Diversia Manual Interior
Diversia Manual Interior
Diversia Manual Interior
DE BUENOS AIRES
Axel Kicillof
Gobernador
Verónica Magario
Vicegobernadora
Florencia Saintout
Presidenta del Instituto Cultural
Gianni Buono
Vicepresidente del Instituto Cultural
Juliana Novello
Coordinadora del programa de cultura, Géneros y Diversidades
INSTITUTO
CULTURAL
¡Bienvenides
a Diversia Cultural!
Este taller nace al calor de los tiempos que corren, del deseo de generar espacios
seguros para todes y de las ganas incansables de poder tejer redes a lo largo
y a lo ancho del territorio bonaerense. Por eso, la propuesta fue pensada para
agentes claves en la gran tarea de construir una provincia más justa e igualitaria:
les artistas.
Desde Diversia sabemos que la cultura y el arte no son trabajos aislados, más
bien, entendemos que son una herramienta fundamental para la inclusión social.
En ese sentido, es que a través del área de Géneros y Diversidades del Instituto
Cultural promovemos el acceso a propuestas inclusivas y de calidad en todo la
provincia de Buenos Aires.
Con esta iniciativa, el Instituto tiene como objetivo principal generar un espacio
que sirva para el intercambio de experiencias y saberes, replantear nuestras
prácticas y formarnos en pos de construir espacios en los que el género sea una
categoría transversal. En tanto, los talleres abordarán las desigualdades de
género en ámbitos culturales y artísticos.
GÉNERO E
IDENTIDADES
Clase 1
DIVERSIA CULTURAL
“Dicen que, mediante un proceso, el gusano se vuelve una mariposa,
pero yace en un mundo donde muchos que quieren
ser gusanos quedan como gusanos. Entonces, para ser
mariposa y desplegar las alas del arco iris y volar en este mundo de
hipocresía, de vanidades, del todo vale, hay que tener un coraje
tan grande como el de la visibilidad. Mirá esas mariposas que
aletean en inmensos tacos de acrílico de cristal: están en todos
los lugares y en las villas se las ve salir de los pasillos. Cuán
coloridas. En un barrio absolutamente machista, ellas vuelan.
Es realmente maravilloso”.
Lohana Berkins.
PRIMER BLOQUE
Género | Diversidad de género | Identidad de género | Orientación sexual
SEGUNDO BLOQUE
Estereotipos de género | Desigualdades de género
Patriarcado | Machismos | Micromachismos.
TERCER BLOQUE
Importancia de la perspectiva de género.
No, no lo son. El sexo se define como el aspecto biológico/natural que determina que
una persona sea varón o mujer y el género es el aspecto social/cultural.
Desde el momento en que nacemos, comenzamos a recibir un trato diferenciado, dependiendo
del sexo que nos asignan. El mismo es establecido por la medicina, según la apariencia de
nuestros genitales externos, es decir, si tenemos vulva o pene. A partir de ello, se determina
un sólo sexo biológico posible para cada persona: si posee vulva, será identificada como mujer
y, si posee pene, será identificado como varón.
Durante mucho tiempo, el género se construyó en relación a la genitalidad binaria, como si
fueran equivalentes. A partir de allí, se definieron los roles, atributos y características de
cada sexo. Pero esto no tiene que llevarnos a confundir el género con la genitalidad, ya
que son cosas muy distintas.
SEXO
GÉNERO
Relacionado con
Relacionado a
aspectos biológicos,
un conjunto de prácticas
principalmente con
y mandatos sociales
la genitalidad externa
Se dice que una persona es cisgénero cuando se identifica con el sexo y género asignado
al nacer (por ejemplo: me identifico como mujer y tengo vulva). Pero también hay personas
transexuales, travestis, transgénero, cuya identidad de género no se corresponde con las
normas y expectativas sociales tradicionalmente asociadas a su sexo y género asignado al
nacer.
Por otro lado, las personas intersexuales son aquellas que nacen con características genitales,
hormonales o cromosómicas que no están categorizadas dentro del binomio tradicional de
varón o mujer.
A su vez, existen personas que se identifican como no binarias. Se trata de quienes están
por fuera del sistema binario varón - mujer y que fueron reconocidas por el Estado a partir
del Decreto presidencial N°476/21, que establece que los Documentos Nacionales de Identidad
Además de la identidad de género, todas las personas tenemos una expresión de género, es
decir el modo en que elegimos expresar nuestra identidad de género: nombre, manera de
vestir, de hablar, de caminar, los gestos que hacemos, nuestras características corporales, etc.
Hoy en día, sabemos que hay muchas orientaciones sexuales y que todas son igual de válidas:
HETEROSEXUALIDAD
Atracción hacia
el género opuesto
PANSEXUALIDAD ASEXUALIDAD
Atracción hacia la persona Personas que no expresan
sin tener en cuenta su género ningún tipo de atracción sexual
Desde ese momento, en nuestro país las personas pueden contraer matrimonio conindependencia
de su orientación sexual, lo que significa que quienes se casan pueden ser del mismo o de
diferente sexo y género. Argentina fue país pionero y ejemplo en Latinoamérica en recono-
cer la ampliación de este derecho y el décimo a nivel mundial.
Orientación Identidad
sexual de Género
¿Quienes me ¿Cómo me
gustan/atraen? autopercibo?
