Estado puede estar interesado en 8! desarrollo de una determinada actividad y La L€
atraer hacia ella Ia inversion privada. pero se encuentra con Ia dosconfianza fl I
genera! hacia las franquicias otorgadas mediante Ia ley, par Ia razàn antes apun- rio as ice
tada. En tales circunstancias, asegura el Estado Ia mantención de las franquicias iayan Cei
med iante un acuerdo cone! particular, que somete a aprobaciôn legislativa, 0 que contratos
cuenta con ella en torma general. en favor
Par ello so les ha definido como los acuerdos, convenios 0 convenciones mientos a
legales que tienen por objeto garantizar par el Estado el otorgamiento de franqui- por a ley
cias a terceros con los cuales conviene en Ia ejecución de actos de interés En c
general. cion del
Pero posteriormente el Estado cambia de opiniOn y pretende derogar unila- di sparer
teralmente las franquicias concedidas. Frente a esta tentativa, Ia Carte Suprema LaO:
bajo Ia vigencia de Ia ConstituciOn do 1925 construyO Ia teals de la existencia do hab'ac d:
los contratos-leyes quo otorgarian a! particular un derecho adquirido, de propie-
dad, y, en consecuencia, Ia revocaciOn unilateral por by de as tranquicias conce-
didas habria importado una violaciOn del Art. 10, N.° 10 tie dicha ConstituciOn
(N.° 104), (34).
Esta concepciOn ha recibido consagración legislativa; un caso muy repro-
sentativo es el Art. 18 del DFL. N.° 2, del año 1959 (vulgarmente liamado 'Plan
Habitacional"), cuyo texto defirtitivo so contiene en el 0. S. de Obras Püblicas
N.° 1.101, publicado en el Diarlo Oficial tie 18 de julio de 1960. Segün dicho
precepto, el permiso de edificaciOri de una 'vivienda econOmica" acogida a las
disposiciones de dicho DFL., será reducido a escntura püblica que firmarán el
Tesorero Comunal respectivo en representacion del Estado y el interesado, y esta
escritura tendrá el caràcter de un "contrato", en cuya virtud las franquicias.
exenciones y beneficios que concede Ia ley nose pierdert "no obstante cualquier
modificación posterior que puedan sufrir parcial o totalmente las disposiciones
referidas".
Don Eduardo Novoa Monreal, en comentarlo a una de las sentencias citadas
(34), criticO esta concepción en base a dos argumentos principales:

(32i So no reSuelto quo a concesion rio ea cOntratO. RDJ. T. 44, sec. 1.. peg. 513
(33i Autores italianos y alemanes han sostenido que en los lla,nados contratos do der,cho pübiico
'to hay contrato. sino Un acto unitatOral del Estado. & cuai so adhiere porotro acm unilateral el particular
neconocer. sin embargo. ei carácter do contrato cuando ambas partei son enttdade pUblicas. Mess'-
rioo. ob Cit Tomo IV. peg. 4.35, N. 3. La construcción parece tin poco irtihc,osa.
fl,_. !,,_.._. -
LAS OBLIGACIONES

1 OonsjderO con justa razón que se ha asimilado al Derecho Privado y


esuelto conforme a sus principios una materia en que per ir involucrada a
soberania y autoridad del Estado para legislar, imponer tributes, etc., perteneco
totalmenre at Derecho PUblico; no puede, pues, en su opniOn. asimilarse a un
ontrato bi lateral de Derecho Comün y, en cambio, debe encararse confomie a
os priricipios de aquel Derecho en que el interés general prima sobre 81 iridivi-
cuat.
2°— En Derocho Püblico puede hacerse Unicamente aquello que está ex-
presarnente autorizado. Pues bien, a ConstrtuciOn do 1925 en parto alguna
aceptaha que, n' aun pot via legislativa, el Estado pudiera aueolimitar sus
prerrogativas constitucionales para imponer tributos, modificar y derogar byes,
tcdtora,
Y cuando estos contratos-ieyes son de plazo indefinido o per largos términos,
rn portan una verdadera enajenación de Ia soberania.
T!ene toda Ia razOn el profesor Novoa do quo esta materia debe resolverse on
nformdad at Derecho Pübiico. Sin embargo, el pnmer argurnerito es ralativo,
c que mas bien constituye ina critica a los gobierrios que otorgaron dichas
'ranquicias, especialmente Si ellas son sin limitación en el tiempo. Yen cuarito at
segundo, argumento, tarnpoco Ia Constitucióri original do 1925 (35) permitia a
deiegaciOn de facultades del Congreso al Presidente do Ia Repitblica para dictar
DFL. y sin embargo elbos eran muy frecuentes, y aceptados uriânimementa.
El punto era, pues, muy discutible.
La Ley 17,450, de 16 do jurlio de 1971 (quo nacionaiizO a Gran Mineria),
ntrodu!') dos Incisos hnaiesal Ar1 iON 10 de a Coristitucion do 1925. recogen-
do as ideas del profesor Wovoa: 'En OS casos quo 8! Estado a sus organismos
hayan cetebrado o celebren con a debida autorizaciOn o aprobacián do Ia Icy,
contratos o convenciones de cualquier close en que so compromelan a manterier
en favor de particulares determinados regimenes begales do excepción 0 trata-
mientos administrativos especiales, éstos podrán ser modificados 0 extinguidos
par a ley cuando to exija el interés nacional.
"En casos cahficados. cuando so produzca coma consecuencia do 10 aplica-
ción del incise anterior, un perjuicio directo, actual y efectivo, Ia ley podrá
disporer una compensaciôn a los afectados".
La Constituciári actual no mantuvo esta disposición, y bajo su vigencia no ha
babdo discusión sobre los contratos-Ieyes.

lw. " 51 sec 1.' pans 63 y 70 62, soc. 1., p8ç 122, y 63. sec. 1. pg 3.53, an qua so publics a
'..')rnentarro d,' po$osor Eduardo Noa, Esta ultima. como much otras do as citda, recay en at
iuIadO oroblema do los iianiado "bono dóiri' quo at Gobemo e,-itio en artud do Is facuitad quote
,GnCodiO Soy N. 14171. do 26 rio odubredo ¶960. yalos cualesse petendiá ,omernr at impuosto la
'enta por ey N.° 15 575, Art 131, en rederados labs a Carla Suprerna deciarr a incons itucionalidad do
0510 ullimo precepro.
5a50, par fir, a sontancia m recinte sabre is ma:ena, en is RO.J.'1. 65, sec. 1., peg 400. en quo I.
':.r1e Suprema nacO OCOPIÔ err el argumonlO do moral publica envuotto an los 'contratos-teyes'
He 'ceroce adem0s. ue ic son do d&recho p rode 'ii contralOs, y sOlo deberi calticarse de tales s l e
'uesamente es otorga semetante denorniracidri.

'iS Pos(eriormnte, a Io N 17284, do 23 do enero de 1970, modifico laConstituciOn del &ño 1925.
acepardo a aeiegacion ieglsialia dl Pridente do Is eprib1cca. Ello no drior,ce at ergumento dot
'extc jes durano 45 anos os DFL 30 dictaron ai margon cia IS Coctitucuón.
LO Carla Fundamental vigente también canlempla a da409ación do lrjItee tabattyas (Art 61).
REN ABEUUK M.

SECCION SEGUNDA

Clasificación de los Contratos :z'qacaS

muchas pers
con luntarner
55.— ENUNCIACION.— La clasificación de los contratos no se hace con Un unateral. Pu
fin meramente pedagOgico, sino. que tiene gran importancia, pues segUn Ia Exam na
categoria de coritrato de que se trate. distintas son las normas que se Ie aplican. el ilamado S
Aig unas de las clasiticaciones las recogen las legislaciones. otras corresponden a a clasificac,
distinciones doctrinarias. un1atera1
Nuestro Código senala las siguientes clasificaciones: --
1°— Atendiendo a as partes que se obligan: uni y bilaterales; unateraL pa
acreedor y e'
2.°— A (as partes que obtienen utilidad del contrato: gratuitos y onerosos, y Je.p0Sito. pr
estos ültimos, a su vez, en conmutativosy aleatorios; un.T
3•O_ A a forma en qde se perteccionan: conserisuales, reales y solemnes, y .ntereSeS. Si e
Veromos
4•O_ A Ia forrna en que existen: pnncipales y accesonos. rnuy ligada
nlreqa de a
A cada una de estas categorias destinaremos ian párrafo, y el ültimo de esta
a su ransfor
sección quedara para las clasificaciones doctnnarias:
divsián que
5°— Contratos preparatorios o preliminares, ydefinitivos; coma itnico
6.°— De libre discusión y de adhesion; 58. U.--
7°— lndividuales y colectivos; bilateral, C) 5
obligacones
8°— De ejecuciOn instantánea y sucesiva; En ellos
son reciproc
90_ Nominados e innominados, y
camp raven
1O.— Otras categorlas de contratos. entregar a c
acreedor de
';endda. y a
cagar el crec
PARRAFO 1.0
59. IlL—
Contratos uni y bilaterales. se asi aqueC
ie as partes
56.— CONCEPTO.— Esta clasificaciôn de los contratos atiende a su conte- .jb)iqacories
n'do. o sea, a los derechos y obligaciones que genera. Si resulta obligada una sola As por
de las partes, el contrato es unilateral: si ambas, es bilateral (36). a(rque scic
Asi a señala el Art. 1.439: 'El contrato es unilateral cuando una de las partes
se obliga para con otra que no contrae obligación alguna: y bilatera' cuando las
partes contratantes se obligan reciprocamente". ur.ntc a
C
Respecto de esta clasificación conviene tener presente 3 cosas: :rese'ra
1.° Que no debe confundirse con Ia clasificación del acto jurdico en uni y
bilateral: en el ado unilateral interviene una sola voluntad: el contrato uni 0 Je generarse
bilateral, como contrato que es. es siempre convención o acto juridco bilateral
pues supone acuerdo de voluntades: c, v --
tatos s ae
2. --- Que Ia ciasificación no atiende al nUmero de obligaciones que nacen. Pa-a a
ro a 'as partes que resultan obligadas. Y asi en el mutuo con interes nacen dos

(36) El Codioc italiano ha reemolazado ta denominacinn rw,r ii rt rntrtn ,-,'n


LAS OBLIGACIONES 83

:nncroa ,ltu a ca: ;c,°r.i 9fl y 4 otra


::;n-5 otereses erO smoss a carco oe •na mama oarie el
cL.e os Er. ,nC) .wdor y
-- .e '.mpc'co ene mportan:a el numero ce personas que resuitan
qacas. a no a, oucoan obligadas amOas oartes o una de etias. En etecto, no
"comcs r..c .: acuerdo 41 Art. 1 438. on ri c'cntrato cada parte puedeser una a
muchas personas , y asi Si se da en mutuo una cierta suma a tres peronas
con untarnente. as tres quedan obligadas par ci contrato, pero èste sigue sierido
roateral. pues as tres representan una rnisma parte: ci mutuarjo.
Exarninaremos sucesivarnente a noción de contrato unilateral, del bilateral y
Jei larnado sinalagmàtico irnpertecto, para enseguida destacar Ia importancia de
a clasfcacrbn. ermrnando con algunas nociorres sobre el ilarnado contrato
Unlate ra I.

