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QHAPAQ ÑAN El Sistema Vial Andino y los Incas en el Norte de Chile QHAPAQ ÑAN El Sistema Vial Andino y los Incas en el Norte de Chile Qhapaq Ñan El Sistema Vial Andino y los Incas en el Norte de Chile. ISBN: 978-956-7953-63-9 Registro de Propiedad Intelectual nº253555 Derechos reservados © Consejo de Monumentos Nacionales Programa Qhapaq Ñan - Chile Avenida Vicuña Mackenna 84, ProvidenciaSantiago de Chile www.monumentos.cl Licitación nº 4650-59-LP11 Plan de Educación para el Qhapaq Ñan. Sistema Vial Andino. fotos de portada grabado Camélido en el alero Taira, región de Antofagasta. paisajes (de arriba a abajo): Sendero en Socoroma, región de Arica y Parinacota. Camino Cupo-Catarpe, región de Antofagasta. Camino en el Despoblado de Atacama, región de Atacama. Este material debe ser impreso en hoja Carta por ambas caras, en sentido horizontal. * “Acuerdo entre la República de Chile y la República Argentina para precisar el recorrido del Límite desde el Monte Fitz Roy hasta el Cerro Daudet”. (Buenos Aires, 16 de diciembre de 1998). Autorizada su circulación por Resolución Exenta No 02 del 7 de mayo de 2015 de la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado. La edición y circulación de mapas que se refieren o relacionen con los límites y fronteras de Chile no comprometen, en modo alguno, al Estado de Chile, de acuerdo con el Art. 2o, letra g) del D.F.L. No 83 de 1979 del Ministerio de Relaciones Exteriores. 2 QHAPAQ ÑAN El Sistema Vial Andino y los Incas en el Norte de Chile 3 Qhapaq Ñan Equipo Profesional: Impresión: El Sistema Vial Andino y los Incas en el Norte de Chile coordinación de proyecto Alvimpress Impresores LTDA. 1ª Edición, año 2015 1000 ejemplares Tomás Sepúlveda Schwember Elaborado por Consultora: Rafael Prieto Estudios Culturales y Patrimoniales EIRL. edición general Soledad González Díaz autores Soledad González Díaz Julio Aguilar Hidalgo Francisco Garrido Escobar corrección de estilo Sarella Gutiérrez Palominos diseño y diagramación Carolina Morales Nilo desarrollo de soportes digitales Nahuel Wietzerbin Martínez-Conde dirección del proyecto Rafael Prieto Véliz 4 Agradecimientos: Rafael Prieto Estudios Culturales y Patrimoniales EIRL y la Unidad Técnica Qhapaq Ñan del Consejo de Monumentos Nacionales agradecen a las personas e instituciones que colaboraron en el presente libro. A Victoria Castro, Calogero Santoro, Ximena Anza y Mauricio Navarro por sus oportunos comentarios al borrador de este texto. A Jorge Hidalgo, Nelson Castro, Pablo Aravena, Héctor Morales, Claudio Rozas, Miguel García y Tenoch Medina y -nuevamente- a Victoria Castro, por aportar sugerencias conceptuales, metodológicas y técnicas para la formulación de un plan de educación para el Qhapaq Ñan. A Gilberto Sánchez, por sus aclaraciones respecto al criterio que debíamos adoptar para las palabras en quechua. A Helena Horta, Juan Chacama y Marcela Sepúlveda por colaborar con imágenes para los capítulos de Arica y Antofagasta. A Francisco Garrido y Cristián Ortúzar, por la amabilidad que tuvieron al poner a nuestra disposición sus fotografías. Al Museo de Arte Precolombino, por colaborar con invaluable material gráfico relacionado con las culturas precolombinas del norte de Chile. Al Museo Arqueológico San Miguel de Azapa, al Museo Arqueológico Gustavo Le Paige y al Museo Regional de Atacama, por colaborar con imágenes para el proyecto Qhapaq Ñan Chile. Al Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta, por facilitarnos material de su página web. A Javiera Menchaca, por su colaboración en el diseño y diagramación. A las comunidades de Putre, Socoroma, Lasana, Cupo, Ayquina, Catarpe, Camar, Diego de Almagro e Inca de Oro, por abrirnos un espacio para la conversación a través de actividades de consulta, mesas redondas y talleres educativos. A Ismael Martínez, Carolina Casals, Constanza Tocornal, Carolina Chávez, Lía Karmelic y Julio Aguilar, por sistematizar la información contenida en las consultorías previas que se realizaron en el contexto de la postulación del Qhapaq Ñan a Lista de Patrimonio Mundial Unesco. Sin la generosa colaboración de todos ellos la realización de este libro hubiese sido imposible. 5 Presentación L a reciente inclusión del Qhapaq Ñan en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco es un reconocimiento a la riqueza histórica de los seis países que albergan el camino inca, el cual constituye el reflejo vivo de los ancestrales vínculos de este grupo de naciones a través de este sistema de caminos. Se trata de un logro inédito al ser la primera vez que seis países presentan y obtienen dicho reconocimiento por parte del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco. Pero además, es una responsabilidad para nuestros Estados, pues nos incita a fomentar su investigación, identificación, registro, protección, conservación y puesta en valor. Este es el fruto de un largo trabajo, al que Chile se integró en el año 2003. De esta manera, nuestro país se sumó al esfuerzo colectivo y multidisciplinario por lograr a nivel internacional el reconocimiento, la valoración, la conservación y la protección de esta red de trabajo vial incaica y la de los sitios arqueológicos asociados. En este proceso, el país se ha comprometido a implementar un Plan de Educación Patrimonial para el Qhapaq Ñan dirigido a las comunidades locales involucradas. A través del Programa de Puesta en Valor Pa6 trimonial de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), hemos colaborado con esta experiencia que nos ha dado la enriquecedora oportunidad de potenciar nuestro rol de unidad técnica en la ejecución de obras patrimoniales a nivel nacional. Por medio de este trabajo, que contó con la activa participación de los habitantes de las localidades relacionadas, estamos rescatando el valor histórico y cultural de dicho sistema vial andino y apoyando el aprendizaje de una cultura milenaria que, tal como lo refleja el Qhapaq Ñan, a través de sus diversas comunidades, fue un símbolo de integridad, unidad y cooperación. Pero esta iniciativa tiene un valor agregado más. En la SUBDERE consideramos el patrimonio como una forma de educar, porque en definitiva nos habla del pasado del que venimos y nos proyecta al futuro. Nos habla de una historia común y de una forma de ver el mundo. Es en efecto, es una de las mejores herramientas para enseñar a distinguir los valores que le asignamos a las cosas, a desarrollar un espíritu crítico respecto a lo que se nos impone como identitario y para comprender los procesos a través de los cuales se ha construido nuestra historia. Presentación De esta manera, se contribuye a formar mejores personas, ciudadanos educados, responsables y conscientes y orgullosos de sus comunidades. En último término es una forma privilegiada de aportar juntos a la construcción de un Chile mejor para todos y todas. Estoy seguro que sabremos apreciar y valorar esta iniciativa en la siempre necesaria tarea de preservar nuestra historia y a nuestros antepasados. Ricardo Cifuentes Lillo Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo Ministerio del Interior y Seguridad Pública Presentación 7 Presentación E l Consejo de Monumentos Nacionales poniendo énfasis en las definiciones y principios que inspiran la Convención de Patrimonio Mundial, particularmente en lo que se refiere al aspecto relacionado con las “Comunidades”, es que desde el año 2007 se ha acercado y reunido con las comunidades asociadas al Qhapaq Ñan y sus representantes, con el fin de dar a este conocer proyecto. Progresivamente se fueron desarrollando canales de participación para que las propias comunidades identificaran las visiones y oportunidades de desarrollo que la iniciativa ofrece a futuro, logrando de esta manera establecer un trabajo conjunto para priorizar aquellas acciones que impacten positivamente en su dimensión social, cultural y económica. Es desde esta instancia que surge la necesidad de elaborar un Plan de Educación, que entre los años 2011-2012, fue desarrollado por la Consultora Rafael Prieto Estudios Culturales y Patrimoniales EIRL. 8 Planteándose como misión principal, el “desarrollar y facilitar procesos de aprendizaje intercultural conducente a la valoración y apropiación comunitaria del proyecto Qhapaq Ñan-Chile y los bienes patrimoniales que lo constituyen.” Dentro de los productos generados se encuentra la realización de este libro “Qhapaq Ñan. El Sistema Vial Andino y los Incas en el Norte de Chile”, material educativo dedicado a la historia andina, y que fue aplicado en parte, en los talleres piloto realizados en terreno con las comunidades locales, permitiendo integrar sus propias inquietudes y contribuciones, transformándose en un valioso aporte a la forma de construcción de un proceso en el cual la gente constituye el foco central porque son al mismo tiempo protagonistas y beneficiarios. Demostrando así, que la participación es un proceso esencial que logra dar legitimidad a los pueblos en el desarrollo y conservación de los bienes culturales y naturales. Presentación Como Consejo de Monumentos Nacionales tenemos la convicción de que la inscripción del Qhapaq Ñan a la lista de Patrimonio Mundial es el merecido y verdadero reconocimiento a una tradición cultural que no sólo enriquece nuestro espíritu y nuestra historia andina, sino que además fortalece nuestra identidad en su dimensión local y universal. Ángel Cabeza Monteira Vicepresidente Ejecutivo Consejo de Monumentos Nacionales Presentación 9 Índice 12 Conoce tu libro Qolqas de Zapahuira. (Archivo cmn, c.2010). Camino en Bolivia. (Archivo Ministerio de las Culturas, Bolivia. c.2010). 10 15 69 Capítulo 1 Capítulo 2 los caminos y los andes qñ región de arica y parinacota Índice 154 Bibliografía Sitio arqueológico de Turi. (Archivo cmn, c.2010). Sitio arqueológico Tambo de la Sal. (Francisco Garrido, c.2010). 91 127 Capítulo 3 Capítulo 4 qñ región de antofagasta qñ región de atacama Índice 11 Conoce tu libro observa las fotografías y reflexiona: ¿Qué características adopta el camino en los diferentes paisajes? ¿Por qué? Qhapaq Ñan en Bolivia Qhapaq Ñan en Ecuador Qhapaq Ñan en Argentina Qhapaq Ñan en Colombia ¿Has transitado por parte del camino cercano a tu localidad? ¿Qué lo diferencia o asemeja a los mostrados en las imágenes? Te invitamos a conocer las diferentes secciones que contiene este material educativo. Apertura de Capítulo Este texto tiene cuatro capítulos. Cada uno de ellos se inicia con dos páginas en donde encontrarás fotografías del Qhapaq Ñan en sus diferentes tramos, acompañadas de preguntas que tienen por objetivo introducir los temas que se desarrollarán en el capítulo. capítulo 1. Los caminos y los Andes A lo largo del extremo norte de Chile el Qhapaq Ñan se conoce con distintos nombres, entre los cuales los más frecuentes son los que hacen alusión a la presencia incaica en la región como, por ejemplo, Camino del Inca o Camino del Reinca (Rey Inca). También se le conoce por nombres que evocan su historia más reciente: tal es el caso de su identificación con un camino tropero. Más allá de la diferencia entre los nombres que recibió, lo cierto es que este camino fue fundamental para la integración y expansión del Tawantinsuyu, también conocido como Imperio de los incas. En este capítulo, descubrirás la relevancia tecnológica, política y simbólica que el Qhapaq Ñan tuvo para articular las relaciones entre las poblaciones que conformaban este gran Imperio. También conocerás fragmentos de la memoria colectiva asociada al camino gracias a diversos testimonios y podrás establecer tus propias conclusiones sobre la trascendencia de este bien que postula a ser patrimonio de la humanidad. Introducción de Capítulo Además, las fotografías van acompañadas de una pequeña introducción en donde se mencionan los principales temas que se abordarán a lo largo del capítulo. Cada capítulo está organizado en subcapítulos que distinguirás por su numeración. Las ideas principales de cada párrafo están marcadas en negrita, para facilitar la comprensión del texto. Las cursivas, en tanto, representan las palabras que pertenecen a la lengua quechua, la lengua oficial de los incas. Estas han sido escritas de acuerdo a las normas del quechua cusqueño, utilizando el criterio de la Academia de la Lengua Quechua. Eso sí, y para facilitar la lectura, hemos optado por escribir los plurales como si fuesen palabras en castellano, de modo que qolqa (depósito) en plural aparece escrito como qolqas y no como qolqakuna, como sería en quechua. 