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Género

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Género

El movimiento feminista nos ha permitido cuestionar la realidad de diferentes formas. En


la década de 1970 comienzan a surgir diversas teorías que aportan a estos debates. La
categoría de género es fundamental en este proceso.
El género es todo aquello que nos hace varones, mujeres, trans u otres. Son las diversas
prácticas, roles y capacidades promovidas y esperadas de forma diferencial a partir del
sexo que nos es asignado al nacer. Abarca desde la ropa que usamos, el pelo largo o corto,
hasta cómo nos relacionamos con nuestras parejas, amigxs o familias. Es una categoría
que involucra, afecta y regula la vida de todas las personas.
No es algo natural, es una construcción social. Esto quiere decir que aprendemos a ser
varones y mujeres según lo que las sociedades van definiendo como lo propio de lo
femenino y lo masculino.
¿Qué quiere decir esto? Históricamente, la sexualidad de los seres humanos se ha
organizado a partir de una estructura binaria, es decir, entre dos únicas opciones, que
clasifica a las personas bajo las categorías “varones” y “mujeres”. Esta forma particular de
organización social es presentada como producto de la “biología” y asumida como lo
“natural”. Pero no lo es.

Sexo: se define a partir de algunas características físicas y anatómicas


de los cuerpos, en especial aquellas que son visibles, asociadas a los
genitales. El sexo es asignado al nacer.

Gracias a la lucha y aportes de las diversas organizaciones feministas y LGBTI+, estas


caracterizaciones se fueron desmontando y continúan haciéndolo.
Monique Wittig, feminista francesa que escribía por los años ‘80, fue una de las primeras en
señalar que la categoría de sexo funciona haciendo pasar por natural e inmutable una
relación de poder que es siempre y, ante todo, social y construida. Lo cierto es que el
pensamiento dominante a menudo invisibiliza el origen de todo tipo de desigualdades (de
clase, étnicas y de género) haciéndonos creer que algunas personas (migrantes, personas
con discapacidad, afrodescendientes y mujeres, por ejemplo) son desiguales “por
naturaleza”.
Roles y estereotipos de género
Lo que aprendemos -según cada momento histórico- va a repercutir en cómo nos
comportamos, sentimos, pensamos en el cotidiano, cómo nos constituimos como personas,
y va a impactar en la forma en que participamos en la sociedad.
A lo largo de la vida, ejercemos distintos roles: estudiamos, trabajamos, tenemos amistades,
parejas, familias, etc. Pero ¿todas las personas tenemos las mismas posibilidades?
¿Podemos hacer libremente las mismas cosas? O ¿nuestro sexo asignado determina las
posibilidades que vamos a tener a lo largo de nuestra vida?

Nuestro entorno -inmediato y general- nos enseña a cumplir determinados roles y lo hace
aprobando o sancionando nuestra conducta según se adecue, o no, a lo que se espera de
nosotrxs. La manera de comportarse como varones y como mujeres es algo en lo que la
sociedad nos educa apenas nacemos.
Aprendimos que, según el sexo, se define de manera separada y contraria, que los varones
deben ser fuertes, intrépidos y valientes y las mujeres frágiles, retraídas y miedosas, entre
otras características. Por tanto, se espera que los varones tengan la capacidad para dirigir,
mandar y gobernar. Y las mujeres la disposición para obedecer, acompañar, atender y
cuidar a las demás personas. El mundo público para ellos, el mundo privado para ellas.

¿Qué es la identidad de género?


Es la construcción individual del género tal como cada persona lo siente, el cual puede
corresponder o no con el sexo asignado al nacer, incluyendo la vivencia personal del
cuerpo. Esto puede involucrar o no, la modificación de la apariencia o la función
corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello
sea libremente elegido.
(Artículo 2 de la Ley 26.743, sancionada el 9 de mayo de 2012 y reglamentada el 2 de julio
de 2012).

Si la identidad de género de una persona se corresponde con su sexo asignado al nacer,


decimos que es cis-género. Pero una persona puede no identificarse con el género y el
sexo asignado al nacer, esas personas desarrollan su identidad de género a lo largo de su
vida. Las personas trans, travestis, transgéneros, transexuales, no binaries, agéneros o de
género fluido no expresan el género que se les asigna al momento del nacimiento.
Es importante señalar que, en cualquier momento de la vida, las personas pueden y tienen
la posibilidad de expresar su género.

Identidades trans
Refieren a una vivencia de género que no corresponde al sexo y al género asignado al
nacer. En Argentina las identidades travestis, transexuales y transgéneros conviven bajo la
expresión trans como síntesis, cada una responde a distintas estrategias políticas,
identitarias y vivenciales.
Así, las identidades trans abarcan diferentes experiencias culturales de identificación,
expresión y corporización desde las coordenadas sexo-genéricas. Estas experiencias se
enmarcan en un proceso que puede incluir o no modificaciones corporales, ingesta de
hormonas y cirugías de reasignación sexual.

Identidades travesti
Es una construcción que rompe con el binomio masculino-femenino. Es una existencia que
no suele aparecer con definiciones únicas. Ser travesti es un proceso histórico y, tanto en
Argentina como en otros países, constituye una posición política, discursiva e identitaria.
Generalmente, estas identidades surgen de personas asignadas como hombres al nacer,
pero que adoptan una expresión de género femenina o disidente, no necesariamente
vinculada a una transición física o a identificarse como mujeres.

Transgénero
Cuando decimos transgénero, nos referimos a una persona que puede realizar un cambio
de género a otro. Puede incluir cirugías, el uso de hormonas u otras modificaciones
corporales que llevan a expresar su género.
Transexualidad
Es un término médico habitualmente utilizado para referirse a una persona que asume otro
género. Es un término más específico dentro del paraguas transgénero, referido a las
personas que no solo se identifican con un género diferente al asignado al nacer, sino que
también buscan o han realizado cambios médicos (hormonales, quirúrgicos, etc.) para
adecuar su cuerpo a su identidad de género.
Históricamente, el término se vinculó más con un enfoque médico y, a veces, patologizante,
ya que solía estar asociado con diagnósticos como "disforia de género". Sin embargo,
muchas personas lo reivindican como parte de su identidad.

Géneros no binarios
Hay personas que no se identifican con el género masculino, ni femenino. Se pueden
identificar con no tener ningún género en absoluto, tener ambos géneros, tener una tercera
identidad, o una identidad que cambia con el tiempo.
Intersexualidad
Cuando hablamos de intersexual o intersexualidad, nos referimos a personas con
características sexuales diversas respecto a los criterios culturales que definen pene-
vagina.

“Que otres sean lo normal”


(Inspirado en Yo, monstruo
mío de Susy Shock)
Yo, mariposa ajena a la modernidad, a
la posmodernidad, a la normalidad

Oblicua, Silvestre, bizca, artesanal,

Poeta de la barbarie con el humus de


mi cantar con el arcoiris de mi cantar
y con mi aleteo

Reivindico mi derecho a ser un monstruo


y que otros sean lo normal

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