— EL CONTRATO UNILATERAL.---- Coma queda dicho en el contrato


u nateralpara una sole de (as partes nace obiigación; urlo de los contratantes es
ac,reedor y el otro deudor. Asi ocurre en a dorraciOn (por regla general), mutuo.
.Jeposito, prenda, comodato. etc. Va dijirnos en ci nrrnlero anterior que en e!
unico obic4ado es ci rnutuariu que dehe resfltuir 3 suma recibiday Sus
ntereses si estics ultimos Sc han estipulado
Verernos en el párrafo subsiguierite (N.e 69) nire esta clasificacion resulta
muy igada con a nocrón de os contratos reales, que se perfeccionan por a
onlrega do la cosa, y que esta concepciOn se encuentra en retroceso, tendiéndose
a su LransformaciOn en consensuales a solemnes y b(laterales. Err to caso a
division que estudiamos perderia toda so rnportancia. quedando prcticarnente
coma unico contrato unilateral imoortanre a donciOn (37).

58. 1.-- EL CONTRATO BILATERAL 0 SINALAGMATICO -- En el cor.trato


bIlateral, a snalagmâtico, como tamblén se le llama, ambas panes contraco
obligaciones, tal ocurre en a compraventa. perrnuta, armendamiento, etc.
En ellos no hay una sola parte acreedora y una deudora, sino que ambas Ic
son 'ecrprocamente, asumiendo as dos papeles al misma tiempo. V asi, en ii
compraventa nacen prrncipalmeritc- dos obirgaciones: pana el vendedor, a de
entregar Ia cosa 'endida, y para ci compradar, a de pagar so precro. Aquel es
acreedor do a ob!qacrOn del pago dci precio y deudor de lade entregar a cosa
-'endida. y a su vez ci comprador es aCreedor en esta Itina, y deudor c3e lii (j3
aaar ci precto.

59. fl— LOS CONTRATOS SINALAGMATICOS !MPERFECTOS. — Llàman-


se as aquelios que en so riacirniento son unhtaterales. plies 41 celebrarse una sola
ic as partes ccntrae obligaciones, pero en el curso de misma pueden surqim
obicracrones para a otra parte.
s par ejemplo. ci comodato a prestamo de usa es on contrato unniatera.
::'orque solo ca :uqar a a obligaciOn dcl comodataro de restitur a cosa recibida
.;omonatn. Pew a tenenca de a cosa puede ocasiorranle a comodatanro
0 'n 005 cue debec OCliC ndemnizadcs poc el corrodarte 'y, en consecuenca,
.urntc venc;Ia dcl conhato na nacido una obligación para este
e'-o esta cbltuacOn co es ae I esencra 3i COntr5trj V4 que no siempre se
,:es&nta y por Clic e contrato es unilateral. La conclusiOn es que para clasificar
cotrajo en uni a bilateral hay que atender exclusivamenle a Si en ci morriento
ic generarse ci contrato resu(ta obliqada una sota ic las partes, a ambas.

60 IV. - iMPORTANCIA DE LA CLASIFICACION.--- Esta division de (as con-


tratos s de 3an trascendencia, coma Se vera a continuachOn.
Para a toona clasica ae a causa, seqUn deciarncs er ci N. 27. en los

'n re I . lale'ad i-r 1a1cn,tr ear,' Cvi Scr,l.r 5 5 Maniatu Cv


T.i '',tur mica 2' nd:cn '913m
54 RENE ABEUUK II.

contratos bilaterales Ia obligacion de une de as partes as Ia causa de qua Ia otra


se obligue a su vez. Sea cual fuere Ia opinion qua as tenga al respecto, en todo
caso una cosa as evidente: hay una marcada interdependencia en as obligaeio-
nes las partes, to cual no ocurre en los contratce unilaterales, en qua hay deuda
pare una sola deellas. La subsistencia y exigibiltdad data obHgaciOn de uno de los
contratantes estA muy ligada ala suerte que corra is obliaciOn de su contraparte.
Esto as refleja fundamentatmente en tree aspectos:
1°— La condlciOn rosolutoria tácita.
En todo contrato bilateral ye envuelta a condiciOn resolutoria tácita de no
cumplirse por a otra parte Ia pactado (Art. 1.489), yen tal caso el acreedordela
obtigaciOn no cumpilda puede solicitar 0 at cumplimiento de ella 0 Ia resoluciOn
del contrato, esto es, dicho en términos muy generales, que as le deje sin efecto, y
en arnbos casos con indemnizaciOn de perjuicoe (N.° 521);
2°— La excepciOn del contrato no cumplido.
También puede ocurrir que Ia contraparte no haya cumplido su obligaciOn,
par ejemplo, el comprador no ha pagado at precio en tiempo oportuno; on tat caso
el acreedor do esta obligación puede negarse a cumplir Ia suya; en el case
propuesto, el vendedor puede negarse a entregar Ia cosa vendida (N.° 941)
3°— LateorIadelos riesgos.
Puede ocurrir que a obligaclOn do una de las partea se extinga por case
fortuito, como si, para seguir con Ia compraventa, as debe un vehiculo vendido y
este so destroza por accidente sin culpa del vendedor. La obligaciOn do éste
queda extinguida por a pérdida lortuita do a cosa debida (N.° 1.193): 0 teoria de
os riesgos tiende a determinar qué ocurre en et caso propuesto con a oblgaciôn
de Pa coritraparte, en el ejemplo, del comprador de pager el precio. En principio,
por a interdependencia quo existe entre las obligaciones de las partes, el acree-
dor de a obligaciOn qua se ha vuelto imposibie, quedaré igualmente liberado do Ia
suya (N.° 1,205).
Hay, pues, toda una game do situaciones en que el acreedor no cumple su
propia obligaciOn. si a su vez no recibe el pago de Ia suya. Ningune de estas
instituciones tiene cabida en los contratos unitaterales.

61. V.— LOS CONTP1ATOS PLURILATERALES. BREVE NOCION.— La doc-


trina moderna ha elaborado el concepto del contrato plurilateral. en quo al igual
que en el bilateral resultan todes las partes obligadas, pero no en a forma en quo
ocurre en este iltimo: Ia une en beneficio de Pa otra. sino contrayendo todas ellas
obligaciones análogas y con una flnalldad comtin. El ejemplo más tipico aue
oodemos dar as de Ia sociedad, en quo todos los sodas contraer a misma
obligaciOn: efectuarsus aportes,
La importancia qua tiene distinguirlos do los bilaterales, es quo sl Ia obliga-
ciOn do alguna de las partes no as cumple, ello no afecte a a relaciOn contractua'
entre las dames, salvo que a intervenciOn do aquélla sea esencial. Y asi en ei
COdlgo Italiano, qua so refiere a esta fLgura, Ia nulidad, resoluciOn a imposibilidad
en el cumplimiento do Ia obligaclOn do una do las partes, no pone fin al coritrato
que contnüa con las demás. salvo que aquella sea esencial (Arts. 1.420, 1,446,
1.459 y 1.466).
Y en verdad resulta iOgico concluir que si Ia sociedad, por ejemplo, puede
subsistir sin el aporte que no se va a recibir, los socios qup han enterado et suyo
eaten facultados para exclwr a) moroso, dejando subsisterite Ia sociedad entre
ellos (38).

(38) Enre nosotros, en cambio. ia urisprud.ncIa £a so(io reconoc* a os SOGIOS cunipUorse ull
daracho a a req cn inqo facto ci. I. .iciadI ci(t .nIi,ag-,r,r, t.i A$ 1rli 0 7 .1. ¶57 ,.J oqi ,
.AS 3BLGACCNES

PARRAFO 2.°

Contratos gratutos y onerosos

132 — 2ONCEPTC — De An 44( nontrarc es ç]ralu;to 0 do


bone ficencia cuando solo tiene por objeto a utilidad de uria de as partes, sufrien-
do a otra el gravamen: y oneroso, cuando tiene por obleto Ia utilidad de ambos
contratantes. gravánciose cada uno a beneficto del otro
Al igual que a anterior. esta clasificaciOn atiende al contenido del contrato, a
cs derechos y obligaciones que de él emar'an en este sentido se 'elaciona con
ella
Pero no pueden confundirse ambas clasificaciones, ya que en esta ültima so
atiende al nümero de partes obligadas: en camblo, para distinguir si un contrato
es gratuito u oneroso, so mira Ia ut!Iidad del negocio. Si a hay para ambas partes,
c-s oneroso. y si sOlo procura beneficio a una sola de ellas, es gratuito, de
Deneficencia 0 de mera liberalidad.
De oh: que el contrato bilateral es siempre orieroso. y es el unilateral e1 que
puede ser gratuito u oneroso. En efecto. en ci prirnero hay obligaciones recipro-
cas. ambas partes resultan obligadas. y el contrato, er consecuencia. yendo en
benefic:o de todas elas, es oneroso.
En carnbio, of contrato unilateral puede ser gratuito u oneroso; y asi, el rnutuo
puede tenor uno u otro caracter segün si so han estipu!ado iiitereses. 5 no lOs
bay, el mutuo es unilateral 'i gratuito. to primero, porque sOlo se obliga el mutua-
rio. y gratuito porqueéste es el Oriico que obtiene utilidad. pues disponedelacosa
dada en mutuo, generairner.te dinero, sin dar nada en camblo. El mutuo con
.nter sigue siendo unilateral, pties at gual que en el caso anterior. el ünico
obligado c-s el mutuario. solo que tiene dos obligaciones c-n Ia fnrrna antes
ser3alada: restituir a cantidac prestada y pagar lo interesos, y pasa a sor oneroso
porciue va en ut'lida do ambas partes, del mutuario que utiliza el dinero prestado,
dcl mutuante cue obtierie un interés por SU dinew.
Do ahi que hay cortratos que son siempre onerosos, y otros que son siempre
ratuitos. pero existen algunos como el citado mutuc y otros que luego veremos
que pueoen serb o no. segOn las ostipulaciones del rnsrno Puedc resnitar dificib
oor esta razor en ciertos casos resolvers el contrato es gratuito u oneroso.
El más tipico de OS contratos gratuitos. a donacOn, puede ser con carga o
irO',fl omc . :'i aonante cia un inmuebbe -i una rjersr,r ii valor d
S ?L.DciO non a COi000iOO oe entregar S 10.000 a nfl tc-rc'rO ai iionacin siqo
siendo Un contrato gratuito en cuarito Ia carga no alcance 8i beneficlo quo se
recibe,
La distinción estriba, pues, en el espiritu de mere liberalidaci do os contratos
gratuitos; en el coritrato oneroso hay ventajas reciprocas, quo en los biiaterales
derivan de ta existencia de obligaciones tamblén reciprocas.
ML,chas discrepancias existen tambien respeco a a ni5otec:i. rrenrl
fanza.
La prenda y Ia hipoteca pueden constituirla el proplo deudor o 'in tercero: en
ci primer caso, se las considera generalmente como onerosas. pues ambos
contratantes obtberien utitidad: el acreedor. ia sequriciad do So crOdito. y e
deudor, porque a no mediar a garantia de a cauciOn otorgada. nonabria obie-
mdc so crédito. Pero si so constituyen con posterioridad al nacirniento do Ia
oh igaciOn, pasan a ser gratuitas, en exclusvo beneficia del acreedor a quie.n so e
cauciona su credito.
Ahora bier, a tiiDoteca y a prenda pueden ser constituidas por Un tercero, en
cuyo caso. al gual que a fianza, que siempre a otorga alguien ajeno a a
obligaciOn principal. podrán ser gratuita.s u onerosas: si of tercero constutuye a
npoteca, a prenda o fianza con ci unico objeto do que ci deudor principal
2btenga su credito. el contrato es gratuito. pueS nay una mera iberalidad oei
const:tuyente o fiador, pero si so obliga porque Se le ofrece una remuneracion.
casan a ser onerosas, piies benefician al deudor principal, que obtiene su crédito
v al constituyente y fiador, cuya utilidad es Ia recompense of recida.
Veremos en los nOmeros siquientes sucesivamente los contratos gratuitos y
sus divisiones, los onerosos y sus subclasificaciones, y Ia importancia que tiene
distinguir un contrato coma oneroso a gratuito.

