Chang La Economía Ambiental

Universidad Autónoma del Estado de México
Facultad de Planeación Urbana y Regional
Licenciatura en Ciencias Ambientales
Economía ambiental
La economía ambiental
Marzo de 2020
José Gerardo Moreno Ayala
UAEMex-FAPUR Economía ambiental/José Gerardo Moreno Ayala
Introducción
La economía ambiental es la incorporación del medio ambiente como
objeto de estudio de una escuela del pensamiento económico: la
neoclásica.
La economía ambiental centra su análisis sobre la escasez y entonces
sólo considera como bienes económicos a los bienes escasos, los
abundantes no son bienes económicos.
El medio ambiente se constituye en bien económico en la medida que
ciertos recursos naturales escasean o muestran horizontes de
agotamiento, sin embargo, tales bienes son al mismo tiempo bienes no
económicos al carecer de dueño o precio (pueden considerarse costos
de extracción y distribución, pero no costos de producción).
El medio ambiente es externo al mercado y se le internaliza
adjudicándole un precio y haciéndolo susceptible de apropiación.
Por ello, la valoración del medio ambiente es una tarea primordial de
la economía ambiental.
Otras escuelas económicas buscan comprender la
multidimensionalidad del medio ambiente, e incluyen no sólo la
biosfera, sino la sociedad y la economía.
La economía ecológica se sustenta en las ciencias de la naturaleza:
ciclos biogeoquímicos e intercambio de energía.
Los ambientalistas marxistas privilegian lo social y ven el valor como
una relación social.
La evolución de la problemática ambiental en el pensamiento
económico.
Prácticas y posiciones explotadoras del medio ambiente, pero que no se
consideran insustentables por la escala o intensidad de la producción o
resiliencia de la naturaleza:
Francis Bacón: la naturaleza debe ser subyugada y al servicio del
hombre.
Tradición cristiana: la naturaleza para usufructo del hombre.
Las prácticas agrícolas: más explotadas que preservadas.
Los intelectuales (S. XVIII): un horror lo agreste y satisfactorio lo
limpio.
Linneo y Humboldt (S. XVII), fundadores de la historia natural

consideran al hombre como parte del orden natural y sujeto a sus
leyes.
La economía humana debe estar en sintonía con la economía natural;
la naturaleza es útil y digna de atención del hombre.
Los fisiócratas (Quesnay, 1758), la agricultura es la fuente de toda
riqueza, la única actividad productiva. Su teoría es una racionalización
del orden antiguo, antes que un anuncio del nuevo régimen capitalista.
La fisiocracia, el saber natural, la teología y el romanticismo son las

primeras manifestaciones de protección al medio ambiente.
La economía clásica inaugura la época del mundo finito, con límites

ambientales: la dinámica demográfica de Malthus y la tesis de
rendimientos decrecientes de Davis Ricardo que llevan a un inevitable
“estado estacionario” ( para John Stuart Mill sería un estado deseable
más humano y que dejaría en paz al mundo natural.
Con la Revolución Industrial basada en la termodinámica (S. XIX),
una ruptura ecológica que extiende la escala geográfica de la
problemática ambiental.
Los precursores de la economía ecológica, “ingenieros economistas”

(Carnot: principio de entropía; Cournot y Jevons: anuncian el fin del
carbón y; Fourier y Tyndall advirtieron del calentamiento global),
basados en los principios de la termodinámica preveían trastornos
irreversibles en los ciclos biogeoquímicos de la biosfera.
En la “edad de oro” (1950-1973) crecimiento vertiginoso por la

revolución tecnológica basada en la electrónica y nuevos químicos.
Pese a que la problemática era visible (contaminación y derrames de
petróleo), aún era local o regional.
En los 80-90`s la degradación ambiental es global y los problemas más
graves no son perceptibles al ojo humano: pérdida de biodiversidad,
agujero en capa de ozono y cambios climáticos.
En los setenta surge la economía ambiental como respuesta de la

escuela neoclásica basados en la teoría de la internalización de
externalidades de Pigou (1920) y Coase (1960).
Como contrapartida, la economía ecológica enfatiza la finitud de los
recursos, basada en los ciclos biogeoquímicos de los ecosistemas y las
leyes de la termodinámica.
Economía ambiental: principios y aplicaciones
Principios:
Privilegia el análisis del mercado y no el proceso productivo: El
mercado se forma cuando los bienes son escasos; los agentes
económicos se guían por una racionalidad que implica que buscan
maximizar su satisfacción dentro de sus preferencias y con una
restricción presupuestal.
La actividad económica sólo se da en el precio de equilibrio (la
cantidad y precio al que el oferente está dispuesto a vender sus bienes
coincide con la cantidad y precio al que está dispuesto a comprar el
consumidor). El valor de un bien depende de la valoración subjetiva
La teoría neoclásica se considera neutra y sin juicios de valor.

Cree en la armonización del mercado por la “mano invisible”, que
implica que con él coinciden los intereses individuales con los sociales.
Un mercado competitivo opera en el “óptimo de Pareto”: no es posible
mejorar la situación de un individuo sin que empeore la de otro.
Por ello, la intervención del Estado debe ser mínima y circunscrita a
cuando se presentan fallas de mercado.
Internalización de las externalidades
Los neoclásicos no ven contradicción entre la lógica del desarrollo
económico y la lógica de la biosfera.
La escasez, la degradación y el desperdicio de los recursos naturales se
puede resolver con reglas claras y logrando atribuir su verdadero
valor a los bienes y servicios ambientales (BYSA).
Internalizar las externalidades es crear las condiciones para establecer
el intercambio mercantil de los BYSA.
Pigou conceptualizó la internalización de las externalidades en La
economía del bienestar (1920), pero es hasta 1970 que se considera en
las externalidades ambientales.
Pigou reconoce que salvo en competencia perfecta el mercado hay
muchas fallas de mercado que llevan a que la maximización del
bienestar privado no coincida con la maximización del bienestar social,
con lo cual se hace necesario el Estado para reglamentar y disciplinar
los efectos externos.
Las externalidades positivas cuando la actividad de un agente
beneficia a otros y externalidades negativas cuando los perjudican.
Las externalidades negativas son costos que paga el afectado y que no
cubre el que los ocasiona al quedar fuera de mercado por lo cual se
requiere internalizarlos.
Pigou propuso un impuesto que corresponda con el costo social
infringido: el que contamina paga. Los costos del contaminador
aumentan y disminuyen sus beneficios (salvo que los pueda trasladar
al consumidor).

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