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Las monedas viajeras
Francisca Chaves TristánRelated Papers
CUADERNO DE VIAJE
CUADERNO DE VIAJERuta primera. Desde Traiguera (la ibero romana INTIBILI) a Morella, Peñiscola y Cervera del Maestre
Hasta cuando miramos al espejo vemos a otro. La alteridad es inherente a nuestra percepcion. En este numero de Anales nos hemos propuesto reflexionar acerca de una de las formas mas singularmente potentes en las cuales este fenomeno se expresa: los relatos de viajeros. “Viajes” son, de alguna manera, todas las formas de la narracion, desde La Iliada hasta las road-movies , pues como dijo John Gardner, “There are only two kinds of stories: a man goes on a journey, or a stranger comes to town” 1 . Nos interesa particularmente el relato de viaje pues “[l]a sensacion de lo diverso crea la capacidad de distinguir”, tal como dijo Victor Segalen, arqueologo, viajero y escritor frances de principios del siglo XX que, con su Tratado sobre el exotismo. Una estetica de lo diverso (Trad. de Martin Schifino. Madrid: La Linea del Horizonte, 2017), nos guiara en esta breve presentacion. Esa “capacidad de distinguir” que otorga el viaje es la que deseamos explorar. Creemos que la alteridad i...
Los nuevos viajeros, las nuevas palabras. Aproximación a los orígenes del léxico del turismo en español
Los nuevos viajeros2021 •
Desde la segunda mitad del siglo XIX, guías y manuales para viajeros empiezan a proliferar en España. La consolidación de la burguesía y la mejora de los transportes hacen posible ese nuevo modo de desplazamiento ocioso y recreativo que acabará siendo una de las principales fuentes de comunicación y de riqueza en todo el mundo (Larrinaga, 2002). Son de este siglo las primeras obras modernas en las que se relatan viajes, se aconsejan alojamientos, se describen paisajes y se detallan itinerarios por ciudades monumentales. Pero, como señala Calvi (2012:1) “el turismo está hecho con palabras” y, en efecto, el nuevo género va a requerir nuevos modos de expresión que irá produciendo un vocabulario específico y que, poco a poco, se irá incorporando a los repertorios lexicográficos. El objetivo de este trabajo es realizar una aproximación a los orígenes de la conformación del léxico específico de los viajes de ocio en español, definir los campos semánticos, identificar las primeras ocurrencias, comprobar con qué vitalidad surgieron, cuándo fueron incorporadas a los repertorios lexicográficos y qué aportó, en definitiva, esta nueva práctica al caudal léxico del español en el siglo XIX. Para ello se ha utilizado como corpus de referencia siete guías y libros de viajes, escritas por autores españoles, donde palabras como excursión, hotel o ferrocarril, aparecen usadas con naturalidad. Se comprueba la presencia de este léxico en las obras lexicográficas contemporáneas -Diccionarios Académicos y no Académicos a partir del siglo XIX- y se coteja la extensión de su uso en el CORDE. La selección y organización del léxico ser realiza a partir de los campos establecidos en los Diccionarios de Alcaraz (2000) y Aragón (2009). Se muestra así la vitalidad con la que la nueva actividad y el nuevo vocabulario arraigaron en la sociedad y en la lengua española de la segunda mitad del siglo XIX. From the second half of the 19th century, guides and manuals for travelers in any corner of Spain will begin to proliferate. The consolidation of the bourgeoisie and the improvement of transport make possible this new mode of idle and recreational travel that will end up being one of the main sources of communication and wealth throughout the world (Larrinaga, 2002). The earliest modern works recounting travel, advising accommodation, describing landscapes, and detailing itineraries through monumental cities were written in that century. But, as Calvi (2012: 1) points out, "tourism is made with words" and, in effect, the new genre will require new modes of expression that will produce a specific vocabulary and that, little by little, will be incorporated into lexicographical repertoires. The objective of this work is to carry out an approach to the origins of the conformation of the specific lexicon of leisure travel in Spanish, define the semantic fields, identify the first occurrences, check with what vitality they arose, when they were incorporated into the lexicographic repertoires and What this new practice ultimately contributed to the lexical flow of Spanish in the 19th century. For this, seven guides and travel books written by Spanish authors, have been used as a reference corpus where words such as excursion, hotel, railway, tourist, luggage, guide, etc. they appear used naturally. The presence of this lexicon is verified in contemporary lexicographic works -Academic and Non-Academic Dictionaries from the 19th century- and the extent of its use in CORDE is checked. The selection and organization of the lexicon is carried out based on the fields established in the Dictionaries of Alcaraz (2000) and Aragón (2009). This shows the vitality with which the new activity and the new vocabulary took root in society and in the Spanish language of the second half of the 19th century.
2014 •
Resumen: La comercialización de los cruceros turísticos ha experimentado un gran avance en las últimas décadas. Las formas de distribución del producto crucero va afianzándose a través de convenciones y ferias a escala mundial, en las que destacan Seatrade Miami, International Cruise Summit España y también los interesantes programas de promoción de las Agencias de Viajes. En este trabajo hemos considerado poner de relieve el papel que desempeñan, sin dejar de mencionar el interés que tienen en el negocio crucerista los otros agentes intermediarios, tales como armadores independientes, consignatarios y agentes marítimos. Abstract: The commercialization of the tourist cruises has experienced a great advance in the last decades. The methods of distribution of the product cruise goes becoming strong across conventions and worldwide fairs, the most important of wich are Seatrade Miami, International Cruise Summit España and also the interesting programs of promotion of the travel agencies. In this work we have considered to highlight the paper that they carry out, not to mention the interest that they have in the cruise business other intermediary agents as independent shipowners, consignees and maritime agents.
Las monedas viajeras
Autor(es):
Chaves Tristán, Francisca
Publicado por:
Imprensa da Universidade de Coimbra
URL
persistente:
URI:http://hdl.handle.net/10316.2/38348
DOI:
DOI:http://dx.doi.org/10.14195/978-989-26-0438-1_8
Accessed :
10-Jul-2020 08:38:41
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139
LAS MONEDAS VIAJERAS
F rancisca C haves Tristán
U n iv ersid a d d e Se v illa (*)
D urante m u ch o tiem p o el estudio de las m on ed as q u e se p ro d u jero n en la
antigü ed ad se ce n tró e n las piezas en sí m ism as, sus tipos, las leyen d as y el
significad o d e éstas, los em isores y sus p roblem as, etc. A lgunos au tores
rep araron ya e n el siglo X IX en el significad o q u e pu diera te n er seg u ir el
d esp lazam ien to de las m on ed as d esd e el lugar d o n d e se h a b ía n p rod u cid o
hacia otros p u n tos m ás o m eno s distantes.
Así se le e e n la ob ra de D.
A ntonio D elg ad o , en artículos de su plum a y de sus co la b o ra d o res co m o
D. F ran cisco M ateos G a g o (1), qu e el hallazgo frecu en te de determ inad as
m o n ed as e n una zo n a h a ce su p o n er qu e la c e c a prod uctora se u b ica e n ella.
Ha sido sin em b a rg o la in vestigación del siglo X X , co b ra n d o gran im pulso
a partir del últim o tercio, cu an d o los estud iosos, sigu ien d o una m eto d olo g ía
esp ecífica, se h an p lan tead o el p ro b lem a del d esp lazam ien to d e las piezas
m on etales. T rab ajo s co m o
el paradigm ático de R. R e e c e *1(2) y, e n nuestra
P enínsula, C on g reso s y reu n ion es al estilo del Simposium Numismático de
(,) E s te tr a b a jo s e h a re a liz a d o d e n tro d e l P ro y e c to d e In v e s tig a c ió n fin a n c ia d o p o r a J u n t a d e
A n d a lu c ía y e l M in iste rio d e C ie n c ia y T e c n o lo g ía “A n te c e d e n te s y d e s a r r o llo e c o n ó m ic o d e la
R o m a n iz a c ió n e n A n d a lu c ía o c c id e n ta l”, d e n tro d e l g a i p o d e In v e s tig a c ió n “D e la T u rd e ta n ia a
la B é t i c a ”.
Nuevo Método de clasificación de la Medallas Autónomas de España , to m o II,
Lascuta, p. 1 6 3 -1 6 4 .
Reec e , “R o m a n c o in a g e in B rita in a n d th e W e s te rn E m p ire ”, Britannia 4 , 1 9 7 3 , p p . 2 2 7 -2 7 1 .
(1) A. D elgado ,
S e v illa 1 8 7 1 , a rtíc u lo d e F. M a te o s G a g o s o b r e
(2) R.
B a rce lo n a (3) ce le b ra d o e n 1 978 o e x c e le n te s estud ios co m o la circu la ció n
m onetaria de Conimbriga (4) o de Bado Claudia (5), p o r citar so lo alg u nos
140
ejem p lo s,
han
ab ierto
fértiles
vías
de
in v estig ació n
co n
una
rep u esta
im portante y n u m erosa bibliografía.
Las posib ilid ad es de in form ación de este tipo de estud ios so n am plias y a
su v ez co m p leja s p o rq u e n o existen patron es standard q u e p u ed a n aplicarse
in falib lem en te a todas las ép o ca s y a tod os los co n ju n to s m o n etarios. En
e fe c to
no
só lo
hay
que
con sid erar la
casuística
p o lítico -so cia l
de
cad a
m o m en to sino la entid ad de las m on ed as de m anera qu e las p iezas d e oro,
plata o b ro n ce p od rán seg u ir m ovim ientos d iferentes e n u na m ism a zon a y
ép o ca.
No es nuestra in ten ció n plantear aqu í las b ases de los estu d ios a ce rca de la
circu lació n
m on etaria
en
la
A ntigüedad
sino
esb o z a r
una
re flex ió n
ilustrándola c o n u na serie de ejem p lo s, so b re las cau sas m ás frecu e n tes q u e
o b lig an a las m o n ed as a d esp lazarse, esto es, a viajar d esd e la c e c a d o n d e se
han em itid o hasta lugares a v e c e s rem otos y alejad os.
Este m ovim ien to
e x ó g e n o co b ra esp ec ia l interés co m o reflejo de una cau sa e sp e c ífic a -p o lític a ,
eco n ó m ica , so cia l- q u e im pulsa a u nos d eterm inad os a g en tes a portar las
m o n ed as fuera d e su ám bito natural de circulación. D e h ec h o , e n b u en a parte
d el m u ndo antigu o las m on ed as perd ían su valor para circu lar fuera del
territorio para el q u e se h ab ían prod ucid o y así, las ciu d ad es griegas, qu e
ad em ás utilizaban m uy distintos patron es m on etales, se v eía n o bligad as a
cam b iar
las
p iezas
extran jeras
p or m on ed a
lo cal
co m o
se
h a ce
en
la
actualidad e n tantos países. Tal actividad estab a p e rfe cta m en te regu lad a y los
textos ep ig ráfico s co n serv ad o s dan clara n oticia de e llo (6).
f3) B a r c e lo n a , 1 9 7 9 , 2 v o ls .
í4) I. P ereira , J . P. B o st , J . H iernard ,
Fouilles de Conimbriga III. Les Monnaies, P a ris 1 9 7 4 .
Baelo IV. Les Monnaies ,
(5) J . P. B o st , F. C haves , G . D epeyro t , J . H iernard , J-C . Richard ,
M ad rid
1987.
(6) P o r e je m p lo , la le y m o n e ta ria d e O lb ia d e m e d ia d o s d e l sig lo IV a. C , s e r e fie r e a a lg u n a s
c o n d ic io n e s d e d ic h o c a m b io : M. C raw fo rd ,
La Moneta in Grecia e a Roma,
R o m a 1 9 8 2 , p .3 1 . A
p artir d e l in ic io d e l Im p e r io e n R o m a , lo s d o m in io s d e ta n a m p lio te rrito rio v e ría n la c ir c u la c ió n
Sin
em b arg o
co n tem p la r
la
m oned a
antigua
co n
los
o jo s
actuales,
co n sid eran d o las p iezas e n to n ces circulantes co m o el “d in e ro -m o n e d a -b ille te ”
de hoy, in d u ce a graves errores. H em os de te n er en cu en ta q u e la m o n ed a en
sí rep resen tab a u n valor, e n esp ecial la de oro, plata e in clu so la de b ro n ce ,
p or su m ero co n ten id o m etálico y esta razón h acía q u e se la a ce p ta se e n la
vida cotid ian a a p esar de qu e, en teoría, qu ed ara fuera d e su p rop ia área de
circu lació n lo q u e en el ca so de la m on ed a actual no es ló g ico , salvo cu an d o
la m o n ed a lo cal está d ep reciad a y se re cib e frau d u lentam en te la forán ea de
m ayor valor co n el fin de esp ecular.
