Ana Rodriguez Granell

Este capítulo propone una breve introducción a las complejidades del regionalismo arquitectónico en sus varias conceptualizaciones y un recorrido por algunos manifiestos y proyectos urbanos que visibilizan una relectura de elementos vernáculos y tradicionales desde los códigos de la modernidad. De esta forma veremos cómo el regionalismo fue una pieza
indispensable en el proceso de modernización arquitectónica en el contexto de la dictadura, durante finales de los años cuarenta y principios de la década de los cincuenta.
Este recorrido por las problemáticas que atañen al regionalismo, su introducción como marco de debate en varios contextos y la transmutación de sus ideas en el avance del racionalismo modernista, las ilustraremos a través de algunos casos para comprobar de qué forma la tradición popular y la normalización de sus elementos constituyen un
salvoconducto para algunos proyectos agrarios y asistenciales del Nuevo Estado franquista como los poblados del Instituto Nacional de Colonización (INC) o algunos ejemplos turísticos como las ciudades residenciales de la Obra Sindical de Educación y Descanso (OSED) entre otros.

Este artículo propone una mirada renovada sobre la Exposición Internacional de Barcelona 1929 a través de su cultura material y visual, los pabellones comerciales, sus atracciones y la configuración de su espacio para analizar cómo el diseño del evento se interrelaciona con varias dinámicas inscritas en la cultura urbana y a la experiencia de modernidad. Veremos así la centralidad que cobran las experiencias sensitivas, cómo el régimen visual del evento se relaciona con la circulación de saberes en el siglo XIX o que vínculos establece el consumo con la creación de nuevos espacios urbanos, nuevas formas de entretenimiento y estilos modernos como el Art Déco. El objetivo será visualizar el alcance del evento de 1929 en la concreción de culturas urbanas asociadas a la irrupción de la sociedad de consumo que se intuyeron en 1888.

This article seeks to analyse the Parque del Pasatiempo (Pastime Park) complex (1893–1914) located in the city of Betanzos, in north-western Spain. As an architectural and sculptural complex, the space provides an interesting case for studying the cultural history of the turn of the 19th and 20th centuries and the emergence of museum and recreational complexes. The aim is to contextualise the Park’s specificity in light of the colonial dynamics of the north of Spain, and also, through visual studies literature, establish the connection between the complex and an entire range of practices and artefacts that existed, both in Spain and internationally, at the end of the 19th century, such as world expositions, public parks and amusement parks. Through this constellation of meaning, we shall try to understand how these exhibitionary complexes have a place within the tensions inherent in enlightened dialectics, between discipline and instruction and the release of bodies.

Este artículo propone una exploración por los mecanismos de asimilación de la arquitectura moderna en los años finales del primer franquismo a la luz de las tensiones y compromisos entre conservadurismo y modernismo. Retomaremos el debate historiográfico actual en torno a la naturaleza moderna de los proyectos fascistas para arrojar una nueva mirada sobre los discursos y los proyectos que auspiciaron la paulatina introducción de la modernidad arquitectónica en España. A pesar del imperante conservadurismo artístico e ideológico, el racionalismo se abrió camino gracias a la dialéctica tradición-modernidad del discurso arquitectónico y del propio proyecto estatal franquista. En este recorrido analizaremos dos casos arquitectónicos oficiales a partir de documentos de cultura visual y escrita y de su propia materialidad: el poblado de colonización de Vegaviana (1954-1959) y la Ciudad Residencial de Educación y Descanso de Tarragona (1953-1956). A través de estos casos pretendemos señalar las problemáticas que emergen al hablar de modernidad en el contexto de la dictadura y arquitectura franquista.

In recent years, the emergence of digital media and ICT has created a number of technological advantages that have provided greater access to audiovisual production and distribution such as activist documentary. Some of these advantages are based on financing methods such as crowdfunding and crowdsourcing; informal communities; free licenses; etc. However, few studies have focused on evaluating the agency of  these new emerging models; or which factors (economic crisis, and demands for social justice) lie behind the current enthusiasm and social
impact of some documentary and cultural productions involved in social and urban movements and produced at the margins of the cultural industry.
It is possible to trace a long history of entrenched social and cultural militancies within these urban boundaries, in which agents are today offering radical forms of democratic participation that are reshaping the political agenda and institutions.
This chapter aims to highlight the relationship between these economic, cultural, urban and technological processes in order to analyze the political agency achieved by some organizational models at the margins of cultural industry. In doing so, we will analyze the case of the documentary Ciutat Morta (Dead City) (Xavier Artigas and Xapo Ortega 2015) produced by the audiovisual platform Metromuster.

