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TCE Pediátricos

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 Cerebro: Está relacionado con los sentidos, las

emociones, los recuerdos y las reacciones.


 Cerebelo: Se encarga de mantener el
equilibrio, la postura y está implicado en el
movimiento de todo el cuerpo. Se encarga de
que los movimientos sean realizados de
manera coordinada y precisa.
 Tallo Encefálico: Controla funciones vitales
como el ritmo cardíaco, la digestión, la
respiración y la presión arterial.
Además, conecta el cerebro con el resto del
cuerpo por medio de la médula espinal. El tallo
encefálico se divide en bulbo raquídeo,
protuberancia y mesencéfalo.
 Cualquier alteración física o funcional
producida por fuerzas mecánicas que actúan
sobre el encéfalo o alguna de sus cubiertas.

 El TCE infantil constituye un motivo


frecuente de consulta en Urgencias. Aunque
en su mayoría no conlleva consecuencias
graves, el TCE supone la primera causa de
muerte y discapacidad en niños mayores de
1 año en los países desarrollados.
 Se estima que 1 de cada 10 niños sufrirá un
TCE no banal a lo largo de la infancia.

 Por otra parte, se considera que la


mortalidad de los traumatismos es dos
veces mayor en niños menores de 12 meses
que en el resto de edades pediátricas.
 El grupo que es atendido con mayor
frecuencia es el de menores de 2 años. En
la pubertad existe otro pico de gran
incidencia por la participación de los jóvenes
en actividades de riesgo.

 Los TCE son más frecuentes en varones en


todos los grupos de edad, siendo más
marcadas las diferencias a partir de los 4
años.
Las causas de los traumatismos :
 Las caídas

 Los accidentes de tráfico

 El maltrato es una causa de


TCE potencialmente grave.
 Esta mayor susceptibilidad de los niños ante
los TCE se debe a una superficie craneal
proporcionalmente mayor, una musculatura
cervical relativamente débil, un plano óseo
más fino y deformable, y un mayor contenido
de agua y menor de mielina, lo que origina
daño axonal difuso en los accidentes de
aceleración y desaceleración.
Un TCE genera distintos tipos de daño
cerebral según su mecanismo y momento de
aparición:

 Daño cerebral primario. Se produce en el


momento del impacto, a consecuencia del
traumatismo directo sobre el cerebro, o por
las fuerzas de aceleración o desaceleración
en la substancia blanca.
 Daño cerebral secundario. Resulta de los
procesos intracraneales y sistémicos que
acontecen como reacción a la lesión
primaria, y contribuyen al daño y muerte
neuronal. A nivel intracraneal pueden
aparecer edema cerebral, hemorragias
intracraneales.
Alteraciones de la consciencia.
 La pérdida de consciencia inmediata al
traumatismo es relativamente frecuente, y sólo
ha demostrado ser un factor de riesgo
independiente si su duración supera los 5
minutos.

Signos neurológicos.
 Pueden aparecer desde el momento del
traumatismo, acompañar a una alteración de la
consciencia inicial se debe realizar la
exploración neurológica sistematizada a todos
los pacientes con TCE.
 Con relativa frecuencia, se producen
alteraciones transitorias de la frecuencia
cardíaca y la tensión arterial, que suele
acompañarse de vómitos, cefalea que
pueden ser desencadenadas por una
reacción vagal.
Anamnesis
 Es importante obtener del paciente,
familiares o acompañantes la mayor
información posible respecto a las
características del traumatismo: hora y lugar
del accidente, mecanismo de producción, si
existió o no pérdida inicial de consciencia,
enfermedades o condiciones previas,
síntomas que ha presentado hasta la
valoración clínica.
La secuencia de actuación más aceptada es la
de :
 A (vía aérea + control de columna cervical).
 B (Ventilación).
 C (Circulación).
 D (Evaluación neurológica).
 E (examen físico).

La evaluación de los signos vitales es una


medida imprescindible ante todo paciente con
un TCE, ya que constituye un buen indicador
de la función del tronco cerebral.
 En la exploración neurológica inicial se ha
de evaluar el nivel de consciencia, la
exploración pupilar, y si está suficientemente
reactivo, la función motora.