Es p o r tanto fa ctib le segu ir el d esp lazam ien to de las m o n ed as antiguas,
q u e v iajab an p o r m uy diversas razones co m o v erem o s en segu id a, ten ien d o no
o b stan te en cu en ta qu e, una vez salidas del área d on d e d eb ía n circular, se
m ovían
co n
m ayor
rapid ez
p o rq u e
q u ien es
las
re cib ía n
trataban
de
d esp ren d erse de ellas antes qu e h acerlo de las em isio n es lo c a le s m ereced o ra s
de m ás co n fian za. H abía p o r tanto una ten d en cia en d ó g en a , in h eren te a las
propias m o n ed as, qu e p o d ía ser alterada p or cau sas diversas, varias d e las
cu ales e x p o n d re m o s m ás adelante. No obstan te d icha te n d en cia n os perm ite
aventurar lo ca liz a cio n e s d e ce ca s cu y o em p lazam ien to es d e sc o n o c id o o
d u d oso siem p re q u e eso s datos n o se contrad ig an c o n otros ep ig ráfico s o
arq u eo ló g ico s sin o q u e los co m p leten . Y a ad elan tam os có m o la reiterada
p resen cia de hallazgos m o n etales en una zona co n creta fue a p ro v ech ad a p or
los
au tores
d el
X IX
y
el
sistem a
sigue
a p licá n d o se
en
la
actualid ad
p u d ién d o se citar una serie de ejem p lo s co m o es el ca s o d e las ib éricas
ikalesken y kelin(7). La lo ca liz a ció n de am bas, m uy discutida, p a re ce p ro b arse
gracias a los h allazgos m on etales, co m b in an d o estos datos co n otros de
d e u n a m o n e d a ú n ic a , la e s ta ta l ro m a n a , c o n a lg u n a s e x c e p c io n e s e n
O r ie n te . P o r e llo lo s
e je m p lo s q u e tr a e re m o s a c o la c ió n lín e a s a b a jo s e c e n tra n e n la é p o c a a n te r io r , c u a n d o d iv e rs o s
e s ta d o s y / o c iu d a d e s e m itía n s im u ltá n e a m e n te m o n e d a p ro p ia .
(7) P. P .; Ripollés ,
pp.
“Ikalesken,
n o ta s s o b r e su lo c a liz a c ió n ”, X CIN (A lb a c e te 1 9 9 8 ), M ad rid , 2 0 0 2 ,
1 8 7 -1 8 8 : s e la sitú a e n tr e lo s río s J ú c a r y C a b rie l, m u y a d is ta n c ia d e o tra s p ro p u e s ta s
re a liz a d a s;
ib id .
m o n e ta le s ”,
Saguntum
“La
ceca
de
14, 1 9 7 9 .
Celin.
Su
p o s ib le
lo c a liz a c ió n
en
r e la c ió n
con
lo s
h a lla z g o s
141
fu en tes
diversas.
No ob stan te
estas in fo rm acio n es
d eben
m a n eja rse
co n
cu id ad o p o rq u e a v e c e s p ro c e d e n tales n oticias de b u sca d o res cla n d estin o s y
142
pu ed en reflejar una realidad parcial ya q u e es p o sib le q u e se h ay an o b te n id o
a partir de un tesorillo d esm em b rad o y n o de hallazgos esp o rá d ico s lo q u e
alteraría su in terp retación .
M en cio n an d o los teso ro s es p reciso con sid erar la im p ortan cia q u e tien e n
las o cu lta cio n e s d e m o n ed as q u e no fu ero n recu p erad as p o r sus d u eñ os, para
interp retar los d esp lazam ien to s de las piezas con ten id as en ellos. En efe c to , la
ten d en cia a la tesau rizació n de m etales, en e sp ecia l n o b le s, es p erm a n en te
durante toda la A ntigüedad c o n etap as m ás acen tu ad as e n m o m en to s d e
peligro
o
de
L ógicam en te
a ltera cio n es
esto
de
p ro d u ce
las
una
e sp e c ie s
m on etarias
retirada
de
las
re c ié n
p iezas
em itidas.
circu lantes,
in m ovilizán d ose al ser ocu ltad as, lo q u e les im pid e “viajar” ca m b ia n d o de
m anos, al m e n o s durante u n tiem po. Sin em bargo, c o m o v erem o s en segu id a,
el estud io de los teso ro s q u e n u n ca p u d ieron recu p erarse y p o r fortu na se
han hallad o hoy, nos ilustra am pliam ente de los “v ia je s” p rev ios q u e las
m on ed as guardadas h ab ían realizado.
P ero es m o m en to de pregu ntarse cu áles fu eron los cam in o s m ás fá ciles de
frecu en tar p o r m ed io de los ag en tes portadores de la m o n e d a ...o de la
m on ed a en sí p u esto q u e tam b ién grandes cantid ad es de p iezas se en v ia b a n
para efectu a r p ag os a distancia co m o se exp o n d rá m ás a b a jo co n algú n
ejem p lo . Está so b ra d a m en te p ro b ad o qu e en el m u n d o antigu o el v iaje y el
transporte p o r m ar o p o r vía fluvial® era m u ch o m ás barato, ráp id o e in clu so
a veces
m en o s
p elig ro so ,
qu e
el
transporte
por
tierra.
La* travesía
del
M ed iterráneo resu ltó el m ed io m ás id ó n eo para q u e m o n ed as d e toda cla se *
í8) G . C H IC ,
Historia económica de la Bética en época de Augusto, S e v illa 1 9 9 7 , p p .5 5 , 61 s s.; ib id .
Actas del I Ciclo de Estudios sobre Sanlúcar , v o l. I,
“El ita e tts -G u a d a lq u iv ir, p u e rta d e H is p a n ia ”,
S a n lú c a r d e B a r ra m e d a , 2 0 0 4 , p p . 4 1 -6 6 .
cru zasen de orilla a orilla y, en tristes o ca sio n es,
se h u n d iese n e n sus
p rofund idad es para siem pre. No son raros los h allazgos m o n eta le s e n p e cio s
co m o el d e C abrera (M allorca)(9), d onde se hallaron, d entro d e u n ánfora,
96 7 m o n ed as del siglo III. Entre otros p o d em o s reco rd ar el h allazgo de
P ortim ao(10)1 q u e n os m uestra la p resen cia de las m o n ed as, tam b ién rom anas
del siglo III, p e ro esta v ez su rcand o aguas atlánticas.
Las co stas resu ltab an p o r tanto los lugares m ás frecu e n tes d e re c e p c ió n de
m on ed as q u e v iajab an p o r m otivos diversos arriband o a los m ás con cu rrid o s
puertos.
Así,
en
la
Península
Ibérica,
pu ertos
co m o
Gadir, Malaca o
Emporionm) c o n o c e n la llegada de m on ed as de m uy d iversas p ro ced en cia s.
P ero es in teresan te
reflex io n a r a cerca
de q u ié n es p u d ieron ser los m ás
frecu en tes p o rtad o res de las m oned as en sus viajes atravesan d o el Mare
Nostrum y cu áles fu ero n las razon es q u e les im pulsaron.
Q uizá la cau sa m ás llam ativa del m ovim iento de las m o n ed as e n el m u ndo
antiguo sea la guerra. R eco rd em o s qu e u no de los m otivos -a u n q u e n o el
ú n ic o - q u e se han esgrim id o para justificar el in icio de las a m o n ed a c io n es en
ciertos estad o s co m o p or eje m p lo el cartaginés, ha sido la n ecesid a d de
fin an ciar sus cam p añ as bélicas. En este sentid o el m ism o C raw ford intentó
evaluar el v o lu m en d e la p ro d u cció n m onetaria de la R ep ú b lica R om ana
seg ú n el n ú m ero d e le g io n es qu e d ebía m a n ten er cad a anualid ad au nq u e
L ’épave Cabrera III (Majorque): échanges commerciaux et circuits
monétaires au milieu du Illè siècle après Jésus Christ, B o r d e a u x , 1 9 9 2 .
αω p T E IC H N E R , “U n h a lla z g o d e m o n e d a s e n e l “mare extemum", Homenaje a Hermanfrid
Schubart, BAEAA n ° 3 5 , 1 9 9 5 , p p . 2 8 1 -2 8 7 .
(11) Malaca: B . Mo ra : “La c ir c u la c ió n m o n e ta ria e n lo s te rrito rio s m a la c ita n o s d u ra n te la
A n tig ü e d a d ” e n F. W u lff e t alii e d s. Comercio y comerciantes en la Historia Antigua de Málaga
(siglo Vili a. C. -año 711 d. C ), M álag a 2 0 0 1 , p p . 4 1 9 -4 5 5 ; G . C H IC , “C o m e r c io y c o m e r c ia n te s e n
la M á la g a r e p u b lic a n a y a lto -im p e ria l”, ib id , p p . 3 5 1 -3 8 4 ; Emporion: M. C am po , “E n to r n o a d o s
c o n ju n to s d e m o n e d a s d e b r o n c e p r o c e d e n te s d e A m p u ria s” Anejos de AEspA, X X 1 9 9 9 , p p . 1 7 5 -1 8 4 ; ib id . “S o b r e d o s d e p ó s ito s d e d e n a r io s r o m a n o -r e p u b lic a n o s p r o c e d e n te s d e Emporion'',
X CNN, 2 0 0 2 , p p . 3 2 7 -3 3 3 ; ib id . “E m is s ió e c ir c u la c ió m o n e tà rie s al n o r d - e s t d e la H isp a n ia
C ite rio r al fin a l d e la R e p ú b lic a ”, La moneda al final de la República entre la tradició i la
innovado, IX C u rs d ’H istó ria M o n e ta ria d ’H isp á n ia , B a r c e lo n a 2 0 0 5 , p p . 7 6 - 9 3 .
(9) J . P. B o s T ; M. C ampo e t alii,
143
estos cálcu lo s n o han sido acep tad o s u n án im em en te p or varias ra z o n escl2).
P ero de lo q u e n o ca b e duda es qu e la guerra n o só lo requeriría inversión
144
de d inero, q u e en el ca so de p aíses m ás o m eno s m o n etizad o s se m aterializó
e n gran parte al m e n o s en m oned a, sino qu e hizo q u e tales p iezas se
m o v iesen y v iajasen in clu so a través de grandes distancias, b ie n enviad as
oficialm en te, b ie n llevánd olas co n sig o los co m p o n e n te s del e jé rcito de m od o
privado.
Tratar este am p lio y su g eren te tem a en profundidad reb asa c o n m u ch o los
lím ites de esp a cio de los q u e aqu í se d isp on e p ero nos p erm ite e sb o z a r
algu nos pu ntos q u e reflejan la im portancia qu e los factores b é lic o s tu vieron
en el d esp lazam ien to de los e sp ec ím e n e s m onetarios. El prim er p ro b lem a q u e
se p lan tea es c o n o c e r si los sold ad os y /o m ercen ario s c o b ra b a n to d o su
salario in situ o al reg reso de las cam p añ as12(13). Está claro q u e n o hay una sola
resp u esta ca p a z d e ab arcar el fu n cio n am ien to de tod os los ejé rcito s de cad a
país del m u ndo antiguo, p ero sí sa b em os q u e los m ovim ien tos de tropas
arrastraron co n sig o un d esp lazam ien to inusual de m o n ed as y lleg aro n a
requ erir a v e c e s una p ro d u cció n extraordinaria de em isio n es q u e, en n o
p o co s casos, se realizarían en talleres de ca m p a ñ a (14), e n e sp e c ia l si los
en fren tam ien to s ten ían lugar en territorios alejad os a la u b ica c ió n d e la c e c a
oficial. Es ev id en te q u e estas m on ed as n acían ya ex p resa m en te cread as para
(12) M. C raw ford ,
Roman Republican Coinage,
B . W . F rier , “R o m a n
C a m b rid g e 1 9 7 4 ; c o n tr a
Quad.Tic. NACX, 1 9 8 1 , p p . 2 8 5 - 2 9 5 ;
d e lle e m is s io n i”, AIIN 1 9 8 2 , p p . 7 5 -9 7 ,
C o in a g e a n d a rm y p a y : te c h n iq u e s fo r e v a lu a tin g s ta tis tic s ”,
E. LO C ascio , “S p e s s a m ilita re , s p e s s a d e llo sta to e v o lu m e
e n e s p e c ia l p . 8 8 y n o ta 5 3 c o n la b ib lio g ra fía s o b r e las m a tiz a c io n e s h e c h a s a C ra w fo rd .
