EXTRA GUERRA CIVIL
La depuración franquista en
la administración durante la
posguerra: el caso de Luis Vallet
de Montano
The Francoist purification of the government during the
post-war period: the case of Luis Vallet de Montano.
Lauren Etxepare y Fernando García Nieto*
RESUMEN
LABURPENA
ABSTRACT
En septiembre de 1936, la ciudad de Irún era tomada por los sublevados. Como
muchos iruneses, el arquitecto municipal Luis Vallet de Montano escapaba con su
familia a Hendaya. Durante su exilio fue cesado en el cargo e inhabilitado por la
Dirección General de Arquitectura. La reparación administrativa no llegaría hasta
ser promulgado el Real Decreto-Ley 10/1976, en el que se concedía la amnistía
por todos los delitos políticos. El caso es una muestra de la limpia que los vencedores de la guerra llevaron a cabo en la administración municipal.
1936ko irailean hartu zuten matxinatuek Irungo hiria. Irundar askok bezala,
Luis Vallet de Montano udal arkitektoak, Hendaiara egin zuen ihes bere
senideekin batera. Kargutik kendu zuten udalean, erbestean zela, eta halaber
kendu zion Arkitekturako Zuzendaritza berriak jarduteko gaitasuna. Erreparazio
administratiboa ez zen iritsiko harik eta 10/1976 Errege Lege-Dekretua indarrean
sartu arte, zeinak amnistia ematen baitzuen delitu politiko guztientzat. Kasu
honek argi ematen du aditzera gerra garaitu zutenek zer nolako garbiketa egin
zuten udal administrazioaren baitan.
In September 1936 the town of Irun fell to Franco´s troops. As many people
from Irun did, city architect Luis Vallet de Montano escaped with his family to
Hendaye, in France. During his exile, he was removed from his post, as well as
disabled by the new General Directorate of Architecture. The administrative reparation would not come till the Royal Decree-Law 10/1976 was enacted, granting
amnesty for all the political offenses. This case shows how victors of the Spanish
war cleared out local administration.
PALABRAS CLAVE
GAKO-HITZAK
KEY WORDS
* lauren.etxepare@ehu.eus
UPV/EHU
Depuración política, Arquitectura del Movimiento Moderno, Guerra Civil Española, Irun, Exilio, restitución política.
Garbiketa politikoa, Mugimendu Modernoaren Arkitektura, Espainiako Gerra
Zibila, Irun, Erbestea, Lehengoratze politikoa
Political purification, Architecture of the Modern Movement, Spanish Civil War,
Irun, Exile, political restitution
Fecha de recepción/Harrera data: 18-10-2017
Fecha de aceptación/Onartze data: 17-01-2018
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SANCHO EL SABIO
Fueron muchos los empleados de la administración pública vasca
destituidos de sus puestos tras la Guerra Civil española1. A medida que
se decantaba el curso de la guerra y el Ejército sublevado se hacía con
las diputaciones y ayuntamientos vascos, fue llevada a cabo una estrategia de castigo y eliminación de elementos considerados nocivos para
la sociedad que pretendían construir2. Desde un punto de vista historiográfico, la política represiva ejercida contra los vencidos no puede ser
únicamente analizada a través de los ejecutados o los reclusos, ya que
la violencia franquista adoptó formas diversas, siendo una de ellas la
depuración laboral ejercida contra el personal de la Administración3.
Como consecuencia de dicha depuración, cientos de empleados públicos, ya fueran maestros, enfermeras, guardabosques o músicos4, fueron
apartados arbitraria y definitivamente de sus puestos.
El presente artículo saca a la luz el caso de Luis Vallet de Montano
(1894-1982), uno de los arquitectos vascos más interesantes del siglo
XX, depuesto de su cargo de arquitecto municipal e inhabilitado posteriormente para el ejercicio de su profesión.
Irunés, aunque nacido en Plan, Huesca, era sobrino de Luis Vallet de
Montano, un reputado retratista que había regentado sucesivos estudios
de fotografía en Biarritz y San Sebastián, y sobrino también de Julio
Echeandía Gal, escultor formado en Múnich y director de la Academia
Municipal de Dibujo de Irún5. En 1920, recién titulado en la Escuela de
Arquitectura de Madrid, iniciaba una vertiginosa carrera profesional,
asumiendo como arquitecto liberal numerosos proyectos residenciales.
Tuvo, además, la oportunidad de acceder a otros proyectos dotacionales
de envergadura, gracias a la obtención, en 1921, de la plaza de arquitecto municipal de Irún6.
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1 Francisco Agramunt Lacruz: Arte y represión en la guerra civil española: artistas en checas, cárceles y campos de concentración, Valencia, Valenciana, 1995.
2 Josefina Cuesta Bustilla (dir.): La depuración de funcionarios bajo la dictadura franquista (1936-1975), Barcelona, Península, 2011, pp. 65-68.
3 Aritz Ipiña Bidaurrazaga: La depuración y represión franquista de las empleadas y empleados del Ayuntamiento de Bilbao, Vitoria-Gasteiz, Instituto Vasco de la Administración
Pública, 2017, pp. 21-30.
4 Lucía Prieto Borrego: “Los expedientes de depuración de funcionarios municipales. Una
fuente para el estudio de la violencia institucional”, Baética: Estudios de arte, geografía e
historia, 21, 1999, pp. 451-468.
5 Será empleada la grafía de la época, es decir Irún, en lugar de la actual y oficial Irun, en
todas las referencias historiográficas. Ha sido seguido el mismo criterio respecto a Hendaya,
Vera de Bidasoa, Fuenterrabía, Marquina o Lesaca (Hendaye-Hendaia, Bera, Hondarribia,
Markina y Lesaka).
6 Lauren Etxepare y Fernando García Nieto: Luis Vallet de Montano (1892-1984). Arquitecto de Frontera, Donostia, Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, 2015. Los autores
publicaron una extensa monografía del arquitecto en el año 2015. El presente artículo se
centra en la Guerra Civil y las represalias sufridas por el arquitecto durante el franquismo,
aportando nueva información sobre el proceso de depuración y sobre su vida, y poniendo en
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1. INTRODUCCIÓN
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El decurso de su vida y obra hubieran sido bien diferentes de no haber
sido por la Guerra Civil española (1936-39). Como consecuencia de la
guerra y de la depuración que por iniciativa del nuevo régimen fue llevada a cabo en el seno de la administración municipal, Luis Vallet fue
cesado en su cargo de arquitecto municipal en 1936, después de haber
ejercido en el puesto durante 15 años. Así mismo fue inhabilitado en el
ámbito colegial, por iniciativa del propio colectivo de arquitectos.
Vallet vivió la vida en toda su
plenitud a pesar de todo. Disfrutó
de la naturaleza, la navegación y
el esquí, y no dejó de cultivar la
amistad con intelectuales, músicos y escritores: admiraba a Pío
Baroja, a quien visitaba en su
casa de Vera de Bidasoa; mantuvo amistad con Igor Stravinsky,
quien tras la revolución de octubre de 1917 residió unos años en
Biarritz (1921-1924), y a quien
Vallet pasaba a recoger para hacer excursiones por el País Vasco7. Tras la guerra, se relacionó
con intelectuales que escribían en
la revista Munibe de la Sociedad
de Ciencias Aranzadi, así como
con miembros de La Academia
Fig. 1. Retrato de Luis Vallet de Montano.
Errante (1956-59), como Ramón
Archivo Luis Vallet (ALV).
