Prácticas Educativas
de los Educadores Piapoco en torno a la Construcción de Escenarios de Paz
Información
Tecnológica
Vol. 30(5), 203-212 (2019)
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07642019000500203
Pardo-Espejo
Prácticas Educativas de los Educadores Piapoco en torno a la
Construcción de Escenarios de Paz en Comunidades del
Departamento de Guainía en Colombia
Nelly E. Pardo-Espejo*, Dilsa Y. Rodríguez-Ochoa y Yazmín Dallos-Reyes
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Avenida Central del Norte, Tunja, Colombia
(e-mail: nelly.pardo@uptc.edu.co, dilsa.rodriguez@uptc.edu.co, yazmin.dallos@uptc.edu.co)
* Autor a quien debe ser dirigida la correspondencia
Recibido Dic. 13, 2018; Aceptado Feb. 11, 2019; Versión final Abr. 1, 2019, Publicado Oct. 2019
Resumen
El artículo tiene como objetivo caracterizar las prácticas educativas de los educadores Piapoco en torno a la
construcción de escenarios de Paz en las comunidades Minitas, Pueblo Nuevo, Laguna Colorada y
Barranco Minas, Guainía Colombia. El estudio realizado con estudiantes de Licenciatura en Educación
Básica de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia es de enfoque cualitativo con diseño
sistemático de teoría fundamentada. Se elaboró y aplicó una entrevista a 12 hombres y mujeres profesores
en formación, con las categorías de historias de vida y prácticas educativas de Paz. Los resultados
evidenciaron que los educadores consideran la escuela como un escenario de Paz, donde se enseña a
convivir y se promueve la convivencia pacífica. Asimismo, proponen estrategias en la construcción de la
convivencia pacífica mediante la formación de valores. Pese a que no han sido víctimas del conflicto armado
indirectamente, ellos han convivido con eventos victimizadores como las diferencias ideológicas, guerrilla,
siembra de coca y paramilitarismo.
Palabras clave: escuela; escenarios de paz; educación; piapoco; profesor indígena
Educational Practice of Piapoco Teachers on the Construction
of Peace Scenarios Communities of the Department of Guainía
in Colombia
Abstract
This article aims to identify the educational practices of Pakapoo teachers around the ideal construction of
peace scenarios at the Minitas, Pueblo Nuevo, Laguna Colorada and Barranco Minas Guainía Colombia
communities. This study done with students of Licenciatura en Educación Básica of the Universidad
Pedagógica y Tecnológica in Colombia, is a qualitative approach with systematic design of grounded theory.
An interview was applied to 12 men and women teachers during their training, with categories of life stories
and pedagogical practices of Peace. The results showed that teachers considered the school as a scenario
of peace, where they are directed to live together and peace is promoted. They also propose strategies in
the ideal construction of peaceful coexistence through the formation of values. Although they have not been
yet victims of the armed conflict indirectly, they have lived together with victimizing events like ideological
differences, guerrilla, sowing of coca and paramilitarism.
Keywords: school; peace scenarios; education; piapoco; indigenous teacher
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Prácticas Educativas de los Educadores Piapoco en torno a la Construcción de Escenarios de Paz
Pardo-Espejo
INTRODUCCIÓN
En el año 2016, el estado colombiano busca poner fin al conflicto armado vivido durante cerca de 6 décadas
en el país, mediante la firma del acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Fuerzas Revolucionarias de
Colombia FARC. Por ello, la Paz se visualiza como uno de los objetivos importantes para la sociedad
colombiana. Esta situación no fue ajena a los diferentes pueblos indígenas que habitan el territorio, pues el
Gobierno y las FARC destacan la importancia de los pueblos indígenas como constructores de Paz, pese a
las situaciones de conflicto que han afrontado a lo largo de la historia (Acuerdo Final para la Terminación del
Conflicto, Capitulo Étnico, 2016). Es así como surge el post-conflicto para garantizar la Paz en el proceso
interétnico como proceso duradero en el territorio colombiano y con ello la necesidad de considerar la
educación como un escenario que favorece la formación integral de los estudiantes; como aquella que
potencia valores y actitudes en pro de la convivencia pacífica y armónica; mitiga los conflictos; suministra
protección, física, psicológica y cognitiva (Barrios-Tao et al., 2016; Martínez, 2017).