12 Ilustraciones, fotografías y mapas Buscan facilitar la comprensión de los contenidos abordados en el texto. Los pies de imágenes, en tanto, tienen por objetivo complementar o explicar lo que la imagen representa. A continuación de cada pie de imagen encontrarás, entre paréntesis, la procedencia de las fotografías. La mayoría de las veces, ésta corresponde a su autor o a la institución que las facilitó. dicen los cronistas ¿quieres saber más? Caminos y expansión del Imperio La construcción de los caminos incaicos iba de la mano con la expansión del Imperio. Por ejemplo, el mismo Garcilaso cuenta que los dos ramales del Qhapaq Ñan que iban desde el Cusco hacia el norte fueron construidos durante el mandato del inca Huayna Capac, quien regresó victorioso de la conquista de Quito a través de un camino que se construyó especialmente para conmemorar su triunfo. Este camino correspondería al tramo septentrional del camino de la sierra y atravesaba las quebradas de la cordillera a lo largo de quinientas leguas, es decir, un poco menos de tres mil kilómetros. Aficionado a visitar la provincia de Quito después de la conquista, Huayna Capac habría mandado a construir después el tramo norte del camino de la costa, con el objetivo de visitar sus nuevos territorios a través de los llanos. Qolqas a toda prueba Las qolqas de Zapahuira destacaban por disponer de un extraordinario sistema de drenaje, destinado a atenuar el efecto de la humedad y de las lluvias estivales características del invierno altiplánico, contribuyendo también a su ventilación. El drenaje funcionaba mediante una canaleta construida con piedras, de 20 a 25 cm de ancho y 10 cm de altura. La canaleta estaba tapada con piedras planas y se ubicaba a lo largo de todo el piso interior de las bodegas. Junto con esta canaleta, se dispusieron otras transversales. El espacio entre las canaletas fue cubierto por una capa de 5 a 10 cm de guijarros pequeños, que contribuyeron a controlar el ambiente al interior de los depósitos. Mecanismos como este sistema de drenaje también han sido descritos para otros conjuntos de qolqas estatales, como las que existen en Wanukupanpa, en el actual Perú. El camino del Inca “… el del Inca (el camino) está para allá en dirección a Cupo pero no tan allá, este no, es un camino tropero, con mulas, carretas que llevaban antes cuando estaba el tiempo de Bolivia (…) llevaban desde Mejillones ahí salían las carretas desde Antofagasta, Chañaral, llevaban mercadería, ahí andaban cargadas más de 10 de un tiro (…), después de la guerra todavía se anduvo, pero ya no era tan transitada (…) ahí hay varios caminos y ese fue que le pusieron camino del Inca, pero ni se nota, se nota bien poco, eso es lo que le dicen camino del Inca. Yo he andado muchas veces por ahí, porque para todos lados se andaba de a caballo, anduve aquí y del otro del que me dijeron que ese sí era del Inca, más allá de Cupo, ahí andábamos a arrear los animales que habían pastos, había que ir a verlos cada quince días”. Cuaderno de Campo Lasana, Diagnóstico de Situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente Etnográfico. En Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega. Biblioteca Ayacucho. Venezuela. 1976, II, pp. 232-234. En la sección Dicen los cronistas encontrarás relatos de cronistas coloniales quienes, a través de sus libros, cartas o informes, dejaron un valioso testimonio sobre lo que observaron o recordaban del pasado andino. relatos de los protagonistas En la sección ¿Quieres saber más? encontrarás información complementaria a la que aparece en el texto principal, de modo que puedas profundizar los contenidos que ofrece cada subcapítulo. Los Relatos de los Protagonistas son testimonios de personas pertenecientes a las comunidades vinculadas al Qhapaq Ñan. A través de ellos podrás conocer las historias vivas en la memoria local del camino. Pastora con su ganado La misión de la pastora es introducir un espacio de reflexión sobre los contenidos que se plantean en los capítulos. El objetivo es que puedas compartir tus experiencias, inquietudes y conocimientos con otros miembros de la comunidad, descubriendo nuevas miradas sobre el camino. 13 observa las fotografías y reflexiona: ¿Qué características adopta el camino en los diferentes paisajes? ¿Por qué? ¿Has transitado por Qhapaq Ñan en Bolivia (Archivo Ministerio de las Culturas, Bolivia. c.2010). Qhapaq Ñan en Ecuador (Archivo Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Ecuador. c.2010) parte del camino cercano a tu localidad? ¿Qué lo diferencia o asemeja a los mostrados en las imágenes? Qhapaq Ñan en Argentina (Archivo Secretaría de Cultura, Presidencia de la Nación, Argentina. c.2010) 14 Qhapaq Ñan en Colombia (Archivo Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Colombia. c.2010) capítulo 1 capítulo 1. Los caminos y los Andes A lo largo del extremo norte de Chile el Qhapaq Ñan se conoce con distintos nombres. Los más frecuentes son los que hacen alusión a la presencia incaica en la región, por ejemplo, Camino del Inca o Camino del Reinca (Rey Inca). También se lo conoce por nombres que evocan su historia más reciente: tal es el caso de su identificación con un camino tropero. Más allá de la diferencia entre los nombres que recibió, lo cierto es que este camino fue fundamental para la integración y expansión del Tawantinsuyu, también conocido como Imperio de los incas. En este capítulo, descubrirás la relevancia tecnológica, política y simbólica que el Qhapaq Ñan tuvo para articular las relaciones entre las poblaciones que conformaban este gran Imperio. También conocerás fragmentos de la memoria colectiva asociada al camino gracias a diversos testimonios y podrás establecer tus propias conclusiones sobre la trascendencia de este bien que postula a ser patrimonio de la humanidad. los caminos y los andes 15 N 1.1. El Qhapaq Ñan como una obra monumental L a región andina constituye un espacio geográfico-histórico extenso que abarca desde la actual Colombia atravesando varios países: Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina, hasta llegar al sur del continente en la fértil zona central de Chile. Antes de la colonización española, iniciada en el área andina a partir del año 1532, las poblaciones que habitaron este espacio interactuaron intensamente. Las sociedades andinas en su larga historia establecieron diversos mecanismos de intercambio de bienes y productos, sobre cuya base desarrollaron complejas organizaciones políticas, sociales y culturales. Mientras algunas se organizaron políticamente en torno a la figura de un jefe o líder (kuraka en quechua, o mallku en aimara), otras lo hicieron en torno a un Estado centralizado, diferenciado socialmente y caracterizado por una marcada jerarquización social. El primer tipo de organización aludida se conoce con el nombre de señoríos, mientras que el segundo con el de formaciones estatales e imperiales. Entre los distintos logros de las sociedades andinas se encontraban grandes obras públicas, como sofisticados sistemas de riego, el empleo de andenerías (terrazas de cultivos de altura escalonadas) y también una impresionante red vial que atravesaba toda la región. 16 Cusco Arica San Pedro de Atacama Copiapó Esta imagen representa los varios caminos que conforman la red vial incaica, de acuerdo al arqueólogo John Hyslop. Desde su investigación, que data de mediados de los años ochenta, nuevos ramales han sido prospectados en los diferentes países que formaron parte del Tawantinsuyu. (Adaptado de Qhapaqñan. El Sistema Vial Inkaico, 1992). capítulo 1 dicen los cronistas Un camino que despierta admiración Los romanos, al igual que los incas, utilizaron sus caminos para expandir sus dominios. En la foto, el empedrado en medio de los adoquines corresponde a lo existente de la Via Appia Antica, la calzada romana que unía Roma con Brindisi, al sur de Italia. (Tomás Sepúlveda, 2011). Machu Picchu, antiguo poblado incaico. (Cristián Ortúzar, 2010) Esta red vial incorporó un largo y extraordinario sistema de caminos que vinculaba diferentes asentamientos y grupos étnicos, atravesando todas las ecologías andinas, desde la alta puna y la sierra hasta la costa. Los primeros españoles no dudaron en admirar estas obras dejando testimonio escrito sobre sus dimensiones y usos. El Qhapaq Ñan -que en quechua significa Camino Principal, denominado por los españoles Camino del Inca- fue la que más asombró a los cronistas del siglo XVI. Garcilaso de la Vega, uno de ellos, lo comparó con las grandes construcciones de la antigüedad mediterránea, como las edificaciones romanas o las monumentales obras arquitectónicas egipcias. los caminos y los andes Sobre el Qhapaq Ñan en la actual Colombia, el cronista Cieza de León comentaba en el siglo XVI: “De Ipiales se camina hasta llegar a una provincia pequeña, que ha por nombre Guaca, y antes de llegar a ella se ve el camino de los Ingas, tan famoso en estas partes como el que Aníbal hizo por los Alpes, cuando bajó a Italia, y puede ser tenido éste en más estimación, así por los grandes aposentos y depósitos que había en todo él, como por ser hecho con mucha dificultad, por tan ásperas y fragosas sierras, que pone admiración verlo”. En Crónica del Perú de Pedro Cieza de León. Biblioteca Ayacucho. Venezuela. 2005, p. 106. 17 ¿quieres 1.2. La larga historia de los caminos andinos La periodización histórica del Imperio de los incas plantea que éste se expandió a lo largo de los Andes en apenas cien años, desde el 1400 al 1518, época que los arqueólogos denominan Período Tardío. Si la expansión del Tawantinsuyu se realizó en aproximadamente un siglo, es imposible que los más de 23000 kilómetros de red vial que se han calculado hubieran sido construidos bajo su mandato. La principal conclusión de los estudiosos es que muchos de los caminos que conformaron el Qhapaq Ñan ya existían. Habría sucedido que los incas se nutrieron de los logros tecnológicos y de los principios de reciprocidad y redistribución en que se fundaron los gobiernos andinos anteriores. Administrar y proyectar ese legado fue un aspecto clave del éxito de su expansión. ¿Cuándo fueron construidos los caminos andinos? Aunque no existe consenso al respecto, algunos investigadores creen que un momento fundamental fue el período que los arqueólogos denominan Horizonte Medio, anterior a la época de los incas. Durante esa época el Estado Wari, ubicado en los Andes centrales, habría ordenado la confección de caminos para el tránsito de su gente a larga distancia. Otros caminos habrían sido construidos por el Estado Tiwanaku, cuya capital se hallaba en las proximidades del Lago Titicaca, y por 18 saber más? El pasado de los arqueólogos Para comprender la historia andina prehispánica, el arqueólogo John Howland Rowe elaboró una periodización, esto es, una división de su pasado en distintas etapas. Dentro de estas etapas están los Horizontes, correspondiente a los períodos de tiempo en que la influencia de una cultura se impuso sobre otras, abarcando grandes espacios geográficos en un período relativamente corto de tiempo. Estas culturas se caracterizaron por poseer un Estado centralizado, cuya autoridad fue aceptada -a veces voluntariamente y otras por la fuerza- por las otras culturas. Los investigadores han determinado que existieron tres Horizontes en la historia de los Andes: el Horizonte Temprano (800200 a. C.), el Horizonte Medio (600-1000 d. C.) y el Horizonte Tardío (1400-1532 d. C.). En el primer caso, fue la influencia de la cultura Chavín la que se extendió por capítulo 1 Pucará de Lasana (Archivo CMN). la costa norte del actual Perú, mientras que en el Horizonte Medio fue la de los Estados Wari (Andes centrales, hoy Perú) y Tiwanaku (lago Titicaca, hoy Bolivia). El tercer Horizonte, en tanto, correspondió a la época de los incas, cuyo centro político y religioso se encontraba en la ciudad del Cusco. Entre los dos últimos Horizontes, vale decir el Medio y el Tardío, los arqueólogos han identificado otro período que denominan Intermedio Tardío (1000 a 1400 d. C., aproximadamente). Este último nombre se debe al carácter más local de esta fase, ya que no existieron grandes estados que influyeran culturalmente a las poblaciones atacameñas. En consecuencia, estas se desarrollaron en forma más independiente, organizándose en señoríos o reinos gobernados por un curaca o señor. De esta época datan los pucarás, ciudadelas fortificadas emplazadas en lugares altos como cerros o mesetas. la denominada cultura Chimú que se desarrolló en la costa norte de los Andes, alrededor de los años 1000 y 1200 d. C. El sistema vial fue reorganizado y reacondicionado intensamente durante el gobierno de los incas. En algunos lugares, estos dejaron los caminos existentes intactos, mientras que otros fueron adaptados en función de sus objetivos, creando nuevos ramales allí donde fuese necesario. En suma, el Qhapaq Ñan solo fue posible gracias a una larga experiencia tecnológica y cultural de las organizaciones sociales andinas anteriores. Aldea de Turi (Archivo CMN, 2009). El pucará de Lasana y la aldea de Turi corresponden a aldeas construidas durante el Período Intermedio Tardío. los caminos y los andes 19 dicen los cronistas El pasado de Guaman Poma Felipe Guaman Poma de Ayala fue un andino letrado del siglo XVI que escribió una gran crónica dirigida al rey de España. Aunque esta nunca llegó a su destino, hoy constituye un valioso testimonio de los primeros siglos coloniales, visto con los ojos de un protagonista privilegiado. Guaman Poma, oriundo de Ayacucho en el actual Perú, tenía su propia visión del pasado andino, que dividió en cuatro períodos y los llamó “Edades de los Indios”. Durante la primera edad, a la cual Guaman Poma denomina Wari Wira Qucha Runa, la gente vivía en cuevas o peñascos y araba la tierra. Durante la segunda o Wari Runa, la gente comenzó a hacer andenes, chacras y acequias y vivían en unas casitas que parecían hornos llamadas pucullu. Durante la tercera o Purun Runa, la gente comenzó a tejer y a edificar casas de piedra y cada pueblo tenía su rey. Durante la cuarta o Auca Runa la gente abandonó las tierras bajas por temor a la guerra y se fue a vivir en los pucarás, ubicados en lo alto de los cerros y las peñas. La gente de esta época también comenzó a usar las casitas llamadas pucullu como tumbas. Después de Auca Runa, Guaman Poma sitúa el gobierno de los incas y, posteriormente, el de los españoles. relatos de los protagonistas El pasado de los abuelos “Son los abuelos, tatarabuelos, anteabuelos, reinkabuelos, machabuelos. De esos. Son varios abuelos. Empieza con el abuelo. Empieza con el reinka. Empieza con el machabuelo. Así, son varios, no es uno no más. Quién sabe cuántas generaciones pasaron ya del tiempo que se formó este mundo. De ahí vienen esos abuelos. Claro, machabuelo, reinkabuelo y abuelo… y anteabuelo, es otro. Son varios, esos son los que mandan todo esto. A todos se tiene que hacer un pago para trabajar en algún trabajo”. Testimonio de un habitante de Cupo. 2009. En El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala. Edición virtual de Det Kongelige Bibliotek. Dinamarca. 