63. I.— CONTRATOS GRATUIrOS: DONACION V CONTRATOS DESINTE-


RESADOS.— En el coritrato gratuito, segün Ic visto. una sola de las partes
obtiene veritaja; pero debe tenerse cuidado, porque Ia utilidad, segUn veiarnos at
hablar del caracter patrimonial de Ia obligacrbn (N 0 26), puede no ser avaluabte
en dinero, y siempre Ia parte se habrá gravado en beneficio de Ia otra. La ventaja
de Ia contraparte puede ser meramente moral, no tener valor matenal o pecunia-
rio, pero siempre el contrato será oneroso y no gratuito. V asi, par ejemplo, et
contrato entre una empresa teatral y el espectador que adquiere su entrada para
el espectáculo es orieroso, pues hay una utilidad pecuniaria para el empresarto: to
que recibe par a entrada. y una moral para el espectador que obtiene una
satisfacciOn espiritual.
Ejemplos de contratos gratuitos son Ia donación, ya citada, yet más tipico de
todos, el comodato o préstamo de uso, ci mutuo o préstamo de COflSUflO Si flO se
han convenido intereses, el depósito, el mandato no remunerado, etc.
Pero entre ellos debe hacerse una distinciOn entre Ia donación par un lado,
que es siempre esencialmente gratuita, aun cuando lieve carga 0 gravamen, y os
demás contratos gratuitos que se suelen ilamar más bien desinteresados.
La diferencia fundamental entre Ia donaciOn y estos contratos desinteresa-
dos es que en virtud de Ic dispuesto por los Arts. 1.395 y 1.398 es presupuesto
indispensable de aquélia el empobrecimiento del patnmonio del donante y el
reciproco enriquecimiento del donatarlo. esto es. un desplazarniento de bienes o
valores de uno a otro patrimonia que no existe en los contratos desirfleresados.
La donacióri se asemeja más a los actos gratuitos par causa de muerte:
herencias y legados, con los cuales. sin embargo, como es natural, tiene diteren-
cias. Ia principal de las cuales, amen de que Ia donaciOn es un acto entre vivos y
las asignaciones sucesorias suponen el fallecimiento del causante. consiste en
que estas Ultimas pueden tener su fuente en Ia ley o en un acto juridico unilateral
del asignante: el testamento, mientras que siendo siempre contrato. ladonaciôn
supone acuerdo de voluntades. Pero saivadas estas diferencias, Ia donación es
más veciria de a sucesiOn par causa de muerte que de las convenciones. y porello
el Cod igo Ia tratO en ci Libro Ill que reglamenta las herencias y legados, y alli Se
estudia (39).

64. II.— CONTRATOS ONEROSOS: CONMUTA11VOS V ALEATORlOS.— El


contrato oneroso puede ser conmutativo 0 aleatorlo: asi Ic dice el Art. 1.441, y
señala que existe ci primero "cuerdo una delas panes seobliga a dar o hacer una
cosa que se mira como equivaiente a 10 que Ia otra parte debe dar o hacer a su
vez". Y, segun el mismo precepto, ci contrato oneroso "Se llama aleatorio, si el
equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida".
La separaciOn entre una y otra subcIe de contrato oneroso es entonces
que, obteniendo siempre arnbas panes utilidad del negocio. en ci conmutativo
hay equivalencia en las prestaciones reciprocas de ellas, Ia que no existe en ci
aleatorio.
Y asi, Si se vende un inmuebleen $ 100.000, so consideran coma equivalentes
ci inmueble y ci precio pagado par él. V decimos que se miran coma equivalentes,
porque Ia ley no exige una igualdad al ciento par demo, ya que en todo contrato
oneroso ambas partes buscan su propia utilidad y si Ia obtienen, las prestaciones
no resultarán totalrnente equilibradas. El legislador solo interviene cuando Ia
balariza Se ha inclinado fuertemente hacia uno de los contratantes, rompiendo Ia
equivalenicia de las obligaciones. mediante Ia institución de Ia lesion enorrne: y
asi. si el inmueble valia realmerite $ 210.000 en el ejemplo propuesto. existe una
lesion eriorme que sanciona Ia ley.

(39) Parala donación, véanse nueslyosxafltas de (as Oases d4 pro90r don Manue4 Somamva
LAS OBLIG.ACIONES 87

E eQutDr.o -axistente a a epoca cc a ceiecracan cOi cOntrto. Icuede


oerse ocste crmente oar causas saorev nentes. :/ entonces nos enccnt'a-
mos frente a a imprevisión a excesiva onerosidad soreviniente en a prestaciôn
que las legislaciones modernas flenden a aceptar 852).
En el contrato aleatorio no concurre esta supuesta igualdad en las prestacio-
nes, sino que por & contrario existe una contingencia. Un azar. del cual depende-
rà en definitiva Ia utilidad que las partes obtienen del contrato. Porque a defini-
cion del COdigo parece dar a entender que ci contrato es aleatorio para una sola
de as partes a) decir y Si ei eiuivalente es una contirigencia incierta de ganancla
o pérdida, pero a verdad es que a probabihdad existe para ambas partes el
contrato es aleatorlo para todas ellas: Si una gana. Ia otra perda y viceversa. Asi se
vera a) señalar algunos casos de contratos aleatorios.
Hay contratos que siempre presentan este üitimo carácter, y existen otros
que pueden ser conmutativos o aleatorios, segün a forma en que se presenten.
Pertenecen a a primera categoria. par eempiO. el seguro. a renta vttaliäia, a
ceslbri de derechos litigiosos, y los más tipcos de todos a apuesta y & juego.
La cortngencia del seguro deriva de a ocurroncia a no del sir'iestro cuyo
resgo so ha contratado Y asi si se asagura un inmuebie contra rcendio en
3 100.000 y se paga una pnma cc S 10.000. S Se incenda a propiedad. a
Cnmpañia de Segurcs perde. porque babendo ecibica SOlO S 10.000, debe
oaqar S 100.000. y qana ci asegurado cue con una r.verson de S 10 000 ha saldo
ndernrie dci siniestro A Ia irversa. SI no acurre el sniestro. a Compañia ha
ganado a prima (40).
La mismo ocurre en a renta vitalica, en que una persona se obliga a pagar a
otra, a titulo oneroso. una renta o pension periOdica, durante a vida natural de
cuaiquera de estas dos personas 0 de un tercero Art. 2.264), coma. si par
e1emp10, uria de ellas entrega a Ia otra $ 200.000 para que le pague durante Ia viaa
del constituyente una renta mensual de $ 20000. Si Oste fallece a! corto tiempo, ha
habido un buen negocio para ci que se obligó a pagar Ia renta, y malo para CI
constituyente. pero si este vive par argo tiemoo, es a a versa. Lo mismo ocurre
en a cesiOn do derechos litigiosos en cue ci objeto dirocto de a cesiôn es ci
aveflto ncerio del pleto. del cue nose hace responsanle el cedente Art. 911)
N 1,C85t. siel cesio'aro ganael pleto hare buen reqocio. / pesirno v iop;erde.
Jo caso np'co no contrato 'cue cuede o'nseotarse coma cnnrnutativo
.uieatoric. seg'jn a estpulacion do as panes, es a 'enta a futuro a 'cue se refere ci
Art. 1 813 De acuerdo a este procepto oar ream general esta orma do compra-
/erta es conmutativa, pues as prestaciones so corsiceran equivalentes, cordi-
cional. su;eta a a uondicion de 'cue exista a cosa fulcra. A menos. agrega a
msposiclOr. 'cue aparezca 'cue so compro a a scerte. porque efltonces CI contrato
as 'curD v simple y aleatcric. 'Jo ojemplo ciasco quo v:cno desde Potrier eXi.Ca
l perquu. a persona que comora a un aescacor toao a 'cue saig's en a rca,
celebra Un contrato aleatoria, porque deberá pagar el precio sea Ic 'cue fuera lo
pescaao: pero si e compra tal pez specif'co. ccmo. aoecuarrdo ci ejemplo a
nuestro pals, ci corgrio colorado 'cue obtenga en Ia pesca, celebra on contrato
conmutativo. y sujeto a a condiciOr de quo se pesque Un congrio colorado.
So puede aprecar entonces 0 'cue deciarnos & corn ienzo: ci ccr'tratc a(es-
torlo laès siempre para ambas partes.
r"ocrtr.nc:o de a vubciaslrlcac,o1I 00 os cnntratos onerosos or conmutS-
'vos y aleatorios es menor qie as otran. y se 'efiere a dos aspectos
El primero ya quedO señalado: Ia lesiOn y a imprevisiOn pueden tener cabida
en los contratos conmutatvos. pera nunca err los aleatorios. en 'cue de part:da se
sabe que no hay equlvalencia en las prestacones: de ahi que as legisiaciories que
las apilcan en términos generales, no las aceptan en estos contratos.
Y a Segundo es que ci egisiador mira con malos oos alguros contratos

401 Se na C,scutdo vi carcrer aleatorio Ce seguro para a Cornpat'ria aseguradora. aues er virtud
no os c.iculos actuanalos. el conunto de sus operaciones siempre 8 reoorta eeneticios. Pero caea
pclza 08 seqLrc 'cue contrata es evidentemerite aleatora. pues come 81 rieso señalado en el een'po di
to to
88 RENEABELIUKM.

