Modelo Original Grecia
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Arquitectura
EL PARTENÓN
Nos encontramos ante el Partenón, construido en el siglo V a. C y localizado en la Acrópolis. Es uno de los edificios
icónicos de la historia de la arquitectura, además de ser el edificio más representativo del Arte Griego. Hoy en día,
aunque muy deteriorado sigue siendo uno de los reclamos turísticos más importantes de la ciudad de Atenas. Sus
arquitectos fueron Ictinos y Calícrates y Fidias fue el escultor encargado de su decoración.
Los griegos conciben el templo como la casa del dios, así que no estaban construidos para el culto ni para albergar
grandes masas. En su interior se albergaba la estatua del Dios y se habilitaba una sala, (el opistodomos) para las
ofrendas. Las ceremonias se realizaban en el exterior. Por tanto, la función del Partenón sería estrictamente
religiosa.
Tras el fin de las guerras médicas en el siglo V a. C. la ciudad de Atenas comienza una época de esplendor
económico, cultural y político tras liderar la Liga de Delos. Con la llegada de Pericles, alcanza su culmen, y bajo su
mandato comienza a construirse la Acrópolis de Atenas. El Partenón simboliza el triunfo de la razón y el sentido
cívico. Sus proporciones equilibradas y correcciones ópticas muestran cómo la razón se impone sobre los
sentidos. Su decoración escultórica transmite serenidad y perfección, incluso, la Atenea, diosa de la inteligencia y
de la sabiduría. Todo lo dicho, no responde sino a la manifestación de todo lo que entendemos como cultura
clásica griega, es decir, simetría, proporción, medida, armonía y serenidad.
Se trata de un templo octástilo y períptero de orden dórico, construido en mármol. Las columnas están dispuestas
de la siguiente manera 8 x 17, por lo que podemos decir que se trata de un templo con disposición regular de sus
columnas. En su interior encontramos la disposición clásica del templo: pronaos, naos y opistodomos, con
columnas dispuestas en dos pisos. En la naos se encontraría la famosa escultura de la diosa Atenea, realizada por
Fidias, en una escala colosal. Su construcción es arquitrabada o adintelada, y la cubierta es un tejado a dos aguas,
con dos grandes frontones en su parte frontal y posterior. Probablemente constaba de acróteras en las esquinas
inferiores de los frontones. Lo más destacado de su ornamentación son la metopas, dispuestas a lo largo del friso
exterior (realizadas por Fidias). Representan grandes batallas mitológicas como la Gigantomaquia, la
Centauromaquia, la Amazomaquia y la Guerra de Troya. Las esculturas de los frontones estaban dedicadas a la
diosa Palas Atenea. En el frontón principal (en el lado oriental), se encontraba el nacimiento de Atenea a partir de
la cabeza de Zeus. En el frontón occidental encontraremos la disputa entre Atenea y Poseidón por el Ática. En el
interior y rodeando el muro de la naos, encontraremos el friso de las panateneas, que representa una procesión
oferente a la diosa de la ciudad.
ERECTEION
Situado en la parte norte de la Acrópolis, fue construido en el siglo V a.C. y se discute su autoría, siendo
probablemente de Mnesiclés.
La función del templo era el culto a los dioses y héroes de Atenas y Ática. Como las ceremonias religiosas se
celebraban en el exterior, se aprecia el gran interés por la construcción de un exterior bello y elegante.
Nos encontramos en un momento de esplendor en el que Atenas es el centro cultural más avanzado del mundo,
bajo el gobierno de Pericles. En este contexto se dan los mejores filósofos, escultores y arquitectos. Tras la
destrucción de parte de la ciudad por las guerras médicas, Pericles crea un plan constructivo para el
embellecimiento de la Acrópolis que incluirá diversos templos como el Partenón, el templo de Atenea Nike, los
Propileos o el mismo Erecteion. Estos años coinciden con el desarrollo de la etapa clásica en arquitectura, que se
caracteriza por su armonía en la construcción, así podemos decir, que la arquitectura clásica será número,
proporción y equilibrio, que podemos apreciar en las columnas jónicas, mucho más esbeltas que las dóricas. Esta
esbeltez junto con las volutas en los capiteles hacía que se relacionara más con lo femenino y usualmente se
dedicaban a templos dedicados a diosas. Otro de los principios del arte griego será que la proporción reside en la
medida del hombre, por eso nos encontramos con templos que a pesar de su grandiosidad, quedan lejos de la
monumentalidad de la arquitectura egipcia. Sin duda, este particular edificio reúne los ideales de belleza griegos
basados en la concepción racional y ordenada de las proporciones del edificio.
Para la realización de la planta hubo que superar varios problemas: la irregularidad del terreno, y respetar el culto
a los dioses Atenea y Poseidón y al héroe Erecteo. Para compensar la irregularidad y el respeto a los cultos el
arquitecto realizó un exterior elegante y bello que atrajera la mirada de los atenienses.
