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Pukara 119

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La Paz, julio de 2016

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Peridico mensual
Julio 2016
Qollasuyu
Bolivia
Ao 10

Nmero 119
Edicin
electrnica

EL AO NUEVO ANDINO amaznico se

ha convertido en algo que no deseaban sus recreadores.


De constitutivo fundador de una nueva identidad
nacional, pas a ser elemento funcional al desvaro
posmoderno y a la instrumentalizacin poltica. Para ello
era necesario inventar una mitologa sobre su inalterable
continuidad milenaria. Aqu revelamos cmo fue que
realmente naci esta festividad.

La Paz, julio de 2016

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El proceso de
cambio y la mujer
Una de las figuras que el
Es necesario
proceso de cambio enarbol
recalcar, sin
como smbolo de transformacin
en Bolivia, fue el de la mujer.
embargo, que no
Ese, como otros smbolos del
actu al gobi erno, tu vo si n es la legitimidad de
embargo la desdicha de ser el
las reivindicaciones
infeliz resultado de un empalme
de quimeras ancestralistas con
de la mujer la que
mitos posmodernos. As, se
se ve as afectada,
con stat un a coexistenci a
paradjica entre el chacha warmi
sino los mitos a
y las poses ms actuales del
travs de los
feminismo occidental.
Ese recurso a la mescolanza
cuales se las quizo
como solucin que evita la
operativizar.
dificultad de conceptualizar los
elementos de nuestra realidad, de
bien identificarlos y de proponer soluciones, lo tenemos tambin
con el paradigmtico concepto de indgena-originario-campesino,
que quiere identificar como una sola realidad sociolgica,
componentes dispares y, a veces, antagnicos entre s.
La dura realidad ech por tierra especulaciones mitificadoras y
descubri realidades afrentosas, dejando mal parada la imagen
descolonizadora de la mujer que se quera instaurar. Es necesario
recalcar, sin embargo, que no es la legitimidad de las reivindicaciones
de la mujer la que se ve as afectada, sino los mitos a travs de los
cuales se las quiso operativizar.
La primera hecatombe sucedi cuando el escndalo del Fondo
Indgena, donde estuvieron involucradas en su desfalco organizaciones femeninas, las conocidas Bartolinas, y sus principales dirigentes,
entre ellas quien era postulada a gobernadora por el departamento
de La Paz, Felipa Huanca. La historia del indgena como reserva
moral de la humanidad y de la mujer indgena como su componente
ms noble y honesto sali mal parada de ese percance.
El otro percance est sintetizado en la saga Gabriela Zapata, que
desbarat la imagen del chacha warmi y salpic la imagen del
presidente boliviano.
Se quiso poner al chacha warmi, complementariedad del hombre
mujer, como principio fundador de las relaciones no solamente
humanas, sino csmicas. Dogma difcil de asimilar cuando el
presidente pareca desmentir ese principio, al no tener warmi. Al
final s la tena, pero era ilegtima. Y ella compensaba su opacamiento
como primera dama oficial, con supuestas prebendas y trficos y
remediaba su alejamiento del poder externo con una implacable sed
de afectividad humana.
Cuando se desbarajustan las convicciones ntimas, el descalabro
material puede ser inminente. Para asentar el tiempo de
administracin que le queda, el gobierno no solamente debe pensar
en relevo de polticas y de personas, sino tambin de ideas
fundamentales, sin las cuales son difciles esos necesarios trnsitos.
Ilustracin tapa: Oficiantes del Ao Nuevo Andino con ropas desconocidas anteriormente.

Director:
Pedro Portugal Mollinedo

Depsito legal 4-3-116-05


e-mail:
info@periodicopukara.com
www.periodicopukara.com
Telfonos: 71519048
71280141
Calle Mxico N 1554, Of. 5
La Paz, Bolivia

Comit de redaccin:
Nora Ramos Salazar
Daniel Sirpa Tambo
Carlos Guilln
Colaboran en este nmero:
Mario Blacutt Mendoza
Christian Jimnez Kanahuaty
Sal Flores Caldern
Rumiawi
Inka Waskar Chukiwanka
Pedro Hinojosa Prez
Atawallpa Oviedo Wakaku
Jos Luis Saavedra

Los artculos firmados no representan necesariamente la opin de Pukara.