Zulaika, cuyo libro Cuentos liberales ilustró el irunés. En su casa
del Faro de Fuenterrabía, departía sobre las nuevas corrientes pictóricas
con su amiga y pintora Menchu Gal8, y a partir de los últimos años cincuenta, se convirtió en inductor de las nuevas estéticas, junto con Jorge
Oteiza y otros miembros del grupo Gaur. Se interesó por la música de
Arnold Schónberg cuando solo unos pocos lo hacían, y en 1961, junto
con Fernando Remacha y Jorge Oteiza, acompañó a Karlheinz Stockhausen al conservatorio Navarro de Música Pablo Sarasate9.
contexto el proceso represivo tanto en su vertiente laboral municipal, como en la profesional
y colegial.
7 Carlos Roldán Larreta y Juan Miguel Gutiérrez Márquez: Desde la frontera: el cine de
Fernando Larruquert, Donostia, Filmoteca Vasca, 2017, pp. 56-57.
8 Francisco Javier Zubiaur Carreño: Menchu Gal. La alegría del color, Madrid, Editorial
Turner, 2011.
9 Elixabete Etxebeste Espina: Oteiza y la Música, Alzuza, Fundación Museo Jorge Oteiza,
2014, pp. 128-138.
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SANCHO EL SABIO
Fue, en suma, un arquitecto respetado, que gozaría de una reputación
ganada tras más de cuatro décadas de profesión, y que disfrutaba por
igual del entorno rural y la cultura popular, como de las expresiones
vanguardistas, a las que pudo acceder gracias a su conocimiento del
inglés y el dominio del francés.
Tras titularse en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1920, se
trasladó a Irún, donde la burguesía vinculada a las agencias de aduana
demandaba una arquitectura residencial más allá del Paseo de Colón,
eje urbano de la ciudad. Fue en este contexto en el que Vallet recibía su
primer encargo: su tío Salvador Echeandía, propietario de la firma de
perfumes Gal, le encargaba en 1920 el proyecto de la Villa María Luisa,
a construirse en el alto de Kostorbe10. La villa responde al estilo neovasco, predominante en aquella época, al que recurrieron otros arquitectos
como Ramón Cortázar o José Ángel Fernández de Casadevante. Era
patente la influencia que ejercían aún las ponencias que en torno a la arquitectura vasca fueron presentadas en el Congreso de Estudios Vascos
celebrado en 191811.
Un año después de su titulación, obtenía la plaza de arquitecto municipal de Irún. El Ayuntamiento de la ciudad había convocado un concurso
para hacerse con los servicios de un nuevo arquitecto, tras la renuncia
en el cargo de Francisco Monravá. En agosto de 1921, el Ayuntamiento
hacía públicas las bases del concurso para cubrir la vacante, anunciándolas en la prensa y en las Escuelas de Arquitectura de Madrid y Barcelona. Las bases establecían que el nuevo arquitecto municipal habría de
ser también jefe del cuerpo de Bomberos de la ciudad, y que el salario
ascendía a 4.500 pesetas anuales. Si bien los méritos aportados por el
otro candidato acreditaban una mayor experiencia, el fallo suscrito por
la corporación adujo que el salario era insuficiente para cubrir las necesidades de un profesional consolidado, considerándolo más apropiado
para un joven arquitecto que comenzaba a ejercer. Así es como el 16 de
septiembre de 1921, resuelto el concurso, Vallet era nombrado arquitecto municipal de Irún, a la edad de 27 años12.
Desde este puesto proyectó edificios tan específicos como la Alhóndiga, el Matadero municipal o el Stadium Gal. Sin embargo, no todos
180
10 Sagrario Arrizabalaga y Lourdes Odriozola: Historia de Irun, Ayuntamiento de Irun,
2014.
11 Gregorio Múgica Múgica: “El primer Congreso de Estudios Vascos”, Revista internacional de los estudios vascos, 10, 1919, pp. 98-111.
12 Archivo Municipal de Irun (AMI). Exp. 10 Libro 9645. Concurso de la Plaza de Arquitecto municipal. 1921.
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2. PRIMEROS AÑOS
DE PROFESIÓN
EXTRA GUERRA CIVIL
los proyectos municipales fueron dotacionales: participó también en la
primera promoción de vivienda social de la ciudad, nacida al amparo
de la Ley de 10 de diciembre de 1921 de Casas baratas, y promovida
por la “Cooperativa Irunesa”, a la cabeza de la cual se encontraba el
concejal socialista Florencio Iracheta. El Ayuntamiento aportó 15.000
pesetas para la compra de un terreno en el barrio de Anaka, donde la
cooperativa se propuso edificar las casas que con el tiempo llegarían a
ser propiedad de sus inquilinos13. Vallet aportó los estudios iniciales de
la parcela, que servirían al arquitecto Teodoro Anasagasti para llevar a
cabo el proyecto de las 140 casas unifamiliares.
3. LA IMPLICACIÓN
CON LA II
REPÚBLICA Y EL
ESTALLIDO DE LA
GUERRA CIVIL
Fueron los arquitectos Fernando García Mercadal, Luis Lacasa y Rafael Bergamín quienes impulsaron, en el seno de un debate suscitado en
toda España, la difusión de la arquitectura del Movimiento Moderno.
El foco principal de este movimiento resultó ser San Sebastián. A ello
contribuyó la exposición de “Pintura y Arquitectura Moderna” organizada por el Ateneo Guipuzcoano y celebrada en el Gran Casino de San
Sebastián en septiembre de 193014. En la sección de arquitectura fueron
expuestos numerosos proyectos racionalistas, destacando por encima
de todos el Club Náutico de San Sebastián, de José Manuel Aizpurua y
Joaquín Labayen, finalizado dos años antes15.
El 26 de octubre de 1930, nacía en Zaragoza, por iniciativa de Fernando García Mercadal y Josep Lluís Sert, el Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea
(GATEPAC), compuesto a su vez por tres grupos: el grupo catalán, el
grupo Centro y el grupo Norte, liderado por José Manuel Aizpurua, y al
que Luis Vallet se incorporó en diciembre de 1933 junto con Lagarde,
Ponte, Olazabal y Alberdi. Todos ellos adquirieron un compromiso por
el desarrollo social, basado en la mejora de las condiciones de habitabilidad, la educación o la sanidad.
El nacimiento del grupo fue favorecido por la creación de la nueva
institución que habría de regular la actividad profesional del colectivo:
el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro. A partir de entonces,
además de la posesión del título, sería condición obligatoria para el ejercicio profesional la de hallarse inscrito en un Colegio de Arquitectos. El
13 Beatriz Herreras: ”Gipuzkoa. Casas Baratas de Lapitze y Anaka”, en: Patrimonio Industrial en el País Vasco, 2, 2012, pp. 1233-1237.
14 Peio Agirre: “Modernitate baten kontakizuna”, en: 1925-1936. Modernitate bakan bat.
“Arte berria” Donostiaren inguruan, Donostia, San Telmo Museoa.
15 José Ángel Medina Murua: José Manuel Aizpurua y Joaquín Labayen, Donostia, Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro. 2011.
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SANCHO EL SABIO
30 de julio de 1930 se firmaba en Bilbao el acta fundacional del Colegio
Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, que quedaba constituido oficialmente al cabo de un año. Fueron establecidas cuatro delegaciones, en
San Sebastián, Bilbao, Vitoria y Pamplona, que se suscribirían a las principales revistas de arquitectura del momento, tales como Architectural
fórum, Moderne Bauformen, Architettura, Cahiers d’Art y otras16.
