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Cartografias Socioambientales

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Cartografías socioambientales como espacio de

construcción de saber colectivo en estudiantes


de secundaria.
Por: Carlos Alberto Rojas Cruz – Pedagogo – Estudiante de Doctorado en Educación. Investigador
independiente
Cali – Colombia Dic. 2023
carojasc@correo.usbcali.edu.co
carlos.rojas@agua.com.co

1. Introducción

Las cartografías socioambientales se han convertido en una herramienta


fundamental en la educación secundaria, facilitando la construcción de saber
colectivo y promoviendo una comprensión profunda de las dinámicas entre la
sociedad y el ambiente. Estas herramientas visuales permiten a los estudiantes
explorar y representar gráficamente problemáticas ambientales locales,
fomentando el pensamiento crítico y la participación en la resolución de estos
desafíos. Como señala Corbetta (2019), “la cartografía socioambiental ofrece una
forma de vincular el conocimiento territorial con las realidades sociales y
culturales, permitiendo a los estudiantes desarrollar una conciencia crítica sobre
su entorno”.

Además de su utilidad pedagógica, las cartografías socioambientales representan


una oportunidad única para que los estudiantes se involucren en procesos de
aprendizaje que trascienden la mera adquisición de conocimientos. Al trabajar con
estas herramientas, los estudiantes no solo aprenden sobre la geografía o la
ecología de su entorno, sino que también desarrollan habilidades para el análisis
crítico, la colaboración y la toma de decisiones informadas. Esto es crucial en un
mundo cada vez más interconectado, donde la capacidad para comprender y
gestionar complejidades socioambientales se vuelve esencial (González & Rivera,
2018).

La investigación descrita por Calixto Flores (2020) resalta cómo las


representaciones sociales del cambio climático entre estudiantes de bachillerato
pueden variar significativamente dependiendo de las experiencias educativas y
sociales de los jóvenes. Estas representaciones, que oscilan entre la aceptación-
negación y la proactividad-indiferencia, subrayan la importancia de integrar
enfoques educativos que no solo informen sobre las realidades ambientales, sino
que también promuevan un cambio de actitud hacia la acción positiva y la
resiliencia ante los desafíos globales.

2. Concepto y Origen de las Cartografías Socioambientales

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Las cartografías socioambientales emergen como una forma de representación
que integra elementos espaciales y sociales, reflejando las interacciones entre la
naturaleza y la sociedad. Estas cartografías no solo permiten visualizar el espacio
físico, sino que también revelan las dimensiones culturales, sociales y políticas que
influyen en cómo las comunidades interactúan con su entorno (Ascencio et al.,
2003; Corraliza & Berenguer, 2000). Según González y Rivera (2018), “la cartografía
socioambiental es una herramienta pedagógica que fomenta la comprensión
crítica de los procesos socioecológicos, permitiendo a los estudiantes reflexionar
sobre la relación entre el espacio y las dinámicas sociales”.

El origen de las cartografías socioambientales está profundamente vinculado a la


necesidad de comprender las complejas interacciones entre las comunidades
humanas y su entorno natural. Desde una perspectiva histórica, estas cartografías
han sido utilizadas como herramientas para visibilizar las luchas sociales y las
resistencias frente a la colonización y la explotación territorial. En este sentido, la
cartografía socioambiental no solo es una herramienta educativa, sino también un
acto político que busca transformar las relaciones de poder en torno al uso y la
gestión de los recursos naturales (Corraliza & Berenguer, 2000).

Las representaciones sociales, tal como las describe Calixto Flores (2020), juegan
un papel crucial en la forma en la que los estudiantes perciben y entienden el
cambio climático y otros fenómenos ambientales. Estas representaciones,
construidas a partir de la experiencia directa y la interacción social, revelan cómo
los jóvenes conceptualizan su entorno y las amenazas que enfrentan. Al integrar
estos conocimientos en la educación, las cartografías socioambientales
contribuyen a crear una comprensión más rica y matizada de los problemas
ambientales, al tiempo que empoderan a los estudiantes para actuar sobre ellos.

3. Importancia de la Educación Ambiental en Estudiantes de Secundaria

La educación ambiental, a través de las cartografías socioambientales, permite una


integración interdisciplinaria esencial en la formación de ciudadanos críticos y
comprometidos. Al conectar diferentes áreas del conocimiento, como las ciencias
naturales y sociales, los estudiantes adquieren una comprensión holística de las
interacciones entre el ser humano y su entorno, lo que es vital para enfrentar los
desafíos del siglo XXI (Corbetta, 2022). González y Rivera (2018) destacan que “la
educación ambiental en secundaria no solo debe enfocarse en la transmisión de
conocimientos, sino en la formación de competencias que permitan a los
estudiantes actuar de manera responsable y sostenible en su entorno.