(13) S o b r e lo s m e r c e n a r io s , c o n a b u n d a n te b ib lio g ra fía , v é a s e F. Q uesada , “V ía s d e c o n t a c t o e n tr e
la M a g n a G r e c ia e Ib e ria : la c u e s tió n d e l m e r c e n a r ia d o ”,
la Península Ibérica ,
Arqueología de Sicilia, Magna Grecia y
C ó rd o b a 1 9 9 4 , p p . 1 4 1 -2 4 6 ; id. “S o ld a d a , m o n e d a , tr o p a s c iu d a d a n a s y
m e r c e n a r io s p r o fe s io n a le s e n e l a n tig u o M e d ite rrá n e o : e l c a s o d e G r e c ia ”, e n
III C u rs d ’H istó ria m o n e ta ria d ’H isp á n ia , B a r c e lo n a 1 9 9 9 , p p .
Moneda i exércits,
9 -3 7 ; T . Ña co , A. P rieto , “M o n e d a
e H isto ria e n la H is p a n ia re p u b lic a n a : ¿ e c o n o m ía , p o lític a , fisc a lid a d ? ”,
StH
1 7 , 1 9 9 9 , e n e s p e c ia l
p p . 2 1 1 -2 1 2 .
(14) F. C haves T ristan : “El lu g a r d e las c e c a s e n la H is p a n ia R o m a n a ”, e n
Moneta. Le sedi delle zecche d a ll Antichità all’età Moderna ,
Convegno I Luoghi della
M ila n o 2 0 0 1 , p p .1 9 9 -2 1 8 .
viajar co n
las
tropas,
acan ton ad as
lejo s
de
sus
p u ntos
de
orig en,
co n
frecu e n cia co n las aguas del m ar p or el m edio.
Las razo n es m ás h abitu ales para ello eran d ebid as al retraso en la llegad a
de u n sum inistro m o n etai ad ecu ad o o a la n ecesid a d d e su u so inm ed iato,
co m o o cu rrió p o r eje m p lo durante la guerra sertoriana e n q u e A nnio, g en eral
al m and o de las tropas sen ato riales contra Sertorio, fu e au torizad o para em itir
m o n ed a e n H ispania(15), T am b ién se recurriría a ello cu a n d o u n o d e los
grupos b elig eran tes actu ab a por sí m ism o sin co n tar co n el n um erario d e la
ce c a oficial. Es el ca so de b u en a parte de la a m o n ed a ció n cesa ria n a durante
las guerras civiles del siglo I a.C. e n R om a(l6) la cual, seg ú n C raw ford(17), era
ilegal ante los o jos d el Senado.
Era
norm al
que
las
m on ed as
v iajasen
co n
los
ejé rcito s
p o rq u e,
in d e p en d ien te m en te del arribo de las soldadas, sus co m p o n e n te s d eb ían
h ace r fren te a p e q u e ñ o s g astos m ás o m eno s co tid ian os, q u e les o b lig a b a n a
m an ejar m o n ed a fraccion aria. Es seg u ram en te p o r esta razó n p o r la q u e en
ca m p am en tos ro m an o s co m o N um ancia(18)*, C áceres el V ie jo 19 o C ho es de
A lp o m p é20 se
en cu en tra
m o n ed a
local hisp ana
de b ro n ce .
T a m b ién
los
p eriod os e n q u e las tropas rom anas in vern aban eran sin duda p ro p icio s para
qu e los so ld ad o s ca m b ia se n parte del dinero q u e p o d ían n ecesita r al u sarlo
(15) C. Marcos , “La m o n e d a e n tie m p o s d e g u e rra : e l c o n f lic to d e S e r to r io ”,
Moneda i exèrcits,
III
C u rs d ’H istó ria M o n e ta r ia d ’H isp á n ia , B a r c e lo n a 1 9 9 9 , p. 8 7 ss.
(16) S o b r e e l im p o rta n te p a p e l d e s e m p e ñ a d o p o r las m o n e d a s e n e s te c o n f lic to , F. C haves T ristán ,
Bellum civile”, e n E. M e lc h o r , J . M e lla d o , J . F. R o d ríg u e z
César y Córdoba: Tiempo y Espacio en la campaña de Munda (49 - 45 a.C.), C ó rd o b a
“G u e rr a y m o n e d a e n la H is p a n ia d e l
N e ila , Julio
2005,
U7)
p p . 2 0 7 -2 4 5 .
RRC p.
604.
(18) A. J imeno , A. M a. Martin , “E s tratig rafía y N u m ism á tica : N u m a n c ia y lo s c a m p a m e n t o s ”, M a. P.
G a r c ía -B e llid o , M . S. C e n te n o e d s .
AEspA
La moneda hispánica, ciudad y territorio,
I
ΕΡΝΛ
A n e jo s
X IV , 1 9 9 4 , p p . 1 7 9 -1 9 0 .
íl9) H . J . H ildebrand , “D ie R õ m e rla g e r v o n N u m an tia. D a tie ru n g a n h a n d d e r M ü n z fu n d e ”,
MM
20
1 9 7 9 , p p . 2 3 8 -2 7 1 .
(m J .
R u iv o , “M o e d a s d o a c a m p a m e n to ro m a n o r e p u b lic a n o d o s C h o e s d e A lp o m p é ( S a n t a r é m ) ”,
R. M. S. C e n te n o , M a. P . G a r c ía -B e llid o , e d s .,
Anejos AEspA, X X ,
Rutas ciudades y moneda en Hispania,
e e v id e n c ia s m a te r ia is ”, C. P é re z G o n z á le z , E. Illa rre g u i e d s ,
Europa,
II
EPNA,
1 9 9 9 , p p . 1 0 1 -1 1 0 ; C. F abião , “A rq u e o lo g ía m ilita r r o m a n a e n L u sita n ia : te x to s
S e g o v ia , 2 0 0 5 , p. 5 8 -5 9 .
Arqueología militar romana en
145
para gastos m e n o re s en m o n ed a lo cal de b ro n ce , m o n ed a q u e viajaría co n
ello s a lo largo d e sus cam pañas. Los ca so s so n n u m ero so s, b a ste c o n
146
record ar el tantas v e c e s m e n cio n a d o de A zaila(21) d o n d e u n teso rillo q u e se
su p o n e
“b o lsa
de
so ld a d o ” co n tie n e
variadas
m o n ed as
que
ilustran
el
itinerario de su d u eñ o.
D e todas form as, au n q u e se ha rep etid o e n n u m ero sa o ca sio n e s, la “b o lsa
de so ld a d o ” n o es siem p re fácil de delim itar, in clu so habría q u e distinguir
m atices m uy im p ortan tes en tre el num erario q u e p o rtab a u n m e rce n a rio (22), un
so ld ad o o le g io n ario , y el q u e p od ían llevar m andos su p erio res d e la trop a(23).
C on so lo alg u nos eje m p lo s ad vertirem os qu e la casu ística varía b astante de
una zona y d e una é p o c a a otra y q u e cu alq u ier g en era liz a ció n resulta
peligrosa.
Fijam os ah o ra nuestra a te n ció n e n el M ed iterráneo, cru zad o e n frecu e n tes
o ca sio n e s p o r ejé rcito s p e rte n ecien tes a p u eb lo s q u e u tilizaban m on ed a. Si
le em o s a Je n o fo n te (Anab.V I, 4, 8 ) éste nos habla del d e se o d e reg resar co n
d inero q u e m an ten ían los 1 0 .0 0 0 sold ad os g riegos d esp lazad o s a O rien te,
p ero en otro p a so ind ica q u e “algu nos m ercen ario s h a b ía n g u ard ad o la p a g a ”
(.Anab . V, 6, 15), co m o o b serv a F. Q u esad a(24), lo cu al da a e n te n d e r q u e otros
ya se la h ab ían gastado. V em o s p or tanto q u e las m o n ed as persas, a p e sa r de
qu e se co n sid era q u e su b u e n p e so y e x c e le n te calid ad de m etal p re cio s o las
hacían co d icia d a s sus co n tem p o rá n e o s, n o siem pre v ia ja b a n d e reg reso c o n
los m iem bros de los ejé rcito s y, de h ech o , n o so n tan h ab itu ales e n los
teso ro s d e G recia co m o cab ría esp erar(25).
(21)J· Romagosa , “A z a ila : d o s te s o r o s , d o s m e n s a je s ”, Acta Numismática I, 1 9 7 1 .
í22) A c e r c a d e las p a g a s u o tra s c o m p e n s a c io n e s a lo s m e r c e n a r io s , c o n a b u n d a n te b ib lio g r a fía al
r e s p e c to , v é a s e F. Q uesada , cit. e n n o ta 13, 1 9 9 4 , p p . 2 1 4 -2 2 4 ;
(23) Las
d ife r e n c ia s
e x tra o rd in a r io s o
en
las
donativa.
s o ld a d a s
se
m a n te n ía n
ib id . 1 9 9 9 , p p . 2 4 - 2 9 .
ta m b ié n
cuando
se
h a c ía n
r e p a rto s
A sí A p ia n o ( BCiv. 2, 1 0 2 ) m e n c io n a q u e e n u n r e p a r to d e C é s a r a su s
s o ld a d o s , lo s c e n tu r io n e s r e c ib e n e l d o b le d e e s a c a n tid a d y c a d a tr ib u n o d e in fa n te ría y p r e fe c to
d e c a b a lle r ía e l c u á d ru p le .
(24) V é a s e F. Q uesada ,
op. cit.
w ota 13, 1 9 9 4 , p p . 2 2 0 , 2 2 2 .
(25) D e to d o s m o d o s s í s e e n c u e n tr a n te s o ro s d e m o n e d a p e rs a , a lg u n o s c o r r e s p o n d ie n te s al
m o m e n to d e la in v a s ió n . C o n o c id o e s p o r e je m p lo e l d e d á r ic o s h a lla d o e n e l c a n a l d e J e r je s ,
No las a cc io n e s directas de guerra p ero sí los estrag os de la m ism a h an
d ejad o u na hilera d e teso ro s en el norte de África, en las costas eg ip cias,
d ebid os a los g riegos jo n io s q u e huían de la invasión persa de la actual
Turquía.
D e hecho,
las m oned as de M ileto, Egina, E feso y tantas otras
ciud ad es de Jo n ia fu ero n co m p añeras de viaje de los atem orizad os griegos
q u e n av eg ab an h acia o ccid en te b u scan d o refu gio q u ien es, re ca la n d o e n el
norte de África, p erd ieron a v ec es para su d esgracia la vida y el teso ro q u e
p o rtab an (26). D e form a similar, las precipitadas huidas de ricos p e rso n a je s
rom anos a cau sa de p ro scrip cio n es y /o p e rsecu cio n es d el partido op ositor,
d ieron o rig en a q u e traslad asen co n ellos grandes can tid ad es d e num erario,
v ién d o se
co n
frecu e n cia
obligad os
a
atravesar
el
M ed iterráneo.
Los
sangrientos en fren tam ien to s entre m arianos y silanos fu ero n u n o de eso s
m om entos. R eco rd em o s, p o r citar algu no co n re la ció n a H ispania, có m o L.
Licinio Craso, h u y en d o de Rom a, se refugió en la fin ca m alacitan a de su
am igo
C.
Vibius Paciaecus
y,
tras
saq u ear
Malaca ,
n a v eg ó
por
el
M ed iterráneo h asta el norte de África b u sca n d o a sus am ig os sen ato riales
(Plut., Craso, 4 -6 ). Las guerras civiles e n Rom a fu ero n asim ism o o b je to de un
gran m o v im ien to de la m asa m onetaria p e rte n ecien te a cap itales privados
d eb id o a las ayudas y préstam os q u e recib iero n cad a u n o d e los co n trin can tes
p or sus partidarios, e n esp ecia l el ban d o p o m p ey an o , a u n q u e n o siem p re era
p reciso el d esp lazam ien to físico de los ejem p lares m o n etario s(27).
