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Sena Que Rib

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Senaquerib

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Sargn II (a la derecha) con su hijo el prncipe Senaquerib en un bajorrelieve de DurSharrukin (Museo del Louvre).
Senaquerib (Acadio: n-ahhe-eriba, "Sin ha reemplazado a mis hermanos (perdidos)
por m") fue rey de Asiria desde el 12 de Av1 de 705 a. C. hasta su muerte, el 20 de
Tevet2 de 681 a. C., as como de Babilonia entre 705 y 703, y nuevamente de 689 hasta
su muerte.
Hijo y sucesor de Sargn II, estuvo ocupado en guerras por todo el Creciente frtil
durante la mayor parte de su reinado, guerreando con Elam, Urartu y Egipto. Combati
al rey Ezequas de Jud, asedi infructuosamente Jerusaln y arras Babilonia tras
varias revueltas. Reconstruy Nnive, convirtindola en la gran capital de Asiria, y
muri asesinado por dos de sus hijos. Le sucedi su hijo menor y vengador,
Asarhaddn.

Contenido
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1 Vida
o 1.1 Comienzo del reinado: la campaa de Babilonia
o 1.2 La campaa de los Zagros
o 1.3 La campaa del Oeste
o 1.4 Campaa de Senaquerib en Jud: historia y mito
o 1.5 La segunda campaa de Babilonia
o 1.6 Nnive
o 1.7 La campaa de Elam
o 1.8 La destruccin de Babilonia
o 1.9 El problema sucesorio

2 Referencias
o 2.1 Notas
o 2.2 Bibliografa

3 Vase tambin

4 Enlaces externos

[editar] Vida
[editar] Comienzo del reinado: la campaa de Babilonia
Sargn II leg a su hijo Senaquerib un imperio de bases aparentemente slidas y un
ejrcito poderoso y bien entrenado. El nuevo rey de Asiria haba sido bien instruido por
su padre, y era ya un experto en los asuntos militares, administrativos y diplomticos.
Sin embargo, apenas haba subido al trono cuando comenzaron a asaltarle las
dificultades habituales para un dspota, en especial para alguien que surga de un
imperio tan odiado como fue el suyo.

Debido a sus recientes conquistas Asiria se encontraba entonces en contacto directo con
sus enemigos ms poderosos: Egipto, Urartu y Elam, pases que iban a procurar
garantizar su propia seguridad suscitando ms dificultades que nunca a los asirios.
Elam, en particular, viva un nuevo perodo de esplendor bajo el gobierno de reyes
enrgicos, y estaba dispuesto a disputar a Asira el control de Babilonia y la Baja
Mesopotamia. Adems, el Imperio Asirio comenzaba a padecer los efectos de su poltica
sistemtica de deportaciones masivas y mezcla de pueblos. stas haban favorecido su
expansin y dominio debilitando a los pueblos vencidos, pero diluyeron tambin en
Asiria la cohesin interna y el "sentimiento nacional". La pasin de brutal jingosmo
que conoci Asiria bajo el reinado de Senaquerib, fue probablemente ms una reaccin
instintiva de defensa que un arrebato de nacionalismo agresivo.

Senaquerib durante la campaa babilonia. Relieve de su palacio de Nnive.


A la muerte de Sargn II, los fuegos de rebelin que ste haba extinguido se
encendieron nuevamente. Un desconocido, Mardukzakirshumi, se hizo del poder en
Babilonia y fue destituido, casi enseguida por el obstinado ex monarca MerodacBaladn, derrotado por Sargn, quien emergi de las marismas del Pas del Mar donde
se haba escondido y se hizo proclamar de nuevo rey de Babilonia. En toda la Baja
Mesopotamia, sedentarios y nmadas se unieron a la rebelin para expulsar a los asirios.
Empleando los tesoros del templo Esagila, se asegur el poderoso auxilio del rey de
Elam, Shutruknakhkhunte II, que le envi importantes refuerzos al mando de su
lugarteniente en jefe, Imbappa, el segundo de ste y diez generales ms.
Senaquerib reaccion con vigor. A la cabeza de un primer ejrcito, cerc, en las
proximidades de Kutha, a una parte de sus enemigos, mientras que sus generales se
enfrentaban delante de la antigua ciudad de Kish al grueso de la coalicin. Una vez
tom al asalto Kutha, Senaquerib acudi en auxilio de sus generales y derrot en batalla
a Merodac-Baladn, que huy de nuevo al Pas del Mar. Senaquerib entr vencedor en
Babilonia e instal en el trono a un notable babilonio educado en Asiria, Belibni. Pero
los regimientos asirios persiguieron en vano a Merodac-Baladn por las marismas de la
Baja Mesopotamia. No se le pudo encontrar. Senaquerib se veng devastando su pas de
origen, Bit-Yakin. Todas las tribus sublevadas se sometieron, y el soberano volvi a
Asiria con un enorme botn.