La educación ambiental en secundaria es especialmente importante porque es en


esta etapa donde los estudiantes comienzan a desarrollar una visión más compleja
y crítica del mundo. A través de la educación ambiental, los estudiantes aprenden
a ver el entorno no solo como un conjunto de recursos naturales que deben ser
gestionados, sino como un sistema interrelacionado en el que sus acciones tienen
consecuencias directas. Este enfoque es fundamental para fomentar una ética

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ambiental en los jóvenes, que se traduce en comportamientos más responsables y
sostenibles a lo largo de sus vidas (Corraliza & Berenguer, 2000).

Calixto Flores (2020) enfatiza que la educación ambiental en los niveles de


bachillerato no solo debe centrarse en la transmisión de conocimientos, sino
también en la construcción de representaciones sociales que sean coherentes con
las necesidades y desafíos actuales. Al abordar temas como el cambio climático
desde una perspectiva integral que incluya tanto el conocimiento científico como
las percepciones culturales y sociales, se promueve un aprendizaje más
significativo y un compromiso más profundo con la sostenibilidad y la justicia
ambiental.

Martínez Romero (2018) también aporta que, en contextos donde la violencia y la


cultura de ilegalidad han dejado profundas cicatrices, la educación ambiental debe
ser una herramienta para la reconstrucción del tejido social. La autora subraya la
importancia de fortalecer la cultura ciudadana a través de prácticas pedagógicas
que promuevan la resolución pacífica de conflictos, lo cual es fundamental para
formar ciudadanos comprometidos con la paz y la sostenibilidad.

4. Fundamentos y Objetivos de la Educación Ambiental

La educación ambiental tiene sus raíces en la creciente conciencia sobre la crisis


ambiental global y la necesidad de formar ciudadanos capaces de responder a
estos desafíos. Desde sus inicios en la década de 1970, la educación ambiental ha
buscado no solo impartir conocimientos sobre la naturaleza, sino también
desarrollar una conciencia crítica sobre las interacciones entre la cultura, la
economía y el ambiente (Corbetta, 2022). Esta perspectiva es respaldada por
Corbetta (2019), quien argumenta que “la educación ambiental debe ir más allá de
la simple transferencia de conocimientos, promoviendo una comprensión crítica y
reflexiva de las problemáticas ambientales desde una perspectiva
interdisciplinaria”.

Los objetivos de la educación ambiental se centran en la formación de individuos


que no solo comprendan las problemáticas ambientales, sino que también estén
motivados para actuar en consecuencia. Esto incluye el desarrollo de habilidades
para la toma de decisiones informadas, la promoción de valores de respeto y
cuidado por el entorno natural, y la capacidad de participar activamente en la
búsqueda de soluciones a los desafíos ambientales. Como señala Ramírez (2019),
“la educación ambiental no solo busca informar, sino también empoderar a los
estudiantes para que se conviertan en agentes de cambio en sus comunidades”.

En este contexto, la cartografía social ha demostrado ser una herramienta efectiva


para la educación ambiental comunitaria, como lo evidencian las experiencias en
la comunidad Óscar Lucero Moya en Holguín, Cuba. El proyecto Mapa Verde utilizó
la cartografía social para visibilizar y analizar los conflictos socioambientales,
promoviendo la participación de la comunidad y fortaleciendo los lazos de
cooperación entre los actores involucrados (Gallardo Milanés et al., 2020). Este

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enfoque metodológico permitió la construcción colectiva de conocimientos y la
resignificación del contexto, contribuyendo así a una nueva relación entre la
comunidad y su entorno natural.

5. Intersección entre Cartografías Socioambientales y Educación Ambiental

Las cartografías socioambientales se presentan como un recurso didáctico que


fortalece la educación ambiental, permitiendo a los estudiantes visualizar y
analizar críticamente las dinámicas socioambientales en su entorno (Corbetta,
2019). Al involucrar a los estudiantes en la creación de mapas que reflejan su
comprensión de estos temas, se promueve un aprendizaje significativo que
trasciende las fronteras de las disciplinas tradicionales y fomenta la participación
en la construcción de un futuro más sostenible. Como apunta Álvarez (2021), “la
integración de cartografías socioambientales en la educación secundaria ofrece
una oportunidad única para que los estudiantes participen activamente en el
análisis y la resolución de problemas ambientales, desarrollando competencias
esenciales para la ciudadanía global”.

