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LA MÚSICA DE HISPANOAMÉRICA EN EL PERÍODO COLONIAL: REFLEXIONES SOBRE EL RESCATE DE UN PATRIMONIO COMÚN* Míriam ESCUDERO Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana Universidad de La Habana L OS estudios de interrelación entre repertorios hispánicos y americanos de los siglos XVI al XVIII constituyen una tarea vigente de la musicología en ambos lados del Atlántico. Toda iniciativa que permita el acceso a fuentes primarias y reflexiones locales será imprescindible para lograr teorizar sobre gestos y entonaciones que durante tres siglos ocurrieron en un espacio común. Este artículo propone un acercamiento al estado actual de la gestión de recursos documentales, investigaciones en curso y estrategias académicas para lograr la necesaria integración de conocimientos. Una nueva mirada al siglo XVIII en la historia de la música española conlleva una revalorización de aquellos repertorios subestimados por la historiografía de antaño al considerarlos extranjerizantes, debido a las diversas influencias foráneas sobre los compositores y obras producidas entonces en la Península, incluida la música religiosa para el culto católico. Esa necesidad de redescubrimiento ha motivado el estudio de muchos archivos que, hasta hace muy poco, estaban inexplorados, con vistas a caracterizar el comportamiento creativo a lo largo de esa centuria. Entre otros objetivos, se trata de establecer un juicio estético sobre la práctica musical sustentada en las libertades expresivas que propició el pensamiento ilustrado y de estudiar la superposición de lenguajes musicales derivados de la coexistencia entre el pasado musical contrarreformista y el presente racionalista. Se han ido abordando, de manera paulatina, las tareas que el Dr. Antonio Martín Moreno reconocía como todavía pendientes de resolución en 1985 en el prólogo de su antológica Historia de la música española. Siglo XVIII1: catalogación, transcripción, grabación de obras representativas, estudios monográficos, organológicos e iconográficos, reconstrucción de formas de gobierno y organización administrativa, uso de técnicas auxiliares de estudio del documento, paleografía, estudios contextuales; relación capilla de música-sociedad-otras instituciones musicales, correspondencias con fuentes conservadas en archivos extranjeros (ingleses, italianos, portugueses, americanos…). Dado el estado avanzado en que se encuentran algunos de estos temas medulares para la historiografía musical española, toca el turno ahora a los estudios de interrelación. Desde la última década del siglo XX hasta el presente, y cada vez con mayor amplitud, las publicaciones hispánicas de musicología muestran resultados de investigación basados en la observación y análisis de campos de estudio paralelos a la música, los cuales arrojan razones sobre el comportamiento de la creación musical durante el siglo XVIII. Abundan las reflexiones en torno al preclasicismo o la llamada transición estilística del barroco al clasicismo; la música litúrgica con * Sirva este texto para honrar el trabajo tesonero de dos profesores que han sido pilares de la musicología española universitaria: Emilio Casares (a quien se dedica esta publicación) y María Antonia Virgili, quienes tanto han hecho para preservar el patrimonio musical de Hispanoamérica. 1 Antonio Martín Moreno: Historia de la música española. 4. Siglo XVIII, Madrid, Alianza, 1996, pp. 11-12. 549 La música de Hispanoamérica en el período colonial: reflexiones sobre el rescate de un patrimonio común acompañamiento instrumental (conjunto de cámara versus acompañamiento orquestal); la influencia de la ópera y el teatro en la espiritualidad de la creación religiosa; la presencia de música instrumental en los archivos; la pervivencia de la llamada polifonía clásica (Victoria, Lassus, Palestrina, Guerrero, Morales, Ceballos…); la permanencia de las figuras retóricas, el canto gregoriano y el canto llano; la relación entre la legislación eclesiástica y la práctica performativa; la interpretación histórica de la música; o la funcionalidad de la música litúrgica, entre otros temas álgidos que se relacionan intrínsecamente. Más aún, la tendencia es aunar estas disímiles perspectivas en publicaciones de carácter enciclopédico, de manera que un mismo tema pueda ser consultado en sus más diversas aristas. Constituyen cuatro ejemplos importantes de esta perspectiva editorial los siguientes volúmenes: La música en España en el siglo XVIII2; Concierto barroco3; La música y el Atlántico. Relaciones musicales entre España y América4 y Devotional Music in the Iberian