[editar] La campaa de los Zagros

La gran rebelin de la Baja Mesopotamia, sostenida por Elam, tuvo repercusiones hasta
en los Zagros, entre las poblaciones montaesas, y principalmente en Ellipi, cuyo rey,
Ishpabara, crey llegado el momento de sacudirse el yugo asirio. En una segunda
campaa, en 702 a. C., Senaquerib devast estas regiones, castig a los rebeldes y se
anexion dos nuevos distritos. Uno de ellos, alrededor de la fortaleza, restaurada y
repoblada, de Bit-Kilarnzakh, pas a depender del gobierno de Arrapkha; el otro,
arrebatado a Ellipi y que tena por capital Elenzash, rebautizado "Fortaleza de
Senaquerib" (Dr-nakheheriba), form parte en lo sucesivo del crculo militar de
Kharkhar (Kar-Sharrukn). El xito de esta difcil campaa trajo consigo la sumisin de
nuevas y lejanas tribus medas.

[editar] La campaa del Oeste

La cada de Senaquerib, obra temprana de Rubens.


Tambin al oeste la muerte de Sargn II haba provocado la rebelin de varios
principados de la zona, tributarios de los asirios, entre ellos Ascaln y Sidn, sin duda
instigados por Egipto. Asimismo, el gobernador asirio de Cilicia se rebel, y los griegos
de Tarso se alzaron en armas con l. En 701 a. C., Senaquerib march contra los
sublevados para someterlos nuevamente al yugo asirio. La revuelta cilicia fue aplastada
y la ciudad de Tarso destruida. El rey Luli de Tiro se vio forzado a huir a Chipre, y los
asirios impusieron un nuevo prncipe en la ciudad, para a continuacin dirigirse hacia el
sur. Senaquerib recibi tributo de Samsimuruna, Arvad, Biblos, Asdod, Beth-Ammon,
Moab, Edom y otros lugares, en prueba de sumisin. Ascaln fue tomada por la fuerza,
junto con las ciudades cercanas de Jope y Bet-dagn. Sin emabargo, el dominio asirio
distaba mucho de restablecerse.
Entre quienes rechazaban a los asirios, se encontraba el rey Ezequas de Jud, aunque no
hay indicios de haberse coligado con los otros reinos sublevados. Segn una inscripcin
asiria, la ciudad filistea de Ecrn haba entregado a su monarca pro-asirio, Padi a
Ezequas, quien mantuvo encarcelado. Temiendo las brutales represalias asirias,
llamaron en su defensa al faran de Egipto, en contra de la opinin de Isaas.3 l Faran

le envi un ejrcito al mando de su hermano y sucesor Taharqa, que tom posiciones


con los filisteos en la llanura de Eltheke. En la batalla subsiguiente el ejrcito asirio los
destroz por completo, haciendo numerosos prisioneros, incluyendo al estado mayor
egipcio.
La Biblia indica que en represalia, Senaquerib atac Jud, sitiando y capturando muchas
de sus ciudades y pueblos fortificados. Ezequas envi un mensaje a los asirios que
estaban en Laks, ofrecindoles pagar el tributo que Senaquerib impusiera.4 La captura
asiria de Laks se presenta en un clebre friso, donde el cruel monarca aparece sentado
sobre un trono ante la ciudad vencida, aceptando los despojos que le llevaban de aquella
ciudad mientras se torturaba a algunos de los cautivos. Senaquerib envi a tres de sus
capitanes, Rabsaqu, Tartn y Rabsars, con una poderosa fuerza militar para pedir al
rey y al pueblo de Jerusaln que capitularan y con el tiempo se sometieran a ser
enviados al exilio. El mensaje asirio despreciaba de manera particular la fe de Ezequas
en Yahv. Mediante su heraldo, Senaquerib alarde diciendo que su dios sera tan
impotente como los dioses de los pases que ya haban cado ante el poder asirio.5 El
relato bblico no indica si se liber al rey Padi (que segn las inscripciones asirias fue
restaurado en Ecrn), pero muestra que Ezequas pag el exorbitante tributo de 300
talentos de plata y 30 talentos de oro que pidi Senaquerib.6
La embajada asiria regres con su monarca, quien a la sazn estaba luchando contra
Libn, y se oy decir respecto a Taharqa, futuro faran kushita, "Mira que ha salido a
pelear contra ti".7 Las inscripciones de Senaquerib hablan de una batalla en Elteqeh (c.
15 Km. al NNO. de Eqrn), en la que afirma haber derrotado un ejrcito egipcio y las
fuerzas del rey de Etiopa. Luego narra su conquista de Ecrn y cmo volvi a poner en
el trono al liberado Padi.

