El presente trabajo pretende contribuir al conocimiento de las estrategias y de los modelos utilizados, tanto por las revistas Harper’s Bazaar y Vogue, como por las instituciones oficiales del régimen franquista, en el proceso de...
moreEl presente trabajo pretende contribuir al conocimiento de las estrategias y de los modelos utilizados, tanto por las revistas Harper’s Bazaar y Vogue, como por las instituciones oficiales del régimen franquista, en el proceso de internacionalización de la alta costura española durante el espacio de tiempo que abarca de 1952 a 1975, es decir: desde la inauguración del I Festival de la Moda Española, un certamen especialmente pensado para el mercado transatlántico, hasta el fallecimiento del general Francisco Franco. El proceso de definición de la reputación internacional del País ibérico como centro de moda, orquestado en la prensa extranjera, fue una operación de carácter cultural, donde tuvieron un peso relevante la idea de hispanidad creada en la Francia del siglo XIX, por un lado, y la sedimentada aspiración aristocrática del público norteamericano, por otro. La recreación de un imaginario ad hoc, compuesto por un pasado nobiliario y un exotismo más o menos enfatizado, ha permitido establecer una analogía con el patrón desarrollado anteriormente por Italia, una nación que, pese a no acreditar un perfil internacional en materia de moda hasta pasada la Segunda Guerra Mundial, logró forjarse una sólida reputación en un lapso de tiempo relativamente corto. La investigación que hemos propuesto se focaliza especialmente en el período que va de 1962 a 1969, cuando el Ministerio de Información y Turismo inauguró una masiva campaña de promoción del diseño de moda español en los medios de comunicación norteamericanos. Por lo tanto, este estudio se reparte virtualmente en las etapas 1952-1962 y 1963-1975, marcadas por dos hechos claves: el nombramiento de Elizabeth Howell Buckley y Aline Griffith, condesa de Quintanilla y Romanones, como corresponsales en España de las ediciones estadounidenses de Harper’s Bazaar (1963) y Vogue (1964). Junto con el análisis del trabajo de Madrid editor, un cargo que entró en el organigrama de ambas publicaciones de forma casi simultánea, el objeto de esta tesis ha sido la reconstrucción de las biografías profesionales de Romanones y Buckley, realizadas recuperando documentos de archivo inéditos y comparándolos, de forma sistemática, con el material de carácter hemerográfico. Durante los años 50, pero sobre todo a partir de 1962, cuando la alta costura española empezó a tener un peso real en el fashion market estadounidense, España construyó un relato en las publicaciones internacionales que enfatizaba su naturaleza policéntrica, su legado artístico y popular, su vocación como centro de atracción turístico y, finalmente, sus embajadoras femeninas. La estrategia de proyectar una imagen de la Península como destino vacacional exótico para la clase media norteamericana de viaje por Europa, impulsada a lo largo de los años 50, fue capitalizada en la década de 1960 cuando, de forma parecida a lo aplicado diez años antes en el caso de la Alta Moda italiana, los reportajes de Harper’s Bazaar y Vogue conectaron la alta costura con las principales arquitecturas del País. Incluso la creación de un paradigma femenino concreto y “exportable”, corporeizado por las damas de la nobleza y las mujeres vinculadas al flamenco, que actuaron como embajadoras de la alta costura de Madrid y Barcelona, se implantó sobre un marco ya ampliamente codificado. Por eso, España no difundió un modelo alternativo, sino que adaptó esta praxis a su peculiar exotismo. Por último, este estudio pretende ofrecer una primera aproximación, a partir del material inédito conservado por el Archivo de la Administración General del Estado, sobre la estructura organizativa y funcional de la Comisión interministerial para la promoción de la moda española (1967), una organización de carácter estatal pionera en la gestión de todas las acciones publicitarias asociadas con la alta costura española y activa en el seguimiento de las políticas promocionales de Italia. ----------ABSTRACT---------- The aim of this paper is to contribute to the understanding of the models and strategies used by magazines such as Harper's Bazaar and Vogue as well as by official institutions of the Franco regime in order to internationalize Spanish haute couture during the period spanning from 1952 to 1975; that is, from the inauguration of the first Festival de la Moda Española (Spanish Fashion Festival), an event specifically designed for the transatlantic market, until General Francisco Franco’s death. The process of establishing the Iberian nation’s international reputation as a fashion center, aided by the foreign press, was a cultural operation in which the idea of Spain created in 19th century France, on the one hand, and the consolidated aristocratic aspirations of the American public on the other, played a significant role. The creation of an ad hoc imagery comprised of a nobiliary past and a more or less stressed exoticism, established a parallel with the pattern previously developed by Italy, a country that despite not having established an international profile in fashion until after World War II, was able to forge a solid reputation over a relatively short period of time. The proposed research is especially focused on the period from 1962 to 1969 during which time the Ministry of Information and Tourism launched a massive campaign to promote Spanish fashion design in the American media. This study is basically divided into two periods, 1952-1962 and 1963-1975, defined by two key events that marked a turning point between 1963 and 1964: the appointment of Elizabeth Howell Buckley and Aline Griffith, countess of Quintanilla and Romanones, as Spanish correspondents of the American editions of Harper's Bazaar (1963) and Vogue (1964) respectively. Along with the analysis of the work of Madrid editor, a position that entered the organizational chart of both publications almost simultaneously, the goal of this thesis is to recreate the professional biographies of Romanones and Buckley by recovering unpublished archival documents and systematically comparing them with material from periodicals and other print media. During the fifties, but especially after 1962 when Spanish haute couture began having real influence in the US fashion market, Spain built a story in international publications that emphasized its multi-centric nature, its artistic and popular heritage, its vocation as a tourist destination, and finally its female ambassadors. The strategy of projecting an image of the country as an exotic holiday destination for middle class Americans traveling through Europe promoted during the fifties was capitalized on in the 1960s when, similar to what occurred ten years earlier in the case of Italian Alta Moda (High Fashion), the articles in Harper's Bazaar and Vogue, connected haute couture with the country’s foremost architecture. Even the creation of a specific and “exportable” female paradigm, embodied by ladies of the nobility and women linked to flamenco that acted as ambassadors of haute couture in Madrid and Barcelona, was implemented on an already widely established framework. Hence, Spain did not disseminate an alternative model, instead it adapted this model to its unique exoticism. Finally, this study aims to provide a first approximation, based on unpublished material preserved by the Spanish National Archives, to the organizational and operational structure of the Inter-ministerial Committee for the promotion of Spanish fashion (1967), a pioneering state organization for the management of all advertising initiatives associated with Spanish haute couture and that was also active in tracking Italian promotional policies.