Hay Un Alcohólico en Su Vida
Hay Un Alcohólico en Su Vida
Hay Un Alcohólico en Su Vida
alcohólico
en su vida?
El mensaje de
esperanza de AA
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Literatura aprobada por la Conferencia de Servicios Generales de AA.
Alcohólicos Anónimos® es una comunidad de
personas que comparten su mutua experiencia,
fortaleza y esperanza para resolver su proble-
ma común y ayudar a otros a recuperarse del
alcoholismo. El único requisito para ser miem-
bro de AA es el deseo de dejar la bebida. Para
ser miembro de AA no se pagan derechos de
admisión ni cuotas; nos mantenemos con nues-
tras propias contribuciones. AA no está afiliada
a ninguna secta, religión, partido político, orga-
nización o institución alguna; no desea interve-
nir en controversias; no respalda ni se opone a
ninguna causa. Nuestro objetivo primordial es
mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohóli-
cos a alcanzar el estado de sobriedad.
© AA Grapevine, Inc.,
reproducido con autorización.
© Alcoholics Anonymous
World Services, Inc., 2024.
Dirección postal:
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7M – 7/24 (GP)
¿Hay un alcohólico en su vida?
El mensaje de esperanza de AA
Si alguno de sus seres queridos tiene un proble-
ma con la bebida, este folleto le brindará informa-
ción sobre un programa sencillo de recuperación.
Con ayuda de AA, más de dos millones de per-
sonas que en una época bebían en exceso tienen
ahora una vida agradable y productiva sin alcohol.
Desde hace más de ocho décadas, Alcohólicos
Anónimos funciona eficazmente para hombres y
mujeres de todo tipo, procedentes de los ambien-
tes más diversos. Antes de ingresar en AA, la
mayoría había intentado controlar la bebida por
sus propios medios; únicamente después de
haber fracasado repetidas veces en lograr el con-
trol, llegaron a reconocer que eran impotentes
ante el alcohol. Al principio, no podían imaginarse
la vida sin él; obviamente, no querían admitir su
alcoholismo. Sin embargo, con la ayuda de otros
miembros de AA, supieron que no tenían necesi-
dad de beber. Descubrieron que la vida sin alco-
hol no era únicamente posible, sino que, además,
podía ser feliz y profundamente gratificante.
A menudo, a las personas más allegadas a un
alcohólico les resulta sumamente difícil ver y
admitir que alguien a quien tienen cariño puede
ser un alcohólico. Les parece que algo así no
puede ser cierto. En su afán por negar la grave-
dad del problema, puede que por algún tiempo
crean en las promesas del alcohólico. Pero la
reiterada ruptura de estas promesas —y las difi-
cultades cada vez mayores— obligan finalmente
a quienes conviven con el alcohólico a reconocer
la verdad.
Entonces comienza la búsqueda desesperada
de una solución. Al sentir que todo su amor y sus
esfuerzos para ayudar han sido en vano, se desa-
niman profundamente. Si alguna vez se ha senti-
do así, le dará esperanza conocer las experiencias
de los esposos y esposas, parientes, parejas y ami-
gos de miembros de AA que también se sintieron
alguna vez así, pero han visto a los bebedores
problemáticos a quienes aman librarse de la com-
pulsión por la bebida.
En este folleto, encontrará respuestas a
muchas preguntas que la gente se hacía antes y
después de que el alcohólico en cuestión se uniera
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a AA. Si los bebedores problemáticos se niegan a
aceptar que tienen dificultades con el alcohol —o
si les molesta la insinuación de que las tienen—
las siguientes páginas pueden ayudarle a saber
qué puede y qué no puede hacer. Si la persona
que padece alcoholismo ya se ha unido a AA, la
siguiente información le ayudará a usted a enten-
der la manera de vivir de nuestra comunidad.