[editar] Campaa de Senaquerib en Jud: historia y mito


En cuanto a Jerusaln, aunque Senaquerib haba enviado cartas amenazadoras
advirtiendo a Ezequas que no haba desistido de su determinacin de tomar la capital de
Jud,8 la Biblia dice que los asirios ni siquiera "[dispararon] all una flecha", "ni
[alzaron] contra ella cerco de sitiar". La Biblia dice que "no disparar contra ella
(Jerusaln) una flecha" (2 Re 19, 32) en una profeca del profeta Isaas, no es un hecho
histrico. La Biblia menciona como hecho histrico la campaa de Senaquerib en la que
se apoder de las ciudades amuralladas de Jud (2 Re 18, 13). Segn el relato bblico
Yahv envi un ngel, que en una noche derrib a "ciento ochenta y cinco mil hombres
en el campamento de los asirios": "se levantaron por la maana, y he aqu que todos
eran cadveres". Tal desastre oblig a Senaquerib a regresar "con rostro avergonzado a
su propio pas".9 El historiador judo del siglo I, Flavio Josefo, citaba al babilonio
Beroso, cuando escriba:
La destruccin de Senaquerib
Bajaron los asirios como al redil el lobo:
brillaban sus cohortes con el oro y la prpura;
sus lanzas fulguraban como en el mar luceros,
como en tu onda azul, Galilea escondida.
Tal las ramas del bosque en el esto verde,
la hueste y sus banderas traspas en el ocaso:

tal las ramas del bosque cuando sopla el otoo,


yaca marchitada la hueste, al otro da.
Pues vol entre las rfagas el ngel de la Muerte
y toc con su aliento, pasando, al enemigo:
los ojos del durmiente fros, yertos, quedaron,
palpit el corazn, qued inmvil ya siempre.
Y all estaba el corcel, la nariz muy abierta,
mas ya no respiraba con su aliento de orgullo:
al jadear, su espuma qued en el csped, blanca,
fra como las gotas de las olas bravas.
Y all estaba el jinete, contorsionado y plido,
con roco en la frente y herrumbre en la armadura,
y las tiendas calladas y solas las banderas,
levantadas las lanzas y el clarn silencioso.
Y las viudas de Asur con gran voz se lamentan
y el templo de Baal ve quebrarse sus dolos,
y el poder del Gentil, que no abati la espada,
al mirarle el Seor se fundi como nieve.
Lord Byron.

"Senaquerib, de la expedicin de Egipto regres a Jerusaln, donde encontr a las tropas


comandadas por Rapsaces en gran peligro por la peste. Dios les envi una enfermedad
que, en la primera noche en que sitiaron a la ciudad mat a ciento ochenta mil soldados,
con sus capitanes y centuriones."
10

Las inscripciones de Senaquerib no mencionan nada respecto a este desastre, pero en


vista del tono jactancioso que domina habitualmente las inscripciones de los soberanos
asirios, difcilmente cabra esperar que Senaquerib registrara tal derrota. No obstante,
llama la atencin la versin asiria del asunto, inscrita en el llamado Prisma de
Senaquerib, conservado en el Instituto Oriental de la Universidad de Chicago:
"En cuanto a Ezequas el Judo, no se someti a mi yugo. Puse sitio a 46 de sus ciudades
fuertes, baluartes e innumerables aldehuelas de sus inmediaciones, y (las) conquist
mediante terraplenes bien construidos y arietes acercados (a los muros), (combinados
con) el ataque de infantes, y (usando) minas, brechas y trabajo de zapa. Saqu (de ellas)
200.150 personas, jvenes y ancianos, varones y hembras, caballos, mulas, asnos,
camellos, ganado mayor y menor sin cuento, y (los) consider botn. A l mismo
(Ezequas) hice prisionero en Jerusaln, su residencia real, como a un pjaro en una
jaula. [...] Las ciudades que haba pasado a saco desgaj de su pas y las entregu a
Mitinti, rey de Adod, a Padi, rey de Eqrn, y a Sillibel, rey de Gaza. (...) El propio
Ezequas (...) me envi ms tarde a Nnive, mi ciudad seorial, adems de 30 talentos de
oro, 800 talentos de plata, piedras preciosas, antimonio, grandes bloques de piedra roja,
lechos (ataraceados) con marfil, sillas nimedu [ataraceadas] con marfil, cueros de
elefante, madera de bano, madera de boj [y] toda clase de valiosos tesoros, sus hijas,
concubinas, msicos y msicas. Para entregar el tributo y rendir obediencia como un
esclavo envi su mensajero (personal)."
11

