Este documento resume el mito griego de Eos, la diosa del amanecer. Describe las diferentes facetas de Eos según las fuentes literarias más antiguas como Homero y Hesíodo, incluyendo su genealogía como hija de los Titanes, sus relaciones amorosas con figuras como Titono, Clito y Orión, y su descendencia con Astreo y mortales como Titono y Céfalo. El documento también analiza el papel cósmico de Eos como la divinidad que trae la luz del día y marca el ritmo de la existencia.
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Este documento resume el mito griego de Eos, la diosa del amanecer. Describe las diferentes facetas de Eos según las fuentes literarias más antiguas como Homero y Hesíodo, incluyendo su genealogía como hija de los Titanes, sus relaciones amorosas con figuras como Titono, Clito y Orión, y su descendencia con Astreo y mortales como Titono y Céfalo. El documento también analiza el papel cósmico de Eos como la divinidad que trae la luz del día y marca el ritmo de la existencia.
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Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos ISSN: 1131-9070
Vol. 12, 2002, 287-318.
287 Eos: El dominio fugaz de la Aurora Fuentes literarias y representaciones artsticas en el mito de Eos. Confrontacin con otros mitos * Alicia ESTEBAN SANTOS Profesora Titular de Filologa Griega Universidad Complutense de Madrid Resumen: Este artculo trata de Eos, la Aurora, y de otros personajes relacionados con ella (unos por semejanza y paralelismo y otros por oposicin), que son examinados tanto a travs de los testimonios literarios como de los iconogrficos, cuyas impor- tantes coincidencias quedan patentes. En Eos distinguimos muy diferentes facetas: como divinidad astral, csmica, como eterna enamorada y raptora y como mater dolorosa. En todas muestra su perso- nalidad intensa, sus poderes y caractersticas especiales, en analoga a otras diosas tambin de dotes extraordinarias, y todas ellas con significativos puntos de contacto con la Gran Diosa oriental. Por otra parte, apreciamos aqu un rasgo muy relevante asimismo en otros muchos aspectos dentro del mundo griego: el marcado gusto por las anttesis, destacando la oposicin mortal / inmortal. Palabras clave: Mitologa-Literatura-Iconografa; dioses astrales; persecucin amorosa; mater dolorosa; Gran Diosa Madre; anttesis; muerte / inmortalidad. Abstract: This paper deals with Eos, the Dawn, and other characters connected with her (some from resemblance and paralelism and some from opposition), that are examined both through literary and iconography evidences, whose important agreements are clear. In Eos we distinguish very different facets: as astral, cosmic divinity, as everlas- ting lover and abductor and as sorrowful mother. In every facet she shows her inten- ce personality, her special powers and characteristics on the analogy of other god- desses with extraordinary gifts also, and all of them with significant points of contact with the oriental Great Goddess. On the other hand, we perceive here a very outs- tanding characteristic of many other questions in the Greek world: the marked liking for the antithesis, specially the opposition mortal / inmortal. * Este trabajo ha surgido a partir de la conferencia Eos, la Aurora, dada por la autora el 20 de abril de 1999 para el VI Seminario de Arqueologa Clsica Iconografa del mundo Clsico (Dpto. de C.C. y T. T. Historiogrficas. Facultad de Geografa e Historia. UCM), dirigido por la Dra. Pilar Gonzlez Serrano. Keywords: Mythology-Literature-Iconography; astral gods; erotic porsuit; sorrowful mother; Great Mother Goddess; antithesis; death /inmortality. 1. EL MITO Y SUS FUENTES LITERARIAS MS ANTIGUAS Vamos a hablar de Eos, la personificacin de la Aurora, la que nace tem- prano (gpiyrvrio), la de los dedos rosados (poooooxtuo), la del peplo de azafrn (xpoxoarao), la de flores (o trono) de oro (puoo0povo), la resplandeciente (orivg), la de bellas trenzas (o bucles) (ruaoxoo), la divina (oio), augusta (aotvio)... As la llaman los poetas... Ya con esos eptetos y otros semejantes 1 nos es representada de la manera ms plstica. Casi nos parece verla. O, mejor dicho, es tal cual la vemos, en efecto (aunque sin la figura humana, naturalmente), cuando contemplamos el amanecer. 1.1. Fenmeno celeste Su funcin como fenmeno celeste es el significado ms destacado que tiene ya en Homero. Eos es la divinidad que trae a dioses y hombres la luz del nue- vo da, y cumpliendo tal misin es citada constantemente en Ilada y en Odisea, obras en las que es sealado el transcurrir casi de cada da, y precisamente por medio de la mencin de Eos. As, en expresiones repetidas, formularias: 'He rv xpoxoarao rxiovoto aooov ra' oiov Eos de peplo de azafrn se esparca por toda la tierra (Il. 8, 1, etc.). outop rari xr ovg xog poooooxtuo 'He Y cuando aparezca la bella Eos de dedos rosados (Il. 9, 707, etc.). 'He rv xpoxoarao oa' 'Oxrovoio pooev opvu0', iv' o0ovotoioi oe rpoi gor potoioiv Eos de peplo de azafrn se levantaba de las corrientes del Ocano para llevar la luz a los inmortales y a los mortales (Il. 19, 1-2, etc.). 1 Para otros eptetos de Eos y referencias a las fuentes literarias, cf. Weiss (1986: 748-9) y Escher (1905: 2667). Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 288 Vol. 12, 2002, 287-318. go o' gpiyrvrio ovg poooooxtuo 'He Cuando apareci la que nace temprano, Eos de dedos rosados (Od. 12, 8, etc.). Y de manera semejante en otros muchos pasajes de la pica. 1.2. Genealoga La genealoga de Eos la conocemos por Hesodo: Tea dio a luz al alto Helio, la brillante Selene y Eos, que alumbra a todos los seres de la tierra y a los inmortales dioses que habitan el vasto cielo, entregada al amor de Hiperin (Teogona 371-4. Traduccin de Prez Jimnez [1978: 47]). Aunque en el Himno homrico 31 (a Helio) aparece Eurifaesa como madre (unida igualmente a Hiperin) de Eos, Selene y Helio. Eos proviene, pues, de muy antigua y poderosa estirpe (es hija de Titanes), y es hermana de los dos astros tan importantes Helio (Sol) y Selene (Luna) que marcan la sucesin del da y la noche, y, por tanto, el ritmo de la existencia, siendo Eos (Aurora) la mediadora entre sus dos hermanos contrapuestos. Pero es de ella precisamente y no de Helio de quien dice el poeta que alumbra a todos los seres, tanto los terrestres como los dioses inmortales. 1.3. Relaciones amorosas 1.3.1. Algunas nos son indicadas ya por Homero, en citas escuetas. Nombra a Titono: Eos se levantaba del lecho, de estar junto al ilustre Titono, para llevar la luz a los inmortales y a los mortales (Il. 11, 1-2 y Od. 5, 1-2) 2 . Y, adems, nos hace mencin de otros amados, a los que Eos rapta. De Clito: Pero a Clito lo rapt Eos de flores (trono) de oro por su gran hermosura, para que viviera con los inmortales (Od. 15, 250-1). Y de Orin, a cuya historia alu- de ponindola en boca de Calipso, como ejemplo de los trgicos resultados de los amores entre una diosa y un mortal: Como cuando a Orin se lo llev Eos de dedos rosados, entonces le envidiasteis los dioses..., hasta que en Ortigia rtemis... lo mat alcanzndole con sus dardos... (Od. 5, 121-4). 2 Por otra parte, a Titono se le nombra en Ilada 20, 237 como hijo de Laome- donte y hermano de Pramo. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 289 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. Pero de Cfalo no habla Homero, aunque s Hesodo (como veremos). Sin embargo, en Hesodo no se hace alusin a su rapto (es de su hijo Faetn del que dice que fue raptado, por Afrodita), hallndose la primera mencin del rapto de Cfalo por Eos en Eurpides (Hiplito 454s.). 1.3.2. Pero es el autor del Himno homrico 5 (a Afrodita) quien dedica espe- cial atencin al tema y nos narra una historia mitolgica completa con res- pecto a Eos y uno de sus amados, Titono. El relato lo pone este poeta asi- mismo en boca de una diosa, Afrodita, para ejemplo igualmente de las terribles consecuencias de la unin entre una diosa y un mortal, al encontrar- se ella en situacin semejante a la de Eos: As tambin a Titono lo rapt Aurora la de ureas flores, a l que, de vuestro linaje, era semejante a los inmortales. Se puso en camino para suplicar al Cronin, amontonador de nubarrones, que fuera inmortal y viviera por siempre. Zeus asinti con la cabeza y cumpli su deseo. Inconsciente de ella! No se le vino a las mientes a la augusta Aurora pedir la juventud y que raspara de l la funesta vejez. As que mientras lo posea la muy amada juventud, gozndose con la Aurora, la de ureas flores, la que nace maanera, viva cabe las corrientes del Ocano en los confines de la tierra. Pero cuando los primeros cabellos canos caan de la hermosa cabeza y del noble mentn, se apart de su lecho la augusta Aurora. An lo cuidaba tenindolo en sus habitaciones, con alimentos y ambrosa, y le regalaba hermosos vestidos. Pero cuando empez a abrumarle por completo la odiosa vejez y ni siquiera poda mover ni levantar sus miem- bros, sta fue la decisin que en su nimo le pareci la mejor: lo instal en un dormitorio y cerr las esplndidas puertas. Cierto es que su voz fluye sin cesar, mas nada queda del vigor que antes haba en sus flexibles miembros (h. Ven. 218-38. Traduccin de Bernab [1978: 195-6]). 