Desde hace algunas décadas las aproximaciones de la New Film History se han ocupado de redefinir la Historia del cine de forma no teleológica. De este modo, han desestabilizado categorías de consagración de ciertos modelos estilísticos como puede ser la idea de modernidad o clasicismo. En este artículo vamos a proponer una revisión de algunas cinematografías y films periféricos a Hollywood o al marco del clasicismo El gran consolador (Velikiy uteshitel, Lev Kulechov, 1933), Pie in the Sky (NYKino, 1935) y El crimen del Sr. Lange (Le crime de M. Lange, Jean Renoir, 1936) para comprobar cómo, desde prácticas cercanas al vanguardismo, se dan procesos de asimilación de ciertos iconos clásicos a la par que, precisamente por esa apropiación, asistimos a propuestas auto-reflexivas. Estas prácticas de des-ubicación de lo clásico en algunos films fuera e incluso dentro de Hollywood durante los años treinta proponen reconsideraciones historiográficas y conceptuales en torno a nociones como modernidad que exploraremos aquí.

Este artículo pretende exponer los vínculos que se establecieron entre las ideas estéticas surgidas durante el Romanticismo alemán y el  discurso político de la Revolución Bávara en el noviembre de 1918. A través de un recorrido por el proceso de politización del movimiento
expresionista, veremos cómo conceptos filosóficos, provenientes del misticismo romántico y de la filosofía nietzscheana, se incorporaron en el pensamiento político filoanarquista de la Räterepublik con la intención de, paradójicamente, superar estratos utópicos y llevar a la praxis su proyecto social alternativo de izquierdas. De este modo, intentaremos insertar los discursos de Kurt Eisner, Erich Müsahm o Gustav Landauer en el debate sobre la refundación de lazos comunitarios como parte de la dialéctica moderna y la crítica a la razón ilustrada.

Este artículo analiza a través de fuentes históricas y obras de historia cultural, la emergencia de colectivos de cine y documental militante durante el periodo del New Deal estadounidense teniendo en cuenta las tensiones entre éstos y las políticas documentalistas institucionales o las directrices realistas de los años treinta. Se plantea así que, ante la eclosión de nuevas tecnologías audiovisuales, y la organización de redes de cooperación al margen de los estudios cinematográficos, algunas posiciones críticas no sólo retan ciertas políticas estéticas hegemónicas si no que también establecen nuevos diálogos con narrativas instituidas a la vez que retan los modelos de organización del trabajo de la industria cultural. Para ello se tendrá en cuenta el caso de NYKino, como plataforma escindida que reformulará los preceptos del dogmatismo anti-vanguardista del PCUSA o la pretendida objetividad del documentalismo institucional, llevando a cabo una crítica del trabajo en los espacios de la militancia. De este modo, intentaremos insertar estas prácticas en el marco del modernismo estadounidense.

This paper focuses on an overlooked period of film history between the brilliant 1930s and the film modernism to come in the late 1950s, a time when critical and militant manifestations in British cinema were co-opted into the institutional narrative of quality film. Following World War II and the rise of Labour’s social democracy, realism became the bedrock of British national cinema as part of the country’s cultural rebuilding. In this context, and given the efforts invested in the war and the institutionalisation of realism exemplified by Millions Like Us (Sidney Gilliat & Frank Launder, 1943), what had been a period of political exaltation gave way to a dismembering of the avant-garde practices and the critical militant documentalism that had represented the working class. Faced with official cinematographic discourses that tried to temper the radical spirit of the pre-war years, calls came for narratives that expressed civil responsibility, civic sense, compassion and rectitude, or ‘hopeful and clear-eyed’ narratives.
This paper seeks to examine how gangster and spiv films provide a subaltern representation of the British working class. It will analyse the political economy of post-war British gangster films, popular cinema and certain sectors of the industry as a forum for challenging institutional aesthetics. The influences from the 1930s, oppositional discourse and the sparks of modernity in gangster films such as Waterloo Road (Sidney Gilliat, 1944), They Made Me a Fugitive (Alberto Cavalcanti, 1947), and It Always Rains on Sunday (Robert Hamer, 1947) will be examined. This will be done to determine if this kind of film, which led to sub-genres of social criticism, may be deemed a vehicle for vernacular modernism.

Durante  la República  de  Weimar,  en  el  marco de agitación política  y  de  crisis económica,  algunas  producciones  culturales  asumieron  ciertos  tintes  satíricos.  En  este artículo se analiza cómo figuras ligadas a la vanguardia artística y al marxismo generaron una vía que permitió articular su postura crítica con nuevos parámetros modernos, rechazando las dinámicas del expresionismo y del misticismo de fin de siglo.