Para cerrar este primer bloque les dejamos este video que responde y clarifica lo que venimos
charlando. ¿De qué hablamos cuando hablamos de sexo, género e identidad?
Scanea el siguiente código QR:
Como dijimos previamente, el género es una construcción social, que se relaciona y organiza
a partir de la diferencia sexual (biológica). Abarca lo individual incluyendo el significado que una
cultura le otorga al cuerpo femenino y masculino- y lo social, que influye en la división del trabajo, la
distribución de recursos y la definición de jerarquías y relaciones de poder entre hombres y
mujeres.
Desde que nacen, las niñas y los niños viven distintos procesos de socialización y reciben
aprendizajes diferenciados. Se crean modelos a seguir, se definen normas, lo que pueden
y no pueden hacer, y así se transmiten los roles de género.
Por ejemplo, a las niñas se las viste de rosa, se espera que sean sentimentales, románticas
y se las educa para servir y cuidar a otros y otras. A los niños en cambio, se los viste de
celeste, se espera que sean racionales, conquistadores, jefes, proveedores y protectores.
Eso que se espera de cada niño o niña conforman los estereotipos de género, que son imá-
Además de los ejemplos mencionados, en la adultez también se espera que las mujeres
sean dóciles y serviciales, deseen ser madres y formen pareja con hombres, mientras los
varones puedan representar la fuerza y la autoridad, deseen ser exitosos en ámbito público
y formen pareja con mujeres (heterosexualidad normativa).
Así es como surgen prejuicios que perjudican/dañan a las personas que no encajan en esos
roles y estereotipos, por ejemplo, una mujer que cuestiona a un hombre es estigmatizada
como loca, un hombre que forma pareja con otro hombre, es considerado un maricón.
Estos sentidos que se van consolidando, reproducen la organización social patriarcal, y por
eso es importante reconocer que estas etiquetas (y muchas otras), son construcciones
sociales cargadas de historia. Y esa es la razón por la cual es posible -y deseable- cuestio-
narlas y transformarlas.
PATRIARCADO
Estructura, aquello que contiene las reglas y normas de organización social.
MACHISMO
Discurso, la manera en la que se expresa esa forma de organización social.
Aquí podríamos aprovechar para hablar de micromachismo. De esas prácticas que, aún en
su pequeñez y cotidianidad, refuerzan los surcos del patriarcado machista o del machismo
patriarcal.
Para distender, pero sin irnos de tema, les dejamos este video
de Caja de Herramientas, Capítulo 6: Micromachismos, que
viene a proponernos humor dentro de estas actitudes
sexistas. Scanea el siguiente código QR:
“En tanto, creemos indispensable construir una mirada que dispute los sentidos que excluyen y
generan violencias y que se enmarca en la lucha por la justicia social y por la construcción de un
mundo más igualitario, menos patriarcal y más feminista.”
Género e identidades | 24
HISTORIA
DEL FEMINISMO
Y VIOLENCIAS
Clase 2
DIVERSIA CULTURAL
“Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando
el mundo me golpea. Es el calor de las otras
mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este
rincón sensible, luchador, de piel suave y
corazón guerrero.”
Alejandra Pizarnik
26
¡Bienvenides!
En esta segunda unidad llamada “Historia del feminismo y Violencias” nos
proponemos poder historizar el feminismo y sus diferentes olas, para poder
conocer dónde nos posicionamos hoy. A su vez, comenzar a visualizar las
violencias, sus modalidades y herramientas para erradicarlas.
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ESTA CLASE
LA DIVIDIREMOS
EN TRES APARTADOS
PRIMER BLOQUE
Historia del feminismo, sus olas y tipos de feminismo
SEGUNDO BLOQUE
Violencias por razones de género
Tipos de violencia | Modalidades | Ciclo de la violencia
TERCER BLOQUE
Femicidios | Travesticidios | Transfemicidios
28
Siguiendo este lineamiento nos proponemos
resolver algunos interrogantes que surgen cuando
hablamos de género.
29
HISTORIA
DEL
FEMINISMO
Tiempo estimado de lectura: 12 minutos
30
HISTORIA DEL FEMINISMO
Tiempo estimado de lectura: 12 minutos
La conquista de derechos y los cambios para lograr una sociedad más equitativa no se
dieron solos, sino que responden a reclamos organizados de los movimientos feministas.
Estos movimientos suelen dividirse en olas.
Se habla de “Olas” del feminismo para hacer referencia a las distintas etapas que atravesó,
con momentos de victorias y mayor fuerza, avanzando a partir de reivindicaciones y metas
concretas.
Esta primera etapa la podemos identificar en lo que fue el movimiento de mujeres por el
derecho al voto y la ciudadanía, conocido como el “sufragismo”. Tuvo su auge a finales del
siglo XIX, cuando las mujeres se organizaron para reclamar no solo el voto sino también derechos
matrimoniales y a los hijos, al trabajo, a la capacitación profesional y a la educación.
Argumentaron largamente sobre la capacidad de razonamiento de las mujeres frente a un
sector masculino que decía que las mujeres son más sentimentales que pensantes.
En nuestro país, la lucha por el reconocimiento civil de las mujeres se inició a principios del
siglo XX y aún continúa. Algunas de sus principales figuras son: Juana Manso,Cecilia
Grierson, Alicia Moreau de Justo, Julieta Lanteri y Eva Perón.