1.4. Descendencia 1.4.1. De los hijos de Eos nos informa principalmente Hesodo. En el pasaje siguiente al de su genealoga cita su unin con un dios Astreo y los hijos habidos de ste, que son los vientos y las estrellas: Con Astreo Eos pari a los impetuosos vientos: el despejador Cfiro, el Breas de rpida marcha y el Noto, acostada amorosamente la diosa con el dios. Despus de ellos la Hija de la Maana dio a luz al lucero Esforo, las bri- llantes estrellas y todo cuanto corona el cielo (Th. 378-382. Traduccin de Prez Jimnez [1978: 87-8]). Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 290 Vol. 12, 2002, 287-318. Y ya hacia el final de la obra es su unin con mortales y los hijos concebi- dos de ellos lo que refiere Hesodo: Con Titono Eos dio a luz a Memnn de broncnea coraza, rey de los etopes, y al hroe Ematin. Adems, con Cfalo, concibi un hijo ilustre, el esforzado Faetn, varn semejante a los dioses. A l, joven, en la tierna flor de una noble juventud, nio de ingenuos pensamientos, la risuea Afrodita le levant llevndoselo por los aires y le coloc en sus sagrados templos, servidor secreto de su santuario, genio divi- no (Th. 984-91. Traduccin de Prez Jimnez [1978: 112]). 1.4.2. Por otra parte, la historia de Memnn, el hijo de Eos y de Titono (al que ya citaba Hesodo, como vimos), estaba desarrollada ampliamente en la Etipida, del Ciclo pico Troyano. De este poema atribuido a Arctino de Mileto, probablemente de fines del s. VIII a. C. perdido a excepcin de algn fragmento, nos queda el resumen de Proclo en su Crestomata: Memnn, hijo de la Aurora,...llega junto a los troyanos, dispuesto a ayudarlos. Tetis le pre- dice a su hijo lo que se refiere a Memnn. Al producirse un choque, Antloco muere a manos de Memnn. Luego, Aquiles mata a Memnn. Aurora le con- cede la inmortalidad, tras habrselo suplicado a Zeus... Aquiles sucumbe a manos de Paris y Apolo... Luego entierran a Antloco y exponen el cadver de Aquiles. Tetis, llegada con las Musas y sus hermanas, entona el planto por su hijo. Despus de esto, Tetis, tras arrebatar a su hijo de la pira, se lo lleva a la isla Leuca (traduccin de Bernab [1979: 141-2]). Ya Homero haba aludido a parte de la historia: Pues se acordaba (Nstor) del irreprochable Antloco, al que haba matado el hijo ilustre de la resplandeciente Eos (Od. 4, 187-8). Antloco, hijo de Nstor, era gran ami- go de Aquiles, lo que le impulsa a ste a matar l a su vez a Memnn, en situacin anloga a la muerte de Patroclo y la venganza de Aquiles contra Hctor. 1.5. Para terminar con lo referente a las fuentes literarias: me limito casi exclusivamente a las ms antiguas. (a la poesa arcaica sobre todo y a la clsi- ca). Hasta ahora slo me he referido a los poetas picos; pero tambin en los lricos (fundamentalmente Mimnermo, Safo, Pndaro) y, de los dramticos, en Eurpides sobre todo, se encuentran breves aunque significativas menciones a Eos y a personajes relacionados: Helio, Titono, Memnn, Cfalo 3 . Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 291 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. 3 Para ms informacin sobre las fuentes literarias y sobre Eos en general, cf. Rapp (1884-6 a: 1252-78), Escher (1905: 2657-69) y Weiss (1986: 747-789; para las fuentes literarias, especialmente 748-9, 758 y 779-80). 2. REPRESENTACIONES ARTSTICAS DE EOS Y DE PERSONAJES ANLOGOS: SUCORRESPONDENCIACONLOS TEXTOS Hemos visto la imagen de Eos a travs de las palabras de los poetas: cmo es descrita, definida, tan expresivamente, por medio de sus hermosos eptetos, en los que predomina en especial la idea del color, del brillo y de la belleza, as como tambin de su rango divino y venerable. Y, por otro lado, qu leyendas se tejen en torno a su figura de diosa. Pero los artistas plsticos, que suelen inspirarse en las palabras de los poe- tas, cmo la representan? Porque es importante tambin su testimonio para entender cmo era concebida por los griegos antiguos Eos y cmo eran con- cebidos asimismo los personajes y temas relacionados con ella. 2.1. Eos como fenmeno celeste, divinidad csmica La diosa aparece repetidamente guiando su carro tirado por caballos (dos es lo ms frecuente), con el que se supone que recorre el cielo (figs. 1 y 2). Ya en Homero (Od. 23, 243ss.) se nos ofrece esta imagen: A Eos de flores (tro- no) de oro la retuvo en el Ocano y no le permita uncir sus caballos de pies veloces, que llevan la luz a los hombres, Lampo y Faetn, los potros que con- ducen a Eos 4 . A veces sus caballos son alados, pero otras no, y es ella misma la que usualmente lleva alas, como atributo caracterstico 5 . Tal imagen es paralela a la de su hermano Helio 6 , que es en general repre- sentado emergiendo en su carro arrastrado por caballos alados (pero cuatro lo ms a menudo), mientras que el dios sin alas suele aparecer rodeado por un nimbo de rayos (fig. 3). Es principalmente en el Himno homrico 31 (a 4 En Troyanas de Eurpides (vv. 855-6), por otra parte, se alude al carro de oro con cuatro caballos de Hmera (el Da), equivalente sin duda a Eos, puesto que se refiere al mito del rapto de Titono. 5 Osborne (1996: 68ss.) explica los diversos propsitos para los que sirven las alas en las pinturas de vasos ticos: caracteriza a los vientos como aire en movimiento; en Iris y otros mensajeros divinos seala su capacidad de trasladarse repentinamen- te; en personificaciones como el Sueo, la Muerte, Eros, etc. indica la rapidez e invi- sibilidad de su llegada; en la Victoria, Nixg, significa, a la inversa, lo sbito de su partida y su carcter evanescente y no perdurable, como tambin en Eos. 6 Para Eos se sigue el tipo de representaciones de Helio en su carro, que abun- dan desde fines de s. VI a. C. (de ellas, bastantes pinturas en figuras negras). Aunque en la primera fase siempre aparece Helio frontalmente (cf. fig. 1), mientras que el carro de Eos en las imgenes ticas est siempre de perfil. Cf. Weiss (1986: 755). Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 292 Vol. 12, 2002, 287-318. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora FIGURA 1. Lcito tico de f. n., procedente del tica. 1. er cuarto s. V a. C. New York, Metropolitan Museum 41.162.29. En sen- dos carros: Helio, en el centro; Eos, a la derecha (mirando en la misma direccin que Helio), y Nicte, a la izquierda (con sus nombres inscritos). FIGURA2. Cratera de campana tica de f. r., de Bolonia. 3. er cuarto s. V a. C. Bologna, Museo Civico 324. Eos (sin alas) gua su carro de caballos alados sobre el Ocano (como indi- ca el delfn). FIGURA 3. Cratera de cliz tica de f. r. (Vaso Blacas), de Apulia. Ca. 430/20 a. C. London, British Museum E 466. Helio gua su carro de caballos alados sobre el Ocano (como indican los nios personificacin de las estre- llas zambullndose). FIGURA 4. Fondo de copa tica de f. r. (pintada por Brigos), de Vulci. Ca. 490 a. C. Berlin-Charlotten- burg, Staatliche Museen F 2293. Selene en su carro de caballos ala- dos emerge del Ocano (como indican las olas del mar). FIGURA 5. Tapa de pxide tico de f. r. Ca. 430/20 a. C. Atenas, Museo Nacional 17983. Helio se alza mientras Selene ya est casi sumergida, en direcciones opuestas. Eos (o Nicte?), entre ambos, va en la misma direccin que Helio. Helio) 7 en donde (adems de dar su genealoga como hijo de Hiperin y de Eurifaesa y hermano de Eos y de Selene) es descrita con la mayor expresivi- dad la imagen de brillo y de belleza de Helio, auriga en su carro de oro, con- duciendo sus corceles a travs del cielo. En cuanto a Selene, la tercera hermana, es representada por lo comn con el disco lunar o el cuarto creciente sobre su cabeza, y sin alas. Y tambin via- ja en su carro de corceles alados (fig. 4) 8 , o bien con ms frecuencia sim- plemente montada sobre un caballo. De manera paralela al Himno a Helio, el Himno homrico 32 (a Selene) probablemente del mismo poeta presenta la descripcin ms viva de la diosa astral, enfatizada con profusin de trminos: cmo resplandece en medio del cielo cuando lo recorre en su carro arrastra- do por caballos 9 . Por otra parte, Selene o su caballo con su postura suele indicar que se sumerge, a la inversa que su hermano Helio. Pues cuando ste se alza desde su lecho en el Ocano ella se hunde en las aguas. Tambin Eos emerge del Ocano, precediendo a Helio, y es la intermediaria: es el trnsito entre los otros dos hermanos, que son incompatibles entre s. As se muestra en esta curiosa composicin (fig. 5) que, con su forma cir- cular, simboliza significativamente el ciclo diurno 10 (plasmado en el momento 7 Pero los testimonios literarios se remontan, al parecer, al s. VII a.C., ya que tam- bin en otros Himnos homricos ms antiguos (pues ste es quizs helenstico) se alu- de al carro y caballos de Helio: Himno 2 (a Demter), 88-9; Himno 4 (a Hermes), 68-9; Himno 28 (a Atenea), 13-5. Y en la perdida Titanomaquia del Ciclo pico (fr. 7 Bernab [=3 K]), segn el testimonio de Higinio, Fbulas 183, que nos da los nombres de los dos caballos y las dos yeguas que tiran del carro del Sol. Asimismo en poesa lrica (fundamentalmente en Mimnermo fr. 10 Adrados [=12 W], en donde tambin se cita a Eos) y en tragedia (en las de Eurpides en especial, en diversos pasajes) se pre- senta a Helio en su carro. Pero slo ocasionalmente se describen los caballos como alados (por ejemplo, en Eurpides, Electra 466). Para referencias a stos y otros pasa- jes y ms informacin sobre Helio, cf. Yalouris (1988: 1005-34), Rapp (1886-90: 1993-2026). Tambin Ballabriga (1986: 103ss.) para el viaje nocturno de Helio. 