María Luisa Castro Lorenzo

Entre as evidencias da relixiosidade prerromana no Monte do Facho destaca unha estrutura circular de grandes dimensións, que albergou no seu interior unha pequena plataforma, nun contexto, ademais, de pequenas fosas, canles e pequenos muros de difícil interpretación. A asociación directa a esa plataforma dun depósito ritual composto por un puñal e un coitelo de ferro, así como concentracións de cerámicas, úteis líticos ou restos orgánicos, apunta á celebración de ritos sacrificiais. Unha arquitectura simple ó exterior, pero complexa ó interior, expresión dunha funcionalidade tamén complexa, nun contexto alleo ó doméstico, e que se desenvolveu nos derradeiros tempos da cultura castrexa: ca. ss. III a.C a I d.C.

Un elemento imprescindible do noso Trega é o museo arqueolóxico, que
abriu as súas portas un 10 de xuño de 1917, hai xa cen anos. Por tal motivo,
este ano 2017, celebrámolo con distintas actividades, entre as que destaca a
exposición “viaxando pola historia. Cen anos do MASAT”, a cal pretende
homenaxear e dar a coñecer unha das nosas institucións máis salientables,
o Museo Arqueolóxico do Monte Santa Trega (MASAT).

Un elemento imprescindible do noso Trega é o museo arqueolóxico, que
abriu as súas portas un 10 de xuño de 1917, hai xa cen anos. Por tal motivo,
este ano 2017, celebrámolo con distintas actividades, entre as que destaca a
exposición “viaxando pola historia. Cen anos do MASAT”, a cal pretende
homenaxear e dar a coñecer unha das nosas institucións máis salientables,
o Museo Arqueolóxico do Monte Santa Trega (MASAT).

Un elemento imprescindible do noso Trega é o museo arqueolóxico, que
abriu as súas portas un 10 de xuño de 1917, hai xa cen anos. Por tal motivo,
este ano 2017, celebrámolo con distintas actividades, entre as que destaca a
exposición “viaxando pola historia. Cen anos do MASAT”, a cal pretende
homenaxear e dar a coñecer unha das nosas institucións máis salientables,
o Museo Arqueolóxico do Monte Santa Trega (MASAT).

Un elemento imprescindible do noso Trega é o museo arqueolóxico, que
abriu as súas portas un 10 de xuño de 1917, hai xa cen anos. Por tal motivo,
este ano 2017, celebrámolo con distintas actividades, entre as que destaca a
exposición “viaxando pola historia. Cen anos do MASAT”, a cal pretende
homenaxear e dar a coñecer unha das nosas institucións máis salientables,
o Museo Arqueolóxico do Monte Santa Trega (MASAT).

Un elemento imprescindible do noso Trega é o museo arqueolóxico, que
abriu as súas portas un 10 de xuño de 1917, hai xa cen anos. Por tal motivo,
este ano 2017, celebrámolo con distintas actividades, entre as que destaca a
exposición “viaxando pola historia. Cen anos do MASAT”, a cal pretende
homenaxear e dar a coñecer unha das nosas institucións máis salientables,
o Museo Arqueolóxico do Monte Santa Trega (MASAT).

A través de la presente comunicación pretendemos dar a conocer los materiales cerámicos procedentes de varias excavaciones en dos núcleos urbanos gallegos, Santiago de Compostela y Pontevedra. Ambas localidades revelan una importancia desigual durante la Edad Moderna. Santiago goza en estos momentos de un importante dinamismo comercial, derivado de la fuerza de la burguesía asentada en la ciudad episcopal más pujante del noroeste peninsular. Por su contra, Pontevedra entra en este momento en un período de decadencia, no obstante su burguesía vinculada al mar sigue desarrollando una importante actividad comercial. A pesar de las diferencias citadas, las dos ciudades cuentan con importantes mercados a los que llegan productos de diversas procedencias, entre los que destacan las producciones cerámicas portuguesas, que por lo que observamos a través del registro arqueológico eran muy apreciadas por esta burguesía comercial.