World, 1450-1800. The Villancico and Related Genres5. Esta propensión hacia un pensamiento histórico-sociocultural, en su más amplio sentido, ha renovado la investigación musicológica, de modo que, a la búsqueda del dato exacto, se suma la pesquisa de las causas directas e indirectas que condicionaron el hecho musical. Y es que la perspectiva global del conocimiento resulta imprescindible para cualquier campo de la investigación musical. Más reciente es, asimismo, la concreción del concepto de Hispanoamérica6 en la musicología española. Indudablemente, el Diccionario de la música española e hispanoamericana (1999-2002)7 ha sido una obra clave para el entendimiento práctico del término. No es posible agotar el estudio de la música hispanoamericana sin abordar estudios de interrelación entre España y sus antiguos territorios de ultramar, sobre todo entre los siglos XVI al XVIII, cuando la existencia de “Las Españas” era una realidad política y cultural, y tenían lugar procesos de ida y vuelta que fueron retroalimentando las culturas del Nuevo y Viejo mundos. El Dr. Robert Stevenson fue pionero en mostrar esta relación indubitable del lado americano. Comenta el musicólogo uruguayo Lauro Ayestarán, en un artículo publicado en 1965: “lo que hemos dado en llamar Barroco Hispanoamericano, fue revelado recién en estos últimos cinco años por un investigador viajero, Robert Stevenson, de la Universidad de California, Los Ángeles, cuyos trabajos han sido una especie de materia intercelular entre los estudios locales”8. Y, al referirse al tremendo acervo musical conservado en el Nuevo Mundo, preconiza: “Creo que estamos en condiciones de esclarecer el curso de la música histórica de occidente y aportar una fuente nueva que con los años vendrá a refrescar las raíces ya exhaustas por los investigadores de la cultura europea, volcando sobre 2 Malcolm Boyd, Juan José Carreras (eds.): La música en España en el siglo XVIII, Madrid, Cambridge University Press, 2000. Juan José Carreras, Miguel Ángel Marín (eds.): Concierto barroco. Estudios sobre música, dramaturgia e historia cultural, Logroño, Universidad de La Rioja, 2004. 4 María Gembero Ustárroz y Emilio Ros-Fábregas (coords. y eds.): La música y el Atlántico. Relaciones musicales entre España y América, Granada, Universidad de Granada, 2007. 5 Tess Knighton, Álvaro Torrente (eds.): Devotional Music in the Iberian World, 1450-1800. The Villancico and Related Genres, UK, Ashgate, 2007. 6 Entiéndase por Hispanoamérica, en este trabajo, la región cultural y geográfica que integran, especialmente entre los siglos XVI al XIX, España y sus colonias americanas. 7 Emilio Casares (dir.): Diccionario de la música española e hispanoamericana, 10 vols., Madrid, SGAE, 1999-2002. 8 Anteriormente Ayestarán menciona a destacados investigadores de la época que realizaban trabajos monográficos en sus respectivos países: “Caracas (Juan Bautista Plaza), Morelia (Miguel Bernal Jiménez), Bogotá (José Ignacio Perdomo Escobar), Lima (Rubén Vargas Ugarte y Andrés Sas), La Habana (Alejo Carpentier), Minas Gerais (Francisco Curt Lange), Santiago de Chile (Eugenio Pereira Salas), Montevideo, en fin, por el autor de esta comunicación”. 3 550 Míriam ESCUDERO los auditores un río de música insospechada”9. Fue el chileno Samuel Claro el primero en darnos a conocer esa realidad en forma de antología10. No obstante, vamos todavía en América atrasados en el aprovechamiento de esa “nueva fuente”, cuyo horizonte temporal abarca las tres primeras centurias posteriores al proceso de conquistacolonización. La búsqueda del dato exacto –que el Dr. Martín Moreno señalaba como el paso inicial en los trabajos de recuperación del patrimonio musical– ocurre más lentamente en nuestra área. De ahí que, todavía, sean vistos como un objetivo a largo plazo aquellos trabajos de interrelación que permitan establecer rasgos comunes en el comportamiento musical de los países que conformaron el Nuevo Mundo y, como resultado, revelar las posibles conexiones entre ellos, así como de cada uno de esos países con respecto a España. Hemos de superar, como indica el investigador Alejandro Vera, las posturas nacionalistas de la historiografía decimonónica americana, según la cual “el pasado colonial representaba la dominación española y, por tanto, una intromisión extranjera en la historia nacional”11. Solo a través de la enseñanza patrimonial –disciplina emergente que, en lugar de abordar el tradicional análisis del objeto patrimonial, se basa en la conjunción de una interdisciplinariedad que permite la comprensión integral de la cultura– se podrá enfatizar en el contexto