De esta manera, se originan una serie de políticas públicas y educativas que respaldan la construcción de
Paz a nivel mundial y local. Es así como la Asamblea General de Naciones Unidas proclama el año 2000,
año Internacional de la Cultura de la Paz mediante la resolución 52/15 de 1997 y la resolución 53/25 de
1998, en que se proclamó el período 2001-2010 Decenio Internacional de una cultura de Paz y no violencia
para los niños del mundo. Luego en 1999, la Asamblea General aprobó la Declaración y el Programa de
Acción para una Cultura de Paz con el fin de que los gobiernos, las organizaciones internacionales y la
sociedad civil puedan orientar sus actividades por sus disposiciones para promover y fortalecer una cultura
de Paz en el nuevo milenio. Por tanto, la UNESCO pone en marcha su proyecto transdisciplinar llamado
“Hacia una cultura de paz”, uno de los propósitos es el de propiciar un desarrollo incluyente en que los
pueblos no pierdan sus propias lenguas e identidades culturales sino las enriquezcan. En coherencia con lo
anterior, en América Latina en países como el Salvador, se crea una política de reforma nacional educativa
después del conflicto, con el propósito de establecer consensos entre las partes interesadas y así poder
reformular la educación primaria, secundaria y formación docente inicial. Igualmente en Guatemala, a través
de la vinculación de ONGs locales, se promueve la alfabetización bilingüe a las mujeres de la comunidad
Maya. Por su parte en Perú, el Instituto de Educación para los Derechos Humanos y Paz forma a
educadores comunitarios con el propósito de sensibilizar y empoderar ciudadanos para lograr la Paz, la
democracia y la reconciliación (Vargas-Barón y Bernal, 2005).
En el territorio colombiano sobresale la Constitución Política Nacional (1991), la cual establece que es deber
del Estado garantizar la educación y formación integral de los ciudadanos, comprometidos con el cuidado
de sí mismos, del otro, de la naturaleza, con la democracia y la sociedad intercultural, a través del
establecimiento de valores que guíen a los líderes con principios éticos que construyan el cambio
intercultural de una sociedad con falencias. Otra es la Ley 115 (1994), en su Artículo 5, numeral b, menciona
la Paz como uno de los fines de la educación, y en el Artículo 14, numeral d, define la educación para la Paz
como aquella que debe propiciar escenarios que contribuyan a la comprensión de los conflictos, su análisis
y trasformación. Asimismo, la Ley 1732 (2014) establece como obligatorio la Cátedra de la Paz para todas
las instituciones educativas en Colombia como iniciativa para generar ambientes más pacíficos desde las
aulas. Igualmente, para fomentar el proceso de apropiación de conocimientos y competencias relacionados
con el territorio, la cultura, el contexto económico, social y la memoria histórica para reconstruir el tejido
social; promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes
consagrados en la Constitución. Por último, el Decreto 1038 (2015), por el cual, se reglamenta la Cátedra de
la Paz.
En este sentido, la Cátedra para la Paz responde a una serie de estrategias y actividades que les dan
direccionamiento a las prácticas de participación social y personal dentro y fuera de las instituciones
educativas con el fin de encontrar herramientas mediadoras entre el conflicto y el postconflicto. La cátedra
de Paz tiene como objetivo crear y consolidar un espacio para el aprendizaje; la reflexión y el diálogo sobre
la cultura de Paz; el desarrollo sostenible que contribuya al bienestar general y el mejoramiento de la calidad
de vida de la población. Por tanto, la Cátedra de Paz se ciñe a un pensum académico flexible como punto
de partida para que cada institución educativa lo adapte de acuerdo con las circunstancias académicas, de
tiempo, modo y lugar que sean pertinentes. Así la educación para la Paz, ya no se vislumbra como una
opción dentro de las instituciones educativas, sino como una necesidad que tanto el estado, instituciones y
maestros deben asumir.