El breve Preámbulo de AA —que suele leerse
al comenzar cada reunión— es, quizá, el mejor
resumen de lo que es y hace AA. Dice:
«Alcohólicos Anónimos es una comunidad de
personas que comparten su mutua experiencia,
fortaleza y esperanza para resolver su problema
común y ayudar a otros a recuperarse del alcoho-
lismo. El único requisito para ser miembro de AA
es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro
de AA no se pagan derechos de admisión ni cuotas;
nos mantenemos con nuestras propias contribucio-
nes. AA no está afiliada a ninguna secta, religión,
partido político, organización o institución alguna;
no desea intervenir en controversias; no respalda
ni se opone a ninguna causa. Nuestro objetivo pri-
mordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros
alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad».
Comprendiendo su problema
En el presente, más de dos millones de hombres
y mujeres han dejado de beber en Alcohólicos
Anónimos. Entre ellos figuran todo tipo de perso-
nas —desde adolescentes hasta octogenarios—.
Del panorama de sus miembros se desprende
que AA ha podido ayudar a mujeres, hombres,
personas de edad avanzada, jóvenes, ricos,
pobres, y tanto a quienes tienen una educación
esmerada como a quienes no tienen ninguna.
Este folleto —al igual que las demás publica-
ciones de AA— se basa en la experiencia, no en
teorías; en la experiencia de las personas cerca-
nas a los alcohólicos, de quienes saben lo que
es vivir con ellos—. Si estas personas pudieran
hablar con usted, tal vez le dirían: «Sabemos a lo
que se enfrenta. Sabemos lo difícil que es vivir
con un bebedor problemático; lo que es ver las
relaciones íntimas desgarradas por la ira y los
conflictos irracionales; lo que es ver destrozada
la vida familiar; lo que es ver cómo el dinero se
gasta, no en necesidades, sino en licores o en
hospitalizaciones relacionadas con el alcoholis-
mo; lo que es ver crecer a los hijos en circunstan-
cias anormales, imprevisibles… Pero todos noso-
tros sabemos que, si la persona a quien usted
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quiere reconoce su problema, y verdaderamente
desea dejar de beber, hay una solución que le ha
funcionado a nuestros seres queridos y también
puede funcionarle al suyo».
A pesar de todos los problemas que el alcohol
haya causado, tal vez se resista usted a admitir
que su ser querido sea alcohólico —un bebedor
problemático, sí, pero no un alcohólico—. Quizá esa
palabra tenga para usted demasiadas connotaciones
desagradables. Incluso si el alcohólico admite serlo,
es posible que usted no quiera admitirlo. Muchas
personas han sentido lo mismo por un ser querido,
hasta que reconocieron que el alcoholismo es una
enfermedad —un hecho médicamente compro-
bado—. Anteriormente, las personas cercanas al
alcohólico pensaban que, de alguna manera, ellos
mismos podrían haber sido los responsables. No
sabemos cómo ni por qué se origina el alcoholismo;
pero las relaciones posteriores, siendo ya adultos,
aparentemente influyen poco en su gravedad o en
su progresión. El alcoholismo —como la mayoría
de las enfermedades no contagiosas— es asunto
exclusivo del desafortunado que lo padece. Nadie
—ni lego ni científico— está seguro de su causa.
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tadamente a una juerga desenfrenada —a estos
suele llamárselos bebedores periódicos—.
Algo que todos los alcohólicos tienen al pare-
cer en común es que, con el tiempo, su manera
de beber empeora. No existe ninguna eviden-
cia segura de que una persona alcohólica haya
podido volver a beber con moderación, social-
mente, por mucho tiempo. No se puede ser solo
«un poquito alcohólico». Ya que la enfermedad
empeora por etapas, algunos alcohólicos presen-
tan síntomas más graves que otros. No obstante,
una vez que los bebedores problemáticos han
cruzado el umbral del alcoholismo, ya no pueden
dar marcha atrás.
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al mismo grado de deterioro físico o mental
antes de buscar ayuda. A grandes rasgos, un
alcohólico puede encontrarse en cualquiera de
las cuatro fases siguientes:
1. Al parecer, estas personas solo son bebe-
dores empedernidos. Pueden beber a diario —o
con menor frecuencia—; y en exceso, solo oca-
sionalmente. Gastan demasiado en licor y pueden
estar empezando a deteriorarse física o mental-
mente —aunque se nieguen a reconocerlo—. Su
comportamiento es a veces molesto; no obstante,
suelen insistir en que pueden controlar el alco-
hol —que, dicen, es esencial para su trabajo—.
Posiblemente, se ofenderían si alguien los llamara
alcohólicos. En esta fase, pueden estar ya en el
umbral que separa al bebedor social del compul-
sivo. Quizá algunos puedan moderarse al beber,
o incluso dejar de beber completamente; otros
cruzarán el umbral, perdiendo cada vez más su
capacidad para controlarse, hasta convertirse en
alcohólicos.
2. En esta fase, los bebedores pierden el con-
trol sobre su manera de beber y empiezan a preo-
cuparse por ello. No pudiendo abstenerse de beber
—aun deseándolo—, las personas de este grupo a
menudo exhiben una total falta de control cuando
beben; incluso llegan a admitirlo al día siguiente.
No obstante, están seguros de que «la próxima vez
será diferente». En ese punto, los bebedores sue-
len comenzar a usar diversas «artimañas para con-
trolarse»: beber únicamente vino o cerveza; beber
solamente los fines de semana o durante ciertas
horas del día o de la noche; idear una estrategia
para espaciar los tragos. Tal vez se tomen una copa
«medicinal» por la mañana, para calmar sus ner-
vios. Después de una borrachera prolongada, sien-
ten remordimientos y quieren dejar de beber. Sin
embargo, apenas se sienten bien, vuelven a creer
que la próxima vez podrán beber con moderación.
Quizá puedan todavía cumplir bastante bien con
sus responsabilidades de trabajo o en el hogar. Les
parece absurda la idea de que su consumo de alco-
hol probablemente empeorará progresivamente y
pueda provocar que pierda a su familia, su empleo,
o el cariño que otras personas les tienen. Mientras
tanto, dicen que quisieran dejar de beber. Como
dirían quienes llevan tiempo en AA: «Quieren que-
rer dejar de beber».
3. Estos bebedores ya han rebasado la segun-
da fase: han perdido amistades, no pueden con-
servar ningún trabajo, y sus diversas relaciones
personales están destrozadas. Tal vez habrán con-
sultado con médicos y ya han comenzado el ago-
9
tador peregrinaje por hospitales y centros de des-
intoxicación. Saben perfectamente que no pueden
beber normalmente, pero no pueden entender por
qué. Desean sinceramente dejar de beber, pero no
pueden. Parece que nadie puede ayudarlos a man-
tenerse sobrios. A medida que tratan de encontrar
la forma de mantenerse sobrios, se desesperan
cada vez más. Generalmente, han buscado algún
tipo de asesoramiento y quizá han seguido alguna
dieta especial o terapia de vitaminas —y, por un
tiempo, su condición mejoró—; no obstante, su
deterioro va en aumento. Pierden totalmente el
interés en las relaciones sociales constructivas,
en el mundo a su alrededor, incluso en la vida. Lo
único que transmiten de manera constante es la
lástima que se tienen.
4. En esta última fase, los bebedores pueden
parecer desahuciados. A estas alturas, ya han
estado en un centro de tratamiento tras otro. A
menudo violentos, parecen dementes o ajenos a la
realidad cuando están borrachos. A veces, incluso
se las arreglan para beber a escondidas de cami-
no a casa, saliendo del hospital. Pueden llegar a
tener alucinaciones por causa del alcohol —los
llamados delirium tremens—. Llegado este punto,
los médicos recomiendan a veces internarlos
en un hospital psiquiátrico —quizá ya ha tenido
usted que hacerlo—. En muchos sentidos, parece
que estos bebedores ya no tienen remedio. No
obstante, la experiencia de AA ha demostrado
que, por muy bajo que hayan caído por su alco-
holismo, son muy contados los bebedores que
se hallan más allá del alcance del mensaje de
esperanza de AA —siempre y cuando, quieran
recuperarse—.
Es posible que a los alcohólicos les lleve
algún tiempo reconocer su propia enfermedad.