 Las variaciones en el nivel de consciencia


son el mejor indicador de la intensidad del
traumatismo y de la función general del
cerebro. El instrumento de más rigor
empleado para su evaluación es la Escala
de coma de Glasgow .
 El TCE mínimo (GCS=15).
 TCE Leve (GCS de 14 y 13).
 TCE Moderado (GCS de 9 a 12).
 TCE es grave (GCS de 3 a 8).
 Se recomienda realizarla al inicio de la
valoración neurológica. Los párpados
también nos ofrecen información, pues su
cierre por estímulos luminosos o acústicos,
valoran la integridad del mesencéfalo.
 Se deben explorar de forma sistemática
todos los aparatos, tratando de determinar el
alcance de otras lesiones existentes para
establecer el orden de prioridades
terapéuticas.

 Cabeza: Se ha de realizar una cuidadosa


palpación del cráneo, de las fontanelas y de
los huesos faciales, así como la inspección
de las heridas del cuero cabelludo en busca
de fracturas subyacentes o signos de
cualquier traumatismo oral o mandibular.
 En el caso de las fracturas de base simples
podemos encontrar: hemotímpano, signo de
Battle, ojos en mapache... Las fracturas de
base complejas se acompañan además de:
rinolicuorrea, otolicuorrea, o salida de papilla
encefálica por orificios naturales.
 Radiografía simple de cráneo.
 Tomografía computarizada (TC).
 Resonancia magnética nuclear (RMN).
 Ecografía cerebral.
 Sedación con propofol
 Antiedema manitol o soluciones
hiperosmolares
 Antipirético paracetamol
 Analgésico buprenorfina o fentanilo
 Diuréticos
 Monitorización continua de signos vitales por medio del
monitor (FC, FR, Temperatura, Saturación de oxigeno).
 Cambios posturales .
 Aspiración de secreciones PRN.
 Piel seca y húmeda.
 Limpieza bucal y oftálmica.
 Comunicación verbal.
 Cuantificar diuresis.
 Posición semiincorporada, con la cabeza unos 30°.
 Prevenga la aparición de convulsiones. Si se presentan,
evite el daño por golpes en el niño. Suministre
anticonvulsivante según orden médica
 Mantener normotérmico al paciente.
 Administración de líquidos endovenosos tipo cristaloides.
 Disminuir la presión intracraneana.
 Controlar la osmolaridad sanguínea
 Prevención o manejo de las convulsiones.
 Inspeccione en el niño la presencia de hemorragias y su
causa en ambos lados del cuerpo.
 Realice extracción de muestras de sangre antes de
conectar los líquidos endovenosos para analizar en
laboratorio como mínimo el grupo sanguíneo, pruebas
cruzadas, hemograma y glicemia.
 Instale dos accesos venosos periféricos, preferiblemente
en extremidades.
 Observe la adopción de posturas anormales indicadoras
de decorticación y descerebración.
 Valore cada hora presión arterial, frecuencia cardiaca,
temperatura y patrón respiratorio y controle sus
alteraciones.
 Observe la presencia de edema periorbitario, hematoma
en párpados, equimosis en región mastoides o
laceraciones.
 Observe la presencia de cualquier drenaje por oídos o
nariz.
 Coloque un collar cervical para prevenir las lesiones
medulares cervicales hasta que se descarte este
diagnóstico.
 Ausculte en busca de focos neumónicos y observe la
presencia de secreciones respiratorias.
 Mantenga la vía aérea permeable, hiperventile con
oxígeno al 100% antes de la succión de secreciones,
hacerlo sólo durante menos de 15 seg.
 Controle gases arteriales, mantenga la PaCO2 entre 17 y
20 mm Hg. y la PaO2 mayor o igual a 80 mm Hg si se
utiliza ventilación mecánica.
 Administre antibióticos según orden médica.
 Realice aseo oral con antiséptico o solución
bicarbonatada para disminuir la incidencia de neumonía
nosocomial.
 Mantenga hidratada la piel.
 Brinde educación sobre los procedimientos que requiere
el niño por su estado de salud.
 Explique la importancia del uso de monitores, tubo
orotraqueal, catéteres y otros.
 Explique la evolución del estado de salud del niño.
 Permita la participación de la familia en los cuidados
básicos del niño (baño, cambio de pañal, humectar la piel,
etc.)
 Manrique, I. Alcalá, P.J. Manejo del
traumatismo craneal pediátrico. Recuperado
de :
https://www.aeped.es/sites/default/files/docume
ntos/manejo_del_traumatismo_craneal_pediatri
co.pdf
 Medina, P.A Cuidados de enfermería al niño
con trauma encéfalo-craneano: en la atención
inicial de urgencias Recuperado de:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1341
690.pdf
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