2004, pp. 48- 78. 20 capítulo 1 relatos de los protagonistas Un pasado a la luz de la Luna “Decía la gente que vivían ahí, que decían que iba a salir el sol, entonces que tenían miedo. Entonces entraban en sus casitas, que tenían unas casitas chicas, entraban ahí y se encerraban ahí. Se amarraban la cabeza y ahí se morían por no ver al sol. Y ahí quedaron, sentaditos, muertos … Dicen que era la luna (lo que había antes del sol), ese era el sol de ellos, la luna, y no comían sal, y no había cura tampoco, padre. Entonces decían: ahora va a salir el sol y se van a bautizar, entonces de eso tenían miedo y se escondieron… y salió el sol, algunos quedaron y no hizo nada pos. De ganas no más se escondieron… y esos que sobran somos nosotros, la gente que viven aquí, que son de aquí”. Los recuadros anteriores dan cuenta de distintas formas de entender el pasado andino: la de los investigadores, la de Guaman Poma, la de un residente de Cupo y la de uno de AyquinaTuri. ¿Cuál o cuáles versiones te parecen más familiares? ¿Cuáles son sus principales diferencias? ¿Encuentras entre ellas algún aspecto en común? ¿Cuál? Cuaderno de campo Ayquina-Turi. Diagnóstico de situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente etnográfico. GISOC Consultores. 2010, p.18. los caminos y los andes 21 1.3. Tawantinsuyu, el Imperio de los incas Cusco Los incas eran un grupo más dentro de la variedad de sociedades que luchaban por el poder en los Andes centrales luego del colapso de Wari y Tiwanaku (aproximadamente 900-1100 d. C.). Las investigaciones reconocen una Fase Pre-Imperial de los incas (1260 -1396 d. C.) cuando las primeras conquistas del grupo se limitaron al área del valle del Cusco, y cuyo mayor triunfo militar fue contra los chankas. Luego vendría una Fase Imperial (1400-1518 d. C.), donde por medio de conquistas militares y políticas extendieron su control sobre grupos y territorios heterogéneos. Durante su apogeo, los incas llamaron a su imperio Tawantinsuyu, que quiere decir en lengua quechua “las cuatro partes juntas”. El imperio inca contempló cuatro divisiones territoriales: el Antisuyu ubicado hacia el nordeste en dirección a la selva; el Kuntisuyu, al sudoeste, en dirección al océano Pacífico; el Chinchaysuyu hacia la parte septentrional de los Andes (norte del Perú, Ecuador y la actual Colombia); y el Qollasuyu. Este último abarcó desde el Cusco hasta el río Maule, en el centro de Chile, incluyendo el altiplano boliviano, el noroeste argentino y la costa peruana. 22 Arica San Pedro de Atacama Copiapó Chinchaysuyu Antisuyu Kuntisuyu Qollasuyu Distribución del Tawantinsuyu (Adaptado de Chile bajo el Imperio de los Inkas. Museo Chileno de Arte Precolombino, 2009). capítulo 1 Terrazas de cultivo en Machu Picchu. (Cristián Ortúzar, 2010). El Tawantinsuyu abarcó una gran biodiversidad que incorporó paisajes de la costa, la sierra, el desierto, el altiplano y la selva amazónica. Bajo su administración quedaron alrededor de noventa grupos étnicos, cada uno con sus formas de organización particulares y su propia lengua. Su capital sagrada fue el Cusco, considerado por los incas como el “ombligo del universo”, donde estaba su pakarina o lugar mítico de origen. Desde ahí convergían y a la vez iniciaban los distintos troncales del Qhapaq Ñan. Gracias al empleo de la experiencia estatal anterior, en pocas décadas el Tawantinsuyu consiguió destacados logros en asuntos militares y diplomáticos, junto con una hegemonía ideológica y material sin precedentes en los Andes. los caminos y los andes La precisión de la cantería incaica causó tal admiración entre los españoles que, según el cronista Garcilaso de la Vega, algunos creyeron que era obra de encantamientos o demonios. (Cristián Ortúzar, 2010). 23 Inca Pachacutec en la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala (1615- 1616). (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). La expansión del Tawantinsuyu Existen varias interpretaciones que tratan de explicar la rápida y exitosa expansión de los incas, siendo la más difundida aquella que atribuye al ingenio y liderazgo del Inca Pachacutec la organización del Estado y los triunfos militares del Imperio. Sin embargo, atribuir al liderazgo de un solo Inca la exitosa expansión del Tawantinsuyu implicaría desconocer la importancia que en este proceso tuvo el sistema de herencia dividida incaico, según el cual, tras el fallecimiento de un Inca, su panaka o descendientes más directos heredaban la totalidad de sus tierras y sus bienes, dejando al ejército como único patrimonio disponible para el futuro gobernante. En consecuencia, cada nuevo Inca debía iniciar sus propias campañas expansionistas con el objetivo de obtener nuevos recursos para su gobierno y su familia ampliando, de este modo, las fronteras del Imperio. Una tercera interpretación subraya la manipulación que el Inca hacía de los vínculos de reciprocidad y redistribución que caracterizaban las relaciones rituales de un aillu o grupo de parentesco. El Inca entregaba bienes y dones a los curacas de una comunidad y, 24 siguiendo las pautas tradicionales, exigía a cambio la devolución de su generosidad, pero en forma de obligaciones de carácter estatal como tributo y mano de obra. A medida que el favor era devuelto y recibía nuevos y abundantes bienes y productos, el Inca estaba obligado a volver a redistribuirlos, aumentando su red de favores hacia capítulo 1 ¿quieres saber más? El clima y la expansión de los incas Las interrogantes que plantea la expansión incaica se estudian cada vez desde perspectivas más interdisciplinarias. Por ejemplo, actualmente se trabaja en la relación que pudo existir entre la expansión del Estado inca y los fenómenos climáticos o paleoclimáticos. Vista del contexto del Parque Arqueológico de Viracocha - Templo de Raqch’i, Perú. (Archivo CMN, c.2010). otras comunidades. Desde esta perspectiva, más que las conquistas militares o el liderazgo de Pachacutec, la piedra angular de la expansión del Tawantinsuyu habrían sido los principios de reciprocidad y redistribución de tradición andina. Al respecto, algunos investigadores han sostenido que durante la expansión del Tawantinsuyu los Andes atravesaban por un período de mayor fertilidad debida, principalmente, a un aumento en la disponibilidad de recursos hídricos. La abundancia de agua habría favorecido la producción agrícola y la construcción de terrazas de cultivo, aumentando las actividades productivas del imperio y propiciando su expansión territorial. Terrazas de cultivo en Socoroma (Soledad González, 2009). Más allá de la factibilidad de estas tres interpretaciones, la incorporación de nuevos territorios al imperio también debió depender de las características políticas, sociales y territoriales de cada grupo anexado. Lo más probable es que el Inca haya utilizado distintas estrategias, promoviendo en algunos lugares negociaciones pacíficas y en otros intervenciones bélicas, selladas posteriormente por alianzas rituales. los caminos y los andes 25 El Inca y el Inti: La organización política y religiosa del Tawantinsuyu En la cúspide de la organización política del Imperio se encontraba el Inca, que se consideraba a sí mismo hijo del Sol o Inti, acompañado de su grupo de parientes más cercanos o panaka. Aunque los españoles tradujeron Inca como “rey”, las investigaciones han demostrado que la organización política del Tawantinsuyu fue mucho más compleja que las concepciones dinásticas europeas, que identificaron su sistema sucesorio con una monarquía. Incluso se ha sostenido que el imperio funcionaba como una diarquía, es decir, que estaba gobernado por dos Incas, siguiendo el patrón de organización dual andina. Para gobernar un imperio tan vasto, el Inca se apoyaba en los jefes provinciales o curacas de los territorios anexados, quienes al ser autoridades reconocidas por sus comunidades, facilitaban el control estatal. El Inca entablaba con ellos una relación de intercambios recíprocos: se comprometía a incorporarlos a su sistema de distribución de recursos básicos, como alimento y vestuario, a cambio de que estos cumpliesen con obligaciones tributarias que se pagaban en trabajo. El Inca podía disponer de las poblaciones conquistadas de manera unilateral, controlando hasta los aspectos más cotidianos de la vida de sus miembros. 26 Iglesia construida sobre el templo del Qoricancha en Cusco. (Cristián Ortúzar, 2010). El Sol o Inti era la principal divinidad del panteón religioso incaico, quien le otorgaba la legitimidad y poder al principal gobernante del imperio. El Inca, por tanto, impuso el culto solar en todos los territorios conquistados, desplazando o suprimiendo a las divinidades locales de las regiones anexadas. En el Cusco, el Qoricancha era su santuario principal, lugar donde además se realizaban diversas celebraciones en su honor. Pero el panteón incaico estaba conformado además por otras divinidades como: Viracocha (el dios creador), Illapa (el dios de los truenos) y Pachamama (la madre tierra). Asimismo, las montañas y cerros tuvieron un papel importante en el plano religioso incaico. Aunque desde hacía mucho tiempo las montañas eran consideradas por las comunidades andinas como sus deidades protectoras, los incas construyeron en sus cimas pe- capítulo 1 Figurillas utilizadas en el rito de qhapaq hucha. (Chile bajo el imperio de los Inkas. Museo Chileno de Arte Precolombino, 2009). queños edificios para realizar rituales. Ellos se conocen con el nombre de adoratorios o santuarios de altura y existen alrededor de doscientos repartidos a través de los Andes. La qhapaq hucha, uno de los ritos más importantes realizados allí, consistía en el sacrificio de niños o jóvenes de las elites andinas entre los meses de abril y julio. Tras ser llevados finamente ataviados a las altas cumbres, eran sacrificados y depositados en una tumba habilitada en la misma montaña. Su ajuar estaba compuesto por figurillas humanas o de camélidos hechas de plata u oro, muchas de ellas acompañadas con finos textiles en miniaturas. Adicionalmente, se podían colocar otros objetos, como bolsitas con hojas de coca en su interior, vasijas de cerámica, etcétera. Los incas pensaban que los niños no morían, sino que se reunían con sus antepasados. los caminos y los andes El cuidado de cada una de las divinidades que conformaban el panteón religioso incaico estaba a cargo de un conjunto de sacerdotes, quienes cumplían diversas labores dependiendo del rango en el cual se encontraban. Así, por ejemplo, un grupo de sacerdotes se dedicaba exclusivamente al culto de algunos dioses, otro interpretaba los oráculos, y otro vaticinaba presagios o sanaba a los enfermos. El cargo de sacerdote era vitalicio, ocupando el segundo lugar en importancia dentro de la jerarquía social de todo el Estado. 27 El Inca y el tributo: la organización económica del Estado En la medida en que el sistema estatal incaico crecía, los mecanismos económicos tradicionales de los aillus y/o comunidades, como la reciprocidad y la redistribución, se hicieron insuficientes. Por ello, los gobernantes cusqueños readaptaron y crearon nuevas instituciones para hacer frente a las exigencias de la expansión. Una de ellas fue la mita, que consistía en un tributo en forma de trabajo que los varones andinos debían cumplir en tareas estatales según turnos rotativos, posiblemente anuales. Estas tareas consistían, por ejemplo, en trabajar en un centro metalúrgico, integrar el ejército, cuidar rebaños, confeccionar tejidos y en construir y mantener obras públicas como el mismo Qhapaq Ñan. A cambio de estas prestaciones colectivas de trabajo, el Tawantinsuyu respondía al servicio de los mitayos suministrándoles alimentos y bebidas a lo largo de su servicio y, especialmente, en contextos festivos. Finalizadas las labores o el turno, el campesino andino podía retornar a sus tareas habituales hasta ser requerido nuevamente por el Estado. 