Entre esta ola y la segunda, transcurren las dos guerras mundiales en Europa, cuando la
mayoría de los hombres se unieron a los ejércitos. Las mujeres por obligación o decisión
salen a trabajar fuera de sus casas, y también practican deportes, conducen coches y aviones,
frecuentan locales de esparcimiento, diversión y relación social, cambian sus vestimentas: se
cortan las faldas y el cabello. Se quitan el corsé.
El feminismo de esta primer ola era representado por las mujeres blacas y burguesas, este
es el origen del feminismo liberal, que reconoce que las mujeres están en desventaja,
pero no es consciente, ni empático, de la discriminación por raza, clase, sexualidad que
pueden sufrir otras mujeres, sobre todo las más pobres. En el feminismo liberal las mujeres
salieron a ocupar posiciones en el espacio público y a tener las mismas oportunidades laborales
que los hombres (aunque con menos salario), pero en casa mayoritariamente necesitaban
el apoyo de otras mujeres que se encargaran del cuidado de los hijos e hijas, de la gerencia
del hogar.
Se empiezan a cuestionar las ideas que se han sostenido hasta el momento sobre la condi-
ción de la mujer en el ámbito doméstico, es decir, se da cuenta que el rol de la mujer como
“ama de casa” o “cuidadora” es una construcción cultural y no tiene que ver con el aspecto
biológico de las personas. Surge la consigna “lo personal es político” para mostrar que lo
que pasa en la casa y en la intimidad también está determinado por las relaciones de poder
presentes en el plano social y cultural. En esta etapa también se debaten las formas de vivir
la sexualidad, la maternidad como elección y no como destino, los métodos anticonceptivos, los
estereotipos de belleza, la feminidad y la masculinidad.
Avances en materia legislativa en nuestro país que se enmarcan en esta categoría son:
La despenalización de abortos no punibles (1921).
Ley de Divorcio (1987).
Ley de Salud Sexual y procreación Responsable (2002).
Ley de Educación Sexual Integral (2006).
Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (2021).
El feminismo popular, nace en América Latina en la década de los ochenta como forma de
denominar las luchas de las mujeres de “sectores populares” por la supervivencia y abarcan
un abanico diverso de movimientos de base territorial que interactúan con movimientos de
mujeres que no necesariamente se definen como feministas y participan de organizaciones
populares mixtas. Es un feminismo que apuesta a pensar que la opresión que sufren los
cuerpos feminizados y las personas LGTB+ parte de las desigualdades de género y de clase.
Es un período que suele ser comprendido a partir de los feminismos que surgen desde
la globalización, internet, las redes sociales, los agrupamientos, la visibilización y la
convocatoria social masiva. La hipercomunicación ha puesto en evidencia que las desigualdades y
violencias a las que se ven expuestas las mujeres y personas LGBTI+, en gran parte y con sus
particularidades, se repiten alrededor del mundo. Este período está marcado por la
transversalidad, la masividad, las movilizaciones y la posibilidad de influir en la política.
Surgen movimientos sociales masivos que tienen sus orígenes en estos escenarios:
#NiUnaMenos, #8M, #YoSiTeCreo, #WomensMarch, #MeToo, #TimeIsUp, #AbortoLegalYa,
#LasTesis.
En este marco, los feminismos argentinos cobran relevancia mundial con el puntapié que
significó el 3 de Junio del 2015, donde miles de personas se volcaron a las calles y plazas de
todo el país al grito de ¡Ni Una Menos! en contra de los femicidios, en un contexto donde
una mujer es asesinada cada 30 horas por el solo hecho de ser mujer. En nuestro país, la
cuarta ola estuvo marcada por el rol protagónico de la militancia juvenil y por la conquista
del derecho al aborto y tiene como principal caracterísitca la masividad en los reclamos.
Para conocer un poco más de esta historia, les proponemos recorrer esta línea de tiempo
que contiene las leyes nacionales que ampliaron derechos a las mujeres y disidencias. Como
resultado de demandas, debates y movilizaciones del movimiento de mujeres y feminista,
a lo largo de los años se fueron conquistando estas normativas. Es importante señalar que
si bien las leyes no aseguran que se garanticen los derechos en la práctica, nos dieron y nos
dan herramientas centrales para avanzar en esa dirección.
El divorcio vincular
1987
Luego de la primera ley, en el año 2015 se sancionó el nuevo Código Civil y Comercial,
donde ya no se exige el acuerdo de ambos cónyuges para divorciarse ni tampoco la justificación de
una causal concreta (como el “adulterio”, por ejemplo), basta con que uno de ellxs lo solicite.
La Ley de Cupo
1991
Establecía un piso obligatorio de 30% de mujeres en las listas. Recientemente, en el 2017,
se estableció la Ley de Paridad de Género.
Es importante conocer que existen estas normativas para saber con qué herramientas contamos a
la hora de defender nuestros derechos. Pero también recordemos que las leyes y las
normas son acuerdos políticos que son posibles porque tienen consenso social, y en ese
sentido, ver cómo las leyes nacionales fueron interviniendo sobre estos temas da cuenta de
la posibilidad de ir transformando la realidad, las injusticias, las desigualdades, organizadxs,
para avanzar por más derechos.
Hay dos momentos en la historia que marcan un cambio respecto de los avances interna-
cionales hacia la igualdad jurídica: El primero es la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer convocada en 1979 por la ONU, la
cual reconoce que para lograr la plena igualdad entre mujeres y varones es necesario modificar
sus papeles tradicionales en la sociedad y en la familia.
