Accidentes Mas Comunes
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1. Controle la hemorragia
Estas son dos maneras de controlar el sangrado:
Aplique presión directa sobre el origen del sangrado con una gasa o un paño para detener la
hemorragia.
Si un hueso roto ha salido al exterior, cubra la herida envolviéndola en una gasa o tela flojamente.
NO cause más daño haciendo presión directamente sobre el hueso o empujando el hueso a su
lugar.
2. Inmovilice la herida
Lo que debe hacer y lo que no debe hacer para evitar mover la parte lesionada:
Coloque un material rígido (tablilla) próximo a la herida, y amárrelo o sosténgalo en su lugar con
cinta adhesiva. Asegure la tablilla por encima y por debajo de la herida.
NO cause más daño al tratar de enderezar una herida.
NO asegure la tablilla apretándola demasiado. Si los dedos de los pies o de las manos se ponen
pálidos, fríos o se adormecen, afloje la tablilla inmediatamente.
Coloca hielo en la articulación lesionada. Esto puede ayudar a bajar la hinchazón controlando el
sangrado interno, así como la acumulación de líquidos en la articulación lesionada y alrededor de
esta.
Esguinse:
Después de los síntomas y dolor, debes dejar reposar la extremidad lesionada, evita las actividades
o cargar peso sobre la parte de tu cuerpo lastimada, por al menos 72 horas, dependiendo la
intensidad del dolor.
Coloca una compresa de hielo, esto permitirá que la lesión desinflame y si reaccionas rápido y
aplicas de inmediato, incluso evitar la hinchazón. La forma correcta es colocar el hielo
aproximadamente 20 minutos de cuatro a ocho veces al día, ¡siempre utiliza un lienzo para evitar
irritación en la piel!
Comprime la zona lesionada, si tienes una venda elástica, ¡es lo ideal!, pero si no es el caso con
algún lienzo o manga para realizar compresión y evitar movilidad.
Coloca almohadas o algún soporte que permita que eleves la zona afectada, esto ayudará a
disminuir la hinchazón.
Fisura:
Tranquilizar al paciente y moverlo lo menos posible. No quitar la ropa de la zona herida pues esto
puede producir mayor dolor.
Inmovilizar la zona afecta en la misma posición en la que esté con un vendaje o cabestrillo. Si hay
desplazamiento de huesos no intentar alinearlos.
Llevar el herido al médico.
Laceración:
Antes de manipular cualquier herida hay que lavarse las manos, primer paso en la prevención de
infecciones.
La mejor opción a la hora de limpiar una herida es utilizar agua fría y jabón neutro. Con cuidado de
no aplicar el jabón directamente en la lesión, se debe lavar con abundante agua y sin temor.
Especialmente en las raspaduras, donde pueden haberse introducido tierra, arena, o elementos
extraños, hay que frotar con insistencia aunque sea doloroso.
Si la lesión sangra, con una gasa estéril o un paño limpio aplicaremos presión durante unos 5
minutos.
Si el raspón cubre un área extensa es mejor utilizar gasas y vendajes para evitar el mayor contacto
con el exterior y que se infecte. Es muy importante mantener ese vendaje seco; si se moja habrá
que cambiarlo.
Si es un corte profundo y se observa que los dos bordes no se mantienen juntos es posible que
necesite puntos de sutura. Una vez limpia la herida se pondrá una gasa encima, y tranquilamente
se puede acudir al centro médico.
Existen pomadas antibacterianas que mantienen limpia la herida y proporcionan la humedad
necesaria para la curación de la piel. Se pueden utilizar junto con gasas o apósitos para tapar la
herida. Normalmente se mantiene durante 24 horas y luego se vuelve a limpiar y a cambiar.
Heridas:
Hemorragia: