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Diez intervenciones sobre "#RenunciaYa"

2015, El Observador

Análisis alternativo sobre política y economía Año 10, No. 48 Marzo-diciembre de 2015 Disputa entre elites militares y empresariales y el "Despertar "Ciudadano" 5 Lo decimos con irmeza, ¡Esto apenas empieza! 39 Diez intervenciones sobre "#RenunciaYa" 54 El “despertar ciudadano” como un espejismo de construcción mediática Diez intervenciones sobre "#RenunciaYa" Introducción Por Marco Fonseca Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University. La primera fase de "#RenunciaYa" ya nos impone la necesidad de examinar el proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, de un actor colectivo, para un determinado in político: el paso de una exigencia apasionada por la renuncia de gente corrupta del gobierno hacia el proceso más complejo de demandar la Refundación del Estado mismo. Este in político es precisamente lo que se requiere si se quiere que la corrupción deje de ser el mecanismo principal de motivación en el manejo de la cosa pública, y si se quiere ir mas allá de una mera repetición de los rituales electorales – dentro de un marco electoral excluyente – sin tocar las instituciones y las estructuras que subyacen a los mismos. A la luz de lo ocurrido en Guatemala entre abril y septiembre de 2015, lo que en otros trabajos hemos caliicado – utilizando el lenguaje de Badiou – como un Evento, la cuestión que debemos plantearnos, con Gramsci, es la siguiente: ¿Cuándo se puede decir que existen las condiciones para que pueda suscitarse y desarrollarse una voluntad colectiva nacional-popular?46 Es en respuesta a esta pregunta crucial que Gramsci parte de Lenin, pero deja a Lenin atrás. Es en respuesta a esta cuestión que autores como Peter Hallward, Bruno Bosteels y Slavoj Žižek nos plantean hoy la necesidad de cambiar el sentido mismo de la “necesidad histórica” y convertir la acción política en acción retroactiva, creadora y liberadora. En eso cosiste la audacia política de la que una vez no habló el líder revolucionario francés Georges Danton y que ielmente repitieron tanto Engels, Lenin y Gramsci y, más tarde, revolucionarios como “Ché” Guevara, Marcos y Chávez. En otras palabras, si las condiciones no están allí entonces ha llegado el momento de crearlas. Escribe Gramsci: De ahí un análisis histórico (económico) de la estructura social del país dado y una representación “dramática” de los intentos realizados a través de los siglos para suscitar esta voluntad y las razones de los sucesivos fracasos. Es de esos fracasos de los que tenemos que aprender para forjar el futuro. Siguiendo a Gramsci por tanto, podemos decir que cuando un movimiento tan raro y potencialmente refundador como fue "#RenunciaYa" se produce… …el análisis debería ser conducido realistamente según esta línea: 1) contenido social de la masa que se adhiere al movimiento; 2) ¿qué función tenía esta masa en el equilibrio de fuerzas que va transformándose como lo demuestra el nuevo 46. Gramsci, Antonio. “Cuadernos de la cárcel”. Volumen 5. Edición crítica del Instituto Gramsci a cargo de Valentino Gerratana. México: Ediciones Era, 1999, pagina 16. 39 movimiento con su nacimiento mismo?; 3) las reivindicaciones que los dirigentes presentan y que encuentran consenso, ¿qué signiicado tienen política y socialmente?, ¿a qué exigencias efectivas corresponden?; 4) examen de la correspondencia de los medios con el in propuesto; 5) sólo en último análisis, y presentada en forma política y no moralista, se expone la hipótesis de que tal movimiento necesariamente será desnaturalizado y servirá a ines muy distintos de los que las multitudes seguidoras esperan47. A no ser, por supuesto, que el movimiento se transforme en uno más amplio y dialéctico, dividido en etapas ya ocurridas y en etapas por ocurrir, la primera como un drama catártico y la segunda como un drama mejor montado que de lugar al nacimiento de un actor nacional-popular capaz de pasar de lo liminal y más susceptible a la cooptación y el desarme, y dé lugar a un movimiento mas disciplinado, jacobino, al Partido de la Refundación. Las siguientes diez intervenciones fueron escritas en el espíritu de la protesta ciudadana, como parte de la misma, relexionando desde su interior utópico e histórico, proponiendo lo posible que mucha gente, incluso gente “progresista”, se apresuró rápidamente en tachar de “voluntarismo” y de “espontaneismo” en nombre, supuestamente, de lo que es el “realismo” y el “pragmatismo” que – dicen – hay que practicar en Guatemala. Las siguientes diez intervenciones, pues, asumen el desafío de la tradición crítica, la ilosofía de la praxis, y plantean la necesidad de “imaginar” lo que nos dicen que es imposible. Se trata, entonces, de intervenciones escritas en vivo como un testimonio de que otra Guatemala es posible. Primera intervención 5 de junio de 2015 ¿Por qué no han logrado convertir a "#RenunciaYa" y a "#JusticiaYa" en una “revolución de color” como en Ucrania o Venezuela? "#RenunciaYa" y "#JusticiaYa" todavía no tienen color. Ni siquiera el azul y blanco a pesar de todas las banderas nacionales que se han enarbolado en la Plaza de la Constitución durante el último mes y medio. Hasta donde yo sepa, y me alegra mucho que así sea, "#RenunciaYa" y "#JusticiaYa" siguen siendo independientes y desde abajo. Por ello, precisamente, es que las siete (7) gentes que hicieron el llamado original y que todavía están participando no adoptaron el lenguaje de la sociedad civil y tampoco han decidido coronarse “líderes” exclusivos del movimiento -felicitaciones por ello-. Por el momento hay iebre de horizontalismo y descentralización como nunca antes se había experimentado en Guatemala. Esto ha dejado atrás los viejos moldes de la organización reformista, popular y hasta revolucionaria. Y es por ello, quizás, que la vieja izquierda no logra entender el lenguaje de este movimiento que solo hasta cierto punto es factible de ser deinido y entendido como “post-liberal”, “post-marxista” y/o “postmoderno.” Pero ya hay un movimiento en proceso en los pasillos del poder y, hasta cierto punto, en los centros de pensamiento del orden académico chapín -sobre todo los más vinculados a organizaciones internacionales- para tratar de mantener o entender -y así darle lenguaje- a la protesta ciudadana dentro de un estricto marco de contestación ciudadana y descontenta que es puramente restaurador de un ideal -el de una supuesta democracia liberal “funcional”- que 47. Ibídem, páginas 46-47. 40 ni siquiera ha sido realidad en Guatemala. ¿Porque cómo es posible hablar de que la presente crisis es el producto de la “mala” calidad de la democracia en Guatemala como si la misma ya hubiera gozado de buena calidad en algún momento, desde antes o después de la transición? De allí surge, en parte, la idea de explicar todo esto a partir de la literatura sobre una “consolidación” democrática, o sobre las fallas cualitativas de la democracia tal y como se dio en las primaveras árabes48. O sea que para entender lo que está pasando en Guatemala, este Evento totalmente inédito en el sentido de Alan Badiou, tenemos que utilizar marcos categoriales que están mas allá del liberalismo o de la social-democracia. Ya hay también ciertos esfuerzos por impedir que el movimiento "#RenunciaYa" y "#JusticiaYa" se desarrolle pasando de lo liminal a lo real, de lo potencial a lo fundacional y de lo puramente liberal -de clase media- a lo jacobino -del sujeto nacional-popular- e, incluso, potencialmente revolucionario. De allí el apoyo acelerado del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) solo a lo de la lucha contra la corrupción; de allí el apoyo de la Embajada estadounidense a “fortalecer la democracia”, es decir, el apoyo gringo al discurso de una “buena sociedad civil” que corresponde perfectamente a sus políticas de “promoción democrática” por todo el mundo y por medio de sus think tanks (NED, USAID, etc.) y de ONG’s internacionales (Fundación Soros, etc.), con clientelas dependientes de discurso y dinero en Guatemala. Por todo esto es importante mantener la lucha y desarrollar el movimiento mas allá del proceso hegemónico que ya está trabajando para cooptarlo desde adentro, es decir, desde la subjetividad de gente que solo puede llegar a ciertos límites y no pasarlos sin contradecir sus propios deseos y la ideología dominante. Es preciso desarrollar el movimiento mas allá de los parámetros de contestación liberal restauradora hacia un cambio de “paradigma” que nos lleve al desarrollo jacobino de una #RefundacionYa. Segunda intervención 12 de julio de 2015 Luchemos contra el Termidor chapín Tenemos que luchar en contra del triunfo de un Termidor en Guatemala, es decir, de un golpe contra-democrático, disfrazado de respeto a la institucionalidad y al “sistema democrático” contra el movimiento ciudadano en protesta. No olvidemos que la ciudadanía en protesta ha puesto en tela de juicio, de manera simultánea, tres niveles y momentos de la totalidad estructural y superestructural de Guatemala. Primero, ha puesto en tela de juicio al gobierno de Otto Pérez Molina y con ello ha agudizado la crisis de gobernabilidad que reconoce incluso el CACIF, la Universidad Francisco Marroquín (UFM), la Escuela de Gobierno de Dionisio Gutiérrez, y hasta la Fundación contra el Terrorismo (FCT). Segundo, ha puesto en tela de juicio el sistema político -tanto al sistema electoral como la institucionalidad que lo soporta y legitima- desatando con ello una crisis de legitimidad política sin precedentes. Y es de este nivel y momento dialéctico de la totalidad social que no pasa –y, por razones ideológicas y normativas no puede pasar– el extremo centrismo y el liberalismo chapín. 48. Ver otro de mis comentarios sobre esto en: http://bit.ly/1M9d64g 41 Y, tercero, y más seriamente, el momento presente se caracteriza por una crisis de hegemonía que está poniendo en crisis a la totalidad del Estado -sociedad política + sociedad civil + sociedad económica-. Es una crisis de hegemonía que no ha sido creada por "#RenunciaYa" pero en la que conluyen movimientos contra-hegemónicos procedentes de varios espacios geográicos y dimensiones temporales que incluyen a comunidades indígenas, luchas en resistencia contra el extractivismo y la agro-exportación, luchas de resistencia popular y también, por supuesto, las ciudadanía en protesta. De la crisis de hegemonía solo hablamos unos/as pocos/as. Pero el intento por delimitar los cambios que se necesitan solo al nivel de y en el momento de la crisis de legitimidad, representa una maniobra de tipo Termidor que es, en realidad, un contragolpe y, de hecho, un constitucionalismo anti-democrático. Detrás de este golpe podemos encontrar un Caballo de Troya que esconde los intereses de las transnacionales, las grandes fundaciones que inancian ONG’s y “think tanks”, la Embajada gringa y los TLC’s, el CACIF y las élites políticas y económicas vinculadas al mismo. Se trata de un posible golpe contra-democrático que, disfrazado del extremo centrismo, propone cambios que no cambian nada. Se trata de una cooptación que tiene mucho en común con otros procesos restauradores de modelos “democráticos” instaurados después de las transiciones de los años 1980 y 1990, y los que la Organización de Estados Americanos (OEA) deiende, y que han permitido y van a continuar permitiendo –como lo demuestran las propuestas que han salido de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales (ASIES), y como lo argumenta Gerardo Pisarello– la “ofensiva del constitutionalismo anti-democrático” y la “consolidación del neoliberalismo y, en general, del actual capitalismo inanciarizado”49. Tercera intervención 12 de julio de 2015 La estrategia de normalizar el Evento de "#RenunciaYa" Oscar Clemente Marroquín escribe cómo el ha dicho que el movimiento de protesta ciudadana… …gira alrededor de un sentimiento común en torno a los temas de corrupción e impunidad porque estoy seguro que la gente sensata del país entiende que de nada sirve plantear otro tipo de reivindicaciones mientras no establezcamos un sistema en el que se reconozca que todos somos iguales ante la ley y que los recursos públicos están al servicio de la población en general50. Aunque la intención es buena, Marroquín no entiende varias cosas: 1. Que la corrupción y la impunidad son efecto de problemas más profundos del Estado y no la causa de los mismos. Y los problemas más profundos no sólo no se van a solucionar con ponerle curita a los síntomas sino que, incluso, va a retornar con venganza: algo así como el retorno del cáncer o de lo reprimido cuando se los trata con té de hierbas. Eso ocurrió precisamente con el nuevo orden constitucional instalado en 1985 con tanta fanfarria y congratulación mutua entre las élites de la clase política y económica. Pues ese es el orden que hoy está en crisis. 49. http://bit.ly/1ITutWo 50. http://tinyurl.com/q5xnqzs 42 2. La presunción liberal de que lo realmente “normal” es siempre lo del centro, de que allí es donde está el corazón de la presente protesta ciudadana y de que la gente que quiera profundizar la protesta o demanda que vaya mas allá de curar la corrupción y la impunidad intentan, realmente, “dividir a la sociedad”. ¿Y quién dice que la sociedad NO está dividida en sujetos de clase, de etnia e, incluso, de género? ¿Quién dice que las luchas o procesos de contestación no tienen un carácter normalmente antagónico que, cuando es ocultado por la “normalidad” del capitalismo liberal, por la ilusión de unas elecciones diseñadas para trivializar el voto individualizado y proteger intereses institucionalizados, ello solamente es el producto de un proceso hegemónico en lugar de ser el estado natural de lo social? Hasta los clásicos de la ilosofía política liberal como Hobbes, Rousseau, Locke y Hegel, reconocían que por debajo de la “normalidad” del contrato social burgués lo que encontramos es una lucha por la vida y la muerte, una lucha por el reconocimiento mutuo entre siervo y señor que no se puede satisfacer con la simple propuesta de “igualdad bajo la ley” para todos/as. 3. Finalmente, y esto sigue de lo anterior, "#RenunciaYa" representa un Evento que irrumpió y resquebrajó la “normalidad” de un sistema de dominación que toleraba ciertos niveles de corrupción e impunidad como el precio que hay que pagar para el espectáculo político montado en el que todo sigue igual y normal como siempre. Pero lo que le ha dado un carácter liminal a este Evento histórico es que el mismo ha sido capaz de uniicar y canalizar, pero al mismo tiempo ha sido excedido –como los/ as organizadores originales lo han reconocido– por las varias vertientes que han conluido en todo el movimiento y que parten, precisamente, de las divisiones profundas que subyacen a la “normalidad” del centro político. Me reiero a la conluencia de movimientos indígenas, campesinos, luchas anti-extractivistas, ambientalistas, ecológicas, de trabajadores, de estudiantes, de profesionales, etc. Y cuando tomamos todas estas vertientes en cuenta nos damos cuenta que las mismas revelan que la presente lucha ya no es solo contra la corrupción y la impunidad que caracterizan la crisis de gobernabilidad y legitimidad –en la que se queda gente como Marroquín– sino que es contra un modelo hegemónico de dominación neoliberal-capitalista cuya hegemonía es, precisamente, lo que está en crisis. Aunque piezas como las de Oscar Clemente Marroquín son bien intencionadas, las mismas contribuyen a diluir y desactivar el potencial del movimiento ciudadano en protesta. Urge, por tanto, pasar de los análisis y comentarios de sentido común, de la mediocridad en el análisis típico de la prensa chapina, a la conversación seria que tenemos que tener. Las etiquetas de uno u otro sentido son parte de la distracción que ofrece el lenguaje político trillado, de sentido común, pero aun dominante en el discurso político chapín. 43 Cuarta intervención 12 de julio de 2015 ¿Qué está haciendo el Embajador en la protesta ciudadana? La presencia del Embajador estadounidense Todd Robinson en la manifestación frente al Congreso de la República, es señal clara que Estados Unidos entró a una nueva etapa en su envolvimiento en la protesta ciudadana en Guatemala. Es una estrategia sutil y profundamente hegemonizante. Hasta hoy el Embajador se había quedado al margen de la ciudadanía, con declaraciones de apoyo a la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) y con apoyo a Pérez Molina a cambio de aprobar el nuevo período del ente internacional, así como de continuar con el Plan para la Prosperidad. Hasta hoy Estados Unidos estaba midiendo hasta qué punto la protesta ciudadana era susceptible de quedarse en la demanda por re-normalizar la vida política y solucionar algunos aspectos de la crisis de legitimidad desatada a partir del 16 de abril. Hasta hoy se había quedado observando si la crisis de hegemonía por la que está atravesando el Estado entero, iba a desbordar los mecanismos institucionales de canalización de la misma protesta. El consenso que ya empieza a surgir en torno a las propuestas casi gemelas del TSE y de la Plataforma Nacional para la Reforma del Estado y el hecho de que la ciudadanía en protesta les ha dado aval, implica que la Embajada estadounidense ya tiene una respuesta y, por consiguiente, una estrategia. Los sectores más organizados de la “sociedad civil” –creada y nutrida por donadores internacionales, incluyendo Estados Unidos- le ha puesto a los grupos dominantes en sus propias manos la clave de la salida de la presente crisis de dominación. Hoy es claro, en efecto, que la Embajada ya está haciendo todo lo que puede para inluir y transformar la protesta ciudadana en una especie de “reformismo de color”. Esto es parte de la política global gringa que se conoce como “promoción democrática”, tal y como lo han hecho desde Ucrania hasta las Primaveras Árabes. Se trata de una política que no solamente desactiva la protesta ciudadana que pone en peligro la “seguridad nacional” de Estados Unidos -incluyendo sus planes militares, económicos y culturales– por el riesgo de un proceso destituyente de carácter revolucionario que resulte en un régimen jabobino de abajo, de ruptura, como el de Bolivia, Ecuador o Venezuela. También es una política que transforma la protesta desde adentro mismo por medio de activar o reclutar cuadros que manejan un discurso reformista o de extremo centrismo, al mismo tiempo que se movilizan valores como “tanques de pensamiento”, ONG’s y organizaciones de la llamada “sociedad civil” que, cuando actúan en conjunto, crean el espejismo del reformismo desde abajo, independiente y autónomo. La Embajada ya encontró la manera de cómo presentar su propio plan como si fuera el plan del movimiento de protesta ciudadana. Y tanto “agradecimiento” de activistas ciudadanos por la presencia del Embajador Robinson en las calles, “con la gente”, es solo el principio de la restauración y la restitución hegemónica. Entiendo la posición de no confrontación que debe asumir la protesta ciudadana, es decir, la estrategia de “no violencia”, incluso contra el representante de tanta desestabilización de democracias populares en el hemisferio y en el mundo. Pero esto no debe signiicar que hay que bailar al tono que toque el Poder que hoy también le está dando apoyo sólido a Pérez Molina. Si el movimiento ciudadano no se da cuenta del papel histórico y coyuntural de la Embajada en arruinar las luchas, las pasiones y los deseos del Pueblo y la ciudadanía, Estados Unidos y sus aliados/as locales ya ganaron la lucha hegemónica. 44 Quinta intervención 31 de julio de 2015 El color emergente de la protesta ciudadana Hay que recordar que al principio de la protesta ciudadana, "#RenunciaYa" no se presentó como una “organización en representación de la sociedad civil”. Lo mismo ocurrió cuando surgió "#JusticiaYa". Aunque surgió en sectores de clase media, no era una expresión del extremo centrismo que ha copado a la llamada “sociedad civil” en las calles, en las oicinas y en las aulas51. Parece haber sido hace ya rato pero solo el 5 de junio escribí que… …ya hay un movimiento en proceso en los pasillos del poder y, hasta cierto punto, en los centros de pensamiento del orden académico chapín –sobre todo los más vinculados a organizaciones internacionales –para tratar de mantener o entender (y así darle lenguaje) a la protesta ciudadana dentro de un estricto marco de contestación ciudadana y descontenta que es puramente restaurador de un ideal– el de una supuesta democracia liberal “funcional”– que ni siquiera ha sido realidad en Guatemala. ¿Porque cómo es posible hablar de que la presente crisis es el producto de la “mala” calidad de la democracia en Guatemala como si la misma ya hubiera gozado de buena calidad en algún momento desde antes o después de la transición? De allí surge, en parte, la idea de explicar todo esto a partir de la literatura sobre una “consolidación” democrática o sobre las fallas cualitativas de la democracia tal y como se dió en las primaveras Árabes. Pues bien, desde hace un mes más o menos han surgido algunas organizaciones juveniles en Guatemala a las que ya se les han unido otras con nombres incluso en inglés y de aparente corte neoliberal –“Global Shapers Community”que están adoptando el “color” de la “sociedad civil” –es decir, la etiqueta central de las políticas de «promoción democrática” que surgen de Estados Unidos y que están trabajando desde dentro, con o sin consciencia de estar haciéndolo, del movimiento, y ahora con la aprobación de "#JusticiaYa", para transformarlo en un movimiento de la “buena sociedad civil” que busca “fortalecer al sistema de justicia guatemalteco dotándolo de recursos, haciéndolo más eiciente y fortaleciendo su independencia”52. Esto tiene poco que ver con cuestiones de justicia social, económica y política, y más que ver con cuestiones de seguridad personal o de mera indignación al saqueo del Estado y el robo de los impuestos. Lo que está surgiendo es algo que no tiene visión estructural más allá de la limpieza o consolidación institucional que plantean como solución a la crisis del Estado. Lo que está surgiendo es un reformismo dominado por el extremo centrismo. Lo que está surgiendo no tiene nada que ver con las luchas sociales y populares contra el modelo de dominación neoliberal y globalizador cuya “conlictividad social” se puede ver en “La Puya”, en la Mina Marlin, en las plantaciones de palma africana en Sayaxché, Petén, que han causado la contaminación del Río La Pasión, y en la resistencia al Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (CAFTA, por sus siglas en inglés), o a la llamada Alianza para la Prosperidad. Lo que están forjando estas organizaciones no tiene nada que ver con refundar la ingeniería del poder adentro y detrás del Estado, en el cual la corrupción constituye un espectáculo 51. Ver 1) https://www.globalshapers.org/node/600 y 2) http://goo.gl/ybhb0L 52. https://www.globalshapers.org/node/25065 45 caro pero incluso necesario para distraer la atención de lo más profundo y desconcertante: cómo una nación de pobres y de mayoría indígena, con historia sangrienta de genocidio, exclusión y racismo, puede estar dominado por grupos regionales de poder como el de los Baldizón y los Barquín así como por grupos nacionales neo-burgueses, el 1% chapín, aglutinados en torno al CACIF sin que nada cambie nunca. Si esto no hace que suenen las alarmas del resto de vertientes que conluyeron en el Evento de "#RenunciaYa", debería de hacerlo. ¿Estamos acaso siendo con todo esto, testigos de la cooptación anunciada del movimiento de protesta ciudadana en un movimiento esencialmente restaurador? ¿Estamos entrando en una nueva fase de lucha en donde también tenemos que reformar profundamente a los/as reformadores/as? Sexta intervención 30 de agosto de 2015 ¿Qué está haciendo Global Shapers en Guatemala? Los tentáculos del club elitista mundial más exclusivo y más poderoso del mundo están metidos en la protesta ciudadana de Guatemala. Es parte de las políticas globales de “promoción democrática” como parte de la globalización neoliberal. ¿Quiénes son y cómo se llaman? Global Shapers Guatemala53. En Guatemala, Global Shapers está apoyando muchas iniciativas como, por ejemplo, “Levantemos la voz”. Así es como presenta esta supuesta iniciativa civil y desde abajo: Levantemos la voz es un movimiento cívico formado por estudiantes universitarios interesados en DEFENDER LA INSTITUCIONALIDAD, transparencia y justicia en Guatemala. Esta iniciativa busca orientar las habilidades de sus integrantes a la conformación de acciones que permitan contribuir a la sociedad y, a su vez, generar las bases para la transformación del país mediante la convicción, concienciación, construcción y ejecución de propuestas viables espacialmente en lo referente al acontecer nacional. Estamos muy orgullosos de que nuestro futuro Shaper Santi Palomo es el Director Ejecutivo de esta gran iniciativa que estamos seguros hará la diferencia en Guatemala! Para saber más al respecto pueden seguirlos en sus redes54. Entre los anitriones corporativos de Global Shapers están The Abraaj Group, Coca Cola, etc. Algunas de estas corporaciones se han beneiciado de la corrupción y, de hecho, la han demandado de gobiernos de turno en Guatemala, cuando los han acorralado y los han dejado sin chance alguno más que pasar legislación que les favorezca a cambio de apoyo o, incluso, inanciamiento secreto. Algunas de estas corporaciones están registradas en Guatemala como maquilas, precisamente para evadir impuestos o pagar impuestos muy por debajo de lo debido55. En el caso de Coca Cola, estamos hablando también de una corporación con un pasado anti-sindical y represivo, en alianza con dictaduras militares, que deberían haber sido suicientes para enjuiciar a muchos de sus “líderes”. Son, pues, corporaciones implicadas en la corrupción o la represión del sector privado que hoy queremos también limpiar en Guatemala. Muchas de estas empresas son parte del Foro Económico Mundial y son, por tanto, anitrionas de Global Shapers. 