Pueden objetar que sus problemas son «dife-
rentes», y que no necesitan a AA ni les interesa.
Estos bebedores a menudo insisten en que distan
mucho del fondo —pero su idea del «fondo» va
siendo una condición cada vez más baja—. O
sencillamente siguen insistiendo en que ellos
mismos pueden dejar de beber cuando quieran.
Desgraciadamente, no pueden, y nunca lo logran.
Para cualquiera que ame a un alcohólico,
estas reacciones —y evasiones— son tragos muy
amargos. La cruda realidad es que nadie puede
obligar a otra persona a practicar el programa de
AA. No obstante, si el bebedor que usted ama o
aprecia vacila en buscar la ayuda necesaria, usted
puede tomar algunas medidas para contribuir a
su recuperación.
Puede adquirir sólidos conocimientos —y de
manera directa, si le es posible— sobre el progra-
10
ma de AA, de modo que cuando el alcohólico esté
dispuesto usted sepa cómo ayudarlo, escribiendo
a AA o a los Grupos de Familia Al-Anon (consulte
en la página 21 de este folleto las direcciones de
correo). En muchas localidades, los familiares y
otras personas cercanas a los miembros de AA (o
a quienes necesitan a AA), se reúnen de manera
habitual para intercambiar experiencias y puntos
de vista sobre los problemas que acompañan al
alcoholismo. Forman parte de lo que se conoce
como Grupos de Familia Al-Anon. Entre estos se
cuentan los grupos Alateen para hijos adolescen-
tes de padres alcohólicos. Al-Anon no está afiliada
a AA, pero ha contribuido sustancialmente a dar
a conocer el programa de recuperación de AA.
Consideran que «el alcoholismo es una enferme-
dad de la familia», y que un cambio de actitud
puede facilitar la recuperación*.
La vasta experiencia de AA nos ha enseñado
cuán necesario es tener confianza y mostrar
paciencia al animar al alcohólico a que comien-
ce su proceso de recuperación. Si el alcohólico
responde a su recomendación entusiasta de AA,
negándose incluso a discutir el problema, puede
que usted sienta desaliento o resentimiento. A
veces, debido a los trastornos que el alcohólico
causa —o a que los hijos se ven perjudicados—,
puede que usted decida marcharse, y dejar que
él o ella resuelva su propio problema. Al no tener
adónde más ir fuera de AA, el alcohólico puede
verse motivado a buscar ayuda antes de lo que lo
hubiera hecho si usted se hubiera quedado con
él o ella. A veces es necesario actuar con firme-
za por un tiempo para poder ser benévolos más
adelante.
Es posible que el alcohólico se muestre visi-
blemente reacio a la idea de AA, pero que en
realidad esté a punto de aceptar su aliento y
apoyo y de tomar la decisión de unirse a AA —o,
al menos, a escuchar lo que algunos alcohóli-
cos recuperados puedan decir acerca del pro-
grama—. En esta fase, el alcohólico se siente
a menudo perplejo; sabe que tiene que hacer
algo para tratar la enfermedad, pero es incapaz
de entender la situación con claridad. Los alco-
hólicos frecuentemente tienen ideas equivoca-
das sobre AA y sus miembros. Por eso, el cono-
cimiento que usted tenga de AA puede ser de
gran ayuda en este período decisivo; podrá con-
testar sus preguntas, hacerle sugerencias y acla-
rar malentendidos acerca de AA.
12
bros que se adhieran a ningún credo formal ni
que realicen ningún ritual, ni siquiera que crean
en Dios. Sus miembros pertenecen a toda clase
de iglesias. Muchos no tienen ninguna afiliación
religiosa. AA solamente les pide a sus miembros
que mantengan una mente abierta y que respe-
ten las creencias de los demás.
