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Eje Temático II

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Eje temático II: Las concepciones modernas

EL ESTADO
En el presente eje intentaremos responder a preguntas como ¿Qué es el Estado? Y ¿Cuáles
son sus elementos constitutivos?, pero para ello deberemos, mas allá de definirlo en nuestro
presente, estudiar su comportamiento en el pasado, su nacimiento, los tipos de estados mas
representativos, de donde obtenían legalidad y legitimidad, y otras cuestiones que nos llevaran a
comprender su realidad actual.
No es posible pensar en la sociedad del presente, en cualquier tipo de régimen político,
sin la presencia del estado, la forma en que esa “mano invisible” (como lo definió el liberalismo
económico del siglo XVIII), interviene en las relaciones sociales será la propuesta de esta
segunda unidad en nuestro programa de estudios.
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de Estado se trata de una noción esencial para todas las ciencias
sociales, de muy difícil precisión. Algunos autores identifican al Estado con algunos elementos
distintivos como: la población, el territorio, el poder, etc.; si bien hay continuidades en el
pensamiento a pesar de los siglos transcurridos (por ejemplo, la integración social, primero en
familias o bandas, luego en aldeas, y finalmente en el Estado.)
Se abordaran los diferentes tipos de Estados y sus características distintivas. Por ejemplo,
el Estado Absolutista, donde a partir del siglo XV las monarquías fueron concentrando el poder
y afirmando el control de sus territorios, imponiendo una misma organización jurídica y pautas
culturales semejantes, apoyadas por la expansión y prosperidad de un nuevo grupo social: la
*burguesía. Luego, afines del siglo XVII, asistimos al origen de un nuevo tipo de Estado: el Estado
Liberal, que surge como una reacción al Absolutismo monárquico, donde el desarrollo del
capitalismo fortalece el poder de la burguesía. Este grupo reclama un nuevo tipo de Estado que
reconociera los derechos del hombre, donde las leyes fueran redactadas por los Parlamentos y
donde se respeten las libertades. En el siglo XX, luego de la segunda guerra mundial se
manifiesta la presencia del Estado de bienestar, caracterizado por un sistema de solidaridad
social que apunta a corregir las injusticias del capitalismo espontáneo, y en el cual el Estado será
paulatinamente responsable del progreso social de la población: es la idea del “Estado
providencia”, “Estado benefactor” o “Estado de bienestar”.

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1. EL Estado: definición y características.

El concepto de Estado es un concepto central dentro del análisis político, tanto es así que
algunos autores denominan a la ciencia política “la ciencia del Estado”. Ya dijimos que Estado es
un concepto no fácil de definir; al igual que otros conceptos centrales de la ciencia política,
como el de democracia, a la hora de hallar una definición nos encontramos con una variedad de
perspectivas y paradigmas que traslucen en la mayoría de los casos las distintas ideologías de los
autores que se aproximan al fenómeno.
El concepto de Estado ha intentado englobar históricamente fenómenos tan disímiles
como la polis griega y el moderno Estado de Bienestar, o realidades tan diferentes como países
del centro y los de la periferia.
El Estado es una institución, más bien un conjunto de instituciones, que la sociedad ha
creado para moderar el conflicto entre clases e intereses diferentes, a fin de mantenerlos dentro
de cierto orden que permita el desenvolvimiento de las variadas actividades y relaciones
sociales.
En el siglo XVII, los teóricos del Estado apuntaban que en la sociedad, en tanto mundo de
intereses particulares, el hombre era capaz de pasar por encima de los intereses y derechos de
los demás en su lucha por sobrevivir. Para impedir el aniquilamiento de unos y otros era preciso
fijar los limites entre los derechos intrínsecos de los individuos mediante un pacto entre los
miembros de una comunidad o bien entre ellos y un sujeto diferente que organizara la
convivencia social. A través de este pacto o “contrato” los hombres entregaban su voluntad
individual a una entidad superior a ellos, es decir, al Estado, que dividía a los hombres en
gobernados y gobernantes, en dirigentes y dirigidos o sea, en los que toman las decisiones y los
que acatan a fin de proteger la vida y los derechos de los ciudadanos en general. El
establecimiento de este contrato daba lugar a la creación del Estado, y fueron Hobbes y Locke
los principales exponentes de esta doctrina. (ESTO SE LO ESTUDIO EN ETICA EL AÑO PASADO)
El Estado es la sociedad organizada en cuerpo político o, dicho de otra manera, es el
poder nacido de la sociedad pero que se coloca por encima de ella y se le impone. Maquiavelo
en la Italia del siglo XVI puso en circulación el concepto de Estado, lo identificó como
dominación; es decir, la autoridad o preeminencia del que detenta el poder político sobre