aleatorios, especialmente los más tipicos de ellos el juego y a apuesta, y tambin


Ia citada cesión de derec'hos litio (N.c 1.O82

65. VI.— IMPORTANCIA DE LA CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS EN


ONEROSOS Y GR.ATUPTOS.— En camblo, Ia distinciôn entre contratos oneroso
y gratuitos adquiere gran importancia desde varies aspectos, de los cuales desta-
caremos los más importantes: CL

1.--- Restricciones a las iOeralidades. re


es
El legtslador es rnás estncto con ellas, piies pueden legar a dañar seriamente SLi
e( patr'monio de quien as efectüa, aunque estas lirnitaciones atañen pnncipa(-
mente a a donecion y no tanto a los contratos desintoresados: y asi, para aquelia cc
se exige plena capacidad de disposición. puede quedar sujeta a reduccion par a • cc
forrnaciôn del acervo imaginario en las sucesior.es. requiere autonzacion judicial nc
cuando excede de cierta cuantia, etc. e
2.c_ El error en Ia persona. to
ur
Hemos dicho que segOn el Art. 1.455 esta clase de error no vicia el consenti-
m'ertto a menos que a consideración de esta persona naya sido a causa determi- Di
nante para Ia celebracián del contrato. Esto no ocurre normalmente en los to
contratos onerosos que nose celebran en consideracibn a a contraparte. pero a' ci
en los gratuitos. en los que, generalmente. ei error en a persona acarrea a
nulidad dcl contrato:
3°— La responsabilidad del deudor. Ia
ft.
De acuerdo al Art. 1.547, en el contratoestablecido en utilicad de ambas
rE
partes, o sea, en el oneroso, el deudor responde de a culpa (eve, en los gratuitos
e
hay que distinguir. segun si ha side otorgado en beneficlo del propio deudor ode
ac*eedor. En el primer case, el obligado responce de (a culpa evisima. y er en p
e
segundo ünicamente de a grave N.° 833).
e
4C_.. AcciOn contraterceros en (a acción pau!'ana y pago de Ic no debiac. rr
V.
La accion pauliana tiene por objeto dejar sin efecto los actos et'ctuados ca
el deudor en fraude de sus acreedores, y ci pago cc o no debido da accibn oars
extgr a restitucion dec car icelado indeodamente. En arnbos casos. para aug? SI

estas accnes afec.rerr a erceros que nan contrataco con ci decoor. en learsiador b
dtstinue eguri a; estos cobs se nan oborgaco a ututo gratcito u oneroso Arts
2.468 y 2.303. respectivamente. Ver N.° 782 y N. 696.
t(
5.'— Obligación de garantia.
S
En los contratos onerosos, par e(emp(o, comoraventa (Art. 1.838. dcnde se a ft
reglanienta tundamentalmente. arrendamiento (Art. 1.930i. sociedad (Art 2.Ci8S. a
etc.. existe (a obligaciôn de garantizar a Ia contraparte (a ev'cc;br. Esta defirrioc
por el Art. 1.838 en Ia compraventa: hay evicciOn de a cosa comprada, cuando e n
comprador es privado del todo o parte de ella. por sentencia judicial v esta C
obligaciôn Ileva envuelta Ia dedefenderal compradoren el pleito. e indemnizarto
ampliamente Si es privado de a cosa comprada. C
Definida y tratada en Ia compraventa. esta obligacidn es comun a toac
p
contrato oneroso; en ellos sempre que una persona adouiere una cosa y se ye
p
privada de ella o no puede obtener de Ia misma. a utilidad que derive del contrato
C
celebrado, tienederecho ala garantiade Iaevicciön. porque a cambio de (a cosa
a
adquirida el que sufre a eviccion se ha gravado a s. turno en beneficlo de Ia otra
C
parte. a
Esta ob(igac;on no existe en (Os contratos gratuitos v as c cice e .A't I 44
para (a donaciOn: Ia solución es equitativa cor cuanto el donataro no ha deserr-
bolsado nada y nada pierde. en consecuencia. car, 'a eviccior. Pero en as
donaciones con gravamen. coma ci donatar;o ha exoerimentaco una carga C
existe na e'iccion (irnitada
LAS OBLIGACIONES 89

PARRAFO 3°

Contratos consensuales, reales y solemnes

66.— CONCEPTO.— Art. 1.443 del Codigo define: el contrato es real


cuando, para que sea pertecto, es necesaria Ia tradición de Ia cosa a que se
ref iere; es solemne, cuando está sujeto a Ia observartcia de ciertas forrnandades
especiales, de mariera gue sin ellas no produce ningUn efecto civil; y es consen-
sual, cuando se perfecciona par el solo consentimiento".
Esta clasificación atiende a Ia forma en que se perfecciona el contrato, y no
como pudiera pensarse ala mayor o menor importancia del consentimiento. Todo
• contrato Ia necesita, segOn ya quedO suficientemente demostrado, pero en algu-
nos de elios, y por eso se Ilaman consensuales, basta el consentimiento para su
existencia, y en otros, en cambio, Ia ley exige, además, alguna formalidad; si Ia
formalidad exigida POT Ia ley para que se perfeccione el contrato es Ia entrega do
una cosa, nos encontramos ante un contrato real.
El estudlo de esta materia to haremos a través de los siguientes aspectos:
Desarrollo del consensualismoyformalismo; loscontratossolemnes, los contra-
tos reales y a decadencia de este tipo de contratos, e importancia de Ia clasifica-
don.

67. I.— CONSENSUALISMO Y FORMALlSMO.— Coma quedô señalado en


Ia Primera Parte, en su ongen, los contratos. como todos los aclos juridicos,
fueron estrictamente formates, siendo muchas de las solemnidades de orderi
religioso. Posteriormente apareciá el contrato real en que Ia formalidad es a
entrega de Ia cosa; el crecimiento econOmico y et desarrollo intelectual de los
pueblos que les permite formular abstracciones, espiritualizó et Derecho, alentO
el consensualismo, reafirmado—despues de Ia regresiOn que impertó en Europa
el triunfo de los bárbaros sobre Roma— por los canonistas y acogido integral-
mente pot las legislaciones inspiradas en el principio de Ia autonomla de Ia
voluntad de que hablaremos en Ia secciOn destinada a los efectos del contrato.
Como este principlo se funda en Ia idea de que Ia voluntad de las partes es
soberana para crear y regular toda clase de relaciones juridicas, to lOgico es que
baste esa voluntad para formar el contrato sin necesidad de otros requisitos o
formalidades.
Dada que nuestro Código se inspira en esta doctrina, Ia regla general es que
todo contrato sea consensual, a menos que una disposición especial to deje
sujeto a formalidad; a falta de ella, el contrato es consensual. De ahi que los más
frecuentes, e importantes contratos Ia sean: compraventa de cosas muebles,
arrendamiento, fianza, transaccián, sociedad civil, mandato, etc.
Ademàs de los factores senalados, ayudaron a Ia difusion del corisensuatis-
mo as necesdades del comercio que requiere de gran rapidez y fiuidez. para lo
cual constituyen un obstácylo los rignrismos formales.
Sin embargo, el consensualismo no deja de tener inconvenientes, ya que el
consentimiento puede prestarse en forma precipitada, los terceros suelen set
perjudicados por su ignorancia del contrato que se ha celebrado, y las mismas
partes pueden encontrar inconvenientes para probar su existericia sus estipula-
ciones. De acuerdo a los Arts. 1.708 y 1.709, no pueden probarse pot testigos los
actos y contratos que contengan Ia entrega o promesa de una cosa que valga más
de dos unidades tributarias (antes 20 centavos, cantidad que si tuvo importancia
at dictarse el COdigo Civil, Ia habia perdido totalmente). salvo que exista un
principio de prueba por escrito o haya sido imposible obtener prueba escrita (Art.
1.71 1).
Por ültimo, razones de fiscalizaciOn tributaria han aumentado Ia exigencia de
escrituradiOn, barrenando desde este campo también el principlo consensual.
90 RENE ABELIUK M.

basta Ia escrituración privada y, otras veces, se exige también Ia inscripcôn en oti


algCinRegistro. pr
te
p3
68. II.— CONTRATOS SOLEMNES.— De acuerdo al citado Art. 1.443, el RE
contrato es solemne cuando está sujeto a'la observancia de ciertas solemrtidades ot
especiales, de rnanera que sin ellas no produce efecto civil, esto es, es absoluta- pr
mente nub.
Ejemplos de contratos solemnes en el Código son Ia compraventa de bienes
ralces y Ia hipoteca, que deben constar por escritura pUblica; el contrato de
promesa que debe hacerlo por escrito, etc. Los actos de familia son por regla
general solemnes.
Para determinar cuándo un contrato es solemne, hay que atender a Ia torma- e
lidad a que está afecto, ya que elbas pueden ser de varias clases. En efecto, se
distinguen las siguientes categorlas: te
1.°— La solemnidad objetiva.
Es Ia que se exige en relación al acto en si mismo, y es igual para todos los
contratos de Ia misma naturabeza, corno ocurre, porejemplo, en el citado caso de a
Ia compraventa de bienes raices en que Ia formabidad es el otorgamiento de Ia o
escritura pCibbica. a
Estas sobemnidades pueden ser de varias clases: instrumentos püblicos o
privados, concurrencia de algUn funcionario püblico y de testigos, como ocurre c
en el matrimonio, etc.
Es Ia exigencia de este tipo de sobemnidades Ia que da a un contrato el
carácter de sobemne; su inobservancia priva at contrato de efectos civibes por Ia
via de a nulidad absoluta, segun Ic dispuesto en elArt. 1.682: la nulidad produci-
da por Ia omisión de alguna formalidad que Ia ley prescribe para et valorde ciertos
actos o contratos en consideración a Ia naturaleza de ebbs, es absoluta". En
doctrina incluso habria iriexistencia del ado; éste no naceria a Ia vida juridica.
En el contrato sobemne, éste sOlo queda perfecto cuarido se otorga Ia salem-
nidad. Elbo se ha discutido en torno a Ia escritura püblica, y el problema es
deterniinar cuándo queda ésta perfeccionada, porque desde ese momento el
contrato está otorgado y las partes no pddrán revocarlo. No nos corresponde
naturalmente ahondar el punto que ha sido objeto de una abundante y contradic-
toria jurisprudencia (41), pero en nuestro concepto, Ia escritura, y por ende el
contrato, quedan a firme una vez que contierien todas sus estipulaciones y Ia
firma de todos los concurrentes, aun cuando falte Ia exhibiciOn de los documen-
tos que Ia ley exige para que el Notarlo pueda autorizarta, especiabmente los que
se refieren a pago de impuestos que gravan el contrato; todos elbos pueden
supbirse después, autorizándose en tab oportunidad Ia escritura.
2.°— La formalidad habilitante.