Esta inscripcin muestra que, efectivamente, Senaquerib no lleg a tomar Jerusaln.


Debe notarse, sin embargo, que Senaquerib presenta el asunto del pago del tributo de
Ezequas como posterior al sitio de Jerusaln, mientras que el relato bblico indica que
fue anterior. Sobre la probable razn para esta inversin en el orden de los sucesos, el
Funk and Wagnalls New Standard Bible Dictionary (1936, p. 829) observa:
"El final de esta campaa est velado por la oscuridad. Lo que hizo despus de capturar
Ecrn [...] todava es un misterio. En sus anales, S[enaquerib] sita en estos momentos
el castigo que infligi a Ezequas, su incursin en el territorio de Jud, y su reparto del
territorio y las ciudades de Jud. Este orden en los acontecimientos parece un velo para
cubrir algo que no desea mencionar".
Algunos comentaristas intentan explicar el desastre refirindose a un relato de
Herdoto12 en el que cuenta que sobre el campamento asirio "cay durante la noche un
tropel de ratones campestres que royeron sus aljabas, sus arcos y, asimismo, los
brazales de sus escudos", lo que los incapacit para la invasin de Egipto. Este relato
obviamente no coincide con el registro bblico, ni tampoco armoniza con las
inscripciones asirias. No obstante, los relatos de Beroso y Herdoto reflejan el hecho de
que las fuerzas de Senaquerib sufrieron una repentina calamidad en esta campaa.

[editar] La segunda campaa de Babilonia


Sin embargo, las dificultades de Senaquerib no haban terminado. Aprovechando que el
monarca asirio estaba comprometido junto al grueso de sus fuerzas en el oeste, el tenaz
Merodac-Baladn reapareci y volvi a alzar en armas al sur de Mespotamia. Con
objeto de acabar de una vez con la revuelta, Senaquerib envi en 700 a. C. una
expedicin al corazn mismo de Bit-Yakin. Merodac-Baladn retrocedi ante las
huestes asirias, pero, finalmente, fue acorralado en sus ltimos reductos. Embarc
entonces una parte de sus tropas, las estatuas de sus dioses e incluso los huesos de sus
antepasados, y naveg por la costa hasta la ciudad elamita de Nagitu, donde busc
refugio.
Las tropas asirias, que no pudieron impedir su huida, batieron las marismas y los
caaverales de Bit-Yakin, saquearon la regin hasta la frontera de Elam y trajeron, entre
los prisioneros, a varios prncipes reales y a los hermanos del fugitivo. Asimismo
llevaron cautivo al entonces rey de Babilonia, Belibni, cuya lealtad haba sido ms que
sospechosa durante la nueva rebelin antiasiria. A fin de solventar este irritante y
siempre renaciente problema, Senaquerib decidi esta vez poner en el trono babilonio a
su propio primognito, el prncipe heredero, Asurnadinsumi, el cual ejercera un frreo
dominio sobre la Baja Mesopotamia al tiempo que iba aprendiendo el ejercicio del
poder.
Estos acontecimientos tuvieron pronta repercusin en Elam. Una revuelta palaciega
derrib a Sutruknakhunte II, en provecho de su hermano ms joven,
Khallushuinsusinak, que rein en Susa desde 699 a 693 a. C. En todo caso, la
tranquilidad pareca reinar de nuevo en el Imperio Asirio. Senaquerib, despus de una
campaa contra la ciudad de Utku, en los montes de Nippur, al este del Tigris, dej que
sus generales se encargaran solos de reprimir los disturbios que estallaron en Cilicia en
696, y, al ao siguiente, en Til-Garimme, cerca del Tauro. l mismo se qued en Asiria,

consagrndose a la realizacin de una obra que deseaba vivamente: la construccin de


su propia capital.