53. https://nomada.gt/?p=6031 54. http://goo.gl/ybhb0L 55. http://goo.gl/Jjs7Mt 46 Sin embargo así presentan su trabajo y sus metas en inglés: 50 % de la población mundial tiene menos de 27 años. La mayoría vive en zonas urbanas. Estamos cada vez más conscientes de que las soluciones a nuestros problemas mundiales deben a propósito envolver a la juventud, en todos los niveles -local, regional, nacional y mundial-. Esta generación tiene la pasión, dinamismo y espíritu emprendedor para dar forma al futuro. Son los Global Shapers56. ¿Qué es lo que pueden enseñarle a la juventud entre 20 y 30 años de edad que reclutan en sus “hubs” locales por todo el mundo? El Director Regional para América Latina, por ejemplo, es Antonio Gómez López, un venezolano que trabaja en lo que se llama “empresariado social” –la versión comunitaria del neoliberalismo– entre comunidades hispanas de Estados Unidos, y que dudo mucho esté alineado con la Revolución Bolivariana. El hecho de que "#RenunciaYa" ha venido publicando varios anuncios y convocatorias con ésta organización es, para mí, un motivo de preocupación pues Global Shapers está envuelto en varias, si es que no todas, las llamadas "revoluciones de color" con carácter neoliberal y globalizador. Séptima intervención 22 de septiembre de 2015 Guatemala: Ni “Revolución de Color” ni “cambio de régimen”. Todo sigue bien Una “revolución de colores” no se caracteriza, bueno, por los colores. Solo porque todo mundo salió a manifestar con la bandera de Guatemala en las manos y a cantar el himno nacional 20 veces, no quiere decir que el Evento de "#RenunciaYa" fue, como un todo, manifestación de una “revolución de colores” o instrumento de la Embajada estadounidense. Una “revolución de colores” se caracteriza por el contenido ideológico y político de los actores en el escenario o manejando a los mismos detrás del escenario. En el caso de Guatemala, nadie puede negar el carácter relativamente espontáneo que dio origen al Evento de "#RenunciaYa". Pero tampoco se puede negar que, una vez en marcha, empezaron a organizarse esfuerzos por controlar o subsumir algunos de sus elementos, si es que no todo el movimiento, y ponerlo en función de un proyecto termidoriano, ya sea de restauración o de normalización neoliberal. Lo mas conspicuo de todo esto se dio con la abierta expresión de apoyo que emanó de la Embajada y, ambivalentemente, del CACIF. Pero, desde dentro del movimiento, mes y medio después de su irrupción, empezaron a surgir instancias claramente identiicadas con poderes conservadores. Por ejemplo, Global Shapers. Pero deinitivamente que no podemos decir que el Evento de "#RenunciaYa" fue ingeniosamente controlado como un todo por el Pentágono, el Departamento de Estado o la Embajada estadounidense. No podemos decir que la caída dramática del gobierno de Otto Pérez Molina constituya un “cambio de régimen” impuesto por Washington, sobre todo porque aquel “quizás” se haya opuesto a planes militaristas y expansionistas de Estados Unidos en la región para contrarrestar el avance de ALBA o instancias de desarrollo como Petro Caribe. Ello, en mi opinión, es crudo y supericial y trivializa la importancia histórica de las jornadas de protesta y lucha ciudadana que sacudieron durante cuatro meses, el estupor y la inercia tradicional de la dominación y la hegemonía en Guatemala. 56. http://wp.me/p6sBvp-x 47 Eso sí, hay que reconocer que el Evento de "#RenunciaYa" no pasó de su etapa espontánea, catártica y –como dice Bauman– “liminal” a una etapa más disciplinada y organizada. Hay que reconocer que si la protesta ciudadana fue adquiriendo un carácter más amenazante para las élites del CACIF y los grupos regionales de poder -con el rechazo a Manuel Baldizón y el partido Libertad Democrática Renovada (LIDER), ello se debió a la convergencia en la misma de varias vertientes de protesta, contestación y lucha subalterna que precedieron por mucho tiempo al Evento mismo, pero que conluyeron en el mismo y ampliicaron enormemente la cobertura y profundidad de sus demandas. Nada de esto fue o pudo ser controlado por Washington. Hay que reconocer que, aunque se dio paso de la consigna de "#RenunciaYa" a la consigna de que –como lo puso la Asociación La Cuerda– “en estas condiciones no queremos elecciones”, esto no tuvo tiempo para madurar y, de hecho, se quedó a nivel de una simple limpieza institucional y se tradujo en un voto nulo que no pudo anular las elecciones. Es a nivel de limpieza institucional, también, que se entienden las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) propuestas, tanto por la Plataforma, adoptadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE ) y luego –aunque diluidas mucho más– por el Congreso. Y, inalmente, yo mismo debo reconocer que la consigna de pasar a la #RefundaciónYa, que es obviamente una consigna más radical, interpeladora y desaiante, y que también es parte de otros proyectos –sobre todo en las comunidades indígenas y en algunas de sus organizaciones políticas– se quedó circulando solo en una esfera muy pequeña de activistas en la red y en el terreno de la acción. En lugar de ello, propuestas liberales –poliárquicas– de “renovación” del sistema institucional han tenido más eco dentro de ciertos sectores de la ciudadanía, sobre todo de clase media y en la academia. En resumen, el Evento de "#RenunciaYa" no pudo ser convertido en una “Revolución de Color”, aunque sí han habido intentos claros por hacerlo tanto de la Embajada estadounidense como de algunos actores menores dentro de la protesta ciudadana. La caída del gobierno corrupto de Pérez Molina no constituye un cambio de régimen en ningún sentido estricto de dicha palabra. Al contrario, todo sigue igual, si es que no mejor para la elites del CACIF y para los grupos regionales de poder -los porcentajes del presupuesto de 2016 a ser gastados donde dichos grupos tienen mas control, es