Según la mitología, Zeus prometió la región de Ática a aquel dios que le consiguiera el mejor regalo. Poseidón
clavó el tridente sobre una roca y de ella brotó agua salada. Atenea plantó un olivo. Atenea resultó vencedora y
Atenas adoptó su nombre en su honor. De esta lucha legendaria quedan vestigios que determinarán la planta y el
alzado del Erecteion: el olivo de la diosa y la roca hendida por el tridente.
El templo es de orden jónico con estilizadas columnas que descansan sobre una basa formada por toro y escocia,
capitel con volutas y un entablamento con arquitrabe de tres bandas y friso continúo.
En el exterior encontramos cuatro fachadas. Al este, un bello pórtico jónico hexástilo y friso que contaba con
relieves. En el lado oeste, se empleó un orden mixto de semicolumnas jónicas. En el lado norte, y a un nivel
inferior, se construyó un segundo pórtico de 6 columnas jónicas. En el lado sur, está el pórtico, presidido por la
Tribuna de las Cariátides, sin entrada desde el exterior. Debajo de esta tribuna se encuentra la tumba del rey
Cecrope a la que se desciende por unas escaleras.
Las cariátides, que hacen la función de columnas son atribuidas a Calímacos, discípulo de Fidias. Cuando fueron
talladas lucían pulseras y joyas de gran belleza y sostenían sus vestidos con las manos. Los pliegues de la tela, el
cabello peinado con trenzas que caen sobre los hombros y otros detalles sensuales indican un gran naturalismo.
El nombre de Cariátides procede de las mujeres de Caria, esclavizadas por colaborar con los persas en las Guerras
Médicas.
Todo el edificio estaba rodeado de un entablamento con arquitrabe con tres franjas, friso con relieve continuo y
cornisa, sin embargo la tribuna carecía de friso de relieve corrido. Aunque se ha perdido se cubría a dos aguas y
por tanto con frontón y probablemente policromía.
El Erecteion es ejemplo de la audacia constructiva de su arquitecto, por la cantidad de soluciones que ofrece para
compensar el irregular emplazamiento del edificio. Presenta la elegancia del orden jónico, con los capiteles
mucho más decorados de lo habitual. Sabemos que estuvo policromado aunque se hayan perdido los restos de
pintura. Además, ofrece la solución de las Cariátides, llamativas por la belleza que presentan estas mujeres que
sostienen el pórtico.
El Templo de Atenea Niké es un templo dedicado a Atenea en su aspecto de diosa de la victoria, “Niké”. Fue
reconstruido por Calícrates en el siglo V a.C. pero edificado previamente en el siglo VI a.C. A diferencia de otros
templos más grandes como el Partenón, el Templo de Atenea Niké es de dimensiones reducidas y tiene una
estructura más sencilla, pero su estilo arquitectónico y su decoración lo convierten en un símbolo de gran
importancia religiosa y cultural.
Este templo tiene un profundo significado simbólico. Fue construido durante el periodo de esplendor de Atenas
tras las victorias en las Guerras Médicas, lo que contribuyó al optimismo de los griegos de que contaban con el
favor de los dioses. Aunque fue diseñado principalmente para albergar la estatua de Atenea, su construcción
estaba destinada a elevar el espíritu del pueblo ateniense, que seguía inmerso en conflictos como la Guerra del
Peloponeso.
Es una obra icónica construida en mármol pentélico de estilo jónico, que era comúnmente utilizado para templos
dedicados a deidades femeninas. Las columnas jónicas del templo son delgadas y elegantes, con una base con
molduras circulares que las separa del estilóbato (la plataforma sobre la que se asientan). Tienen 24 estrías y son
semicirculares. Los capiteles de las columnas presentan volutas características del orden jónico. Estas volutas
suelen estar decoradas con detalles delicados como óvalos o cuentas.
El templo cuenta con una distribución arquitectónica clásica. Tiene una naos o cella, que es la sala principal donde
se colocaba la estatua de la diosa, rodeada por el pronaos y el opistodomo, cada uno con cuatro columnas.
Además, el templo se asienta sobre una plataforma de tres gradas o peldaños (conocidos como crepidoma) sobre
una columnata. Al frente del templo se encontraba un altar donde se realizaban los sacrificios y las ofrendas a la
diosa.
Una de las características más destacadas del Templo de Atenea Niké es su friso continuo, decorado con relieves
en lugar de las metopas y triglifos que se ven en los templos de estilo dórico. Este friso está decorado con escenas
de batallas entre griegos y orientales, que probablemente hacen referencia a las Guerras Médicas. Este tipo de
decoración histórica es inusual en el arte griego, lo que le da al templo un valor artístico e histórico particular.
En cuanto a su ubicación, el templo se encuentra en lo alto de un bastión, un antiguo pilar micénico que
controlaba la entrada a la ciudadela. Alrededor del templo se construyó una balaustrada de mármol decorada con
bajorrelieves que representaban escenas de la diosa Atenea Niké, preparando sacrificios y celebrando los triunfos
militares de los atenienses.