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determinados agrupamiento de hombres.


El concepto de Estado está generalmente asociado a la idea de fuerza o potencia,
independiente de la voluntad individual, con respecto a la cual es superior; y que es capaz no
sólo de dar órdenes sino de hacer que éstas se cumplan. Sin embargo, esta fuerza no es
arbitraria, puesto que está delimitada por un conjunto de normas y procedimientos que hacen
que el conjunto de la sociedad reconozca su obligación de someterse a dicho ordenamiento
legal.
Max Weber afirma que el Estado es “el monopolio legítimo de la violencia sobre
determinado territorio”. Esta exclusividad que detenta el Estado para el manejo socialmente
autorizado de la fuerza nos resulta muy clara cuando algún individuo se ve afectado por otro en
sus derechos o intereses y no puede castigar con sus propias manos a aquel que lo afectó, sino
que debe acudir a alguna de las agencias estatales para que ésta aplique el castigo.
A pesar que el Estado descansa en la fuerza o en la coerción, el poder de los que
dominan no puede mantenerse exclusivamente por medio de instrumentos violentos, es decir,
por la sola amenaza de la coerción, sino que requiere de mecanismos para justificar y legitimar
el poder, o sea, para que la sociedad le reconozca su derecho a mandar.
De esta manera, una tarea inherente a todo Estado es la de generar y mantener en la
población la creencia y el convencimiento de que las instituciones y las reglas que él representa
son válidas y legítimas. Una de las formas que esta necesidad del Estado se expresa es el
conjunto de leyes que sustentan su poder.
El Estado, que en términos generales es “el poder organizado dentro de una comunidad
nacional”. Por un lado, es el instrumento de la dominación de ciertos grupos o clases sociales
sobre otros; y por otro, es un medio que permite asegurar un orden social, una integración de
todos los miembros de la colectividad que asegure la convivencia y permita alcanzar la paz.
De aquí se han desprendido las dos concepciones generales acerca de la política:
- La política como conflicto, lucha y contraposición de intereses.
- La política como concordia, conjugación y composición de intereses.
Estas dos nociones del poder y de la política se complementan, ya que toda lucha por
alcanzar el poder conlleva la búsqueda de una nueva forma de conjugación de las fuerzas

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contrapuestas, una nueva organización de la convivencia social. El peso específico de una y otra
concepción varía según las épocas, las circunstancias y los países, pero las dos están siempre
presentes.
El terreno propio del Estado es la política, es decir la lucha por el poder. Sin embargo no
puede verse al Estado como ajeno a las estructuras y procesos de una sociedad, sino como parte
integrante de ésta, con rasgos, componentes, objetivos y campos de acción específicos.
Desde el ámbito de la ciencia política, se puede entender al Estado como una forma
particular de ordenamiento político que surgió en Europa a partir del siglo XIII y hasta fines del
siglo XIX o principio del XX mantiene las siguientes características:
TERRITORIO: El estado controla a la población en determinado territorio. Este “control” implica la
posible utilización de mecanismo de *coerción auque sea en última instancia.
El territorio del Estado es el ámbito estatal de dominación, la porción geográfica dentro
de la cual una comunidad organizada ejerce un poder exclusivo. El territorio es la condición
natural para el nacimiento del Estado y para su permanencia como dominación, de ahí que la
delimitación especial constituya un primer elemento de identificación de los diferentes Estados.
EL PUEBLO de un Estado es el conglomerado humano que pertenece a éste. Sin embargo, esta
categoría no se refiere únicamente a quienes habitan el territorio del Estado, sino a aquellos que
disfrutan de los derechos políticos, es decir, que tienen la facultad de intervenir en la
organización y la vida del Estado. Por otra parte, el Estado moderno nace del pueblo, ya que el
poder y la actuación política del Estado descansan en el reconocimiento popular del derecho
que tienen para imponer su dominación. Por ello, la relación entre pueblo y Estado es también
doble, puesto que el primero es componente indispensable del segundo, a la vez que su objeto
de su poder. El pueblo del Estado conforma una unidad que se conoce como nación. La nación
es la compañera inseparable del Estado moderno, de ahí que a éste se le denomine Estado
nación y a su territorio la casa de la nación. En términos generales, la nación se relaciona con
un conglomerado unido por una raza, un lenguaje, una cultura y creencias comunes. Sin
embargo, en la actualidad en la mayoría de los Estados-nación comprenden una diversidad de
etnias, de mundos culturales, de creencias y lenguas. No obstante, toda esta multiplicidad
convive dentro de un mismo territorio estatal y se halla integrada a una sola comunidad política.