Los Estados parte del tratado asumen el compromiso de condenar, tomandolas medidas
necesarias -incluso legislativas-, todas las formas de discriminación contra las mujeres
practicadas no solo por autoridades e instituciones públicas sino también por cualquier persona,
organización o empresa. Ahí radica su importancia: compromete a cientos de países de la
región y del mundo en la lucha por la igualdad de género.
En esta ley se describen cuáles son los tipos y modalidades de violencias, que nos servirán para
comenzar a ponerle nombre, ponerlas en palabras, visibilizarlas, problematizarlas, desnaturalizarlas
e identificarlas.
Los tipos de violencias refieren a las formas concretas que asumen, mientras que
las modalidades de violencias se refieren a los ámbitos donde se materializan.
Física
La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y
cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física.
Psicológica
La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno
desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias
y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra,
descrédito, manipulación aislamiento. Incluye también la culpabilización, vigilancia constante,
exigencia de obediencia sumisión, coerción verbal, persecución, insulto, indiferencia, abandono,
celos excesivos, chantaje, ridiculización, explotación y limitación del derecho de circulación o
cualquier otro medio que cause perjuicio a su salud psicológica y a la autodeterminación.
Sexual
Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital,
del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva
a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación
dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia,
así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
Simbólica
La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita
y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando
la subordinación de la mujer en la sociedad.
Política
La que se dirige a menoscabar, anular, impedir, obstaculizar o restringir la participación
política de las mujeres, vulnerando el derecho a una vida política libre de violencia y/o el
derecho a participar en los asuntos públicos y políticos en condiciones de igualdad con los
varones.
Modalidades
Se incluyen las siguientes modalidades, que hacen referencia a los diferentes ámbitos donde
la violencia puede producirse:
Violencia doméstica
Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar, independientemente del
espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad,
Violencia institucional
Aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes pertenecientes a
cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin retardar, obstaculizar o
impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos
previstos en esta ley. Quedan comprendidas, además, las que se ejercen en los partidos
políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil.
Violencia laboral
Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o privados y que obstaculiza
su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo
requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la realización de test de
embarazo. Constituye también violencia contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar
el derecho de igual remuneración por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento
psicológico en forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su
exclusión laboral.
Violencia mediática
Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier
medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación
de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la
Violencia pública-política
Aquella que, fundada en razones de género, mediando intimidación, hostigamiento,
deshonra, descrédito, persecución, acoso y/o amenazas, impida o limite el desarrollo propio
de la vida política o el acceso a derechos y deberes políticos, atentando contra la normativa
vigente en materia de representación política de las mujeres, y/o desalentando o menoscabando
el ejercicio político o la actividad política de las mujeres, pudiendo ocurrir en cualquier espacio de
la vida pública y política, tales como instituciones estatales, recintos de votación, partidos
políticos, organizaciones sociales, asociaciones sindicales, medios de comunicación, entre
otros.
Fase 1
Se denomina acumulación de la tensión.
Es una fase en la que comienzan a aparecer conflictos y agresiones. La mujer trata de calmar,
conformar a su pareja, pero se producen episodios pequeños de tensión que van en aumento. La
mujer tenderá a satisfacer los deseos de su pareja, como estrategia para evitar el conflicto.
Conocer la existencia de esta fase es fundamental porque es una oportunidad para trabajar
en prevención.
Fase 2
Se denomina explosión de violencia.
La violencia se agrava, explota, se produce un aumento de las agresiones que incluyen la
violencia física, psicológica y/o sexual. Se pasa de la acumulación de tensión a la agresión
directa y desencadenada. El agresor se justifica y cambia los roles, se hace pasar por víctima.
Les echa la culpa a las tensiones laborales, al cansancio, al alcohol y se excusa diciendo que
ella lo buscó. No se hace responsable de sus agresiones. En esta etapa, el estado de pánico,
ansiedad y miedo suele inducir a la persona que sufre violencia a pedir ayuda a alguien de su
entorno de confianza o tomar la decisión de denunciar al agresor. Las acciones deben centrarse
en resguardar la seguridad de la mujer.
Sobre esta información, hay que tener en cuenta varias cosas. En primer lugar, no siempre
las mujeres transitan el ciclo de la violencia en el mismo orden y las mismas condiciones:
las fases pueden no ser siempre iguales y extenderse por tiempos distintos. Incluso en
algunas situaciones, la fase en la que la violencia estalla no se pone de manifiesto de una
forma tan explícita, pero encontramos signos de violencias más sutiles que es necesario
visibilizar para poder intervenir. En este sentido hay que observar el tiempo entre una fase
y otra: si se acorta es un indicador de riesgo.
En tercer lugar, aunque parezca un círculo cerrado, se puede cortar. Pero eso no significa
que pase de un momento para el otro: cada persona tiene procesos y tiempos diferentes
que salvo que exista riesgo inminente- hay que poder respetar y acompañar, dejando de
lado las propias ansiedades.
Por otro lado, hay quienes caracterizan estas situaciones cíclicas, no como un círculo sino
como un espiral, puesto que cada vez que el ciclo se repite, la violencia se agudiza. Para
explicar esta situación de “progresión” de la violencia en una relación, así como visualizar
las diferentes formas y situaciones de violencia que muchas veces tienen lugar en la
vida cotidiana, puede utilizarse el siguiente gráfico:
Seguramente todxs alguna vez escucharon hablar de crímenes pasionales, hace décadas los
asesinatos o abusos dentro del hogar quedaban puertas adentro, en “la vida doméstica”.