En resumen, el Templo de Atenea Niké es una joya de la arquitectura griega clásica. Su armonía y proporciones
reflejan la búsqueda de los griegos por la perfección y la serenidad en el arte. Aunque pequeño en comparación
con otros templos, su detallada decoración escultórica, su simbolismo histórico y su estructura jónica elegante lo
convierten en una pieza clave del arte y la arquitectura de la Grecia clásica.
TEATRO DE EPIDAURO
Nos encontramos ante una imagen del Teatro de Epidauro, construido a mediados del siglo IV a. C. por el
arquitecto Policleto el Joven. Corresponde por tanto, al periodo del Primer Helenismo. Se encuentra en el
Santuario de Asclepio en Epidauro.
En cuanto al contexto histórico, el teatro de Epidauro fue construido durante el inicio del periodo helenístico,
marcado por la expansión de Alejandro Magno y la influencia cultural de Oriente y Occidente. La enorme crisis
social, económica y cultural que supuso la pérdida de la hegemonía de Atenas en la Hélade, dio paso a la
búsqueda de nuevas formas de expresión artística y al abandono de los principios estéticos que habían
predominado durante el clasicismo. A pesar de la monumentalidad del teatro y de su lujosa decoración escénica,
su diseño se basó en una concepción geométrica y racional, típica del clasicismo griego, lo que le otorga una
armonía y equilibrio únicos. Sin embargo, algunos rasgos, como la decoración excesiva y la grandiosidad del
espacio, reflejan la transición hacia el estilo más ostentoso del periodo helenístico.
El teatro de Epidauro cumplía una función social, cívica y cultural en la antigua Grecia. Se construyó como un
espacio para la representación de obras teatrales, incluyendo tragedias, comedias y sátiras, lo que lo convirtió en
un importante medio de difusión cultural. Además, el teatro de Epidauro es un atractivo turístico destacado en la
región de Corinto.
Fue concebido para garantizar una excelente acústica, visibilidad y capacidad de aforo. Su estructura se construyó
aprovechando la ladera de una montaña.
El teatro se dividía en tres partes principales: la orchestra, la skené y el koilon. La orchestra era un espacio abierto
y circular donde el coro cantaba y bailaba, y los actores accedían a ella a través de los paradoi. La skené, ubicada
detrás de la orchestra, era una estructura rectangular que incluía elementos decorativos y facilitaba la
escenografía de las obras. Esta estructura servía tanto de fondo visual como de espacio técnico para las
representaciones. La parte anterior al skené se llamaba proskenion y era una plataforma que servía como lugar
donde los actores realizaban la representación. Aunque la skené original ha desaparecido, se sabe que estaba
ricamente decorada con elementos como columnas y pilastras, y podía incluir complejos mecanismos escénicos,
como grúas para simular la aparición de dioses o plataformas móviles. En cuanto al koilon, era el graderío
semicircular destinado al público, construido en la ladera de la montaña. Este espacio estaba dividido en sectores,
y para facilitar el acceso del público, se añadieron pasillos semicirculares (diazoma) y escaleras. Los asientos más
cercanos a la orchestra, estaban reservados para las autoridades y sacerdotes, y estaban decorados con mármol e
inscripciones.
Escultura
KOUROS DE ANAVYSSOS
Nos encontramos ante una imagen del Kouros de Anavyssos, de autor desconocido, datada hacia el siglo VI a. C.
Pertenece al estilo escultura griega en el periodo arcaico.
Se trata de una obra escultórica exenta o de bulto redondo, de carácter naturalista e idealizado. Representa a un
joven atleta en pie y desnudo, con una larga melena trenzada que descansa sobre sus hombros y espalda. Está
realizada en mármol y se observa un gran dominio de la técnica escultórica con trabajo de puntero, cincel y
trépano. Destacamos su sonrisa arcaica o eginética con varias interpretaciones, incapacidad de esculpir los labios
e incluso algunos historiadores del arte buscan un tono burlesco en la condición humana ante los dioses,
interpretaciones en definitiva de carácter estético y antropológico.
La escultura arcaica griega se caracteriza por el uso de algunos convencionalismos heredados el arte egipcio.
Entre ellos la representación de una figura cerrada y simétrica, con los brazos pegados al cuerpo que transmiten
una enorme rigidez apenas quebrantada por la posición de una de las piernas que aparece adelantada. Otro de
los convencionalismos que encontramos es la utilización de formas geométricas como podemos observar en la
talla de las rodillas, las abdominales, el pliegue inguinal y la anatomía en general o en el tratamiento de los
cabellos. También observamos cierta falta de expresión que trata de paliarse con la sonrisa eginética que junto
con los ojos almendrados tratan de dotar de vida al bloque de mármol. También se recurre al uso de la ley de la
frontalidad ya que está concebida para ser contemplada desde una posición frontal, sin empleo de escorzos o
diagonales que planteen otros puntos de vista distintos. Así mismo el tratamiento de la luz es plano sin que se
busquen juegos de luces y sombras o claroscuros expresivos. En cuanto a la técnica se observa el uso de varias
texturas diferentes, una más pulida y brillante para la piel, y otra más mate y rugosa para los cabellos.