28 Danza y música en fiesta de Pachallampe en Socoroma (Archivo Carmen Menares, c.2007). Otra institución fueron los mitimaes, un sistema de reasentamientos forzosos con el que se buscaba facilitar la integración y control de los pueblos conquistados. Se trataba de colonos que, sacados de sus comunidades, tenían la obligación de trabajar en tareas a gran escala, como por ejemplo obras viales, localizadas en otras regiones. Asimismo, había un grupo emergente durante el periodo de consolidación del Tawantinsuyu, la población yana, quienes eran servidores personales y perpetuos del Inca, apartados de sus comunidades para ingresar al servicio personal. Los yanas quedaban marginados de sus comunidades, tanto para el censo como para la realización de trabajados comunitarios. Podían casarse y solo uno de sus hijos heredaba la condición de yana, mientras que los demás podían regresar a la comunidad de origen de su padre y recuperar sus derechos. capítulo 1 Acllas en la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala (1615- 1616). (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). Las mujeres también fueron incorporadas en las nuevas instituciones económicas. Estaban las acllas (escogidas, en quechua), mujeres de los grupos conquistados que eran reunidas en la aklla wasi (casa de las escogidas) dedicadas exclusivamente a tejer el vestuario del Inca y la nobleza, a preparar chicha y a posibles enlaces matrimoniales con las panakas o familiares más directos del Inca. los caminos y los andes 29 dicen los cronistas Caminos casi imposibles 1.4. El Qhapaq Ñan y el paisaje andino Durante el apogeo de los incas, el Sistema Vial Andino se reorientó hacia los objetivos del Imperio: para el Tawantinsuyu, el Qhapaq Ñan representaba no solo una forma de conectar a los grupos y territorios incorporados, sino también una instancia para desplegar simbólicamente su poder sobre el territorio, llenando de significado cada piedra, cerro y quebrada del paisaje andino. Se ha sostenido que no existió un único patrón en la construcción de caminos. La red vial se adaptaba a la geografía y relieve de cada zona, del mismo modo que se ajustaban los tipos de materiales utilizados. Sin embargo, el Qhapaq Ñan en tiempos prehispánicos tuvo características propias, la principal de las cuales consistía en su diseño para ser transitado a pie. En este sentido, por ejemplo, las pendientes se atenuaban utilizando peldaños o escaleras, tecnología que facilitaba el tránsito a través de las numerosas quebradas de los paisajes andinos, pero que dificultó el uso de los medios de transportes introducidos por los españoles, quienes empleaban fuerzas de tracción, incluyendo la rueda y el caballo. 30 Los caminos andinos atravesaron una gran variedad de ecosistemas, muchos de los cuales se distinguían por su aspereza y por las dificultades que implicaba la construcción de vías de acceso. En el siglo XVI, el cronista Pedro Sarmiento de Gamboa se asombraba de que los incas hubieran hecho camino por donde parecía “imposible poderse hacer”, tal como sucedía en la selvática región del Antisuyu: su espesa vegetación había impedido a Topa Inca avanzar en su conquista, ya que sus exploradores habían intentado infructuosamente dar con los poblados ocultos en los boscosos montes. Sarmiento narra que para abrir caminos en tales condiciones, los enviados de Topa Inca se las ingeniaron subiéndose a los árboles más altos con el fin de identificar en qué lugares se observaban columnas de humo, señal inequívoca de la presencia de poblados. Una vez detectados esos lugares, trazaron los caminos en dicha dirección, superando de este modo los obstáculos naturales de los múltiples paisajes andinos. En Historia de los Incas de Pedro Sarmiento de Gamboa. EMECE. Argentina. 1942, p. 144. capítulo 1 Observa ambas fotografías: ¿El camino es igual en ambas imágenes? ¿Por qué? ¿Qué similitudes y qué diferencias se aprecian? ¿A qué crees que se deben? Qhapaq Ñan en Zapahuira Norte, Región de Arica-Parinacota. (Francisco Garrido, 2008). Qhapaq Ñan en el Despoblado de Atacama, Región de Atacama. (Archivo CMN). los caminos y los andes 31 dicen los cronistas Caminos y expansión del Imperio Dos caminos paralelos: el de la sierra y el de la costa Aunque la red vial incaica abarcó muchos caminos, los cronistas de los siglos XVI y XVII coincidieron en que los caminos principales -o “reales” como los llamaron ellos- eran dos: el de la sierra y el de los llanos o la costa. El cronista Garcilaso de la Vega al describir las características constructivas de estos caminos en el área cusqueña, señalaba que el camino de la sierra estaba construido con mampostería, mientras que el de los llanos estaba señalizado con una serie de vigas de maderas enterradas en los arenales de la costa, de manera que su huella no se perdiese con los vientos que arreciaban en la zona. Además de estos dos caminos, existía una extensa red de caminos transversales que unían la sierra y los llanos, atravesando el Tawantinsuyu en sentido latitudinal. Según el cronista Bernabé Cobo, el principal de éstos pasaba por la plaza ubicada en el centro del Cusco y unía la cordillera de los Andes con la comarca de Arequipa. 32 La construcción de los caminos incaicos iba de la mano con la expansión del Imperio. Por ejemplo, el mismo Garcilaso cuenta que los dos ramales del Qhapaq Ñan que iban desde el Cusco hacia el norte fueron construidos durante el mandato del inca Huayna Capac, quien regresó victorioso de la conquista de Quito a través de un camino que se construyó especialmente para conmemorar su triunfo. Este camino correspondería al tramo septentrional del camino de la sierra y atravesaba las quebradas de la cordillera a lo largo de quinientas leguas, es decir, un poco menos de tres mil kilómetros. Aficionado a visitar la provincia de Quito después de la conquista, Huayna Capac habría mandado a construir después el tramo norte del camino de la costa, con el objetivo de visitar sus nuevos territorios a través de los llanos. En Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega. Biblioteca Ayacucho. Venezuela. 1976, II, pp. 232-234. capítulo 1 relatos de los protagonistas El camino en la localidad de Taira, Alto Loa “Ahí se sabía que eran camino del Inca porque tenían piedritas por el lado, se veían tramos no más, pero claro, antes debió ser continuo …, si ya nadie lo usa, pero claro, dos líneas de piedras, eso es camino del Inca, porque quién va a ir a hacer ahora un camino tan bien hechito, porque ellos tenían todo bien ordenadito y un solo ancho, en línea recta”. ¿Qué características tiene el camino cercano a tu comunidad? ¿De qué materiales está hecho? Cuaderno de campo Taira. Diagnóstico de situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente etnográfico. GISOC Consultores. 2010, p.4. Camino en el sector de Alto Loa. (Archivo CMN, c.2009). los caminos y los andes 33 Los caminos y los dioses Los caminos andinos también fueron el escenario de algunos de los mitos fundacionales del Tawantinsuyu. Según el cronista Sarmiento de Gamboa, que decía haber obtenido sus informaciones de las panakas incaicas, en tiempos muy antiguos un gran diluvio había arrasado casi por completo los Andes, después del cual el dios Viracocha decidió recrear a la humanidad. Desde una isla en el lago Titicaca había ordenado que saliesen el sol, la luna y las estrellas, luego de lo cual se había dirigido a Tiwanaku con dos de sus criados para que lo ayudasen a repoblar el mundo. A cada uno de estos le había correspondido recorrer uno de los caminos reales, a uno el de la sierra y al otro el de los llanos, pronunciando en voz alta el nombre de las naciones que Viracocha deseaba que existiesen a partir de entonces. Mientras el dios iba haciendo lo mismo por las tierras intermedias, la nueva gente había comenzado a salir de las cuevas, árboles, peñas, lagos y montes, multiplicándose y poblando nuevamente el mundo. En el relato mítico de Sarmiento, los caminos y el origen del mundo son contemporáneos, quedando así demostrada la ritualidad asociada a ellos, más allá de su uso cotidiano. 34 El lago Titicaca está asociado a muchos mitos de origen andinos. Este grabado pertenece a la crónica de Pedro Cieza de León y en él el lago aparece representado al estilo europeo. (Chrónica del Perú, 1553). Es importante señalar que los caminos estaban asociados a leyendas que trascendían la esfera incaica, constituyendo un referente mítico para los Andes en general. Por ejemplo, en la región de Huarochirí ubicada al este de Lima, los caminos atesoraban la fuerza de los dioses que habían circulado por ellos, transmitiéndosela a sus transeúntes mortales. Los habitantes de la comunidad de San Damián de los Checa, según documentación del siglo XVII, recorrían todos los años en el mes de noviembre el mismo camino que su dios Tutayquire había realizado antes que ellos, pues “caminando sobre sus pasos” recibían su poder o kallpa. Asimismo, los caminos también podían y aún pueden atravesar “malos parajes”, considerados lugares de respeto y de cuidado por las poblaciones andinas. capítulo 1 ¿quieres saber más? Las apachetas Las apachetas son amontonamientos de piedras distribuidos no solo a lo largo del Qhapaq Ñan, sino también en el resto de los caminos andinos. Los textos coloniales les asignaron distinta funcionalidad, aunque la mayoría coincidieron en que se trataba de adoratorios construidos poco a poco por los caminantes en honor a algunas divinidades andinas. Por esta razón, muchas fueron destruidas en el contexto de las llamadas campañas de extirpación de idolatrías, en su mayoría efectuadas en el siglo XVII y cuyo objetivo fue terminar con los cultos andinos. Para las poblaciones actuales, las apachetas siguen siendo consideradas como lugares de respeto, en donde los caminantes ofrendan piedras u otros elementos. los caminos y los andes Apachetas en Putre. (Archivo CMN). 35 Qhapaq ñan t’uqrikuq o gobernador de los caminos según Guaman Poma de Ayala. (Nueva Corónica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). El Qhapaq Ñan: un camino imperial El Qhapaq Ñan fue la expresión vial de un Imperio, cuyos extensos territorios eran regidos por una misma autoridad y una sola norma. Esta circunstancia facilitó el tránsito por caminos que antaño eran administrados por señores locales, muchos de los cuales -seguramente- no proyectaban la conectividad de sus vías más allá de los límites de sus respectivas jurisdicciones. Justamente por su condición de camino imperial, el Qhapaq Ñan fue una vía controlada que solo podía ser transitada por pasajeros admitidos por las autoridades incaicas. Estas otorgaban a los transeúntes un salvoconducto que comprobaba que se dirigían hacia un lugar específico por encargo oficial. Quienes poseían el salvoconducto eran atendidos y proveídos de todo lo necesario para el viaje, incluyendo el alojamiento y la alimentación. Por el contrario, quienes caminaban sin el permiso de las autoridades eran castigados “por vagabundos”. Cuenta Guaman Poma que este estricto control sobre los usuarios del camino era fiscalizado gracias a la implementación 36 de una burocracia estatal responsable del correcto funcionamiento de la red vial. Quien la dirigía era el qhapaq ñan t’uqrikuq o gobernador de los caminos. capítulo 1 ¿quieres saber más? Los salvoconductos del Gran Khan El Qhapaq Ñan no fue el único camino controlado de la antigüedad: el Imperio romano también llevaba un estricto control de los transeúntes que circulaban por sus vías, al igual que el Imperio mongol, que se extendió por casi toda Asia a partir del siglo XIII de nuestra era. Marco Polo, quizá el más famoso de los viajeros medievales, cuando recorrió parte de este último llevó consigo dos tablas de oro que hacían las veces de salvoconductos. Se llamaban paizas y se las había entregado nada menos y nada más que el Gran Khan, la máxima autoridad de los mongoles. Las paizas podían colgarse en el cuello para que los transeúntes autorizados pudiesen ser vistos desde lejos, asegurándoles la inmunidad en todos los territorios que pertenecían al Imperio mongol. Gracias a las franquicias que estos salvoconductos le aseguraban, Marco Polo recorrió durante veinticuatro años los caminos mongoles. Cuando mucho después murió en Venecia, el inventario de sus bienes registraba una paiza que, seguramente, el viajero conservaba como recuerdo de su extensa travesía por Asia y China. Aunque muchos cronistas coincidieron en que existía un salvoconducto para transitar por el camino, ninguno especificó de qué objeto se trataba ¿Cómo crees que era el salvoconducto? ¿Conoces algún objeto característico de los Andes que pudiese haber servido de pasaporte? Adaptado de Libro de las maravillas del mundo de Marco Polo. Cátedra. España. 2008. los caminos y los andes 37 relatos de los protagonistas La limpia del camino Los tambos Para el eficiente funcionamiento del camino, los incas habilitaron tambos, instalaciones cuyo fin era facilitar el tránsito tanto de los mensajeros del Inca como de sus ejércitos, brindándoles cobijo y alimentación. Estaban distribuidos a lo largo de los dos caminos, el de la sierra y el de los llanos, a una distancia que equivalía al trayecto que podía avanzar una persona en un día. No obstante, su ubicación también dependía de otros factores, principalmente de la disponibilidad de los cursos de agua cercanos, necesarios para su funcionamiento. Como los indígenas pagaban su tributo en trabajo, los tambos generalmente eran atendidos y mantenidos por integrantes de las comunidades cercanas que, mediante esta forma, cumplían con sus obligaciones frente al Estado inca. “Nosotros íbamos a limpiar el camino en tiempos después de la lluvia porque antes llovía mucho, fuerte, entonces acortaba el camino, entonces nosotros salíamos a las 8 de la mañana, cuando estaba llegando el sol, a caballo, hombres, mujeres adultos mayores … en la parte que estaba deshecho entonces empedraban con piedra, entonces nosotros le pasábamos las piedras, le pasábamos la tierra en donde tenía que rellenar los mal pasos que había hecho el agua”. “Limpiábamos el camino, como quien barre, con pala, con picota, después en la parte más difícil… Los hombres estaban empedrando, enchufando las piedras unos con otros, así en la parte más mal paso, se empedraba donde cortaba más la lluvia el camino, hacia malo, entonces ahí empedraban los hombres con piedra”. Cuaderno de Campo Socoroma. Diagnóstico de Situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente etnográfico. GISOC Consultores. 