Seminario - Olfato
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PRESENTACIÓN Al OLFATO
El sentido del olfato es uno de nuestros sentidos químicos, el segundo para ser
específicos, se debe a que está encargado por medio de sus receptores, denominados
quimiorreceptores, de detectar sustancias químicas dispersas en el aire del exterior, a estas
sustancias las suelen llamar “olores”. Algunos ejemplos de los olores pueden ser: el de las
flores, la comida, un perfume, velas aromáticas, incluso el sudor de la persona a tu lado o el
detergente que utiliza en su ropa. Mencionar un olor es sencillo, intentar describirlo sería más
complejo, se podrían categorizar en agradable y desagradable o naturales y artificiales,
encontrar más diferencias es difícil.
A pesar de que la sensibilidad olfativa está poco desarrollada en los seres humanos en
comparación con muchos animales inferiores, es la única que posee una vía directa al
cerebro, y es el segundo lugar tras el sistema visual con 10 millones de células receptoras.
Tiene una gran importancia biológica, del mismo modo es importante dentro de la psicología.
La capacidad de percibir estos olores influye en la selección de alimentos y funcionamiento
de la digestión, gracias a que ayuda a detectar peligros, es fundamental para la supervivencia,
y se relaciona con la memoria, el comportamiento y las emociones.
Funciones
➢ Permite percibir y discriminar alimentos seguros.
➢ Reconocer a las otras personas o animales.
➢ Establecer relaciones afectivas.
➢ Refuerza la memoria (evocar recuerdos intensos).
EL ESTÍMULO
El estímulo oloroso se conoce formalmente como odorante o molécula odorífera,
consiste en sustancias volátiles que tienen una masa molecular de entre 15 y 300. Casi todos
los compuestos olorosos son liposolubles y de origen orgánico. Las moléculas odorantes
deben disolverse en la capa mucosa que recubre el epitelio olfatorio, ser reconocidas por los
receptores de odorantes presentes en las membranas de los cilios de las neuronas olfatorias,
dando lugar a una señal eléctrica que es enviada a áreas del SNC para su interpretación.
CÉLULA RECEPTORA
Los receptores olfatorios son telerreceptores, captan estímulos a distancia, no es
necesario que entre en contacto directo con las moléculas. El epitelio olfatorio es una
estructura conformada por dos placas de mucosa con tres células principales: neuronas
sensoriales olfatorias, células de soporte y células basales (células madre):
A. Neuronas sensoriales olfatorias: neuronas especializadas que poseen cilios con
receptores olfatorios. Estos receptores detectan las moléculas odoríferas y transmiten
la información al cerebro.
B. Células de soporte: proporcionan soporte estructural y metabólico a las neuronas
sensoriales. Ayudan a mantener el microambiente adecuado para la función olfativa.
C. Células basales: son células madre que se dividen continuamente para reemplazar las
neuronas sensoriales que se dañan o mueren.
Las células olfatorias son neuronas bipolares derivadas del sistema nervioso central.
En el epitelio olfatorio se pueden encontrar 100 millones de estas células intercaladas entre
las células de soporte. El extremo mucoso forma un botón desde el que nacen de 4 a 25 cilios
olfatorios (también llamados pelos olfatorios), que tienen un diámetro de 0,3 μm y una
longitud hasta de 200 μm, y se proyectan hacia el moco de la cara interna de las fosas nasales.
El moco que cubre la mucosa olfatoria actúa como una trampa para las moléculas
odoríferas. Los cilios olfatorios, que se proyectan hacia este moco, poseen receptores capaces
de reconocer y unirse a estas moléculas. Una vez que se produce esta unión, se activan las
células olfatorias y nos permite percibir los olores. Las glándulas de Bowman garantizan que
la superficie de la mucosa esté siempre húmeda y recubierta de moco, optimizando así el
proceso de detección olfativa.
Configuración general
● Tabique nasal: divide la cavidad nasal en dos fosas nasales.
● Meatos nasales: son los espacios que se encuentran entre los cornetes nasales.
● Abertura piriforme: es la entrada anterior de las fosas nasales.
● Coanas: son las aberturas posteriores de las fosas nasales que comunican con la
nasofaringe.
Revestimiento mucoso
● Mucosa respiratoria: Recubre la mayor parte de la cavidad nasal y contiene células
ciliadas y glandulares que producen moco. Su función es calentar, humidificar y filtrar
el aire inspirado.