[editar] Nnive
Artculo principal: Nnive

Un toro alado o Shedu asirio, procedente de Dur Sharrukin.


Senaquerib abandon la inacabada ciudad de su padre, Dur Sharrukin, y puso sus miras
en la antigua ciudad santa de Nnive, con objeto de convertirla en la ms bella ciudad
del reino y en la capital de su pujante imperio. Nnive haba sido siempre una de las
ciudades ms imporantes de Asiria, pero nunca haba sido capital. El rey la reconstruy
desde sus cimientos e hizo de ella una fastuosa metrpolis. La primera versin de los
anales de su reinado, escrita despus de la campaa de 703, ya comprenda un balance
prometedor de las obras de Nnive. La quinta, en 694 a. C., fecha en que fue inaugurado
solemnemente el nuevo palacio, ofrece una descripcin completa.
El rey asirio ampli el permetro de la ciudad enormemente, de 9.300 a 21.815 codos.
Agrand sus plazas y calles, hizo construir a la puerta de la ciudad interior un puente de
ladrillos y cal, dispuso una triunfal va real, de ms de treinta metros de ancha y
bordeada de estelas que, a travs de la ciudad, vena a parar a la Puerta de los
Jardines, una de las quince grandes puertas de la muralla exterior, de 40 ladrillos de
espesor y 100 de alta, y protegida por un foso de cincuenta metros de anchura. Tena
entre 15 y 18 puertas impresionantes, cada una de ellas dedicada a una divinidad. Se
haba desviado el curso del canal Tebiltu, cuyas aguas haban minado los cimientos del
antiguo palacio, que no meda ms que 395 codos por 95. Tras rellenar el antiguo cauce,
fue elevado el terrapln del palacio a 914 codos por 440, y alzado hasta una altura de
190 hileras de ladrillos.
Senaquerib posea un vivo inters por el urbanismo y la ingeniera, pasin por la belleza
y refinados gustos artsticos. Su nuevo palacio tena al menos 80 habitaciones, y 3
kilmetros de decoracin mural sobre placas de alabastro adosadas a los muros de
adobe. Senaquerib lo bautiz como "Palacio sin rival". Para su construccin hizo venir

de todas partes los materiales necesarios. Hizo buscar y abrir nuevas canteras, explorar
bosques an inexplotados, foment la escultura y la metalurgia. Nuevos procedimientos
fueron puestos a punto para afinar la fundicin del bronce. Monstuosos toros alados con
cabezas de reyes barbudos, los Shedu, franqueaban sus principales puertas.
Parques y jardines embellecan los accesos de la ciudad. El monarca hizo plantar, en las
partes alta y baja de la ciudad, frutales de todas las procedencias, esencias aromticas,
viedos y olivos. En los terrenos comunales del norte hizo distribuir parcelas para todos
los habitantes, a condicin de que se emplearan para el cultivo de cereales y hortalizas.
La ciudad, los jardines y las plantaciones exigan mucha agua, lo que llev a la
construccin de notables obras hidrulicas. Un primer canal de 16 km de longitud
regulariz el curso del ro Khosr; fue prolongado con un abanico de 18 canales que iban
a recoger entre las pendientes del monte Muari las aguas de manantiales y arroyos. Para
atenuar la posible violencia de las crecidas, se construy por encima de Nnive un
pantano artificial plantado de caas y poblado con aves y animales salvajes para la caza.
En sus mrgenes se plantaron rboles.
De 694 en adelante, la extensin de parques y cultivos eligi nuevos trabajos
hidrulicos, siendo necesario ir a buscar mucho ms lejos el agua, a la elevada regin
del monte Tas, en los confines de Urartu. Se pusieron diques al curso superior de un
afluente del Zab; por medio de esclusas, las aguas fueron derivadas hacia un largo canal,
una parte del cual form el clebre acueducto de Jerwan.

[editar] La campaa de Elam

Birreme asirio, c. 700 a. C.