Hay ocasiones en que el camino de vuelta de las monedas ya cobradas
por los mercenarios es evidente. A finales del siglo IV a. C., un buen numero
de cretenses se enroló para intervenir en las contiendas que por entonces
estaban teniendo lugar en el norte de África, en la zona donde se situaba
c e r c a d e la p e n ín s u la b a lc á n ic a , e n e l m o n te A th o s: C. M. K raay ,
Coins,
Archaic and classical Greek
L o n d o n 1 9 7 6 , p. x x v .
(26)
M. P rice , N. W ag go ner , Archaic Greek Silver Coinage: the Asyut Hoard, L o n d re s, 1 9 7 5 . C. M.
K raay , op. cit. n o ta 2 5 , p. 51 .
(27) Así e n e l c a s o d e l p ré s ta m o d e C ic e ró n a P o m p e y o : L. Amela , “C ic e ró n y lo s c is tó fo r o s (C ic.
Att. 2, 6, 2 ; 2, 1 6 , 1 4 y 11, 1, 2 ) ”, Faventia 2 6 , 2, 2 0 0 4 , p p . 9 1 -9 8 ; J . Andreau , Banques et affaires
dans le monde Roman, (IVè siècle av.J. C. Illè ap.J. C.), P aris, 2 0 0 1 .
147
C irene, ciud ad em isora de p o ten tes series de plata. Los salarios co b ra d o s
cruzaron el m ar e n sus b o lsas hasta llegar a Creta y allí se a p ro v e ch a ro n
148
las
piezas
n orte-african as
sien d o
reacu ñad as
esas
m o n ed as
ciren aicas
su p erp o n ién d o le s cu ñ o s de las ciu d ad es-cecas de la isla q u e las co n v ertía n en
m o n ed a cre te n se ya q u e un cierto nú m ero de ellas ha lleg ad o a n u estros
d ías.(28)
P ero co n sid era r siem p re al m ercenario co m o u n a g en te activo e n el
m ovim ien to de las m o n ed as y e n su travesía m ed iterránea, n o es tan claro. Un
caso q u e pod ría so rp ren d er co n o cid a la ab u n d an cia d e m o n ed a q u e a cu ñ an
tanto griegos co m o cartag in eses en el sur de Italia y Sicilia, es el d e los
m ercen ario s
h isp a n os
de
los
qu e
sa b e m o s
por
las
F u en tes
que
eran
con tratad os p o r a m b o s b an d o s en los siglos V -III a. C. Se ha esp e c u la d o c o n
estos co n tin g en te s co n sid erá n d o lo s in clu so ag en tes d e h elen iz a ció n (29), sin
em b arg o ni siqu iera ten em o s testim onios de qu e tra jesen co n sig o la m on ed a
co b rad a ante la au sen cia d e hallazgos c o n rarísim as e x c e p c io n e s . Este tem a
ha sido tratado p o r F. Q u esa d a (30) q u ién ad uce una serie de razo n es qu e
pu d ieran ex p lic a r esa au sen cia. Sin em b arg o el tem a n o está d efinitivam ente
aclarad o p o rq u e otros m ercenario s, p ro ced en tes de diversas zo n as d e Europa
sí p a re ce q u e reg resaro n co n el co n ten id o de sus pag as co m o m u estran los
tesoros de m o n ed a co e tá n e a hallad os(31).
Para el m o vim ien to de la m oned a cartaginesa, p ortada p o r los sold ad os,
su rcan d o el M ed iterráneo, p o d em o s co n sid erar una serie de testim o n io s q u e a
v e ce s resultan d ivergentes. La razón es q u e las circu n stan cias n o so n siem p re
las m ism as y
se
in tercalan
elem e n to s m od ificad ores
seg ú n
el
m o m en to
í28) S. G araffo , “R ic o n ia z io n i e p o litic a m o n e ta ria a C reta : le e m is io n i a r g e n te e d e l V al I s e c o lo
A C ”,
Antichità cretesi, Studi in Onore di Doro Levi
2, C a ta n ia ,
“C o n tr a m a r q u e s e t s u r fra p p e s d a n s l ’A n tiq u ité g r e c q u e ”,
Méthodes,
1 9 7 4 , p p . 5 9 -7 4 ; G . Le R id er,
Numismatique Antique. Problèmes et
1 9 7 5 , p p . 4 6 -4 7 .
(29) A sí d e s d e A. G a r c ía y B e llid o , c ita d o e s te a u to r y d is c u s ió n s o b r e e l te m a e n F. Q uesada , o p .
cit. e n n o ta 13, p. 1 9 2 ss.
(30)
Op. cit.
e n n o ta 13, p. 2 1 6 ss.
01) Y . G arlan ,
Guerre et économie en Grèce Ancienne,
Q uesada , o p . cit. e n n o ta 13, p. 2 1 6 -2 1 7 ) .
P aris, 1 9 8 8 , p . 7 1 ( o b r a n o v ista , cit. p o r F.
p olítico y las co n d icio n e s eco n óm ica s. Y a h em o s m e n cio n a d o có m o los
cartag in eses se v iero n im pelid os a em itir m on ed a al co n ta cto c o n los g riegos
en Sicilia y ante la n ecesid a d de facilitar c o n un num erario p ro p io sus ansias
im perialistas e n esta zon a del M editerráneo. P or estas razo n es, las m o n ed as
em itidas e n C artago d eb ía n atravesar el m ar q u e les sep ara de Sicilia pero,
para m ayor facilidad, el Estado cartaginés tam bién em itió m o n ed a propia en
las zonas conflictivas, evitand o - o m ejor, am inorand o- así u n co n tin u o y
obligad o viaje de las m o n ed as del norte de África a la zo n a siciliana. P or las
m ism as razo n es acu ñ aro n m oned a prim ero en C erd eña y, m ás ad elante, e n la
m ism a P en ínsu la Ibérica.
T an to los largos años de enfrentam ientos co m o el afán d e C artago de
exp lo tar los recu rso s de su in cip ien te im perio, posib ilitaron q u e las m o n ed as
acu ñad as e n el ám bito cartag inés africano, siciliano y sardo, se d esp la z a sen a
través del M ed iterrán eo(32). C on referen cia a la P enínsu la Ib é rica n os d eten
d rem os a co n tin u a ció n e n tres casos de interés.
En é p o c a
recien te, y a través de in fo rm acio n es o b ten id as co n
sum a
p acie n cia y tacto, p ro ced en tes e n parte de c o le c c io n e s p articulares, se ha
co n se g u id o d etectar una serie de piezas cartaginesas em itidas antes de la
II G uerra P ú n ica(33) y en con trad as eu su elo andaluz a u n q u e hasta ahora
h ab ían p e rm an ecid o ig norad as(34). Estos hallazgos han p la n tea d o la cu estió n
° 2) A m p lísim a b ib lio g ra fía p a ra lo q u e p u e d e s e r útil m u y L. I. M A N F R E D I, “P ro d u z io n e e
c ir c o la z io n e d e lle m o n e te p u n ic h e n e l su d deH’Italia e n e lle is o le d e l M e d ite rr á n e o o c c id e n ta le
(S ic ilia
e
S a r d e g n a )”,
en
M a. P.
G a r c ía -B e llid o ,
monetización del Mediterráneo occidental,
A n e jo s
L.
AEspA
C a lle g a rin
ed s,
Los cartagineses y la
X X II, pp. 1 1 -2 2 ; L. Callegarin , F. Z. el
H arrif , “A te lie rs e t é c h a n g e s m o n é ta ire s d a n s le C ircu its du D e tr o it”, ib id ., p p . 2 3 -4 2 .
i33) R. P liego , “S o b r e e l re c lu ta m ie n to d e m e rc e n a rio s tu rd e ta n o s: e l c a m p a m e n to c a rta g in é s d e El
G andul
(A lc a lá
de
G u a d a ira ,
S e v illa )”,
c a rta g in é s d e l s ig lo IV a. C. e n El
Habis
G andul
34,
2003,
pp.
3 9 -5 6 ;
Ib id .
(A lc a lá d e G u a d a ira S e v illa )”,
“U n
RSF
c a m p a m e n to
X X X I, 1, 2 0 0 3 ,
p p . 3 1 -6 7 ; Ib id . “U n n u e v o c o n ju n to m o n e ta i c a rta g in é s p r o c e d e n te d e E l G a n d u l (A lc a lá d e
G u a d a ira , S e v illa )”,
XIIICIN, M adrid, 2 0 0 5 , p p . 5 3 1 -5 3 3 ; E. FE R RE R , “F e n ic io s y c a r ta g in e s e s e n el
El nacimiento de la ciudad. La Cannona Protohistórica, V C o n g re s o
T a r te s s o s p o s t c o lo n ia l”, e n
d e H isto ria d e C a rm o n a , C a r m o n a 2 0 0 5 (e n p re n s a , c o rte s ía d e l a u to r)
C34) E n u n tr a b a jo s o b r e u n te m a sim ilar p u b lic a d o h a c e a ñ o s n o s e c o n o c ía n a ú n , o n o s e h a b ía
te n id o
acceso ,
a
las
m onedas
ú ltim a m e n te
estu d ia d a s:
F.
C haves T ristan , “Los h a lla z g o s
n u m is m á tic o s y e l d e s a r r o llo d e la IIa G u e rra P ú n ic a e n e l Su r d e la P e n ín s u la Ib é ric a ",
Latomus
X L IX , 3, 1 9 9 0 , p p . 6 1 3 -6 2 2 . A ñ o s d e s p u é s C. A LFA RO p u b lic ó s e n d o s a rtíc u lo s e n d o n d e s e a lu d ía
149
del paso, a través del M editerráneo, de la m oned a acu ñ ad a en C artago o en
sus zonas de d om in io h acia la zona sur d e Ib eria(35) e n é p o c a an terior al
150
prim er en fren ta m ien to d irecto entre rom an os y cartag in eses, es decir, a la
prim era G uerra Púnica.
P or el m o m en to los testim on ios pu b licad os m ás n u m ero so s y ev id en tes se
refieren a un y a cim ien to determ inad o, El G andul (A lcalá de G uadaira, Sevilla)
y a la zona de F u en tes d e A ndalucía (S ev illa)(36), au n q u e se está e n esp era de
o b te n e r otros datos q u e am p líen la in form ación g eográfica. D e to d o s m od os,
las p ro p u estas
actu ales
a ce rca
del u so
de este
n um erario
para
reclutar
m ercenario s, se cen tran b ásicam en te e n m on ed as de b ro n c e lo q u e p lan tea
alg u nos p roblem as.
Es cierto qu e las series iniciales, m ás tardías, d e la
prim era c e c a fen icia sur hisp ana qu e em ite m oned a, Gadir, se lim itarían a
p iezas d e b ro n ce , p e ro tam b ién lo es, co m o m ás ad elan te v erem o s, q u e la
finalidad de éstas nada tien e qu e ver co n m ovim ientos bélico s.
La p resen cia d e las m encio n ad as piezas de b ro n ce cartag in és en este
estratég ico
p u n to
su r-p eninsu lar
podría
relacio n arse
co n
un
ce n tro
de
reclu tam ien to d e m ercen ario s in d ígen as(37), p ero no c o n las sold ad as q u e ello s
fueran a recibir. No ten em o s ninguna co n stan cia de q u e los p u eb lo s del
interior utilizaran la m o n ed a e n ese m om en to y los p e q u e ñ o s b ro n ce s no
creem o s qu e h u b ieran resultad o un m etal a ce p ta b le co m o pag o. En to d o
caso, y aparte d e la esp eran za de un sa b ro so b otín a o b te n e r e n u n territorio
de ultram ar — Sicilia — qu e p o r tradición se su p o nía rico, só lo los m etales
a a lg u n a s p ie z a s a n te r io r e s a la s e g u n d a G u e rra P ú n ic a : “La p r o d u c c ió n y c ir c u la c ió n m o n e ta ria
en
Los cartagineses y la
AEspA X X II, p p . 1 0 3 -1 0 4 y “C o n s id e r a c io n e s
la m o n e d a p ú n ic a fo r á n e a y su e n to r n o ”, BMAN 18, p p . 2 1 -6 8 .
trata d e u n a m b ie n te c e r c a n o al río Baetis q u e , d e b id o a u n a s c o n d ic io n e s g e o m o r fo ló g ic a s
e l s u d e s te p e n in s u la r ”, e n M a. P. G a r c ía -B e llid o , L. C a lle g a rin e d s ,
monetización del Mediterráneo occidental,
so b re
í35) S e
A n e jo s
d ife re n te s a las d e h o y , e s ta b a b ie n re la c io n a d o c o n la c o s ta .
t36) V é a s e n o ta 3 3
(37) M u y in te r e s a n te e s la id e a q u e a p u n ta F. Q uesada - o p . cit. n o ta 1 3 , p . 2 0 3 - 2 0 6 - s o b r e la
d is tin c ió n e n tr e p u e r to s d e e m b a r q u e y c e n tr o s d e re c lu ta m ie n to , c o n tr o la d o s é s to s ú ltim o s c o n
fr e c u e n c ia p o r lo s m is m o s in d íg e n a s . A sim ism o h a y q u e r e fle x io n a r s o b r e la h ip ó te s is d e E.