AA sostiene que el alcoholismo, además de ser
una enfermedad física y emocional, es también
hasta cierto punto una afección espiritual. Ya
que la mayoría de los alcohólicos no han podido
valerse por sí mismos, descubren que la deci-
sión de entregar su destino a un poder superior
a ellos es una terapia eficaz. Muchos AA llaman
a este poder Dios. Otros consideran al grupo de
AA como el poder en que se apoyan. Cada miem-
bro de AA puede interpretar la palabra espiritual
como prefiera. En las reuniones de AA, uno sien-
te, sin duda, un cierto espíritu de unión.
13
Los Doce Pasos de AA
Parte del programa de recuperación sugerido por
AA se expone en los Doce Pasos que aparecen
a continuación. Basados en la experiencia de los
primeros miembros de AA, los Pasos constitu-
yen un registro de los principios y las prácticas
que desarrollaron para mantener su sobriedad
(después de haber fallado otros enfoques). Si a la
persona alcohólica en su vida le inquieta que se
le vaya a imponer un rígido código de conducta,
puede tranquilizarla. Cada miembro practica por
sí mismo los Pasos; estos se sugieren como pro-
grama de recuperación. Aunque la experiencia
demuestra que, para muchos miembros, la estabi-
lidad de la sobriedad depende, hasta cierto punto,
de su comprensión y aceptación de los Pasos,
no se obliga a ningún miembro a aceptarlos, ni
siquiera a leerlos. Depende del individuo decidir
cuándo y cómo va a utilizarlos.
14
LOS DOCE PASOS
LOS DOCE PASOS
DE ALCOHÓLICOS
DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
ANÓNIMOS
1. Admitimos que éramos impotentes ante el
alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto in-
gobernables.
2. Llegamos a creer que un Poder superior
a nosotros mismos podría devolvernos el sano
juicio.
3. Decidimos poner nuestras voluntades y
nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros
lo concebimos.
4. Sin temor, hicimos un minucioso inventario
moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mis-
mos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta
de nuestros defectos.
6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar
que Dios nos liberase de todos estos defectos de
carácter.
7. Humildemente le pedimos que nos liberase
de nuestros defectos.
8. Hicimos una lista de todas aquellas perso-
nas a quienes habíamos ofendido y estuvimos
dispuestos a reparar el daño que les causamos.
9. Reparamos directamente a cuantos nos fue
posible el daño causado, excepto cuando el ha-
cerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
10. Continuamos haciendo nuestro inventario
personal y cuando nos equivocábamos lo admi-
tíamos inmediatamente.
11. Buscamos a través de la oración y la medi-
tación mejorar nuestro contacto consciente con
Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole
solamente que nos dejase conocer su voluntad
para con nosotros y nos diese la fortaleza para
cumplirla.
12. Habiendo obtenido un despertar espiritual
como resultado de estos Pasos, tratamos de lle-
var este mensaje a otros alcohólicos y de practi-
car estos principios en todos nuestros asuntos.
15
¿Cómo funciona AA?
Debe hacerse hincapié en que el único requisito
para ser miembro de AA es el deseo de dejar
la bebida. Nada más. AA no impone juramen-
tos ni obligaciones personales de ninguna clase.
Durante sus días de bebedores, muchos AA
hacían juramentos y promesas solemnes de abs-
tinencia, y muchos frecuentemente lograban abs-
tenerse… sin resultados perdurables. El modelo
de AA es más práctico; se basa en el hecho de
que cada bebedor problema, en alguna que otra
ocasión, se ha mantenido al menos veinticuatro
horas sin beber. Por eso, los miembros no se
comprometen a dejar de beber para siempre o
durante cierto tiempo. Se dan cuenta de que hoy
no se puede hacer nada respecto al trago que
deseen mañana. Los AA se concentran en man-
tenerse sobrios hoy, durante estas veinticuatro
horas. Del mañana se ocuparán cuando llegue.
Debido a que el asistir asiduamente a las reu-
niones de AA es decisivo para el mantenimiento
de la sobriedad, quienes quieren al alcohólico
tal vez se preguntarán cuál es su propio papel
dentro del programa de recuperación. Algunas
de estas personas asisten a las reuniones abier-
tas de AA —lo que les brinda la oportunidad de
participar en el proceso de normalización de la
vida con el alcohólico, así como la oportunidad
de ver cómo enfrentan otras personas el reto
de vivir con un bebedor problemático que ya no
bebe. Las reuniones de Al-Anon —mencionadas
anteriormente— les brindan otras oportunidades
para reunirse y hablar de sus problemas con
personas que se encuentran en circunstancias
similares a las suyas.