grotesco-. Los nombramientos de Alejandro Maldonado Aguirre y su aparente lexibilidad octogenaria están “impresionando”, tanto a sus críticos en la ciudadanía que mucha gente parece estar dispuesta a olvidar los esqueletos que se esconden en el closet del ahora Presidente -incluyendo su absolución de Ríos Montt en la Corte de Constitucionalidad (CC)- y el hecho de que él representa continuismo y de ninguna manera cambio de régimen. La victoria tristemente anunciada de Jimmy Morales y la enorme distracción que provocan sus propuestas crasas y estúpidas, constituyen el espectáculo político perfecto que está restituyendo la comodidad ideológica del CACIF y de la Embajada. El neoliberalismo sigue en marcha así como el Plan para la Prosperidad. Todo sigue bien. Octava intervención 4 de octubre de 2015 Hay que repetirlo: No hubo “Revolución de Colores” En general estoy de acuerdo con lo que escribe Ollantay Itzamná. Pero en la pieza de abajo, creo, se fue del lado analítico equivocado y está haciendo planteamientos sobre la protesta ciudadana en Guatemala como un todo que la reducen a un títere de la Embajada estadounidense. Escribe: 48 En el caso de Guatemala, la aplicación del libreto norteamericano de la citadina “revolución de colores” fue espectacular: Instaló en el imaginario citadino que Otto Pérez-Roxana Baldetti (gobernantes neoliberales tan corruptos como el CACIF y la oligarquía nacional) son los “demonios” en persona. Luego, convocó-movilizó multitudes para “destituir/encarcelar” a estos demonios. Y, una vez que la bronca colectiva activada llegó a su cúspide, sublimó esta energía popular de indignados/as en la catarsis de las urnas para “elegir” a otra pesadilla corrupta y neoliberal igual o peor que la anterior. Ahora, en las plazas, recientemente ocupadas por las multitudes de indignados, lamean sosegados gigantescos estandartes del bicolor nacional como signo de que todo volvió a la calma y la normalidad. Aunque los secuestros y asesinatos selectivos contra defensores/as comunitarios de derechos y de territorios continúan sin pausa en el país57. Si bien es cierto, como lo hemos dicho repetidamente en muchos blogs, la tendencia restauradora y termidoriana estaba presente ya desde el comienzo de la protesta ciudadana misma, ello no implica que la misma no tuvo un potencial reformador e, incluso, aunque de modo más tenue, refundacional. Por un lado, es cierto que la Embajada de Estados Unidos, por medio del Embajador Todd Robinson, tomó parte incluso de las manifestaciones ciudadanas, dando lugar con ello a ciertas preguntas y sospechas58. También es cierto que hubo grupos que aparecieron un mes y medio después de iniciadas las protestas –grupos como Guate Activa, Global Shapers, etc.– con tendencias no sólo “clasemedieras” sino que, de hecho, de empresariado social y con vínculos a organizaciones internacionales –como el Foro Económico Mundial59. Pero estos grupos no llegaron a ocupar posiciones dominantes ni siquiera dentro del colectivo de "#RenunciaYa". Y, mucho menos, cuando dicho colectivo “catalizador” –como lo pone Enrique Naveda en Facebook– tuvo el coraje de soltar la guayaba y dejar que la protesta se desarrollara sin su control absoluto o vertical. Ese fue el momento cuando varias vertientes de protesta que precedieron a "#RenunciaYa" empezaron a tomar cierto protagonismo, y cuando surge la Asamblea Social y Popular Guatemala como un eje sólido de la lucha. Hay que repetir esto: Aunque no se haya logrado pasar de lo liminal y espontáneo y de demandas contra la corrupción y por la renuncia de Pérez Molina; aunque no se haya logrado pasar al momento más reformista –el que estaba siendo articulado por grupos fuera de la protesta como Semilla e, incluso, la Plataforma de la USAC– ello no quiere decir que la protesta ciudadana devino en una pura “Revolución de Colores”. No hubo en Guatemala lo que sí hubo en Ucrania y otros países de la antigua Unión Soviética. Tampoco fue el gobierno de Pérez Molina una amenaza contra los intereses regionales de Estados Unidos como sí lo han sido los gobiernos de Chávez/Maduro, Morales y Correa. OPM ya había aceptado los términos principales de la geopolítica y del “desarrollo” de Estados Unidos. Fue en nuestros análisis donde se planteó el espectro de una posible “Revolución de colores” en Guatemala ya el 5 de junio60. Ya para ines de julio la amenaza restauradora era mayor61. Así que no fue en el trabajo de Mario Roberto Morales donde se hizo ésta discusión por primera vez, aunque así aparezca en la prensa local o en los comentarios allí publicados, y aunque él mismo no ofrezca el reconocimiento debido. Tampoco es Ollantay Itzamná quien lo plantea por primera vez o tampoco ofrezca el reconocimiento debido. Pero como lo hemos 57. 58. 59. 60. 61. Ver: 1) http://wp.me/p6sBvp-2S y 2) http://wp.me/p6sBvp-4H https://goo.gl/rezMlt http://wp.me/p6sBvp-30 http://elperiodico.com.gt/?p=19328 http://elperiodico.com.gt/?p=25801 49 indicado ad nauseum en varios blogs, aunque dicho tipo de “revolución” acechó al movimiento ciudadano durante cuatro meses, desde el comienzo, la misma no se consolidó como tal. El eventual colapso del gobierno de Pérez Molina no implicó cambio de régimen; el gobierno de Estados Unidos le dio apoyo hasta donde pudo e, incluso, con visita especial de su Subsecretario de Estado para asuntos Latinoamericanos, Thomas Shannon. Si al inal de cuentas lo dejaron caer fue, precisamente, para restaurar un poco de control a la protesta ciudadana porque de no hacerlo, entonces el peligro de radicalización podría haberse acentuado. Me temo, pues, que esta pieza de Ollantay Itzamná está adoptando un libreto interpretativo que no parte de una análisis que haya acompañado, como práctica teórica, al Evento que Guatemala presenció de ines de abril hasta ines de agosto. Novena intervención 7 de octubre de 2015 Un tiempo casi perdido que no pudo ser En su última pieza publicada en elPeriódico62, Mario Roberto Morales nos dice de la protesta ciudadana de abril a agosto, que “no todo fue perdido”. Pero el problema con su posición es que sigue argumentando, contra toda evidencia tanto teórica como práctica, que la protesta ciudadana fue, en efecto, una especie de “Revolución de Color” en Guatemala. Y el problema en ésta pieza no es la fuente que emplea Morales sino la generalización que de la misma hace el autor. Una cosa son los movimientos “ciudadanos de protesta” en países del ALBA, y otra en países dentro de la esfera geopolítica de Estados Unidos. En el contexto de los países del ALBA estamos hablando en varios casos –pero no en todos– de movimientos claramente organizados por grupos inanciados, vinculados si es que no directamente movilizados por intereses privados aliados con Estados Unidos y apoyados por él mismo. Es decir, se trata de movimientos que caen cabal dentro de lo que se llama la política de “promoción democrática” de Washington en países donde Estados Unidos cree que no existe “democracia liberal” (poliarquía). Esto fue lo que ocurrió en los países de la antigua Unión Soviética y es lo que ha ocurrido en Bolivia, Ecuador y Venezuela. Por otra parte, no todo movimiento de protesta ciudadana –indígena, campesina, trabajadora, estudiantil, etc.