Desde esta perspectiva, educar para la Paz significa educar en valores, donde primen la justicia,
democracia, tolerancia, convivencia intercultural, respeto, cooperación, autonomía, racionalidad, amor a la
verdad, compasión y perdón. Lo anterior implica la aplicación de diferentes enfoques pedagógicos de la
educación para la Paz, como el participativo, el cual permite un diálogo horizontal y equitativo, donde se
favorecen los procesos inclusivos y democráticos. El vivencial fomenta la participación activa y protagónica
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de la persona en la resolución de conflictos desde su cotidianidad. El apreciativo que busca el
reconocimiento y potenciación de estrategias que tienen los grupos e instituciones para encontrar el cambio,
por tanto, consiste en el análisis de oportunidades, fortalezas y debilidades en el contexto y en las personas
de grupos y/o instituciones. El reflexivo busca un aprendizaje analítico e invita a las personas a realizar
autocriticas. El diferencial consiste en reconocer que las personas y los colectivos tienen sus
particularidades tendientes a garantizar la equidad e igualdad y a suprimir la discriminación. Por último, el
lúdico y artístico busca la aplicación de metodologías y recursos artísticos y lúdicos para desarrollar
capacidades creativas en las personas como estrategia para generar transformaciones sociales (Arboleda et
al., 2017). Lo anterior con el propósito de enseñar los principios de una convivencia pacífica, y ejercer un rol
activo, participativo de los estudiantes y docentes (Alvarado, 2017). Por tanto, “la preparación para la sana
convivencia se ha convertido en una tarea pedagógica de primer orden en los sistemas educativos
innovadores” (Lira, 2014, p. 125). En este sentido, el objetivo de este artículo es caracterizar las Prácticas
Educativas de los Educadores Piapoco entorno a la construcción de Escenarios de Paz en las comunidades
Minitas, Pueblo Nuevo, Laguna Colorado y Barranco Minas- Guainía Colombia.
La labor docente en la educación para la Paz es fundamental, dado que esta debe reconocer las secuelas
dejadas por la violencia, para educar a una sociedad a partir de los principios coherentes con las
circunstancias del contexto (Álvarez et al., 2016), pues el docente entra a formar parte de este proceso
como agente dinamizador de convivencia y de espacios basados en el diálogo para la resolución de
conflictos y promotor de la cultura de Paz (Rubagiza et al., 2016). De otra parte, los docentes no deben ser
indiferentes a los problemas sociales que vive la escuela, estudiantes, padres de familia y comunidad, dado
que este tipo de situaciones los afecta directa o indirectamente. Para Torres (2013), es “tarea del docente
identificar las circunstancias antecedentes y consecuentes de situaciones violentas para minimizar
neutralizar su efecto, pues de la acción que ejerza sobre ellos, dependerá en gran medida la construcción
de una cultura de respeto, solidaridad y Paz” (p. 48). De esta forma, para la construcción de una cultura de
Paz, el docente debe fortalecer procesos dinámicos, efectivos y participativos con los estudiantes, potenciar
la democracia, el diálogo, autorregulación y el espíritu crítico y creativo (Novelli y Sayed, 2016). Así el
docente a través de su práctica pedagógica debe gestionar acciones educativas acordes con los principios
de los derechos humanos, orientadas hacia la resolución de conflictos de manera no violenta; debe
mantener una actitud abierta flexible, que luche contra cualquier tipo de discriminación; proponer actividades
pedagógicas desde un enfoque territorial permitan cerrar las brechas de desigualdad (Arboleda et al., 2017;
Lamb y Snodgrass, 2017; Becker et al., 2015).
METODOLOGÍA
Este proceso investigativo se enmarca en un enfoque cualitativo, con un diseño sistemático de teoría
fundamentada (Strauss y Corbin, 1998). Los participantes del estudio fueron 12 hombres y mujeres
profesores en formación de la comunidad Piapoco, que cumplían con los criterios de inclusión,
pertenecientes a la etnia Piapoco, estudiantes de la Licenciatura en Educación Básica de la Facultad de
Estudios a Distancia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC y docentes en
ejercicio de las Comunidades de Minitas, Pueblo Nuevo y Laguna Colorada del bajo Rio Guaviare-Colombia.
Para la recolección de la información, se aplicó un guion de entrevista en la que se tuvo en cuenta dos
categorías preestablecías por las investigadoras, la primera refiere a historias de vida y la segunda a las
prácticas educativas y escenarios de Paz, categoría que se describe en este artículo. En este sentido, el
análisis de las categorías fue realizado con el método de codificación abierta, axial y selectiva, con el apoyo
del programa Atlas. Ti, 7.0, cuya licencia pertenece a la UPTC.