Fue a Vallet, precisamente, a quien se le encomendó en 1930 el alumbramiento de la arquitectura moderna en su ciudad, gracias al encargo
recibido por parte del doctor Alberto Anguera, director de la Estación
Sanitaria de la frontera desde 1920. Vallet proyectó un chalé racionalista, compuesta de cuerpos geométricos puros, y pintada en color rosa,
que contrastaría con las casas de estilo neovasco de su entorno.
Fig. 2. Casa del Doctor Alberto Anguera (Fotografía: Aitor Izaguirre Ansa)
Además de llevar a cabo diversas obras particulares, Vallet trabajaba
activamente como arquitecto municipal en su despacho de la Casa Consistorial. Su principal labor consistía en proyectar los nuevos edificios
dotacionales y aquellas intervenciones de mejora de las infraestructuras
que el gobierno local le requería. La República había sido proclamada en
el año 1931, y el arquitecto, al igual que la mayoría de los iruneses, se
encontraba plenamente identificado con los valores republicanos. La corporación municipal salida de las elecciones municipales del 12 de abril
182
16 José Ángel Sanz Esquide y Adelina Moya: Arte y artistas vascos de los años 30, entre lo
individual y lo colectivo, Diputación Foral de Gipuzkoa, 1986, pp.129.
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de 1931, se componía de 13 concejales de izquierdas y 7 de derechas,
arrojando, a diferencia de lo que sucedía en la mayoría de los municipios
guipuzcoanos, una mayoría republicana. Al igual que en muchas otras
ciudades españolas, los días siguientes a la celebración de aquellas elecciones, buena parte del pueblo irunés se echó a la calle para reclamar el
cambio de régimen. Finalmente, carente de apoyo social, el rey Alfonso
XIII se veía forzado a abdicar, proclamándose la República el 14 de abril.
Año y medio después, el 14 de septiembre de 1932, el presidente de la
República, Niceto Alcalá Zamora, acompañado del ministro Indalecio
Prieto, visitaba Irún, siendo recibido por el Alcalde Luis Salís. Ante
una gran multitud congregada en la Plaza de la República, el presidente
pronunció un discurso desde el balcón del Ayuntamiento, anunciando
las reformas que su gobierno tenía previsto realizar y ensalzando la tradición republicana de buena parte de la población irunesa17.
Fig. 3. El presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, en su visita a Irún, saluda a
la multitud desde el Lancia Lambda de Luis Vallet. 14 de septiembre de 1932. AMI 51722.
A finales de 1931, el Gobierno de Manuel Azaña decretaba la creación
de tres nuevas secciones en el seno de la Dirección General de Sanidad:
la de Ingeniería y Arquitectura Sanitaria, la de Higiene Infantil, y la de
Higiene Social y Propaganda. Esta última debía asumir las funciones
17 Aitor Puche: El fenómeno del republicanismo en Irún durante la Restauración Borbónica: 1875-1923, Ayuntamiento de Irun, 2005.
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de asesoramiento en materias que afectaban a la salud pública, como las
de la higiene social y la higiene personal y pública18. Unos meses más
tarde, el Ayuntamiento de Irún encomendaba a Luis Vallet el proyecto de
un Pabellón de Baños y Lavadero Municipal. El nuevo edificio vendría
a garantizar que los ciudadanos que no contaran con un cuarto de baño
en casa, una mayoría ciertamente, pudieran acudir a lavarse y a hacer la
colada. En el anteproyecto, fechado en agosto de 1932 y ubicado junto
a la estación del ferrocarril, propuso un pequeño edificio dotado de un
aseo y una zona de lavadero19. La Corporación propuso al arquitecto que
lo desarrollara, incorporando una instalación de higiene de mayor capacidad. Su composición respondía al lenguaje racionalista, y mostraba
unos llamativos colores en sus fachadas, con el fin de hacer del lavadero
un edificio singular que anunciara el compromiso del consistorio por
garantizar la higiene de los ciudadanos. Hubiera resultado ejemplar de
no haber sido porque finalmente no fue construido, pese a la solicitud,
por parte del Ayuntamiento, de una ayuda económica al Gobierno Civil.
En 1933, acometía sus dos últimos proyectos racionalistas realizados
en calidad de Arquitecto municipal: el pabellón para la Recaudación de
Arbitrios, construido en el puente Avenida, y un anteproyecto de nuevo
mercado que no llegó a construirse20. La ciudad sufría una dura crisis:
las recaudaciones de la Aduana cayeron en picado, varias fábricas cerraron y el número de parados ascendió como nunca. Las relaciones laborales se transformaron y la lucha de clases fue adquiriendo una intensidad desconocida hasta entonces, acentuada por la introducción, por
parte de comunistas y anarquistas, de un sindicalismo revolucionario21.
El Ayuntamiento trataba de emplear a los obreros parados en nuevas
obras municipales, y así mismo establecía un comedor en el Hospital,
habilitando dormitorios en él. A pesar de ello, y de que fuera constituida
la Junta del Paro Obrero para implicar a todos los agentes en la lucha
contra el desempleo, la situación, como en toda España, se hacía cada
vez más grave.
Las elecciones legislativas de 1933, daban el triunfo a la Confederación Española de Derechas Autónomas y al Partido Radical de Lerroux
en España, obteniendo el Partido Nacionalista Vasco un éxito sin precedentes en Euskadi. En 1934, ante los intentos gubernamentales de
recortar los Conciertos Económicos y dado que las diputaciones vascas
estaban en manos del Partido Radical, la mayoría de ayuntamientos vas-
184
18 Josep Bernabeu: “La utopía reformadora de la Segunda República: la labor de Marcelino Pascua al frente de la Dirección General de Sanidad, 1931-1933”, Revista Española de
Salud Pública, 74, 2000.
19 AMI. Exp. 1444/36. Proyecto de lavadero en Lekaenea. 1932.
20 AMI. Exp. 54/4. Proyecto para la nueva Plaza de Abastos en calle 33. 1934.
21 Frédéric Abaigar: “Elecciones y Política en Irun durante la II República”, Boletín de
Estudios del Bidasoa, 3, 1987, pp. 7-46.
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cos y sus concejales nacionalistas, republicanos de izquierda y socialistas, constituían una Comisión de defensa del Concierto Económico22,
que tensaría más aún la relación con el Gobierno. El alcalde Luis Salís
abandonaba su cargo en solidaridad con otros alcaldes y concejales,
quedando el control del Ayuntamiento en manos de la minoría de derechas. En octubre, espoleada por los socialistas y por la Unión General
de Trabajadores, estallaba la revuelta contra el Gobierno. La huelga del
5 y del 6 de octubre resultó un éxito, aunque no así la insurrección que
pretendía acompañarla, reprimida duramente por las fuerzas del orden.
A finales de 1935, comenzaba a fraguarse el Frente Popular con el
fin de aglutinar a todas las izquierdas, recuperar el gobierno y lograr
la concesión de una amplia amnistía para los encausados por delitos
políticos. El Frente ganaba las elecciones de 1936, y las celebraciones
adoptaban un ímpetu más revolucionario que republicano: obreros con
enseñas y banderas rojas cantaban La Internacional por las calles de
Irún, mientras que las derechas, derrotadas, ya solo pensaban en un
alzamiento del ejército.
4. LA GUERRA EN
IRÚN (1936)
En cuanto llegó la noticia del alzamiento en Marruecos, el 18 de julio
de 1936, los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de
Irún formaron una Junta de Guerra. Al mando de esta se encontraba el
Teniente de carabineros Antonio Ortega, quien el día 20 de julio dirigió
a los milicianos hacia Vera, Peñas de Aya y Pikoketa, con el fin de cerrar
el paso a los sublevados. La toma de la ciudad y el cierre de la frontera francesa eran un objetivo fundamental Para el General Mola23, que
pretendía interrumpir así el suministro de armas a los defensores de la
República. La línea de defensa irunesa se extendía de Endarlatsa a San
Marcial y de Erlaitz a Pikoketa. Allí se apostaron las milicias a finales
de julio, junto con otros refuerzos llegados de Asturias, a la espera de
que llegaran las tropas sublevadas.