● Mucosa olfatoria: Se encuentra en la parte superior de la cavidad nasal y contiene las
células receptoras olfativas, responsables de detectar los olores.
Irrigación e Inervación
● Arterias: La nariz está irrigada por ramas de la arteria carótida externa e interna.
● Nervios: La inervación sensitiva está dada por ramas del nervio trigémino, mientras
que la inervación olfatoria está a cargo del nervio olfatorio.
Los receptores olfativos residen en el epitelio olfativo, donde existen dos porciones
de epitelio de aproximadamente 2,5 cm cuadrados en cada fosa nasal. Se sitúa en la parte
superior de la cavidad nasal, sobre la placa cribosa del h. etmoides. (meato nasal superior).
En sentido medial, se dobla hacia abajo a lo largo de la superficie del tabique en su parte
superior; en sentido lateral se pliega sobre el cornete superior e incluso sobre una pequeña
porción de la cara superior del cornete medio.
La célula receptora tiene una vida de entre seis y ocho semanas, dada su exposición al
ambiente, Las “células basales” ubicadas en la membrana nasal, son las células madre que
darán lugar a nuevos receptores. Envían prolongaciones dendríticas que se ramifican
formando cilios que penetran en la capa de moco de la superficie mucosa. Las partículas
olorosas quedan atrapadas y se disuelven en el moco estimulando a los cilios de las células
receptoras.
El Bulbo Olfatorio se localiza en la base del cerebro en los extremos del tracto
olfatorio. Los axones de las células receptoras tienen como destino uno de los bulbos
olfatorios, donde hacen sinapsis con dendritas de las segundas neuronas de la vía que envían
sus axones al resto del cerebro a través del tracto olfatorio.
Estos axones se proyectan a:
● Núcleo olfatorio anterior (interconexión).
● Corteza piriforme (corteza olfatoria primaria): se proyecta al tálamo e hipotálamo, que
a su vez proyectan a la corteza orbitofrontal. La corteza orbitofrontal también recibe
información gustativa, por tal motivo podría estar involucrada en la combinación
gusto y olfato en el sabor.
● Amígdala: envía información al hipotálamo
● Corteza entorrinal: envía información al hipocampo y la corteza orbitofrontal.
Los axones de las células del bulbo olfatorio forman el nervio olfatorio (1er par
craneal). Cuando el nervio olfatorio alcanza la zona perforada anterior se divide en dos
ramas:
1. Estría olfatoria medial, se decusa al bulbo contralateral.
2. Estría olfatoria lateral - eferencia amigdalina y prepiriforme (área primaria) - área
entorrinal (28) corteza olfatoria secundaria.
VÍAS OLFATORIAS
La información olfatoria se transmite desde el bulbo a diversas regiones del cerebro a
través de 2 vías, cada una con funciones específicas:
● Área olfatoria medial o Sistema olfatorio primitivo: las proyecciones del bulbo van a
los núcleos septales que son un conjunto de estructuras subcorticales que se sitúan entre el
hipotálamos, el cuerpo calloso y el septum pellucidum. Estos núcleos se nutren en el
hipotálamo y las zonas primitivas del sistema límbico.
○ Comportamientos básicos como lamerse los labios, salivar o reacciones alimentarias o
impulsos emocionales causados por olores a la comida tienen relación con esta vía.
● Vía principal o Área olfatoria lateral: también llamado sistema olfatorio antiguo. La
mayor parte de las proyecciones del bulbo olfatorio se dirigen hacia la corteza
prepiriforme y piriforme, la amígdala y el sistema límbico (especialmente el hipocampo).
○ Corteza piriforme: implicada en la percepción consciente de los olores, la
discriminación entre diferentes olores y la formación de memorias olfativas. Es decir,
gracias a está región, podemos distinguir entre el olor de un perfume y otro. O entre ese
mismo perfume y el vinagre a nivel consciente.
○ Amígdala: juega un papel fundamental en las respuestas emocionales asociadas a los
olores, como el miedo, el placer o la aversión.
○ Hipocampo: trabaja en conjunto con la amígdala, vinculando la respuesta emocional a
los recuerdos de los olores. Presentemos el siguiente caso, estamos subiendo el Ávila
caminando y percibimos un fuerte olor a humo.