8 sta es la ms antigua (de ca. 490 a. C.) representacin segura de Selene, pues otras son de discutida identificacin. Cf. Karusu (1984: 916). 9 Tambin en Pndaro, Olmpica 3, 19ss. se cita el carro de Selene, y en Eurpides, Fenicias 175-8, Suplicantes 990ss (pasaje ste en que se habla asimismo del carro de Helio). Por lo dems, menciones relevantes de Selene encontramos principalmen- te en poca ms tarda, como las fuentes que conservamos con la narracin de su historia de amor con Endimin. Para ms informacin acerca de Selene, cf. princi- palmente Roscher (1894-7: 3119-3200) y Karusu (1984: 909-917). 10 Como sta hay otras varias tapas redondas de pxides ticos (tambin de la segunda mitad del s. V a. C.) con representaciones muy semejantes, lo que parece Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 294 Vol. 12, 2002, 287-318. del amanecer): Helio domina en su carro, mientras que Selene, ocultndose, slo deja ver ya la parte trasera de su caballo. Eos (o quizs Nicte, la Noche 11 ), marchando en la misma direccin que Helio, mira hacia atrs, hacia Selene, y an la ve desaparecer. Este aspecto csmico de la diosa del amanecer (a semejanza del de las otras divinidades csmicas) es representado desde el primer cuarto del s. V a. C. 12 en el tica, siendo la mayora de las obras de la segunda mitad del s. V y muy escasas ya en los siglos siguientes, aunque en el s. IV a. C. aparece el tema en vasos apulios. Igualmente en el aspecto que a continuacin examinaremos (Eos enamorada) la mayora de las representaciones datan de los aos prxi- mos a la mitad del s. V y del tica, mientras que en el s. IV apenas interesa ya el tema en tica, pero sigue en vasos suritlicos (lucanios sobre todo). 2.2. Eos enamorada Pero como prefieren representar a Eos los artistas plsticos es en su faceta divina-humana. Y a este respecto es su rasgo caracterstico el de eterna ena- morada: condenada a ello por castigo de Afrodita 13 . Una enamorada impe- tuosa que persigue a sus amados y los rapta. As precisamente, raptando a Titono, a Cfalo, a Orin, a Clito, nos la muestran los poetas. Y en conso- nancia con los textos encontramos numerosas imgenes en que la diosa apa- claramente indicar que su forma circular result apropiada para ese tipo de esce- nas, llegando a gozar de bastante popularidad entre los artistas ticos de 2. mitad s. V. Cf. Karusu (1984: 926, y 906ss. para el comentario de cada una de estas obras). En todo caso, de esa zona (el tica ) y poca proceden las ms importantes repre- sentaciones artsticas de los astros personificados. 11 No queda claro si se trata de una u otra, y difieren las opiniones de los crti- cos. Weiss (1986: 756 y 753, en comentario a imagen 28) argumenta a favor de la identificacin como Eos; opinin que comparto: entre otras razones, no parece lgico que la Noche an haga su recorrido y ascendente adems, y en la misma direccin que el Sol mientras la Luna se sumerge y ya no es prcticamente visi- ble. Ms lgico y ms prximo al fenmeno real resulta el que la Aurora, cabal- gando en sentido contrario, todava contemple a la Luna a punto de desaparecer. As es en efecto: la luz del amanecer y la de la luna se pueden an ver a la vez, cada una en un extremo del cielo. 12 Yalouris (1980: 313-8) achaca el auge a partir de entonces de las representa- ciones astrales en el arte griego al influjo que ejerci sobre los artistas el pensa- miento filosfico con las teoras sobre el origen de la naturaleza, que se desa- rroll en el s. VII y en especial a lo largo del VI. 13 Cf. Apolodoro, Biblioteca I 4, 4. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 295 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. rece tendiendo sus brazos e incluso corriendo tras un joven, o bien llevndo- selo ya consigo 14 : 2.2.1. Persecucin Muchos son los vasos en los que est pintada casi la misma escena 15 : la dio- sa, alada 16 , de perfil casi siempre, se lanza con los brazos tendidos hacia un joven (muy joven 17 , un efebo, como muestra el hecho de que siempre es 14 Como observa Osborne (1996: 67), ella es la nica perseguidora femenina que atrae el inters de los artistas plsticos, como tema muy repetido a partir del 480 a. C. aproximadamente y durante unos 50 aos. Aunque contina Osborne en literatura son muchos ms los ejemplos del female desire y de sus resultados inva- riablemente negativos: el amor de Afrodita por Anquises, el de Selene por Endimin, el de Fedra por Hiplito. 15 Las escenas de persecucin sexual (protagonizadas por varones, excepto en el caso de Eos) son, por otra parte, muy abundantes, concretamente en las pintu- ras de los vasos ticos del s. V a. C., y siguen un esquema en general semejante al de las persecuciones de Eos. Sobre el tema, Stewart (1995: 87-8) nos presenta tres tablas 1., de dioses; 2., de hroes; 3., de mortales indeterminados con los distintos casos de perseguidor/ perseguido, el nmero de vasos en que aparece cada uno y la fecha. De Eos en particular anota 76 vasos en que est persiguiendo a Cfalo (de ellos, 32 en el perodo de 475-450 a. C. y 38 de 450-425 a. C.), 82 diri- gindose a Titono (58 de 475-450 y 20 de 450-425) y otros 2 con un joven inde- terminado (del 475-450). Ofrece adems Stewart bibliografa sobre la cuestin y comentario de las interpretaciones ms relevantes en las ltimas dcadas (pp.77-9). Por otro lado, Kaempf-Dimitriadou (1979), limitndose a las persecuciones de dio- ses (sobre Eos, pp. 16-21 y 81-93), seala que las imgenes de Eos son las ms numerosas (p. 16), y explica el hecho de que el tema del amor de dioses hacia mor- tales sea tan usual a partir del 500 a. C. como resultado de una nueva concepcin de los dioses (que, abandonando la serenidad de su carcter arcaico, se adentran en el mundo humano, de amor y pasin); concepcin puramente tica, debida proba- blemente a los autores dramticos del s. V, que ofrecieron en la escena modelos directos e inspiraron a los pintores de vasos (p. 44). 16 Osborne (1996: 67) advierte la gran relevancia de tal atributo de Eos: mien- tras que los otros dioses tienen como distintivo un objeto (Zeus el cetro, Posidn el tridente, Dioniso el tirso, Hermes el caduceo, etc.) que pueden no llevar y con- fundirse entonces el dios con un humano, Eos como tambin Eros es esen- cialmente diferente a los mortales, pues su distintivo (las alas) es parte de su cuer- po, que, por consiguiente, est en obligado contraste con un cuerpo humano. 17 Este rasgo de extrema juventud es significativo porque es propio de los ao- propoi, los amantes o hijos de la Gran Diosa oriental. Por otra parte, lo seala Osborne (1996: 67-8) como caracterstico de los hombres objeto del deseo feme- Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 296 Vol. 12, 2002, 287-318. imberbe) que huye, con su cabeza de perfil, mirando hacia ella, pero su cuer- po casi de frente y dirigiendo sus apresurados pasos en direccin contraria. Las variaciones ms notables dentro de este esquema casi uniforme residen por un lado en los atributos del joven; por otro, en el hecho de que interven- gan o no otros personajes en la escena; por ltimo, en la actitud ms o menos acusada de los protagonistas: el gesto de captura de ella (que puede incluso llegar a tocarlo, o correr) y el de rechazo de l: 2.2.1.1. El joven a menudo est caracterizado como un cazador, vistiendo la clmide, el sombrero de alas anchas (artooo) y botas, como es propio de los cazadores y caminantes en general. De modo que podemos pensar que se trata de Cfalo, el cazador ateniense en cuya historia se han mezclado en po- ca tarda al parecer dos mitos independientes: su rapto por Eos y su matri- monio con Procris, a quien l mata involuntariamente en una cacera 18 . As, como Cfalo podemos identificarlo 19 principalmente en las imgenes (fig. 6) en las que aparece adems con la jabalina y el perrito, atributos caractersticos ya no slo de los cazadores en general sino de Cfalo muy en particular, pues son los regalos mgicos pero funestos a la larga que le hizo su esposa Procris. En la imagen de fig. 6 vemos que como en tantas otras l se aparta de Eos, que le alcanza ya con ambas manos. En una variante de este tipo hay otro joven que huye en sentido contrario, aunque mirando tambin hacia Eos, que le da la espalda (fig. 7) 20 . Se logra aqu una composicin de tres personajes muy simtrica: el principal la diosa, de mayor estatura, alada se halla en el centro y se diferencia muy marcada- mente de los personajes de los extremos, ambos varones, con la misma pos- tura (invertida la imagen) y la misma indumentaria; casi idnticos. Incluso las nino en los mitos (as tambin Hiplito y Anquises), y relevante, pues estas per- seguidoras no slo invierten las reglas al tomar ellas la iniciativa, sino tambin al preferir hombres ms jvenes que ellas, en contra de las normas para el matrimo- nio con hombres mayores en la sociedad ateniense; de modo que ellas usur- pan el lugar reservado para el deseo masculino de los hombres maduros. 18 La historia de Cfalo y Eos se ha contaminado posteriormente con la de Procris (as como tambin con la de la caza de la fiera teumesia), y la narracin completa del mito la encontramos slo en fuentes tardas. Para ms datos sobre Cfalo e interpretaciones dadas al mito, cf. Rapp (1890-4: 1090-1104). Tambin Simantoni-Bournia (1992: 1-6). 19 Respecto a la identificacin en las imgenes del joven al que persigue Eos, cf. Weiss (1986: 776ss.) y Simantoni-Bournia (1992: 1-6). Tambin Kaempf- Dimitriadou (1979: 17). 