Es Ia que se exige para Ia realización de ciertos actos de los incapaces, como


ser, Ia autorización judicial para Ia enajenación de los bienes raices del hijo de
familia (Art. 255). Lasanción porsu inobservanciaes lanulidad relativa.
La sola exigencia de estas formalidades no transforma at acto en solemne;
obtenida Ia autoridad judicial o cualquier otra formalidad de que se trate, el
contralo puede ser consensual, a menos que La ley exija para éste alguna formali-
dad. AsI ocurrirá normalmente, como en eI ejempbo antes citado, en que se
requiere Ia escritura püblica, porque el legislador impone sobemnidades para los
actos que considera importantes, y para los mismos, por consecuencia, exige que
los representantes legates se sometan a determinados requisitos para su otorga-
miento.
3°— Las formabidades ad-probationem.
LAS OBLIGACIONES 91

Si nose cumple con estas tormaiidades no hay nulidad do ninquna especie, ni


otra sanc!ón sino que as partes quedan limitadas en cuanto a sus medios de
prueba. Segun lo expresado en el nUrnero antenor. no puede probarse por
testigos ningun acto 0 contrato superior a cierto vaior v on consecuencia. as
partes deberári precaverse de aigün medio ae prueba para acreditar a obligacon.
Pero el acto en ningun caso pasa a ser solemne. y siernpr podra probarse por
otro medio: Un principio de prueba por escrito unido a otra prueba. Ia confesion.
presunciones. etc.
4°— Las forrnalidades de publicidad.
Estas so exigen en resguardo do los intereses de terceros en los casos que
pueden verse afectados, y su inobservancia no acarrea Ia nolidad del acto, sino
que Su inoponihilidad a terceros (N.° 149). El contrato no es solemne por Ia
existencia de alguna de estas forrnalidades, ya que siempre valdrá eritre las
partos, pero evidentemente perderá mucho de su eficacia al no poderse oponer a
terceros. y
5. Las formalidades convencionales.
Dc acuerdo al principio de Ia autonomia do Ia voluntad, as par1es pueden
acordar que un determiriado contrato que van a celebrar no quede perfecto sin el
otorgarniento de aiguna formalidad. quo puede corisistir en el otoraamiento do
aigUn docurnento (42).
El ogisiador acepta esta convercibn: por ejemplo. en ci Art. 1 .602 para a
compraventa. y en el Art. 1.921 para el arreridamiento. Pero ci contrato rio pasa
por e!o a ser solemre. sino que as partes puaden retractarse mientras no se
olorgLe ci instrumonto acordado.

69. IIl.-- LOS CQNTRATOS REAI.ES DECADENCIA ACTUAL— Sagun el


Art. 1.443. el contratc real eseiqueseperfeccionaporia trdjciori deja cosa a quo
se refiere.
En reandad, el precepto comete una impropiedad en el uso de loS términos,
pues Ia tradiciOrt es un modo de adquirir el domino, y no en todos os coritratcis
reales hay trarisferericia de el Antes por el contrarlo, ello sOlo ocuire por excep-
ciOn, pues Ia regla general en os coritralos reales as que quien recibe a cosa
quede como mero tenedor de ella. con a obtigaciOn do restiturla, y no ccmo
dueño ni poseedor. Asi, el depositario, e cornodata:io, el acreedor prendario,
etc., son meros tenedores. pues reconocen ci dorniriio ajono, y por excepciOn, en
ci mutuo si que hay tradicióri, porque ci mutuarlo se hace dueño do las cosas
recibidas en mutuo, con cargo de restituir otras do igual género, cantidad y
calidad.
Por ello es más propio definir el contrato real come el que so pertecciona par
Ia entrega de Ia cosa.
Los contratos reales son todos unilaterates, pues sOlo riace a obIigacon del
quo recibe Ia cosa do restituirla, pero pueden derivar en sinatagméticos imoerfec-
tos. segun virnos en el N.° 59.
La noc,ón de cotitrato real so encuenra en franca decadencia. y es muy
posible que liegue a desaparecer (43)
La apar:ciOn del contrato real puede consderarse un adeanto junidico, yn
que elimtnO as exigencias primitivas de formulas o palabras sacrarnentales.
bastando Pa smp1e entrega de las cosas; fue, en consecuencia, un paso hacia Ia
simplificactOn . el consensualisrno. Pero su mantencón posterior resulta son-
cirendente. pues no tienen justificaciOn uridica. Pretendiendo dane alquna Pa-

42) Vease at roecto tallos publicados en a RDJ. T 25. sac. 1.. peg. 65 y T. 30. sec (.. pag. 362. Cl
Codiqo taliano per su patio cor.liene una tôrniulageneral pare las tnrmalidades onercionales oct at Art.
352 y presUme Que clias ar siOc q rjsridas nara a vaiideu dei contrsto

143) Sobre contraio reales. ease F Jose Osuna SOrrse 'Pa contrato Real y ae Is P'orna do
Coritrato Real. con Prótogo do dOn Arturo A1eandn Rodriguez. Eddorlat t4ascimento. Santiago. 1947.
r

thier sostenia que para que haya obligación de restituir se requiere previamente
entrega de Ia cosa que será necesario devolver, pero tat argumento se desvanece
si se considera que existen numerosos contratos en que existe obligacion de
restituir, y descte luego uno tan importante y frecuente como el arrendarniento, sin
que par elto sean reales.
,DOnde está entonces Ia diferencia en cuanto a su perfeccionamiento entre
el arrendamiento yet comodato 0 préstamo de usc? En el arriendo, par ejempto.
de un automôvil, a entrega de este es el cumplimiento de a obligación contraida,
y en carnbio, en el comodato Ia misma entrega no es el cumplimiento de una
obligación del comodante, sino que perfecciona et contrato. De éste nace una
sola obligación: Ia del comodatario de restituir el vehiculo a Ia expiraciOn del
comodato. La especie que se entrega debe estar fisicamente presente en ese
momento. 10 que es tin inconveruente más en estos contratos.
Para paliarse este tropiezo puede recurrirse a Ia figura juridica de una pro-
mesa de comodato; entonces el futuro comodante, por Ia prornesa habrá adqui-
rido Ia obligación de otorgar el contrato prometido, y como Ia forma de hacerlo en
el comodato es Ia eritrega de Ia especie prometda en préstamo, en definitiva, par
Ia promesa el prometiente comodante adquiere a obligación de entregar, igual
que en el arnendo. Entregada Ia especie, queda cumplido el contrato de promesa
y otorgado el de comodato.
Todos estos subterfugios e inconvenientesse obviarian transformando estos
contratos en consensuales 0 solemnes, y bilaterales 0 sinalagmáticos. Asi, en el
caso propuesto el comodante par el contrato de comodato Se comprometeria a
entregar el automOvil, y el comadatario a restituirlo en Ia época convernda. El
contrato serla cortsensual, 0 sotemne Si asi 10 exigiera Ia ley, y bilateral, porque
naceran dos obligaciones, una para cada parte. Y lo que hemos expuesto res-
pecto del comodato vale para todos los contratos reales.
De ahI Ia decadencia de a instituc,ón en las legislaciones modemas. El
Código Alemán solo es conserva claramente el caràcter de reales al mutuo y Ia
prenda; en los COdigos Suizo, Turco y Polaco solo Ic mantiene este Ultimo. Sin
embargo, otros COdigos, como el de Peru, y el Italiano, mantienen en su pleno
vigor Ia riocióri de contrato real. En a doctrina, a mayor parte de los autores Sc
inclinan por Ia tendencia a otorgarles el carácter de consensuales, 0 solemnes y
bilaterales.

70. IV.— IMPORTANCIA DE L.A CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS EN


CONSENSUALES, SOLEMNES Y. REALES.— Ha quedado prácticamente seña-
lada en los numeros anteriores Ia importancia de esta clasificaciOn de los contra-
tos: ella reside en Ia determinaciOn del momento en que se perfeccionan; para su
validez, ya que Ia falta de Ia solemnidad exigida par Ia Iey acarrea Ia nulidad
absoluta del contrato, segtin dijimos, y finalmente, para Ia prueba, conforme al
adagio de que el acto solemne se prueba par si solo. Incluso, Si Ia exigencia es de
un instrumerito pCib!ico como formatidad, su falta no puede suplirse per otra
prueba (Art. 1.701), prueba que no tendria ningüri objeto, por to demás, puesto
que et contrato es nub.

PARRAFO 4.°

Contratos pnnclpal.s y accesorlos

71.— CONCEPTO.— Esta clasificaciôn estâ enunciada por el Codigo en Su


Art. 1.442 en los siguientes términos: "El contrato esprincipal cuando subsiste par
Si mismo sin necesidad de otra convenciôn, y accesorio, cuando tiene por objeto
asegurar el cumpUmiento de urta obligaciOn principal. de manera que no pueda
subsistir sin ella
0 sea. que esta clasificacion atiende ala manera cbmo existen los contratos
los orinctoales no nesitan rp ntrnc rr , I-
LJ\S OBUGACIONES 93

pot objeto asegurar el cumplimiento de una obligación principal, no existen si no


ay otra obligaciôn a Ia cual acceder.
En consecuencia, os contratos accesonos son los de garantia, que tienen
por objeto dat una seguridad al crédito al cual acceden, o cie caución, como
tambien se es llama. El Art. 46 del Código declara que caución significa general-
mente cualquiera obligaciôn que se contrae para Ia segundad de otra obligaciOn
propia o ajena. Son especies de caucián a fianza, a hipoteca y Ia prenda'.
Si ien requiere siempre de una obligaciori de Ia cual es accesoria a que so
coritrae pore> contrato accesorto, no es fuerza que exista otto contrato, porque Ia
obliqacon pnncipal que so garantizo puede tener su origen no solo en aquel, siria
en cualquier otra fuente de as obligaciones, y asi so puede caucionar el cumpli-
merito de una obligaciôn extracontractual, emanada de a sola ley, de un cuasi-
contrato de un hecho ilicito, por media de un contrato accesorio.

