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Desde entonces hasta hoy se han ¡do perfeccionando las técnicas para cocinar.
Paralelamente, se ha producido una evolución en el paladar y un desarrollo del
conocimiento de los alimentos y los procesos nutritivos, dando lugar todo ello a una
gran diversificación de las técnicas de cocción.
Algunas de las modificaciones más importantes que se producen en los alimentos con
la cocción son las siguientes:
• Ósmosis. Es un proceso por el cual el agua pasa de una solución más diluida a otra
más concentrada a través de una membrana semipermeable, de forma que tienden a
igualarse las concentraciones -sales minerales, azúcares, ácidos, etc- a ambos lados de
la membrana. Muchas veces se produce este fenómeno al cocinar, por ejemplo al
marinar pescados, al salar y secar productos como jamón o bacalao, o al hacer caldos.
• Digestiva. La cocción ablanda las fibras y hace los alimentos asimilables, facilitando
la masticación y los procesos de digestión.
El flujo de calor a través de un medio sólido avanza de las partes más calientes a las
más frías. Esto es debido al aumento de la vibración interna de las moléculas, que
provoca choques entre las moléculas contiguas y, por tanto, el aumento de
temperatura.
El calor que recibimos mediante la luz solar o un fuego encendido nos llega por
radiación térmica.
Medios de transmisión
Una manera muy similar de clasificar la transmisión del calor es a través del medio por
el cual se propaga. En función de este criterio, se dan las opciones siguientes:
• Por agua.
• El agua que liberan los propios alimentos, como ocurre en los rehogados.
Los generadores de calor más importantes son la placa de cocina y el horno, pero en
una cocina profesional disponemos de una gran variedad de equipos con funciones
específicas.
Son las placas donde se colocan los recipientes para ser calentados por su base.
Pueden ser de distintos tipos según la fuente de energía que utilizan y las
características que presentan.
Son polivalentes, puesto que pueden servir como fogón, como plancha y como zona de
calor más suave para cocciones largas.
Los hornos
• Horno de bóveda. Está inspirado en los antiguos hornos de adobe. Se elaboran con
materiales que son buenos conductores de calor. Se usan para cocer pan y son típicos
de los asadores de cordero y cochinillo. Los más antiguos funcionaban con leña, pero
actualmente suelen ser de gas y pueden disponer de una plataforma giratoria
• Horno decocción mixta. Es un horno habilitado para cocer al vapor, con calor seco
o combinando ambos tipos de calor. Es apto para cocinar al vacío y regenerar
elaboraciones.
• Horno para pastelería y pizzería. Estos hornos disponen de un tiro para abrir o
cerrar la salida de aire caliente. Pueden funcionar con gas o electricidad. Se fabrican
hornos para pastelería con las medidas tradicionales para bandejas de 60 x 40 cm.
Otros generadores de calor para la cocción de alimentos en una cocina profesional son:
• Sartén basculante. Está formada por una cuba basculante (sistema manual o
electrónico) de forma rectangular y poca profundidad. La fuente de calor puede ser de
gas o eléctrica y puede cocer a presión. Es muy polivalente: se usa tanto para cocer
estofados como para hacer arroces, elaborar fondos y salsas, y también para saltear.
• Parrillas. Tienen una superficie de contacto estriada por medio de barras o rejillas
que permiten que el calor radie con facilidad. Pueden ser de leña, de carbón vegetal,
de gas, eléctricas o de piedra volcánica.
• Salamandras. Son generadores con mucha potencia que irradian calor por la parte
superior, donde se sitúan las resistencias eléctricas o los quemadores de gas. Se
utilizan principalmente para glasear y gratinar.
• Freidoras. Están provistas de una cubeta para el aceite, una cesta metálica para
contener los alimentos y retirarlos, y las resistencias o quemadores para transmitir
calor a la cuba. Pueden ser de gas o eléctricas.
La cocción por concentración tiene como objetivo conservar la mayor parte de los
jugos del alimento, evitando que salgan al exterior.
Este tipo de cocción normalmente utiliza el calor seco, aunque en ocasiones podemos
utilizar un líquido o vapor como medio para hacerla posible. Este líquido no tiene
ninguna utilidad una vez ha finalizado la cocción.
Algunas técnicas que se basan en este principio son -como veremos más adelante- el
hervido y el escalfado iniciados con el líquido hirviendo, cocinado al vapor, los asados,
las frituras y los salteados.
La cocción por expansión tiene como objetivo que los jugos del alimento que se cocina
salgan al exterior y se mezclen, en la medida de lo posible, con el medio de cocción.
Este tipo de cocción prioriza el aprovechamiento del líquido donde se cuecen los
alimentos por encima de los alimentos sólidos que se han cocido.
La cocción por expansión se inicia en frío, ya que así se favorece la migración de jugos
y también el intercambio de nutrientes y de aromas entre el alimento y el medio de
cocción.
Los jugos evacuados pueden ser elementos nutritivos, sabrosos o aromáticos, pero
también pueden ser sustancias indeseables, como el exceso de sal o las impurezas -
estas acostumbran a presentarse en forma de espuma-.
Algunas técnicas de cocción que siguen este principio son el hervido y el escalfado
iniciados con el líquido frío, el confitado, el sudado, etc.
Al finalizar la cocción, tanto los alimentos sólidos como los líquidos forman parte del
preparado culinario que se consumirá.
Generalmente, se empieza con una cocción por concentración para conseguir una
coagulación superficial. Después se introducen los alimentos en un medio líquido -
agua, caldo, vino, etc - para que los elementos nutritivos, sabrosos y aromáticos pasen
al medio y formen la salsa mediante un sistema de expansión.
Los estofados son un claro ejemplo de este tipo de cocción. Primero se fríe la carne y
luego se hace el estofado, y el resultado es una carne melosa en sintonía con la salsa.
Veremos también como los braseados, rehogados y algunos salteados utilizan este
modo de cocción.