20 Vaso comentado entre otros sobre Eos por Benson (1995: 401-2). Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 297 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. lanzas de ambos convergen, mantenindose en la misma lnea y trazando un eje horizontal, que es roto a modo de cruz central por la figura vertical de la diosa. Es decir, el centro queda muy destacado con la idea o personaje central, y los extremos son semejantes entre s, como es habitual en las com- posiciones trimembres, tanto en obras plsticas como literarias 21 . En otras la escena aparece ligeramente distinta, por el hecho de que el movimiento de los personajes es mucho ms apresurado: totalmente una per- secucin a la carrera (cf. fig. 8). 2.2.1.2. En otras numerosas ocasiones el joven lleva una lira (y alguna vez una flauta o una tablilla, o bien no lleva nada), y suele ir cubierto con el hima- tion (fig. 8) o con ste sobre sus hombros y mostrando su desnudez (cf. fig. 9). Probablemente entonces se refiera a Titono 22 . Porque en el Himno hom- rico a Afrodita Titono como amante mortal de Eos es presentado en paralelismo con Anquises amante mortal de Afrodita, y a Anquises se le describe taendo la ctara en el momento de su encuentro con Afrodita (h. Ven. 80). Tambin encontramos la variante en que intervienen ms personajes: otro joven que escapa o incluso dos (como en fig. 9). En esta imagen la fuerte simetra es contrapesada con importantes variaciones 23 . El centro es un gru- po de dos personajes los esenciales, la diosa y el joven, enfrentados en correspondencia bastante exacta, de modo que incluso sus piernas y brazos se cruzan formando ngulos que sealan el eje de simetra. Pero son, por lo dems, antitticos en lo formal (como lo son sus personalidades: ella, diosa; l, humano): mujer, vestida, con alas / hombre, desnudo, con lira. Y sus pos- turas diferentes ponen de manifiesto sus sentimientos asimismo diferentes: ella, tendiendo a l, tocndolo; l, huyendo de ella. Otros dos personajes 21 Cf. Esteban Santos (1996: 37ss.), en donde es puesto de manifiesto este tipo de composicin trimembre con simetra axial en relacin a diversas obras literarias, entre ellas, el Himno homrico a Afrodita (pp. 38-41). Respecto a las obras plsticas, cf. la reelaboracin de ese mismo artculo (Esteban Santos [2002]), ampliado con toda una serie de imgenes artsticas que muestran paralelismo en cuanto a com- posicin con las formas literarias examinadas. 22 Como es la opinin ms comn, al igual que el considerar como Cfalo al caracterizado de cazador (cf. nota 19). Acerca de Titono, cf. tambin Schmidt (1916- 1924: 1021-9) y Kossatz-Deissmann (1997: 34-6). 23 Garca Novo (1998: 121-150), presentando ejemplos en comparacin de obras literarias y de obras plsticas griegas, muestra que esto es caracterstico del modo griego: en la manera de componer griega funcionan dos tendencias contrarias que permanecen en equilibrio: el gusto por la simetra y el gusto por la variacin (p. 123). Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 298 Vol. 12, 2002, 287-318. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora FIGURA 6. Plice tico de f. r., de Italia. Ca. 460/50 a. C. Paris, M. Louvre G 230. Eos persigue a un joven cazador (Cfalo). FIGURA7 .Cratera de campana tica de f. r. Ca. 440 a. C. Baltimore, Museum of Art 1951.486. Eos entre dos jvenes caza- dores persigue a uno de ellos (Cfalo). FIGURA 8. nfora nolana tica de f. r., de Nola. Ca. 470/60 a. C. Paris, Cabinet des Mdailles 362. Eos persigue a un joven con lira (Titono). FIGURA 9. Escifo tico de f. r., de Vulci. Ca. 450/40 a. C. Paris, Cabinet des Mdailles 846. Eos persigue a un joven con lira (Titono), entre otros dos jvenes. FIGURA 10. Estamno tico de f. r. 470/ 460 a. C. Leningrado, M. Ermitage B 2070. Breas entre dos jvenes- persigue a una de ellas (Orita). FIGURA 11. Estamno tico de f. r., de Narce. Ca. 460 a. C. Roma, Villa Giulia 5241. Peleo persigue a Tetis entre otras dos Nereidas. inesenciales, uno a cada extremo, enmarcan la escena. Son, por una par- te, anlogos: varones, en correspondencia sus posturas, huyendo igualmente. Pero, por otra, son tambin ellos antitticos: uno, del tipo Titono el que est junto a ste precisamente, con lira y vistiendo el himation; el otro, del tipo Cfalo, con jabalina y llevando clmide y ptasos. 2.2.1.3. Persecucin y escena anlogas (aunque con inversin de sexos, como es normal) encontramos tambin reiteradamente con respecto a un hijo de Eos, Breas: igualmente alado, de perfil, se apresura tendiendo los brazos hacia una joven, Orita, que escapa (fig. 10). El mito cuenta que esta joven, hija del rey ateniense Erecteo, fue efectivamente raptada por Breas, el vien- to del norte, que se la llev a su lejana morada para hacerla su esposa y madre de sus hijos. Como leyenda nacional ateniense, localizada a orillas del Iliso, nos la narra en breves palabras Platn en Fedro 229b 24 . En la imagen ella apa- rece con el rostro de perfil, mirando hacia l, y con el cuerpo casi de frente (igual que los perseguidos por Eos). Y asimismo como en el caso de Eos pue- den estar los dos solos o con otra joven que tambin huye, de espaldas a Breas, o incluso con ms personajes 25 . 2.2.1.4. Otra escena de persecucin anloga, pero contrapuesta (no slo con la inversin de sexos de rigor, sino tambin por la situacin) es la que sufre la diosa Tetis por parte del mortal Peleo. Tetis haba sido entregada en matrimonio al hroe, por designio de Zeus; pero ella intent evitar infruc- tuosamente esa unin forzada huyendo de l y metamorfosendose en los seres ms variados 26 . Y, de manera similar a las alas, que son en el caso de Eos 24 Las ms antiguas referencias literarias conocidas datan del s. V, de obras per- didas: Orita de Esquilo y un poema de Simnides sobre la batalla de Artemisin. Tambin a esta batalla ganada a los persas y a la esencial participacin de Breas (cuyo auxilio, como esposo de la princesa ateniense Orita, haban suplicado los atenienses), alude Herdoto 7, 189. A este episodio glorioso (del ao 480) se acha- ca la popularidad de la escena representada una y otra vez por los artistas atenien- ses de la primera mitad del s. V. Cf. Stella (1956: 301). Para mayor informacin sobre Breas, Kaempf-Dimitriadou (1986: 133-142), Rapp (1884-6 b: 803-14). Tambin Kaempf-Dimitriadou (1979: 36-41 y 105-9). 25 Stewart (1995: tabla p. 87) anota 40 distintas pinturas de vasos ticos del s. V a. C. (32 de ellas de 475-450) con el rapto de Orita por Breas. 26 Se mencionan las metamorfosis de Tetis para escapar de Peleo por primera vez en Pndaro, Nemea 4, 62-5. A la unin de la diosa y el hroe se alude tambin en otros diversos pasajes de lrica (en Alceo, fr. 42 Voigt, en Pndaro reiterada- mente) y ya en Homero, Il. 18, 429ss. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 300 Vol. 12, 2002, 287-318. un distintivo de la diosa frente al mortal 27 , en el caso de Tetis en muchas im- genes su distintivo como diosa es su cuerpo en transformacin, del que bro- tan animales (cf. fig. 14). Pues ella posee esa facultad divina caracterstica, como Eos el atributo de las alas. Esta persecucin y las de Eos son, precisamente, las ms representadas en los vasos ticos 28 . Y, como en las escenas de Eos, pueden aparecer solos los protagonistas o tambin otros personajes: en ocasiones otra Nereida for- mando as una composicin trimembre simtrica o dos en composicin cuatrimembre asimismo en simetra axial (fig. 11), en gran analoga con las comentadas acerca de Eos. O bien en otro tipo de composicin. 2.2.2. Rapto Tambin abundan las representaciones que escenifican el paso siguiente: cuando Eos ya ha capturado al amado y se lo lleva. 2.2.2.1. La imagen ms tpica nos muestra a la diosa con las alas desplega- das marchando con el joven entre sus brazos 29 (fig. 12). De este tema adems de pinturas hay una serie de esculturas y relieves. 27 Peleo, por su parte, lleva a menudo el atuendo de cazador: clmide, ptasos, botas y, asimismo frecuentemente, jabalina. De modo que tambin en este aspecto se enfatiza la situacin inversa de este perseguidor en relacin a uno de los perseguidos por Eos (Cfalo). Con respecto a este atuendo, lo seala Sourvinou-Inwood (1987: 131-153) como caracterstico en muchos casos del perseguidor ertico (en particu- lar de Peleo y, an ms especialmente, de Teseo), y ve en ello implcitas connotacio- nes de violencia que muestran la unin sexual y el matrimonio como una cacera y doma de la mujer. Arma equivalente a la jabalina es para los dioses perseguidores su atributo respectivo (el rayo o el cetro de Zeus, el tridente de Posidn, el caduceo de Hermes), considerado tambin como smbolo flico. Cf. Keuls (1985: 50). 28 Se aprecia claramente en las tablas (cf. nota 15) de Stewart (1995: 87-8), que contabiliza en vasos ticos de s. VI y V a. C. 160 imgenes de persecuciones de Eos y 151 de la de Peleo a Tetis. Y, segn los datos de estas tablas, son stas precisa- mente las persecuciones ms representadas con mucho, pues siguen 102 distintas de Teseo, 69 de Zeus y 32 de Posidn. Pero el nmero de representaciones de la lucha entre Tetis y Peleo parece ser an mucho mayor: unas 350 imgenes en vasos ticos, segn Vollkommer (1994: 269). Para ms informacin sobre Tetis y Peleo, y acerca de Tetis en particular, cf. Vollkommer (1994: 251-269), Vollkommer (1997: 6-14), Roscher (1916-24: 785-99), Mayer (1936: 206-242). 