Esta investigación se centra en evaluar, a través de una herramienta de análisis que hemos denominado dispositivo crítico, la capacidad de agencia de iferentes iniciativas y colectivos artísticos que operan a nivel local. Tal concepto nos es idóneo para ampliar la mirada sobre las relaciones entre cultura y política, más allá de los binomios arte político o cine político. Esta noción nos ayudará a analizar una serie de prácticas que, al intento de subvertir las narrativas y los contenidos temáticos hegemónicos de las industria culturales, suman la puesta en crisis de otros planos que determinan la producción cultural tales como el modelo de producción, las condiciones laborales, los protocolos legales bajo los que se licencian las obras resultantes, los discursos hegemónicos de carácter neoliberal que normalizan la producción independiente, etc.

To answer whether there is such a thing as a “fascist aesthetic”, we can turn to the clearest manifestations highlighted by Walter Benjamin, such as the totalitarian symptoms of an aestheticisation of politics, or the mechanised rituals of a “Mass Ornament” that organise a multiplicity of fragments under the image of a homogenized mass reflecting the cult of rationalist efficiency (Kracauer 1995, 75-88). As is frequently stated in the literature, these aesthetic ideas were materialised in mass entertainment and on the stage and ultimately became the defining symbol of dictatorial regimes. However, these forms of “mass reproduction” cannot be ascribed exclusively to fascist ideological rituals of affirmation. Mass expression also forms part of contemporary rituals of national affirmation, such as the opening ceremony of the Olympic Games, military parades in democratic nations, or the Dionysian immersion of a Rammstein concert (a band often criticised for its flirtations with neo-Nazi aesthetics). Slavoj Zizek (2010, 373-386) examines this aestheticisation of mass joy as a ritual in which the jouissance is expressed as a neutral substance and only in a second instance is it instrumentalised for political purposes, leaving behind the pleasure in itself.
The fascist imaginary not only fuelled the cult of efficiency derived from a rationalist modern mass society but also alluded to the primitive joy of belonging. It is here that we find the link between the fascist aesthetic tradition and the irrationalist tendencies of nineteenth-century Romanticism and the fin-de-siècle imaginary. The affirmative aesthetic of belonging, though shared with ideologies other than the radical right, was easily transferred between the different ideological factions of the early twentieth century thanks to its powerful criticism of the excesses of rationalism. In this sense, considering that anti-liberalism was not a “parenthesis in European history” (Benedetto Croce 1943) but a common parameter in ideologies critical of the failure of modernity (Mazower 2001; Sternhell, Sznajder and Asheri 1994), we will analyse the genealogy of the fascist aesthetic through the German case and the reworking of the community myth.
This study will attempt to chart the continuity between various periods of German history, built around a belief in aesthetic and artistic redemption and the notion of culture as a political project. To analyse the network of discourses that construct the concept of community as a pre-rational impulse, we explore those discourses that are crystallised in artistic and cultural expressions close to the Romantic programme and its preoccupations with the return to the lost community and the refounding of unifying myths (Nietzsche, Böcklin). Through this analysis we establish links with the later neo-pagan and regenerative ideals of völkish movements (Fidus) and the mysticism of the Konservative Revolution. Ultimately, we highlight the inherent contradictions in the underlying notion of modernity in European fascism. Consequently, leaving to one side the question of whether there is such a thing as a purely fascist aesthetic, the aim of this study is to determine how some of the aesthetic ideas assimilated and refined by the Third Reich were configured, focusing on their belonging to a tradition forged in the late eighteenth century as a critical response to the Enlightenment. In our analysis we shall endeavour to shed light on the inherent contradictions within those processes that, as in any totalitarian regime, establish relationships of affirmation-rejection and exaltation-regression with Modernity.

Desde el inicio de la década se ha hecho evidente la fuerte implicación de lo cinematográfico en la visibilización de determinadas identidades urbanas. Sin embargo, podemos rastrear cómo junto a las transformaciones de la ciudad y la implantación de ciertos regímenes económicos, tanto en determinados momentos históricos (durante el tardofranquismo) como en procesos sociales actuales (post-industrialismo), la creación cinematográfica junto a la emergencia de alternativas de producción y difusión han sido muy relevantes a la hora de generar un tejido crítico y reflexivo en torno a las políticas urbanas.

One of the most feted outcomes of any technological revolution is the opportunity for social transformation projects. Without getting into the wealth of literature on techno-utopias, this text discusses certain issues that have emerged in the digital culture, such as “other” forms of cultural production in the free-culture movement. I say “other”, rather than new, with the emphasis on the sense of otherness, since this work seeks to illustrate a genealogy of these practices that today can be collectively referred to as free culture or included as part of the broader concept of digital culture. At the same time, however, the practices expose problems that can be analysed from the viewpoint of art history. I will focus specifically on the significant role of cooperative practices and the building of the commons in areas where artistic creation takes place and technology opened the door to other forms of organizing work, planning production collectively and impacting society through art. However, the relationship between art and the common good often implied by the concept of free culture has certain paradoxes that I would also like to illustrate in this paper.