El proceso investigativo constó de tres fases, en la primera, se hizo un acercamiento a las comunidades
para valorar las prácticas de los docentes que llevan a cabo en el aula referidos a los escenarios de Paz,
asimismo, la indagación de información teórica sobre temas establecidos por el Ministerio de Educación
Nacional MEN, Ley 115 (1994), en el Art. 5, relacionados con la Paz como derecho, y la Ley 1732 (2015), la
que pretende una construcción conjunta de una Colombia en Paz en los establecimientos educativos. En la
segunda, se diseñó y se aplicó el guion de entrevista. La última fase consistió en transcribir las entrevistas y
a partir del análisis de contenido, las respuestas fueron clasificadas en categorías y subcategorías que
permitieron analizar e interpretar la información.
RESULTADOS
Del análisis realizado, se pudo establecer que en cuanto a la subcategoría información demográfica y
etnográfica, el pueblo indígena Piapoco habita en los departamentos de Meta, Vichada y Guainía, con
mayor concentración poblacional en Puerto Gaitán, Cumaribo e Inírida. Esta etnia habita junto con los
grupos étnicos Sikuani, Curripacos y Puinaves. La población indígena Piapoco en el departamento del
Guainía se estima en 5.023 personas, según la secretaria departamental de salud y seguridad social 2015,
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este grupo étnico está situado a lo largo del río Guaviare colombiano en las comunidades de Murciélago,
Altamira, Pueblo Nuevo, Laguna Colorada y Concordia en el departamento del Guainía, uno de los de
mayor población indígena con el 65%, (Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, 2018),
como se observa en la figura 1.
PUERTO
GAITÁN
Vichada
Meta
Guainía
Fig.1: Adaptada de “Departamentos y Municipios de Mayor Concentración del Pueblo Piapoco”, por Ministerio
de Cultura 2010, Pueblos Indígenas de Colombia. Cartografía de la Diversidad. Dirección de Poblaciones
La lengua de la comunidad Piapoco pertenece a la familia lingüística Arawark y forma parte de una de las
nueve culturas que presenta entre 5.000 y 10.000 hablantes, esta se encuentra en situación de equilibrio
inestable y su suerte se define en 20 o 30 años que vienen (Centro Colombiano de la Lengua Aborígenes
CECELA). La comunidad Piapoco presenta una densidad poblacional amplia, “…mi comunidad tiene 750
habitantes, 180 familias, es una comunidad siempre grande. Puro Piapocos, aunque hay familias,
Curripacos, Puinaves, pero son muy poquitos” [3:5]. Los docentes de estas comunidades educativas
provienen de zonas rurales de los departamentos del Guainía y Guaviare. Con respecto a la Información
familiar, ellos provienen de familias nucleares, sus padres en su mayoría son agricultores, dedicados a la
pesca y cacería y sus madres son amas de casa, practican tradiciones y rituales de la comunidad Piapoco
como la pesca, la cacería en los hombres y la primera menstruación en las niñas, tradición basada en el
cambio de ser niña a mujer. Esta consiste en que durante un tiempo, las niñas son aisladas con el fin de
aprender los oficios que desarrollan las mujeres en la comunidad, recibir consejos de las ancianas y rezos
para que los malos espíritus no estén con ella y celebrar la danza del Katsipitsipi como se observa en la
figura 2 .
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Nombre
INFORMACIÓN
DEMOGRÁFICA
Pardo-Espejo
Guainía
Procedencia
Población
Rural
Guaviare
Información de Nacimiento
Oficio Padres
INFORMACIÓN
FAMILIAR
Composición Familiar
Tradiciones
Relación hermanos
Percepción de Victima
Comunidad
Prácticas Culturales
Información Tradicional de la
Comunidad
Eventos victimizados en la
Comunidad
Fig.2: Red semántica información demográfica e información familiar de la comunidad Piapoco.
Pese a que la comunidad no ha sido víctima del conflicto armado, indirectamente han convivido con eventos
victimizadores como las diferencias ideológicas, la guerrilla, el paramilitarismo y la siembra de coca,
“víctima, víctima no, pues directamente no, pero los grupos armados si pasaban por ahí” [1:11].