Senaquerib, sin embargo, no se olvidaba de su viejo archienemigo, el babilonio
Merodac-Baladn. No se sabe si tuvo conocimiento de que ste preparaba una nueva
tentativa de rebelin, o prefiri tomar la iniciativa, pero el hecho es que se decidi a ir a
atacarlo a territorio elamita, al otro lado del Golfo Prsico. Hizo construir en Nnive, por
especialistas sirios y fenicios, una flota de altura, para la cual enrol tripulaciones de
cautivos sidonios, tirios y chipriotas. Los navos descendieron el Tigris hasta Opis,
luego, hacindolos rodar sobre troncos, los llev hasta el Eufrates, por el cual
descendieron. En Caldea se embarcaron tropas, caballos, material y provisiones.
Retrasada por una tempestad, la flota lleg al fin a las costas de Nagitu, en la

desembocadura del ro Ulai (el moderno Kerkha). Las tropas desembarcaron con
mpetu, tomaron y destruyeron las ciudades costeras de Khilmu, Pillatu y Khupapanu, y
luego, cargadas de botn y de prisioneros, volvieron, victoriosas, hacia las costas
caldeas, donde Senaquerib les esperaba en su campamento base de Bab-Salimeti.
Pero el soberano asirio no tuvo casi tiempo de alegrarse. Con una maniobra osada e
imprevista, el rey de Elam le devolvi golpe por golpe. Dej su pas defendido por una
pequea fuerza, y en el otoo de este mismo ao invadi Babilonia por el norte, entr en
Sippar a sangre y fuego, hizo prisionero al propio hijo de Senaquerib, Asurnadinsumi, y
puso en su lugar, en el trono de Babilonia, a uno de sus protegidos, Nergalusezib. Por
muy grande que fuera su resentimiento, el rey de Asiria tuvo que esperar cerca de un
ao, hasta septiembre de 693 a. C., para poder atacar, cerca de Nippur, al ejrcito aliado
de babilonios y elamitas. Lo hizo trizas y apres a Nergalusezib. Entretanto, en Elam,
una revuelta expuls del poder a Khallusuinsu II e instal en el trono a su hermano
mayor Kurdurnakhunte. Pese a la llegada del invierno, Senaquerib quiso aprovechar su
ventaja y continu la campaa. Pero los elamitas retrocedieron hacia Khidalu y los
rigores de la estacin obligaron a los asirios a volver atrs. En junio de 692 a. C., el
nuevo rey de Elam fue a su vez asesinado y reemplazado en el trono por su joven
hermano Khumbannimena II, al que los mesopotamios llamaron Menanu y que reinara
hasta 687.
Por su parte, los babilonios, lejos de someterse, recurrieron a un caldeo,
Musezibmarduk, que haba dirigido en el sur una obstinada guerrilla contra los asirios.
Basta leer las injurias que Senaquerib aplica en sus anales a los nuevos reyes de
Babilonia, para ponderar la violencia de la ira que an alimentaba contra elamitas y
babilonios.

[editar] La destruccin de Babilonia

Relieve de un guerrero asirio, procedente de Dur Sharrukin (Museo del Louvre).


Musezibmarduk compr a precio de oro aliados por todas partes, y, con Menanu,
consigui en 691 a. C. coaligar a todos los pueblos de los Zagros, Parsuash, Anzan,
Ellipi y Pasheru, as como a todos los nmadas arameos o caldeos de las regiones
fronterizas. La base de este inmenso conjunto de guerreros era el ejrcito elamita,
movilizado en masa, con carros de combate soldados de caballera y bagajes de toda
suerte. Todas estas tropas se unieron al ejrcito babilonio cerca de Khalule, junto al
Tigris, no lejos de la actual Samarra. Es all donde Senaquerib se les enfrent. La batalla
fue muy dura. Aunque los anales asirios se atribuyeran la victoria, y aunque el
lugarteniente en jefe elamita perdi en ella la vida, Senaquerib no sali vencedor. Pero
sus adversarios, a causa de sus prdidas, no pudieron explotar esta victoria prrica.
Dos aos ms tarde, Senaquerib haba rehecho sus fuerzas. Aprovechando que, desde
abril del 689, el rey de Elam sufra un ataque de parlisis, march contra Babilonia,
dispuesto a castigarla duramente. Por medio de brechas y escalas, se apoder de ella con
gran violencia, en diciembre del 689, e hizo prisionero a su rey Mushezibmarduk. La
ciudad fue tratada con extremo rigor. Los escasos habitantes que escaparon a las
matanzas fueron expulsados, deportados o vendidos corno esclavos. Las estatuas de los
dioses fueron destrozadas o llevadas en cautividad a Nnive. Se saquearon y destruyeron
todos los edificios civiles o religiosos, y sus escombros fueron arrojados al ro. El
arrasado emplazamiento de la ciudad fue sumergido bajo las aguas. Incluso el suelo fue
castigado. Su tierra fue arrojada al Eufrates para que fuera a perderse en el mar, y el
suelo del templo del Ao Nuevo transportado a Asiria.
Semejante furor devastador resulta sorprendente incluso para los reyes asirios, que
siempre haban respetado las ciudades santas de Babilonia y Borsippa, cuyos dioses