La intersección entre cartografías socioambientales y educación ambiental


permite un enfoque de aprendizaje que es tanto práctico como teórico, lo que
facilita una comprensión más profunda y holística de las problemáticas
ambientales. Las cartografías permiten a los estudiantes explorar visualmente las
interacciones entre factores sociales y ecológicos, lo que enriquece su capacidad
para identificar problemas y proponer soluciones. Este enfoque es especialmente
efectivo en la educación secundaria, donde los estudiantes están en una etapa
crucial de desarrollo cognitivo y pueden beneficiarse enormemente de métodos de
enseñanza que integren múltiples disciplinas (González & Rivera, 2018).

Calixto Flores (2020) argumenta que las representaciones sociales, al ser


productos de una construcción colectiva, pueden y deben ser transformadas a
través de la educación. En este sentido, las cartografías socioambientales se
convierten en un vehículo no solo para la adquisición de conocimiento, sino para la
redefinición de las percepciones y actitudes hacia los problemas ambientales. Esta
capacidad de las cartografías para mediar entre el conocimiento académico y las
representaciones sociales es clave para lograr un aprendizaje que no solo sea
informativo, sino transformador.

6. Herramientas y Metodologías para la Integración de Ambas Disciplinas

La implementación de cartografías socioambientales en el aula requiere de


metodologías que promuevan la participación y colaborativa de los estudiantes.
Estas incluyen proyectos de cartografía participativa, el uso de tecnologías digitales
como los sistemas de información geográfica (SIG) y actividades de trabajo en
equipo que permitan a los estudiantes investigar, analizar y representar
gráficamente las problemáticas ambientales de su entorno (Álvarez, 2021).
Corbetta (2022) subraya la importancia de estas herramientas al señalar que “las
tecnologías digitales, como los SIG, no solo enriquecen el aprendizaje, sino que

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preparan a los estudiantes para enfrentar los desafíos del futuro con un enfoque
basado en datos y análisis espacial”.

El uso de tecnologías digitales en la educación ambiental, como los SIG, permite a


los estudiantes interactuar con datos reales y llevar a cabo análisis complejos que
antes solo eran posibles en entornos profesionales. Esto no solo aumenta la
relevancia y el interés de los estudiantes en la materia, sino que también les
proporciona habilidades que serán cruciales en sus futuras carreras. Según
González y Rivera (2018), “la integración de tecnologías avanzadas en el aula no
solamente prepara a los estudiantes para el mundo laboral, sino que también les
permite participar de manera más activa y significativa en la construcción de
soluciones para los desafíos ambientales”.

Además, Calixto Flores (2020) enfatiza que la integración de metodologías


participativas es esencial para transformar las representaciones sociales del
cambio climático entre los estudiantes. Al involucrarlos directamente en el proceso
de creación y análisis de cartografías, se les permite experimentar de primera mano
cómo sus acciones y decisiones afectan al entorno. Esta experiencia práctica es
relevante para el desarrollo de una conciencia ambiental que no solo sea teórica,
sino profundamente arraigada en la realidad cotidiana de los estudiantes.

7. Experiencias Prácticas de Implementación en el Aula

Las experiencias prácticas de implementación de cartografías socioambientales


han demostrado ser valiosas no solo para el aprendizaje de los estudiantes, sino
también para la comunidad educativa en su conjunto. Al involucrar a los
estudiantes en proyectos de cartografía participativa, se promueve un aprendizaje
profundo y contextualizado que tiene un impacto duradero en la comprensión de
los problemas socioambientales locales (González & Rivera, 2018). Estas
experiencias permiten a los estudiantes conectar el conocimiento teórico con la
realidad de su entorno, lo que es crucial para un aprendizaje significativo. Álvarez
(2021) destaca que “la participación en la creación de mapas permite a los
estudiantes desarrollar un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia su
entorno, lo que es esencial para la educación ambiental”.

Las experiencias prácticas en el aula también han demostrado que las cartografías
socioambientales pueden ser una herramienta poderosa para promover la equidad
y la inclusión en la educación. Al involucrar a todos los estudiantes en el proceso
de creación de mapas, se asegura que cada voz se escuche y que las diversas
perspectivas y experiencias se consideren en el análisis de las problemáticas
ambientales. Este enfoque inclusivo es especialmente importante en contextos
educativos donde la diversidad cultural y social es una realidad cotidiana (Ramírez,
2019).

Calixto Flores (2020) destaca que las representaciones sociales desarrolladas a


través de estas experiencias prácticas reflejan una comprensión más matizada de
los problemas ambientales, que es crucial para una educación transformadora.

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Estas representaciones, al ser producto de un proceso de aprendizaje activo y
colaborativo, no solo informan sobre el cambio climático, sino que también
empoderan a los estudiantes para actuar sobre él, contribuyendo así a la
construcción de comunidades más resilientes y conscientes de su entorno.