Independientemente de estos eventos, los docentes están llamados a brindar alternativas de resolución de
conflictos y a proponer estrategias en la construcción de la convivencia pacífica mediante la formación de
valores en sus estudiantes (Torres, 2013). Es así como la presente cohorte de profesores en formación
inicial docente del programa de Licenciatura en Educación Básica, con énfasis en Matemáticas,
Humanidades y Lengua Castellana de la UPTC, quienes participan en este proceso investigativo decidieron
ser docentes por vocación y porque les gusta, además por el sentido de transformar su comunidad. Esto
hace pensar en la función social que ellos tienen como líderes y gestores de cambio social, “capaces de
enfrentar la realidad, de adaptarse a ella y producir los cambios que se requieran […] permitiendo a sus
estudiantes desarrollar su potencial creador a través de los procesos que él mismo genera” (García, 1996
citado en Torres, 2013, p. 47). Lo anterior es debido a las acciones educativas para el rescate y revaloración
de sus antecedentes culturales (Daza-Daza et al., 2018) promovidas por los sabedores de las comunidades
educativas indígenas Piapoco con el propósito de establecer una educación propia, que permita
salvaguardar sus valores identitarios como etnia.
Para Abarca-Cariman (2015), la educación intercultural bilingüe promueve la formación de niños y niñas
indígenas, a fin de favorecer su identidad, su cultura y su lengua, dejando de lado la concepción monolingüe
y mono cultural como reto para mitigar la vulnerabilidad de los niños indígenas. Asimismo, la concibe como
el intercambio entre culturas basado en la igualdad para alcanzar la reciprocidad, el desarrollo de actitudes
de respeto por la diferencia, habilidades de diálogo intercultural y el aprendizaje de las personas que
conviven en territorios de diversidad. Así una acción importante promovida por esta comunidad es la firma
de un convenio con la universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC en la formación de
docentes. Hace años había una organización indígena en Barranco Minas, Etno llanos que veía la
necesidad de formar indígenas, como docentes. Por eso, esta organización buscó la manera de como traer
la universidad, no solamente para que se formaran indígenas, ya que esta fundación decía:-nosotros
queremos preparar profesores, maestros que de verdad trabajen en nuestras comunidades-. Por eso, se
realizaron reuniones en Bogotá con unos Antropólogos, esta fue una lucha muy tremenda, a raíz de esto se
logró que la UPTC llegara a Barranco Minas. Sin embargo, hubo más Universidades, pero la UPTC se
centró en como rescatar nuestra cultura, por eso fue que la UPTC fue la que nos dio la mano para mantener
esa sabiduría y para mantener la cultura, aunque todavía faltan muchas cosas por hacer. Por eso, es que yo
amo, yo la quiero a esta universidad [1:15].
Los docentes en formación inicial laboran con niños y adolescentes de las etnias Sikuani, algunos Puinave,
Curripaco y Piapoco. Ellos describen a sus estudiantes como niños inteligentes, inquietos, buenas personas,
algunos presentan timidez pero que con ayuda de ellos han podido superarla. Lo que indica que los
docentes conocen a sus estudiantes, aspecto que contribuye en la construcción del aula de clase como
escenario de Paz en donde los niños a través de la resolución de conflictos se convierten en ciudadanos
críticos, asumiendo una posición reflexiva, que los convierte en agentes de cambio (Gazzottti y Liberali,
2014). En relación con la categoría prácticas educativas y escenarios de Paz, los educadores las relacionan
con las razones de existencia de la educación para la Paz, definición de escenarios de Paz, estrategias de
la educación para la Paz, actividades de convivencia pacífica y definición de educación para la Paz.
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Dentro de la subcategoría razones de existencia de la educación para la Paz, los profesores Piapocos en
formación inicial las sustenta como una educación para la Paz, que fomenta el amor, la convivencia, el
trabajo en equipo y la interculturalidad y el bilingüismo, con el propósito de provocar cambios de
comportamientos en los estudiantes, para prevenir conflictos, violencia y exclusión (Ubogo, 2016; Galtung,
1969). Otra de las razones por las cuales debe existir la Educación para la Paz, es que “la educación para
la Paz no es un proceso corto, sino que es un proceso que debe perdurar durante la vida de un ser
humano, la Paz no debe ser como una clase, un tema o un área, sino es inherente a la vida de un ser
humano, así como el ser humano es conflictivo por naturaleza, el hombre también debe ser, como un
creador de Paz en un ambiente de Paz, en la familia, en la comunidad y en la misma sociedad” [2:53], así lo
ratifica Arboleda et al., (2017), quienes comprenden la construcción de Paz como un “proceso de largo
plazo en el que confluyen múltiples esfuerzos, actividades y estructuras para reducir y terminar con la
violencia y construir una Paz sostenible, no como algo terminado, sino como un proceso que puede ser
potenciado y desarrollado” (p. 30).