1. Luego de que el odorante del humo haya pasado por la transducción y
la codificación, se dirigirá a la corteza piriforme quien nos dice que ese
olor es humo.
2. Al detectar ese olor que está previamente asociado al peligro (fuego),
la amígdala (recordemos que es la estructura cerebral encargada de
procesar las emociones) entra en acción. Y sentiremos miedo en
presencia de la posibilidad de un incendio. Aumentará nuestro ritmo
cardiaco y respiratorio (nos preparamos para la huida). Empezaremos
a sudar y nuestros músculos se tensarán. ¡Todo ese proceso gracias a
que detectamos un simple olor!
3. Pero eso no es lo único que ocurre. Aquí es cuando entra el sistema
límbico, específicamente el hipocampo. Éste vinculó el olor a humo
con la experiencia emocional de miedo. Creando en la memoria
implícita, haciendo que la próxima vez que percibamos un olor
familiar, nuestro cuerpo reaccione de manera similar sin que tengamos
que recordar esta experiencia previa.
Otros ejemplos pueden ser el aroma de la comida casera; podemos
evocar sentimientos de nostalgia y amor, activando recuerdos de la
infancia. O incluso la aversión alimentaria.
● Vía accesoria: una pequeña proporción de las fibras olfatorias se proyecta hacia el tálamo
y luego a la corteza orbitofrontal. Esta vía está involucrada en la integración de la
información olfativa con otras modalidades sensoriales, como el gusto y la visión, y en la
toma de decisiones.
Conceptos claves:
● Los receptores: son células bipolares. Aproximadamente hay unos 100 millones
● Cilio: cada cilio de cada neurona está compuesto por solo un tipo de receptor.
● Cuando se produce la unión molécula del odorante con el receptor, se activa una proteína
G llamada Golf. Esta proteína actúa como un segundo mensajero, transmitiendo la señal
desde el receptor hacia el interior de la célula.
● La proteína G activa la enzima adenil ciclasa, que sintetiza la conversión de ATP en
AMPc. El AMPc (adenosina cíclica) amplifica la señal inicial y desencadena una serie de
reacciones en cadena.
● El aumento en los niveles de AMPc provoca la apertura de canales iónicos de sodio (Na +)
hacia el interior de la célula. Lo que despolariza la membrana, generando un potencial de
receptor.
● Si la despolarización alcanza el umbral, se genera un potencial de acción.
● Acción en el Bulbo Olfatorio: en los bulbos olfatorios las células receptoras hacen
sinapsis con las células mitrales (quienes reciben la información de las neuronas olfativas,
la integran y envían a otras regiones cerebrales) y glomérulos olfatorios. Cada glomérulo
recibe unos 25 mil axones. Hay evidencia de que cada glomérulo responde a un olor
específico.
● Al 1er par craneal: las células mitrales y glomérulos olfatorios envían axones al 1er par
craneal y de allí a las vías antes explicadas.
● Cada neurona olfatoria contiene un único tipo de receptor, lo que quiere decir que cada
neurona está sintonizada para responder a un conjunto específico de moléculas odorantes.
● Las neuronas olfatorias que expresan el mismo receptor proyectan sus axones hacia un
glomérulo específico en el bulbo olfatorio. Esta organización espacial crea una especie de
mapa olfatorio, donde glomérulos cercanos responden a olores químicamente parecidos.
● Un olor particular activa un patrón único de glomérulos. La combinación de glomérulos
activados, junto con la frecuencia del potencial de acción, le da al cerebro la información
necesaria para discriminar entre entre diferentes olores.
Otras anomalías mucho más raras del sentido del olfa-to, como la anosmia general (falta
completa de sensación olfativa) o la fliposmia (disminución del sentido del olfa-to), pueden
deberse a infecciones respiratorias y, a me-nudo, son transitorias. La anosmia o la hiposmia
crónicas pueden ser consecuencia de lesiones del epitelio olfato-rio causadas por infecciones
y lesiones craneales que afectan a los lugares por donde pasan los nervios olfato-rios en la
lámina cribosa, que pueden quedar bloqueados por el tejido cicatricial, o a enfermedades
concretas como la de Parkinson. Las convulsiones epilépticas pueden provocar alucinaciones
olfativas de hedores repugnantes (cacosmia).