El primer enfrentamiento entre ambos bandos se produjo en el puente
de Lesaca, en la segunda semana de agosto. El día 18 comenzaba la
batalla de San Marcial. A medida que pasaban los días, gracias a la superioridad de los sublevados en número y armas y al apoyo de la aviación que atacó sucesivamente la línea defensiva, la batalla comenzaría a
decantarse a favor de las tropas de Mola. El 29 de agosto los aeroplanos
22 José Luis de la Granja Sainz: “1934: Un año decisivo en el País Vasco. Nacionalismo,
socialismo y revolución”, Sancho el sabio: Revista de cultura e investigación vasca, 21,
2004, pp. 14-25.
23 Manuel Agud Querol y Julio Caro Baroja: Historia General del País Vasco (Vol. 12),
Donostia, Haranburu, 1982, pp. 230
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comenzaron a sobrevolar Irún y a soltar octavillas con el mensaje de
que bombardearían la ciudad si esta no se rendía24.
El día 2 de septiembre fueron bombardeadas las posiciones defensivas, haciéndose los sublevados con las sucesivas líneas de trincheras
en San Marcial, mientras que los milicianos abandonaban sus posiciones para defender la ciudad desde sus calles25. Una escuadra de aviación lanzaba bombas sobre determinados puntos significativos, como
el Centro Republicano, junto a la Plaza Pi i Margall. Así mismo fue
bombardeada la ciudad desde los acorazados España y Cervera26. Los
defensores, habida cuenta de lo pocos que eran y del escaso armamento
con el que contaban, terminaron por desistir27. El día 3 de septiembre, el
Comité del Frente Popular daba la orden de evacuar Irún para dirigirse a
San Sebastián28. Cientos de familias escaparon durante los días 3 y 4 de
septiembre, cruzando el río e instalándose en Hendaya. La ciudad fue
abandonada por la mayoría de los defensores, cuyas filas se componían
de combatientes republicanos, socialistas y nacionalistas; no así por los
milicianos asturianos, que en revancha por la pérdida y ante la llegada
inminente de las tropas de Mola, provocaron una serie de incendios en
diversos puntos de la ciudad, a pesar de la oposición del resto de las
fuerzas defensoras.
Fig. 4. Vista del bombardeo de Irún desde el monte Erlaitz. AMI. 57361.
Horas después, la ciudad era pasto de las llamas. No obstante, dado
que el incendio respondía a una premeditada planificación, la parte de
la ciudad que resultó arrasada fue, en su gran mayoría, burguesa: el
186
24 Nicolas Rankin: Telegram from Guernica, Londres, Faber and Faber, 2004.
25 Pedro Barruso Barés: Verano y revolución. La Guerra Civil en Gipuzkoa (julio-septiembre de 1936), Donostia, Haranburu, pp. 243-247.
26 Arizabalaga y Odriozola: Historia de Irun.
27 Ricardo Berodia: “La defensa de Irun”, Boletín de Estudios del Bidasoa, 3, 1986, pp.
105-118.
28 Barruso: Verano, pp. 243-247
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Paseo Colón, en el que la destrucción alcanzó a cerca del 40% de casas,
la Plaza de la República, la Calle Mayor, calles de la Iglesia, Cipriano
Larrañaga y Aduana; los edificios destruidos ascendían a un total de
14429. Sólo unas pocas casas levantadas en hormigón armado, como el
edificio Normandie, proyectado en 1935 por el arquitecto irunés Juan
José Olazabal, resistieron al incendio30. Ardieron los palacios señoriales
y los edificios religiosos, como el Colegio de la Compañía de María.
También fueron quemados el Hotel Palace, los edificios del Banco de
Irún y del Banco de Vizcaya, además de decenas de agencias de aduanas31. El casco histórico, situado al este de la ciudad, se libró de la
quema, dado que sus habitantes pertenecían, en su mayoría, a la clase
obrera. Tampoco ardieron la Casa Consistorial, el edificio de la Aduana,
las Escuelas Públicas, el Hospital, la Alhóndiga ni el Mercado. La Iglesia del Juncal y su retablo fueron defendidos por un grupo de feligreses
que impidieron su quema.
Fig. 5. Vista del incendio de Irún desde Hendaya. AMI 29065.
Al día siguiente entraron los sublevados, haciéndose rápidamente
con la ciudad y su Ayuntamiento. Bajo sus órdenes fue llevada a cabo
una limpia integral de la administración municipal. El 23 de octubre de
29 Pedro Barruso Barés: Destrucción de una ciudad y construcción del Nuevo Estado: Irún
en el Primer Franquismo (1936-1945), Ayuntamiento de Irun, 2003, pp. 24-28.
30 Ayuntamiento de Irún: Proyecto de Reconstrucción de la Ciudad de Irún, 1938, pp. 30.
31 Enrique Noain: “El incendio y proyecto de reconstrucción de la ciudad de Irun”, Boletín
de Estudios del Bidasoa, 29, 2017, pp. 141-164.
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1936, el nuevo Ayuntamiento instruía expediente por no haberse presentado en sus puestos de trabajo a 78 empleados municipales, Luis
Vallet de Montano entre ellos. Tras una primera suspensión temporal de
empleo, y una vez solicitados los informes a la Policía y a la Falange
Española de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), todos ellos fueron procesados, siendo cesados en sus puestos a los pocos
días32.
Vallet fue sustituido por José Iribarren Cavanilles, quien encabezaría
en marzo de 1937 una comisión para proyectar la reconstrucción de la
parte incendiada de la ciudad. En la comisión participarían los arquitectos Víctor Eusa y José Luis Recarte, y los ingenieros René Petit y Ramón Iribarren. El plan de reconstrucción era ambicioso desde el punto
de vista arquitectónico, y respondía a la búsqueda, por parte del nuevo
Estado en ciernes, de una alternativa estructural, política y administrativa a la República, en la que la Arquitectura jugaba un papel transcendental33. La comisión adoptó un planteamiento urbanístico de influencia
falangista, que trataba de emular a la arquitectura fascista italiana, con
la Carta de Atenas de 1933 como referente. El nuevo conjunto habría de
estar integrado por un nuevo ensanche cuyas principales características
serían la higiene, la funcionalidad y la luminosidad34. La distribución
de las viviendas respondería a las normas más avanzadas, haciendo que
todas las piezas tuvieran luz natural y ventilación al exterior, con patios
comunes tratados en forma de jardines, a modo de zonas de reposo para
todos los ciudadanos35.
Sin embargo, como consecuencia del modelo de promoción y financiación por el que la comisión optó, el Plan no se llegó a desarrollar. En
lugar de dejar la reconstrucción en manos de una iniciativa privada, el
Plan proponía que esta fuera gestionada por una entidad pública, pero
la falta de liquidez de un Ayuntamiento arruinado, la carestía de los
materiales y la falta de personal cualificado, hicieron imposible la reconstrucción proyectada por la Comisión y respaldada por la Dirección
General de Regiones Devastadas (DGRD)36.
188
32 Martín Izagirre: “El impacto de la Guerra Civil en Irun”, Boletín de Estudios del Bidasoa, 3, 1986, pp. 152-210.
33 Lluís Doménech: Arquitectura de siempre. Los años 40 en España, Barcelona, Tusquets,
1978.