Los materiales cerámicos recuperados del pecio de A Illa da Rúa (Galicia) proceden de una incautación, posterior depósito judicial y definitivo depósito en un museo.
Se trata de recipientes para el transporte y almacenaje de mercancías, relacionadas con el importante tráfico comercial en el ámbito atlántico, y vajilla de producción española,
posiblemente del alfar de Triana (Sevilla), destinada a la venta en los mercados gallegos o del norte de Europa. La cronología de estas producciones y su contextualización en
excavaciones realizadas en Galicia, nos llevan a proponer que el hundimiento de este barco en la costa gallega debió tener lugar entre finales del siglo XV e inicios del XVI.

El auge de la arqueología urbana de los últimos años reclama estudios sobre los materiales que aparecen en estas intervenciones, en la mayor parte de los casos, excavaciones de urgencia o controles arqueológicos ante la inminente construcción de un nuevo edificio o la rehabilitación de uno antiguo.
Frente a la proliferación de estudios dedicados a materiales medievales, los modernos han estado hasta hace poco tiempo excluidos de la investigación arqueológica y, por lo tanto no era de extrañar que ni siquiera se recogiesen este tipo de materiales en las excavaciones y el futuro de los poco que si se recogían y no iban a parar a las escombreras, cambiaban este destino por el del almacén de un museo para simplemente aumentar sus fondos y caer en un triste olvido a la espera de estudios o publicaciones que permitiesen identificar y catalogar estos materiales para el caso gallego.
Estudios de este tipo que en Galicia empiezan a dar sus primeros pasos, a la sombra de los trabajos pioneros de americanos e ingleses, que explican el uso del inglés para denominar a muchas de estas producciones que en algunos casos se producen en nuestro país. Trabajos que en otros lugares de España como Andalucía empiezan a ser frecuentes en las publicaciones científicas españolas y extranjeras y que las excavaciones en suelo urbano, junto con la publicación de los resultados obtenidos, en los que los materiales modernos empiezan a hacer acto de presencia, contribuyen a formar una base sobre la que asentar futuras investigaciones y permiten identificar producciones similares que llegan a Galicia.
En los últimos años se han empezado a publicar estudios en forma de pequeños artículos o trabajos de investigación encaminados a avanzar en el estudio de estos materiales para el caso concreto gallego que debe ser contrastado con el de otros lugares, para ver los puntos en común, acordes con el gusto y la moda de la época, y las particularidades que se dan en Galicia y no se pueden, ni deben generalizar a otros lugares.
Con el presente trabajo se pretende estudiar un momento cronológico y un ámbito espacial concreto de la vida cotidiana de la sociedad compostelana. Estudio que se centra exclusivamente en la cerámica vidriada del entorno catedralicio, como son el Claustro de la Catedral y la Casa del Deán donde residen, además, las clases más pudientes y, por lo tanto, esta cerámica vidriada, conocida como loza, forma parte de su vajilla de lujo y es un indicador de su riqueza y estatus social durante los siglos XVI y XVII.
El estudio de estos materiales procedentes de estas excavaciones nos permiten distinguir dos momentos diferentes en la composición de esta vajilla de lujo, que coincide con dos registros arqueológicos de similar naturaleza, ambos son rellenos intencionales, pero que responden a dos realidades diferentes, uno para la construcción y asentamiento del claustro renacentista, con la destrucción de su precedente, el medieval, y de las casas cercanas, y otro, algo posterior, para preparar el terreno para la construcción de la Casa del Deán, destruyendo las casas existentes con anterioridad y recibiendo este registro aportaciones de materiales contemporáneos, al ser éste un espacio muy afectado por la acción humana, y encontrándose el material, en algunos casos, revuelto, a diferencia del Claustro en el que el material se encuentra “sellado” por la construcción renacentista.
Un primer momento, que se corresponde con el registro del Claustro, en el que la vajilla de lujo, perteneciente a las casas cercanas a la Catedral y anteriores o coetáneas a la construcción del Claustro, está formado por platos procedentes del alfar italiano de Montelupo y decorados “a nastri spezzati”, “ a rombi e ovali” y a “blu graffito”, siendo probable la presencia de algún fragmento, también de plato, de Faenza. Hay también algún fragmento atribuible a las primeras series talaveranas enmarcadas aún en la tradición mudéjar (serie punteada).
Un segundo momento, posterior a la realidad existente en el Claustro, en el que la vajilla de lujo, perteneciente a los residentes en la rúa do Vilar, una de las calles más importantes del urbanismo compostelano, en las casa existentes con anterioridad a la Casa del Deán, que se destruyen para su construcción, está formada por loza tipo Talavera que desplaza a las producciones italianas que aún siguen presentes, pero en un número muy inferior, en ejemplares de Montelupo únicamente decorados a “blu graffito” y de Pisa con decoración “marmorizzata”. Aparecen también fragmentos de platos, que probablemente proceden de Sevilla, que imitan la mayólica ligur sobre esmalte “berettino”. Entre la loza tipo Talavera hay representadas diferentes series que reflejan las influencias que recibe esta producción, entre otras de la mayólica italiana y la oriental de la porcelana china de la dinastía Ming, de la que también se recuperaron fragmentos en la Casa del Deán. Diversas influencias que Talavera recibe y reinterpreta con su sello particular y que en otras ocasiones imita, influyendo a su vez en otras producciones hispánicas que debido a la fama y aceptación alcanzada por este tipo de loza imitan a su vez las producciones talaveranas de mayor éxito, dificultando con ello la identificación de los alfares de producción, ante la falta de estudios de laboratorio de las pastas que permitan precisar las procedencias des estos fragmentos que siguen utilizando hasta el momento los estudios de tipo comparativo, poniendo en relación y comprobando los colores de las pastas, aspecto del vidriado y ejecución de la decoración de los centros más conocidos y publicados en los estudios de este tipo.
En la Casa del Deán hay también un fragmento de plato de la serie azul de influencia mudéjar, anterior a la producción renacentista.
De la producción renacentista hay un posible albarelo de la serie esponjada, fragmentos de la serie tricolor, sobre todo, los decorados con la orla castellana, además de un fragmento de plato de la serie de las estrellas de plumas, decorado en el centro con la cruz de la orden de Santiago, lo que nos indica que fue realizado previo encargo, algo que sólo podían permitirse las clases sociales altas, al igual que ocurre con los fragmentos de la serie blanca de los escudos. Un fragmento de la serie de los helechos y platos pertenecientes a las serie de imitación de Delf.
Así la arqueología nos da una fecha “post-quem” de 1520 cuando se destruye el Claustro medieval (1521-1527) y “ante-quem” de 1601, cuando está construido el lienzo norte del Clautro, para la vajilla de lujo procedente del Claustro mientras que en el caso de la Casa del Deán, debido a la condición del registro, sólo tenemos una fecha “ante-quem” de 1706, momento en el que se inicia la construcción de la Casa del Deán. Es decir, la vajilla del Claustro refleja la realidad existente en el siglo XVI y la de la Casa del Deán la del XVII, cronología proporcionada por la arqueología frente a los estudios histórico-artísticos en los que se basaban la mayor parte de los estudios de cerámica vidriada moderna para atribuir cronologías a estas producciones, salvo contadas excepciones."

