Derecho Procesal Civil
Derecho Procesal Civil
Derecho Procesal Civil
Tarea Académica 1
Grupo 4
CURSO:
DOCENTE:
2024
INTRODUCCIÓN
El maltrato psicológico es una forma de violencia contra las mujeres e integrantes del
grupo familiar que afecta la salud emocional y mental de las víctimas, a menudo de
manera invisible pero profundamente destructiva. En el Perú, este delito está tipificado
en el artículo 122-B del Código Penal, que lo sanciona con penas de prisión cuando se
demuestre un daño psíquico en la víctima. A través de esta investigación jurídica, se
analizará un caso en base a una casación sobre maltrato psicológico en el ámbito
familiar, identificando las dificultades jurídicas en la acreditación del delito desde el
marco penal.
El caso "Casación 2215-2017 Del Santa" aborda una situación de presunta violencia
familiar en la modalidad de maltrato psicológico. El Ministerio Público presentó una
demanda contra Dina Delicia Alva de Diestra, alegando que había maltratado física y
psicológicamente a sus tres hijos menores de edad: J.Y.D.A. de 14 años, F.J.D.A. de
10 años y O.D.D.A. de 8 años. Según la demanda, la madre obligaba a los niños a
realizar tareas domésticas excesivas, como cocinar, lavar la ropa, regar y recolectar
pasto para los animales. Además, se afirmaba que los castigaba físicamente con una
correa y los amenazaba con impedirles ver a su padre si no obedecían sus órdenes.
El Ministerio Público apeló esta decisión. La Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
Del Santa, al revisar el caso, revocó la sentencia de primera instancia y declaró
fundada la demanda. Consideró que, a pesar de que los informes psicológicos no
mostraban indicadores claros de maltrato, sí existían elementos que apuntaban a una
afectación emocional en los menores atribuible al comportamiento de la madre. La
Sala tomó en cuenta informes sociales que describían a la demandada como una
persona violenta con antecedentes de conflictos con sus vecinos, lo que infería que
podía maltratar a sus hijos. Ante esta decisión, la demandada interpuso un recurso de
casación ante la Corte Suprema de Justicia. Alegó que se habían vulnerado sus
derechos procesales, específicamente el derecho al debido proceso y al principio de
congruencia procesal. Argumentó que la sentencia de segunda instancia no estaba
debidamente motivada y que se habían aplicado incorrectamente las normas legales
pertinentes, en particular el artículo 2 del Texto Único Ordenado de la Ley N° 26260 -
Ley de Protección frente a la Violencia Familiar.
Análisis jurídico del delito de maltrato psicológico tipificado en el artículo 122-B del
Código Penal, con especial referencia al caso jurisprudencial de la Casación 2215-
2017 Del Santa, emitida por la Corte Suprema de Justicia de la República. Se
examinarán los elementos constitutivos del delito, los desafíos probatorios en su
aplicación y las implicancias de la mencionada jurisprudencia en la interpretación y
aplicación de la norma penal.
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
HIPÓTESIS
OBJETIVOS
Objetivo General:
Objetivos Específicos:
MARCO TEÓRICO
DEFINICIONES DOCTRINALES
Intencionalidad
Involucra un componente intencional por parte del agresor que busca causar
daño emocional o ejercer control sobre la víctima de manera deliberada. A
través de actos de humillación, descalificación, amenazas y manipulación;
intentando dañar el estado mental de la víctima, lo cual es un elemento crucial
para configurar este delito. El artículo 122-B del Código Penal sanciona las
conductas que, de manera intencional, afectan la salud psíquica de la persona.
Patrón de Conducta
Suele presentarse como un patrón de conducta repetitivo ya que, si bien un
solo acto significativo puede causar daño, este tipo de maltrato generalmente
se caracteriza por ser sistemático y prolongado, donde las agresiones verbales
o manipulaciones emocionales son frecuentes y acumulativas. La Ley N°
30364 establece que no es necesario que los actos sean físicos o reiterados
para que se configure el delito de maltrato psicológico, siempre y cuando se
demuestre el daño emocional.
Dificultad en la Detección
Es difícil de detectar porque, a diferencia del maltrato físico, no deja marcas
visibles. El daño emocional es subjetivo y muchas veces no es evidente para
terceros. Las víctimas pueden tardar en reconocer que están siendo
maltratadas psicológicamente debido a la naturaleza gradual de este tipo de
violencia. En este contexto, los informes periciales psicológicos son usado s de
manera esencial para acreditar la existencia del daño psíquico o maltrato.