Eran los tiempos de las cosas no dichas, del ocultamiento y la negación.
Pero, por suerte los tiempos cambian y la sociedad avanza y hoy podemos llamar a estos
crímenes de diferente manera: Femicidios/ Transfemicidios/ Travesticidios, los cuales son
definidos por Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres de la siguiente
manera:
Femicidio
Muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea tenga lugar dentro de la
familia, unidad doméstica o en cualquier relación interpersonal, en la comunidad,
por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus
agentes, por acción u omisión. Esta definición es lo suficientemente amplia, ya que
incorpora también las muertes violentas de mujeres por fuera de las relaciones de
pareja y familiares cuando se dan en un contexto de desigualdad, discriminación u
odio de género. Esto incluye a las muertes cometidas por varones en otros espacios, no
meramente el privado, aquellas realizadas con violencia sexual, por desconocidos.
Transfemicidio / Travesticidio
En nuestro país los colectivos y movimientos LGTBI+ han visibilizado las condiciones
estructurales de vulnerabilidad, marginalidad y violencia sistemática a la que se
ven sometidas la mayoría de las mujeres trans y travestis. Las personas trans
Clase 3
DIVERSIA CULTURAL
“(...) A medida que el movimiento fue avanzando
y el pensamiento feminista fue evolucionando,
algunas activistas feministas visionarias entendieron que los
hombres no eran el problema,
que el problema estaba en el patriarcado,
el sexismo y la dominación masculina”
bell hooks
en “El feminismo es para todo el mundo”
Luciano Fabbri
Masculinidades | Clase 3 | 61
¡Bienvenides!
En esta tercera unidad nos proponemos trabajar sobre lo que representa este concepto
y qué otras masculinidades son posibles. El feminismo también es cosa de varones,
aunque todavía algunos se sientan ajenos por considerarlo “cosa de mujeres”. En ese
sentido, aquí nos proponemos evitar el enojo y reflexionar sobre cómo los estereotipos
de género -que el feminismo cuestiona- también afectan a los hombres.
Masculinidades | Clase 3 | 62
Algunos conceptos claves
que vamos a trabajar durante
esta unidad
Masculinidades | Clase 3 | 63
Interrogantes de los que partiremos
en esta unidad:
Masculinidades | Clase 3 | 64
Conceptos claves
Tiempo estimado de lectura: 12 minutos
Antes de comenzar a reflexionar sobre las masculinidades, nos parece importante poder
definir y diferenciar juntxs algunos conceptos que son claves para problematizar esta
temática.
Masculinidades | Clase 3 | 65
De esa forma, hemos construido la idea de la heterosexualidad como “lo normal” y legítimo.
Al mismo tiempo que otras identidades han sido erróneamente catalogadas como anormales,
anti- naturales e incluso han sido consideradas como patologías.
Por ejemplo, recién en 1990 la Organización Mundial de la Salud sacó de su lista de
enfermedades a la homosexualidad.
Masculinidades | Clase 3 | 66
(heteronorma) porque instaura un sistema de creencias y suposiciones que presenta a
la heterosexualidad como un estado “natural” o “normal” del ser humano. Esto es,
justamente, lo que pone sobre la mesa aquel feminismo de los años 80, cuando se refiere a
que existe un grado de discriminación y violencia mayor sobre aquellas identidades sexuales
que no se encuentran dentro de la heteronorma, es decir, de lo que se espera de un varón
o una mujer con respecto a su orientación sexual. Si el mandato nos impone que a las mujeres
les deben gustar los varones y a los varones les deben gustar las mujeres, ¿qué pasa con
quienes tienen otros deseos sexuales que se dislocan del mandato socialmente establecido?
¿Notaron que cuando hablamos de “cuestiones de género” existe todavía la idea de que se
trata de “asuntos” de mujeres y/o vinculados a la diversidad sexual? Sin embargo, como
venimos viendo en esta clase, todas y todos nos vemos atravesados por los mandatos de
género: cómo debemos ser, qué debemos hacer, qué se espera de nosotras/os, en razón al
género que se nos haya asignado. En ese sentido, la masculinidad también es una construcción
social, aunque muchas veces pase desapercibida. Se “aprende” a ser varón en sociedad.
Masculinidades | Clase 3 | 67
Lograr que los varones puedan pensarse como sujetos que encarnan un conjunto de
normas, valores, expresiones, roles y funciones que definen lo que debe o no ser un varón
y que a su vez, esa construcción tiene consecuencias para nuestra sociedad, es fundamental. Es
necesaria una transformación de las dinámicas de complicidad machista, de los
silencios, y de los abusos de poder de todo tipo para reconstruir formas de ser
varón que se involucren en la lucha contra las desigualdades de género y la
erradicación de la violencia de género.
Construir otros modos de habitar las masculinidades que no tengan que ver con el sometimiento y
la vulneración de otras personas. Cuando pensamos en términos de políticas públicas y
derechos ciudadanos, indudablemente, tenemos que tratar de ir construyendo igualdad,
condición imprescindible para el ejercicio de una ciudadanía democrática.