F errer - o p . cit. e n n o ta 3 3 - a c e r c a d e u n e p is o d io b é lic o q u e ju s tifiq u e la p o s ib le p r e s e n c ia d e
e le m e n to s c a r ta g in e s e s e n t o m o a
Carmo.
p re cio so s acu ñ ad o s, su scep tib les de ser fundidos a la vuelta, p o d ían atraer la
a te n ció n y /o co d icia de los voluntarios d isp uestos a en rolarse. A dem ás, co n
re sp ecto a Sicilia, sa b e m o s por las F u en tes(38) q u e los g o b e rn a n te s g riegos se
v ieron e n o ca sio n e s o b lig ad o s a fundir los teso ro s de alg u nos tem p los para
co n segu ir m etales n o b le s y acu ñar m on ed a c o n q u e pag ar a los m ercenario s.
A sim ism o es in teresan te u n p asaje de Livio (X X X , 2 1 ,3 ), au n q u e p e rte n e c e a
un m o m en to posterior, d on d e se d ice q u e en 2 03 a.C, los cartag in eses
enviaron
a
Sag unto
oficiales
en carg ad os
de
reclutar
m e rce n a rio s
co n
250 libras d e o ro y 8 0 0 de plata(39).
Sin em b arg o es ev id en te qu e la m on ed a de b ro n ce d eb ía cu m p lir una
fu n ció n in teresan te, co m p lem en taria a las de m etales n o b les, au n q u e e n esta
ép o ca inicial n o la co n o ce m o s c o n p recisió n y seg u ram en te se lim itaba a
círcu los o a fu n cio n es co n cretas. R esp ecto al ca so h isp an o arriba m e n cio n a d o
nos p regu n tam o s si pod ía ser transportada p o r los reclu tad o res fo rá n eo s y
utilizada para c o m p en sa r algu nos servicios q u e se nos esc a p a n p e ro q u e
habrían co n trib u id o a q u e, p o co a p o co , su a p re cio se ex ten d iera h acia el
interior al m e n o s en cierto s am bientes. Sí es claro q u e d urante la seg u nd a
guerra p ú n ica la m o n ed a d e b ro n ce lleg ó a d ese m p eñ a r ju n to a las em isio n es
de plata un p ap el im portante a juzgar p o r el gran v o lu m en de las em ision es
prod ucid as. In clu so se p u ed e h ablar de una su puesta “b o lsa de so ld a d o ”,
co m p u esta p o r p iezas d e b ro n ce , q u e se halló e n las e x c a v a cio n e s d e la T orre
de
D oñ a
B la n c a
(P u erto
de
Santa
María,
Cádiz),
ju n to
a
la
m uralla
d efen siv a(40).
P ero v eam o s un seg u n d o dato: en el pu erto de M elilla, antigua Russadir,
las lab ores d e d ragado de d ich o puerto, en los añ o s 1953 y 1981, ex h u m a ro n
(38) v é a s e F. Q uesada , cit. e n n o ta 13, 1 9 9 4 , p. 2 0 7 y 1 9 9 9 , p· 2 7 , d o n d e s e r e c o g e n a lg u n a s cita s .
G9) E s to e s , 81 K g r. d e o r o q u e , s u p o n ie n d o q u e s e m a n tu v ie s e u n p e s o d e 7 ’6 0 grs. La u n id a d ,
v e n ía n a s e r 1 0 .6 5 8
p ie z a s d e m o n e d a s , y 2 6 0 K gr. d e p la ta q u e e q u iv a lía n a 3 6 .1 1 2 s h e k e l,
c o n t e n ie n d o la u n id a d a r g é n te a
7 ’2 0 g rs., si s e g u im o s la m e tr o lo g ía p r o p u e s ta p o r L. V illaronga ,
Las monedas hispano-cartaginesas,
B a r c e lo n a , 1 9 7 3 , p p . 9 5 -1 0 7 .
í4()) C. A lfaro , C. Marcos , “T e s o r illo d e m o n e d a c a rta g in e s a d e La T o r r e d e D o ñ a B la n c a (P u e r to
d e S a n ta M aría, C á d iz )”,
AEspA
6 7 , 1 9 9 4 , p p . 2 2 9 -2 4 4 .
151
un en o rm e ca rg am en to de m oned as em itidas en la c e c a d e C artago q u e
p ro ced ían de u n b a rco q u e tuvo la m ala fortuna d e naufragar a fin ales del
152
siglo III a.C. co n — al p a re ce r(41) — m iles de m o n ed as entre las q u e h abía
ejem p lares d e e le c tro n p ero en esp ecia l una gran cantid ad d e p iezas de
b ro n ce . Las m o n ed a s ib an viajand o e n un b arco q u e sin duda h ab ía salido de
C artago co n m o n ed a s prod ucid as e n su ce ca , y se dirigía c reem o s q u e a la
P enínsula Ib é rica au n q u e n o ten em o s seguridad de ello, p e ro es la ruta m ás
p ro b ab le.
En este ca so p a re ce razo n ab le su p o n er q u e esas m o n ed as se
h u b ieran d estin ad o a g astos relacio n ad os co n el e jé rcito si b ie n n o tien e n
n ecesariam en te q u e ser las piezas de b ro n ce la paga d e los m ercen a rio s sino
un co m p le m e n to de ésta q u e facilitase el cam b io y los gastos m en o res.
Un
te rcer
dato
nos
su m e
en
un
terreno
co n trad ictorio:
las
fuertes
em ision es q u e los bárcid as realizaron en H ispania co n la plata o b ten id a de
sus m inas(42)43, em isio n es q u e nad ie duda sirvieron para fin an ciar sus ejército s
durante la seg u nd a G uerra Púnica, se qu ed an en H ispania y ap en as se
en cu en tra n e n Italia o e n el norte de África a p esar de la p re sen cia de los
ejército s q u e A níbal d esp lazó de la Península Ib érica a Italia. C iertam ente hay
un p aso d e P o lib io (III, 35, 6 ) d on d e se m e n cio n a q u e A níbal lice n ció an tes
de cru zar los A lpes a un b u en n ú m ero de so ld a d o s43, p e ro tam b ién es
ev id en te
que
en
las
F u en tes
se
m en cio n a
a
otros
m u ch o s
sold ad os
p ro ced en tes de la P enínsu la Ib érica qu e participaron e n batallas cru ciales
(41) N o tic ia s d e las p e r s o n a s q u e c o n o c ie r o n e s te h a lla z g o h a b la n d e e n o r m e c a n tid a d d e p ie z a s
q u e e n g ra n n ú m e r o d e s a p a r e c ie r o n e n m u c h a s m a n o s . U n lo te p e r m a n e c ió e n e l A y u n ta m ie n to
d e M elilla, lo te c o n p o c o e le c tr o n y b a s ta n te b r o n c e d e tip o s m u y r e p e tid o s , q u e e n la a ctu a lid a d
te n e m o s e n e s tu d io tras h a b é r s e n o s e n c a r g a d o e n su m o m e n to p o r e l M in is te rio d e C u ltu ra
E s p a ñ o l y c a ta lo g a r e l m a te ria l e n la p ro p ia M elilla. O tro c o n ju n to d e m o n e d a s fu e a p a ra r a u n a
c o le c c i ó n
p a rtic u la r
de
M ad rid
y
pudo
ser
p u b lic a d o
por
c a r ta g in e s a s p r o c e d e n te s d e l d ra g a d o d e l p u e rto d e M e lilla ”,
C.
A lfaro : “L o te
Numisma
232,
de
m onedas
1 9 9 3 , p p . 9 -4 6 .
D u ra n te e s te m is m o C o n g r e s o h e m o s te n id o c o n s o rp re s a n o tic ia d e q u e ta m b ié n M. M artín
B u e n o h a b ía r e c o g id o e n su d ía e l m a te ria l m e lille n s e , a lg o to ta lm e n te ig n o ra d o p o r n o s o tr o s .
E s p e ra m o s q u e p u e d a c o o r d in a r s e la p u b lic a c ió n a d e cu a d a .
(42) U n a s e r ie d e a n á lis is s o b r e e s ta s p ie z a s e n G . Sejas del P iñal, “C o n s id e r a c io n e s s o b r e la
p o lític a m o n e ta ria b á rq u id a a p artir d e l an á lisis d e su s m o n e d a s d e p la ta ”,
p p . 1 1 1 -1 3 6 .
(43) Cit. e n n o ta 1 3 , 1 9 9 4 , p. 2 2 0 .
RSF
X X I, 1, 1 9 9 3 ,
co m o M etauro, G rand es Llanuras etc. (Livio, X X I, 11, 33; XX IV , 42, 6). Si
las m o n ed as em itidas e n H ispania por los cartag in eses n o les aco m p a ñ a ro n
¿se
q u ed aro n
en
la
P enínsula
Ib érica
? ¿fueron
fundidas
al
a ca b a r
la
contienda?
Esta serie de ejem p lo s, a p aren tem en te contrad ictorios, se v u elv en a repetir
a lo largo d el d om inio rom an o del M editerráneo afectan d o c o n frecu e n cia a
nuestra P en ínsu la Ibérica. Traem os a co la ció n so lo dos eje m p lo s relacio n ad os
co n el m ov im ien to de la m o n ed a a cau sa de la guerra. U no se refiere al tem a,
tantas v e c e s rep etid o, de la au sen cia en Italia de m o n ed a de plata prod ucid a
en H ispania, el cé le b re “d enario ib é ric o ”, a p esar de las reiterad as m e n c io n e s
de las F u en tes q u e lleg an a evaluar la cantidad de dinero qu e los g en era les
v ictoriosos llevaron al Erario rom an o e n sus triunfos(44)45. Las e x p lic a cio n e s de
los au tores q u e h an tratado el tem a so n diversas, d esd e la fu n d ició n e n Rom a
de dichas m o n ed as a la au sen cia de em ision es de d en arios ib érico s e n e se
m o m en to inicial de la conqu ista. P rescin d ien d o de éstos, e n esa m asa, q u e las
F u en tes citan c o n el eq u ív o co no m b re de argentum oscense, d eb ía inclu irse
ad em ás d e la m o n ed a cartag inesa qu e aún q u ed ase, la plata em p oritan a y las
im itacion es d e la m ism a q u e habían em itido los p u eb lo s ib érico s así co m o las
dracm as d e la costa levantina, b ásicam ente de A rséA^. Nada de ello se
en cu en tra e n Italia. ¿Es p o sib le qu e tod o fu ese fundido?
No d eja tam p o co de so rp ren d er co m o las em ision es ya m en cio n a d a s q u e
durante la guerra sertoriana sab em os q u e se perm itió al có n su l A nnio em itir
en su elo h isp an o para h a ce r frente a las n ecesid a d es m ás p eren torias de la
guerra, se a n p o c o frecu e n tes en la propia Península m ientras q u e otras series
( 44) E. G arcía Riaza , “La fin a n c ia c ió n d e lo s e jé r c ito s e n é p o c a r o m a n o -r e p u b lic a n a ”,
exércits,
Moneda i
III C u rs d ’H istò ria M o n è ta ria d ’H isp á n ia , B a r c e lo n a , 1 9 9 9 , p p . 3 9 -5 8 ; Id. “E s p e c ie , m eta l,
m o n e d a : c o n s id e r a c io n e s e n to r n o a la c u a n tific a c ió n d e las e x a c c io n e s ro m a n a s e n H isp a n ia
r e p u b lic a n a ”, II
EPNA, Anejos AEspA
X X , 1 9 9 9 , p p . 3 9 -4 6 .
(45) D e b e a d e m á s te n e r s e e n c u e n ta ta n to las n o v e d a d e s c o m o e l a lz a c r o n o ló g ic a d e e s ta c e c a
q u e s e re fle ja e n e l e s tu d io r e c ie n te d e P . P. Ripollés , M. M. Lloréns ,
monetaria de la ciudad y de su territorio,
V a le n c ia , 2 0 0 2 .