34 Maurice Culot y Genevieve Mesuret (Ed.): Hendaye, Irun, Fontarabie. Ville de la frontière, Paris, Institut Français d’Architecture, 1997, pp. 512.
35 Ayuntamiento de Irún: Proyecto, pp. 43.
36 Francisco Javier Muñoz Fernandez: “Reconstrucción y vivienda. La arquitectura de los
años de postguerra en el País Vasco 1937-1950”, Ondare, 25, 2006, pp. 33-76.
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EXTRA GUERRA CIVIL
5. EXILIO Y
REPRESALIAS
(1936-1943)
Luis Vallet escapó de Irún en los primeros días de septiembre de
1936. Cruzó el puente de la Avenida junto a su esposa, Marina del Potro, embarazada de siete meses, instalándose en la localidad vecina de
Hendaya, Francia, al igual que muchas familias irunesas. Miguel, único
descendiente del matrimonio, nacería en un hospital de Bayona en noviembre de 1936.
Desde la otra orilla del río Bidasoa, el jefe de la brigada de bomberos
de Irún fue testigo impotente de la quema de su ciudad. Muchos turistas
franceses que pasaban el verano en Hendaya contemplaban el incendio
como si de una distracción se tratase, ante la confusión de los refugiados que continuaban llegando en pequeñas embarcaciones37. Algunas
familias cruzaban la frontera para regresar a sus casas, pensando que la
situación se normalizaría a los pocos días38.
Fig. 6. Luis Vallet y su hijo Miguel, en el exilio de Hendaya, mirando hacia Irún y Hondarribia desde el tejado de Les Mouettes. Agosto de 1941. ALV.
La mayoría de los iruneses evacuados, cerca de 3.500 personas, regresarían a casa entre septiembre y diciembre de 193639. La familia Vallet, sin embargo, decidió permanecer refugiada en Hendaya, instalán37 Luis María Jiménez de Aberásturi y Juan Carlos Jiménez de Aberásturi: La Guerra en
Euskadi, Donostia, Editorial Txertoa, 2007.
38 Jaime Rodríguez Salís: El niño republicano de Beraun, Irun, Alberdania, 2009.
39 Barruso: Destrucción, pp. 24-28.
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189
SANCHO EL SABIO
dose en la villa Les Mouettes, donde residieron hasta 1943. Finalizada
la Guerra Civil, la familia fue testigo del estallido de la Segunda Guerra
Mundial, el armisticio de junio de 1940 y la ocupación de Francia por
los nazis, que llegaban a Hendaya pocas semanas después.
5.1 El cese como empleado municipal y el expediente de incautación
de bienes
Vallet fue represaliado en tiempo de guerra, bajo el potente instrumental puesto en marcha por el bando nacional para la eliminación de
la administración de todos los desafectos al Movimiento Nacional. Esta
política depuradora tuvo efecto simultáneo tanto para aquellos empleados de la administración municipal, provincial y central, así como para
los trabajadores de las empresas concesionarias de servicios públicos,
confederaciones hidrográficas, juntas de beneficencia o cajas de ahorros.40 Fue aplicada toda una batería de medidas, entre las que se encontraban las detenciones, la censura, la imposición de un pensamiento
único, la propaganda, la reeducación forzada para una cultura y enseñanzas únicas, o la incautación de bienes del vencido41.
El proceso administrativo contra Vallet se inició el 24 septiembre de
193642, por iniciativa, paradójicamente, de un colega. Tras la toma de
la ciudad por las tropas nacionales, el arquitecto José Ángel Fernández
de Casadevante, recién nombrado alcalde de Irún, solicitó mediante decreto la comparecencia en Alcaldía del empleado municipal Luis Vallet
de Montano, otorgándole un plazo de quince días hábiles. El secretario
municipal, Emilio Navas, certificaba la no presencia del funcionario en
el plazo señalado. Apenas un mes más tarde, nuevamente el alcalde,
amparándose en el artículo 194 de la Ley municipal de 31 de octubre de
1935, consideraba una falta grave el abandono inmotivado de Vallet de
su puesto de trabajo, abriendo diligencia para su inclusión en el orden
del día del próximo pleno de la Corporación.
Finalmente, la Corporación, reunida en sesión plenaria, acordaba por
unanimidad la suspensión de empleo y sueldo por treinta días al funcionario Vallet. Asimismo se designaba encargado de completar las acusaciones del expediente al concejal José Antonio Recarte. Una semana
más tarde, el alguacil Miguel Aramburu suscribía que no había podido
190
40 Ipiña: La depuración, pp. 21-30.
41 Ascensión Badiola Ariztimuño: La represión franquista en el País Vasco. Cárceles, campos de concentración y batallones de trabajadores en el comienzo de la posguerra. Tesis
Doctoral, UNED, Facultad de Geografía e Historia, 2015. pp.250-252
42 AMI. Exp. 9639/11. Expediente personal de Luis Vallet de Montano. Documento 1486
con membrete del Juzgado Instructor Militar de Responsabilidades Políticas de Guipúzcoa.
1940.
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
EXTRA GUERRA CIVIL
hacer entrega personal de la comunicación en la que se suspendía al arquitecto, al encontrarse el expedientado exiliado en Hendaya. Una vez
completo el expediente de instrucción, el día de Nochebuena de 1936,
la Corporación adoptaba cesar definitivamente en su puesto de trabajo a
Luis Vallet de Montano y a otros empleados municipales.
El 10 de enero de 1937 se creaba la Comisión Central de Incautación
de Bienes, cuya misión era la de actuar contra las organizaciones comprendidas en el decreto 108 de la Junta de Defensa Nacional43, pero
también contra aquellas personas “que por su actuación fuesen responsables de daños y perjuicios de toda índole causados directamente o
como consecuencia de su oposición al triunfo del movimiento nacional”. Pocos días después, el 26 de enero, era nombrada la Comisión
Provincial de Incautación de Bienes de Guipúzcoa (CPIB), formada por
Juan Cobián Fredo, magistrado, y Wenceslao de Archaud, abogado del
Estado, bajo la presidencia del Gobernador Civil de la provincia José
María Arellano44. Para el mes de agosto de 1937 se habían iniciado un
millar de expedientes relativos a “personas acreedoras a una sanción
por los actos de hostilidad realizados contra el Glorioso Movimiento
Nacional”. En lo que a Irún se refiere, fueron expedientados 21 vecinos.
Al tiempo, la CPIB procedía al expediente de incautación de bienes de
Vallet45. Para cumplir la orden del juez especial de incautación de bienes
de Guipúzcoa, el juez municipal, Eusebio Vidaurre, solicitaba información al consistorio por si el expedientado tuviera comercio, industria, semovientes o bienes muebles inscritos a efectos contribuyentes. En enero
de 1939, el alcalde de Irún, José Ramón Aguirreche, corroboraba mediante documento firmado que en los datos de Vallet no constaban más
que la matrícula industrial, contribuyendo con una tasa anual de 382,67
pesetas en calidad de Arquitecto, y careciendo de semovientes u otro
tipo de bienes para efectos contributivos. La residencia familiar, Villa
Montano, estaba registrada a nombre de su padre, Celestino.
5.2 El proceso por responsabilidades políticas
En diciembre de 1938, comenzaba el proceso acusatorio político
contra el arquitecto. Tras la promulgación, el 9 de febrero de 1939, de
la Ley de Responsabilidades Políticas (LRP)46, el Juzgado Instructor
43 Decreto de creación de la Comisión Central de Incautación de Bienes, 10 de enero de
1937.