Masculinidades | Clase 3 | 68
Diversas maneras de habitar las masculinidades”
Tiempo estimado de lectura: 9 minutos
De esta manera, podemos definir que el dominio de los varones cis por sobre las mujeres,
feminidades y disidencias sexuales es un ordenador que habilita múltiples formas de
ejercer violencias y control sobre otrxs. Y donde producto de esa socialización la violencia es
un mecanismo “interiorizado” por los varones en sus relaciones sociales, afectivas, laborales.
Lo que se espera de un varón no viene en el ADN, sino que son construcciones culturales
-estereotipos de género- que se reproducen desde todos los espacios e instituciones donde
Masculinidades | Clase 3 | 69
transitamos nuestra vida: la familia, el barrio, la escuela, el club, el trabajo, entre otros. Esta
construcción cultural que establece cómo deben ser los varones se conoce como: masculinidad
hegemónica.
Esta búsqueda constante de estar por encima de las mujeres y el resto de las identidades
para reafirmar su lugar, implica un despliegue de mecanismos de opacamiento: no tomar en
serio lo que dice una mujer, no reconocer ni respetar la autoridad cuando la jefa es mujer,
ridiculizar y excluir al varón “menos” masculino, entre otros. Estos son mecanismos sutiles
que constituyen la base de otras violencias.
La masculinidad hegemónica se sostiene en complicidades, es decir en silencios frente a
actitudes que podrían ser señaladas como incorrectas. La complicidad entre pares es la base
a partir de la cual se sostienen los privilegios masculinos:
En la calle, pasa una mujer y un varón mira su cuerpo e inmediatamente busca la mirada
de otro varón “cómplice” para chequear que son dos varones (es decir, que pertenecen al
mismo grupo de poder) y que son heterosexuales (les gustan las mujeres y lo hacen notar).
En un grupo de WhatsApp un varón hace un chiste que menosprecia u ofende a las
mujeres y/o personas LGBTI+, el resto lo festeja o simplemente lo deja pasar sin evidenciar
que es ofensivo.
Un amigo no comparte las tareas de cuidado de su casa o de sus hijas e hijos, pero
no le decimos nada porque consideramos que es normal.
En reuniones laborales las discusiones se dan entre varones y se desoyen las voces
de las mujeres.
Masculinidades | Clase 3 | 70
La complicidad entre varones suele ser muy difícil de cuestionar. Es justamente ahí donde
encontramos la aceptación y la perpetuación de un montón de actitudes que en el momento
se consideran inofensivas por aparecer en forma de chistes o por ser actitudes a las que estamos
acostumbradas y acostumbrados, pero que en realidad son graves ya que son las raíces de
violencias más explícitas y con grandes impactos para quienes la sufren.
Los mandatos de la masculinidad hegemónica constituyen reglas disciplinadoras para los
varones y tienen las siguientes características
No expresar afectos
y privilegiar lo racional y la acción
Se espera que un hombre “de verdad” no llore, no sienta miedo y no se desborde en emociones,
ya que eso se considera “cosa de mujeres”. Cada vez que un niño recibe la advertencia: “Los
hombres no lloran”, se le está exigiendo que suprima y niegue lo que siente.
Masculinidades | Clase 3 | 71
deseo (hetero) sexual. Esto lo vemos reflejado en situaciones tales como: el orgullo de algu-
nos padres frente al comportamiento sexual de su hijo cuando dicen: “Y sí, es hijo de ‘ tigre”
o la necesidad de realizar comentarios sexualizantes y objetivización de los cuerpos femeninos.
Ser proveedor
El estereotipo masculino indica que debe ser el hombre quien mantiene económicamente el
hogar cuando está en pareja con una mujer. Es él quien debe mantener a su familia, pagar las
cuentas, manejar el auto. Frente a situaciones de crisis económica, donde los hombres no
pueden cumplir con este rol asignado, muchos sienten amenazado su lugar. Este mandato
tiene como contraparte la imposición de las tareas de cuidado y reproductivas a las mujeres.
Masculinidades | Clase 3 | 72
Cultivar el honor
Es interesante ver que la palabra “virilidad” viene de “virtud”. La virtud implica un lugar valorado
en las relaciones de poder, lo cual constituye el honor. Un “hombre sin honor” no sería un
hombre de “verdad”, y esto lo vemos cuando otro hombre se apropia de sus “posesiones”
(como por ejemplo “sus” mujeres), lo cual se expresa cuando escuchamos decir “Pobre fula-
no...es un cornudo” o “No te metas con mi hermana”.
Otro ejemplo son las preocupaciones parentales sobre la masculinidad del hijo varón, que se
convierten en presiones reflejadas en chistes cotidianos o comentarios. Esto da cuenta que
lo masculino es algo que debe ser vigilado, medido y sobre todo siempre probado. El hijo debe
demostrar constantemente no ser maricón, cobarde, pollerudo, débil, cornudo, impotente, etc.
Les dejamos este video del gobierno de Quilmes “Masculinidad hegemónica”, que resume lo
que venimos postulando.
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Masculinidad hegemónica
¿Qué vínculo tiene con la violencia de género?
Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
En este encuentro, nos interesa hacer foco en los anudamientos que se generan entre las
formas normativas en que se expresa la masculinidad y su vínculo estrecho con formas de
violencia y vulneración.
