Almohades

FRANCO SÁNCHEZ, Francisco. “La frontera aternativa: vías y enfrentamientos islamo-cristianos en la Mancha Oriental y en Murcia”. In: Pedro Segura Artero (coord.). Actas del Congreso la Frontera Oriental Nazarí como Sujeto Histórico (ss. XIII-XVI). Lorca-Vera, 22 a 24 de noviembre de 1994. Almería: Instituto de Estudios Almerienses, 1997. ISBN: 84-8108-141-8, pp. 237-251  | 

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El Cerro de Alarcos está situado en la margen izquierda del río Guadiana, a 8 km de Ciudad Real capital.
Este cerro, de 33 Ha. de extensión, ha sido ocupado por el hombre desde la Edad del Bronce Pleno hasta nuestros días, con un hiato en época romana y visigoda.
Las excavaciones arqueológicas que se vienen realizando desde 1984 han puesto al descubierto parte de la ciudad ibérica, el perímetro exterior del castillo  y gran parte de la muralla medieval, donde se ha documentado una fosa común perteneciente a la Batalla que en 1195 enfrentó a musulmanes y cristianos, con el resultado de la derrota de Alfonso VIII.

Aunque sólo se conserva el patio y el alminar de la gran mezquita que se empezó a construir en el año 1172, sus restos han permitido dibujar su planta en varias ocasiones, seis en total, de las que la mas antigua se presenta en este artículo; la terminó en julio de 1896 Juan B. de Aguilar Solano.

Entre 1210 y 1213 el canónigo Marcos de Toledo, a instancias del arcediano Mauricio y bajo las directrices del arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, traducía al latín el Corán y también un texto doctrinal atribuido al reformador beréber Ibn Tumart, creador del movimiento almohade, fallecido hacía unos ochenta años. Ambas traducciones van precedidas de un prólogo en el que Marcos explica las razones que habían aconsejado llevarlas a cabo. Básicamente se trataba de combatir al islam no sólo con las armas materiales sino también con los argumentos doctrinales que podían derivarse del conocimiento de ambos escritos. Esta explicación, circunscrita al ámbito de las estrategias de apología y neutralización del islam, ha sido tradicionalmente aceptada sin ningún tipo de reserva por la mayoría de los especialistas que se han acercado al tema. Nuestro objetivo a lo largo de estas páginas ha sido, sin negar la parcial pertinencia de este argumento, proporcionar una explicación alternativa que, desde otras claves de contextualización, resuelva, por un lado, las dificultades que presenta el citado argumento, y que permita, por otro, conectar tan original iniciativa con las inquietudes teológicas del arzobispo Jiménez de Rada, y no sólo con sus preocupaciones apologéticas y combativas.

Pieza nº 110 del catálogo: Alarcos, 1195. El fiel de la balanza, 1195-1995 (Ciudad Real, 1195). (Ed. Juan Zozaya). Toledo, 1995. Exposición Organizada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con motivo m mm del 900 aniversario de la Batalla de Alarcos.

El Cerro de Alarcos está situado en la margen izquierda del río Guadiana, a 8 km de Ciudad Real capital. Este cerro, de 33 Ha. de extensión, ha sido ocupado por el hombre desde la Edad del Bronce Pleno hasta nuestros días, con un hiato en época romana y visigoda. Las excavaciones arqueológicas que se vienen realizando desde 1984 han puesto al descubierto parte de la ciudad ibérica, el perímetro exterior del castillo y gran parte de la muralla medieval, donde se ha documentado una fosa común perteneciente a la Batalla que en 1195 enfrentó a musulmanes y cristianos, con el resultado de la derrota de Alfonso VIII.