En cuanto a la subcategoría definición de escenarios de Paz, los educadores de las comunidades Laguna
Colorada, Pueblo Nuevo, Minitas y Barranco Minas del Guainía-colombiano, los definen como espacios
donde se vive en Paz sin ningún temor, se relaciona con el otro, y se expresa con libertad los sentimientos,
asimismo como un espacio de respeto por la diferencia, tolerancia, bienestar y de fortalecimiento
intercultural, social e intelectual. Lo que indica que para ellos es un espacio seguro, en donde prevalece el
orden y la tranquilidad, los cuales ayudan a reducir el maltrato o la vulneración de los derechos más
elementales (Tuvilla, 2005). De tal manera, que los profesores de la comunidad Piapoco consideran la
escuela como un escenario de Paz, dado que es un espacio propicio para la Paz, donde se enseña a
convivir con las demás personas y se promueve la convivencia pacífica, debido a que “Los centros
educativos no son lugares donde se instruye o se aprenden conocimientos, sino que, como organización,
son espacios de convivencia caracterizada por las interrelaciones entre sus miembros […] interrelaciones
que forman parte de los procesos de enseñanza y aprendizaje” (Tuvilla, 2005, p. 29). Lo anterior, se
evidencia en la figura 3.
ESTRATEGIAS DE RESOLUCIÓN PARA LA
PAZ
EDUCACIÓN
PARA LA PAZ
Razones para la
Educación para la
Paz
Creencias de Educación para la Paz
Definición de Escenarios de Paz
Escuela como Espacio de Paz
Actores Estrategia de Convivencia Pacífica
Áreas promovidas de Paz en el
Colegio
Participación de Padres en Procesos de
Paz
Estrategias de Convivencia Pacífica
Actividades promovidas de
Paz
Enfoque Reflexivo de la Educación para la Paz
Aspectos Axiológicos Promovidos
Valores Fomentados
Fig. 3: Red semántica conceptos relacionados con la Educación para la Paz.
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Respecto a la subcategoría estrategias para la educación para la Paz, estas se relacionan con los procesos
de convivencia pacífica que aplican los docentes en formación de la comunidad Piapoco, entre estos se
encuentran el trabajo en equipo, el compartir, los juegos y el diálogo tanto con padres de familia como con
estudiantes. De lo anterior, se infiere que los docentes en formación inicial son gestores de diálogo, de
espacios de encuentro entre estudiantes y padres de familia. En este sentido, los padres de familia de los
niños de las comunidades Laguna Colorada, Pueblo Nuevo, Minitas y Barranco Minas, se visualizan como
actores fundamentales de la interculturalidad en la promoción de estrategias de convivencia pacífica dentro
y fuera del aula, pues la familia como institución primordial de una sociedad debe promover a temprana
edad valores como el respeto, la solidaridad entre otros, fundamentales para la construcción de una cultura
de Paz (Mclead, 2014).
Por consiguiente, es importante promover la articulación entre las familias y la comunidad educativa, junto
con el afianzamiento de estrategias de convivencia pacífica “…yo propongo que cada día en la semana los
papás también asistan a una hora de clase con sus hijos y que ese día se trabajen todos los aspectos
positivos y negativos para luego tratarlos ahí y después promover la Paz” [12:23] el involucrar a las familias
de manera significativa ayuda a prevenir, intervenir y regular los conflictos, igualmente para dar la
oportunidad de expresar sus preocupaciones y puedan los docentes asesorarlos y ayudarlos (Tuvilla, 2005).