29 Vermeule (1979: 145-178) compara esta imagen de amor con otras de muer- te; seala la analoga de la diosa alada que rapta al joven con otros dmones alados Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 301 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. Igualmente se corresponde con sta una escena repetida que representa el rapto de Orita por Breas (fig. 13). E incluso hay otra escena anloga en la que se plasma ya en la tercera generacin el rapto de una joven por uno de los Boradas, hijos de Breas y Orita 30 . Asimismo en la historia de Tetis y Peleo l el perseguidor consigue finalmente atrapar y estrechar en sus brazos a la amada (fig. 14) 31 . 2.2.2.2. Alguna vez (pero ya son imgenes de poca posterior) es en un carro en donde Eos lleva consigo a su amado (fig. 15), conforme al tipo de representacin tan frecuente en los raptos 32 . Por ejemplo, en el rapto de Persfona por Hades (fig. 16). Este rapto se narra en otro Himno homrico, el 2 (a Demter), que, adems, presenta diversos elementos en comn con el Himno a Afrodita 33 : ... Su hija de esbeltos tobi- llos, a la que rapt Aidoneo... jugaba con las muchachas de ajustado regazo, hijas de Ocano, y recoga flores... Pero se abri la tierra de anchos caminos en la llanura de Nisa y de all surgi con mpetu, con sus yeguas inmortales, el Soberano que a muchos acoge, el hijo de Crono de mltiples advocacio- nes. Se apoder de ella, mal de su grado, y se la llevaba entre lamentos sobre su ureo carro (h. Cer. 2-20. Traduccin Bernab [1978: 63-4]). En un viaje en carro igualmente concluye la persecucin de Tetis por Peleo, como podemos ver tambin en diversas imgenes. Pero en este caso se repre- senta no un rapto ya, sino una boda: la famosa boda 34 . que transportan un muerto hacia el otro mundo: as Tnato (por ejemplo, reco- giendo junto con su hermano Hipno el cadver de Sarpedn, o el de Memnn, como vemos en pinturas de vasos), o las Harpas, o las Esfinges, etc. O la propia Eos con su hijo Memnn muerto. 30 Sin embargo, la escena de persecucin que generalmente encontramos prota- gonizada por los Boradas tras las Harpas es de signo opuesto: es con inten- cin de matar. Pero en lo formal presenta muchas analogas, aunque a la par diver- gencias, como el hecho de que son dos los Boradas personajes masculinos perseguidores y dos las Harpas personajes femeninos perseguidos. 31 Vaso comentado en pormenor por Reeder (1995: 341-3), entre otras diversas representaciones de la lucha amorosa y de la boda posteriormente de Tetis y Peleo (pp. 340-50). 32 Acerca de las abundantes escenas de rapto en carro plasmadas en s. V y IV a. C., cf. Cohen (1996: 117-35). 33 Cf. Podbielski (1971: 61ss.). 34 Cohen (1996: 127ss) seala las diferencias que se aprecian entre las escenas de boda y las de rapto en carro. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 302 Vol. 12, 2002, 287-318. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 303 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. FIGURA 15. Lcito apulio de f. r. Ca. 350/ 340. Richmond, Virginia Museum of Fine Arts 81.55. Eos se lleva en su carro a un joven (Cfalo). FIGURA 16. Cratera de volutas apulia. Ca. 360 a. C. London, British Museum F 277. Hades se lleva en su carro a Persfona. FIGURA12 (arriba, izquierda). Fondo de copa tica de f. r., de Tarquinia. Ca. 430 a. C. Berln (Oeste), Staatliche Museen F 2537. Eos lleva en sus brazos a un joven. FIGURA 13 (arriba, derecha). nfora apulia de f. r. 360/350 a. C. Npoles, Museo Na- zionale 81951. Breas lleva en sus brazos a Orita. FIGURA14 (centro). Fondo de copa tica de f. r., de Vulci. Ca. 430 a. C. Berln, Staatliche Museen F 2279. Peleo coge entre sus bra- zos a Tetis, que se metamorfosea en len y serpiente. 2.3. Eos Madre de Memnn Otra imagen diferente pero reiterada de Eos la encontramos en su papel de madre de Memnn, el rey etope que particip en la guerra de Troya en auxi- lio de los troyanos y que muri a manos de Aquiles 35 . As pues, Eos est aqu en funcin de mater dolorosa. El tema muy representado ha sido plasmado lo ms a menudo por artistas de poca arcaica (desde el 2. cuarto del s. VI), de modo que lo encon- tramos tambin en numerosos vasos de figuras negras, lo que es sin embargo muy raro en relacin a los otros episodios protagonizados por Eos. Como tambin es inusual el que junto a las obras ticas encontremos otras no ticas, en especial de las zonas de Grecia oriental o con influjo oriental (como, prin- cipalmente, Corinto), quizs por el hecho de que Eos y Memnn eran perso- najes que los griegos consideraban procedentes de Oriente 36 . Dos son los momentos clebres de este episodio: 2.3.1. Lucha de Memnn y Aquiles Su escenificacin presenta la peculiaridad de que suele aparecer junto a cada guerrero su madre respectiva: Eos y Tetis, diosas ambas 37 . 2.3.1.1. En unos casos se representa a los dos guerreros luchando en el cen- tro y a las angustiadas madres, una a cada lado, enmarcando en fuerte simetra la escena (fig. 17). 35 Sobre Memnn, cf. Kossatz-Deissmann (1992: 448-462), Holland (1894-7: 2653-87). Acerca de la batalla con Aquiles, tambin Kossatz-Deissmann (1981: 172-81). 36 Cf. Weiss (1986: 785ss.) 37 Anderson (1997: 70 y n. 15) seala que esta batalla entre dos hijos de diosas (tan expresivamente plasmada en las numerosas representaciones pintadas en los vasos ticos, y que se supone que se narraba en la Etipida) es paralela a la relatada en Ilada 20: el enfrentamiento entre Aquiles de nuevo y Eneas, el hijo de Afrodita, quien proclama ante su enemigo su propia genealoga divina, que le hace equiparable a l (Il. 20, 206-11). Adems, recordemos cmo en el poema la propia Afrodita asiste al combate (en Il. 5 principalmente), velando por su hijo, al que pro- tege en su lucha con Diomedes (Il. 5, 311ss.). De modo que en esto vemos otro punto importante de analoga entre Eos y Afrodita. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 304 Vol. 12, 2002, 287-318. 2.3.1.2. En otras imgenes se aade el tema de la psicostasia: las dos madres divinas miran cmo Hermes pesa en una balanza las almas, las vidas, de sus res- pectivos hijos para determinar cul de ellos debe morir y cul resultar victorio- so 38 . E incluso acuden ante Zeus como rbitro, como en fig. 18, en que nos encontramos dos grupos de tres figuras: el uno dispuesto en gran simetra axial con los dos combatientes en los extremos y en el centro Hermes pesan- do sus almas; el otro en disposicin asimtrica con las dos madres juntas y Zeus (con Hera, casi fundidas sus figuras como un solo personaje) en el extre- mo. Y al igual que se oponen las dos partes de esta imagen en el aspecto formal (simetra / asimetra), es antittico su contenido: mundo masculino, de guerra, de odio y de muerte / mundo femenino, de amor y de divina inmortalidad. 2.3.2. Muerte de Memnn El resultado de la batalla es la muerte de Memnn. La escena tambin con abundantes representaciones muestra ahora el cuerpo inerte del joven Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 305 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. FIGURA 17. Escifo calcdico de f. n. Ca 540 a. C. Npoles, Museo Nazionale SA 120. Lucha de Aquiles y Memnn entre sus respectivas madres, Tetis y Eos. FIGURA 18. Copa tica de f. r., de Caere. Ca. 520/10 a. C. Roma, Villa Giulia 57912. Lucha de Aquiles y Memnn mientras Hermes pesa sus almas (psi- costasia) y las madres acuden a Zeus. 38 Episodio anlogo al de Il. 22, 208-13 la kerostasia en el que Zeus pesa las xgpr, las suertes, de Hctor y Aquiles mientras luchan. Probablemente se relata- ba en la Etipida, de donde lo tomara Esquilo para su Psicostasia. La batalla entre Aquiles y Memnn con la consiguiente muerte de ste es citada tambin numero- sas veces por Pndaro: Olmpica 2, 81ss., Nemea 6, 50ss., etc. y a la madre en actitud doliente. La imagen ms tpica presenta a la diosa incli- nando todo su cuerpo sobre el del hijo y tomndolo entre sus brazos (fig. 19), anticipando el tipo de la Piedad. 3. COMENTARIO: CONEXINENTRE LOS PERSONAJES 3.1. Fenmeno celeste Hemos visto que en cuanto a su funcin astral Eos es hermana de Helio (Sol) y de Selene (Luna). Los tres cumplen su misin cotidiana de atravesar el cielo en su carro de caballos alados: Helio emerge del Ocano como tambin Eos, que lo precede mientras que Selene se sumerge. Eos es el trnsito entre los otros dos hermanos, que son incompatibles entre s; se toca an con ambos. Todava se ve la luna en el cielo, hundindose en lo oscuro, mientras que en el otro extremo ya est clareando: es Eos, que comparte con Selene el firmamento, y se saludan... Hasta que surge el disco de fuego y se hace l solo con el dominio del cielo. Eos representa ese instante mgico, fugaz, entre la oscuridad y el da pleno de luz: es la intermediaria. Y es ella misma intermedia: rosada, azafranada, de suaves matices, entre el dorado relumbrante Helio y la plida Selene. Tan intermedia es que a veces la identifican los poetas con Hmera (Da) 39 y otras, por el contrario, se confunde con su opuesta, Nicte (Noche) 40 . As pues, es curioso cmo precisamente los opuestos (Da = Aurora / Noche) se representan de idntica manera (cf. fig. 1) y se hace en ocasiones muy difcil distinguirlos. 