Marduk y Nabu, contaban con numerosos adoradores tanto en Sumer como en Asiria.
Ello encuentra su explicacin en tres hechos:
1. Los sacerdotes de Marduk no se opusieron a que los tesoros de su mximo
templo, el Esagila, sirvieran para financiar la coalicin contra Asiria.
2. Babilonia se haba convertido en el polo de atraccin poltico y religioso de los
nmadas y seminmadas del sur, y en el centro de todas las revueltas contra el
poder asirio.
3. Babilonia era tan responsable como Elam de la muerte del prncipe heredero
Asurnadinsumi.
Estos agravios ms graves an en un momento en que Asiria atravesaba una crisis de
nacionalismo agudo y denunciaba con violencia todo lo que pudiera ser un influjo
religioso, cultural o poltico de Babilonia.

[editar] El problema sucesorio


Con la muerte del prncipe heredero, estall un grave problema. La tradicin
mesopotmica exiga que el hijo mayor del rey fuera, de derecho y con la conformidad
de los dioses, el legtimo heredero del trono. Pero, si llegaba a morir antes que su padre,
ste recobraba la libertad de designar entre sus otros hijos, sin tener en cuenta en lo
sucesivo el privilegio de la edad, a su sucesor en el poder. Senaquerib tena an cinco
hijos, el ms joven de los cuales, Asarhaddn (Assurakhaiddina), haba nacido de su
ltima esposa, Naqi'a, a la que se llamaba en asirio Zakutu. Esta mujer posea gran
carcter, era enrgica y, sin duda, ambiciosa, y debi intrigar apasionadamente en favor
de su hijo. Pero los hermanos mayores defendan no menos encarnizadamente sus
posibilidades; contaban con el apoyo de los nacionalistos asirios, que denunciaban como
crmenes las simpatas probabilonias de la reina y su hijo.
Mientras Asiria se desgarraba en estas intrigas y luchas, los anales no sealan, en el
exterior, ningn hecho importante. Apenas tres meses despus de la cada de Babilonia,
muri Khumbannimena II, rey de Elam, y le sucedi Khumbankhaltash II, que debi ser
su sobrino. Bajo su pacfico reinado. Elam vio crecer su influencia: Ellipi y el Pas del
Mar se sacudieron la tutela asiria para volverse hacia l. En Anatolia, el pas de Tabal
tambin ha vuelto a ser independiente, y Urartu haba ocupado de nuevo Musasir y
algunas regiones vecinas del norte.
As pues, Senaquerib no pudo conservar intacto el legado de Sargn. Las dificultades
internas paralizaban su accin. Se desconoce cundo se decidi a nombrar un heredero,
pero, cuando al fin lo hizo, su eleccin recay sobre su hijo ms joven, Asarhaddn,
quien escribira ms tarde en sus anales:
"Aunque de mis hermanos yo fuera el benjamn, mi padre, por orden de los dioses (...),
me dio legtimamente la primaca sobre mis hermanos (proclamando) 'Es el quien me
suceder'. Cuando, a este respecto, interrog por medio de una consulta hepatoscpica a
los dioses Shamash y Adad, estos dioses le respondieron con un 's' sin ambigedades:
'es l quien te reemplazar'. Atenindose con devocin a su solemne sentencia (mi
padre) reuni entonces, todos juntos, a los habitantes de Asiria, pequeos y grandes, a

mis hermanos y a la descendescia masculina de la casa de mi padre, y delante de (...) los