Es probable que la mayoría de las personas,
al asistir a una reunión de AA, así como al tratar
a los miembros de la Comunidad, se sorprendan
con lo mucho que la gente ríe y con el ambiente
de cálido compañerismo y buen humor que exis-
te. Esto es característico de AA. Por lo general,
los miembros toman su alcoholismo en serio,
pero no a sí mismos. Un aspecto del proceso de
recuperación es reírse de las experiencias que
una vez nos hicieron llorar.
17
Lleva tiempo recuperarse
¿Qué puede esperar usted cuando un ser querido,
después de haber pasado años como bebedor pro-
blemático, se une a AA?
No todos los bebedores problemáticos que lle-
gan a AA logran dejar de beber y desarrollan una
sobriedad estable y feliz con la misma facilidad y
rapidez. Algunos tienen que ser hospitalizados y
quizá al concluir su convalecencia se encuentren
aún temblorosos e inseguros de sí mismos. Otros,
al no estar acostumbrados a enfrentar por sí mis-
mos sus problemas, pueden sentirse abrumados
por la responsabilidad. Algunos se sentirán ator-
mentados por los remordimientos y la depresión.
Otros pueden estar tensos durante algún tiempo, y
puede ser difícil vivir con ellos.
Aunque pueda haberse controlado el alcoholis-
mo, casi siempre quedarán otros problemas menos
graves por resolver. Entusiasmados con su nueva
vida, los alcohólicos pueden olvidar los sacrificios
que hicieron quienes convivieron con ellos en
sus días de bebedores. Tal vez asistan a una serie
ininterrumpida de reuniones de AA y visitas para
ayudar a otros alcohólicos, y dispongan de poco
tiempo para pasarlo con usted. Al recuperar su
salud, algunos vuelven a su trabajo con energía e
interés renovados. Otros quizá deseen reanudar
sus estudios para alcanzar algún objetivo profesio-
nal, aplazado durante mucho tiempo.
A menudo, su intenso interés en AA, en su
trabajo o en sus estudios le parecerá tan egoísta
como su actitud cuando bebía. A este período
—cuando el alcohólico que se está recuperando
muestra un interés en AA tan apasionado que
se le olvida todo lo demás— se le conoce en AA
como «la nube rosa». Eventualmente pasará.
Aunque esté sobrio, el alcohólico padece todavía
la misma enfermedad, y no se puede esperar que
los alcohólicos que no beben corrijan toda su
forma de ser de la noche a la mañana. Es posible
que ciertos hábitos mentales estén arraigados en
ellos. No obstante, con el tiempo, la mayoría de
los miembros de AA logran una mayor estabili-
dad. El programa de AA no fue concebido como
una vía de escape, sino como puente hacia una
vida normal.
Cuando bebían, muchos alcohólicos agrava-
ron sus problemas combinando el licor con los
sedantes, los tranquilizantes, la marihuana y otras
drogas. Aun habiendo dejado de beber, quizá
sigan dependiendo de fármacos o drogas. Sería
prudente también animar al alcohólico a consul-
tar a un médico familiarizado con los problemas
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particulares que suelen enfrentar los alcohólicos
en recuperación. El tomar —o dejar de tomar—
medicamentos sin orientación médica puede ser
peligroso, y tanto lo uno como lo otro puede lle-
var al alcohólico a tomar el primer trago. (El folle-
to El miembro de AA, los medicamentos y otras
drogas trata este problema detalladamente).
Al haber logrado su sobriedad, los alcohólicos
a veces sorprenden a sus seres queridos por la
inmensa importancia que conceden a su recién
despertado sentido de la espiritualidad. Es posible
que exageren en el tema. Generalmente, esta etapa
no dura mucho y a menudo se modera, convirtién-
dose en una vida espiritual sensata y satisfactoria.
