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Jean Jacques Rousseau.
Jean Jacques Rousseau es uno de los pensadores más importantes de la
historia de la filosofía política. Se ha ganado este reconocimiento a través de su fecundidad literaria y de la relevancia de sus ideas para la reflexión filosófica política en torno a los principios justos de la organización social. Su importancia se ve reflejada, además, en la multiplicidad de críticas que se le han formulado desde diferentes puntos de vista. Tanto autores conservadores como Edmund Burke, Joseph de Maistre o Leo Strauss, y pensadores liberales como Benjamin Constant, Bertrand Russell o Isaiah Berlin, han hecho a la obra del ginebrino sendas críticas que, justificadas o no, han generado una opinión común sobre Rousseau como un enemigo de la propiedad privada, de las libertades individuales y como un defensor del totalitarismo de la mayoría. No en vano se le culpa del terror jacobino durante la Revolución Francesa. Jean Jacques Rousseau marcó una anticipación a lo que sería un nuevo marco teórico y práctico de la manera de abordar la educación de los niños y jóvenes en las instituciones escolares. Partiendo de él nacen teorías educativas como formas de optimizar los procesos educativos. El mismo fue un filósofo, músico, botánico y naturalista de origen suizo. Su aporte a la educación lo realiza gracias a su tratado educativo el Emilio obra que genera grandes controversias en la Europa de aquel entonces ya que fue considerado un texto prohibido por efectuar muchas críticas al sistema imperante. Rousseau fue considerado una pieza importante para el periodo de la ilustración o siglo de las luces y la enciclopedia francesa. También se consideró seguidor de los planteamientos de Niccolò di Bernardo de Machiavelli mejor conocido como Nicolás Maquiavelo, Harles Louis de Secondat o barón de Montesquieu, Gottfried Wilhelm Leibniz entre otros. Los planteamientos de Rousseau fueron inspirados en la justicia, trabajo y demás valores que el ser humano pueda adquirir en la vida. Su aporte a la filosofía educativa y política lo hizo grande no solo por la capacidad de escribir temas relevantes y prohibidos. Su grandeza y principal virtud fue que no estuvo equivocado en sus planteamientos.
El Contexto político y educativo en la obra de Rousseau
Jean-Jacques Rousseau, fue un demócrata con ideas progresistas en una época en que todavía estaban vigentes las monarquías y la práctica de la inquisición católica llevada a cabo por la iglesia católica. El ginebrino se desenvuelve en un contexto conocido como el siglo de las luces XVIII. También se le denomina periodo la ilustración que tiene su origen en la Europa de la edad moderna y con sus raíces en Francia. Escribir de una manera crítica era atentar contra los poderes establecidos. Por lo tanto, Rousseau fue considerado conspirador y como consecuencia fue condenado y expulsado de varios países.
El soberano y su papel dentro del Estado desde la perspectiva de
Rousseau. Para Rousseau los pactos sociales son fundamentales en cualquier sociedad. Estos evitan el estado de la barbarie o primitivo, que no es otro que la fuerza por encima de la ley. En ese orden, consideró la participación del soberano en la construcción de normativas con el fin establecer derechos y deberes comunes. Al respecto, Rousseau (1959d), expresa: “Las leyes no son propiamente sino de las condiciones de la asociación civil. El pueblo sumiso a las leyes, debe ser su autor; corresponde únicamente a las que se asocian a regular las condiciones de la sociedad”. Como complemento, el ciudadano está en la obligación de participar en la elaboración y construcción de leyes de manera directa e indirecta una de ellas es haciéndole planteamientos a los legisladores. Sumado a lo expuesto, Rousseau (1959e), indica: “Puesto que las leyes emanan de la voluntad general, ni el príncipe está por encima de ellas, toda vez que es miembro del estado”. Es decir, las leyes tienen el propósito de establecer el orden social. En ese sentido, las monarquías el alto clero, las cúpulas militares, políticas o económicas no pueden estar exceptas de cumplir con lo que establece la ley. De acuerdo con el autor, consideró al soberano como un cuerpo capaz de generar propuestas para transformar el estado monárquico en un Estado social más justo. Visto de esa forma Zarka (2005a), manifiesta: “El pensamiento de Rousseau constituye un giro en la medida misma en la que funda un nuevo concepto de soberanía del pueblo que va a ocupar el centro de la reflexión política hasta nuestros días” (pág. 2). Dicho de otro modo, las ideas de Rousseau fueron de gran impacto en las revoluciones de los siglos XVIII, XIX, XX. Asimismo, Rousseau planteaba que el poder del soberano es inalienable e indivisible. Por lo tanto, no se puede negociar con el pueblo asuntos que vayan en su contra como los aspectos siguientes: el derecho de ser libre, expresar sus ideas políticas, religiosas y de decidir en todo lo que tiene que ver con el destino de la sociedad. Criticó a los políticos de la época por considerar al soberano un cuerpo sin principios y sin formación para generar ideas, debates y propuestas. De igual forma, planteaba que la fuerza y la voluntad estaban expresadas en los poderes legislativos y ejecutivo respectivamente. Lo que se traducía en impuesto y guerra algo que atentaba contra el soberano.