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De esta manera, el pueblo se constituye en nación por vía de una conexión no sólo étnica,
lingüística y cultural sino de voluntad política, la cual se da cuando los habitantes de un
territorio comparten un proyecto de organización y un destino político común.
EL PODER del Estado se concentra y se centraliza en una sola instancia de decisión política. Es
además un poder autónomo, ya que solo el Estado posee las facultades para dictar normas y
obligar al conjunto de la nación a su cumplimiento, a la vez que es el encargado de ejercer las
funciones de protección y orden social. El poder del Estado procede del pueblo o nación, de
manera que es un poder social que se ejerce sobre la sociedad y que recibe de ella su
supremacía y autonomía.
De estos tres componentes de la unidad estatal (territorio, pueblo, poder) se deriva el
atributo esencial del Estado moderno: la soberanía.
SOBERANÍA: toda organización que sea llamada Estado deberá sostener que no existe otro poder
que tenga capacidad de control sobre la población en cuestión. Una implicancia básica de la
soberanía estatal es que el Estado posee un control exclusivo sobre determinada porción del
planeta, su territorio.
Jean Bodin, filósofo francés del siglo XVI, introdujo en el lenguaje político el concepto de
soberanía. La soberanía es la característica esencial del Estado moderno y significa poder
supremo, capacidad para autodeterminarse y autogobernarse, pero ante todo requiere de la
unidad nacional y la supremacía del poder nacional. La soberanía, dice Bodin, es la conjunción
de la independencia territorial y nacional con el poder supremo.
El Estado nacional es soberano porque posee autonomía política; no está sometido a un
poder superior, no admite la intervención de otro poder dentro de sus fronteras (soberanía
interna) ni proviene de otro Estado (soberanía externa). Además, la soberanía del poder del
Estado implica que este es habitualmente obedecido, es decir, que tiene capacidad para hacer
observar su mandato. Así, los Estados nacionales son dominaciones políticas que ejercen su
soberanía dentro de un espacio territorial mediante un poder centralizado y supremo, sobre un
conglomerado social que reconoce en el Estado el derecho a detentar el poder y ejercerlo.

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UN SISTEMA ADMINISTRATIVO DE NATURALEZA BUROCRÁTICA : Dada la diversidad y la dimensión de la


actividad que desarrolla el Estado, el mismo ha debido organizarse de manera que le permita
desarrollar sus tareas sin perder el control político sobre cada órgano de gestión. Esto se ha
logrado mediante la creación de estructuras jerárquicas que mantienen en la cima un elemento
no burocrático (la corona, el presidente, el parlamento, etc.). Estas estructuras jerárquicas están
construidas de manera que los órganos superiores puedan actuar, controlar y sancionar a los
órganos inferiores.
SISTEMA ESTATAL: Los Estados, a diferencia de los imperios, no se plantean como totalidad, sino
que se encuentran insertos en un sistema estatal que debe reconocerlos como parte:
LA PROGRESIVA CENTRALIZACIÓN DEL PODER, que termina por comprender la totalidad de las
relaciones políticas en una única entidad.
LA PROGRESIVA IMPERSONALIDAD DEL MANDO