72 CAUCION Y GARANTIA.— Sabemos que ci deudor responde de su


obligacion con todo su patrimonio embargabie (N.° 581): es Ia seguridad que
oualquier credito da a> acreedor. pero ella puede resultar insuficiente frente a un
cieudor contumaz a insolvente. Por ella adquiere una importancia fundamental
para ei acreedor contar con una garar'tia de cumpUrniento.
Noes o mismo garantia que cauciOn; a prirnera es el género. a segunda, a
especie. La garantia es cualquier seguridad que so le otorga a wi crédito y de a
cual no todos ellos gozan: toda garantia es wi accesorlo del crédito. pero no tiene
ida propia. mientras que a caucion es una ob>igaciOn accesoria: supono, segOn
0 expresado. un contrato en que as partes constituyen esta seguridad para Un
nred>to.
as constituyen una garartia pero no ijria cauciOn, Ja condiciOn resolutotia
;acita, porque si el deudor no cumple. le perrnite alacreedorcbtener a restitución
je Jo dado a pagado a inhibirse de cumplir su propia obligacion: a excepción dcl
:ontrato rio cumplido y ci derecho coal de retencióri >N. 947, porque tamblén
permiten al acreedor obtener el cumplimiento presioriarido a> deudor con el
propto incumplimiento: los privilegios y preferencias para el pago (N° 979), ya
oijeuor mitiran al acreedor pagarse ante.s que los demas acreedores. etc. Y no son
aucoues por a sedalada razon de quo no son obliqaciones accesorias contiel
as para a seguridad del cradito.
Sin embarpo, suele usarse a cxpresiOn garanta coma sinOnimo de caaciOn,
sea se e aa ui sentdo restrng;do.
Las cauciones pueden se.r per'sonates y reales. (44)
Las prirneras qaranuzan aJ acreeOor, porque 'a a haber mas do un patrimono
spondierido de a obligacon. As ocurre en a >ianza soldaridad pasiva
clausula penal, constituida ocr Un tercero, que sor especies de cauciones perso-
nales (45). Coma ci acreedor tiene ci derecho de garantia (prenda) general sobre
todos los bienes del deudor de acuerdo al Art. 2.465, si nay un fiador o un
codeudor solidarlo. a> acreedor gozar de este derecho sabre un nUmero mat'or
de patrmcriios. par Jo que se Pace ms dificil que Ia insoIvencia del deudor Ic
mpida cobrar su crédito, pues en tai nasa 0 hará efectivo en ci patrimonio de>
codeudor solidaro a bader. Tiene una defense en caso de insolvencie del deudor,
iue no existina sin caución
En Ia cauciOn real hay una mayor garantia aOn, pues consiste en afectar un
bien determiriado. muebte o inmueble, al cumpiimeutto de Ia obligaciOn. Son
casos de ella Ia hipoteca, a prenda y Ia anticresis. esta Ultima de mucho menor
ronortancla. Reduciendonos a Ia prenda e hooteca. son a maxima seguridad de
pago. porque constituyen derechos reales, y otorgan al acreecior tacultad para
perseguirlos en manos de quien Se encuentre a case dada en prenda a hipote-
cada. y sacarla a remate para pagarse con el producto de Ia subasta.

14 obre caucones vease Manuel Scma'ua Undura9a. Trala4o de as Caucirnea ConlaOle


'a _ia. Ectttores. Stgo. i98. 2 ethcon.
50br0 a clausuiapeeai corno caucon, veasa el N.° 907. pero acieiantmos riue at a constiiuye l
.00r .a gararta es meramente p'sicoloqca que eata tratara de evitaria r.umptendo
73.— IMPORTANCIA DE LA CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS EN PRIN-
CIPALES V ACCESORIOS.— Ella radica, de acuerdo aI antiguo aforismo. en que
el contrato accesorio sigue a suerte del principal, y asi extinguida Is obligacióri
pnpcipal, por cualquiera de los modos que estudiaremos en Ia parte final de este
vorumen, igualmente se extingue Ia accesoria que Ia garantiza. TamblOri, traspa-
sado por acto entre vivos a por causa de muerte el crédito a que acceden, Se
traspasan con él sus cauciones.
A Ia misma regla so someten todos los demás accesorios del crédito: privile-
gios, intereses, etc.

74— LOS CONTRATOS DEPENDIENTES.— La doctrina ha agrupado algu-


nos contratos parecidos a los accesorios bajo Ia denominación de contratos
dependientes. Son ellos los que necesitan tamblén de otro acto jurIdico para su
existencia, en lo que se asemejan a los accesorios, pero no aseguran el cumpli-
miento de una obligación, en lo que se diferencian precisamente de ellos.
Un ejemplo tipico es Ia novación que no puede nacer a Ia vida juridica si flO
existe una obligación primitiva a Ia cual extingue para dar nacimiento a una nueva
(N.° 1.104).
Otro ejemplo son las capitulaciones matnmoniales que el Art. 1.715 define
como las convenciones de carécter patrimonial que celebran los esposos antes
de contraer matrimoriio o en el acto de su celebración. Son dependientes, pues
no pueden existir sin Ia celebración del matrimonio.

PARRAFO S

Clasificaclones doctrinarlas do los contratos

75_.. ENUNCIACION.— Las anteriormente estudiaaas son las clasificaclo-


nes de los coritratos que establece el Código; a ellas, Ia doctrina agrega otras
divisiones de menor importancia, quo ya hemos enunciado y que examirlaremos
en este párrafo: preparatorios y definitivos; de libre discusión y de adhesion:
colectivos e individuales; de ejecución instantánea y sucesiva, y nominados e
innominados. Terminaremos señalando otras categorias de contratos.

76. I.— CONTRATOS PREPARATORIOS 0 PRELIMINARES V DEFlNlTI-


VOS.— En términos bastante generales. contrato preparatorio 0 preliminares el
que tiene por objeto Ia celebraciOn en el tuturo de otro contrato: el definitivo.
definitivo.
La teoria del contrato preparatorlo es muy reciente y se encuentra en plena
elaboración, y précticamente en Ia doctrina no hay acuerdo alguno respecto de
ellos ni tampoco cuáles quedan incluidos en tal categoria. El caso sin duda más
tipico es el de a promesa de celebrar un contrato quo so denomina precisamente
contrato de promesa, y a que so refiere el Art. 1.554 del Codigo. (46)

77. II.— CONTRATOS DE UBRE DISCUSION V DE ADHESION.— En el con-


trato de mutuo acuerdo o de libre discusión. que los franceses Ilaman gre a gre,
las partes, do comUn acuerdo, establecen libremente las estipulaciones del con-
venia: hay ofertas y contraofertas, conversaciones y finalmente el contrato es
una forms do transacciôri do los intereses de las partes.
En cambio, el contrato de adhesion so caracteriza porque Ia oferta Ia hace
una do las partes conteniendo todas las estipulaciones del mismo, sobre las
cuales no acepta discusiOn ni regateo alguno; Ia contraparte 0 acepta el contrato
tal coma se le ofrece o so abstiene do contratar; no existe otra aItemtiva para

(45) Contrato de Prornsa. ob. cit., vease el vomp(eIiamo 5tudi0 del protasoc Fernando Fueyo L..
Deretho Civil Torno V; "Los contratos en particular y demàs tuentes de las obhgacones.. . Volumen II.
Contratos preparatonos. Univeran. Santieao. 196.
• l'a. .:ama a a segn el deci Doonlar. La anica de ectos contrtos es ci
oesequbrio económico entre a oane que mpone e conendo del acuerdo,
nonerairnente una empresa monopofstca. y ei aim contrataflte.
Eiernpros tipicos son el do segurc. ci de transaorte con una empresa. los
senicics oe unlidad püblica. etc. Ei asegurado no uene elecciOn posible: o
oonrrata en os termlnos de a pbliza o no torna ci segurc iqual ocurre con quien
cesea vajar en avon. tren a harco. umearsc a a:; condicones de a
em presa etc.
Eut aa do iguaiLaci ha ornit: a. .H-' .: a. tretca
52. pues 'o r h;uacua a ...........mooaaa G
= aDs s' as a : a ..r..
:2::' ,.aios 01 Desoho 'H,-'. '.. Ol
:imae tian a relative lihentad as aor,. s'r v 'r:srnas en cuaau:e-
aarorato nuede presontarse a misma sua'.Dn or. •'Jo :ar3 do as partes. par a
necesdad en quo se ancuentr Pa otra, uarce a su a'or la estipulacl000s deP

'u, rues, ta flta de coosent'mrer.to, ero si el evdente peliaro Oa que a


aorta ebl del contrato so yea obligada a suscribirlo or. terminos leoninos. Por
cUb, el Estadci interviene en estos contratos. 0 que nos ilevará a hablar en los
nurneros siguientes de los liarnados contratos dirigidos y forzcscs.
El Código Itatiano, en su Art. 1.341, establece algunas restricciores para os
contratos en que as condiciones generates son establecidas par uno de OS
contratantes: solo son eficaces'si a contranarte las ha conocido a debido cono-
cer, y hay algunas. como las irnitaciones do responsabitidad, que debon set
especificamente aprohadas 01 escrito. Las mismas soluciones Ca en general a
doctrine para estos problemas.
Finalmente, y antes de pasar a tratar os cc.ntratos dirigidos y forznsos,
digamos que os contratas de adhesiOn no deben ser confundidos con Ia adhe
slÔri a on contrato celebrado por otras personas. En efecto. hay ciertas conven-
ciories, llarnadas abiertas", en que poeden ncorporarse terceros at regimen
estiputado; un ejemplo tipico es (a sociedad anOnima en que as quevan entrando
a a sociedad morgan una escritura en que aceotan el contrato social (Art. 22 de a
Ley 18.046, Ce 22 de octubre do 1981

78. A.— EL CONTRATO DIRIGIDO.— Como deciamos, et Estado iriterviene


en los contratos en quo existe desigualdad econOmica do las partes, fijando toclas
o algunas estipu(aciones do os rn;smos: tarifas a las empresas de sorvicios, etc.
En os contratos Ce seguro: a través de wi organismo especializado, a
Superintendencla Ce Valores y Seguros (que reempiazO a Pa Supertotendencia do
Compañias do Seguros. Bolsas Ce Comercio y Sociedades Anónimasl, fiscaliza Ia
actuaciOn de as compañias dedicadas at ramo, e incluso en ciertos tipos de
seguro estableció pOlizas Unicas iguales pare todas ellas: es to que so llama
contrato formularto 0 tipo. El mismo serviclo habia transtormado prácticamente a
as sociedades anOnimas tamb;én en ur, contiato dirigido. cada yea más cercario
al contrato tipo. La Iegislación actual limto so control a las sociedades anónimas
a b ertas.
7 B.-- EL CONTRATO FORZOSO — En ci contrato de adhesion, uuanao
menos teOricamente a a contraparte to queda Pa posthllidad do a absterición: en
el contrato forzoso las partes están obligaaas a Iigarse juridicamente entre si por
disposiciOn de Ia autoridad, aun cuando pueden libremente acordar algunas 0
todas las coridiciones do Ia convenciOn. Asi ocurre, oar ejemplo, cuando e1
leg istador exige a ciertas empresas a personas asegurar os riesgos oue provocan
a terceros.
Pero cuando as partes estan obtigadas a otia retacióri juridica y ella se
encuentra imperativa e integramente reglamentada por & legislador, creemos
'Je es erroneo hablar dc Contrato torZoSo, pues en verdad aquc si que no hay
contrato, sino obligaciones legates. Es el caso. entre riosotros. poreernplo. de as
eyes sabre arrendamiento. que permiten at arrendatario continuar a ocupaciôr
do ía propiedad arrerdadanoobstaatehabersao:ting"do ci srrieadatN.' i.i3.
rcrC FtLJUK M