44 Barruso: Destrucción, pp. 76-77.
45 AMI. Exp. 9639/11. Expediente personal de Luis Vallet de Montano.
46 Manuel Álvaro Dueñas: Por ministerio de la Ley y voluntad del caudillo. La jurisdicción
especial de responsabilidades políticas, Madrid, Centro de estudios Políticos y Constitucionales, 2006.
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
191
SANCHO EL SABIO
Militar de Responsabilidades Políticas de Guipúzcoa iniciaba en San
Sebastián el proceso penal contra Vallet47. Siguiendo el procedimiento habitual, le fue abierto un primer expediente en el que se hicieron
constar los datos relativos a su persona. Así, el juzgado militar pudo
cerciorar que su estado civil era “casado”, que residía en el “Barrio de
Mendivil”, y que estaba clasificado profesionalmente en la categoría de
“ingeniero-arquitecto”.
Con el fin de evaluar los antecedentes políticos y sociales del inculpado, el juez instructor militar Eugenio Láscaris requirió toda la información posible al jefe local de la Falange. Láscaris otorgaba un plazo
de cinco días para recabar todos los datos acerca de los hechos concretos de la denuncia. Igualmente, al igual que lo hiciera el juez local,
solicitaba información detallada de los bienes que se le conocieran al
inculpado y a su cónyuge.
El jefe local de la Falange
fue el encargado de remitir la
información solicitada por el
juez instructor militar. Vallet
era acusado por la autoridad
militar, argumentando que
pese a ser una persona de
buena conducta, durante el
dominio rojo había atravesado asiduamente la frontera,
estableciendo su residencia
en Francia una vez tomada la
ciudad por las tropas nacionales. Igualmente, se detalló
que el acusado había solicitado su regreso, aunque su solicitud resultara rechazada por
la Comisión de Residencia.
En septiembre de 1940,
el delegado provincial de la
Falange, Domiciano de la
Hija, perteneciente al ServiFig. 7. Detalle del expediente 1486 del Juzgacio Nacional de Información
do Instructor Militar de Responsabilidades Poe Investigación de la Delegalíticas de Guipúzcoa, 1940. AMI. Exp. 9639/11
ción de Guipúzcoa, solicitaba
también información a la Jefatura Local de Falange Española, para contrastar los cargos vertidos
desde el Juzgado Instructor Militar de Responsabilidades Políticas de
192
47 AMI. Exp 9639/11. Expediente personal de Luis Vallet de Montano.
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
EXTRA GUERRA CIVIL
Guipúzcoa. Vallet era acusado de ser una persona comprometida con
la izquierda y con el Frente Popular. No obstante, las acusaciones más
graves eran las que lo relacionaban directamente con su participación
en la guerra. Fue inculpado de dirigir la construcción de trincheras en el
monte San Marcial para hacer frente al avance de las tropas sublevadas.
Fue denunciado, también, por tener el beneplácito del Frente Popular
para atravesar todas las tardes la frontera en su motocicleta, con el fin
de organizar, al anochecer, la entrada de obuses y municiones por el
puente de la Avenida.
Para determinar la veracidad de tales acusaciones, el juez local Eusebio Vidaurre requería, en respuesta a la carta del Juzgado Instructor Militar de Responsabilidades Políticas de Guipúzcoa, informes a seis vecinos, testigos “idóneos y adeptos al Glorioso Movimiento Nacional”,
designados por el alto cargo local de la Falange. Al cabo de un mes,
una vez recabados los tesimonios, Domiciano de la Hija contradecía las
acusaciones anteriormente vertidas contra el arquitecto. Señalaba que
no constaba participación voluntaria de Vallet con el Frente Popular y
que su actividad se había limitado al desempeño de sus funciones como
Arquitecto municipal. Al mismo tiempo, argumentaba que la información reproducida en el oficio carecía de garantías, y que estaba recabada
en los primeros momentos de la toma de Irún, cuando las referencias
sobre algunas personas no fueron todo lo veraces que debieran haber
sido. Afirmaba que Vallet simpatizaba con la izquierda ciertamente,
aunque de forma apolítica, y que no era militante del Frente Popular,
ni había pertenecido a ninguna organización sindical, y que incluso se
había abstenido de votar en las elecciones de febrero de 1936.
Domiciano de la Hija certificaba también que Vallet había cruzado la
frontera en varias ocasiones, pero que lo hizo en calidad de técnico municipal, acompañado del Gerente de la Sociedad Electra Irún Endara,
tratando de conseguir un generador eléctrico para paliar los cortes de
luz ocasionados por el bombardeo del monte Erlaitz, en agosto de 1936.
Incluso negaba su participación en la construcción de trincheras en el
monte San Marcial, diciendo que su presencia en el lugar, junto a la de
otros empleados de la Sección de Obras, respondía a la reparación de
las averías causadas por las bombas en la conducción de agua potable
a la población.
Resultó fundamental, para la absolución del encausado, el testimonio
y consideración de seis personas próximas, algunas de ellas amigas y
compañeras en el Ayuntamiento, y adscritas desde el comienzo de la
contienda al Movimiento Nacional. Fueron Juan Olaguibel, Emilio Navas, Ricardo Bergareche, Jorge González, Fermín Eguiguren y Manuel
Montes, vecinos y amigos de Vallet, quienes testificaron a favor del
arquitecto, denunciando la ligereza con la que se le habían atribuido los
cargos. Los seis testimonios recabados corroboraban el perfil humano
de un arquitecto que había cumplido con su labor de técnico municipal, 193
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
SANCHO EL SABIO
y que había tratado de buscar el bien de la población, salvaguardando
las infraestructuras, para que sus vecinos mantuvieran las condiciones
mínimas de salubridad y abastecimiento durante los bombardeos.
Es de subrayar la actitud mantenida durante este proceso por el jefe irunés de Falange Española, tanto en relación al Juzgado Instructor Militar
de Responsabilidades Políticas de Guipúzcoa como al Servicio Nacional
de Información e Investigación provincial de la propia Falange. La elección de seis testigos favorables y el hecho de que evitara suscribir los
documentos solicitados, hacen pensar que se tratara de alguien cercano al
expedientado, que demostraba consideración hacia una persona reputada,
en una ciudad en la que el número de procesados y condenados era considerablemente superior al de la mayoría de municipios guipuzcoanos:
81 y 36 personas, respectivamente, acusadas de salir al extranjero desde
zona roja y de afiliarse a partidos ilegalizados, y sancionadas con multas
económicas, la mayor de las cuales ascendía a 15.000 pesetas48.
5.3 La inhabilitación profesional en el ámbito colegial
Concluida la Guerra Civil española, se iniciaba la persecución de
aquellos arquitectos que habían estado vinculados a la República. Aunque el caso de José Manuel Aizpurua, creador entre otros de Falange
Española y fusilado en la cárcel de Ondarreta el 6 de septiembre de
1936, desmiente la identificación directa entre arquitectos republicanos
y el Movimiento Moderno, es bien cierto que la mayoría se vio obligada a concluir el paréntesis vanguardista abierto en su obra gracias
al hecho político de la Segunda República49. Algunos de los que no
emigraron, fueron encarcelados o inhabilitados para ejercer su profesión; otros, fueron invitados a participar en el Congreso reformatorio de
Arquitectos Falangistas, celebrado en el Escorial en 1939 bajo el lema
de “reformar en el espíritu y en la forma”50.