Impacto a Largo Plazo
El artículo 122-B del Código Penal tipifica el maltrato psicológico como un delito de
lesiones psíquicas y para que este delito se configure, es necesario que se acredite un
daño psicológico que afecte de manera significativa la salud mental de la víctima. Esto
plantea un problema jurídico clave: ¿cómo se determina y acredita el daño emocional?
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Es frecuente que coexistan diferentes tipos de maltrato y abandono, por ejemplo, Claussen y
Crittenden encuentran que un 90% de los niños físicamente maltratados o abandonados, según su
estudio, habían sido maltratados psicológicamente. Además, hallaron que este tipo de mal trato
predecía mejor posteriores alteraciones del desarrollo del niño que la gravedad del maltrato físico. Tras
el daño físico que puede resultar del maltrato o abandono, la mayoría de las secuelas afectan al
desarrollo psicológico, emocional y de la conducta, lo que implica que esta forma de maltrato debe ser
atendida como un mediador del dolor causado por otras formas de maltrato.
psicológico afecta la dimensión psíquica, es decir, los sentimientos, la autoestima, la
estabilidad emocional y la salud mental de la víctima. Este tipo de daño puede ser tan
grave como el físico, ya que puede llevar a la víctima a desarrollar trastornos
emocionales como ansiedad, depresión o estrés postraumático y no solo afecta a nivel
individual, sino que también tiene repercusiones sociales.
Como delito de resultado nos dice que para configurarse es necesario que el daño
psíquico se haya producido en la víctima y este deba ser probado mediante un informe
psicológico pericial que certifique la afectación emocional de la persona, pero la ley no
solo sanciona las amenazas o insultos de manera aislada, sino aquellas conductas
que generan un resultado perjudicial para la estabilidad emocional de la víctima. Este
delito se caracteriza por su dificultad probatoria, ya que, a diferencia de las lesiones
físicas, el daño psicológico no es visible a simple vista, de ahí que la jurisprudencia
haya resaltado la importancia de los informes periciales psicológicos como prueba
clave para demostrar el daño emocional.
Por otro lado, el maltrato psicológico se caracteriza también por la subjetividad del
daño ya que depende en gran medida de la percepción y experiencia emocional de la
víctima, dependiendo de factores como la vulnerabilidad emocional, la historia de la
víctima o el contexto en el que se producen los hechos haciéndolo un delito complejo
de juzgar, ya que requiere que el juez o fiscal entienda las circunstancias individuales
de la víctima y cómo las acciones del agresor han afectado su salud mental.
En este delito la autoría directa la ejerce quien realiza de manera personal las
acciones de violencia psicológica, como insultos, humillaciones o amenazas, que
dañen el estado emocional o psíquico de la víctima. Bajo esta modalidad, el autor es
quien tiene el dominio directo de las acciones que generan el maltrato. Por otro lado, la
autoría mediata podría configurarse si el maltrato es ejercido a través de un tercero, es
decir, cuando una persona induce o manipula a otra para que inflija el daño
psicológico, manteniendo el control de las circunstancias que llevan al maltrato sin
ejecutar directamente las acciones, en estos casos, la persona que manipula o induce
podría considerarse autor mediato, ya que tiene el dominio de la voluntad del tercero
que realiza los actos de maltrato.
En cuanto a la participación, Reátegui Sánchez explica la diferenciación entre
coautoría y complicidad. La coautoría en el maltrato psicológico se configura cuando
varias personas, de manera concertada, actúan para generar un daño emocional en la
víctima, y cada uno tiene un dominio funcional del hecho, contribuyendo de manera
significativa a los actos de maltrato.
Las causales de exención son aquellas circunstancias en las que, aunque se haya
cometido un hecho delictivo, la responsabilidad penal del autor queda excluida debido
a circunstancias particulares. Estas causales pueden ser de tipo objetivo o subjetivo, y
en el maltrato psicológico, aunque son menos frecuentes, algunas situaciones podrían
ser consideradas eximentes.
El artículo 20 del Código Penal establece que no es punible quien actúa bajo la
influencia de una fuerza irresistible o por coacción que anule su capacidad de decisión.