– en países del ALBA puede fácilmente identiicarse como un movimiento de “promoción democrática” al estilo Washington. Tal es el caso, por ejemplo, de indígenas de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) exigiendo “rectiicaciones” al gobierno de la Revolución Ciudadana de Correa en temas relacionados, entre otros, con la educación. Aunque el gobierno de Correa insiste en que estas protestas son de derecha o inanciadas por la derecha, hay indicios de que las cosas son un poco más complicadas. Pero en el contexto de países que son claramente parte de la esfera geopolítica y estrategia hemisférica de Washington, y cuyos gobiernos están alineados con la misma –verbigracia Guatemala, Honduras, Colombia, Perú y, en menos medida, México-, los movimientos ciudadanos de protesta tienen diferentes raíces y diferentes agendas, ninguna de las cuales es fácilmente reducible a la de Washington. Así, aunque la protesta contra la corrupción no es hostil a la agenda de Washington, a no ser que la misma tenga el potencial de transformarse 62. https://cmiguate.org/?p=7630 50 en un reformismo más serio y ya no digamos en un movimiento refundacional, tampoco obedece simplemente a los designios del Departamento de Estado. Por ello es que Washington, por medio del Embajador Todd Robinson y del Representante para Latinoamérica Thomas Shannon, le dio todo el apoyo que pudo a Pérez Molina hasta el último momento posible, EN CONTRA DE LAS DEMANDAS DE LA CIUDADANÍA. Cuando el Embajador se unió a la gente en la calle lo hizo para demandar transparencia y rendición de cuentas por parte del Estado y no para demandar la renuncia de Pérez Molina. Ello fue una clara señal de que, a puertas cerradas, no sólo no habían organizado la protesta ciudadana sino que estaban buscando maneras de mantener una apariencia de apoyo a las luchas anti-corrupción de la ciudadanía y de la CICIG. Solo cuando el grupo catalizador de "#RenunciaYa" decidió dejar de serlo para abrir el paso a otras corrientes y movimientos de la ciudadanía, es que la posibilidad de transformación en la protesta hacia algo más serio se materializó y con ello la incipiente necesidad de desplegar la política de “promoción democrática” y estrategias de desactivación de lo más radical en la protesta. Pero no hubo necesidad de transformar la protesta ciudadana en una “Revolución de color”, precisamente porque se quedó incada en la lucha contra la corrupción, el Congreso estancó las reformas a la LEPP tanto como pudo, y otras tendencias o vertientes de protesta no tuvieron capacidad de movilizar al Pueblo del mismo modo. Las elecciones no pusieron in a la protesta ciudadana. Fue la protesta ciudadana la que ella misma se apagó en vísperas de las elecciones generales del 6 de septiembre. Ello también representó el in de un posible problema mayor para la Embajada. La llegada de Maldonado Aguirre al gobierno completó así la restauración del orden y sin necesidad de un Termidor chapín, es decir, de un cambio de régimen pero convertido en reacción contra los elementos más radicales de la protesta. Eso sí hubiera sido una “Revolución de color” como sucedió a las “Primaveras Árabes” desde Egipto hasta Túnez. No en Guatemala, donde la misma clase política y las mismas élites económicas continúan irmes en el control del orden establecido. Décima intervención 7 de octubre de 2015 Preiero leer lo que un teórico como Manuel Castells nos dice sobre movimientos sociales como "#RenunciaYa" que lo que nos han dicho muchos/as comentaristas locales, ya sea exagerados/as o equivocados/as, sobre el mismo. "#RenunciaYa" y la protesta ciudadana más amplia que surgió en Guatemala a ines de abril y le dio su primer isonomía al Evento de esos momentos, es parte de esos movimientos que describe Castells y no fue un simple títere de la Embajada gringa. A modo de conclusión “¡Audacia, más audacia y siempre audacia!” Hay aciertos y desaciertos en la pieza titulada “La victoria oligárquica 2015” que Mario Roberto Morales publicó recientemente en elPeriódico63. 63. http://elperiodico.com.gt/?p=25801 51 Como lo demuestra el trabajo de Luis Solano64, la Alianza para la Prosperidad no es, realmente, un plan nuevo. Es, más bien, el viejo Plan Puebla Panamá (PPP) en forma nueva. Todo esto ciertamente forma parte de una geopolítica gringa que, a su vez, forma parte de una estrategia neoliberal y globalizadora más grande. Además, en el caso de Centroamérica, tiene la tarea agregada de cumplir funciones que van desde la neutralización de la migración ilegal y el tráico de drogas hasta la contención de ALBA, los BRICS y la inluencia China. En eso tiene razón Mario Roberto Morales. Pero nada de lo que ha ocurrido en Guatemala en tan solo seis meses -de abril a septiembre- obedece a un plan o un guion –al estilo Dr. Evil– que “la oligarquía” local ha simplemente seguido al pie de la letra y sin ninguna autonomía local. La defensa que Morales hace de Baldizón como un “impresentable” e, incluso, como un adversario de “la oligarquía” –ese grupo amorfo de dominación que mucha gente menciona pero que poca gente logra identiicar a cabalidad– está equivocada. Baldizón representaba –y en alguna medida sigue representando– a un grupo de poder regional que, como es la lógica de las luchas intra elitistas, se propuso desaiar al poder de las élites nacionales organizadas –aunque no sin sus propias tensiones y contradicciones – en torno al CACIF. Pero esto no quiere decir que Baldizón no es un neoliberal y, en última instancia, un servilista de Estados Unidos y las transnacionales. Todo lo contrario: de haber sido