De igual manera, los docentes en formación inicial de la comunidad Piapoco relacionan las estrategias de
convivencia pacífica con los aspectos axiológicos. Por tanto, promueven los valores como la
responsabilidad, el respeto, el orden, la justicia, el trabajo en grupo, el compañerismo, la comprensión, la
sana convivencia y la colaboración (Pérez et al., 2017). El fomentar valores, actitudes y comportamientos en
los individuos es una finalidad de la educación para la Paz, la cual supone el aprendizaje de una ciudadanía
capaz de manejar situaciones difíciles desde la autonomía y la responsabilidad (Tuvilla, 2004). Para Vaughn
(2016), “estos cambios cognitivos y de comportamiento son las bases para construir la Paz […] Juntos estas
ideas constituyen una teoría del cambio que vincula la transformación personal con la social” (p. 241).
En cuanto a la subcategoría actividades promovidas para la convivencia pacífica por los docentes, se
encuentran las de integración y las deportivas, dado que permiten las interrelaciones personales y el
seguimiento de normas establecidas. Para Tuvilla (2005). “Las actividades extracurriculares y
complementarias favorecen el buen clima relacional y educativo y mejoran el sentimiento de pertenencia al
grupo” (p. 47). De esta manera, las actividades lúdicas permiten el encuentro entre los miembros de la
comunidad educativa y fomentan una sana convivencia y la resolución pacífica de conflictos. Lo anterior
significa, que educar para la Paz es un proyecto transversal, que concierne a todas las áreas del currículo
educativo, tanto en lo metodológico como en los contenidos mediante la construcción de relaciones de Paz,
entre los integrantes de la clase, de la comunidad educativa y de la sociedad (Ozkutlu y Seyit, 2018). Entre
tanto, la educación para la Paz es útil para todas las áreas académicas y para la institución educativa en
general, con el propósito de enfrentar y resolver los conflictos de forma pacífica. Asimismo, para promover el
desarrollo de estudiantes autónomos, capaces de interactuar y establecer relaciones sociales con las
personas que los rodean, por ello, los estudiantes de formación inicial docente expresan que “la educación
para la Paz se promueve desde las áreas y desde los cuatro ejes transversales la democracia, el tiempo
libre, sexualidad, y medio ambiente”. [3:26]. De otra parte, los maestros de estas comunidades en sus
prácticas orientan la educación para la Paz desde un enfoque pedagógico reflexivo, que consiste en que los
estudiantes generen conocimiento a partir de sus experiencias a través de la reflexión de sus vidas, y
cotidianidad, facilitando el encuentro con los otros y respetando las diferencias (Arboleda, et al., 2017;
Rothman, 2018).
Frente a la subcategoría definición de la educación para la Paz, los docentes los relacionan con los
conceptos de justicia, respeto, reconciliación y memoria histórica de la relación interétnica. De otra parte,
existen valores que determinan un papel importante para alcanzar la Paz, entre ellos la justicia como
derecho humano fundamental para alcanzar una vida digna, derecho acudir a órganos facultados para la
protección de derechos o intereses o para la resolución de conflictos, catalogado como el “derecho a la
justicia”, un estudiante de formación docente inicial la define: “Para mí justicia es reclamar los derechos que
uno tiene” [3:32]. Entre tanto es “obligación del estado de luchar contra la impunidad; la obligación de
establecer mecanismos de acceso ágil, oportuno, pronto y eficaz a la justicia para la protección judicial
efectiva de los derechos de las víctimas de delito” (Corte Suprema de Justicia, sala Plena de la Corte
Constitucional, C-715, 2012). En este sentido, es deber del estado investigar, juzgar y sancionar a los
responsables de violaciones de derechos humanos, lo anterior lo corroboran los profesores Piapocos de
formación docente, quienes definen la justicia como “Darle un castigo equitativo al acto que se haya
cometido” [11:33], “para mí justicia es reclamar los derechos que a uno le pertenece” [3:32]. De tal manera,
que la justicia permite la protección de los derechos fundamentales en igualdad de condiciones para cada
individuo (Ekmekci y Arda, 2015; Olivo, 2017), ver figura 4.
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Prácticas Educativas de los Educadores Piapoco en torno a la Construcción de Escenarios de Paz
Pardo-Espejo
Definición de Justicia
CONCEPTOS Y
DEFINICIONES PARA UNA
EDUCACIÓN PARA LA PAZ
Definición de Respeto
Concepto Memoria Histórica de
la Relación Interétnica
Fig. 4. Red semántica sobre conceptos de Justicia, Respeto, Reconciliación y Memoria.