BC. lii.— CONTRATOS INDIVIDUALES V COLECTIVOS.— E cor;trato mci-


vidual no es solo Ia regla general, sino el ünico que conociO el COdigo Civil: es
aquel en que todos los que se obligan han concurrido a otorgar su consenti-
miento y el contrato. en consecuencia, afecta ünicamente a quienes han interve-
nido en su celebraciôn.
El contrato colectivo obliga, en cambio, a personas que no han concurrido
con su consentirniento al perfeccionamiento del convenio. Es un producto de Ia
evoluciOn social y ecoriOmica del Derecho. El legislador, a los individuos que Se
encuentran en una misrna situaciOn determinada por Ia ley, los considera como
un grupo a colectividad con un interés homogéneo, y sin perjuicio de los contra-
puestos que pueden haber ontre ellos; dadas ciertas condiciones, como ser
mayorias preestablecidas, o Ia intervención de ciertos órganos que en un sentido
representen a todos los interesados, quedan todos ellos obligados aun cuando no
hayan concurrido al acto con su voluntad. Semejantes contratos constituyen
también un marcado alcance al principio del efecto relativo del acto juridico, y por
ende del contrato: éste afecta normalmente solo a las partes que 10 han cele-
brado (N.° 107). Aqul, aquienes no han intervenido.
Un contrato en queconcurren muchaspersonas, no par ese solo hecho pasa
a ser colectivo; Si el consentimiento de todos los interesados es necesario, el
contrato sigue siendo individual.IguaImente, no basta con que intervenga alguna
colectividad, y asi, si una persona jurIdica contrata con otra, no hay contrato
colectivo, ya que Ia caracterIstica de èste es que afecta a todas las personas,
naturales a juridicas, que se encuentren en Ia situación prevista par Ia ley, aun
cuando no presten su propio y personal consentimiento.
En nuestra legislaciOn podemos citar los siguientes casos bien caracteriza-
dos de convenciones colectivas:
1°— El conveniodeacreedores.
Va el COdigo Civil previO Ia existericia de un convenio colectivo, puesto que
en el Art. 1.622, a propOsito de Ia cesiôn de bienes (N.° 968), declaró que el
convenio de acreedores celebrado con las mayorias que fije el "COdigo de
Enjuiciamiento", es obligatorio para todos los.acreedores citados en a forrn
debida.
Pero aotualmente no es el COdigo de Procedimiento el qua reglamenta Ia
materia, sino el Art. 180 de Ia Ley de Quiebras: el-convenio de acreedores se
entiende aceptado con el voto favorable de los dos tercios de los concurrentes, a
condición que representen a Ia menos las tres cuartas partes del pasivo, determi-
nado en Ia forma que indica el proplo precepto. Aprobado con esta mayoria, el
convenio obliga a los acreedores de Ia minoria disidente o no concurrente.

2°— El contrato colectivo de trabajo.


Con mucha más claridad los Arts. 17 y 124 del antiguo Código del Trabajc
consagraban un caso clarisimo de contrato colectivo. El DL. 2.758 de 29 d.e jun:o
de 1979 to ha atenuadc bastante, pero de todos modos el contrato colectivo de
trahajo obliga a todos los trabajadores que concurren a su otorgamientO, y se
impone a los contratos individuales de los trabajadores involucrados.
3.°_ Propiedad horizontai.
El D.F.L. 224 del año 1953, Ley General de Construcciôn y Urbariizaciôn. cuyo
texto definitivo se cor.tiene en el Decreto Supremo N.° 880 del Ministerio de Obras
Püblicas y Transportes del 18 de abril de 1963, publicado en ei Diane Oficial de 16
do agosto del misrnc año. refundic en su Capitulo V. a Ley 6.071 do 16 de agosto
de 1937. que estableciô entre nosotros a yenta de edificios por pisos y departa-
mentos. y en su Art. 15 (hoy 58 del D.F.L. citado) contempld un caso interesante
de conveición colectiva,
Pa-a reJive- c pobiemas ce administracion y conservacion del edificic
05 :nteesadOs pueden otorgar un Regiamento de Copropedad con normas
ob'iaaton cara cs quo Ic celebren y sus sucesores en el dominic del aiso o

t—.
LAS OBLIGACIONES 97

a -,amrlejs oe Ccncetar ada5 en ontO'mCar a a cy oceas - :oase


cc a rnau a oe o- :cncc-rentes uje oreseper c menos as ncs
as aar:es ce aor ce 201cc. Tas acuerlos oblrgar a tacos os ocorope-
cuanac flac3fl ouncurrlJo a VOt3dO en contra

• 1— CONTRATOS Es
ta o:ast!cacon atlende a Ia las bact! emaflalas
dcl contrato

Este puede generar. desde el punto de vista señalado. tres tipos de


ooqacrones
De elecucrôn ünica e instantarrea.
Estas obligacrones se ejecutan de urra sola vez, extinguréndose elias y el
cant rato mismo; por ejemplo. en a compraventa. Ia obligaciOn del veridedor se
,lr'. cc ontreaado a cosa con a CC SO extngue. yia del compador. pagando
0Ofl a ca nucca eslinluica gucirnente Par In general. ci coat ato no
orocucira otro efecto. aunque puece generarlo. coma ser a oblrgación de sanea-
mento del vendedor

2 -- Dc erecución unica pero posteruada o fraccionaca.


Es ci msrno caso anterior, con a nica dierencra quo alguna 0 todas as
obligacrones se cumplen en ececas prefijadas o per parciardades. coma ocurre
comunmenie en a nropa oornpraysrrta, con a do pagar ci preclo asi, puede
aStpuarse cue ci onecK .e paque en 10 cuotes mensuales consecutivas guales.
yenerica rendla se eutrecue tambrer par parcialoades
El contrato err esc citirnu caso, con as diferencras propias do Ia modalidad
fltrOc 'c se age nor as rnsrras rgias anterroros, y
Dc er; nOr 5uce5rvi ode tracto 'ucosivo.
e caraclarrza este tipo cc contrato poraue las obligaciones van naciendo y
extingurendose sucesiva y aeriocicamente mnentras dure Ia vioencra de elios, do
manera que cumpieda una de las obligaciones, nace otra de Ia misma naturaleza y
extinguida esta. a próxima. y asi sucesivamente.
El ereraplo mas tir.co cc ccntrato ue tracto sucesvo es el arrendamiento en
ci arrenaador esta cumpirendo constantemerite su obiroacion de proporco-
car ii arrendatarro er goce tranquilo y pacifico de Is cosa srrendeda, y éste cc
pacjara perrodcarnento a renta estipulada hasta in extincror dci arinrido 1pua
ocurre en ci contrato de trabajo, en el de suministro do mercaderras. etc
Esta ciasnfrcaccn tiecie qra Inportancra porque todoc is cacicrstiCn'l
especrales quo senalarnos en ci N. 60 eara los contratos biiaterates cc dan '30
orma distinta cc as contratos de nracto sucesivo. pues Ia extincron do ellos por
cuuiquler causal legal, no afecta nomamente a as obiqacrones ye cumpirdas. y
:35

a rCSOiUCiOr1 pO ncumpirrnrentc
:omc dijirnos, en rcrdo coctrato bilateral va envuelta a condicicn cc ra
cumpirse por a otra parte a pacado: si err dcfinttva hay incuraplimiento, puede
On 02 •c:.r al1 d 3cc aetu.rada opera con -:rto etectr'.
rernactrvc) N.° 4961. y asi. en a compraver.ta, el vendedor que rio eritrega a cosa
aece restruir I precro recihido.
En 105 contratos ce tracto sucesivo Ia resoiuctón toma el nombre de termira-
an a opera unrcarnente hacia ci futuro: as cbiigacrones cumplidas quedar. a
rrne, pues, par e1emplc. serra imposible que ci arrendatarro restrtuyera ci goce
- o norocu 'i ucaa, ' co .c manic) 0 arrendador no esta obiqadc a
c e as refltas reo,ccaa
2:c. P.1 rtesgo.
2
orogac.on cc una dir as narces or, Ci cor'.trato de tractosucesiro se nac'r
96 RENE ABELIUK M.

imposible por caso fortuito, se extingue y se pone fin & contrato, pero tampoco
esta tinalización afecta a las obligaciones ya cumplidas (N.° 1.210).
También flene importancia en otros aspectos:
30_ Exttnción unilateral del contrato.
Por regla general los contratos no pueden quedar sn efecto por Ia sola
voluntad de una de las partes; en los de tracto sucesivo suele aceptarse Ia
revocación unilateral si no hay plazo prefijado, verbi gracia, por el dosahucio en el
arrendamiento y contrato de trabajo, y
4°— La mprevisión.
Segón se ha dicho y lo veremos más adelante (N.° 855), esta teoria pretende
alterar el contrato estipulado cuando su cumplimiento se ha vuelto muy gravoso
para una de las partes; ni aun en doctrina ella podria afectar a los contratos de
ejecuciOn Urlica e instantánea.

82. V.— CONTRATOS NOMINADOS E lNNOMlNADOS.— Antes que nada,


debemos advertir que esta clasificación es diferente a Ia que hacian los romanos
con Ia misma designación: en el Derecho Romano los contratos nominados
otorgaban acción y los innornirtados eran los pactos carentes de ella.
El criterio actual para determinar si un contrato es nominado o Innominado
es ünicamerite si se encuentra reglamentado por el legislador o no. Los primeros
están expresamente establecidos en los textos legales y son, desde luego, os de
rnâs frecuente aplicación: compraventa, arrendamiento, permuta, socedad.
maadato, mutuo, etc.
Los contratos innominados tienen naturalmente un nombre, pero no estan
reglamentados por el legislador y sor incontables, ya que en virtud del principle
ne Ia autonomia de Ia voluntad, las partes pueden unirse entre Si COn todos
aqueltos vinculos juridicos que sean capaces de imaginar. mientras no vayan
contra Ia ley, el orden püblico o las buenas costumbres (47).
Contratos.innominados más o menos frecuentes son: el de talaje (48), ediciôn
(49), representación teatral, etc. Fallos de nuestros tribunales han señalado tat
carácter a Ia enajenación de derecho de have (50), entiteusis (51), postergaciôn
(52), y a estos dos casos que citamos especialmente porque permiten una cabal
comprensiOn de 10 que es el contrato innominado y las reglas que ho gobiernart.
Una tia pidió a su sobrina que Ia acompañara a vivir en Europa, prometién-
dole una recompensa: a Ia muerte de su tia, Ia sobrina demandô a los herederos
cobrando dicha recompensa, y Ia Corte Suprema acogió Ia pretension decla-
rando que no se trataba de un arrendamiento de servicios, sino de un contrato
innominado (53), y