En el contexto del maltrato psicológico, esta causal podría aplicarse si el agresor
demuestra que actuó bajo intimidación o manipulación por parte de otra persona, lo
que anuló su libertad para actuar; sin embargo, esta eximente es difícil de probar en la
práctica, ya que el maltrato psicológico generalmente implica la intencionalidad del
agresor para causar daño emocional. Otra posible causal de exención es la
incapacidad mental o psíquica del agresor. Si el autor del maltrato psicológico sufre de
una enfermedad mental que le impide comprender la naturaleza de sus acciones o
actuar conforme a derecho, podría ser declarado inimputable, en estos casos, según el
artículo 20, se podría aplicar una medida de seguridad, como internamiento en un
centro de salud mental, en lugar de una pena privativa de libertad.
"El artículo 122-B del Código Penal peruano, que regula el maltrato psicológico,
presenta una deficiencia normativa al remitir al artículo 108-B para definir los contextos
de violencia familiar sin ofrecer un concepto claro. Aunque la Ley N° 30364 señala que
la violencia contra los integrantes del grupo familiar debe darse en contextos de
responsabilidad, poder o confianza, no proporciona una definición precisa de dichos
contextos. Esto ha generado una falta de criterio unánime entre los operadores de
justicia, quienes deben interpretar estos contextos basándose en casaciones,
acuerdos plenarios y doctrina. La ausencia de una definición clara conduce a una
aplicación inconsistente y a la absolución de agresores debido a la falta de
fundamentación adecuada, la inclusión de estos criterios añade mayor complejidad al
proceso de tipificación del delito y como resultado, se han archivado casos de
violencia psicológica por la falta de elementos de convicción, como la identificación del
daño en la víctima o la carga laboral de los fiscales. Esta situación genera impunidad y
angustia para las víctimas, quienes ven cómo sus agresores quedan exentos de
responsabilidad" (Zenteno Rodríguez, 2024, p. 4).
El que de cualquier modo cause lesiones corporales que requieran menos de diez días
de asistencia o descanso según prescripción facultativa, o algún tipo de afectación
psicológica, cognitiva o conductual que no califique como daño psíquico a una mujer
por su condición de tal o a integrantes del grupo familiar en cualquiera de los contextos
previstos en el primer párrafo del artículo 108-B, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de uno ni mayor de tres años e inhabilitación conforme a los
numerales 5 y 11 del artículo 36 del presente Código y los artículos 75 y 77 del Código
de los Niños y Adolescentes, según corresponda.
La pena será no menor de dos ni mayor de tres años, cuando en los supuestos del
primer párrafo se presenten las siguientes agravantes:
Sistema de tercios:
El sistema de tercios permite al juez modular la pena dentro de los límites establecidos
por la ley. La presencia de agravantes como los mencionados anteriormente, al
aumentar la gravedad del delito, impulsaría al juez a aplicar una pena más cercana al
límite máximo establecido para el delito; entonces en el caso en análisis de
configurarse el delito se deberían aplicar de la siguiente manera:
Sistema escalonado:
México - Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
también sanciona el maltrato psicológico, destacando la importancia de la
protección inmediata de la víctima mediante medidas cautelares y periciales
psicológicas que permitan acreditar el daño emocional.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
Gómez de Terreros Guardiola (2006). Maltrato Psicológico. Cuad Med Forense, 12.
Página web de Scielo. https://scielo.isciii.es/pdf/cmf/n43-44/08.pdf
Juárez Muñoz Carlos Alberto (2020). El delito de agresiones en contra de las mujeres
o integrantes del grupo familiar. Revista Lex N° 26.
https://app.vlex.com/search/jurisdiction:PE+content_type:4/psicologia+forense/
vid/857987602
Laurente Coaquira Silvia Verónica y Butrón Velarde, Hugo Félix: «¿Cómo determinar
adecuadamente el círculo de autores y de víctimas en el delito de agresiones
contra las mujeres e integrantes del grupo familiar (art. 122-B del CP)?».
https://lpderecho.pe/no-necesario-hechos-violencia-reiterados-graves-para-
persona-sufra-maltrato-psicologica-casacion-2215-2017-del-santa/
Ley N° 30364 - Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar.
Odriozola, E. E., de Corral Gargallo, P., & Andrés, P. J. A. (2004). Evaluación del daño
psicológico en las víctimas de delitos violentos. Psicopatología clínica legal y
forense, 4(1), 227-24 https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2515637