2010, p.13. 38 capítulo 1 Tambo de Incahuasi, Región de Antofagasta. (Francisco Garrido, 2008). Tambo de Zapahuira, Región de Arica y Parinacota. (Francisco Garrido, 2008). los caminos y los andes Lee el relato “La limpia del camino”. ¿Sabes de algún trabajo de limpieza que se haya realizado en el camino cercano a tu comunidad? ¿Cuándo? ¿Quiénes participaban? ¿En qué fecha se realizaba? 39 En la ilustración aparece el Inca Topa Inca y un khipukamayoq, como se denominaba a quienes conocían el sistema de contabilidad con cordeles. En segundo plano, se observan los depósitos o qolqas. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). Los depósitos del Inca Para proveer a los ejércitos del Inca y a las comunidades que formaban parte del Imperio de provisiones, armas, vestidos, calzados y todo lo necesario para su sustento, los tambos contaban con depósitos o qolqas -actualmente también conocidas como trojas o graneros- que siempre estaban abastecidas. Estos suministros correspondían al tributo obtenido no solo de las comunidades cercanas, sino también de otras muy distantes y de aquellas especializadas en determinadas labores productivas como, por ejemplo, la agricultura o la minería. Relata el cronista Garcilaso de la Vega que cuanto había dentro de cada depósito era minuciosamente contabilizado por funcionarios estatales, quienes utilizaban un sistema de nudos de colores en varios cordeles amarrados a uno principal. Estos cordeles se denominaban quipus y a pesar de que muchos cronistas se refirieron a ellos en sus relatos, ninguno dio cuenta de cómo se leía la información que contenían. Aunque investigaciones recientes tienden a demostrar que los quipus también podían almacenar historias, genealogías y otros registros narrativos, los españoles los asociaron principalmente al registro de información contable. 40 capítulo 1 Qolqa de Zapahuira. (Archivo CMN) Observa las imágenes de arriba. ¿Qué forma tienen las qolqas representadas en ellas? ¿Hay qolqas en tu entorno?¿Cuántas? ¿Qué dimensiones tienen? ¿Qué uso se les da en la actualidad? Según Guaman Poma de Ayala, que vivió en el actual departamento de Ayacucho en Perú, las qolqas eran abastecidas durante el mes de julio, después de la cosecha. (Nueva Corónica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). los caminos y los andes 41 Vista a la Qolqa de Zapahuira. (Francisco Garrido, 2008) Quipu encontrado en Mollepampa, Arica. (Chile bajo el imperio de los Inkas. Museo Chileno de Arte Precolombino, 2009). Desde los inicios de la conquista los europeos se sorprendieron con este sistema: cuando Hernando Pizarro y sus hombres se dirigían desde la sierra hasta la costa central del Perú por el camino real, retiraron algunos artículos de uno de los depósitos del Inca. Al verlos, los funcionarios incas a cargo de las qolqas desataron unos nudos de un cordel y los anudaron en otro, registrando con escrupuloso celo la sustracción de productos llevada a cabo por los conquistadores. Por otro lado, con los depósitos bien aprovisionados, el Inca se aseguraba de que los soldados de su ejército no saquearan los pueblos cercanos en búsqueda de comida o abrigo. Garcilaso comenta que a tal punto estaba prohibido violar esta ley que quienes lo hacían eran castigados con la pena de muerte. 42 capítulo 1 Khipukamayoq según José Pérez de Arce. (Rostros de Chile Precolombino. Museo Chileno de Arte Precolombino, 1997). ¿quieres saber más? Arica, zona de quipus Arica es la zona donde se ha encontrado la mayor cantidad de quipus de todo el Qollasuyu. De ellos, dos son los más grandes y complejos que se han descubierto hasta ahora en lo que fue el Tawantinsuyu. Estos hallazgos se realizaron en la costa de Arica, en los cementerios incas de Mollepampa ubicados en el valle de Lluta y en Playa Miller. Uno de estos quipus tiene 450 años de antigüedad y los arqueólogos creen que podría corresponder al registro de censos y tributos de la zona de Arica, hacia finales del dominio inca o inicios de la conquista española. Posee más de 580 cuerdas y representa la suma de 15.024 unidades, aunque se desconoce qué tipo de unidades son. Además de su tamaño, este quipu destaca por un tipo excepcional de nudo, conocido como “Nudo con cinturón” que siempre aparece asociado al valor 9 y que solo ha sido registrado en otros dos quipus. En Quipu, contar anudando en el Imperio Inka de Gary Urton. Museo Chileno de Arte Precolombino y Universidad de Harvard. Santiago. 2003, p. 26. los caminos y los andes 43 Un camino que atraviesa ríos Cuenta Guaman Poma que otras de las construcciones asociadas a los caminos reales fueron los puentes de mimbre o de juncos, cuyo funcionamiento estaba a cargo del chaka suyuyuq. Los puentes se hacían trenzando una y otra vez conjuntos de tres criznejas o sogas hasta formar una más gruesa que, unida a otras dos de las mismas dimensiones, servía de suelo para el puente. Otras dos trenzas eran dispuestas como pasamanos y el espacio que quedaba entre estas y el suelo era rellenado con ramas y maderas delgadas fuertemente atadas entre sí. La fragilidad de estos materiales obligaba a que los puentes fuesen reconstruidos completamente cada seis meses o un año. Al igual que el mantenimiento de los caminos, este trabajo estaba a cargo de las comunidades cercanas, que de esta manera cumplían con sus obligaciones tributarias frente al Estado inca. Los puentes estaban reservados solo para los caminos reales, puesto que en los caminos menores existían maneras más artesanales de cruzar los ríos. Por ejemplo, cuando las aguas eran poco torrentosas los lugareños construían balsas de maderas livianas. Por el contrario, cuando la corriente arreciaba o cuando no había lugar para embarcar o desembarcar, se instalaba una soga que atravesaba el río de una orilla a otra, a la cual iba amarrada una canasta de mimbre con capacidad para tres o cuatro personas. Para auxiliar a los transeúntes que utilizaban este sistema, existían tributarios encargados de ayudar a los caminantes a subirse al canasto y luego tiraban de la soga transportadora. 44 El chaka suyuyuq o gobernador de los puentes. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). capítulo 1 dicen los cronistas El primer puente de mimbre Puente de Q’eswachaka emplazado sobre el río Apurímac, Perú. (Archivo Ministerio de Cultura, Perú. c.2010). Observa el espacio geográfico donde se inserta tu comunidad. ¿Existe algún curso de agua o una quebrada profunda por la cual cruce el Qhapaq Ñan? ¿Cómo la sortea el camino? los caminos y los andes Cuenta Garcilaso que el primer puente de mimbre fue mandado a construir sobre el río Apurimac por el Inca Maita Capac, en el camino real que iba desde el Cusco a Lima. El objetivo era que sus tropas pudiesen llegar hasta las tierras del Kuntisuyu, al poniente del Cusco. Según el cronista, la grandeza de la obra causó tal admiración entre algunos pueblos que éstos se sometieron voluntariamente al Inca. En Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega. Biblioteca Ayacucho. Venezuela. 1976, I, pp. 134- 136. 45 Los linderos del Inca A través de los caminos los gobernantes incas avanzaban en sus conquistas, señalando los límites de sus dominios con mojones o linderos. De acuerdo a Garcilaso estos linderos, que podían ser columnas o murallas, también eran utilizados para demarcar los espacios productivos ocupados por los diferentes grupos étnicos que formaban parte del Tawantinsuyu como, por ejemplo, los denominados Reinos Aimaras. En la ilustración se observan los amojonadores del Inca construyendo linderos (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). 46 capítulo 1 dicen los cronistas Linderos: una estrategia de conquista Mojones o linderos del Qhapaq Ñan en el Alto Loa, a la altura de Lasana. (Archivo CMN, c.2010). Demarcador de quebrada en Caspana. (Archivo CMN, c.2010). los caminos y los andes Señalización en el camino en el sector del Alto Loa. (Archivo CMN, c.2010). Según el cronista Sarmiento de Gamboa, el emplazamiento de estos linderos dependía directamente de las órdenes del Inca y respondía a una planificada estrategia de conquista tendiente a reforzar su autoridad. Por ejemplo, el Inca Pachacutec ordenó a su hermano Capac Yupanqui que en su campaña hacia Cajamarca, en el norte del actual Perú, pusiese sus mojones en la provincia de Yanamayo, más allá de la cual tenía expresamente prohibido avanzar. Desobedeciendo las órdenes de Pachacutec, Capac Yupanqui marchó sobre Cajamarca pero, a pesar de resultar victorioso, no alcanzó a regresar al Cusco para recibir las honras de su conquista: su hermano, el Inca, ordenó cortarle la cabeza como una señal de que su palabra y autoridad no debían ser jamás contravenidas. En Historia de los Incas de Pedro Sarmiento de Gamboa. EMECE. Argentina. 1942, pp. 120-123. 47 El Qhapaq Ñan, los chasquis y el correo Los incas también utilizaron los caminos como el eje de un eficiente sistema de correos que funcionaba gracias a los chasquis o postillones, veloces corredores que mantenían informado al Inca de todo lo que sucedía en sus dominios. Dice Guaman Poma, el letrado andino al que ya nos referimos, que debido a que su labor exigía máxima confidencialidad, los chasquis tenían que ser hijos de autoridades locales fieles al Inca y no debían tener ni mujeres ni hijos porque su trabajo no cesaba ni de día ni de noche. Otro tipo de mensajeros –relata Garcilaso- eran los kacha, que a manera de embajadores llevaban personalmente los recados de una autoridad a otra. Su labor fue fundamental en tiempos de guerra puesto que el Inca los enviaba a los pueblos que pretendía conquistar para ofrecerles previamente que se sometieran a su mandato en forma pacífica. De acuerdo a la crónica de Garcilaso, por ejemplo, el Inca Viracocha envió a los chankas sus mensajeros antes de comenzar la guerra, con el fin de ofrecerles “paz y amistad”. De acuerdo al testimonio de Garcilaso, el sistema de correos estaba articulado en función de estaciones o chaskiwasi que albergaban a cuatro o seis chasquis, dispuestas aproximadamente cada dos kilómetros de distancia la una de la otra (aunque en realidad el número de chasquis y la distancia entre estaciones era variable). Según este cronista, el sistema funcionaba transmitiendo información oralmente o por medio de quipus y solo en caso de alzamientos o rebeliones se utilizaban señales de humo en el día o llamaradas durante la noche, con el objetivo de que el Inca se enterase rápidamente de lo que sucedía y pudiera así disponer sus ejércitos en un plazo de dos o tres horas. 48 capítulo 1 Este caracol se denomina pututu y los chasquis lo utilizaban como trompeta, con el objetivo de alertar a sus compañeros de su llegada.(http://flickrhivemind.net/Tags/ shell,strombus/Interesting). Los chasquis utilizaban un tocado de plumas blancas que les servía de quitasol y que ayudaba a que los otros chasquis los distinguieran cuando se aproximaban a las postas. Aunque el tocado de la fotografía corresponde a una miniatura perteneciente a un ajuar de un santurario de altura, el del chasqui debió lucir muy parecido a este (Archivo cmn). Las mazas estrelladas o chanpis tuvieron entre seis y ocho puntas. Se han encontrado varios ejemplares en tumbas incaicas y, aunque se utilizaban como armas, se cree que también pudieron representar un símbolo de poder propio de las autoridades del Tawantinsuyu (Archivo CMN). Los incas utilizaban ojotas, un tipo de calzado característico de los Andes hecho de cuero o fibra vegetal. El cronista español Cieza de León quedó fascinado por ellas, al punto que varias veces a lo largo de su crónica alabó sus virtudes (Archivo cmn). los caminos y los andes Según Guamán Poma, los chasquis estaban constantemente mirando a ambos lados del camino a la espera de noticias. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). La honda o warak’a continúa siendo utilizado en los Andes, principalmente asociada a labores pastoriles (Soledad Hoces, 2000). 49 Las andas del Inca, según Guaman Poma (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976.) El Inca como transeúnte Según los relatos de los cronistas, el Inca en persona acompañaba a sus ejércitos en sus conquistas convirtiéndose, de este modo, en el más importante de los usuarios del camino. El carácter sagrado que revestía su figura transformaba los sitios por donde pasaba en objeto de culto para las poblaciones locales y, donde quiera que fuese, era recibido con fiestas y agasajos. Cuentan Garcilaso y Sarmiento que, cuando un Inca anunciaba su visita a algún pueblo, los caminos cercanos eran adornados con arcos de madera cubiertos con flores. Dado que estaba prohibido mirarlo a la cara, la gente se apartaba de los caminos y subía a los cerros cercanos, desde donde le arrojaban sus cejas y pestañas en señal de adoración. Tal era la importancia- subraya Garcilaso - que adquirían los lugares por donde pasaba algún Inca que, cuando este moría, la gente se presentaba en ellos llorando y recitando los hechos o favores que le había hecho a aquella comunidad en vida, cuando se había detenido allí. Como el Inca era considerado hijo del Sol, es decir divino, en sus viajes por el Tawantinsuyu se alojaba en dependencias especialmen- 50 te equipadas para recibirlo. Los españoles llamaron a estos recintos casas reales y Garcilaso los describió como suntuosos edificios ricamente adornados, lujo que despertó la codicia de los primeros conquistadores. Para contemplar la vastedad y belleza de sus dominios, en tanto, los incas también mandaron a construir miradores o placetas, emplazados en los lugares con mejor vista del camino de la sierra. capítulo 1 relatos de los protagonistas Los poderes del Inca Curso de agua en el sector de Taira. (Archivo CMN). Vega aledaña al Loa. (Archivo CMN). “Ahí tiene que haber venido el abuelito Inca desde Cusco, Perú, el abuelito Inca tenía poder, dicen que sembraba y al otro día traía cosechas, si faltaba agua tenía un bastón y salía agua de la tierra, tenía poderes, … no, no le interesaba el oro, sacaba agua, bueno que hay varias partes donde hay agua en la tierra”. Cuaderno de campo Lasana. Diagnóstico de situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente etnográfico. (GISOC Consultores. 