en el que se sitúa el proceso que dio lugar al objeto o documento, en este caso musical, y propiciar con ello una reflexión más profunda. Esto desde el lado americano. Pero también es cierto que en Europa en general, y en la historiografía musical española en particular, son minoritarios los estudios sobre América en el período colonial, pues se ha ignorado durante años la relación de pertenencia común entre repertorios del Antiguo y Nuevo Mundos. En maestrías y doctorados de las universidades españolas, que ya incluyen cursos de Patrimonio Musical de Hispanoamérica, estos aún no poseen suficiente peso curricular. Uno de los trabajos que constituye una excepción muy loable y un punto de partida necesario, es el del Dr. Javier Marín López, quien, seducido por los repositorios que se acumularon durante tres centurias en la Nueva España, decidió dedicar su tesis doctoral, defendida en 2007 en la Universidad de Granada, al tema “Música y músicos entre dos mundos: La Catedral de México y sus libros de polifonía (siglos XVI-XVIII)”. Una parte de su enciclopédico trabajo ha visto la luz en 2012 gracias a la gestión de la Sociedad Española de Musicología y la Universidad de Jaén, dando lugar a dos tomos bajo el título de Los libros de polifonía de la Catedral de México. Estudio y catálogo crítico. Constituye un material de obligada lectura, puesto que en los libros de coro quedó constancia del repertorio peninsular circulante y de aquellos que fueron considerados los mejores compositores de la América hispana durante el período colonial. A propósito de América, en los últimos veinte años se observa un comportamiento académico esperanzador. En primer lugar, gracias al incremento en la participación de investigadores nativos. Por algún tiempo, el estudio de los fondos musicales de Hispanoamérica fue realizado por investigadores foráneos (el ya mencionado Robert Stevenson, Thomas Stanford, Francisco Curt Lange, Steven Barwick…), dada la escasez de musicólogos originarios cualificados. En muchos casos su labor fue titánica, pues abarcaron la pesquisa de varios archivos a la vez y, si en España resulta difícil trabajar simultáneamente en el estudio de catedrales distantes como las de Oviedo y Sevilla, cuánto más complejo resulta en la geografía americana, al precisar trasladarse de la catedral de Puebla de los Ángeles, en México, a la de Lima, en Perú, por ejemplo. 9 Lauro Ayestarán: “El Barroco Musical Hispanoamericano: Los manuscritos de la Iglesia de San Felipe Neri (Sucre, Bolivia) existentes en el Museo Histórico Nacional del Uruguay (Contribución al conocimiento del Barroco Musical Hispanoamericano)”, Anuario, 1, 1965, pp. 55-93. 10 Samuel Claro: Antología de la música colonial en América del Sur, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad de Chile, 1974. 11 Alejandro Vera: “¿Decadencia o progreso?: La música del siglo XVIII y el nacionalismo decimonónico”, Latin American Music Review, 31, 1, primavera-verano, 2010, pp. 1-39. 551 La música de Hispanoamérica en el período colonial: reflexiones sobre el rescate de un patrimonio común Sin embargo, es posible constatar un crecimiento de las investigaciones del acontecer musical americano en los siglos XVI al XVIII con solo hacer un repaso a los programas de congresos de Musicología celebrados en España e Hispanoamérica, como el Encuentro Científico Simposio Internacional de Musicología (ECSIM) que tiene lugar en el marco del Festival de Música Renacentista y Barroca Americana “Misiones de Chiquitos”, Bolivia; el congreso asociado al Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, en España; el Seminario Nacional de Música en la Nueva España y el México Independiente, de la UNAM; y el Coloquio Internacional del Premio Casa de las Américas de Musicología, Cuba, por citar algunos de los más reconocidos. De esta manera, podemos mantenernos al tanto de los avances de musicólogos como Bernardo Illari, Leonardo Waisman y Piotr Nawrot, sobre los repertorios de las reducciones jesuíticas y la Real Audiencia de Charcas; Víctor Rondón y Alejandro Vera, sobre Santiago de Chile; Egberto Bermúdez, sobre Santafé de Bogotá y el Virreinato de la Nueva Granada; Dieter Lehnhoff, Omar Morales, Bárbara Pérez, Drew Edward Davies, en los territorios del Virreinato de la Nueva España y Guatemala; Aurelio Tello sobre Lima y Oaxaca, Craig Russell en las misiones de Nuevo México; Nelson Hurtado, sobre Puebla de los Ángeles; David Coifman, Juan Francisco Sans y Mariantonia Palacios, sobre Santiago de León de Caracas. Para conocer todos estos resultados se precisan trabajos de referencia, por lo que sería muy valioso