EL FIN DE LA IDEA DE REPÚBLICA CRISTIANA: Se plantea la secularización de la política y nace una


fundamentación propia del poder político a partir de su utilidad.
El proceso de secularización lo encontramos explicitado en quien fuera creador del
concepto de Estado, Nicolás Maquiavelo1. Para este autor la única base del poder estatal es al
fuerza y el consentimiento organizado; la religión funciona simplemente como un mecanismo
para lograr dicho consentimiento.
Un teórico argentino, Oscar Oszlak, señala que para poder denominar “Estado” a una
organización, la misma debe reunir al menos cuatro condicionantes o “capacidades”.
-La de institucionalizar su autoridad: Esta capacidad se encuentra relacionada con los
atributos weberiano del “monopolio de la coacción física legítima”.
- La de diversificar su control, para poder crear instituciones que sean obedecidas.

1 Nicolás Maquiavelo (1469-1527): Renacentista florentino, hombre interesado en


las cuestiones de su tiempo, después de cubrir cargos políticos y diplomáticos
vertió sus experiencias en dos grandes textos políticos: “El Príncipe” (1513) y “Los
discursos sobre la primera década de Tito Livio” (1519). Se lo reconoce como el
padre de la ciencia política porque fue el primero en escribir específicamente
acerca del Estado, concepto que popularizó al identificarlo como una identidad
autónoma, secularizada y separada de principios éticos y religiosos, con lo cual
marcó el inicio de una nueva época en la reflexión política. Maquiavelo fue el
iniciador de la modernidad en el pensamiento político al concebirlo como arte
racional en sus principios.

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- La de internalizar una identidad colectiva que permita la construcción de una identidad


nacional, que por un lado brinde un mecanismo ideológico de control, y por otro facilite la
comunicación entre la gente que la posee creando un marco común de referencia.
- La de externalizar su poder: implica el ser reconocido como Estado por los demás
Estados. A la hora de definir el Estado surge inmediatamente el nombre de *Max Weber, quien
no solo explicó el proceso de surgimiento del Estado moderno sino que formuló una definición de
Estado que, aún hoy, es la más aceptada en las ciencias sociales.

La teoría de Max Weber


Quizás el más destacado exponente de la sociología contemporánea, Weber elaboró un
verdadero sistema de análisis e interpretación de la vida social al integrar los más variados
elementos y campos de la sociedad en un marco complejo de acciones y relaciones mutuas.
Como dijera Wright Mills, su obra “es un esfuerzo enciclopédico que abarca la totalidad de la vida
social de los hombres”
Weber define al Estado como “una asociación de tipo institucional, que en el interior de
un territorio ha tratado con éxito de monopolizar la coacción física legítima como instrumento
de dominio, y reúne a dicho objeto los medios materiales de explotación en manos de sus
directores pero habiendo expropiado para ello a todos los funcionarios de clase autónoma que
anteriormente dependían de aquellos por derecho propio, y colocándose a si mismo, en el lugar
de ellos, en la cima suprema.”
El Estado Moderno, señala Weber, se basa en la burocracia profesional y en el derecho
racional. Este último que “proviene en lo formal del derecho romano”, actúa en sentido jurídico
formal, a diferencia de la justicia de las *teocracias que actúan en sentido material.
La existencia de este derecho formal es fundamental para el surgimiento del cuerpo
administrativo burocrático. Existe una fuerte relación entre el surgimiento del Estado moderno y
el modo de producción capitalista.
Esta fuerte concentración del poder fue la que permitió la organización de los Estados
nacionales y el nacimiento de la primera política económica estatal, el mercantilismo (antes solo
habían existido puntuales políticas fiscales y de bienestar). Define al mercantilismo como “el
paso de la empresa capitalista de utilidades a la política”.

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Sostiene que un Estado solo puede subsistir si los dominados se someten. Entonces
analiza el porqué de este sometimiento. Considera que existen motivos externos e internos de
obediencia, pero lo que más le sorprende y se propone analizar son las motivaciones internas de
los individuos.

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