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MARIA TORIBIA Y SANTA MARIA DE LA CABEZA Durante el Concilio de Éfeso del año 431 aparece por primera vez el término Theotokos, por el que fue dogmáticamente proclamada María como madre de Dios. Con esta expresión se recoge todo el contenido fundamental del Concilio sobre la Encarnación del Verbo. María ha contado siempre con distintas advocaciones tras el titulo de Nuestra Señora o Santa María relacionándolas con el lugar de sus apariciones terrenales o hechos bíblicos. La referencia más antigua es Santa María de la Antigua, al principio del siglo XI, en la provincia de León1 Durante el siglo XIV en las parroquias consagradas a María se fundaba una cofradía o hermandad para fomentar su devoción. En la reconquista, las mezquitas se consagraban a Santa María, como era norma en las órdenes militares. Es el caso de Arjona, con la iglesia de Santa María del Alcázar o la catedral de Jaén que fue consagrada según las crónicas a María Santísima en 1246. En Córdoba anteriormente, en 1236 se dedicó la mezquita a Santa María Madre de Dios. La catedral de Jaén también tiene una vinculación con Santa María de la Antigua. En este contexto histórico de la conquistas de Fernando III de las tierras y ciudades béticas tuvo lugar la aparición en 1227 de Nuestra Señora de la Cabeza en unos riscos de Sierra Morena, en el antiguo emplazamiento del Xándula, un fortín vigía almohade. Como uno de los primeros emplazamientos ocupados por tropas castellanas, es posible que siguiendo la tradición se proclamara el lugar bajo la advocación de Santa María dejando en el lugar una imagen de la Virgen, en su forma de Theotokos, María entronizada y siendo Ella misma trono de Dios. Pero hay una santa que se la identifica por María con el apelativo de la Cabeza, sin que en realidad tenga relación con la patrona de la diócesis de Jaén. María Toribia, esposa de San Isidro Labrador, era una ermitaña de la que cuentan que conseguía cruzar sobre su manto el rio Jarama cuando venía con aguas turbulentas para asistir 1 SÁNCHEZ CANDEIRA, Alfonso: Castilla y León en el siglo XI: estudio del reinado de Fernando I; Real Academia de la Historia, 1 de ene. de 1999 - 349 páginas Madrid, BN Ms. 4357, fol. 151, núm. 535 Mª Lourdes Cubero Mercado Página 1 un pequeño oratorio. Se la representa con una alcuza de aceite para alimentar las lámparas sagradas y una antorcha, sobre el mantillo con el que cruzaba el rio. A pesar de que en algunos escritos se dice que esta ermita estaba bajo la advocación de Nuestra Señora de la Cabeza, cronológicamente estamos hablando de fechas anteriores a la aparición de la Virgen en Sierra Morena, aproximadamente el siglo XI-XII, por lo que sería cualquier otra advocación mariana la titular, siendo la más posible la Virgen de la Piedad de Torrelaguna. María Toribia se retiro tras el fallecimiento de San Isidro a la pequeña hacienda de Carraquiz, propiedad de la familia Vargas a la que siempre habían servido y desde entonces se dedicó por completo a la ermita que tenía a su cargo. A su fallecimiento hacia 12022 fue enterrada en la ermita a los pies del altar y de su cuerpo se extrajo su propia cabeza. Esta se situó en un relicario sobre el altar mayor delante de la Virgen, empezando a conocerse a María Toribia con el sobrenombre de la Cabeza. De tal manera queda arraigado que casi de forma mayoritaria se conoce a María de la Cabeza como esposa del Santo Isidro. En otros escritos se relaciona el nombre de la santa precisamente por el lugar donde se encontraba la ermita, próxima a la peña Rasa o Errasa que significa cabeza en árabe3. Y otra posible coincidencia sería la que situaba el nacimiento de la santa en Uceda, cabeza de una importante población entre las provincias de Madrid y Guadalajara. Incluso algunos textos señalan que el venerado cráneo podría pertenecer en realidad al propio San Isidro4 Las vidas de los Santos Isidro y María Toribia están más apoyada en la tradición y leyenda popular que en textos documentales, como el manuscrito del diacono de Madrid Juan Gil de Zamora, secretario de Alfonso X, conocido como el Códice de Juan Diácono, de finales del siglo XIII, siendo la primera fuente histórica que la nombra. Lope de Vega en 1617 recreo y dio forma impresa a los milagros de Isidro y María de la Cabeza, que conoció de manera oral, lo que dio una gran difusión a la esposa del Santo Labrador, que hasta esa fecha no era tan reconocida. Precisamente como presbítero, Lope de Vega fue uno de los declarantes en 1615 en el proceso de canonización de San Isidro. Fue beatificada en 1697 y canonizada por Benedicto XIV en 1752, celebrado su festividad el 9 de septiembre. 2 SAINZ DE ROBLES, F.C.: Madrid: Espasa-Calpe, 1962 – p.85 3 BRISSET MARTÍN, Demetrio. “San Isidro labrador”. La Aventura de la Historia nº 79. Madrid, 2005; pp. 92-96 4 CATALINA GARCIA, J: Relaciones Topográficas de España. Relaciones de pueblos que pertenecen a la provincia de Guadalajara. Memorial Histórico Españos XLIII; Madrid; Viuda e Hijos de M. Tello, 1905. Pp. 368-369 Mª Lourdes Cubero Mercado Página 2 Con frecuencia vemos como se evoca a la basílica santuario con el nombre de Santa María de la Cabeza. El que la prensa tras el asedio de 1936 se refiera al mismo como Santuario de Santa María de la Cabeza o textos narrando la historia de la santa como María de la Cabeza, confunden dos advocaciones sin apenas relación. Aunque vemos que indistintamente una imagen mariana se la puede denominar tanto Santa María como Nuestra Señora, en el caso de la santa madrileña el apelativo por el que se la reconoce es coincidente con la advocación de la Virgen Morenita, pero tienen un recorrido histórico diferente y unas connotaciones distintas. Bibliografía consultada: CATALINA GARCIA, J: Relaciones Topográficas de España. Relaciones de pueblos que pertenecen a la provincia de Guadalajara. Memorial Histórico Españos XLIII; Madrid; Viuda e Hijos de M. Tello, 1905. DIAZ DIAZ, Teresa: “Santa María de la Cabeza, única santa nacida en Guadalajara/Caraquiz, Uceda) de origen judío converso” en El Culto a los Santos, cofradías, devoción, fiestas y arte; Madrid, 2008 VACA DE OSMA, J.A.; Nueva historia de Madrid; Madrid: Planeta 20011 Mª Lourdes Cubero Mercado Página 3