Los "kuroi" representaban atletas. Su función era votiva o conmemorativa y normalmente se ofrecían a los dioses.
A veces, como es el caso del Kouros de Anavyssos, se trataba de una escultura funeraria en honor a un joven
Kroisos, como reza la inscripción en su basa.
Desde el comienzo de la escultura arcaica, se establecen unos tipos "kuroi" y "korai" que representarán el gusto
por la representación de la figura humana y la búsqueda de la belleza ideal. De premisas heredadas del arte
egipcio irán incorporándose nuevas concepciones estéticas como la proporción, la armonía y en un plano
expresivo la serenidad o equilibrio de las emociones, que culminarán en la etapa clásica con obras tan
representativas como el Discóbolo de Mirón, el Doríforo de Policleto o el Apoxiómeno de Lisipo.
AURIGA DE DELFOS
Nos encontramos ante un original de bronce conocido como Auriga de Delfos. Fue encontrado en el santuario de
Delfos y datado hacia el siglo V a. C. Su realización se atribuye a Pitágoras de Regio y se enmarca dentro del Estilo
Severo, periodo previo al Clasicismo griego.
Se trata de una escultura de bulto redondo, en pie, aunque sabemos que formaba parte de un grupo escultórico
más amplio que constaría de la cuadriga, cuatro caballos y un esclavo, de los que se han conservado algunas
piezas. La escultura estaría realizada en bronce, seguramente estuvo policromada, por lo que sabemos se han
encontrado restos de plata en la cinta de la cabeza así como en los labios, además los ojos tienen incrustaciones
de pasta vítrea.
El Estilo Severo, supone la superación de muchos de los convencionalismos de la Etapa Arcaica. En el Auriga de
Delfos se pone de manifiesto la ruptura en muchos de los aspectos de la representación, por ejemplo, el giro de la
cabeza, los brazos proyectados hacia adelante o la torsión del cuerpo, que rompen con la concepción de
frontalismo, y también con la concepción de escultura bloque. A pesar de mostrar un movimiento mínimo, sin
duda, esta ruptura de la simetría imprime cierto movimiento frente a la rigidez arcaica. Además se observa una
concepción más naturalista, que utiliza el concepto de imitación de la naturaleza como concepto estético frente a
la abstracción geométrica arcaica. Por otro lado, observamos un modelado rico en detalles y texturas como
podemos ver en las superficies rugosas del pelo y el peplo, con aquellas lisas del rostro o los brazos. Por último
vemos un abandono de la sonrisa arcaica, para dar paso a una expresión contenida y serena, lo que conocemos
como el ethos griego, que representa el dominio de las pasiones y donde se considera virtud no transmitir las
emociones, que será ideal cívico y ciudadano de esta época.
El Auriga de Delfos, es una escultura conmemorativa, que representa la victoria del tirano Polyzalos de Gela en los
Juegos Píticos. Se discute si el auriga era el propio Polyzalos, o un corredor que corría con su cuadriga. En
cualquier caso, parece que la escultura fue realizada y expuesta en el Santuario de Delfos como ofrenda a los
dioses.
A partir del fin de las Guerras Médicas, comienza una etapa de explendor política, económica y cultural en la
Antigua Grecia. La instauración de la democracia en Atenas dio lugar a unos nuevos valores cívicos, como la
conciencia, la responsabilidad ciudadana, así como la virtud del dominio de las pasiones. Todos estos cambios en
lo político, en lo cívico y en lo cultural tuvieron su influencia en las artes plásticas, como ejemplo tenemos este
Auriga de Delfos, que a través de los conceptos de mímesis y ethos, adquiere un nuevo carácter estético, que será
el paso previo al pleno Clasicismo griego.
DISCÓBOLO DE MIRÓN
Nos encontramos ante una copia romana del conocido Discóbolo, cuyo autor fue Mirón. Realizada en el siglo V a.
C. podemos decir que es la primera obra del Clasicismo pleno dentro del arte griego.
Durante el Clasicismo, los artistas buscan la belleza ideal, entendida ésta como número y proporción entre las
partes. El arte no tiene otra función sino el arte en sí y es ajeno a otros significados de índole político o religioso.
El Discóbolo, es en este sentido, es una simple representación de la belleza ideal del cuerpo humano, de forma
racional, a través de la matemática. Seguramente la escultura estaría destinada a estar expuesta en un ágora o
cualquier otro espacio público.