19
de AA experimentados saben que tales recaí-
das no tienen por qué repetirse. Si el alcohólico
reflexiona sinceramente en su comportamiento y
en los pensamientos que precedieron a la recaída,
a menudo puede evitar que ocurra otra vez. De
hecho, una recaída puede ser una buena lección
para los alcohólicos que pensaban que ya estaban
«curados» del alcoholismo, solo por haber estado
sin beber por un tiempo.
La confianza excesiva y los pensamientos
poco realistas a menudo dan pie a las recaídas.
Se nubla el sano juicio y algunos alcohólicos
empiezan a creer que pueden controlar el alco-
hol. Asisten cada vez menos a las reuniones;
o comienzan a criticar a la gente de su grupo
—olvidándose de la tradición de AA que nos
recuerda que el alcohólico siempre debe antepo-
ner los principios del programa a las personali-
dades de los miembros—. O sencillamente se le
olvida al alcohólico vivir un día a la vez.
Hay tres lemas fundamentales en AA:
«Primero es lo primero», «Vive y deja vivir» y
«Tómalo con calma». Sirven para recordarle al
alcohólico que debe centrarse en no beber un día
a la vez, y que debe esforzarse en mantener la
serenidad y una mente abierta.
20
Para obtener mayor información
sobre AA, comuníquese con la
Oficina de Servicios Generales en:
P.O. Box 459
Grand Central Station
New York, NY 10163
Sitio web: aa.org
21
LAS DOCE TRADICIONES
DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
1. Nuestro bienestar común debe tener la pre-
ferencia; la recuperación personal depende de la
unidad de AA.
2. Para el propósito de nuestro grupo solo
existe una autoridad fundamental: un Dios amo-
roso tal como se exprese en la conciencia de
nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que
servidores de confianza; no gobiernan.
3. El único requisito para ser miembro de AA
es querer dejar de beber.
4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en
asuntos que afecten a otros grupos o a AA, consi-
derado como un todo.
5. Cada grupo tiene un solo objetivo primor-
dial: llevar el mensaje al alcohólico que aún está
sufriendo.
6. Un grupo de AA nunca debe respaldar,
financiar o prestar el nombre de AA a ninguna
entidad allegada o empresa ajena, para evitar que
los problemas de dinero, propiedad y prestigio
nos desvíen de nuestro objetivo primordial.
7. Todo grupo de AA debe mantenerse com-
pletamente a sí mismo, negándose a recibir con-
tribuciones de afuera.
8. AA nunca tendrá carácter profesional, pero
nuestros centros de servicio pueden emplear tra-
bajadores especiales.
9. AA como tal nunca debe ser organizada;
pero podemos crear juntas o comités de servicio
que sean directamente responsables ante aque-
llos a quienes sirven.
10. Alcohólicos Anónimos no tiene opinión
acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por
consiguiente su nombre nunca debe mezclarse
en polémicas públicas.
11. Nuestra política de relaciones públicas se
basa más bien en la atracción que en la promoción;
necesitamos mantener siempre el anonimato per-
sonal ante la prensa, la radio y el cine.
12. El anonimato es la base espiritual de todas
nuestras Tradiciones, recordándonos siempre
anteponer los principios a las personalidades.
PUBLICACIONES DE AA Aquí hay una lista parcial
de publicaciones de AA. Se pueden obtener formularios de
pedidos en la Oficina de Servicios Generales de Alcohólicos
Anónimos, Box 459, Grand Central Station, New York,
NY 10163, USA. Teléfono: (212) 870 34 00.