3.2. Enamorada 3.2.1. Respecto a sus rasgos ms personales, Eos es una eterna enamora- da... pero condenada al fracaso. Ardiente, impetuosa, ella lleva la iniciativa: persigue a sus amados y los rapta. As, a Titono, a Cfalo, a Orin, a Clito. 39 Por ejemplo, Eurpides, Troyanas 847-58. Acerca de la identificacin de Eos con Hmera, cf. Weiss (1986: 748). 40 Pero slo en las representaciones iconogrficas, porque en los textos sus caractersticas, sus eptetos, son lgicamente opuestos: a Nicte se la califica como negra, oscura, y a Eos lo ms a menudo con eptetos de color y brillo. Sobre la semejanza entre Eos y Nicte, cf. Weiss (1986: 749). Cf. nota 11. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 306 Vol. 12, 2002, 287-318. Porque ella es absolutamente fugaz por esencia. Quizs por eso simb- licamente sus relaciones amorosas son tambin fugaces. Inestable, incon- sistente, apenas empieza a materializarse e imponerse su luz, ya se desvanece eclipsada por el brillo cada vez ms cegador de su potente hermano. Todo esto es simbolizado por el rapto 41 , el arrebato sbito, la pasin siempre insa- tisfecha, el buscar y anhelar intilmente? Y ese tender hacia algo casi inalcan- zable lo muestran claramente las numerossimas representaciones de la diosa con los brazos tendidos a punto de capturar al amado, siempre esquivo. Y al fin lo toma en sus brazos y se lo lleva consigo. Pero su dominio sobre l, como sobre la naturaleza toda, es muy breve... Y as va hacia uno y hacia otro y hacia otro... La ms significativa es la escalofriante historia de su amor con Titono 42 , cuya vida aunque eterna al fin como la de la diosa presenta una lozana y esplendor efmero, al igual que es efmero el esplendor de Eos 43 , entre el prolongado imperio de sus hermanos, Selene y Helio. Ambos amantes, adems, se hallan en continuo cambio en el transcurrir del tiempo: Eos (= el Da), desde su propio nacer, y, en transformacin, va madurando hasta que envejece y del crepsculo pasa a la Noche; Titono, en progresivo envejeci- miento hasta lo infinito. Pero los dioses como los fenmenos de la natura- leza adems de eternos son incorruptibles, y Eos se renueva cada da, vol- viendo a su ser en plenitud y esplendor. No as el nacido humano, Titono 44 . 3.2.2. En cuanto a sus diversos amados, aunque tienen como rasgo comn extrema belleza y juventud, son por otro lado diferentes entre s. Los ha esco- gido en lugares muy distantes, lo que muestra el amplio dominio de la diosa, su universalidad: as limitndonos a los dos principales, a Cfalo en Atenas y a Titono en Troya. Pero no slo son opuestos los jvenes respecto 41 Explica Rapp (1884-6: 1269) por su parte que el fenmeno natural por el que desaparecen al amanecer los seres resplandecientes que dominan el cielo nocturno se traduce en el lenguaje del mito como un rapto. 42 Diversas interpretaciones se han dado a este mito sin duda lleno de sim- bolismos y al pasaje del himno homrico. Cf., por ejemplo, Rapp (1884-6 a: 1264ss), Clay (1989: 187ss.). 43 Preller-Robert (1894 4 : 441) seala que ese rasgo del amanecer, tan corto y ef- mero, podra verse como un smbolo de la deliciosa juventud y de la muerte en ple- na juventud. 44 Como dice Osborne (1996: 69): The dawn, like the youth of Tithonos, and like desire, must vanish. Unlike Tithonoss youth, however, Dawn and desire are endlessly repeatable. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 307 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. a su lugar de origen, sino tambin por su propio carcter: el uno, cazador; el otro, poeta-pastor (si pensamos en la analoga de Titono con Anquises) 45 . Sus tipos de vida son contrapuestos, aunque en ambos casos se hallan en contac- to con la naturaleza requisito para su unin con una diosa de la naturaleza como es Eos; naturaleza a su vez contrapuesta (se supone): montes agres- tes y escarpados 46 / prados herbosos, apacibles 47 . 3.2.3. Por otro lado, de la unin de Eos con su igual, el dios Astreo, nacen los Vientos, entre ellos Breas, el viento del norte, de Tracia. Breas es, como su madre, un amante apasionado, un raptor, que se lleva consigo a Orita. Y, tambin al igual que a su madre, a l como viento que es le cuadra perfectamente el temperamento impetuoso. Y a su vez los hijos de Breas y Orita, los dos gemelos Boradas, son igualmente alados como signo de su velocidad y perseguidores. As, se muestra el carcter esencial de Eos tambin en todo su linaje. 3.2.4. En otros raptos mticos podemos ver un significado en analoga, o en contraposicin ms bien, con el rapto de Titono por Eos. As, el rapto de Persfona por Hades: Hades (personaje masculino: dios del reino subterrneo, de los muertos. Hijo de Titanes) rapta a una muchacha divina y se la lleva consigo a su mundo de sombras, eterno. Lo consigue slo en parte. Eos (personaje femenino: diosa del cielo, del amanecer. Hija de Titanes) rapta a un muchacho humano y se lo lleva consigo a su mundo de luces, eterno. Lo consigue slo en parte. 45 Al prncipe troyano Anquises se le describe en el Himno homrico a Afrodita tocando la ctara en el momento del encuentro con Afrodita (v. 80), y en el mis- mo pasaje, as como en otros, insistentemente se le muestra como pastor. Tambin Paris, otro prncipe troyano semejante a los dioses (como son asimismo calificados Anquises y Titono), ha sido pastor en el Ida, al igual que Anquises, y se menciona la ctara como atributo suyo (Il. 3, 54), que aparece tambin en la icono- grafa del hroe, por ejemplo en las imgenes del Juicio de Paris. 46 En la iconografa de Cfalo es relevante el elemento del paisaje abrupto, indicado a menudo en las imgenes mediante la representacin de rocas, que hacen referencia al monte Himeto, escenario de los mitos de Cfalo. Cf. Simantoni-Bournia (1992: 6). 47 Ese contraste es bien claramente puesto de manifiesto en el Himno a Afrodita con respecto a la relacin entre Afrodita y Anquises, al aludirse reiteradamente en el poema tanto al escenario agreste (poblado por fieras salvajes, que siguen a Afrodita a modo de cortejo en vv. 68-74, y que son un leitmotiv en el himno) como al buclico, el entorno de Anquises; aunque todo en el mbito del monte Ida. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 308 Vol. 12, 2002, 287-318. Ambos mitos (que nos son narrados en textos bastante antiguos: en sen- dos Himnos Homricos) estn estrechamente relacionados con fenmenos naturales y cclicos, de renovacin: el amanecer, el paso al nuevo da, y el cam- bio de las estaciones, con el paso a la nueva primavera. Y ejemplifican adems perfectamente el significado de raptar: arrancar a un ser de su mbito natural y transportarlo a otro ajeno, antinatural. As, Persfona, hija de Zeus, el dios del da y del firmamento luminoso, es convertida en seora de los Infiernos (aunque slo una parte del ao), y Titono, un mortal, es hecho inmortal (aun- que slo parcialmente, porque envejece). Pero se establece entre estos seres raptados, amados, una nueva anttesis: Persfona se renueva cada ao (vuel- ve a la Vida, a la superficie cada primavera), mientras que con Titono sucede lo contrario: sin morir nunca, sufre un envejecimiento progresivo y eterno. Y en ese aspecto precisamente se halla Titono en situacin inversa a la de un tipo de personajes orientales con los que presenta por lo dems muchos rasgos en comn: el joven amante de la Gran Diosa Madre, como Tammuz, Attis, Adonis. Personajes que (como Persfona en la versin mtica griega) mueren y renacen cada ao 48 . De modo que observamos una nueva anttesis entre los dos mitos: Eos, fenmeno celeste, se renueva ella cada da como decamos reapareciendo en el cielo segn el ciclo diurno, y renueva asimismo a sus amantes. Mientras que en el mito de Hades al igual que en el de las diosas orientales, diosas de la Tierra es su joven amante quien se renueva, desapareciendo y reapare- ciendo de bajo tierra, como las semillas. En resumen, el amante de la diosa de la Tierra, la que rige el ciclo anual, de las estaciones, se encuentra en un estado de vida y no vida alternativo, cclico. Mientras que el amante de la diosa del Cielo la que rige el ciclo diurno se halla en un estado intermedio de vida y no vida; pero ya no es un proceso alternativo, sino, al contrario, un estado simultneo; y no es cclico, sino progresivo, en lnea recta, continua, infinita... 3.2.5. Fuertes contrastes aunque en otro aspecto presenta otra unin amorosa lograda asimismo por medio de persecucin y captura: la de Tetis y Peleo. Las dos diosas se oponen en su funcin como amantes, porque si Eos es por antonomasia la diosa perseguidora de hombres mortales, Tetis es a la inversa por antonomasia la diosa perseguida por un mortal. Son adems ambas mujeres rebeldes que se saltan las normas impuestas para la mujer: la 48 Cf. Gonzlez Serrano (1999) respecto a los fuertes paralelos entre estos per- sonajes de distintas zonas del mundo antiguo, y acerca de los mitos de catbasis vinculados a ellos. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 309 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. una por perseguir a los hombres (a los varones, y mortales, por aadidura) y la otra por intentar desobedecer la autoridad superior y huir de un matrimonio impuesto. Las dos son, por tanto, castigadas, de modo que son desdichadas en sus relaciones amorosas (en todo caso, ya hemos visto que nunca acaba bien la unin de una diosa con un mortal). Parece entonces que ante su frustracin como amantes se vuelcan, las dos igualmente, en el amor tan intenso hacia el hijo. Pero incluso por su genealoga y su funcin csmica se hallan en paralelis- mo y contraposicin: Tetis es diosa marina, nieta de Ponto (personificacin del Mar), mientras que Eos es diosa celeste, nieta de Urano (personificacin del Cielo). Y si Eos quizs simboliza con sus mltiples historias de amor lo efmero y cambiante de su ser, Tetis simboliza a su vez con sus mltiples metamorfosis (facultad caracterstica de las divinidades marinas), intentando esquivar a Peleo, el cambiante estado del mar 49 . 3.2.6. Tambin la historia de amor de su hermana Selene, con Endimin, aunque no consiste en un rapto, es contrapuesta por completo a la de Eos con Titono: Eos, en su amor a Titono, pide a Zeus para l la inmortalidad, y el dios-rey se la concede, pero no la juventud eterna, de modo que Titono vive eternamente viejo. Mientras que Selene pide a Zeus que otorgue a su amado Endimin la realizacin de un deseo, y l obtiene as el dormir para siempre, permaneciendo eternamente joven, aunque muerto en cierto sentido. 3.2.7. Otros importantes puntos de conexin existen entre Eos y Afrodita 50 : por una parte, la unin de Eos con Titono es comparable a la de Afrodita con Anquises (como nos hace ver el himno homrico), pues ambas diosas, enamoradas de un mortal, van en su busca llevando ellas la iniciativa. Por otra parte, en relacin a Faetn. Segn el testimonio de Hesodo (Th. Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 310 Vol. 12, 2002, 287-318. 49 Y observemos que ambas realizan reiteradamente (Eos con absoluta regulari- dad, por supuesto) el movimiento ascendente-descendente desde las profundida- des acuticas: Eos emergiendo cada maana del Ocano, donde duerme, y Tetis del fondo del mar, de su morada junto a su padre y hermanas. Bader (1986: 19-37) seala que las Nereidas son divinidades de immersion-mergence, y que ya lo indica la etimologa de su nombre. 50 Sin embargo, no son relevantes en el aspecto iconogrfico. No he encontra- do escenas de persecucin amorosa protagonizadas por Afrodita, y de su unin con Anquises concretamente no abundan las representaciones. Acerca de Afrodita y su iconografa, cf. Delivorrias (1984: 2-151. Sobre su relacin con Anquises y otros amados, 147ss.), Furtwngler (1884-6: 406-419) y Roscher (1884-6: 390-406). 984ss.), Faetn, hijo de Eos y de Cfalo, otro joven semejante a los dioses, es raptado por Afrodita en su tierna juventud. De modo que Afrodita se pre- senta tambin con el rasgo que caracteriza esencialmente a Eos: como diosa raptora de jvenes; y, precisamente, raptora del hijo de Eos. 3.2.8. Otra diosa asimismo con respecto a su relacin amorosa muestra ciertos paralelos con Eos: Calipso 51 , que, enamorada de un mortal, Odiseo, lo retiene contra su voluntad, a modo de un rapto. Tambin quiere conceder- le la inmortalidad, pero infructuosamente, pues l la rechaza (cf. Od. 5, 135-6 y 209). Y es Calipso precisamente quien cuenta la historia del rapto de Orin por Eos (Od. 5, 118ss.), ponindola como ejemplo en relacin a su propia situacin, con Odiseo del funesto fin de los amores entre diosas y huma- nos, que los dioses no permiten y castigan siempre muy severamente. Totalmente equiparable a ste es el pasaje del Himno a Afrodita (vv. 200ss.), en que igualmente la diosa, Afrodita, (en relacin a su propia situacin, con Anquises) pone como ejemplo de las lamentables uniones entre una diosa y un mortal la de Eos con Titono. Se establece, pues, una analoga entre Eos -Afrodita -Calipso. 3.3. Madre 3.3.1. Pero Eos no slo es enamorada, sino tambin madre, y en tal fun- cin se opone de nuevo a Tetis. En la Guerra de Troya se enfrentaron los hijos de ambas, y el de Eos, Memnn, fue vencido y muerto por el de Tetis, Aquiles. Que la faceta de Eos como mater dolorosa es relevante (y ampliamente representada en iconografa), ya lo hemos comentado. Respecto a Tetis, ni necesita comentario: ella es en la mitologa por excelencia la mater doloro- sa, la madre amantsima, como de continuo muestran sus apariciones en la Ilada. Como ejemplo significativo recordemos Il. 18, 36ss., en que Tetis y sus hermanas las Nereidas protagonizan una verdadera escena de duelo, como anticipando la del momento terrible, no lejano, de la muerte de Aquiles, que 51 Aguirre Castro (1996: 143-157) seala la analoga entre Eos y Calipso tambin en el hecho de que ambas diosas viven apartadas y pertenecen a un tipo de divini- dad femenina peculiar, con rasgos a la vez positivos y negativos, representando un mundo de amor y fecundidad y otro de muerte, de modo que se manifiestan como restos o facetas de la primitiva Diosa Madre (p. 157). Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 311 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. ya en efecto se narra en Od. 24, 47ss. (y en la Etipida), y que tan expre- sivamente queda plasmada en la imagen de fig. 20. Siguiendo con Il. 18 (en donde tan importante es la participacin de Tetis), en vv. 429ss. llora la diosa por su boda forzada con un mortal ya envejeci- do, que ha dado como fruto un hijo desdichado y destinado a morir. Es ste un pasaje que, precisamente, tiene mucho en comn con la parte del him- no (h. Ven. 196ss.) en donde se inserta el episodio de Eos y Titono: el lamen- to de Afrodita por su unin con un mortal, al que pronto sin remedio abru- mar la vejez y del que ha concebido un hijo para su dolor. 3.3.2. Tambin en su papel de madre una vez ms presenta Eos analoga con Afrodita. Pues ambas en su unin con un hroe mortal (Titono la una y Anquises la otra, en fuerte paralelismo a su vez como ya sealamos) han con- cebido un hijo mortal, Memnn y Eneas respectivamente, participantes los dos en la Guerra de Troya contra los griegos invasores. Y ambas sufren la angustia de presenciar el enfrentamiento del hijo con el ms temible casi invulnerable y casi infalible de los hroes griegos, el hijo igualmente mortal de otra diosa (de Tetis). Pero al fin su suerte es antittica: el hijo de Eos mue- re, mientras que el de Afrodita no slo se salva en esa batalla sino incluso de la catstrofe final de la guerra toda, como casi nico superviviente de entre los prncipes troyanos. De modo que si no l mismo al menos su estirpe ser imperecedera (a diferencia, por ejemplo, de la de Hctor, que ser aniquilada). As, se vinculan muy estrechamente las tres diosas, Eos - Afrodita - Tetis: amantes de un mortal y madres de un gran hroe (ms fuerte e ilustre que el padre), mortal tambin l para dolor de su madre, aunque de una manera u otra finalmente inmortalizado. 4. REFLEXIONES FINALES En conclusin, en primer lugar, no se puede dejar de insistir en lo valioso que resulta el recurrir al testimonio conjunto de las fuentes literarias e iconogrficas. Despus, quizs dos cuestiones principalmente querra destacar: 4.1. Los rasgos que caracterizan a Eos como diosa de un tipo especial, con numerosos puntos de contacto con la Gran Diosa Madre de origen orien- tal: una divinidad femenina de amplios dominios y universalidad en su poder; una divinidad femenina de gran fuerza generadora; una divinidad femenina con preponderancia sobre el varn; con esposos y amantes en posicin secun- Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 312 Vol. 12, 2002, 287-318. daria, en funcin (algunos al menos) principalmente de fecundadores; con amantes mortales a los que la unin con la diosa resulta peligrosa y daina; con un hijo que muere, pero que despus alcanza la inmortalidad. 4.1.1. Eos (y no Helio) es, segn Homero y Hesodo, la que trae la luz a todos los seres, mortales e inmortales. Y es a la vez, en cierto modo, Da y Noche: en ella, al ser el trnsito, se fun- den los opuestos. De modo que tiene una triple faz. Ella seala el transcurso de los das. As pues, podemos decir que, de alguna manera, Eos domina el cielo, el espacio, y domina el tiempo. 4.1.2. Eos es madre de todas las estrellas y de los vientos tiles para los mor- tales, adems de sus hijos habidos de hombres mortales, todos hroes ilustres. 4.1.3. Eos presenta fuertes paralelos con otras diosas asimismo de carcter especial, poseedoras de dotes extraordinarias y poder sobre la naturaleza, vinculadas algunas muy claramente a la Gran Diosa: con Afrodita 52 y con Tetis sobre todo, y tambin con Calipso y Selene. 4.1.4. Eos tiene a su lado un joven amante mortal (o bien un hijo), un ao- propo, al igual que la Gran Diosa oriental: como Innana-Ishtar-Astart con Dumuzi-Tammuz, como Cibele con Attis, como la propia Afrodita con Adonis, como Isis con Osiris. Amante al que causa la muerte o un grave dao, como tambin Eos: as Orin, que muere prematuramente, y Titono, inmortal pero consumido por la vejez sin fin. De modo que es benigna y maligna a la vez. 4.1.5. Eos asume el papel supuestamente del varn: tradicionalmente es el varn el que tiene preponderancia, el que lleva la iniciativa, el perseguidor y raptor de mujeres (o de jovencitos). As, se observa el paralelismo pero con inversin de sexos con su hijo Breas, y la oposicin con respecto a otros raptos mticos de gran simbolismo, como el de Persfona por Hades, y tam- bin la persecucin de Tetis por Peleo. 4.1.6. Pero ya todos sus descendientes son varones (como tambin los hijos mortales de Afrodita y de Tetis), sealando quizs el paso al mundo de pre- Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 313 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. 