Con el triunfo de la democracia en Atenas y durante el gobierno de Pericles, se llega a un periodo de esplendor en
lo político, económico y cultural. Es durante este periodo donde se forma el Clasicismo Pleno, que partiendo de
muchos de los avances que se llevaron a cabo durante el Estilo Severo, se introducen nuevos conceptos estéticos,
formados a partir de la idealización en la representación de la naturaleza, el ideal del cuerpo humano como
receptáculo de la inteligencia y sobre todo la introducción de la armonía, entendida como proporción entre las
partes, regida por la matemática, en la búsqueda de la representación ideal. Por tanto, la belleza, como criterio
estético, se expresa de un modo racional, se abandonan los temas mitológicos y se insiste en la representación
del cuerpo humano, derivado del carácter antropocentrista de la sociedad de la época
Se trata de una escultura de bulto redondo, figurativa, de naturalismo idealizado. Está tallada en mármol, aunque
seguramente el original fue fundido en bronce mediante la técnica de la cera perdida. Representa a un atleta en
el instante justo de soltar el disco, con todo el cuerpo flexionado y lleno de tensión, durante la celebración de
unos juegos.
Reúne muchas de las características del pleno clasicismo. En primer lugar, asistimos a un momento donde la
proporción, la armonía y el número forman parte del concepto estético de belleza. El semicírculo formado por los
brazos representa el equilibrio inestable dentro de una composición geométrica. El concepto de mímesis (copia
de la naturaleza) y el protagonismo del ser humano se funden en una idealización del cuerpo masculino como se
observa en el canon empleado, perfectamente equilibrado, así como en la representación de toda la anatomía. Se
supera claramente, el hieratismo arcaico, creando un movimiento sin precedentes en la escultura, a través de
diagonales contrapuestas y arcos formados por los brazos, lo que crea múltiples puntos de vista. El modelado, es
bastante plano, como podemos observar tanto en el pelo como en los músculos, lo que no crea grandes juegos de
claroscuros. A excepción del pelo, tampoco observamos diferentes tratamientos de las superficies, sin llegar a
obtener contrastes entre las texturas. Frente a la tensión del momento, contrasta el rostro casi inexpresivo, sin
duda, herencia todavía, del Estilo Severo.
El Discóbolo de Mirón fue muy afamado en su época e incluso en siglos posteriores, como sabemos a través de las
numerosas copias romanas.
DORIFORO DE POLICLETO
Nos encontramos ante copia romana del Doríforo, cuyo autor es Policleto. Realizada en el siglo V a.C, esta
escultura está considerada como una de las más representativas de la etapa Clásica del Arte Griego. Esta etapa
que comienza con la victoria sobre los persas, inicia una evolución de las formas de gobierno hacia la democracia
que se traduce, en el arte, con una evolución progresiva hacia el naturalismo.
Se trata de una escultura, tallada en mármol, aunque posiblemente el original fuese realizado en bronce. Es de
bulto redondo y representa a un joven atleta. Aparece representado de pie, con un brazo flexionado donde
seguramente portaría una lanza, o jabalina.
Seguramente tenía una función decorativa, y puede que de exaltación del deporte. Su significado último, está en
la intención del autor, de plasmar su ideal personal de belleza. Por lo que representa lo que Policleto llamó el
"Canon", es decir, el tipo ideal de belleza, en este caso, masculina.
Cumple con todas las características de la escultura griega en su periodo clásico como son la elegancia austera,
alejado de las formas hercúleas o los amaneramientos que veremos después con Praxíteles. Está sereno y
sosegado, lo que le imprime un aire de solemnidad y grandeza. En cuanto a la composición, observamos el uso del
"contrapposto", donde la mayor parte del peso apoya en una pierna, dejando la otra exonerada. Esta tensión se
libera con una ligera inclinación de la pelvis y en los hombros. Debido, a que el peso recae sobre una pierna, el
copista, ha incluido un estribo, en forma de roca, junto a la pierna que soporta el peso. En la parte superior, la
tensión recae sobre el brazo contrario a la pierna que soporta el peso, brazo, que aparece flexionado al portar
una lanza, mientras que el brazo contrario queda libre de tensión, la talla de la cabeza, mirando hacia un lado,
permite romper, así mismo, con el frontalismo y abrir la escultura a diferentes puntos de vista.
Es precisamente la utilización del "contrapposto", lo que confiere movimiento y dinamismo a la composición que
se aleja de la rigidez estática y geométrica de los kuroi, no obstante cabe hablar de un cierto resabio de arcaismo,
que se advierte en la talla de los pectorales planos, y las duras líneas de la cintura y la cadera, demasiado
marcadas.
Policleto, guiado por la idea de belleza como armonía y proporción, utiliza esta escultura para representar el
equilibrio entre las partes del cuerpo. La altura de la figura se basa en la medida de siete cabezas y media. El torso
se divide en tres secciones iguales, tomando como referencia la distancia entre el pliegue inguinal y el ombligo.
Del mismo modo, el rostro se divide en tres partes iguales: frente, nariz y mentón. Todo esto se hace con el
objetivo de lograr la proporción y armonía que conduzcan a la belleza ideal.
Esta escultura, junto con el "Discóbolo" de Mirón, inicia el Periodo Clásico de la Escultura Griega, y serán, modelos
a seguir, tanto en su composición, como en su interpretación de la belleza, a partir de variables como la
proporción y la armonía, que tendrán reflejo en artistas posteriores. Más tarde, en el Renacimiento, podremos
seguir su impronta en importantes obras, así como en otros periodos posteriores como el Neoclasicismo.