Para hacer efectiva la depuración política de los arquitectos, fue dictada precisamente la Orden de 24 de febrero de 1940 de la Dirección
General de Arquitectura. En la misma, se señalaba la necesidad de crear
un organismo que unificase las diferentes resoluciones de las diferentes
Juntas de Depuración, quedando obligados los Colegios de Arquitectos
a remitir a la Dirección General de Arquitectura todos los expedientes
de Depuración incoados51.
194
48 Barruso: Destrucción, pp. 82-87.
49 Oriol Bohigas: Modernidad en la Arquitectura de la España republicana, Barcelona,
Tusquets, 1998, pp. 202.
50 Gabriel Ureña: Arquitectura y Urbanística Civil y Militar en el Período de la Autarquía
(1936-1945), Madrid, Ediciones Istmo, 1979.
51 Fernando Agrasar: “El exilio interior” en Arquitectura española del exilio, Madrid, Lam-
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
EXTRA GUERRA CIVIL
Fig. 8. Luis Vallet tomando fotografías durante el exilio francés, 1940. ALV.
Fueron los propios Colegios los encargados de confeccionar una
lista con los nombres de los arquitectos republicanos. Así, como consecuencia de sus ideas políticas y cuando muchos de los arquitectos
represaliados se encontraban en el extranjero o malviviendo en el exilio
interior, un total de 83 arquitectos, entre los que se contaban los de
mayor calidad y los de mayor empuje cultural y político52, resultaron
represaliados mediante la aplicación de la Orden de 9 de julio de 1942,
“por la que se imponen sanciones a los arquitectos que se mencionan”.
En ella quedaban establecidas 11 sanciones, en grado decreciente en
cuanto a su severidad53. El castigo mínimo consistía en la inhabilitación
temporal para el desempeño de funciones públicas, pudiendo alcanzar
la suspensión de por vida para ejercer privada o públicamente. Vallet
resultó sancionado según la antepenúltima orden, o lo que es lo mismo,
castigado a una “inhabilitación temporal para el desempeño de cargos
públicos, directivos y de confianza”. En el momento de ser sancionado, hacía seis años que Vallet se encontraba desvinculado del ejercicio
profesional reglado.
preave, 2014, pp. 324-341.
52 Bohigas: Modernidad, pp. 202.
53 Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes: Depuración político social de arquitectos en la
España de posguerra, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, 1996, pp.
24-27.
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
195
SANCHO EL SABIO
5.4 El expediente en el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo
La LRP de 1939 contemplaba la pertenencia a la masonería como
una de las causas que daban origen a la apertura de un expediente. El 1
de marzo de 1940, era publicada la Ley de Represión de la Masonería
y el Comunismo, que sería aplicada por el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo (TERMC). A través de una
Orden circular de 1 de julio de 1941, se dispuso que los Instructores de
expedientes de depuración informaran con carácter de urgencia al Tribunal Especial, de los cargos relacionados con actividades masónicas
o comunistas aparecidas en expedientes de depuración político-social,
con lo que se daba el impulso definitivo a la actuación del aparato encargado de hacer efectiva la mencionada Ley de 1 de marzo de 194054.
A Luis Vallet le fue abierto un expediente por el TERMC, acusado
de pertenecer al Rotary Internacional desde 193555. Es de señalar la
participación en dicha organización de no pocos agentes de aduanas
y empresarios iruneses. El expedientado fue introducido precisamente
por su tío Salvador Echeandía, quien presidió el Rotary Internacional
durante un año (1929-1930)56, y quien conjugó en sus proyectos ideas
de política social y planificación del trabajo; prueba de ello son las medidas adoptadas en la construcción de su segunda fábrica de perfumes
Gal, inaugurada en 1915 en Moncloa, Madrid, donde dispuso la jornada
de ocho horas, un dispensario, las bajas por enfermedad y las duchas
para los empleados57.
Los clubes rotarios estaban compuestos por personalidades de prestigio, procedentes de actividades empresariales, así como por altos
funcionarios y profesionales liberales. Si bien no fue tan perseguido
como lo fue la Masonería, el rotarismo fue castigado por el franquismo,
como lo fueron aquellas corrientes disidentes de la ideología oficial,
tales como el teosofismo o el librepensamiento58. Los rotarios pasaron
a engrosar la larga lista de expedientes personales contenidos hoy en
la “Serie R” del Archivo General de la Guerra Civil en Salamanca. El
expediente por rotarismo de Vallet fue archivado en 1955.
196
54 Joan-Carles Usó i Arnal: “Nuevas aportaciones sobre la represión de la masonería española tras la Guerra Civil” en José Antonio Ferrer Benimeli (ed.): Masonería, política y
sociedad, Vol. 2, 1989, pp. 599-648.
55 Centro Documental de la Memoria Histórica. Exp. 34/13.
56 Julio Ponce Alberca: “Notas para un estudio del Rotarismo en España”, Revista de historia contemporánea, 6, 1995, pp. 265-288.
57 David Noel: “Socios ilustres: Salvador Echeandía Gal”, Revista Casino de Madrid, 47,
2007, pp. 57-59.
58 Joan Francesc Pont Clemente: “La política anti-rotaria del franquismo”, Rotary Club de
Barcelona Mar, 2010, pp.22-28 (https://jfpont.files.wordpress.com/2007/12/la-politica-anti-rotaria-del-franquismo-rotary-club-21-4-2010.pdf, 16 de enero de 2018).
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6. LA REINVENCIÓN
COMO ARQUITECTO
TRAS EL REGRESO
DEL EXILIO
En 1943, cesado como empleado municipal y transcurrida la instrucción política, le fue levantada la inhabilitación profesional y concedido
el permiso para regresar a Irún, junto a su mujer y su hijo. Era un arquitecto frívolamente acusado desde el comienzo de la guerra, y la pérdida
de su plaza municipal y del amparo institucional que el consistorio le
proporcionaba, hacían difícil que pudiera retomar su carrera profesional. Con el fin de procurarse encargos, Vallet renunció a la trayectoria
arquitectónica mantenida hasta el inicio de la guerra, que correspondía
a su más plena etapa profesional.
La familia y sus amistades jugaron un papel fundamental. En 1944, gracias a su amigo el ingeniero René Petit, colaboró en el proyecto del nuevo
pantano del Ebro, situado entre las provincias del Cantabria y Burgos.
Con la construcción del nuevo embalse, siete pueblos fueron anegados.
En compensación, la DGRD promovió la construcción de nuevos edificios
residenciales y dotacionales bajo los cánones arquitectónicos oficiales que
el nuevo régimen había instaurado en el Congreso de El Escorial de 1939.
Vallet fue capaz de asimilar esta nueva tesitura con inteligencia, gracias a
la experiencia acumulada en más de veinte años de oficio.
Pero no fue hasta los últimos años 50 cuando volvió a recuperar la
intensa actividad que lo caracterizó en los años anteriores a la guerra;
no sólo en el ámbito de la arquitectura, sino también en las otras disciplinas que siempre había cultivado. Fue, por ejemplo, un asiduo colaborador de la revista El Bidasoa, en la que no faltó durante muchos
años en el número especial editado con ocasión de las fiestas de San
Pedro y San Marcial. En ella, bajo el seudónimo de Kazkazuri, publicaba escritos mitológicos e ilustraciones con estampas populares, junto
las colaboraciones de Gaspar Montes Iturrioz, José Gracenea, Antonio
Valverde, Rafael Munoa y Néstor Basterretxea.
Fig. 9. Luis Vallet y Jorge Oteiza. Fundación-Museo Jorge Oteiza.