dioses de Asiria y los dioses que habitan el cielo y la tierra, para que todos respetaran mi
derecho a la sucesin, les hizo jurar por el augusto nombre de estos dioses."
No obstante, la amplitud y la solemnidad de estos compromisos, fueron insuficientes
para acallar las rivalidades; ms bien sucedi lo contrario. Los pretendientes rechazados
y sus partidarios se encarnizaron contra el nuevo prncipe heredero. Calumnias,
maledicencias, conspiraciones... todo se utiliz para desacreditarlo o atemorizarlo. A los
antagonismos polticos se mezclaba adems un sordo malestar religioso. La destruccin
de Babilonia y de sus templos, bien acogida al principio por una parte de la opinin
asiria, no haba tardado en suscitar en el pas un vago sentimiento de culpabilidad
sacrlega. El clero asirio haba llegado a intentar justificar por medio de especulaciones
teolgicas el castigo infligido a los dioses de Babilonia. Al mismo tiempo se abra
camino, entre los deportados o fugitivos babilonios, una especie de esperanza
mesinica que anunciaba la reconstruccin de la ciudad, el retorno de los dioses y el
fin del exilio. Lo quisiera o no Asarhaddn, es a l a quien las profecas que circulaban
clandestinamente designaban como el futuro libertador. Sus enemigos le acusaban de ser
traidor a su patria, e incluso su padre estaba algo irritado. Sin perder por ello el ttulo de
prncipe heredero, debi alejarse entonces de Nnive, buscando refugio en algn lugar
desconocido ms all de Khanigalbat.
El 20 de tevet de 681 a. C., segn el Antiguo Testamento, "sucedi que mientras
adoraba en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a
espada y huyeron a la tierra de Ararat".13 Una inscripcin de su hijo, sucesor y
vengador, Assarhadn, confirma esta declaracin bblica,14 aunque no menciona los
verdaderos nombres de los asesinos.

Notas
1.

Julio-agosto

2.

Diciembre-enero

3.

Is 18,1-7; 19,1-15

4.

A los catorce aos del rey Ezequas, subi Senaquerib rey de Asiria
contra todas las ciudades fortificadas de Jud y las tom. Entonces Ezequas
rey de Jud envi a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado;
aprtate de m, y har todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a
Ezequas rey de Jud trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro (2Re
18:13, 14).

5.

Que no te engae tu Dios, en quien confas, hacindote pensar que


Jerusaln no ser entregada en manos del rey de Asiria.
T has odo, seguramente, lo que hicieron los reyes de Asiria a todos los pases,
al consagrarlos al exterminio total. Y t, te vas a librar?
Libraron acaso sus dioses a esas naciones que mis padres han destruido, a
Gozn, Jarn, Rsef y a la gente de Edn que est en Telasar?
Dnde estn el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de la ciudad de Sefarvaim,
el de Hen y el de Iv? (2Re 18:17-35).

6.

Dio, por tanto, Ezequas toda la plata que fue hallada en la casa de
IHVH, y en los tesoros de la casa real (2Re 18:14-16).}}

7.

2Re 19:8, 9.

8.

Isa 37:9-20.

9.

Isa 37:33-37; 2Cr 32:21.

10.

Antigedades Judas, libro X, cap. I, sec. 5.

11.

La Sabidura del Antiguo Oriente, pp. 236, 237.

12.

Historia, II, 141.

13.

2Cr 32:21; Isa 37:37, 38.

14.

Ancient Records of Assyria and Babylonia, de D. Luckenbill, 1927,


vol. 2, pgs. 200-201: "El da 20 de Tebet, Senaquerib fue muerto por sus hijos
en una revuelta. El da 18 de Sivan, Assarhadn, su hijo, ascendi al trono."

[editar] Bibliografa

Asimov, Isaac. El Cercano Oriente. Alianza, Madrid, 1980. ISBN 84-206-17687

Bottro, Jean, Cassin, Elena, y Vercoutter, Jean. Los imperios del Antiguo
Oriente III. La primera mitad del primer milenio. Siglo XXI, Madrid, 1990.
ISBN 84-323-0118-3

Gallagher, William R. Sennacherib's campaign to Judah: New Studies. Brill


Press, Boston, 1999. ISBN 90-04-11537-4

Liverani, Mario. El Antiguo Oriente. Crtica, Madrid, 2003. ISBN 84-7423-6231

Mas Ferrer, Felipe. Nnive. Capital del Imperio Asirio. Revista National
Geographic Historia, n 37. ISSN 1696-7755

Oppenheim, Leo. La antigua Mesopotamia. Retrato de una civilizacin


extinguida. Gredos, Madrid, 2003. ISBN 84-249-2368-5.

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ISBN 84-7079-021-8

Roux, Georges. Mesopotamia. Historia poltica, econmica y cultural. Akal,


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Sanmartn, Joaqun. Historia antigua del Prximo Oriente. Akal, Madrid. ISBN
84-460-1032-1

Federico Lara Peinado, Diccionario Biogrfico del Mundo Antiguo: Egipto y


Prximo Oriente, Editorial Aldebarn (1998), ISBN 84-88676-42-5

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