Nos encontramos ante una imagen de las metopas del Partenón. Su autor es Fidias, uno de los escultores que
expresa la plenitud de la Etapa Clásica. Están datadas hacia el siglo V a. C. Faltan piezas completas y las que se
conservan, están en su mayoría, deterioradas.
Forman parte de un conjunto de metopas que rodeaban el entablamento el Partenón, en la Acrópolis de Atenas.
Se tratan de piezas cuadras realizadas en mármol. Encontramos alto relieves figurativos y de carácter naturalista
idealizados, que representan en cada uno de los lados del templo una de las cuatro grandes luchas mitológicas:
Centauromaquia, Gigantomaquia, Amazonomaquia y la Guerra de Troya. Por los restos encontrados sabemos que
estuvieron policromadas.
Las composiciones realizadas por Fidias se adaptan totalmente al marco cuadrado de las metopas del Partenón.
Como observamos, las representaciones que reproducen escenas de los combates están dotadas de un gran
movimiento, encontrando a lo largo de las metopas un gran repertorio de posturas y escorzos que dotan de gran
dinamismo a la representación. Debemos añadir una gran riqueza plástica en texturas, como observamos en los
cabellos y sobretodo en las vestimentas, como capas y pieles de los guerreros, que a través de sus pliegues dotan
de movimiento y ritmo a la composición. Tanto los pliegues como la musculatura están bien marcados y mediante
el empleo de la diartrosis (forma desmesurada de representar las articulaciones como se observa en brazos,
hombros y el pliegue inguinal) da lugar a juegos de claroscuro que realzan el volumen de las figuras. Fidias parece
más preocupado por encontrar una belleza de tipo espiritual, donde incluso en el fragor de la batalla, los rostros
muestran serenidad y dominio de las pasiones, en consonancia con el espíritu religioso y cívico de la época.
Las metopas del Partenón tienen una función decorativa dentro de los templos de órden dórico, sirviendo de
soporte a la decoración escultórica del templo. El significado de las metopas forma parte de un ambicioso
programa iconográfico que Fidias diseñó para el Partenón, donde además de las metopas que representaban las
grandes guerras mitológicas, encontramos el friso de la panateneas en los muros exteriores de la cella, así como
los dos frontones, con dos grandes escenas, el nacimiento de Atenea en el frontón oriental y la dispuesta entre
Atenea y Poseidón en el frontón occidental. Con todo ello se pretende exaltar la grandeza de la diosa Atenea
patrona de la ciudad de Atenas.
Con Fidias llegamos al momento culminante de la escultura dentro del periodo Clásico. La escultura de Fidias se
destaca por movimiento, ritmo, riqueza plástica y expresiva, innovaciones compositivas o de representación como
la técnica de los paños mojados. Hace un uso de la libertad creativa, tanto en la representación de los personajes
como en la composición de escenas no vista hasta entonces, como hemos visto en las metopas del Partenón. En
definitiva, abre el camino a un nuevo tipo de expresión que tendrá grandes influencias en el postclasicismo
posterior, donde por un lado se buscará una belleza más amable y humana y por otro a la expresión del "pathos"
o el sufrimiento.
APOXIOMENOS DE LISIPO
Nos encontramos ante una imagen con una copia romana en mármol del Apoxiomenos, que quiere decir "el
raspador". La obra original, seguramente fundida en bronce se realizaría hacia el siglo IV a.C. y que podemos
enmarcar dentro del estilo conocido como Clasicismo Tardío o Postclasicismo, su autor fue Lisipo, uno de los
escultores más reconocidos y prolíficos de su momento.
Se trata de una escultura figurativa, de carácter naturalista con cierta idealización, esculpida en mármol,
representa un hombre desnudo en pie y de bulto redondo. El tema representado es uno de los más tradicionales
y predilectos de la estatuaria griega, ya que representa un atleta, en este caso, en el momento de limpiarse el
cuerpo con un estrígil, que servía para retirar el óleo o aceite con el que se untaban los atletas, y que tras la
competición se retiraba ceremoniosamente junto con el polvo y resto de suciedad.
Seguramente Lisipo sea el autor del Postclasicismo con más influencias del periodo anterior, como se adivina por
el tema elegido. No obstante, el atleta no se muestra en el momento del triunfo como el Diadúmeno de Policleto,
sino en un momento más cotidiano y carente de gloria y heroicidad. Lisipo demuestra un interés por volver al uso
de la matemática y la proporción como medida de belleza, empleando un canon, aunque en este caso
ligeramente superior al de Policleto, con una altura de 8 cabezas. Emplea también el contrapposto y la diartrosis
(forma desmesurada de representar las articulaciones como se observa en brazos, hombros y el pliegue inguinal)
aunque con un modelado más fino y elegante. El rostro del Apoxiomenos aparece inexpresivo, volviendo al
"ethos" clásico o la virtud de ocultar las pasiones o emociones. La gran diferencia con respecto a Policleto quizá
sea en la utilización de un gran escorzo, donde los brazos se adelantan, saliendo de los planos del cuerpo, que
obliga a abrir un poco más las piernas, creando una multiplicidad de puntos de vista y dando lugar a una
composición de carácter abierto.