Siguiendo los lineamientos de la ley 26485, Ley de protección integral para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, que trabajamos en la clase anterior,
entendemos que este tipo de violencias como “aquellas que tiene como destinatarios a
personas con identidades sexuales y de género no hegemónicas están basadas en relaciones
de desigualdad y jerarquización existentes en la sociedad”.
Es por ello que el trabajo para erradicarla debe también incluir medidas y actividades que
pongan de manifiesto las estructuras sociales, los discursos y tramas que hacen posible la
profundización y repetición de las prácticas violentas.
Este enfoque nos permite observar y analizar críticamente las relaciones sociales, en las que
frecuentemente las mujeres y otras identidades de género no hegemónicas quedan en
una posición de desventaja social, política, económica y cultural frente a la masculinidad
tradicional.
Nos resulta imprescindible cuestionar y deconstruir las implicancias y efectos de la
masculinidad normativa, sus vínculos con diferentes formas de violencia, y a partir de
allí, construir acciones tendientes a promover la equidad entre los géneros en nuestras
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sociedades.
Las formas de masculinidad vinculadas a una sexualidad activa, a la violencia, al ejercicio
del poder, no emergen desde las entrañas de los varones como potencia interior, sino que se
van construyendo y reconociendo. Y esto se produce en el encuentro con la mirada de otros
varones que operan como examinadores de una “verdadera masculinidad” y de la sociedad
que los educa para ocupar determinadas posiciones.
Sin embargo, ese recorrido de legitimación está lleno de peligros, con riesgos de fracaso y
con una competencia intensa e imparable donde el miedo a caer en el afuera es la emoción
que moviliza cada gesto, práctica, palabra en el recorrido de “hacerse varones”.
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Masculinidades en deconstrucción
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
La cuarta ola feminista habilitó la creación de espacios de encuentro y reflexión para cuestionar y
debatir sobre otras formas de vivir la masculinidad. Sus principales estrategias de trabajo son la
promoción y prevención, a partir de campañas comunicacionales y espacios de formación y
capacitación que buscan: desarticular los mandatos de la masculinidad hegemónica y crear
espacios para trabajar con varones que ejercen violencia de género.
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Creemos que las expresiones artísticas son una forma de abrir los horizontes hacia nuevas
realidades. Es por ello que les compartimos un fragmento del texto “Si yo quisiera” de Mauro
Cabral, varón trans, activista intersex.
“(...) Si yo quisiera podría ser un gran macho argentino. Hablaría de minas y de fútbol a los
gritos hasta quedarme afónico, no levantaría la mesa ni aunque me pagaran, mantendría a mi
mujer en su lugar y maltrataría en público a “los” travestis a las que deseo en secreto. Odiaría a
bolivianos, paraguayos, chilenos y peruanos, me emocionaría con el himno y con Tinelli, nadie
me interrumpiría cuando hablo y, en general, me parecería tanto a mi padre que apenas podría
distinguir su argentinidad al palo de la mía. Podría ser cualquier hombre de los que encuentro
en la calle cuando abro la puerta y salgo. Podría ser, por ejemplo, uno de esos intelectuales que
se aprendieron mi nombre sólo cuando dejaron de verme como una minita y pasaron a verme
como un tipito, valga la diferencia. O podría ser uno de esos buenos muchachos que se deses-
peran por darme la bienvenida a una masculinidad que, por alguna razón misteriosa, creen que
por divino o humano derecho les pertenece. Podría ser uno de esos que uno ve en cualquier
parte y dice “es un hombre”, uno de esos que pueden entrar a todos los lugares reservados sólo
para hombres. Hay hormonas. Hay cirugías. Hay reeducamiento de la voz, hay reeducamiento
del caminar, del dormir y del comer. Podría pasar, si quisiera, como pasan todos los varones, sin
que nadie les pregunte qué eran antes de ser lo que son, ni cómo se llamaban, ni si tienen o si
les falta. No tendría pasado —“ese” pasado—, no tendría gracia, no tendría secreto. (...) Podría
dejar de ser trans y convertirme en un hombre, tan solo un hombre, parte del mismo mundo
donde hombres y mujeres reinan. Por supuesto que podría, si yo quisiera. Pero no quiero.”
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El camino hacia la igualdad es un camino que no depende solo de mujeres y disidencias, sino
que también involucra a los varones. Muchas veces se piensa que el feminismo es algo exclusivo
de las mujeres, o que la lucha por la igualdad está en “contra” de las masculinidades. Esto no
es así. Como vimos, el patriarcado también tiene consecuencias en los varones, que
necesitamos cuestionar si queremos promover vínculos más sanos y amorosos. Varones
sensibles y respetuosos, que no necesiten la agresión para resolver conflictos, que
respeten a todas las identidades de género, que no necesiten hacer chistes humillantes
para afirmar su identidad, que busquen el consentimiento en sus relaciones, que
rompan con la complicidad machista, que cuiden de sus hijos e hijas, que encuentren en
la vulnerabilidad la fortaleza para ser felices.
“Varones vs Machos”
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Les dejamos una entrevista realizada a Ariel Sanchez,
miembro del Instituto de Masculinidades y Cambio Social
y Coordinador del Centro de Producción, Formación
e Investigación en Masculinidades, Comunicación y Género
(FPyCS - UNLP).
Actualmente es Director de Promoción de Masculinidades
para la Igualdad de Género del Ministerio de Mujeres,
Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia
de Buenos Aires.
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¿CÓMO
CONSTRUIR
ESPACIOS LIBRES
DE VIOLENCIAS
PARA TODES?