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
197
SANCHO EL SABIO
A pesar de que la ciudad y las circunstancias sociales eran radicalmente diferentes a las de veinte años atrás, Vallet no renunció a retomar
su carrera en su propia ciudad, aún teniendo que tramitar sus proyectos
y solicitar licencias a quien le arrebatara el puesto en el Ayuntamiento, y competir con colegas mucho mejor situados profesionalmente. Es
posible que el carácter jovial y extrovertido del que hablan los que le
conocieron, facilitara su vuelta a la actividad y su integración.
En cualquier caso, en lo que a la obra arquitectónica de esta época se
refiere, fue clave la figura de Jorge Oteiza. Junto a él, gracias a dos obras
emblemáticas, pudo volver a enlazar con el movimiento moderno. En
1956, Vallet proyectaba la casa-taller situada en la Avenida de Francia
de Irún, en la que vivieron Oteiza y Néstor Basterretxea y sus esposas
Itziar Carreño e Isabel Irurzun. Fue en aquella casa donde los dos artistas
desarrollaron la etapa central de su obra. Oteiza, recién trasladado a la
casa, presentaba en la Bienal de São Paulo de 1957 su proyecto vencedor
titulado Propósito experimental 1956-1957, mientras que Basterretxea
transitaba del plano como campo de expresión pictórico, a la dimensión
espacial, experimentando a partir de entonces con la escultura. Allí es
donde este ultimo llevó a cabo sus primeras realizaciones cinematográficas, como la película Ama Lur (1968), producida junto con Fernando
Larruquert. La casa-taller no pasó desapercibida: en septiembre de 1957,
Le Corbusier se dirigía a Oteiza para felicitarle por el proyecto59.
Fig. 10. Memorial a Aita Donostia. Fotografía tomada por Luis Vallet de Montano en 1958. ALV.
198
59 Emma López Bahut: “El arquitecto Luis Vallet”, en: Jorge Oteiza y lo arquitectónico. De
la estatua-masa al espacio público (1948-1960), Universidade da Coruña, 2013.
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EXTRA GUERRA CIVIL
En 1957, participó junto a Jorge Oteiza en la construcción del Memorial a Aita Donostia en el monte Agiña, Lesaca. El lugar es rico en
crómlech y túmulos, asociados a ritos sobre la vida y la muerte, que se
retrotraen cerca de tres mil años60. Oteiza y Vallet no dudaron en hacer
del conjunto un lugar para la Eucaristía: el escultor realizó una estela
cuadrangular en mármol negro de Marquina, con una cara hendida por
un círculo perforado; Vallet, por su parte, proyectó una capilla en forma
de cascarón curvo en hormigón, que haría resonar en su interior todos
los sonidos de la montaña, tal y como le hubiera gustado a Aita Donostia. Al fondo de la capilla abrió un rosetón en cuyo interior fueron
distribuidos nueve vidrios rectangulares de diferentes colores.
7. LA RESTITUCIÓN
LABORAL (1977) Y EL
DESAGRAVIO (2004)
El hecho de que estemos ante una figura cuya obra arquitectónica
posee un valor incuestionable, no debería desvirtuar el valor representativo del proceso represivo sufrido por Vallet durante y tras la Guerra
Civil. Su figura es una más entre los cientos de empleados públicos que
fueron represaliados, empujados a combatir en el frente o a exiliarse
por la fuerza. No obstante, la doble circuntancia debida a que Vallet
compatibilizó una profesión regulada y un puesto en la administración
pública, confieren a su caso, como al de muchos arquitectos, ingenieros
y médicos, un grado añadido en relación a la represión sufrida; no solo
fue castigado como funcionario, sino también como profesional.
Tuvieron que transcurrir 40 años para que llegara la primera de las
reparaciones61. Tras la muerte del Dictador Francisco Franco, fue promulgado el Decreto Ley 10 de julio de 1976, en el que se concedía la
amnistía por delitos políticos. En su artículo noveno se establecía que los
funcionarios destituidos de sus puestos serían reincorporados según las
normas en vigor. Vallet, conocedor de esta situación, remitía en febrero
de 1977, a los 84 años de edad, un escrito al último alcalde irunés del
régimen, Federico Bergareche, en cuya corporación apenas quedaban
miembros como consecuencia de la dimisión presentada por la mayoría
de ellos en septiembre del año anterior62. Amparándose en dicha ley,
solicitaba en su carta la reincorporación en la plantilla municipal con el
cargo que ocupaba en el momento de ser cesado de sus funciones.
Argumentaba en su escrito que el 1 de noviembre de 1921 había
ingresado en la plantilla municipal, y que en septiembre de 1936 fue
separado del puesto por el único motivo de haberse ausentado de la ciu-
60 Ana Arnaiz: “Entre escultura y monumento. La estela del Padre Donostia para Agiña del
escultor Jorge Oteiza”, Ondare, 25, 2005, pp. 305-325.
61 AMI. Exp 9639/11. Expediente personal de Luis Vallet de Montano.
62 Arrizabalaga y Odriozola: Historia de Irun.
Sancho el Sabio, Extra 1, 2018, 177-204
199
SANCHO EL SABIO
dad en el momento de la entrada de las Tropas Nacionales. Subrayaba
igualmente el alto sentido de reconciliación que denotaban los Reales
Decretos del 30 de julio y 4 de octubre de 1976, poniendo como ejemplo la repercusión que había generado en la prensa local el reingreso
en sus puestos de algunos funcionarios sancionados por la Diputación
provincial de Guipúzcoa.
En mayo de 1977, la Corporación municipal, en acuerdo plenario, no encontraba
inconveniente para que el
Gobierno Civil revisara el
expediente de separación del
puesto de trabajo del arquitecto. La revisión de dicho
expediente, dada la avanzada edad del solicitante, fue
considerada a efectos pasivos. Una vez promulgada la
Ley de Amnistía, Eduardo
Auzmendi y Enrique Andía,
alcalde y secretario interinos
del Ayuntamiento, firmaban
el 13 de octubre de 1977 el
documento que aprobaba el
reingreso en la plantilla del
expedientado como arquitecto municipal, así como su siFig. 11. Retrato de Luis Vallet. ALV.
multánea jubilación forzosa63.
Así mismo le fueron computados sus servicios desde la fecha de su nombramiento hasta el 27 de
septiembre de 1964, día en el que se hubiera jubilado como funcionario,
de haber permanecido en activo. De igual manera, según resolución
de la Mutualidad Nacional Nacional de Previsión de la Administración
Local, le fue asignada una pensión fija mensual que percibió hasta sus
últimos días. Fue un acto de reconocimiento y justicia para un hombre
de 84 años que pudo descansar así hasta sus últimos días.
En lo que al ámbito profesional se refiere, la anulación de la sanción
impuesta por el propio Colegio Oficial de Arquitectos, y el consiguiente
desagravio, habrían de esperar más aún. La rehabilitación definitiva se
produjo en 2004, 20 años después de que falleciera Vallet, gracias a
una iniciativa impulsada por el Consejo Superior de los Colegios de
Arquitectos de España (CSCAE), en colaboración con el Ministerio de
200
63 AMI. Exp 9639/11. Expediente personal de Luis Vallet de Montano.
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Vivienda: el 29 de octubre de ese año se celebró en este Ministerio un
acto de recuerdo y desagravio a los 83 arquitectos que fueron castigados por su condición de republicanos. Así es como el CSCAE trató
de resarcir simbólicamente a los arquitectos depurados, muchos de los
cuales ya habían fallecido, en su ejercicio profesional64.
64 Francisco Agramunt Lacruz: Arte en las alambradas. Artistas españoles en campos de
concentración, exterminio y Gulags, Universitat de València, 2016.
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