Sitio web: www.aa.org
LIBROS
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES
REFLEXIONES DIARIAS
COMO LO VE BILL
NUESTRA GRAN RESPONSABILIDAD
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD
EL DOCTOR BOB Y LOS BUENOS VETERANOS
«TRANSMÍTELO»
VIVIENDO SOBRIO
LLEGAMOS A CREER
AA EN LA CÁRCEL: UN MENSAJE DE ESPERANZA
AA PARA EL ALCOHÓLICO DE EDAD AVANZADA:
NUNCA ES DEMASIADO TARDE
FOLLETOS
Experiencia, fortaleza y esperanza:
LAS MUJERES EN AA
LOS JÓVENES EN AA
SER NEGRO EN AA
AA PARA EL NATIVO NORTEAMERICANO
LOS ALCOHÓLICOS LGBTQ EN AA
LA PALABRA DIOS: LOS MIEMBROS DE AA AGNÓSTICOS Y ATEOS
AA PARA LOS ALCOHÓLICOS CON PROBLEMAS DE SALUD MENTAL
Y SUS PADRINOS
ACCESO A AA: LOS MIEMBROS HABLAN SOBRE SUPERAR LAS BARRERAS
AA Y LAS FUERZAS ARMADAS
¿SE CREE USTED DIFERENTE?
MUCHAS SENDAS HACIA LA ESPIRITUALIDAD
MUJERES HISPANAS EN AA
DETRÁS DE LOS MUROS: UN MENSAJE DE ESPERANZA
ES MEJOR QUE ESTAR SENTADO EN UNA CELDA
(Folleto ilustrado para personas bajo custodia)
Acerca de AA:
PREGUNTAS FRECUENTES ACERCA DE AA
¿ES AA PARA MÍ?
¿ES AA PARA USTED?
UN PRINCIPIANTE PREGUNTA…
¿HAY UN ALCOHÓLICO EN SU VIDA?
ESTO ES AA: UNA INTRODUCCIÓN AL PROGRAMA
DE RECUPERACIÓN DE AA
PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE EL APADRINAMIENTO
EL GRUPO DE AA: DONDE TODO EMPIEZA
PROBLEMAS DIFERENTES DEL ALCOHOL
EL MIEMBRO DE AA, LOS MEDICAMENTOS Y OTRAS DROGAS
EL AUTOMANTENIMIENTO: DONDE SE MEZCLAN
LA ESPIRITUALIDAD Y EL DINERO
LA EXPERIENCIA NOS HA ENSEÑADO:
UNA INTRODUCCIÓN A NUESTRAS DOCE TRADICIONES
LOS DOCE PASOS ILUSTRADOS
LOS DOCE CONCEPTOS ILUSTRADOS
LAS DOCE TRADICIONES ILUSTRADAS
CÓMO COOPERAN LOS MIEMBROS DE AA CON LOS PROFESIONALES
AA EN LAS INSTITUCIONES CORRECCIONALES
AA EN LOS ENTORNOS DE TRATAMIENTO
UNIENDO LAS ORILLAS
LA TRADICIÓN DE AA: CÓMO SE DESARROLLÓ
SEAMOS AMISTOSOS CON NUESTROS AMIGOS
COMPRENDIENDO EL ANONIMATO
Para profesionales:
AA EN SU COMUNIDAD
UNA BREVE GUÍA A AA
SI USTED ES UN PROFESIONAL… AA QUIERE TRABAJAR CON USTED
AA COMO RECURSO PARA LOS PROFESIONALES DE LA SALUD
¿HAY UN BEBEDOR PROBLEMA EN EL LUGAR DE TRABAJO?
LOS LÍDERES RELIGIOSOS PREGUNTAN ACERCA DE AA
ENCUESTA SOBRE LOS MIEMBROS DE AA
REVISTAS Y BOLETINES
AA GRAPEVINE (mensual, www.aagrapevine.org)
LA VIÑA (bimestral, en español, www.aalavina.org)
ACERCA DE AA (versión digital únicamente, https://www.aa.org/es/about-aa)
DECLARACIÓN DE UNIDAD
Debemos hacer esto para el futuro de AA:
poner en primer lugar nuestro bienestar común
y mantener a nuestra comunidad unida. Porque
de la unidad de AA dependen nuestras vidas y
las vidas de todos los que vendrán.
Yo soy responsable…
cuando cualquiera, dondequiera, extienda
su mano pidiendo ayuda, quiero que la
mano de AA esté siempre allí.
Y de eso, yo soy responsable.
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SP-30