Arse-Saguntum Historia
153
sin duda producidas en la ceca de Roma, en circunstancias diferentes y por
motivos diversos, parecen llegar con más facilidad(46).
154
De todas formas es innegable que la moneda se movía con el ejército o,
dicho de otra manera, el ejército necesitaba moneda para moverse, como las
numerosas emisiones realizadas en campaña durante las guerras civiles (I y II
triunviratos) de Roma lo demuestran(47). De hecho en estos casos y también
en muchos otros, hay series monetales que están concebidas expresamente
para mantener a las tropas como por ejemplo a las legionarias de Antonio,
tropas que están en continuo desplazamiento y que de una u otra forma
acabarán arrastrando con ellas las monedas. Aparte de los salarios, de los
cuales ya vimos que se discute si se recibían siempre en plena campaña o a la
vuelta, es interesante contar con los premios o d on ativ a que los generales
repartían para tener satisfecha a la tropa(48). Es asimismo bien sabido que
hubo emisiones e incluso cecas cuya producción se destinó específica y
directamente al abastecimiento del ejército y que algunos hallazgos se
interpretan como “cajas militares”. Así explica ciertos conjuntos de tesoros
sicilianos Ma A. Puglisi(49) y también se ha dado la misma interpretación al
contenido del supuesto barco de Melilla.
Pero todo esto no es razón suficiente para atribuir a los ejércitos un papel
que a veces se ha querido considerar casi exclusivo en el transporte y
movimiento de la moneda. Otros agentes estuvieron sin duda implicados en
los desplazamientos de las piezas monetales y éstos nada tenían que ver ni
(46) F. C haves T ristan : “R itro v a m e n ti m o n e ta li in S p a g n a : p ro b le m i d i in te r p r e ta z io n e ”, C o n g re s s o
I n te r n a z io n a le a c u ra d i G . G o rin i.
“Ritrovamenti monetali nel mondo antico: problemi e metodi”,
P a d o v a 2 0 0 2 , p p . 2 0 3 -2 2 1 .
(47) F. C haves T ristan , o p . cit. e n n o ta 1 6 , p p . 2 0 7 -2 4 5 .
(48) M u ltip le s m e n c io n e s e n las F u e n te s . J . M U Ñ IZ ,
República y Alto Imperio,
El sistema fiscal en la Hispania romana.
Z a ra g o z a 1 9 8 2 .
(49) Ma. A. P uglisi, “D is trib u z io n i e fu n z io n i d e lla m o n e ta b r o n c e a in S icilia d a lla fin i d a l V s e c . a.
C. a ll’e tà e lle n is tic a ”,
XIIICIN,
M ad rid 2 0 0 5 , p. 2 9 0 y n o ta 3 3 .
S u p o n e c a ja s m ilita re s d e s tin a d a s a
p r o p o r c io n a r a lo s s o ld a d o s y / o le g io n a rio s m o n e d a d e c a m b io . N o o b s ta n te s e h a b la a q u í d e l
sig lo III a. C. e n lu g a re s d o n d e la p la ta e s m o n e d a b ie n c o n o c id a , e n la c u a l s e c o b r a y c irc u la
c o n flu id e z , p o r lo ta n to n o p o d e m o s e x tr a p o la r e s to al in te rio r d e la Ib e r ia d e l s ig lo IV a .C . si
p e n s a m o s a p lic a r lo a E l G a n d u l.
con la guerra ni directamente con las necesidades ligadas a ella. Hay un fuerte
volumen de piezas que viajaron en la bolsa de sus portadores sólo por
motivos económicos diversos y en un número que cada vez parece mayor de
lo que hasta ahora se había supuesto. Es preciso repetir lo que ya decíamos
antes, no se puede generalizar pensando que el fenómeno sea igual en todas
las zonas del Mediterráneo ni en todos los momentos de la Antigüedad, pero
sí hay claros testimonios de este movimiento de numerario por mar y tierra en
manos de comerciantes y en pos de mercados y tratos.
El hecho de que el crédito fuera prácticamente inexistente en el mundo
antiguo produjo un fuerte movimiento de la plata romana, en especial el
denario, durante varios siglos(50). Pero también ciertos testimonios nos llevan a
pensar que las monedas, al menos en ciertos ambientes, se movieron en este
sentido con soltura mucho tiempo antes y lo hicieron desligadas de una
finalidad militar. El tantas veces analizado plomo de Pech Maho(51) muestra un
acuerdo comercial, fechado ya en el siglo VI a.C., en cuya realización
interviene el intercambio de monedas. En definitiva se estaba tratando en él
de comercio entre dos orillas -gala e hispana- del Mediterráneo. La misma
línea es la que explica la puesta en marcha de las cecas de M assalia y
Em porion. El célebre tesoro de Auriol(52), donde recientemente Villaronga ha
demostrado la presencia de moneda anepígrafa emporitana(53), así como otros
tesoros y hallazgos esporádicos de monedas emitidas en una zona y
t50) G .
C hic , “M a rc o A u re lio y C ó m o d o . El h u n d im ie n to d e u n s is te m a e c o n ó m i c o ”, e n
H e r n á n d e z G u e rr a e d .,
La Híspanla de los Antoninos (98-100),
H isto ria A n tig u a, V a lla d o lid 2 0 0 4 , p p . 5 6 8 -5 7 1 . S o b r e e s te te m a v é a s e J . A N D R E A U ,
affaires dans le monde Romain, (IVè siècle av. J. C. Illè ap. J. C.),
economía en la Antigüedad, M ad rid 1 9 7 4 .
L.
II C o n g r e s o In te r n a c io n a l d e
Banques et
La
P a ris, 2 0 0 1 ; Μ. I. FIN L E Y ,
(51) M. Lejeun e , J . P o uillo ux , Y . So lier , “E tru s q u e e t io n ie n A rc h a ïq u e s su r le p lo m b d e P e c h M a h o
RevArch. de Narbonnaise 2 1 , 1 9 8 8 , p p . 1 9 -5 9 ; M. P. G arcía-B ellido , “El p lo m o d e P e c h Acta Numismática 2 0 , 1 9 9 0 , p p . 1 5 -1 8 .
(52) A. E. F ürtwangler , Monnaies grecques en Gaule. Le trésor dAuriol et le monnayage de
Massalia 525/520 - 460 a. C., F rib u rg , 1 9 7 8 .
(A u d e )”,
M a h ó ”,
í53) L. V illaronga , “L’e m is s ió e m p o rita n a a n d c a p d e b e i re v e r s d e c re u p u n te ja d a d e la s e g o n a
m e ita t d e l s e g le V a. C .”,
Acta Numismática
Acta Numismática
3 3 , 2 0 0 3 , p p . 1 5 -4 6 .
2 5 , 1 9 9 5 , p p . 1 7 - 3 4 ; ib id . “La tr a b a lla d e l ’E m p o r d à ”,
155
aparecidas en la otra desde finales del siglo VI a.C. al III a.C.(54), no pueden
explicarse convincentemente por ninguna necesidad bélica. Tanto hallazgos
156
aislados como ocultaciones hablan de unas monedas que atraviesan con sus
portadores el mar que separa ambas orillas -gala e hispana- para solventar
unos intereses económicos que nada tienen que ver con la guerra.
Un problema interesante pero no sencillo, tratado en repetidas ocasiones
desde puntos de vista diversos, es el de la plata romana, el denario, que se
desplaza cruzando el Mediterráneo de Roma a Hispania. ¿Entraban las
monedas básicamente con el ejército y volvían a Roma mediante el pago de
impuestos?(55) Esta es una de las varias teorías que se han apuntado, pero las
idas y venidas del material monetario hay que analizarlas no sólo desde una
perspectiva financiera/económica teórica, sino conjugando la composición de
los hallazgos, los lugares de los mismos, los valores encontrados y su
frecuencia y, por supuesto, las condiciones políticas, sociales y económicas de
cada zona y momento. Como en este espacio no podemos entrar a fondo en
el tema exponemos tan sólo algunos puntos a tener en cuenta.
A lo largo de la II Guerra Púnica y durante su desarrollo en la Península
Ibérica es sabido que en Roma circulaban los didracmas que conocemos
como cuadrigatos. En lo que respecta al denario, aunque no está cerrada la
polémica sobre la fecha exacta de su creación, tanto si consideramos la
í54) M. Cam po , “Las m o n e d a s d e lo s te s o r o s d e P o n t d e M o lin s, T a r r a g o n a y R o s a s d e l G a b in e t
N u m ism a tic d e C a ta lu n y a ”,
Studi per Laura Breglia, Boll. Num.
I, 4 , 1 9 8 7 , ρ ρ .
“C irc u la c ió n d e m o n e d a s m a s s a lio ta s e n la P e n ín s u la Ib é r ic a (s ig lo s V -IV a. C .) ”,
au docteur J.-B. Colbert de Beaulieu ,
P aris 1 9 8 7 , p p . 1 7 5 -1 8 8 ; M. C ampo , A. Sanmartí, “N u e v o s
d a to s p a ra la c r o n o lo g ía d e la m o n e d a fra c c io n a ria d e
1 9 2 6 ) ”,
Huelva Arqueológica
1 3 9 -1 6 0 ; ibid .
Mélanges offerts
Emporion
(R e v is ió n d e l te s o r o N e a p o lis
X III, 2, 1 9 9 4 , p p . 1 5 1 -1 7 2 ; P. P. R IP O L L É S, “Las m o n e d a s d e l te s o r o
Acta Numismática 1 5 , 1 9 8 5 , p p . 4 7 - 6 4 ; ib id . “El te s o r o
Saguntum 2 7 , 1 9 9 4 , p p . 1 3 7 -1 3 1 ; L. V illaronga, “Im ita c io n s g à l-liq u e d e le s d r a c m e s
d e Rhode i Emporion ”, Acta Numismática l 6 , 1 9 8 6 , p p . 2 1 -5 2 ; ib id . “L es ra p p o rts n u m is m a tiq u e s
e n tr e Massalia e t Emporion ”, Quad. Tic. TVAC X X , 1 9 9 1 , p p .8 5 -9 2 ; ib id . “T ip u s m a s s a lio te s a les
m o n e d e s fr a c c io n à r ie s tr o b a d e s a C a ta lu n y a ”, Acta Numismática 2 4 , 1 9 9 4 , p p . 3 1 - 4 8 ; ib id .. “À
p r o p o s d e l m o n e d e s m a s s a lio te s in é d ite s tr o u v é e s e n C a ta lo g n e ”, Cahiers Numismatiques 1 2 9 ,
1996, p p . 7 - 10; ib id . “L es m o n e d e s à la c r o ix tr o b a d e s a la p e n ín s u la I b è r ic a ”, Acta Numismática
d e M o re lla c o n s e r v a d a s e n la B N d e P a rís ”,
d e R o s a s ”,
3 0 , 2 0 0 0 , p p . 1 9 -3 2 ; ib id , c it e n n o ta 53.
í55) M. C raw fo rd , “T h e fin a n tia l o rg a n iz a tio n o f r e p u b lic a n S p a in ”,
NC
1 9 6 9 , p p . 7 9 -9 0 ; E. lo
Cascio , “S p e s a m ilita re , s p e s a d e llo s ta to e v o lu m e d e lle e m is io n i”, AIIN 2 9 , 1 9 8 2 , p p . 7 5 -9 7 .
propuesta por Crawford de 211 a.c. csGl como la más reciente tendencia de la
bibliograffaCS7l que sitúa su creación en 218 a.e., nos encontramos que
también los denarios existían prácticamente ai inicio de la intervención directa
de Roma en Iberia . Resulta por tanto esperable que esa plata romana
estuviese presente en Hispania a través de las soldadas dei ejército. Sin
embargo muy pocos cuadrigatos han sobrevivido en circulación en nuestra
Península y las series de denarios iniciales son asimismo muy escasascssJ en las
tesaurizaciones posteriores o en hallazgos aislados.
Naturalmente hay ciertas explicaciones pero que
no
nos
resultan
suficientemente satisfactorias. La más convincente es que, según Crawfordcs9l,
los soldados romanos no cobraron en plata hasta el 150 a. C. Sin embargo es
muy difícil admitir desde un punto de vista
lógico, que los mandos
superiores e incluso intermedios, en una confrontación donde e! ejército
enemigo manejaba profusamente la plataC6ol, no requiriesen moneda de este
metal. Las Fuentes nos refieren cómo en un principio Escipión solicitaba con
urgencia e! auxilio económico dei Senado para mantener la guerra (Liv. XXIII,
48,4-5), auxilio que en esos mome ntos se pudo paliar por la intervención de
las societates publicanorum y que, ai parecer, más adelante los generales en
<561 M. CRAWFORD, Roma n Republican Coinage, Cambridge, 1974, p. 28 ss.