8. Impacto y Beneficios de la Integración en el Aprendizaje

La integración de cartografías socioambientales en el aprendizaje no solo facilita la


adquisición de conocimientos, sino que también promueve el desarrollo de
competencias esenciales para la vida, como el pensamiento crítico y la capacidad
de trabajar en equipo. Estas herramientas permiten a los estudiantes explorar
diferentes perspectivas y desarrollar una comprensión más profunda de las
dinámicas socioambientales, lo que es fundamental para la construcción de una
ciudadanía informada y comprometida (Ramírez, 2019). Como señala Corbetta
(2019), “las cartografías socioambientales no solo contribuyen a la formación
académica, sino que también fortalecen la capacidad de los estudiantes para
participar en procesos de toma de decisiones informadas en relación con su
entorno”.

El impacto de la integración de cartografías socioambientales en el aprendizaje es


multifacético. Por un lado, estas herramientas permiten a los estudiantes conectar
los conocimientos teóricos con la práctica, lo que enriquece su comprensión y les
ayuda a retener mejor la información. Por otro lado, al trabajar en proyectos de
cartografía, los estudiantes desarrollan habilidades para la resolución de
problemas, la colaboración y la comunicación, que son relevantes para su éxito
tanto en el ámbito académico como en su vida futura (Álvarez, 2021).

Calixto Flores (2020) argumenta que la transformación de las representaciones


sociales a través de la educación tiene un impacto profundo en la forma en la que
los estudiantes perciben y se relacionan con el entorno. Al promover una educación
que no solo informe, sino que también transforme, se sientan las bases para una
ciudadanía activa y comprometida, capaz de enfrentar los desafíos del cambio
climático con conocimiento, creatividad y responsabilidad.

9. Conclusiones

La educación ambiental, apoyada en las cartografías socioambientales, ofrece una


oportunidad única para transformar la enseñanza en las escuelas secundarias,
promoviendo un aprendizaje que no solo es teórico, sino también práctico y
contextualizado. Estas herramientas permiten a los estudiantes visualizar y
comprender las complejas interacciones entre el ambiente y la sociedad,
fomentando así el desarrollo de competencias que son esenciales para enfrentar
los retos del siglo XXI (Corbetta, 2022).

En conclusión, la integración de cartografías socioambientales en la educación


ambiental no solo enriquece el aprendizaje, sino que también prepara a los
estudiantes para enfrentar los desafíos del futuro con una comprensión profunda y

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crítica de las problemáticas socioambientales. Este enfoque educativo no
únicamente es relevante para la formación académica, sino que también es
esencial para el desarrollo de una ciudadanía global, informada, comprometida y
capaz de actuar en favor de un mundo más justo y sostenible (Álvarez, 2021).

Finalmente, es crucial que los educadores y las instituciones educativas valoren y


promuevan el uso de cartografías socioambientales como herramientas
pedagógicas. Al hacerlo, se abrirán puertas hacia un futuro en el que la educación
ambiental ocupe el lugar que merece como un componente fundamental para la
formación de ciudadanos responsables y comprometidos con la construcción de
un mundo más equitativo y sostenible (González & Rivera, 2018).

10. Bibliografía:

1. Ascencio, J., Corraliza, J. A., & Berenguer, J. (2003). La cartografía social


como herramienta de análisis territorial. Editorial Académica Española.
2. Calixto Flores, R. (2020). Mirada compartida del cambio climático en los
estudiantes de bachillerato. Revista Mexicana de Investigación Educativa,
25(87), 987-1012.
3. Corbetta, S. (2019). Pensamiento ambiental latinoamericano y educación
ambiental. Revista de Ecología Política, 20(2), 34-56.
4. Corraliza, J. A., & Berenguer, J. (2000). La integración de saberes en la
cartografía ambiental. Geografía y Educación Ambiental, 5(2), 12-28.
5. Gallardo Milanés, O. A., Martínez Gallardo, L., & Reyes Bermúdez, A. (2020).
Educación ambiental e cartografía social: experiencias en una comunidad
de Holguín, Cuba. Soc. Nat., 32, 601-613.
6. Martínez Romero, E. L. (2018). Cultura ciudadana para la resolución pacífica
de conflictos: saberes y prácticas que la fortalecen. Revista Análisis, 50(92),
239-258. https://doi.org/10.15332/s0120-8454.2018.0092.11
7. Ramírez, P. (2019). Aplicación de herramientas cartográficas en la educación
secundaria. Cartografías Educativas, 7(4), 58-76.

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