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Sindrome Del Quemado PDF

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BURNOUT: SÍNDROME DEL QUEMADO

◆ Conceptos:

El burnout o “Síndrome del Quemado” es una alteración psicológica ligada al contexto del trabajo y
que puede constituir un trastorno debido a sus efectos dañinos en la calidad de vida. Presenta
características propias de los trastornos del estado de ánimo (como la depresión) y de los trastornos
de ansiedad.

Herbert Freudenberger en 1974 definió el término Burnout como “un estado de fatiga o frustración
que se produce por la dedicación a una causa, forma de vida o relación que no produce el esperado
refuerzo”. El burnout también podemos llamarle síndrome de desgaste profesional. Es la respuesta
que da un trabajador cuando percibe la diferencia existente entre sus propios ideales y la realidad de
su vida laboral.

Actualmente, la definición más aceptada del síndrome de Burnout es la que fue realizada por las
psicólogas estadounidenses Christina Maslach y Susan E. Jackson describiéndolo como “Síndrome
tridimensional en el que el trabajador presenta cansancio emocional, despersonalización o tratamiento
cínico y actitud negativa hacia los clientes, y una baja realización personal”.

◆ Historia de su origen y generalidades

El origen del término Burnout se debe a la novela escrita por el inglés Graham Greene, “A Burnout
Case”, publicada en 1961. Es una novela que narra la historia de un arquitecto que se encontraba
atormentado espiritualmente y decide abandonar su profesión para retirarse a la selva africana. Esta
palabra comenzó a ser utilizada en la literatura especializada sobre estrés laboral a partir de los años
setenta.

El Síndrome de Burnout fue descrito clínicamente por primera vez en 1974 por el psiquiatra americano
Herbert Freudenberger, quien observó en una clínica para toxicómanos en Nueva York cómo la
mayoría de los voluntarios tenía una pérdida de energía progresiva hasta llegar al agotamiento.
También detectó síntomas de ansiedad, depresión y desmotivación en el trabajo, además de
agresividad hacia los pacientes al cabo de un año de estar trabajando. Debido a estas observaciones
caracterizó al síndrome del Burnout como una sensación de fracaso y una experiencia agotadora que
resulta de una sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales o fuerza espiritual del
trabajador.

Freudenberger señala un mayor riesgo en profesionales jóvenes idealistas, optimistas, que se


entregan en exceso al trabajo. Se desarrolla, generalmente en las llamadas profesiones de ayuda y
de interrelación social frecuente en personas cuya profesión demanda entrega y dedicación a los
demás, como es el caso de la enseñanza, la salud o los servicios sociales. En el caso de las labores
de médicos y enfermeras lo habitual es el enfrentamiento con emociones intensas de dolor o
enfermedad y/o sufrimiento psíquico, o en el caso de profesiones como profesores, servicio al cliente,
trabajadores sociales, pueden traer como resultado un agotamiento de energía que los hace sentirse
abrumados por los problemas de otros.
El término Burnout se empezó a utilizar aún más a partir de 1977, tras la exposición de la psicóloga
social e investigadora Christina Maslach ante una convención de la Asociación Americana de
Psicólogos, en la que conceptualizó el síndrome como el desgaste profesional de las personas que
trabajan en diversos sectores de servicios humanos, siempre en contacto directo con los usuarios,
especialmente personal sanitario y profesores.

En 1982 Maslach junto con su compañera psicóloga Susan E. Jackson realizaron los primeros
estudios de campo y desarrollaron un cuestionario compuesto de 22 ítems, en forma de afirmaciones,
sobre los sentimientos y actitudes del profesional en su trabajo y su función era medir el desgaste
profesional. El cuestionario "Maslach Burnout Inventory" (MBI) proporciona una medida cuantitativa
del burnout y es el instrumento más utilizado en todo el mundo. Se realiza en 10 a 15 minutos y está
basado en las respuestas de los trabajadores ante diferentes situaciones en su vida cotidiana laboral,
que pretende objetivar y valorar las tres características básicas del síndrome:

❖ Agotamiento emocional: Sensación de cansancio con manifestaciones tanto psíquicas


(ansiedad, angustia, disfunciones sexuales, fatiga crónica) como físicas (colon irritable,
dispepsias, cefaleas, mialgias) así como falta de energía y una disminución de la motivación y el
entusiasmo en relación con el trabajo.

❖ Despersonalización: Implica el desarrollo de conductas negativas hacia usuarios y compañeros,


trastornos conductuales de aislamiento, insensibilidad, indiferencia, actitudes cínicas, distantes y
deshumanizadas hacia las personas con las que se interactúa en el trabajo. Puede manifestarse
como una desconexión emocional y una falta de empatía.

❖ Baja realización personal: Sentimientos de insatisfacción o sensación de ineficacia, falta de


logro en el trabajo y deseo de abandono. Las personas pueden sentir que su trabajo carece de
sentido o que no están logrando sus metas y expectativas profesionales.

El síndrome del Burnout es consecuencia de un estrés laboral crónico, originado en el contexto laboral
y tiene repercusiones de índole individual, pero también afecta a aspectos organizacionales y sociales.
Afecta no solo a profesionales de la salud sino a individuos que sufren un alto nivel de exposición
laboral, con largas jornadas de trabajo y un nivel elevado de exigencia y sobrecarga de tareas.

El síndrome de Burnout fue declarado en el año 2000 por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
como un factor de riesgo laboral por su capacidad para afectar la calidad de vida, salud mental e
incluso hasta poner en riesgo la vida.

Aunque el Síndrome del Quemado no aparece como un trastorno específico en el Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), se reconoce como un fenómeno clínico y se
incluyó en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud
Conexos (CIE-11) en 2019. Está aceptado que el desgaste profesional es el resultado de un proceso
dinámico de mala adaptación a una situación de estrés crónico que es el trabajo en sí mismo.