El Estado desde la visión de Rousseau
Con respeto al Estado, Rousseau lo definió como una persona que tiene que tener moral y que hace vida con sus semejantes. Esto conlleva a la unión de sus miembros. En la conformación del Estado participan varios factores sociales, en él debe existir un pacto social que regularice la convivencia entre los ciudadanos. De ese modo, lo conforman los individuos y los mismos se nutren de la tierra. Rousseau plantea un Estado que sea gobernable y para cumplir ese objetivo este no debe ser ni muy grande o muy pequeño. En este sentido, el primero de estos exige muchos recursos económicos y también un elevado número de hombres al servicio del Estado para poder contener las revueltas o rebeliones. También es indispensable contratar mano de obra con salarios elevados para los asuntos de gobierno. En consecuencia, un Estado gigante en extensiones territoriales se mantiene solo con el recargo de los impuestos al pueblo lo que genera decadencia en su calidad de vida. Por el contrario, un Estado pequeño es difícil de sostenerse por los pocos recursos económicos o humanos que este tenga, pero a la vez tiene la ventaja que la población tiene muchas cosas en común lo que hace que exista un sentido de pertenencia y amor por la nación. En el mismo orden de ideas, para Rousseau el gobierno lo conforman los magistrados también conocidos como reyes o poder ejecutivo. El mismo Consideraba que para que un gobierno sea bueno primero tiene que ser fuerte a medida del crecimiento de la población. A la vez, planteaba que el pueblo y gobierno deben contener sus acciones mutuamente. Del mismo modo, el gobierno debe distinguirse de los demás poderes del Estado por ser el administrador director de los recursos económicos. Es decir, el Estado siempre existirá por si solo y el gobierno se debe al soberano quien es él que lo ubica en esa función para que cumpla funciones transitorias en el poder político por y para la sociedad. Todos los miembros de un gobierno deben obrar y responder de acuerdo con las funciones para lo que ha sido colocado. Rousseau nos dice que el gobierno debe de gozar de buena salud o credibilidad dentro del pueblo eso le hace más fácil la gobernabilidad. Los gobernantes son prestados por un tiempo específico ya que cuando un gobierno dura mucho tiende a corromperse y a usar técnicas y estrategias inescrupulosas para seguir ostentando el poder.
Rousseau y su visión sobre la división de los gobiernos.
Rousseau condena el poder político en manos de un solo hombre. Al respecto, Rousseau (1959h), señala: “cuando el gobierno se encuentra en manos de un solo hombre, la fusión de la voluntad popular y la general es perfecta, y por consiguiente esta alcanza mayor grado de intensidad posible” (pág. 897). Es decir, cuando una sola persona se afianza en la función de gobierno se da cabida a luchas o rebeliones de los ciudadanos ya que estos solo quieren un bien común que es el de la participación social en los asuntos referentes a su nación. Por su parte, Rousseau como estudioso de las ciencias políticas e inspiradas en las ideas de Sócrates, Platón, Aristóteles, Montesquieu, Voltaire, entre otros, realiza un análisis histórico de los gobiernos que han existido a lo largo de la historia. Todo esto lo lleva efectuar una clasificación de la división de los gobiernos de la siguiente forma: Democracia, aristocracia y monarquía. En primer lugar, la democracia es para Rousseau la participación del pueblo en cuanto a la elección directa de sus representantes en el gobierno o lo que es lo mismo su libre autodeterminación en los asuntos de su país.
Bibliografía
Alirio José Abreu Suarez, O. M. (s.f.). Lo Político en Jean Jacque
Rousseau. Lo Político en Jean Jacque Rousseau. Gallo-Gómez, J. C. (2021). El programa filosófico-político de Rousseau: el vínculo teórico entre el Discurso sobre los orígenes y fundamentos. Universidad de Medellín. Suarez, A. J. (s.f.). La Filosofía Educativa de Jean Jacque Rousseau (1712- 1778). Ministerio Del Poder Popular Para La Educación,