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694 HAHR / November El odio y elperdón en el Perú: Siglos XVI al XXI. Edited by CLAUDIA ROSAS LAURO. Lima: Eondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2009. Photographs. Tables. Notes. Bibliographies. 356 pp. Paper. Afirmar que la violencia ha marcado de manera decisiva la historia tanto distante como reciente del Perú no entraña novedad: la conquista española, el nacimiento y la agonía del dominio colonial, el surgimiento del estado-nación, las disputas fronterizas y las consiguientes pérdidas territoriales y, más recientemente, los años de la violencia terrorista, son los hitos que se suelen evocar para trazar el recorrido histórico del Perú. Las causas y las secuelas de esta trayectoria han sido estudiadas en sus ángulos económicos, políticos y sociológicos, pero las emociones que generaron entre sus protagonistas o las formas en que agresores y agredidos se han relacionado a través de varios siglos han sido apenas analizadas. Este libro tiene como objetivo abordar esta problemática. Por razones conceptuales, metodológicas y temáticas, además de la cronología que se intenta cubrir, una obra colectiva parece ser la vía más adecuada para acometer tan difícil tarea. La obra editada por Claudia Rosas contiene dieciséis ensayos distribuidos en seis partes. Cada una de estas se refiere a un período histórico o a un tema: las bases conceptuales y metodológicas para abordar los temas de que se ocupa el libro, el odio y el perdón durante el período de la conquista, el significado del odio durante las guerras de independencia y la guerra con Chile, las experiencias de exclusión vividas por las mujeres y algunas minorías, la manera cómo el odio y el perdón se han expresado en la cultura material urbana, y diversas facetas de la violencia y la reconciliación en el Perú de los siglos XX y XXI. El libro se dirige a un público variado, prioritariamente universitario, y se conecta con varios debates que comprenden desde la historia política más reciente hasta la manera como las élites han moldeado y administrado la memoria de períodos aún muy cargados de controversia, pasando por la pregunta historiográfica muy pertinente sobre si es posible escribir una historia de las emociones en general, y específicamente, del odio. La contribución más importante que este libro hace es plantear este último problema. Los conceptos, las teorías, la historiografía y las metodologías son abordados en el estudio introductorio a cargo de Claudia Rosas. En este, hubiera sido deseable que la autora explicara por qué contrapone odio y perdón, en la medida en que ambos no mantienen una relación de dependencia ni son comparables entre sí. Queda por analizar cuál podría ser la diferencia entre la violencia y el odio. Sobre la primera se ha escrito bastante y hoy en día nadie cuestionaría que su historia pueda escribirse. No ocurre así con el odio, que Claudia Rosas presenta como un sentimiento universal, algo que de suyo sería materia de discusión. Los estudios de caso permiten apreciar las posibilidades y los límites que proponen los temas del libro. El odio y el perdón pueden estudiarse a partir de mecanismos legales, como lo demuestra el documentado ensayo de Mercedes de las Casas sobre el uso del perdón real durante las guerras civiles, o de manera más predecible, a través de la actividad de individuos poderosos, como lo hace Pablo Ortemberg en su estudio sobre Bernardo Monteagudo, activo promotor del odio contra los españoles en la coyuntura Book Reviews / Gênerai and Sources 6çj inmediatamente posterior a la independencia. La memoria encarnada en discursos, rituales públicos y monumentos puede alimentar tanto el odio como propiciar temporales treguas, como lo demuestra Iván Millones en su inteligente estudio sobre la actividad de las elites limeñas durante el período posterior a la guerra con Chile. No todos los ensayos incluidos en esta obra se ciñen al tema del libro, si bien tratan temas interesantes, como el estudio de Víctor Vich sohre los debates alrededor de la ubicación de la estatua del conquistador Francisco Pizarro en la ciudad de Lima durante buena parte del siglo XX. Los ensayos dedicados al período más reciente de violencia que ha vivido el Perú no siempre abordan situaciones, fuentes, ni problemáticas originales. Una selección más rigurosa de las colaboraciones habría dado un perfil más definido a este libro que tiene como mérito principal sugerir nuevos caminos para la investigación histórica. GABRIELA RAMOS, University of Cambridge Doi 10.1215/00182168-1416693 Tbe Jesuits in Latin America, 1^4^-2000:4^0 Years ofInculturation, Defense ofHuman Rights, and Prophetic Witness. By JEFFREY L. KLAIBER, SJ. St. Louis, MO: Institute of Jesuit Sources, 2009. Maps. Notes. Bibliography. Index, viii, 463. Paper, $28.95. The Society of Jesus established its first mission in Brazil in 1549, a scant nine years after the founding of the society itself. Between that date and 1767, when the society was suppressed in the Americas, the Jesuits built a reputation as educators, missionaries, entrepreneurs, and advisers to royal authorities. The Jesuits also stood out among the other religious orders for their independence; the close relationship they often enjoyed with authority was not always smooth. On tbeir arrival in Spanish Florida in 1566, they became embroiled in a controversy over their "right of removal," or their authority to decide the movement of missionaries, claimed by the Spanish Crown under the terms of the royal patronage. The first Jesuits to arrive in Peru ptiblicly criticized the first viceroy, Erancisco de Toledo, over the execution of Tupac Amaru, the last Inca monarch, and engaged in a struggle over the responsibilities they would take on. Jesuit missions in Mexico and Peru were often seen by local property owners as rivals for workers. The Jesuits' defense of the natives in the 30 missions established among the Guaraní at the intersection of present-day Paraguay, Brazil, and Argentina created controversies with both Portugal and Spain, which led to their expulsion from the Americas. On the restoration of the order in 1814, the Jesuits returned and resumed many of their former activities in a changed America. In the nineteenth century, Jesuits suffered, along with the Catholic Church in general, from the anticlerical bias of liberal politicians. They were expelled a second time from several countries, and their activities were censured in others. However, the Jesuits persisted, returning to former missions and reestablishing themselves as leaders in education. Questions of social justice became important motivators in the twentieth century, although not without some controversy Copyright of Hispanic American Historical Review is the property of Duke University Press and its content may not be copied or emailed to multiple sites or posted to a listserv without the copyright holder's express written permission. However, users may print, download, or email articles for individual use.