2010, p.12.). Confluencia Cupo Incahuasi. (Archivo CMN). los caminos y los andes 51 Los otros transeúntes El Qhapaq Ñan no solo era transitado por los chasquis o por el Inca, sino también por otros funcionarios estatales. Es el caso de los visitadores, llamados así por los cronistas, enviados desde el Cusco hacia todo el Tawantinsuyu con el fin de mantener informado al Inca de los pormenores de cada provincia. Guaman Poma comenta que cuando los visitadores llegaban, las autoridades locales evitaban tratar temas muy comprometedores con ellos puesto que tenían el estigma de mentirosos y aduladores con el Inca. Por el camino también transitaron los mitimaes, es decir, las poblaciones que cumplían con su mita o turnos de trabajo trasladándose desde su lugar de origen a un nuevo destino. Seguramente algunos mitayos formaban parte del ejército, que también se desplazó a través del camino. Había hospederías o qorpawasi para alojar a los transeúntes del camino. Dice Garcilaso que estas hospederías funcionaban como albergues que contaban con alimentos, alojamiento y atención para quienes que se trasladaban por orden de las autoridades incas. Los qorpawasi funcionaban con el mismo sistema de los depósitos o los tambos, es decir, eran atendidos por las poblaciones locales las cuales de esta forma pagaban su tributo al Estado. 52 Según Guaman Poma, el visitador era enviado por todo el “reino” para fiscalizar el funcionamiento de los depósitos y pesquisar los delitos, entre otros asuntos. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). capítulo 1 relatos de los protagonistas La utilidad del camino “…este camino es igual que la carretera, este llega hasta Arica, por la cordillera parece que llega también al Perú, para Ecuador, es un ramal que no termina nunca parece. Ese es el camino del Inca. … La gente de esos tiempos transitaba por ahí, como no había carretera, la gente toda andaban a lomo de animales para Arica, de Arica para acá, de acá pasaban a Bolivia y más, después ya comenzaron incluso a traer mineral de Bolivia a Arica traían mineral parece que traían en barra, pa puerto, es camino largo dicen, echaban 15 días de Oruro a Arica. ... A Perú llegaban al Cusco …” Según lo expuesto a lo largo del capítulo y la información contenida en el recuadro: ¿Quiénes transitaban por el camino en tiempos incaicos? ¿Y después? ¿Quiénes lo recorren hoy? ¿Existen algunas diferencias entre los transeúntes de antes y los de ahora? ¿Cuáles? Cuaderno de campo Socoroma. Diagnóstico de situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente etnográfico. (GISOC Consultores. 2010, p.5.). los caminos y los andes 53 1.5. Los incas y su expansión al actual norte de Chile Los testimonios históricos de los cronistas españoles no son del todo coincidentes sobre el momento de la conquista inca en los territorios que actualmente constituyen Chile. Una interpretación bastante divulgada coincide en presentar al gobierno de Inca Pachacutec (aproximadamente hacia mediados del siglo XV) como el periodo de expansión al Qollasuyu, la provincia meridional del Tawantinsuyu. Solo a partir de este momento parte importante de lo que hoy es Chile participó de la esfera de interacción del Imperio. No obstante, otra versión adjudica a Topa Inca la materialización de las obras que denotan la presencia inca en el territorio chileno, como la construcción de una infraestructura vial, puestos de control y la incorporación de nuevos asentamientos. Según Sarmiento de Gamboa y Juan de Betanzos fue Topa Inca quien inició la conquista del actual Chile. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). 54 capítulo 1 dicen los cronistas La conquista de lo que hoy es Chile Los cronistas no coincidieron en qué Inca inició la conquista del actual Chile, aunque varias crónicas hicieron referencia a este hecho. Por ejemplo, Garcilaso en su relato mencionó que el Inca Viracocha visitó Tarapacá, mientras Guaman Poma sostenía que su hijo Pachacutec Inca Yupanqui había conquistado Chile. En cambio, Sarmiento de Gamboa y Juan de Betanzos coincidieron en adjudicar a Topa Inca la conquista del actual Chile. Según Sarmiento, Topa Inca había erigido sus linderos en el río Maule después de enfrentarse con Michimalongo y Tangalongo, dos líderes de lo que actualmente corresponde a Chile central. En tanto, Juan de Betanzos relataba que Topa Inca había estado en Atacama, desde donde había mandado a explorar los caminos que allí habían. Finalmente, y a diferencia de Betanzos, el anteriormente referido Garcilaso señalaba que la conquista de Chile había sido iniciada por el Inca Yupanqui, quien había enviado a sus espías a través del Despoblado para que le informaran acerca de los territorios que había más al sur. Representación de Inca Viracocha de Guaman Poma. Según Garcilaso este inca visitó Tarapacá. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). los caminos y los andes 55 Putre Arica En el Qollasuyu, nombre que recibía la región sur del Imperio de los incas y que comprendía el actual norte de Chile, aún resta por definir con mayor certeza los trazados que adoptó el Qhapaq Ñan. La existencia de variados senderos, algunos de ellos trasandinos, probablemente construidos y entrelazados en distintos momentos históricos, dificultan las posibilidades de tener una idea absolutamente clara del recorrido del camino en los tiempos del Inca. Antes que un único camino, el Qhapaq Ñan era una red vial que integraba caminos principales y otros secundarios, e incluso algunos aún más sencillos, como las sendas que conducen a los santuarios de altura. En Chile el Qhapaq Ñan recorre desde el extremo norte en el límite con Perú hasta la cuenca del río Cachapoal, abarcando longitudinalmente alrededor de 1800 kilómetros. El camino ingresaba desde la localidad de Tacna, subiendo a los Altos de Arica y atravesando sitios arqueológicos próximos a los actuales poblados de Zapahuira y Socoroma. Posiblemente este camino correspondía al llamado camino de la costa o de los llanos, que desde Cusco unía a los valles de Arequipa, Moquegua y Tacna. Al mismo tiempo, conectaba rutas provenientes de Bolivia, utilizando pasos cordilleranos como Chungará–Tambo Quemado, en las cercanías del lago Chungará. 56 Calama San Pedro de Atacama Antofagasta CHILE En la imagen se representa el trazado hipotético del Qhapaq Ñan en el norte de Chile, de acuerdo al mapa base del expediente de candidatura del camino a la Lista de Patrimonio Mundial elaborado por el Consejo de Monumentos Nacionales. (Adaptación del Mapa Base del Expediente de Candidatura del Qhapaq Ñan. CMN). El Salvador Copiapó capítulo 1 A través de la sierra de Arica, el Qhapaq Ñan seguía en dirección al sur, paralelo a la Cordillera de los Andes, conectando poblados de la sierra y puna de las actuales regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá. También se sabe de otro ramal del Qhapaq Ñan emplazado en tierras bajas, que enlazaba la costas de Arica y las quebradas y oasis de Tarapacá, aunque este trazado es menos conocido. Ambas rutas –la de los Altos de Arica y la de los valles bajos de Tarapacá- finalmente convergían en el curso superior del río Loa, en la actual región de Antofagasta, que constituyó un punto neurálgico de las rutas de Qhapaq Ñan. Desde aquí, el camino atravesaba territorios ricos en minerales, uniéndose a otra ruta proveniente del altiplano meridional de Bolivia, en el actual territorio Lípez. los caminos y los andes Ya en las proximidades de San Pedro de Atacama, el Qhapaq Ñan adquiere la forma de un único troncal principal que atraviesa el llamado Despoblado de Atacama, uniendo al Salar de Atacama con el valle de Copiapó y el actual norte chico de Chile. Sin lugar a dudas, el desierto de Atacama constituyó un verdadero desafío para la ingeniería vial inca, que debió ajustar el diseño del trazado a las condiciones de un paisaje único, de extremas condiciones de aridez y altura. La hazaña del Inca en este territorio aparentemente inhóspito se concretó gracias al intercambio sostenido con las poblaciones locales, cuyos conocimientos ancestrales hicieron posible la travesía por el desierto más árido del mundo. 57 El Inca en Chile: ¿dominio directo o indirecto? Los investigadores han discutido desde hace mucho tiempo la dinámica o tipo de dominación que los incas ejercieron en los territorios del norte de Chile: ¿cómo fueron incorporados?, ¿llegó el Inca directamente a gobernar o lo hizo a través de otro tipo de mecanismos? Las primeras interpretaciones arqueológicas formuladas en la década de 1970 cuestionaron la presencia directa del Inca en Chile. Su prueba era la ausencia de abundantes materiales que fueran fieles a los patrones cusqueños, especialmente del tipo cerámico. Esta situación llevó a los investigadores a proponer que los incas habían ejercido un dominio indirecto, es decir, por medio de los señoríos altiplánicos aimaras de la actual Bolivia, que ya tenían una influencia -o abiertamente gobernaban- las poblaciones del norte de Chile. 58 Estos señoríos integraron los territorios del norte de Chile, cuyas ecologías de sierra, oasis y valles costeros les permitían acceder a productos ausentes en la puna altiplánica, como el maíz. Al incorporarlos a su Imperio, los incas indirectamente también habrían anexado las comunidades de la vertiente occidental de los Andes. Prueba de la unión entre las tradiciones altiplánicas aimaras y la inca, es la alfarería que se denomina Inca Pacaje y Saxamar, que recoge características estilísticas de ambas culturas. Sin embargo, en las décadas siguientes a partir de nuevas excavaciones arqueológicas en los sitios incaicos y del hallazgo de abundante material cusqueño en ellos, se planteó que la presencia del Inca fue mucho más intensa. Prueba de ello eran los centros administrativos y políticos de Zapahuira en los Altos de Arica y de Catarpe en el valle de San Pedro. A diferencia de la explicación anterior, se sostuvo capítulo 1 ¿quieres saber más? ¿Por qué conquistar el norte de Chile? Cerámica Inca Saxamar: a la izquierda, plato con cabeza zoomorfa; y a la dereha, par de escudillas bicromas (Museo Arqueológico San Miguel de Azapa). que los incas habían logrado un dominio directo, reorganizando las formas políticas locales y transformando la economía de los territorios anexados, que debieron responder a las nuevas exigencias y demandas del Estado. Otra interpretación ha consensuado ambas posturas. Según esta tercera explicación, las estrategias de expansión y los niveles de control que los incas habrían ejercido sobre las sociedades del norte de Chile no habrían sido necesariamente iguales en todo momento. Así, en algunas fases de la expansión o en alguna zona en particular, los incas establecieron un gobierno más estructurado y territorial, mientras que en otros solamente intervinieron en parte las organizaciones preexistentes. los caminos y los andes No existe consenso respecto a los motivos que los incas tuvieron para conquistar el actual Chile, pero una interpretación muy conocida y ampliamente aceptada sostiene que buscaban la energía humana de las poblaciones andinas, es decir, su capacidad de trabajo. Esta era, después de todo, la piedra angular del intercambio recíproco y del sistema redistributivo que sostenía toda la organización política inca. El interés del Inca, en consecuencia, eran los hombres y mujeres de los territorios anexados. Para el caso del norte de Chile se ha sostenido que, posiblemente y como valor agregado a esa energía humana, el Inca pudo haber estado interesado en recursos específicos como, por ejemplo, la actividad metalúrgica. Prueba de ello son los diversos asentamientos incaicos próximos a faenas y la existencia de centros mineros incas, sobre todo en Atacama. En los valles occidentales del extremo norte de Chile, en tanto, el interés del Inca respondería al potencial pesquero y agrícola de dicha zona. 59 ¿quieres saber más? La cultura material y la interpretación del pasado Los arqueólogos interpretan el pasado a partir del análisis de las evidencias materiales legadas por las sociedades, como restos cerámicos, tejidos, metales, etcétera. Cada una de estas evidencias es estudiada en contexto, es decir, en su relación con los demás elementos hallados en un sitio. Por esta razón, es muy importante velar por la conservación de los mismos. La cultura material es el medio latente por el cual diversas culturas han perdurado por cientos de años hasta el presente. En este caso, corresponde al testimonio palpable de antiguas sociedades vinculadas al sistema vial andino y son el fruto de su actividad organizada. La cultura material, como nombre genérico, abarca decenas –sino cientos- de tipologías y materiales que pueden ser tanto ecofactos como artefactos. Los ecofactos son elementos naturales u orgánicos, mientras que los artefactos son elementos hechos o modificados por la acción humana. En este sentido, cultura material puede ser desde una simple semilla hasta obras arquitectónicas de gran envergadura, por lo que es un concepto de amplia variabilidad. 