A través de la presente comunicación pretendemos dar a conocer los materiales cerámicos procedentes de varias excavaciones en dos núcleos urbanos gallegos, Santiago de Compostela y Pontevedra.

Ambas localidades revelan una importancia desigual durante la Edad Moderna. Santiago goza en estos momentos de un importante dinamismo comercial, derivado de la fuerza de la burguesía asentada en la ciudad episcopal más pujante del noroeste peninsular. Por su contra, Pontevedra entra en este momento en un período de decadencia, no obstante su burguesía vinculada al mar sigue desarrollando una importante actividad comercial.

A pesar de las diferencias citadas, las dos ciudades cuentan con importantes mercados a los que llegan productos de diversas procedencias, entre los que destacan las producciones cerámicas portuguesas, que por lo que observamos a través del registro arqueológico eran muy apreciadas por esta burguesía comercial.

Uno de los hechos más relevantes en el ámbito doméstico gallego del siglo XV fue, sin duda, la definitiva consolidación y generalización de la posesión de vajilla de alta calidad y origen foráneo. Lozas mudéjares procedentes Mediterráneo convivían con producciones europeas de origen diverso, al tiempo que se empezaba a incorporar la mayólica italiana, en un ajuar, completado por la vajilla metálica y el vidrio, del que la arqueología ha encontrado en los últimos tiempos una rica y variada expresión.