Otro de los valores es el respeto, definido por los educadores de las comunidades como un valor de
reconocimiento al otro, de aceptar al otro con sus cualidades y defectos. En este caso, “la educación debe
desarrollar la capacidad de reconocer y aceptar los valores de los individuos, los sexos, los pueblos y las
culturas, y desarrollar la capacidad de comunicar, compartir y cooperar con los demás” (Tuvilla, 2004, p.
403), se puede apreciar lo expresado por un docente “el respeto es respetar a alguien, ya sea una persona
diferente, ya sea en la forma de color de piel, en que habla sus propios idiomas, ya sea un niño o niña,
mujer adulto anciano [8:22]; “el respeto hacia todo lo que hace parte de nuestra cultura” [9:25]. Por la
condición de formar parte de una comunidad indígena, los docentes educan para el respeto cultural, lo que
presupone “ver la diferencia cultural no como un obstáculo a salvar, sino como un enriquecimiento a lograr”
(Juliano, 1993), igualmente, para prevenir el conflicto y favorecer las buenas relaciones de todos los
miembros de la comunidad, para construir la interculturalidad con respeto. De esta forma, Chaux y
Velásquez (2016) “educar para la Paz debe ayudar a los estudiantes a reconocer sus propias identidades,
las identidades de los demás, valorar las diferencias e interactuar constructivamente con las personas o
grupos que tienen creencias, prácticas e identidades diferentes a las propias” (p. 21). De otra parte, es
importante enseñar a los estudiantes a tener respeto por su propia vida, por tanto, es necesario desarrollar
en ellos una alta autoestima con un sentido de responsabilidad hacia ellos mismos y a los demás.
Respecto a los conceptos de reconciliación y memoria histórica de la relación interétnica, los docentes
desconocen estos temas, “[…] como tal no lo he escuchado” [2:43], los cuales hacen parte del reglamento
de la cátedra para la Paz, máxime cuando estudiantes, docentes y habitantes de la comunicad Piapoco, se
han visto afectados indirectamente de situaciones de violencia. Por tanto, existe la necesidad de cualificar a
los docentes Piapocos sobre estos temas propuestos en cátedra para la Paz del MEN, dado que es una
oportunidad ayudar a los estudiantes a comprender mejor situaciones de quienes están o han sufrido en el
pasado cualquier tipo de violencia, igualmente, a contribuir a la reconciliación como sociedad, a desarrollar
el pensamiento crítico para asumir una posición de distancia frente a los eventos de violencia y por último
manejar conflictos de una manera constructiva en la búsqueda de alternativas de solución, “educar para la
Paz es enseñarle a la gente a encarar de manera más creativa, sin violencia, las situaciones de conflicto, y
darles los medios para hacerlo” (Galtung, 1997, citado en Labrador, 2000, p. 46)
CONCLUSIONES
A partir de los resultados obtenidos se concluye que:
1) Pese a que la región ha estado sumida dentro del conflicto armado, los docentes de las comunidades no
se consideran como víctimas, reforzando la idea que la victimización a veces no es reconocida como tal por
los actores inmersos en el conflicto.
2) Para los profesores de las comunidades de Minitas, Pueblo Nuevo y Laguna Colorada educar para la Paz
implica la incorporación de nuevas prácticas educativas, donde el trabajo desde el respeto, la
interculturalidad, las justicias se constituyen en ejes transversales, por cuanto, la educación para la Paz
debe ser un proyecto transversal en las aulas.
3) Una cultura de Paz, implica el fomento de valores como el amor, la convivencia, la cooperación, el trabajo
en equipo y la solidaridad.
4) Para los educadores indígenas de las comunidades Piapoco, los escenarios de Paz se concretan en el
aula, dado que allí se pueden generar estrategias de convivencia pacífica, donde la comunidad educativa se
involucre, apropie conceptos y estrategias que permitan el diálogo entre los padres de familia estudiantes y
maestros.
5) El enfoque pedagógico reflexivo trabajado por los docentes Piapocos permiten que los niños desarrollen
autonomía moral, interioricen valores y aprendan a ejercer la libertad con responsabilidad.
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Prácticas Educativas de los Educadores Piapoco en torno a la Construcción de Escenarios de Paz
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