<571 R. M. NICOLAI, La circolazione dei denario republicano nella peninsola italica .fino alia metà
dei li seco/o a. C., Roma 2004, e n la página web de la Università Ro ma 2, www.monetaecivilta.it
5
F. CHAVES TRISTAN, Tesoros en el Surde Hispania. Conjuntos de denarios y objetos de plata
d urante los siglas I! y l a.C., Sevilla, 1996, pp. 494-496, 547.
591
< Jdea ya expuesta en por é l en op. cit. e n no ta 56 y en la que insiste e n Coinage and Money
Under the Roman Repuhlic, Cambridge 1985, p. 97. Po r ello justifica, segú n su op inió n y aunque
anos a ntes o pinase ele o tra mane ra, el inicio dei de nario ibé rico e n esa fecha , pe nsando que con
él Roma pagaría a su s tropas, teoría discu tida y con abundante bibliografia que no pode mos
incluir e n este espacio, pero véase ai respecto M. A. AGUILAR, T. NACO, "Fiscalidad romana y
la aparició n de la moneda ibérica. Apuntes para una discusión. !. Periodo inte rprovincial
(206-195 a. C.)", Anejos AEspA XIV, 1995, pp. 281-288; A. BELTRÁN, "De nuevo sobre el origen y
la función dei denario ibérico" e n La moneda en la societat iberica, II Curs cl 'Histària Monetà ria
d 'Hispània, Barcelona 1998, pp. 101-117; M'. P. GARCÍA-BELLIDO, "Origen y fun ció n de i clenario
ibé rico", Sprachen und Insri.fchtendes Antiken Mittelmeerraums. Festschrift .für fürg en Untermann
zum 65. Geburtstag, Innsbruck 1993, pp. 97-123.
<6m L. VILLARONGA, "La mo nnaie d 'argent e n Espagne de l'arrivée des romains jusqu 'à la mo itié du
Ile siecle av. ]. C.", Ry thmes de la production monétaire de l'Antiquité à nos jours, Louvain-la-Neuve, 1987, pp. 99-117.
<• '
157
cam p añ a co n sig u ie ro n solven tar in situ (Liv. X X X IV , 9, 12; id. XL, 35, 4).
A sim ism o se ha d ich o q u e la so lu ció n p asó por el u so d e la c e c a d e la aliada
158
Em poñon , su gran sum inistradora de dracm as(6l) para los g rand es g astos
b élico s, y p or los b o tin es y m ultas o e x a c cio n e s c o n q u e g rav ab an (62) a los
ind ígenas anti-rom anos.
P ero
es
difícil
adm itir qu e
en
12
años
de
guerra
con tin u ad a
y
el
co n sig u ien te d esp lazam ien to de nu m erosas leg io n es n o h u b ie se n ecesita d o
m over c o n sig o d in ero rom an o en plata, m ás si te n em o s e n cu en ta q u e la
co n qu ista, y p o r tanto el ejército, segu irían actu an d o co n tin u a m en te e n el
su elo de Iberia. P or últim o, la p ropu esta de qu e R om a em itió ciertas m o n ed as
en H ispania co m o d o b les y m edios victoriatos etc. para cu brir los g astos d e la
guerra co n los ca rta g in eses(63) se basa e n tan escasísim o s y a v e c e s d u d osos
ejem p lares, q u e su v o lu m en de em isión no serviría m ás q u e para u na m ínim a
p arcela d e g astos o para solven tar una situación m uy puntual.
Más ad elan te, la reiterada y m asiva p resen cia de las le g io n es d urante las
largas co n tien d a s c o n ce ltíb e ro s y lusitanos, en una é p o c a e n q u e ya sí q u e
co b ra b a n
en
d en arios
los
soldados,
al m enos
ap a re n te m en te ,
d eja
una
p resen cia m ás a p re cia b le de m oned as acu ñad as p o r en to n ce s q u e p erm a
n e c e n circu lan d o e n H ispania.
P ero es sin duda el últim o cu arto d el siglo II
a. C. el q u e refleja una fuerte entrada de num erario a rg én teo em itid o eso s
añ o s(64)65* y los in m ed iatam en te anteriores. La densa c o n c e n tra ció n d e teso ro s
co n d enarios p rod u cid o s en la ce ca de Rom a e n las zonas d e rico s recu rsos,
e n esp ec ia l d e las m inas de la ca b ece ra del Baetis, nos han h e c h o p e n sa r q u e
esas m o n ed as e sta b a n viajand o, de las costas itálicas a las h isp anas, e n las
(61) L. V illaronga , “U s o d e la c e c a d e
Empoñon
p o r lo s ro m a n o s p a ra c u b r ir su s n e c e s id a d e s
fin a n c ie r a s e n la P e n ín s u la Ib é r ic a d u ra n te la II G u e rra P ú n ic a ”,
Boll, di Num.
4,
Studi per Laura Breglia
I, s u p p l.
1 9 8 7 , p p . 2 1 9 -2 1 4 .
(62) T . ÑACO, “La p r e s ió n fis c a l ro m a n a d u ra n te las p rim e ra s d é c a d a s d e la c o n q u is t a d e H is p a n ia
(2 1 8 - 1 7 1 a. C .): u n m o d e lo a d e b a te ”,
Studia Históñca
17, 1 9 9 9 , p p . 3 2 1 - 3 6 9 , e n e s p e c ia l 3 6 7 ss.;
T . Ñaco , A. P rieto cit. e n n o ta 1 3 , p p . 1 9 3 -2 2 0 , e n e s p e c ia l 2 1 4 ss.
(65)
jyp p G arcía-B ellido , “La m o n e d a h is p á n ic a e n lo s h o riz o n te s b é lic o s p e n in s u la r e s ”, E. P é re z
G o n z á le z , E. Illa rre g u i e d s .,
í64) F. C haves ,
op. cit.
Arqueología militar romana en Europa,
n o ta 58, p p . 5 4 7 -5 6 0 .
S e g o v ia 2 0 0 5 , p p . 3 1 -3 3 .
b o lsas de los n e g o cia n te s(65) y no exclu siv am en te de los sold ad os. En la
actualidad estu d iam os si u n fen ó m en o sim ilar p u d o ocurrir e n Lusitania d esd e
el final del prim er tercio del siglo I a. C. hasta los in icios del Im p erio, d on d e
se han h allad o n u m ero so s tesoros, sigu iend o c o n esto la id ea q u e ya e x p u so
A larcao(66) C iertam ente h u b o m ovim iento de tropas en la zon a lusitana - c o s a
qu e ya n o era nu eva- p e ro tam bién se e m p ez a b a n a ex p lo ta r cad a v ez en
m ayor esca la sus recu rsos eco n ó m ico s.
Si la plata v iajaba e n m an os de aqu ellos q u e la u tilizaban para agilizar sus
n eg o cio s, la m o n ed a fraccio n aria cruzaba tam b ién las aguas del M ed iterráneo
au nq u e d e form a a p aren tem en te m ás reducida. La razón es q u e el b ro n c e no
m an tien e u n v alor in trín seco tan evid ente co m o la plata y, fuera d e su zona
de em isión era m en o s ap reciad o q u ed an d o co m o m o n ed a “de b o lsillo ”, útil
tan só lo e n p e q u e ñ a s tran saccio n es. Sin em b arg o es p o sib le q u e esta visión,
q u e reviste al b ro n c e de un carácter secu nd ario, n o sea tan ad ecu ad a a la
realidad. Es habitual fijar nuestra a ten ció n e n los relativam ente ab u n d an tes
tesoros de m etales p re cio so s sin pararnos a p en sar q u e si cierta m en te fue la
m o n ed a de plata la q u e se tesaurizó co n m ás interés p o r el valor su p erio r del
m etal co n ten id o , d eb e m o s tam bién advertir q u e los hallazgos esp o rá d ico s de
b ro n ce s re p u b lica n o s(67), e inclu so de algunos esco n d rijo s(68), nos m uestran
q u e esta m o n ed a fraccio n aria tam bién atravesó el M editerráneo co n asiduidad.
f65) Ib id , y F . C haves T ristan, P. O tero
Moran , “Los h a lla z g o s m ó n d a l e s ”, J . M. B lá z q u e z , C.
D o m e rg u e , P . S illiè re s ,
La mine et le village minière antique de La Loba (Fuenteobejuna, province
de Cordoube, Espagne,
A u s o n iu s M é m o ire s 7, B o r d e a u x 2 0 0 2 , p p . 1 6 1 -2 3 0 .
<66) J . d e A larcâo , “O c o n t e x t o h is tó ric o d o s te s o u ro s re p u b lic a n o s r o m a n o s e m P o r tu g a l”, e n
R. M. S. C e n te n o , M a. P. G a r c ía -B e llid o , G . M o ra, e d s .,
Anejos AEspA XX,
Rutas, ciudades y moneda en Hispania,
1 9 9 7 , p. 3.
í67) U n a r e c o p ila c ió n n o e x h a u s tiv a y c o r r e s p o n d ie n te s ó lo a u n a z o n a d e la P e n ín s u la Ib é ric a ,
p e r o q u e d a u n a id e a d e su e x p a n s ió n e n
d'en Cintes (Mahón, Menorca),
A. A révalo , C. Marcos ,
El depósito monetai de Torello
B a r c e lo n a 1 9 9 8 , p p . 4 3 -7 4 .
(68) F. C haves T ristan : " C o n s id e r a c io n e s s o b r e lo s te s o rillo s d e m o n e d a s d e b r o n c e e n H isp a n ia .
R e p ú b lic a
e
Numismática
in ic io s
del
Im p e r io
ro m a n o .
Il",
Homenatge al Dr. Leandre Villaronga Acta
2 1 -2 2 - 2 3 B a r c e lo n a , 1 9 9 1 -1 9 9 2 - 1 9 9 3 , p p . 2 6 7 -2 8 4 .
159
En el interior de la propia Península Ibérica la relación entre ciudades o
zonas por motivos económicos aparece reflejada en el fenómeno monetario
160
de forma bastante clara. Obsérvese el caso de las piezas de O bulco
reacuñadas en Á cin ipo(69\ o las de Ilipa que se encuentran desplazadas hacia
la zona de minas extremeña69(70), e incluso la reiterada presencia en Castulo de
monedas emitidas en una alejada ceca de la Citerior, hese, contramarcadas
y sin duda relacionadas con las minas(71), tema que necesita un estudio
detenido.
En cambio la moneda de bronce hispana viajó poco hacia Italia aunque
conocemos casos interesantes como el de las piezas ebusitanas que se han
encontrado en un número apreciable en Pompeya(72), detectadas también
recientemente en otras zonas de Campania donde incluso llegan a ser
imitadas(73). Pero sin duda los ejemplos más notables de las monedas de la
Península Ibérica desplazadas a través del Mediterráneo son las monedas
locales hispanas que han aparecido en el Norte de África(74)75. La representación
más abundante con mucha diferencia pertenece a Gadir, seguida de C arteia y
M alaca aunque se detecta la presencia minoritaria de varias cecas más. La
reiterada aparición de estas piezas frente a la menor -aunque también
existente- de las africanas en las costas de IberiaC75)- nos plantea una
(69) B . Mora , “R e a c u ñ a c io n e s d e la c e c a d e
-
Acinipo", Acta Numismática
1 7 -1 8 , 1 9 8 7 -8 8 , p p . 8 9 -
100 .
í7()) A. A révalo , “La d is p e r s ió n d e las m o n e d a s d e
Ilipa Magna ”,
IX
CNN,
E lc h e 1 9 9 4 , p p . 3 9 -4 8 .
í71) Ma. P. G arcía-B ellido , “N u e v o s d o c u m e n to s s o b r e m in e ría y a g ric u ltu ra e n H is p a n ia ”, AEspA
1 5 3 -1 5 4 , 1 9 8 6 , p p . 1 3 -4 6 .
(72) A. Stazio , “R a p p o rti tra P o m p e i e d
AIIN 2,
Ebusus
n e lle B a le a ri a lla lu c e d e i rin v e n im e n ti m o n e ta li”,
1 9 5 5 , p p . 3 3 -5 7 .
