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Grupo 2
TEXTO:MARTÍNEZ, J. L., “Teorías contemporáneas de la justicia y sus posibilidades para tratar la
discapacidad”, en:MARTÍNEZ, J. L. (ED.),Exclusión social y discapacidad, U. P. Comillas-PROMI, Madrid 2005, 221-250.
1. (La justicia desde el utilitarismo) La utilidad social es el criterio de la justicia. La
justicia no es para los utilitaristas un criterio independiente del principio de utilidad. Tres ejes del utilitarismo: 1. Neutralidad respecto de las diferencias individuales. (no se prejuzgan los deseos y preferencias de los distintos individuos) 2. Carácter igualitario. En conflictos de valores se procede teniendo en cuenta lo que quiere la mayoría. 3. En un balance de satisfacción cabe aceptar sacrificios. (la sociedad se concibe como un cuerpo en donde resulta posible sacrificar a unas partes en beneficio de otras) Crítica: los derechos fundamentales de algunos pueden ser puestos en cuestión en nombre de los intereses de la mayoría. La “utilidad social” de los discapacitados puede ser considerada menor y por lo tanto puede llevar a discriminación. 2. (Justicia social en el liberalismo de Rawls) Es posible formar y cultivar las preferencias. Rawls rechaza la neutralidad valorativa utilitarista ante las preferencias. Las instituciones de una sociedad son justas cuando permiten que la vida de las personas dependa de lo que cada uno autónomamente elige, con el “velo de ignorancia”. El principio de diferencia es lo más original del liberalismo igualitario de Rawls. Implica una superación de la idea de justicia distributiva común en las sociedades modernas. El principio de diferencia nos dice que las violaciones de una idea estricta de igualdad sólo son aceptables en el caso de que sirvan para engrosar las porciones de recursos en manos de los menos favorecidos y nunca en el caso de que los disminuyan. El principio de diferencia asegura que quienes tienen más talentos naturales actúen en beneficio de los menos afortunados. Norman Daniels aplica al campo de la salud con el principio de igualdad de oportunidades. En la sociedad justa las instituciones deben dirigirse a igualar a los individuos en sus circunstancias, lo cual quiere decir que deben dotar a cada uno de una serie de “bienes primarios”. 3. (Justicia en el liberalismo libertario de Nozick) Nozick, a diferencia de Rawls, defiende un Estado mínimo proteccionista, no regulador. Nozick y Rawls defienden una teoría deontológica de los derechos. Ambos rechazan la posibilidad de que los derechos de una persona sean violados a favor del mayor bienestar de todos. Los derechos de Nozick son negativos, derechos a que otros no me dañen, pero no derechos a que otros me asistan en las necesidades básicas. En este liberalismo no se justifica que quienes tengan más capacidad sirvan a los menos capaces. Nozick propone el Estado mínimo con el orden espontáneo del mercado, es un orden social individualista, neoliberal. Considera que las intervenciones sociales a favor de la igualdad son la mayor injusticia que se puede cometer porque bloquean la libertad individual. No existe una distribución justa de bienes fuera de las leyes del mercado. Así, para Nozick la justicia social es una noción fraudulenta. La distribución de los servicios sociales para discapacitados deben por lo tanto someterse a las reglas del mercado. Hay deberes morales de caridad hacia los discapacitados pero no caen dentro de las exigencias de la justicia. En contra de privilegios y seguridad social. 4. (Justicia social desde el liberalismo de los recursos) Ronald Dworkin piensa que la concepción igualitaria de justicia debe rechazar el bienestar o la satisfacción individual como el criterio de la igualdad. En lugar de ello se deberían tomar criterios más objetivos en la evaluación de la justicia como son: “los recursos que las personas poseen, y las razones por las cuales los poseen o carecen de ellos”. La metodología: la subasta hipotética. Para los discapacitados Dworkin plantea una pregunta que puede resultar adecuada a la hora de guiar nuestros juicios morales cuando se trata de evaluar la legitimidad ética de ciertas reivindicaciones y decidir qué parte de los recursos de la sociedad es justo destinar a las personas con algún tipo de discapacidad: ¿Por cuánta indemnización hubiera estado dispuesto a asegurarme – sabiendo que cuanto más alta sea ésta, más lo será la prima a pagar – en el caso de que no hubiera sabido si poseía o no la dicha discapacidad? 5. (Justicia desde las capacidades concretas de las personas en sus contextos vitales) Para Amartya Sen una propuesta igualitaria aceptable debería concentrarse en la capacidad de cada sujeto para convertir o transformar los recursos en libertades. Una teoría de la igualdad tal debe prestar atención a los distintos “desempeños” o “funciones” de los individuos. En las sociedades resultaría entonces razonable concentrarse en la igualación de las personas a un número de funciones y capacidades. En definitiva, habría que tener en cuenta no sólo los bienes primarios que poseen las personas, sino las características personales relevantes que determinan la conversión de los bienes primarios en capacidad de la persona para alcanzar sus fines. 6. (Justicia social en el debate entre ética discursiva y ética de la liberación) Habermas y Apel. La validez de una norma moral dependerá de un consenso alcanzado tras un diálogo celebrado en condiciones de simetría. La racionalidad monológica de Kant se sustituye por una racionalidad dialógica en la cual la fundamentación última de la ética es el respeto a la dignidad de la otra persona como interlocutor válido y el reconocimiento de los mismos derechos y la misma responsabilidad de todos los interlocutores posibles. Los dos criterios sobre los que se construye la teoría de la justicia de la ética discursiva son el del reconocimiento recíproco de todos los seres humanos como personas y el de los procedimientos correctos para establecer normas válidas. La crítica más fuerte a la teoría de la justicia discursiva la hace el argentino Enrique Dussel. La ética de la liberación parte del hecho de la relación asimétrica, e impone como imperativo ético su superación, como condición de cualquier discurso que pretenda alcanzar realmente el consenso. 7. (Justicia y discapacidad desde el horizonte del bien común y la virtud) MacIntyre ha pensado la justicia mirando la discapacidad humana. En nombre de la justicia es necesario dar “A cada quien, según sus necesidades” aunque este principio sea aplicable sólo de modo imperfecto. 8. (Justicia como participación, la perspectiva de la ética social cristiana) La justicia como participación en la vida de la comunidad. La solidaridad se impone como valor para contrarresta la exclusión de los discapacitados. La dignidad de las personas: todas las personas tienen el mismo valor porque fueron creados a imagen y semejanza de Dios.