Se desconoce la función de esta escultura, así como el lugar al que fue destinada. Es posible que se trate de una
escultura votiva u ofrenda a algún dios que además cumpla con la función de deleitar a través de la
contemplación de la belleza.
A finales del siglo IV a. C. la Hélade atraviesa un periodo de inestabilidad política y económica, lejos del esplendor
de la Atenas de Pericles, la mayoría de las polis griegas están a punto de sucumbir al poder de los macedonios.
Esta situación lleva a la sociedad a abandonar muchos de los ideales cívicos de la época Clásica y a incorporar
ideas de nuevas corrientes filosóficas como el estoicismo o el hedonismo. Esta crisis política, económica y social
tiene su reflejo en el arte, que si bien mantiene una gran capacidad técnica, busca la expresión de las pasiones.
VICTORIA DE SAMOTRACIA
Nos encontramos ante una imagen de la Victoria de Samotracia. Es una obra original y se atribuye al escultor
Pithókitos. Datada en el siglo II a. C., pertenece a la Escuela de Rodas dentro del periodo helenístico. Hoy se
encuentra expuesta en el Museo del Louvre en París, si bien su estado de conservación es bueno, es cierto que ha
perdido la cabeza y una de sus alas es fruto de una restauración.
La Victoria de Samotracia es una escultura de carácter figurativo, de bulto redondo y en pie. Está tallada en
mármol. El tema es mitológico, representando a una Atenea de la Victoria o Atenea Niké, como podemos apreciar
por sus alas desplegadas y estaría en un pedestal con forma de proa de barco.
La Victoria de Samotracia es una de las mejores expresiones del arte helenístico. Entre sus características
formales se encuentran la búsqueda del movimiento y el dinamismo frente al equilibrio del periodo clásico. En
este caso, el autor opta por una composición abierta, con unas líneas diagonales donde se enmarcan las alas, y el
propio cuerpo, que parece abalanzarse hacia el frente provocando esa sensación de desequilibrio. Además, el
empleo de la técnica de los paños mojados, da lugar a numerosos pliegues en el jitón, que se arremolinan a lo
largo del cuerpo, como si la figura avanzara contra el viento o como si se posara sobre la proa de un barco. El
modelado de los diferentes volúmenes anatómicos consiguen una gran expresividad, la anatomía se transparenta
a través del peplo, empleando la técnica que popularizara el gran Fidias, el estudio anatómico es perfecto, dando
lugar a unos volúmenes naturales y proporcionados, lo que contribuye a crear una escultura de gran belleza y
sensualidad.
Además encontramos un gran repertorio de texturas, sobre todo en los pliegues, que van desde los finos y
transparentes a los gruesos y arremolinados, también observamos texturas originales en la talla de las alas que
imitan la suavidad de las plumas, el conjunto transmite violentos contrastes de luces y sombras que contribuyen a
una mayor expresividad y dramatismo.
La escultura fue encontrada en el santuario de Cabiros en Samotracia en 1863. Cumpliría una función votiva y
conmemorativa, y seguramente celebraría la victoria de esta isla en una batalla.
Con las conquistas de Alejandro Magno, la cultura griega comienza a recibir nuevas influencias tanto en lo
político, en lo social como en lo artístico. En cuanto a lo artístico, comienzan a participar de nuevas tendencias
muchas llegadas de otras zonas mediterráneas como Egipto, Persia y Mesopotamia que contribuyen a crear un
arte que abandona la racionalidad y equilibrio clásicos y comienza una búsqueda del movimiento, el desequilibrio,
el dramatismo, la tensión, el patetismo y la representación del dolor o el sufrimiento además de otras emociones.
Durante este periodo se configuraron varias escuelas, que desarrollaron estilos distintos que se distinguían por la
representación más acentuada o menos de algunas características descritas anteriormente. La Victoria de
Samotracia, pertenece a la Escuela de Rodas, donde se acentúa el dramatismo, el movimiento y el desequilibrio.
Estos efectos también los podemos encontrar en otras obras de esta escuela como la conocida El Laocoonte y sus
hijos.
VENUS DE MILO
Nos encontramos ante una imagen de la conocida Venus de Milo, se trata de un original griego datado hacia el
siglo II a. C., encontrado en isla de Milo o Melos. Se desconoce su autor y pertenece al periodo helenístico,
pudiéndose inscribir dentro de la Escuela Neoática. Hoy se encuentra expuesta en el Museo del Louvre, y su
estado de conservación es bueno a pesar de la ausencia de sus brazos.
Nos encontramos ante una escultura figurativa de carácter naturalista, de bulto redondo, en pie y tallada en
mármol de Paros, en su origen estuvo policromada. El tema tratado es mitológico representando a través de un
semidesnudo femenino a la diosa Afrodita o Venus para los romanos.