contar con una bibliografía actualizada, la indexación de las tesis escritas en universidades hispanoamericanas –tomando como patrón, por ejemplo, la red española Teseo12–, y la creación de herramientas para referenciar las publicaciones locales sobre estudios de la música de los siglos XVI al XVIII en Hispanoamérica, tal y como coordina la red Dialnet de la Universidad de la Rioja13. Internet es una valiosa herramienta de acceso a los archivos, pero muchas veces todavía resulta inasequible a investigadores del continente americano. La digitalización y transcripción de documentos emprendida por el Archivo General de Indias14 y el Proyecto Musicat15 del Seminario Nacional de Música en la Nueva España y el México Independiente, constituyen ejemplos de valiosas gestiones de acceso a la información. Para poder aquilatar las relaciones de ida y vuelta que se establecieron entre los territorios de Hispanoamérica, se necesitan estudios basados en el cotejo de información de ambos lados del Atlántico. En el ámbito de la música religiosa, el villancico es uno de los géneros que propició mayor intercambio, de ahí que haya sido tan importante, por ejemplo, la red de localización de pliegos impresos en Hispanoamérica que fuera coordinada por el profesor Paul Laird, o la edición de catálogos con pliegos de villancicos de bibliotecas de Europa y América como la British Library (Londres), la University Library (Cambridge), la Hispanic Society of America y la New York Public Library, en los que ha participado el profesor Álvaro Torrente, o los catálogos de la Biblioteca Nacional de España. Mayormente, los estudios de interrelación se localizan en tesis y publicaciones periódicas, y son pocos los libros dedicados a la impresión de partituras. En cuanto a estudios de postgrado, las estadísticas demuestran que hay un importante grupo dedicado al estudio de la música religiosa en Hispanoamérica en el siglo XVIII16. 12 www.educacion.es/teseo/irGestionarConsulta.do;jsessionid=4FABD7786F9638DBF23D09A53E1C711B dialnet.unirioja.es/ 14 www.mcu.es/archivos/MC/AGI/BaseDatos.html 15 Proyecto de investigación MUSICAT: musicat.unam.mx/index2.php 16 Así lo constata el artículo de Ketty Wong: “Directory of Latin American and Caribbean Music Theses and Dissertations (19921998)”, Latin American Music Review / Revista de Música Latinoamericana, 20, 2, otoño-invierno 1999, pp. 253-309, que comprende la mención al menos a cinco trabajos relacionados con el siglo XVIII. La Dra. María Nagore, en un trabajo publicado por la Revista de la Sociedad Española de Musicología titulado “Tesis doctorales. La investigación musical en España: situación actual y perspectivas de futuro”, Revista de Musicología, XXVIII, 2, 2005, pp. 1451-1470, ofrece una estadística actualizada que señala un incremento significativo de las investigaciones en torno a la musicología histórica que se centra en el siglo XVIII. 13 552 Míriam ESCUDERO No fue hasta 2006 cuando la Unesco reconoció documentos musicales de Latinoamérica como parte del programa Memoria del Mundo: La púrpura de la rosa, de Tomás de Torrejón y Velasco con texto de Pedro Calderón de la Barca (Biblioteca Nacional del Perú); Cancionero musical de Gaspar Fernandes (Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Oaxaca); Villancicos de Juan de Araujo y Antonio Durán de la Mota con texto de Sor Juana Inés de la Cruz (Archivo Nacional de Bolivia) y el Libro de coro de Gutierre Fernández Hidalgo (Archivo de música de la catedral de Santa Fe de Bogotá)17. Si tenemos en cuenta que, por ejemplo, el Cancionero musical de Gaspar Fernández aún permanece inédito en su mayor parte, mientras que algunos de sus homólogos europeos (Cancionero de la Sablonara, por citar solamente un ejemplo) cuentan con más de una edición, comprenderemos la diferencia en el estado de la cuestión de uno y otro lado del mar18. En el caso de Cuba, la colaboración sostenida desde 1999 entre la Universidad de Valladolid, España, gestionada por la Dra. María Antonia Virgili, catedrática de dicha institución, comprometida con la causa de la preservación de la memoria musical de Hispanoamérica, junto con el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, ha permitido el desarrollo de una primera línea de investigación y difusión de los fondos musicales de las catedrales de La Habana, Santiago de Cuba y otros importantes reservorios. Como fruto más destacable se cuenta ya con la edición de nueve volúmenes de la colección “Música sacra de Cuba, siglo XVIII”, que contiene la opera omnia de Esteban Salas (La Habana, 1725-Santiago de Cuba, 1803) y de Cayetano Pagueras (Barcelona, siglo