52 Principalmente Afrodita presenta rasgos de la Gran Diosa: segn la opinin comn, es de origen oriental, semejante a Innana, Ishtar, Astart. En especial, as lo muestra su figura en el Himno homrico a Afrodita: diosa de poderes universales, diosa del sexo y la fecundidad, Diosa-Montaa, aotvio 0gpev con su cortejo de fieras, diosa con su amante mortal, el paredro, amenazado con ser debilitado o herido de muerte (h. Ven. 188-90 y 288), diosa madre (del hroe Eneas, al que hace inmortal en su descendencia: h. Ven. 197). Y en este poema precisamente es narra- da la historia amorosa de Eos como paralela a la de Afrodita. domino masculino: los hroes por un lado, los dioses reyes (Zeus, Hades, Posidn) por otro. Sin embargo, otra de las diosas ms claramente herederas de la Gran Diosa Madre, Demter, tiene una hija, Persfona. Pero sta ya es una figura secun- daria, frente a la preponderancia de su esposo, Hades, al que est sometida como a varn que es, superior. Aunque slo una parte del ao, porque en el resto vuelve por designio de Zeus a la situacin anterior: la liberacin del esposo y la estrecha unin con su madre. De manera que todas las diosas con rasgos heredados de la Gran Diosa oriental en el mito griego quedan ya subordinadas a la autoridad de Zeus, que no les permite conservar al menos no totalmente su carcter primitivo de diosa prevalente. As, a Persfona y a Tetis las obliga a someterse al varn que se les impone. A Eos, a Afrodita y a Calipso las castiga a la inversa privndolas de su amado elegido; impidiendo que la unin con l sea durade- ra y eterna (como ellas desearan, fminas en definitiva!). Porque es l, el dios Padre y no la Diosa Madre ya, quien en ltima instancia concede el maravi- llossimo don de la inmortalidad. Aunque eso s: una compensacin lo concede para su hijo, que es al fin y al cabo semilla de deidad poderosa. 4.2. La segunda cuestin que me parece interesante destacar es el hecho de que en el mito de Eos y en su confrontacin con otros mitos de algn modo anlogos observamos un rasgo relevante, como lo es igualmente en otros muchos aspectos dentro del mundo griego: el marcado gusto por la antte- sis, por las oposiciones. ste es un rasgo caracterstico de la propia lengua griega. Pero lo es tambin a todos los niveles: no slo en la composicin lingstica, de las frases, sino asimismo en la literaria, en la manera de estruc- turar las obras; y no slo en lo formal sino tambin en el contenido (en los temas y personajes mticos por ejemplo). Y no solo en lo conceptual (cf. nota 23) y literario, sino adems en las representaciones artsticas que plasman las ideas. As como de tales anttesis surge a menudo un tercer elemento, bien como sntesis, bien como intermedio o transicional. De este modo, respecto a nuestro personaje lo vemos en concordancia con los testimonios literarios tambin reflejado en las imgenes plsticas: 4.2.1. El astro del da (Helio) se opone al de la noche (Selene), y Eos surge como trnsito. Los tres en sus representaciones suelen aparecer en forma semejante; pero mientras que Helio es personaje masculino, lleva nimbo con rayos y sus caballos se alzan, Selene es femenina, presenta la luna sobre su cabeza y sus caballos van en descenso. Respecto a Eos, intermedia, se parece Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 314 Vol. 12, 2002, 287-318. a Selene en cuanto personaje femenino, y en especial es similar en su imagen a la Noche, asociada a la Luna (a veces llevando incluso como atributo el cre- ciente y estrellas), y, por otra parte, se vincula a Helio, por su carro tambin en general ascendente y marchando en el mismo sentido. 4.2.2. Eos se opone a su amado. Ella: diosa (alada), generalmente con las manos vacas, vestida siempre, tendiendo hacia l. l: mortal, generalmente con jabalina o lira en la mano, desnudo o casi con frecuencia, huyendo de ella. A menudo aparece un tercer personaje (otro joven, compaero del amado), y en ese caso la diosa est en medio de los dos, que se oponen formalmente entre s al huir de Eos en direcciones contrarias. Esto quizs indica la eleccin del ms bello entre varios jvenes que se dedican a una actividad juntos, como es tpico en los raptos mticos y como es frecuente, en todo caso, en las imgenes de persecucin sexual. 4.2.3. Se oponen tambin los distintos amados entre s: el cazador y el poe- ta-pastor, como se muestra en sus diferentes atuendos y objetos distintivos. 4.2.4. Eos se opone en cuanto a sexo a sus descendientes, que son varones; pero algunos se hallan en situacin semejante a ella: tambin son perseguido- res Breas y los Boradas, de muchachas (es decir, con inversin de sexos). 4.2.5. Eos se opone en general a los otros dioses perseguidores, que son varones, como Hades raptor de Persfona, Zeus, Posidn, etc. 4.2.6. Eos se opone, por otra parte, a la diosa perseguida por un mortal, Tetis. Ella, diosa celeste que cada da aparece en el cielo y desaparece, frente a la diosa marina que emerge y se sumerge en el mar. 4.2.7. Eos se opone a las otras madres divinas: a Afrodita, (como nos evi- dencian los textos), por un lado, porque el hijo de sta igualmente prncipe troyano descendiente de Tros se salva en la lucha contra Aquiles, y en la guerra toda, al contrario que el hijo de Eos. Y, por otro lado, fundamentalmente, se opone a Tetis, al igual que se opo- nen sus hijos pertenecientes a bandos diferentes en la Guerra de Troya enfrentados en lucha a muerte. Y as, ellas en las imgenes se sitan en los extremos simtricamente, respaldando al hijo respectivo. Hijo que tanto el uno (fig. 19) como el otro (fig. 20) muere prematuramente y es llorado con la mayor amargura. Hijo para el que al menos segn alguna versin del mito ambas consiguen la inmortalidad 53 : el bien ms preciado para el ser Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora 315 Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos Vol. 12, 2002, 287-318. 53 Se dice en la Etipida, de uno y de otro. De Aquiles aunque difiere la ver- sin de Odisea (11, 467-540), en que se le presenta como una sombra infeliz y pri- vada de los sentidos, habitando en el Hades otros autores le suponen una inmor- talidad venturosa en algn lugar paradisaco. As, Pndaro (Olmpica 2, 70-80) dice que su madre persuadi a Zeus con sus splicas y lo llev a la Isla de los ms querido. Tambin para el padre de Memnn, Titono, la consigui Eos; pero de manera incompleta, y por tanto terrible. Por consiguiente, de forma especialmente destacada nuestro personaje en sus diversas facetas humanas (como enamorada, como madre) pone de relieve la oposicin probablemente ms importante de la mitologa y ms enfatizadamente reiterada a lo largo de la literatura griega (la de poca arcaica en especial): la oposicin entre mortal e inmortal. En su expresin literaria quizs ningn ejemplo tan impactante como el caso del desgraciado mortal convertido en inmortal por el capricho de una diosa. Titono sufre (y no goza) de una inmortalidad artificial, contra natura, lograda slo a medias: vida eterna pero no juventud eterna; en consecuencia, espantossima. Es la maldicin de una bruja y no el regalo de un hada! Y la diosa, antes enamorada, lo aparta de s, porque nada puede distanciar ms al ser humano del dios que la falta de juventud y de belleza. En cuanto a la expresin artstica, se plasma magistralmente en la bellsima imagen de Douris (fig. 19). La madre divina, en figura vertical, con sus alas hacia arriba tocando el cielo (transpasando el lmite del encuadre de la pin- tura), no simboliza la vida inmortal, frente al hijo humano, en posicin hori- Alicia Esteban Santos Eos: El dominio fugaz de la Aurora Cuadernos de Filologa Clsica: Estudios griegos e indoeuropeos 316 Vol. 12, 2002, 287-318. FIGURA 20. Hidria corintia, de Caere. Ca. 570 a. C. Paris, M. Louvre E 643. Tetis con las otras Nereidas rodendola se inclina doliente sobre el cadver de su hijo Aquiles. Bienaventurados, en donde tambin se encuentra Peleo. En Andrmaca de Eurpides (1253ss.) Tetis le promete a Peleo hacerle inmortal para que viva siem- pre junto a ella en la mansin de Nereo, mientras que Aquiles habita en la Costa Blanca. Acerca de las distintas versiones sobre la residencia de Aquiles despus de su muerte, cf. M. Martnez Hernndez (1999: 255ss.). FIGURA 19. Fondo de copa tica de f. r. (pintada por Duris). Ca. 485/80 a. C. Paris, M. Louvre G 115. Eos se inclina doliente sobre el cadver de su hijo Memnn. zontal, con sus brazos inertes cados, tendiendo a la tierra, como expresiva representacin de la muerte? BIBLIOGRAFA M. Aguirre Castro (1996), Ambigedad y otros caracteres de las divinidades remotas de la poca arcaica, CFC: egi 6, 143-157. M. J. Anderson (1997), The Fall of Troy in Early Greek Poetry and Art, Oxford. F. Bader (1986), Autour de Thtis la Nride, en Jouan (1986: 19-37). A. Ballabriga (1986), Le Soleil et le Tartare, Paris. C. Benson (1995), Eos and Kephalos, Eos and Tithonos, en Reeder (1995), 398-402. A. Bernab (1978), Himnos homricos. La Batracomiomaquia (traduccin, introduc- ciones y notas), Madrid. (1979), Fragmentos de pica griega arcaica (introduccin, traduccin y notas), Madrid. J. S. Clay (1989), The Politics of Olympus. Form and Meaning in the Major Homeric Hymns, Princeton. A. Cohen (1996), Portrayals of Abduction in Greek Art: Rape or Metaphor?, en Kampen (1996), 117-135. A. 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