60 En el norte de Chile, gracias a sus cualidades climáticas, algunas evidencias se han conservado excepcionalmente bien. En la costa norte, por ejemplo, se han recuperado delicados textiles como quipus y gorros tipo fez. También se han encontrado objetos de cerámica y de metal. De los valles medios y bajos, sobre todo en Azapa y otros de la costa sur de Arica (Playa Miller), se ha extraído una buena cantidad de piezas completas. En cambio, en la sierra los materiales muebles se restringen a fragmentos de cerámica y ecofactos, pero abundan datos de arquitectura sobre poblados y tambos, la agro-hidráulica representada por los complejos de andenes, silos para el almacenaje y tramos del camino con características sencillas y también otras muy elaboradas como empedrados, escalones, desagües y muros. capítulo 1 Portabebés, cultura Arica (Awakhuni, Tejiendo la Historia Andina. Museo Chileno de Arte Pre- Queros o vasos de madera usados en Arica durante el periodo Inca. (Museo Arqueológico San Miguel de Azapa). colombino, 2006). Aríbalo. (Museo Arqueológico San Miguel de Azapa). Pequeñas cucharillas de metal cuyos mangos tienen motivos de animales modelados. (Museo Arqueológico San Miguel de Azapa). Gorro tipo fez. (Museo Arqueológico San Miguel de Azapa). los caminos y los andes 61 La imagen muestra a un español maltratando a un indígena que carga un pesado baúl sobre la espalda. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). 1.6. El Qhapaq Ñan después del Tawantinsuyu Con la conquista española toda la organización administrativa del Estado incaico colapsó, incluyendo el sistema de tributo en trabajo que mantenía activa la red vial del Imperio. A pesar de que al principio los indígenas siguieron cumpliendo con sus labores de mantención de los tambos y puentes, con el tiempo estos abandonaron sus antiguas ocupaciones, incorporándose como mano de obra al nuevo orden económico europeo. Algunos tambos fueron entregados en arrendamiento o vendidos a españoles, que los convirtieron en tiendas en donde se compraban y vendían alimentos y productos para los nuevos transeúntes. La implementación de este sistema convirtió a los tambos en sinónimo de abusos y malos tratos, puesto que muchos indígenas empobrecidos por la desarticulación del Estado inca, que ya no los 62 capítulo 1 proveía de alimento y techo, comenzaron a tratar de ganarse vida en los tambos, ofreciéndose a sí mismos como portacargas de los comerciantes españoles. Los abusos llegaron a tal extremo, que el gobernador Vaca de Castro dictó en la primera mitad del siglo XVI una ordenanza que regulaba el funcionamiento de los tambos y caminos, prohibiendo expresamente que los indígenas fuesen utilizados para cargar mercancías. Sin embargo, de acuerdo al cronista Polo de Ondegardo, los abusos continuaron, en gran medida porque las mismas autoridades coloniales lucraban con el negocio de los tambos. Por otro lado, cuando algún transeúnte robaba y huía sin pagar lo que había consumido en el tambo, el tendero debía asumir el costo los caminos y los andes del robo. Más aún, los españoles mantenían en los tambos un número de indias destinadas a la prostitución, actividad que era ilegal y que se prestaba para más abusos. En definitiva, dice Guaman Poma, todas las ganancias percibidas por la actividad generada por el tambo iban a parar a manos de su dueño, sin que los indígenas recibieran nada a cambio. Quienes no contaban con el dinero necesario para pagar los servicios de un tambo llevaban sus propios toldos y los instalaban a la orilla del camino para dormir y descansar. Garcilaso cuenta que estos transeúntes se entretenían cazando perdices, guanacos o vicuñas, acompañando de esta forma el lento tránsito de sus recuas por el camino. 63 dicen los cronistas El comienzo del fin del Tawantinsuyu ¿Qué sucedió con el camino del Inca en la época colonial? En el transcurso de los siglos coloniales, el Qhapaq Ñan siguió siendo utilizado como eje del sistema postal español. De acuerdo al cronista Bernabé Cobo la mayor parte del camino se deterioró producto de la erosión causada por el tránsito de caballos y el mayor flujo de personas. También porque los burros, que al igual que los caballos utilizaban herraduras, reemplazaron a las llamas como animales de carga. Garcilaso comenta que producto de la falta de mantenimiento, el camino de la costa desapareció casi por completo, a lo que contribuyó que los españoles utilizaran las vigas que servían para demarcar el camino como leña para hacer fuego en sus primeras exploraciones. Finalmente, los puentes de mimbre fueron reemplazados por otros elaborados de cal y canto, más aptos para la circulación de caballos y otras bestias. 64 El Qhapaq Ñan fue el escenario en donde transcurrieron episodios claves de la historia de los Andes como, por ejemplo, la captura del Inca Guascar por la facción de su hermano Atahualpa. Relata Sarmiento que cuando Francisco Pizarro llegó a los Andes, Guascar y su hermano luchaban entre sí por el control del Tawantinsuyu, disputa que favoreció la definitiva consolidación del poder español en la zona. Guascar fue emboscado por las huestes de Atahualpa en el camino de Cotabamba, al este del Cusco, para ser posteriormente ejecutado, junto con toda su descendencia. Más tarde Atahualpa, a su vez, sería ejecutado por Pizarro. En Historia de los Incas de Pedro Sarmiento de Gamboa. EMECE. Argentina. 1942, pp. 174-178. capítulo 1 La prisión de Guascar Inca por Quisquis y Chalcochima, principales de Atahualpa. (Nueva Coronica y Buen Gobierno. Biblioteca Ayacucho, 1976). los caminos y los andes 65 El regreso del Inca Aunque la conquista española puso fin al Tawantinsuyu, en los Andes pervivió por muchos siglos el recuerdo del Inca. La mayoría de las veces su figura se asoció a una época de bienestar y justicia, tendencia que se conoce con el nombre de mesianismo andino. Independientemente de que los tiempos del Inca hubieran sido de bonanza, esta forma de recordar el pasado suele interpretarse como una reacción frente a tiempos de abusos e injusticias. En el caso andino, el anhelo por un futuro libre de atropellos ha sido una constante tanto en tiempos coloniales como republicanos. Un ejemplo de cómo el recuerdo de los incas siguió latente entre las poblaciones andinas coloniales fue la rebelión de Tupac Amaru, protagonizada por José Gabriel Condorcanqui a fines del siglo XVIII. Condorcanqui era un acaudalado cacique de la región de Cusco que, abogando ser descendiente de los incas, se autoproclamó como Túpac Amaru II, tomando el nombre del último Inca que en el siglo XVI había resistido la invasión europea. 66 Entre las consignas de la rebelión una de las más recurrentes fue “Viva el rey, muera el mal gobierno”, lema que hace alusión al rey de España, por un lado, y a los excesos que las autoridades españolas ejercían sobre los indígenas, por otro. El impacto de la insurrección fue tal que se propagó rápidamente por todos los Andes, llegando hasta los corregimientos de Arica, Tarapacá y Atacama. En Atacama, por ejemplo, la rebelión fue liderada por Tomas Paniri, originario del pueblo de Ayquina. Con la derrota de la gran rebelión de Tupac Amaru II, los españoles iniciaron una política orientada a desterrar de la memoria andina el recuerdo de los incas. Toda alusión al Tawantinsuyu podía incitar a una insurrección, de modo que se prohibió todo tipo de vestimentas, imágenes o representaciones que evocaran su tiempo. Incluso se prohibió la circulación de los Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega, puesto que su autor era descendiente de la nobleza incaica y en su obra abundaban las alabanzas para el gobierno de sus ancestros. capítulo 1 relatos de los protagonistas El Inca no pudo volver “Cuando apresaron al Inca para matarlo, él se encontraba en compañía de dos o tres mujeres a quienes encomienda que recojan y cuiden su sangre, les pide que la tapen hasta que su cuerpo se vuelva a formar. Cuando decidieron degollarlo ellas recogieron la sangre en un jarro de greda y lo tapan, pero … las mujeres se pusieron curiosas y lo destaparon antes de los nueve meses, en la sangre ya se había formado un cuerpito y que al contacto con la luz o el aire se quemó. De otro modo hubiese renacido el Inca. El Inca había dicho que nacería de nuevo, de su propia sangre”. Relee el texto del recuadro “Relatos de los protagonistas”: ¿Conoces algún relato similar a este? ¿Cuál? ¿Por qué otros motivos el Inca no volvió a restaurar el orden incaico? Cuaderno de Campo Toconce, Diagnóstico de Situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente Etnográfico (GISOC Consultores. 2010, p.2.). los caminos y los andes 67 observa la fotografía y reflexiona: ¿Conoces este camino? ¿Has transitado por él? ¿Cuándo? ¿Con qué nombre se conoce este camino en tu comunidad? ¿Sabías que corresponde a parte del Qhapaq Ñan o Camino del Inca? Camino empedrado de tecnología inca en Socoroma (Archivo CMN, c.2010). 68 capítulo 2 capítulo 2. El Qhapaq Ñan y la expansión Inca en la región de Arica y Parinacota En este capítulo conocerás el legado material y cultural que distingue al Qhapaq Ñan en la Región de Arica y Parinacota. Además, aprenderás sobre las poblaciones que habitaron esta zona antes de los incas y cómo la influencia del Tawantinsuyu generó importantes transformaciones en ellas. Asimismo, descubrirás el valor histórico y arqueológico del tambo y las qolqas de Zapahuira y, sobre todo, la relevancia política y administrativa que este asentamiento tuvo para los incas y para las comunidades locales. el qhapaq ñan y la expansión inca en la región de arica y parinacota 69 N LAGO TITICACA VALLES OCCIDENTALES Arica 2.1. El escenario geográfico-cultural La región se caracteriza por albergar en los apenas 100 ó 150 kilómetros que median entre la cordillera de los Andes y las aguas del Pacífico, una impresionante variabilidad climática con al menos tres zonas ecológicas diferenciadas, que reciben también el nombre de pisos ecológicos o climáticos: la costa, y los valles costeros, la sierra o precordillera y la puna o altiplano. Cada piso ecológico posee condiciones ambientales particulares (temperatura, humedad y altitud, entre otras) y una fauna y vegetación únicas, las que han posibilitado el desarrollo de actividades productivas específicas. En consecuencia, cada piso cuenta con sus propios recursos, ya sea, ganaderos, agrícolas, pesqueros o mineros. 70 Iquique ÁREA CENTRO-SUR ANDINA L os arqueólogos han clasificado a los Andes en varias zonas o áreas culturales, de acuerdo a su diversidad ecológica y a su tradición cultural. La actual Región de Arica y Parinacota pertenece a la subárea valles occidentales de los Andes Centro Sur, emplazada entre el océano Pacífico y las cumbres y volcanes de más de seis mil metros de la vertiente occidental de los Andes. CIRCUMTITICACA VALLUNA ALTIPLANO MERIDIONAL Río Loa SALAR DE ATACAMA Antofagasta CIRCUMPUNEÑA Taltal Conscientes de las distintas potencialidades y los límites de cada piso ecológico, las sociedades andinas y de la costa han generado, a través de los siglos, un enorme conocimiento del medio ambiente que las rodea, saber que se denomina actualmente etnoecología. capítulo 2 Cerro Taapacá. (Soledad González, 2009). Poblado de Socoroma en la sierra de Arica. (Tomás Sepúlveda, 2012). CERRO TAAPACÁ CORDILLERA DE LOS ANDES SIERRA O PRECORDILLERA VALLES COSTEROS Arica 5.775 ALTIPLANO Lago Chungará 4.517 Quebrada de Lluta Océano Pacífico Corte longitudinal a la altura de la quebrada de Lluta, región de Arica y Parinacota. el qhapaq ñan y la expansión inca en la región de arica y parinacota 71 ¿quieres saber más? La complementariedad ecológica En los diferentes pisos ecológicos de los Andes existen recursos pesqueros, agrícolas, ganaderos y mineros exclusivos. Por esta razón, los pueblos andinos del pasado recurrieron a distintas estrategias para acceder a la heterogénea y discontinua distribución de recursos productivos en la región. Una de estas estrategias fue la denominada complementariedad ecológica. Esta práctica podía cambiar con el tiempo, combinarse con otras actividades y ajustarse a la organización política y a las necesidades de cada grupo. En los Andes, uno de los mecanismos de complementariedad ecológica más utilizado fue el archipiélago vertical. A través de él, los diferentes grupos étnicos se esforzaron por controlar simultáneamente un máximo de pisos o nichos ecológicos, aprovechando los recursos existentes sin depender de otros grupos. Las principales autoridades y el grueso de la población de estos grupos étnicos se concentraron en los 72 núcleos de poder, desde donde eran enviados colonos permanentes hacia los territorios más periféricos, con el objetivo de controlar el acceso a los recursos más alejados. Aunque vivían lejos de sus lugares de origen, incluso en zonas donde compartían con otros grupos étnicos, los colonos no dejaban de reconocer su pertenencia a su grupo