XVIII-La Habana, siglo XIX), los más antiguos compositores cubanos de los que se conservan partituras en la Isla. En la introducción a esa colección la Dra. Virgili, quien ha gestado además en Cuba la implementación de un Diplomado en Patrimonio Musical Hispano con sede en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana (Universidad de La Habana), explica: Conservar nuestra memoria histórica supone afianzar nuestro caminar en el presente, saber dónde queremos ir, y disponer de un espectro mayor de posibilidades que nos conduzcan a la meta prevista. La música religiosa atraviesa en la actualidad por una etapa de crisis ante la que no podemos cerrar los ojos, ni tampoco como musicólogos dejar de preguntarnos por las causas de la misma. Conocer la trayectoria histórica de la música que ha sido compuesta para el servicio de la liturgia, ahondar en las relaciones estilísticas que los compositores establecían con los lenguajes artísticos de su época, estudiar la recepción que de estas obras hacían los fieles que participaban de la liturgia y volver a escuchar en la actualidad aquellas músicas, cumple sin duda una función musicológica importante, pero no lo es menos la de permitirnos reflexionar sobre los mecanismos creativos que las inspiraron19. A ello se añade la incipiente colección “Patrimonio Musical Cubano” –que además cuenta con sus correspondientes grabaciones históricamente informadas, CDs-DVDs con registro fonográfico y material audiovisual de la serie “Documentos sonoros del patrimonio musical cubano”– de la que ya han visto la luz tres ejemplares dedicados a difundir obras inéditas de nuestro más valioso repertorio musical documental, dos de ellos centrados en la obra de Juan Paris, un catalán emigrado a Cuba en el siglo XIX, único compositor representativo de la creación musical catedralicia en la primera mitad de esa centuria en Cuba 20. 17 La declaración aparece contenida en el siguiente documento: www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/CI/ CI/pdf/mow/nomination_forms/American%20Colonial%20Music%20a%20sample%20of%20its%20documentary%20richness.pdf. 18 El musicólogo Aurelio Tello ha podido publicar solo cincuenta y nueve obras de las casi trescientas que componen el manuscrito. 19 Miriam Escudero: Esteban Salas y la capilla de música de la Catedral de Santiago de Cuba. Villancicos y cantadas de Navidad, colección “Música Sacra de Cuba, siglo XVIII”, vol. 1, La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y Universidad de Valladolid, España, 2001, pp. 14-15. 20 Consultar publicaciones del Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas y el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana en el sitio web gabinetepatrimoniomusical.blogspot.com. 553 La música de Hispanoamérica en el período colonial: reflexiones sobre el rescate de un patrimonio común Para solventar la contextualización de las interacciones internas y foráneas, tanto en los repertorios peninsulares como americanos, se ha de completar antes la publicación de nuestro patrimonio. Entre los temas inherentes a la música de América podríamos citar: la documentación de interés musical en el Archivo General de Indias, asunto sobre el que los trabajos de los profesores María Gembero y Emilio Ros-Fábregas aportan ya una valiosísima información; diferencias entre repertorio catedralicio y misional; validación del concepto estético de renacimiento y barroco americano bien teorizado en el campo de la literatura (Alejo Carpentier, Lezama Lima); presencia de elementos autóctonos musicales, literarios, lingüísticos; estrategias para la conservación de documentos; creación de estructuras archivísticas; interrelación entre los tres componentes culturales esenciales: aborigen, peninsular, africano; aplicación peculiar de las constituciones peninsulares, reales cédulas y encíclicas papales; o validación del derecho al performance inculturado. Todo ello para establecer los parentescos y procedencias de la semántica musical, constatar la normalidad o excepcionalidad de los hechos que se vinculan a la producción musical de ambos lados del Atlántico, determinar la selección del material, el cómo se producen las relaciones interculturales, cuáles son las fuentes para la toma y retoma de entonaciones, cómo se expresa en la música la relación entre peninsulares, nativos, africanos y otros europeos. Para ello, serán especialmente útiles los resultados de experiencias de investigación como las anteriormente enunciadas. En nuestro caso, la clave del éxito será la constante comparación con los modos de hacer tanto de la Península como de Hispanoamérica. 554