La Escuela Neoática, dentro de las diferentes escuelas helenísticas, parece seguir con mayor fidelidad a los
grandes artistas postclásicos. Podemos observar en esta escultura las características del arte helenístico. En
primer lugar, se observa una búsqueda de movimiento y dinamismo que se contrapone con el equilibrio de la
etapa clásica. Así, la Venus de Milo se muestra con un marcado contrapposto que le confiere una forma sinuosa a
la escultura. La composición es claramente abierta, a pesar de la ausencia de los brazos, el autor utiliza una
composición helicoidal o con forma serpentinata, realizada con un suave y equilibrado giro del cuerpo hacia su
izquierda, que invitan al espectador a buscar múltiples puntos de vista. El estudio anatómico femenino es
detallado y elegante y de proporciones armoniosas, con volúmenes naturales que se alejan del geometrismo del
primer clasicismo como en el Doríforo de Policleto. La técnica es refinada dando lugar a numerosas texturas, en
particular destacan la suavidad y blandura de la piel de Venus, que se contrapone con los abigarradospliegues de
la túnica que cubren sus piernas, creando violentos contraste de luces y sombras que ayudan a reforzar el
dinamismo de la imagen. El rostro se muestra sereno, siguiendo la tradición clásica, huyendo de la expresión de
las emociones.
No conocemos muy bien su función ni el lugar al que estuvo destinada originalmente. No obstante, Afrodita o
Venus, fue siempre una de las diosas que recibieron mayor veneración en la Antigüedad Clásica, ya que
representaba el amor. Seguramente tuvo alguna función votiva o de ofrenda.
Nos encontramos con una imagen de la fachada del Altar de Zeus en Pérgamo. Se construyó entre el siglo II a. C.
durante el reinado del rey Eumenes II, para conmemorar su victoria sobre los celtas gálatas. Pertenece a la Época
Helenística y su arquitecto es desconocido. Su ubicación original era la acrópolis de Pérgamo, capital del reino
helenístico de Pérgamo.
Para su construcción se empleó mármol blanco, y todo el conjunto utiliza un sistema arquitrabado o adintelado.
Su configuración en planta presenta un crepidoma de cinco escalones sobre las que se eleva un basamento
macizo de una altura importante, sobre el que se sitúa un patio porticado con columnas dobles, donde se situaba
el altar y al que se accede por una escalinata monumental custodiada por dos alas laterales. Tanto el patio como
las alas laterales se presentan al exterior con una galería de columnas jónicas.
En el alzado destaca su fachada, en la que podemos distinguir dos cuerpos, uno macizo formado por el
basamento, decorado con relieves, y un cuerpo superior columnado. Las alas laterales, así como la enorme
escalinata de acceso ayudan a transmitir un sentido de monumentalidad al edificio.
El edificio tiene un sentido más escultórico que arquitectónico, como hemos visto a menudo en la arquitectura
clásica, ya que está concebido hacia el exterior, más que a la creación de un espacio interior que reúna fieles o
tenga otras características funcionales. Prima en todo momento su sentido estético sobre el funcional. Debido
también a su carácter conmemorativo.
En cuanto a la decoración, cabe destacar la enorme calidad de los altos relieves que se encuentran en un friso
corrido que recorre todo el basamento. Se muestran escenas de la Gigantomaquia, la lucha entre los dioses y los
gigantes. Llenas de torsiones, diagonales y tensión emocional, propias del periodo helenístico, el alto-relieve
proporciona una talla profunda llena de claroscuros, además de una bella factura técnica que se observa en la
profusión de la técnica de paños mojados.
El significado del Altar de Zeus en Pérgamo es conmemorativo, por la victoria de Eumenes II sobre los gálatas.
Serviría para cumplir funciones religiosas, donde probablemente se realizaran sacrificios en honor de Zeus.
Con la muerte de Alejandro Magno se marca el inicio de un nuevo periodo artístico en Grecia, conocida como
Etapa Helenística. Se caracteriza por la extensión de los conceptos del Arte Griego por todo el mundo
Mediterráneo, sobre todo por Asia, Mesopotamia y Egipto. Esta expansión se integró con tradiciones estéticas de
estos lugares, dando lugar a una simbiosis entre el arte griego y el arte oriental.
En cuanto a la arquitectura, aunque se continúan utilizando los mismos sistemas constructivos y elementos que
habían venido utilizando durante la Época Clásica, se da un cambio en la concepción del espacio arquitectónico,
abandonando criterios como el equilibrio, la medida, la proporción y la serenidad, que serán sustituidos por un
nuevo espíritu relacionado con la teatralidad y la monumentalidad, con ánimo de impresionar al espectador. En el
periodo helenístico ya no se preocupan en transmitir los valores cívicos de la ciudad, sino en transmitir el poder y
gloria de los nuevos monarcas. Siguiendo estos nuevos valores estéticos encontramos obras arquitectónicas
representativas como esta.