(47) Faltos publicados en Ia RDJ, T. 21, sec. 1.. pàg. 391 y 44. sec. 1.. pãg. 450.
(48) Fajlo publicado on a G.T. de 1916, 1.er oem., N. 249, pa9. 754.
i491 En a 1ev N 17.336 de 2 do ocluore oe 1970 sobre Propedad Intelectual. se reglamentar is
ediciÔn, representaciôn y otros contratos r&acionados con a propEedad intelectual, COfl 0 quo dojan de
ser innominados. Es 10 que ocurre norrnalmente con ellos: Sr sa bacon frecuentes, so incorporan a a
categoria de nominados.
(50) FaIto publicado en Ia RDJ, T. 61,soc. 1., pãg. 48.
(51) Fallo publicado en Ia RIDJ, 1. 21, sec 1., pag. 391 Nuestro legislador a diferencta del C0dIgC
Frances, Italiano, etc., no reglamentO a enfiteusis, que es como un arrendamiento con clertas caracteris-
ticas especiales, plazos extensos y content en algunas IegisIacioneo urr derecrio real. La Sentencla citada
expreso quo no habia inconveniente no obstante Ia omisron del Código Chileno. de aceptar este
contrato. Naturalmente que las partes no podrán dane Ia calegonia de derecho real, Dues ella soo a
ettablece Ia ley
52 Cone de Valparaiso, 6 ce agosto do 1929. Junisprude'icia sI Dia de 1929. pap 464. citaoa po
Reo Tumo IV N 6
LAS OBLIGACIONES 99

Se ha-catificado tamoién de innominado el arnendo de un box o estaciona-


miento para guardar automóviles, con caracteristicas de arrendamiento de cosas
y de depOsito, esto ültimo por el cuidado que debe otorgarse a) vehiculo, to que
tiene especial importancia por Ia responsabilidad que impone at arrendador (54).
En Ia práctica, el mayor numero de casos de contratos innominados resulta
de Ia comb,riaciOn de elementos de contratos nominados, to que tiefle importan-
cia para Ia interpretación de los mismos.
En etecto, et problema que plantean los contratos no reglamentados es
doble: el primero, de su eficacia que ya hemos visto es universalmente aceptada
(55), y luego de determinar las reglas que los regirén.
En el contrato nominado, como veremos en Ia siguiente secciOn, para inter-
pretarlo deberé antes que nada calificársele. esto es, detem,inar de qué contrato
,se trata: compraventa, permuta, arrendamiento, etc.,y hecho esto, se aplicarán, a
falta de estipulaciOn de las partes, las normas supletorias dadas por el legislador
para el contrato de que se trate (N.° 92).
En el innominado, lo primero que debe atenerse es a Ia estipulaciOn de las
partes en cuanto no infrinjan una disposición legal, el orden ptbIico 0 las buenas
costumbres. A falta de estipulación, deberán aplicarse las reglas generates de los
contratos, y por iiItimo, las de los contratos nominados que más se asemejan a
ellos (56).

83. VI.— OTRAS CATEGORIAS DE CONTRATOS. ENUNCIACION.—


Final mente, para completar este panorama general de los contratos, estudiare-
mos en los nümeros siguientes algunas categorias particulares de ellos, a saber:
1.°--- Contratos translaticios de dominio y derechos reales;
2°— Contrato a favor de tercero y promesade hecho ajeno:
3°— El autocontrato, y
4°— El contrato por persona a nombrar.

84. A.— CONTRATOS TRANSLATICIOS DE DOMINIO Y OEREHOS REA-


LES.— Estos contratos son los que en nuestra Iegisiaciôn, dada Ia distinciOn
entre tItulo y modo de adquirir el dominio, constituyen tItulos translaticios de
dominio y demás derechos reales, tales como Ia compraventa, permuta, aporte en
dorr,inio a una sociedad, etc. Eltos, unidos a Ia tradición, traspasan eI dominio y
demás derechos reates.
Se es separa de los restantes no solo por este importante etecto, sino
porque, por a misma razOn, el legislador los somete a mayores exigencias, espe-
cialmente Si versan sobre bienes raices, en que son siempre solemnes y sujetos a
tormalidades habilitantes.
Requieren también facultad de disposiciOn, concepto más amplio que el de
capacidad de disposición que habitualmente se emplea. La facultad de disposi-
ciOn supone:
1°.— Desde luego, Ia capacidad de ejercicio;
2.°— El otorgamiento del contrato translaticio por el titular del derecho o su
representante egaI o contractual. Si asi no ocurre, no se traspasará el dominio u
otro derecho real de que se trate, aun cuando opere et modo de adquirir corres-
pondiente. Pero debemos advertir que en nuestra IegislaciOn el contrato sobre
cosa ajena noes nub, sino que inoponible at verdadero dueño (N.° 154), y
iUU RENEABELIUKM.

3.°— Que a disposición no se encuentre prohibida o suspendida, como


ocurre con las prohibiciones legales 0 judiciales (N.° 605), el embargo (N.° 802),
etcetera.

85. B.— EL CONTRATO A FAVOR DE TERCEROS Y LA PROMESA DE HE


CHO AJENO. REFERENCIA.— Estas ospecies de contratos las estudiaremos a
propOsito de los efectos de éstos, en los numeros 120 y siguientes, y 135 a 139,
rospectivamente. Nos remitimos a ellos.

86. C.— EL AUTOCONTRATO 0 ACTO JURIDICO CONSIGO MISMO (57).—


Esta figura se presenta cuando una misma persona interviene er un negocio
juridico invistiendo dos o más calidades uridicas diversas.
Puede darse en dos casos:
1°— El contratante actCia por si mismo y a Ia vez como representante legal o
contractual de otra persona. y
2.°— El contratante concurre en el mismo acto como representante legal o
convencional de dos o más personas naturales o juridicas.
Esta distinción tierie especial importancia, porque so reconoce que en este
üttirno caso es menos marcada Ia contraposiciôn do intereses.
Porque evidentemente es el peligro de este tipo de intervención de una
misma persona representando dos posiciones en el contrato, y por eDo los
autores y legisladores (Ia alemana Ia prohibe generalmente) son más bien contra-
rios al mismo.
Tiende a admitirsele con dos condiciones:
1.°- Que no esté legalmente prohibido.
Es evidente quo no podrá otorgarse un autocontrato si Ia ley to ha excluido
expresamente, como ocurre entre nosotros, en el Art. 423, que prohibe a los
guardadores celebrar contratos en que tengan interés ellos 0 ciertos parientes
suyos; en el Art. 1.800, en relaciOn con el 2.144 para los mandatarios, albaceas y
smndicos para Ia yenta de cosas quo hayan de pasar por sus manos; en los Arts. 57
y 58 del C. Co., para los corredores, en el Art. 257 del mismo Código para los
comisionistas, etc.
2.°— Que haya sido autorizado expresamente, o no exista conflicto de
intereses.
Ejemplo de lo primero en nuestra legistaciOri son los Arts. 2.144y 2.145 del
COdigo Civil para el mandato, en que por regla general el mandatario no puede
comprar para silo quo el mandante le ha ordenado vender, ni vender do 10 suyo lo
que este le ha ordenado comprar, ni encargado do tomar dinero prestado, hacerlo
del suyo o facultado para colocar dinero a interés, tomarlo prestado para si, sin
aprobación del mandante.
De aqui deriva que en nuestra legislaciOn, en virtud de Ia libertad contractual,
es posible Ia autocontratación si el representado Ia ha autorizado, aunque no
haya una disposicián general que 10 permita, como ocurre con el Art. 1.395 del
Código Italiano. Pero como en Derecho Privado puede hacerse todo aquello que
no está prohibido especificamente, Os preciso incliriarse por Ia licitud de Ia
convenciOn.
Más discutible es Ia legitimidad do Ia autocontrataciOn en el caso do que no
esté ni expresamente prohibida ni autorizada, pero no haya contraposiciOn de
intereses en Ia gestión del representante, como Si por èjemplo un padie de
familia vende una propiedad quo le pertenece conjuntamente con sus hijos
LAS OBUGACIONES 101

menores, y actüa en representación cie éstos. Podria sostenerse que las prohibi.
clones legales citacias son mariifestaciones de una regla general para negarle
validez a semejantes actos, pero nos inctinamos por reconocerla porque las
prohibiciones son de derecho estricto y las existentes se fundan precisamente en
Ia contraposición de intereses. Si no Ia hay, carece do fundamento ampliar su
aplicaciOn.
Se ha discutido Ia naturaleza jurIdica de a autocontrataciOn, pues hay quie-
nes niegan que sea realmente tin contrato, sino un acto juridico unilateral, ya quo
concurre una sola voluntad. Opinamos que no es asi, concurren realmente dos o
más votuntades, ünicamente que representadas por una sola persona.

87. D.— EL CONTRATO POR PERSONA A NOMBRAR.— Es ésta una tigura


hasta cierto punto novedosa, quo so ha preocupado de reglamentar et Código
italiano en los Arts. 1.301 a 1.405, y que es de gran aplicación prâctica. En dicho
contrato una de las partes so reserva Ia facultad de designar más adelante el
nombre de a persona o personas por quienes contrata, a Ia 0 las cuales corres-
ponderán los derechos y obligaciones emanadas do él.
Es muy cercana a los casos del mandatario que actóa a su propio nombre, sin
señalar el poder, y a que so ref iere el Art. 2.151 del Código (58). El mandante, por
diferentes motivos, puede desear que su nombre sea ignorado, como si por
ejemplo necesita adquirir una propiedad colindante a Ia suya y teme que si Ia
compra directamente, el vecino, sabedor de su necesidad, le cobre un mayor
precio; el mandatario entonces adquiere a su propio nombre, y posteriorniente
declara su representaciOn y traspasa sus derechos al mandante.
El contrato por persona a nombrar puede ser más ampilo, ya que no supone
necesariamente ni un mandato ni una agencia oficiosa; por ejemplo, una persona
desea efectuar un negocio, para lo cuat no cuenta con capitates suficientes y
necesita interesar a otros sujetos que so lo aporten; mediante esta figura puede
realizarlo, dejando eI contrato abierto para quo los capitalistas posteriormente
ingresen a él.
Creemos que no hay incdnveniente en principio, para aceptarlo en nuestra
legislación, en virtud de Ia libertad contractual, y en Ia práctica se le ha utilizado
en contratos de promesas, pero con ciertas limitaciones. En primer lugar, debe
contener un plazo en que se haga a determinaciOn, y en todo caso una formula
que permita efectuarla, pues si bien se acepta Ia indeterminación do alguna de
as partes en et contrato, ello és a condicióri de que sea determinable; a formula,
por ejemplo, en el mencionado contrato de promesa, seria que al efectuarse Ia
escritura definitiva, el prometiente declarara Ia o as personas para quienes ha
contratado, y si asi flO lo hiciere, so entenderá que lo hace para si. En seguida: no
es posible en toda clase de contratos, como per ejemplo, en Ia sociedad corner-
cial, ya que el legislador exige en el pacto social Ia individualizaciOn de todos los
socios fundadores (Art. 426, C. Co.).

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