social, manteniendo los derechos y obligaciones que les correspondían en sus comunidades de origen. En este sentido, las colonias habrían funcionado como verdaderas islas étnicas, de ahí el nombre de “archipiélago” con que el etnohistoriador John Murra -quien se dedicó al estudio del mundo andino en la segunda mitad del siglo XX- graficó este modelo. Esta estrategia de control y acceso directo a los recursos que caracteriza a los sistemas económicos andinos fue ampliado a escala continental por el Estado inca, junto con otros mecanismos de integración y distribución de la producción. capítulo 2 ¿En qué piso ecológico se localiza tu comunidad? ¿Qué actividad productiva se desarrolla allí? ¿Desde cuándo? ¿Antes, en tiempos de tus padres o abuelos, se desarrollaba igual que ahora? ¿Por qué? ¿Tienes acceso a productos que provienen de otros pisos ecológicos? Guanacos, especie silvestre de camélido, en el altiplano de Arica. (Soledad González, 2009). Plantación de maíz en Zapahuira, en la sierra de Arica. (Soledad González, 2009). el qhapaq ñan y la expansión inca en la región de arica y parinacota 73 N COLLA Titi caca LUPAQA PACAJE 2.2. Los señoríos aimaras SORA D urante la época pre-incaica existían en la banda oeste y al sur del lago Titicaca varios reinos altiplánicos o señoríos aimaras, que extendieron sus dominios hacia las regiones contiguas de Arica y Parinacota y Tarapacá, así como también hacia los valles del extremo sur del Perú. Se denominaban así porque se localizaban en el actual altiplano boliviano y porque correspondían a agrupaciones aimara parlante (es decir, de habla aimara). Por señorío entendemos una sociedad gobernada por uno o más jefes principales, de quienes dependían una sucesión de señores o caciques de menor rango. Los reinos vinculados a la zona de Arica fueron el Lupaqa, el Pacaje y el Caranga quienes, al tanto de las potencialidades productivas de cada piso ecológico de la vertiente occidental de los Andes, buscaron maneras de obtener productos de la sierra, los valles y la costa. Por ejemplo, los lupaqas, un grupo cuyas cabeceras políticas se encontraban próximas al lago Titicaca, intentaron acceder directamente al litoral del Pacífico para obtener productos marinos, y también a los fértiles valles costeros como Lluta o a zonas cocaleras al este de La Paz. Esto significaba recorrer largas distancias para transportar recursos que se encontraban a varios días de camino. 74 Arica Belén CHARCA CARANGA Poopó QUILL ACA CARACARA En la imagen se representan, esquemáticamente, los señoríos aimaras según la historiadora Thérèse Bouysse Cassagne. (Adaptado de La identidad aymara: aproximación histórica (Siglo XV, siglo XVI), 1987). capítulo 2 Chuspa, Cultura Arica. (Awhakuni, Tejiendo la Historia Andina. Museo Chileno de Arte Precolombino, 2006). Chuspa con borlas, Cultura Arica. (Awhakuni, Tejiendo la Historia Andina. Museo Chileno de Arte Precolombino, 2006). Cerámica San Miguel, característica de una de las fases de la Cultura Arica. (Arica, Diez mil Años. Museo Chileno de Arte Precolombino, 1981). La documentación colonial menciona también que en el siglo XVI, las cabeceras de valles de la sierra de la región de Arica y Parinacota eran controladas por los carangas, cuyas autoridades reclamaron en 1612 sus derechos sobre población radicada en lo que corresponde al actual pueblo de Belén. Aparte de los reinos altiplánicos existía en la región una población local que poseía tradiciones culturales propias que la distinguían de las altiplánicas o aimaras. Esta diferencia se reflejaba en las formas y estilos decorativos de los objetos de cerámica, la iconografía de sus textiles, las formas de sus asentamientos y sus ritos funerarios. el qhapaq ñan y la expansión inca en la región de arica y parinacota En la sierra de Arica, por ejemplo, habitaba un grupo cultural que se ha identificado por su cerámica como Charcollo. Mientras, los grupos que habitaban la costa y los valles han sido identificados como Cultura Arica. La coexistencia de varias sociedades o grupos étnicos que poseían su propia organización social y cultural en Arica y Parinacota se denomina multietnicidad. Estos grupos mantenían relaciones de colaboración, integración política y de intercambio, pero también de competencia y antagonismo. 75 relatos de los protagonistas Chapicollo y los gentiles Pucará de Chapicollo. (Marcela Sepúlveda). La tensión entre diferentes grupos se reflejó en la construcción de pucarás, aldeas que cumplieron funciones defensivas y que se localizaban en sectores estratégicos de alta visibilidad sobre cumbres de cerros. Un ejemplo de estos asentamientos es el Pucará de Chapicollo, ubicado al norte de la pampa de Zapahuira, un área representativa del Qhapaq Ñan en la región de Arica y Parinacota. Desde el punto de vista de los arqueólogos, este período corresponde al Intermedio Tardío, vale decir, a aquella época en que las poblaciones locales de Arica no estaban bajo la influencia política o económica de ningún Estado centralizado como Tiwanaku o los incas. “Allá hay hartos gentiles, hay corralones, hay tantas cosas oiga, tantas cosas y usted sube, yo tenía como cinco, siete años yo subía en ese cerro, subía por jugar, subía con otras chiquillas más, en ese pueblo, ese tiempo habían como, a ver, la familia los Mamani, eran tres familia Mamani, tres, y familia Maldonado éramos uno, seríamos cuatro, los Humire seríamos cinco, los Cutipa seríamos seis familias habían y todos con seis, siete chiquillos, imagínese como era en esos tiempos, ahora no hay nadie, entonces subía yo con tres chiquillas arriba, eran de las misma Socoroma. … mi mamá que me retaba “pa” dónde fuiste tanto rato” “fui a Chapicollo” “qué fuiste para allá y qué trajiste de allá” “traje estas cositas mire que lindas, qué preciosas” “unas joyitas de barro” “anda a dejarlos allá mismo” “ah yo no voy me da miedo” “ah ahora tienes miedo, ya vaya a botar eso, mucho más lejos, porque eso tiene contagio” decía mi mamá, no lo recibía”. Cuaderno de campo Zapahuira, Diagnóstico de situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente etnográfico. GISOC Consultores. 2010, p.9. 76 capítulo 2 relatos de los protagonistas La vida en las alturas “…en ese tiempo parece que era muy lluvioso, la gente vivía más en los altos, al frente también hay ruinas, nunca están acá, en una parte plana, no sé si en esos años llovería mucho, vivir así en los altos, encima de los cerros, acá también de este cerro pa´l frente –señalando el cerro Chatiza- también hay unas ruinas en toda la punta arriba, ahí vivían, quién sabe como vivían … este son unos corrales no más, no se puede identificar donde dormían. No se sabe de qué vivían ellos, en cambio como nosotros que vivimos de la agricultura, pero parece que no se justifica de qué vivían, como para llevar el agua tan arriba, del río pa arriba de estas quebradas, había unas ruinas arriba… ” De acuerdo a los relatos arqueológicos históricos y de los pobladores actuales: ¿Por qué razón la gente vivía en lugares altos en épocas pasadas? ¿Has oído otras historias que den cuenta de las razones que tuvieron los antiguos para construir sus casas en las alturas? ¿Cómo te imaginas “la vida en las alturas” en el pasado? De acuerdo al relato “Chapicollo y los gentiles”: ¿Quiénes son los gentiles? ¿Has oído alguna vez un relato sobre ellos? ¿Ese relato también está asociado, como el del recuadro, a algún sitio arqueológico? ¿A cuál? Cuaderno de campo Socoroma, Diagnóstico de situación del Qhapaq Ñan en Chile. Componente etnográfico. GISOC Consultores. 2010, p.4. el qhapaq ñan y la expansión inca en la región de arica y parinacota 77 2.3. La expansión inca en la región de Arica y Parinacota L os registros de ciertos rasgos arqueológicos, arquitectónicos y del diseño y las formas de material cerámico que datan de la época incaica en la zona demuestran que el dominio del Tawantinsuyu se desplegó en todo el territorio, desde la costa hasta el altiplano. Los niveles de control y el efecto de la expansión del Estado inca sobre las poblaciones conquistadas o integradas al sistema dependieron de distintos factores como, por ejemplo, el interés y la necesidad del Estado por controlar ciertos territorios, así como también la capacidad y la flexibilidad de la organización social de las poblaciones locales y su reacción frente a las demandas del Inca. Aparentemente, el Estado inca en la región de Arica y Parinacota no requirió del uso de su ejército conquistador: se estima que las poblaciones de la región interactuaron con las nuevas autoridades sin mediar enfrentamientos violentos de gran escala como los observados y registrados -por ejemplo- en el valle del Mantaro, en el actual Perú, con los Huancas, históricos enemigos de los incas. Sin embargo, dado que el Estado reorganizó la producción y redistribución de las potencialidades económicas que manejaban las poblaciones locales en cada piso ecológico, existen ciertos antecedentes -condiciones de salud, de trabajo, dieta alimenticia, entre otrosque indican que el control del Estado en la zona alteró sus formas tradicionales de vida. dicen los cronistas Noticias del reino de Chili Garcilaso de la Vega relata que cuando el Inca Viracocha salió a recorrer sus dominios y llegó al Qollasuyu visitó Tarapacá, que posteriormente formó parte de una región administrativa colonial denominada Charcas. Estando allí, llegaron embajadores del pueblo Tucma, que los españoles denominaron “tucumanes”, quienes le informaron a Viracocha de la existencia de un lejano reino poblado de mucha gente llamado Chili, ubicado al sur poniente de sus territorios. La noticia de este reino la habían recibido de sus padres y abuelos, pero no tenían contacto con ellos porque la gran cordillera nevada los separaba. Celosamente, el Inca Viracocha mandó a guardar memoria de esta información con el objetivo de concretar, a futuro, la conquista del reino de Chili. En Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega. Biblioteca Ayacucho. Venezuela. 1976, I, pp. 265- 266. En la costa, los incas se concentraron en la explotación de recursos 78 capítulo 2 Unku inca (Museo San Miguel de Azapa). como el guano y el pescado seco. Entre los asentamientos de época incaica en el litoral destacan la desembocadura de Camarones y el cementerio de Playa Miller, ubicados a pocos kilómetros al sur de Arica. En este último sitio se encontró un enorme quipu, aquel instrumento de registro mencionado a propósito de las qolqas o depósitos estatales en el capítulo anterior. Los incas también se interesaron en los valles de la región. Una prueba de la importante ocupación del Estado en el valle de Lluta es el sitio Molle Pampa, en donde se encontraron fragmentos de un quipu en el que seguramente se llevaba la cuenta de los censos y tributos de la población sujeta al Inca en la zona de Arica. En el valle de Azapa, en tanto, se encuentra el poblado, cementerio y cerro sagrado con geoglifos de Alto Ramírez, mientras que en la cabecera del mismo valle, en el sector denominado Livilcar, destaca el sitio arqueológico de Pubrisa. En este lugar, el Estado cusqueño levantó varias estructuras monumentales, entre ellas una kallanka, especie el qhapaq ñan y la expansión inca en la región de arica y parinacota Los incas aprovecharon los recursos de cada piso ecológico que conquistaban. ¿Qué producto crees que explotaron en tu localidad? ¿Por qué? ¿Si hubieras vivido en aquella época habrías aceptado la integración al sistema incaico? ¿Qué posición habrías adoptado? de galpón destinado al alojamiento de un gran número de personas, como por ejemplo, el ejército. Aquí los incas también construyeron un usnu o plataforma de uso ceremonial. Pubrisa constituyó, probablemente, un centro administrativo importante para la zona, que pudo haber contado con representantes administrativos del Inca. Más al sur, en el valle de Camarones, destaca el sitio Hacienda de Camarones, ligado a la explotación de minas de cobre y plata. En contraste, en las tierras altas de la sierra y puna de Arica y Parinacota, hubo una mayor inversión en obras civiles ligadas a la gestión del Estado cusqueño en la región. Se trata de complejos arquitectónicos de escala menor y acordes a las condiciones locales como, por ejemplo, los tambos de Zapahuira, Chungará, Pisarata, Ancara y Collahuasi; o de usnus como el de Saguara y Molle Pampa. 79 2.4. El Complejo Zapahuira: tambo y qolqas P ara las sociedades indígenas prehispánicas, y particularmente para los gobernantes incas, Zapahuira era una zona de vital importancia. Ubicada entre la Cordillera de los Andes y la sierra de Huaylillas, Zapahuira fue un puente natural que conectaba las tierras altas de la montaña andina y los valles costeros. Aprovechando su posición estratégica, los incas convirtieron Zapahuira en un centro administrativo de primer orden, por medio del cual controlaron las comunicaciones y la producción tanto del altiplano como de los valles bajos de Lluta y Azapa. El Complejo arqueológico está integrado por varios conjuntos de edificios, asentamientos y expresiones materiales no solo de la época incaica, sino también de períodos anteriores. En primer lugar, por ejemplo, del período de los señoríos regionales o altiplánicos data un conjunto de chullpas, que localmente corresponden a pequeñas torres funerarias, construidas con bloques de barro, estructuras de madera y algunas piedras. Estas, posiblemente, estuvieron destinadas a difuntos importantes como es el caso de las a