En síntesis, actualmente se aplica el síndrome de Burnout a diversos grupos de profesionales que


incluyen desde directivos hasta amas de casa, desde trabajadores en los ámbitos sociales hasta
voluntarios de organizaciones del tercer sector; y se acepta que el síndrome es el resultado de un
proceso en el que el sujeto se ve expuesto a una situación de estrés crónico laboral y ante el que las
estrategias de afrontamiento que utiliza no son eficaces. Es decir que, tanto en el ámbito individual,
como en el ámbito laboral, los sujetos, en su esfuerzo por adaptarse y responder eficazmente a las
demandas y presiones laborales, pueden llegar a esforzarse en exceso y de manera prolongada en el
tiempo, lo que acarrea esa sensación que ellos describen como “estoy quemado”.

◆ Rol del psicólogo forense

El rol del psicólogo forense en relación con el Síndrome del Quemado puede ser variado. Algunas
posibles áreas de intervención incluyen:

❖ Evaluación: El psicólogo forense puede realizar evaluaciones psicológicas para determinar si


una persona ha desarrollado el síndrome del quemado como resultado de su entorno laboral.
Esto puede ser relevante en casos legales relacionados con el estrés laboral crónico y sus
consecuencias.

❖ Asesoramiento y apoyo: El psicólogo forense puede brindar asesoramiento y apoyo a


individuos que han experimentado el Síndrome del quemado, ayudándoles a comprender y
manejar los síntomas, así como a desarrollar estrategias de afrontamiento y prevención.

❖ Testimonio experto: En casos legales relacionados con el síndrome del quemado, el psicólogo
forense puede proporcionar testimonio experto basado en su conocimiento y experiencia en el
campo. Esto puede ayudar a los tribunales a comprender mejor los aspectos psicológicos y las
implicaciones del síndrome en el contexto legal.

◆ Otros aspectos a considerar

Factores que influyen en el Síndrome de Burnout

Los factores más destacables son:

► Los turnos laborales y el horario de trabajo: Tienen influencias biológicas y emocionales claras:
alteraciones del ritmo cardiaco, ciclo sueño-vigilia, etc.

► La seguridad y estabilidad del trabajo, especialmente en época de crisis. Perder el trabajo o estar
bajo la presión de perderlo durante un tiempo prolongado.

► Falta de formación profesional para desempeñar las tareas y falta de asertividad: No estar
preparado y, por lo tanto, no poder hacer correctamente el trabajo. No saber decir no y asumir más
carga de trabajo de la que podemos llevar a cabo.

► La estructura y clima organizacional: Organizaciones complejas, con muchos requerimientos,


exceso de burocracia y responsabilidades que pueden afectar al grado de control del individuo,
incluyendo un alto nivel de estrés, carga de trabajo excesiva o poca autonomía profesional.

► Las relaciones interpersonales con otros compañeros de trabajo basadas en la falta de confianza,
poca o escasa cooperación o destructivas, con altos niveles de tensión.

Además de lo anteriormente expuesto, a nivel personal hay una serie de factores de riesgo, como
son: el deseo de destacar y ser brillante, la autoexigencia, una baja tolerancia al fracaso, el
perfeccionismo, la ambición, creerse indispensable, tener pocos intereses fuera del trabajo o ser
excesivamente idealistas.

Fases en el Síndrome del Quemado:

El síndrome de burnout es un proceso que atraviesa varias etapas, cada una con sus propias
características y desafíos.

1. FASE INICIAL DE ENTUSIASMO

En la etapa inicial de acceso a un puesto de trabajo es habitual que el trabajador experimente


entusiasmo y sus expectativas sean positivas.

2. FASE DE ESTANCAMIENTO

Debido a la conjunción de variables organizaciones, personales e interpersonales, la persona


comienza a sentirse estancada, ve como sus expectativas no se están cumpliendo. Aunque el trabajo
aún representa una fuente de realización personal, el trabajador comienza a replantearse la relación
entre el esfuerzo personal depositado en el trabajo y los beneficios emocionales que recibe. Empieza
a notar cierta sensación de derrota, comienza a sentirse incapaz. Comienzan a aparece síntomas
físicos como dolores de estómago y de cabeza.

3. FASE DE FRUSTRACIÓN

Supone el inicio del síndrome. Supone el empezar a cuestionarse la eficacia del esfuerzo personal que
realiza frente a los obstáculos derivados del desempeño del puesto de trabajo. Aún existe la posibilidad
de encauzar el malestar hacia una nueva fase de entusiasmo, pero la falta de recursos personales y
organizacionales pueden condicionar el tránsito hacia una fase de apatía. Se siente el trabajo como
carente de sentido. Aumentan los síntomas psicosomáticos. Se produce un descenso de la motivación
y un incremento del agotamiento emocional y de los sentimientos de falta de realización personal.

4. FASE DE HIPERACTIVIDAD Y APATÍA

En primer lugar el trabajador se activa en su trabajo, dedica mayores esfuerzos a su trabajo a modo
de compensar sus sentimientos de falta de realización personal, pero no se gestiona adecuadamente
y lo que consigue es sobrecargarse y contribuir aún más a su agotamiento emocional. Así que se
produce el colapso y comienza a distanciarse de lo laboral, comienza a endurecerse afectivamente
como método de afrontamiento a sus sentimientos de baja realización y agotamiento. Se trata del
fenómeno de la despersonalización.

5. FASE DE ESTAR QUEMADO

La persona experimenta sentimientos de tal magnitud que la estrategia que lleva a cabo para salir de
la situación es dejar el puesto de trabajo, pedir traslados, cambiar de trabajo o seguir en una situación
laboral que le hará sentirse cada vez peor.

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