electo hubiera tenido menos obstáculos que Morales para implementar una agenda de austeridad, de neoliberalismo extractivo y de apoyo a la Alianza para la Prosperidad, siempre y cuando la misma resultara en beneicios para sus intereses y para su región. Por su parte, Jimmy Morales no representa la anti política sino que, más bien, la política conservadora más reaccionaria de Guatemala. Aunque su igura permitió la restauración de un grupo de poder que hasta hoy había estado altamente desacreditado y, en alguna medida, al margen del sistema partidista, su victoria electoral no es un “golpe blando” sino un resultado perfecto de lo que es el proceso hegemónico y su mediación por un sistema electoral que permite recambios que no cambian nada. Si con la llegada de Morales Guatemala retrocede años en su evolución política, ello al mismo tiempo le compra tiempo a un modelo de dominación que, sin embargo, está en crisis hegemónica. Ese es el peligro que representa Morales y todo aquel discurso de “colaboración” o “renovación” que vea en la propuesta de su partido: el Frente de Convergencia Nacional (FCN), algo con lo que se pueda trabajar. Pero no es golpe blando para nada, ni contra Morales ni contra Baldizón. Es hegemonía. Hay que decir esto con claridad: Guatemala no constituye un escenario de lucha geoestratégico como lo supone Morales. Simplemente no tiene esa importancia en la mira imperial de Estados Unidos. Lo que sí hay en Guatemala, por supuesto, son fuerzas transnacionales que operan como lo hacen en otras latitudes y que se plantean establecer sistemas de explotación, extracción y exclusión como se hace en otros lados. Por ejemplo, como lo ha demostrado Rodrigo Véliz, Estados Unidos le dio alguna importancia a la exclusión de China y su posible participación en la compañía Jaguar Energy65. Todo ello indica, obviamente, que Guatemala sí tiene algunos recursos naturales que están siendo extraídos por transnacionales para el beneicio extranjero, o para el beneicio de los sectores económicos y las actividades extractivas más claramente vinculadas a la globalización. Pero hay también en Guatemala lógicas políticas, económicas y sociales internas que juegan su papel autónomo y eso es lo que se reveló en la crisis de gobierno –por el desborde de la corrupción– que dio lugar al Evento de la protesta ciudadana en abril de 2015 -algo que Mario Roberto Morales todavía tiene problemas entendiendo- y la aún más profunda crisis de hegemonía que, aunque sigue subyaciendo a la transición de gobierno, no permitió la transformación de la protesta ciudadana en proyecto refundador. Por lo menos no todavía. 64. Solano, Luis. “Alianza para la Prosperidad: un proyecto de la elite empresarial”. Centro de Medios Independientes (CMI-Guate). Recuperado en: https://cmiguate.org/alianza-para-la-prosperidad-un-proyecto-de-la-elite-empresarial/ 65. https://nomada.gt/?p=21631 52 Así que no podemos hablar de que la salida del sistema corrupto de “la oligarquía” yace en construir una “sociedad civil” alternativa y, muchos menos, en “democratizar el capitalismo” local. Ese argumento, que Morales ha venido ofreciendo en los últimas diez (10) entregas, que supuestamente hace falta en países como Guatemala desarrollar realmente un capitalismo liberal, está fundamentalmente equivocado y basado en un análisis erróneo de que todavía hay que llevar a cabo la revolución democráticoburguesa para llegar a algo más radical. Como ya lo hemos dichos repetidas veces, la Embajada llegó tarde al proceso de protesta ciudadana. Llegó para cerciorarse que el movimiento se circunscribiera a la lucha contra la corrupción y la transparencia en la sociedad política y el Estado y, una vez allí, se dio cuenta que no hubo necesidad de timonear la protesta y convertirla en una “Revolución de Colores” blanco y azul. Eso, aparte del hecho mismo de que el gobierno de Pérez Molina no fue y nunca se propuso ser una amenaza contra los intereses de Estados Unidos en Centroamérica. No fue un gobierno refundador al estilo de Chávez/Maduro, Correa o Evo Morales, y ni siquiera al estilo diluido de Salvador Sánchez Cerén o Daniel Ortega. Junto a Honduras, Guatemala bajo su gobierno estuvo perfectamente plegada a las políticas regionales de Estados Unidos y ello convierte, desde un principio, el argumento de que la protesta ciudadana constituyó una “Revolución de Colores” en una idea totalmente anacrónica. Encima de todo, la misma protesta ciudadana se auto limitó a la lucha contra la corrupción y por la renuncia del gobierno corrupto de Pérez Molina y, debido a ello, la misma protesta ciudadana evitó, por si acaso había que evitarlo, la necesidad de convertirse desde adentro en una “Revolución de Colores”. Pero, de nuevo, ello no quiere decir que no haya habido un potencial más radical, más jacobino y más refundador en la protesta ciudadana, aunque el mismo no haya surgido desde su propio interior y sus múltiples vertientes de contestación y lucha política, particularmente las más radicales. Porque sí lo hubo y ello puso a mucha gente, incluyendo al extremo centrismo, en el avispero ideológico de qué hacer y cómo timonear el proceso en la vía; ya sea de la “renovación” -la propuesta de Juan Alberto Fuentes Knight y de Edelberto Torres-Rivas-; o la “restauración” -la propuesta de la clase política buscando reacomodos después de la debacle del PP y que eventualmente devino en la encarnación hegemónica de Jimmy Morales-. Todavía creo que la protesta ciudadana está en sus principios, de que "esto apenas empieza" y espero con ansiedad y mucha anticipación la segunda etapa de la misma. Así que no podemos hablar de que la salida del sistema corrupto de “la oligarquía” yace en construir una “sociedad civil” alternativa y, muchos menos, en “democratizar el capitalismo” local. Ese argumento, que Morales ha venido ofreciendo en los últimas diez (10) entregas, que supuestamente hace falta en países como Guatemala desarrollar realmente un capitalismo liberal, está fundamentalmente equivocado y basado en un análisis erróneo de que todavía hay que llevar a cabo la revolución democrático-burguesa para llegar a algo más radical. Como lo demuestra el pensamiento de Lenin y, más aun, el pensamiento de Gramsci, lo que tenemos que hacer es aplicar el principio de Danton muchas veces repetido por Engels: “¡audacia, más audacia y siempre audacia!”. Vamos patria hacia la #RefundaciónYa". 53