Clase 4
DIVERSIA CULTURAL
CONCEPTOS
SOBRE LOS QUE
TRABAJAREMOS
Se trata del momento crítico, de accionar directo con respecto a la situación violenta y/o
desigual por razones de género. Cuando nos encontramos frente a una situación de
violencia es necesario que se realice una escucha activa de la situación, con el objetivo
de acompañar a quien se encuentra atravesando una situación de violencia. En el
marco de esa escucha intentaremos:
Determinar si existe una relación de violencia (cuando ésta se haya constituido en el modo
de vincularse y en la principal alternativa de resolución de conflicto= círculo de la violencia),
es decir, si solo se trata de hechos aislados o si se está en el inicio de una relación que podría
devenir en una situación de violencia.
La situación de riesgo real, para ella y para sus hijxs. (Ver “Evaluación de riesgo”)
Evaluar los elementos con que la persona cuenta para enfrentar la situación (desde factores
económicos hasta emocionales). Una herramienta fundamental en ese momento son las
redes de apoyo familiares, institucionales y comunitarias.
Evaluación de riesgo
Cuando nos llega una situación de una persona que ha atravesado o atraviesa una situación
de violencia tenemos que evaluar, desde el primer encuentro, los indicadores de riesgo o
peligro para tomar decisiones adecuadas que les asegure resguardo y protección. La adecuada
evaluación y valoración de estas situaciones permitirá tomar decisiones y derivar a quienes
piden ayuda, a instancias que se consideren pertinentes (legales, psicológicas, etc.).
Indicadores a tener en cuenta en una consulta por violencia por parte de la pareja:
Frecuencia: cada cuánto tiempo se dan los episodios violentos, y si se han ido incrementando.
Tipos de violencia más habituales: emocional, física, sexual, económica o en forma
combinada.
Intensidad: gravedad, tipos de violencias más frecuentes: si son en estallido, o aumen-
¿Cómo actuamos?
Si nosotrxs advertimos la situación violenta pero la persona no:
Lo primero y principal es mostrarse disponible, escuchándola.
Hacerle saber que no se encuentra sola y es comprendida.
Se puede hablar con ella sobre otros temas para mantener el vínculo.
URGENCIA
Acciones planificadas. Es aquella situación que se presenta sin riesgo de vida y
requiere acciones y asistencia a corto plazo. Nos permite pensar estrategias y
acciones para intervenir en el corto y mediano plazo. Articular con los recursos
y políticas públicas locales y/o provinciales.
En primer lugar, tener en cuenta que muchas veces quien transita una situación de violencia
le resulta muy difícil poner en palabras lo sucedido. Por lo cual es importante empatizar con
esa persona, dejarle claro que no haremos nada que no quiera hacer, recordar y recordarle
siempre que la decisión es suya.
Evitar comentarios que puedan juzgar la situación (preguntas como: “¿Vos que hiciste?”,
“¿Por qué lo hiciste?”, “¿Cómo lo permitiste? y cualquier otra que pueda responsabilizar a la
persona).
Evitar preguntar sobre la situación, ya que nuestra tarea es escuchar y acompañar, no ahondar
en conocer los detalles. Tengamos en cuenta que es posible que la persona tenga que relatar
la situación nuevamente, por ejemplo, si decide realizar una denuncia. Estos procesos
pueden llegar a ser revictimizantes y dolorosos si en cada espacio debe volver a relatar la
violencia sufrida. Informar a la persona de la existencia de las áreas preparadas para abordar
estas situaciones.
Retomando lo trabajado en la segunda clase, donde definimos que las violencias de género
son aquellas que se dan en el marco de un sistema jerárquico de relaciones de poder en la
organización de las sociedades, se comprende que todas las actividades y producciones
culturales se encuentran atravesadas por una lógica patriarcal. Asimismo, cuando se recupera la
perspectiva interseccional debemos interrogar y trabajar en múltiples dimensiones para
garantizar espacios y proyectos culturales que no repitan ni afiancen aquellas estructuras
desiguales que organizan nuestra sociedad. Muchas veces estas estructuras están naturali-
zadas y por eso, desmantelarlas requiere un trabajo activo y continuo. En este sentido, incorporar
la perspectiva de género y diversidad desde una mirada interseccional en la labor cultural no
es sólo intervenir cuando hay casos graves o evidentes, sino trabajar de manera simultánea
en distintos niveles:
Diagnóstico: Identificar si hay patrones de desigualdad que se reproducen en las decisiones
del proyecto.
Prevención: Definir si hay espacios de capacitación que permitan trabajar sobre esta
temática y abonar la construcción de miradas atentas en torno a las señales de las violencias
de género.
Intervención: Designar estrategias, responsables y recursos para los casos en que se
requiera una intervención activa, ya sea de carácter urgente o no.
A continuación, les dejamos un listado de experiencias o buenas prácticas que pueden resultar
de utilidad para implementar en los proyectos o espacios en pos de prevenir las violencias de
género:
Capacitación y espacios de sensibilización para integrantes del proyecto sobre violencias
de género.
Capacitación y espacios de sensibilización para público en general sobre violencias de
género.
Generación de protocolos y/o procedimientos internos de actuación ante situaciones
de violencias de género, con estrategias de comunicación claras y visibles.
Creación de espacios de acompañamiento para situaciones de violencias de género.