(73) C. Stannard , “N u m ism a tic e v id e n c e fo r re la tio n s b e tw e e n S p a in a n d c e n tra i Ita ly a t th è tu rn o f
th è first a n d s e c o n d c e n tu r y e s B . C ”, X III
CIN,
M ad rid , 2 0 0 5 .
(74) E. G ozalbes C ravioto , Economia de la Mauritania Tingitana (s I a. C- II d. C), C e u ta 1 9 9 7 ,
p p . 1 4 1 -1 5 9 ; ib id . “V ía s d e c o m u n ic a c ió n e n tr e H is p a n ia y e l n o r te d e Á frica e n é p o c a r o m a n a ”
Arqueología da Antiguidade na Península Iberica,
III C o n g r. A rq. P e n in s u la r ,
O p o r to
2000,
p p . 2 5 3 -2 6 5 ; L. C allegarin , F. Z ohra E l H arrif, “A te lie rs e t é c h a n g e s m o n é ta ir e s d a n s le C ircu it
d u D e tr o it” e n M a. P. G a r c ía -B e llid o , L. C a lle g a rin e d s ,
Mediterráneo occidental,
A n e jo s
AEspA
Los cartagineses y la monetización del
X X II, p p . 2 3 -4 2 .
(75) Ib id .; E. G ozalbes C ravioto , “U n d o c u m e n to d e l c o m e r c io h is p a n o -A fric a n o : la s m o n e d a s d e
c e c a s m a u rita n a s a p a r e c id a s e n H is p a n ia ”,
E s tu d io s C e u tie s
Homenaje al Prof. Carlos Posac Mon,
In s titu to d e
1 9 9 8 , I, p p . 2 0 7 -2 2 7 ; F. C haves , E. G arcía, E. F errer , “D a to s re la tiv o s a la
interrogante que por el momento es complicado solventar. ¿Viajaron estas
monedas para desempeñar una función económica ligada al comercio entre
ambas orillas del Estrecho, emitidas en una lengua común y siguiendo
patrones similares en una zona donde la única plata sería en todo caso el
denario romano, moneda “extranjera”?. Al menos en la zona africana, no
perteneciente aún a Roma, la moneda romana podría considerarse como
foránea ¿Son por el contrario simple testimonio de la gran frecuencia de
desplazamientos de las poblaciones de un lado a otro del Estrecho, y se
limitan a ser meras pérdidas ocasionales?
Es más lógica la primera propuesta si pensamos que los hallazgos de
moneda hispana son más frecuentes en el Norte de África donde se cotizarían
a pesar de ser bronce ya que Mauritania también iba a acuñar moneda en este
metal aunque el inicio de las emisiones mauras es sin duda posterior al
conjunto de las hispanas(76)7. El uso de pequeños bronces, asociado en el
Estrecho a las industrias relacionadas con pesca, salazones y salsas de
pescado se atestigua por los hallazgos que cada vez se amplían más77. Estas
p e r v iv e n c ia d e l d e n o m in a d o C irc u lo d e l E s tr e c h o e n é p o c a r e p u b lic a n a ”,
S a ssa ri 1 9 9 8 , p p . 1 3 0 7 -1 3 2 0 ; ib id . “S e rto r io : d e Á frica a H is p a n ia ”,
África Romana
África
X II,
R o m a n a X III, 2 0 0 0 ,
1 4 6 3 -1 4 8 6 ;
B. Mora . “La c ir c u la c ió n m o n e ta ria e n lo s te rrito rio s m a la c ita n o s d u ra n te la
A n tig ü e d a d ” e n
Comercio y comerciantes en la Historia Antigua de Málaga (S. V ili a.C-711 d.C),
pp.
F. W u lff, G . C ru z A n d re o tti, C. M a rtín e z M aza e d s ., M á la g a 2 0 0 1 , p p . 4 1 9 - 4 5 5 .
(76) La c r o n o lo g ía d e las s e r ie s m á s a n tig u a s d e e s ta z o n a e s tá e n re v is ió n . T r a d ic io n a lm e n te s e
v e n ía n s itu a n d o h a c ia m e d ia d o s d e l s ig lo I a. C. p e r o e n é p o c a re c ie n te s e a d v ie rte u n a te n d e n c ia
a su b ir la c r o n o lo g ía
al m e n o s d e c ie rta s e m is io n e s . E s e l c a s o d e a lg u n a s s e r ie s a trib u id a s a
B o c e o II (4 9 - 3 3 a. C .) q u e a h o ra s e lle v a n a B o c e o I ( 1 1 8 - 8 1
a. C ) p o r d iv e rs a s r a z o n e s : L.
Callegarin , F. Z ohra E l H arrif , cit. e n n o ta 7 4 , p. 3 1 -3 4 . A n á lisis m e ta lo g r á fic o s re a liz a d o s s o b r e
e s ta s m o n e d a s y o tra s d e c e c a s lo c a le s q u e s e v ie n e n c o n s id e r a n d o ta m b ié n ta rd ía s, p r e s e n ta n
u n a s e m e ja n z a e n su c o m p o s ic ió n m e tá lic a q u e in d u c e a re fle x io n a r s o b r e su c o e ta n e id a d : F.
C haves T ristan , R. P liego , B . G ómez -T u b ío , M. A. Respaldiza : “A n á lis is
m e ta lo g r á fic o s
m o n e d a s p r o c e d e n te s d e c e c a s p ú n ic a s d e l su r d e la P e n ín s u la Ib é r ic a y d e l n o r te d e A fr ic a ”,
Memoriam Tony Hackens, Revue Belge de Numismatique,
CX LV , 1 9 9 9 , p p . 1 9 9 -2 1 4 .
de
In
P o r o tra
p a rte , Callegarin y E l Harrif (c it. p. 3 7 -3 8 ) , r e fle x io n a n d o n o s ó lo a c e r c a d e las m o n e d a s
h is p a n a s h a lla d a s e n
e x c a v a c io n e s
-Thamusida
y
Zilil-
s in o ta m b ié n
te n ie n d o e n
c u e n ta e l
m a te ria l c e r á m ic o , c o n c lu y e n q u e la é p o c a d e B o c e o I m u e s tra u n a a p e r tu ra a lo s m o v im ie n to s
c o m e r c ia le s
del
M e d ite rr á n e o
lo
que,
en
n u e s tra
o p in ió n ,
la
p r e s e n ta
com o
un
m o m e n to
fa v o ra b le p a ra e l in ic io d e a lg u n a s a m o n e d a c io n e s .
(77) C. A lfaro ,
Las monedas de Gadir/Gades, M adrid 1 9 8 8 ; ib id , “O b s e r v a c io n e s s o b r e p r o d u c c ió n
GadiV , IV Congr. Int. Estudios Fenicios y Púnicos, C ád iz, 2 0 0 0 , p p .
y c ir c u la c ió n d e l n u m e ra r io d e
4 2 7 -4 3 2 ; A: A révalo , . “S o b r e la p r e s e n c ia d e m o n e d a e n lo s ta lle r e s a lfa re ro s d e S a n F e r n a n d o
161
piezas debieron compensar de alguna manera el trabajo en dichas labores y
es muy posible que cierta mano de obra norte africana atravesase el Estrecho
162
hasta la costa hispana para trabajar como temporeros portando a su vuelta las
ganancias adquiridas. De hecho las monedas en cuestión no penetran apenas
en el interior mauritano(78).
La moneda, viajera en los bolsillos de gentes que se desplazaron buscando
un trabajo, cuenta con otro buen ejemplo en las minas de la Bética. Aunque
este caso no conlleve atravesar el mar, el movimiento de personas que desde
la Citerior descendían a trabajar e las minas del sur(79)80 se muestra con toda
claridad en el poblado minero de La Loba. Al igual que en otros yacimientos
de condiciones similares se observa a través de las monedas aparecidas cómo
gentes de la Celtiberia bajaban a los poblados de la cuenca minera del
Guadalquivir portando consigo algunos bronces, emitidos en cecas de su
tierra. Incluso en alguna ocasión las monedas nos han llegado formando un
pequeño ahorro con piezas procedentes de la celtíbera A rekorata{m.
Queda aún un tema que pudo producir el desplazamiento de monedas
tanto por mar como por tierra: las visitas a los santuarios y lugares de culto(81).
En forma de ofrenda los fieles depositaban piezas monetales traídas desde sus
puntos de origen como se muestra en las recogidas en Vicarello, Rio Liri, etc.
Una somera revisión de estos lugares en la Península Ibérica(82) parece
Figlinae Baeticae. Talleres alfareros y producciones
cerámicas en la Bética romana (ss. IIa. C.-VIId. C.), BAR int. S e r. 1 2 6 6 , 2 0 0 4 , p p . 5 1 5 -5 1 6 .
(C á d iz )”, e n D . B e r n a l, L. L a g ó s te n a , e d s .
(78) El m o v im ie n to d e p e r s o n a s p o r tr a b a jo te m p o ra l ta m b ié n lo s u g ie re , s ig u ie n d o a M. P o n s ic h ,
E. G ozalbes C ravioto , “N o ta s s o b r e las r e la c io n e s h is p a n o -tin g ita n a s e n la A n tig ü e d a d c l á s ic a ”,
en
Vivre, produire et échanger: reflets méditerranéens, Mélanges offerts à Bernard Liou,
M o n ta g n a c 2 0 0 2 , p. 1 3 8 .
(79) P. O ter o , “C o n s id e r a c io n e s s o b r e la p r e s e n c ia d e a c u ñ a c io n e s c e ltib é r ic a s e n z o n a s m in e ra s
CIN, L o u v a in -la -N e u v e 1 9 9 3 , p p . 4 9 -5 8 .
op.cit. n o ta 6 5 , p p . 1 7 4 -1 7 7 , 2 1 4 -2 1 5 .
d e la H is p a n ia U lte r io r ”, X I
(80) F. C haves , P . O t er o ,
<81) L o s c a s o s e n e l M e d ite rr á n e o p o d ría n s e r b a s ta n te s . C ite m o s c o m o e je m p lo las m o n e d a s
p ú n ic a s h a lla d a s e n e l s a n tu a rio e tr u s c o la P u n ta d e lla V ip e ra (S a n ta M a rin e lla ), c ita d o p o r A.
D omínguez A rranz , “La C a s te lla n a d e l M a ra n g o n e ( c e r c a d e C iv ita v e c c h ia , Ita lia ): h a lla z g o s
m o n e ta r io s ”,
XIIICIN,
M ad rid 2 0 0 5 , p p . 5 5 5 y n o ta 2 6 .
í82) A. A révalo , C. Marcos , “Sobre la presencia de m oneda en los santuarios hisp ánicos”, XII CIN
Berlin, 2 0 0 0 , pp. 2 8 -3 8 .
m ostrar, salvo e x c e p c io n e s (83), una circu lació n local. P ero la p re sen cia de
d enarios ro m an o s y e n esp ec ia l la abu nd ancia de b ro n ce s re p u b lica n o s, n os
suscita la duda d e si form ab an sim p lem en te parte del circu lante de la zo n a o
h ab ían sid o d ep o sitad o s p o r person as q u e los trajeron co n sig o e n su v iaje
d esd e Italia. En este sen tid o n o está de m ás reco rd ar q u e en el arriba
m e n cio n ad o p o b la d o m inero de La Loba, se halló una hilera d e 14 d enarios
d ep ositad os a lo largo de las piedras de un m uro, en u na casa q u e p a re ce
h ab er sido habitad a p o r g en tes p ro ced en tes de Italia, d ed ica d o s a m o d o de
ofrend a para co n se g u ir prosp erid ad y b u en a fortu na(84).
Este
b rev e
a b a n ic o
de
p osibilid ad es
que
h em o s
e sb o z a d o
p reten d e
ob serv ar m ed ian te eje m p lo s co n creto s có m o las m o n ed as atravesaron el Mare
Nostrum co n fluidez y frecu en cia. Las razo n es d el m ov im ien to de sus
portad ores fu ero n variadas y a v ec es co m p lejas d e descifrar: u n m in u cio so
estud io d e viajes, p resen cia s y au sencias nos aportará sin duda u na v isión m ás
clara de la so cied a d d e cad a ép oca.
(83) I d . P. 3 0 : e n P e n y ó D iv in o , S e lla , A lica n te , u n a te tra d ra c m a d e
(84) F. C haves , P . O t er o ,
op. cit.
n o ta 6 5 , p p . 1 7 2 -1 7 4 , 2 1 1 -2 1 4 .
Panormo.
163
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