Todo artculo de Pukara puede ser reproducido
citando su fuente.

Fuente foto: https://es.noticias.yahoo.com/bolivia-celebra-a%C3%B1o-nuevo-andino-5-523-con-212314212.html

Bartolom de las Casas


y su humanismo sustantivo
Silvana Vignale*
A diferencia de Seplveda, Bartolom de las Casas vivi largos
aos en el nuevo continente. Lleg por primera vez a la Espaola
en 1502; tiempo despus, en 1514, estando en Cuba, se convirti
a la causa de los indios; lleg a ser Obispo de Chiapas (Mxico) en
1543. Doce veces atraves el ocano para luchar contra quienes
justificaban la conquista, la violencia y el sometimiento. En 1543
logr que Carlos V promulgara las Leyes Nuevas o Nuevas Leyes
de Indias (4) , tardas e insuficientes, pero al menos moderaban el
rgimen de encomiendas, evitaban el uso del trmino conquista
y mandaban la penetracin pacfica de los territorios. La formacin
teolgica y filosfica que Bartolom haba logrado en buena medida
como autodidacta, le permiti disponer de unos principios
antropolgicos, con los cuales elabor la doctrina que le servira
de base en la defensa de los hombres nuevos frente a los
hombres viejos. Se trata de un humanismo sustantivo segn
el cual todos los hombres son personas, dotados por naturaleza
de entendimiento o razn; por lo tanto, libres y capaces de decidir
con responsabilidad los modos de organizar la vida individual y del
grupo. En sus escritos realiza verdaderos estudios transculturales,
es decir, analiza la gran variedad de culturas que hay en Amrica y,
mediante la aplicacin del mtodo comparativo, muestra que en
muchos aspectos la cultura indgena es superior a la europea y
que algunos hechos considerados por los espaoles como muestra
de barbarie, se han dado histricamente en otras culturas vistas
como superiores por ellos mismos.
Desde el punto de vista de la antropologa filosfica, el principal
aporte de Bartolom de las Casas fue su doctrina sobre la unidad
especfica del gnero humano, segn la cual los derechos y libertades
de la naturaleza humana se explican por la igualdad de todos los
hombres; en ello consiste la dignidad humana. El hombre tiene
implcita en su naturaleza la tendencia a lograr los fines para los
que fue creado; para ello cuenta con un conjunto de atributos
esenciales: la racionalidad, la libertad, la sociabilidad: Todo hombre
dice Bartolom tanto infiel, como fiel, es un animal racional y
social y, por consiguiente, la sociedad o el vivir en sociedad es
para todos ellos natural. Las diferencias que existen entre las
personas y los pueblos son accidentales, son el resultado de la
diversidad de culturas y formas de educacin. Adems, tiene una
visin evolutiva de la cultura, de la sociedad y de la religin. Todo
ello fortalece su juicio negativo sobre la conquista; su anlisis
anticolonialista del contacto cultural; su enjuiciamiento crtico de
instituciones tales como los repartimientos, las encomiendas y la
esclavitud; su defensa de mtodos pacficos para la evangelizacin
y las relaciones entre los gobiernos indgenas y la Corona espaola.
Es indiscutible el aporte terico de Bartolom a la antropologa
filosfica, sin embargo ha de tenerse en cuenta que no se trata
slo de una teora abstracta, sino de una respuesta concreta,
terica y prctica, a una situacin histrica especfica de violencia
contra la dignidad humana. En el presente se considera que los
aportes de Las Casas constituyen un antecedente de la defensa y
fundamentacin de los Derechos Humanos.
* Extractado de Acerca del debate en torno a la humanidad del indio del Blog
ANTROPOLOGA FILOSFICA de Silvana Vignale

La Paz, julio de 2016

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Contemporneo:

Arquitectura aymara,
arquitectura del pensamiento
Christian Jimnez
Kanahuaty
Dentro de las mltiples producciones que realiza el ser
humano en su vida dentro de
comunidades de individuos, se
encuentra como la forma ms
visible y tangible de construccin, la arquitectura.
Se suele decir que se producen
objetos con el trabajo del hombre, pero estos objetos a veces
son materiales, y otras, simblicos. En el plano de los conocimientos simblicos que se generan estn por supuesto, las
ideas, la teoras, los conceptos,
interpretaciones del mundo, demandas sobre el cambio social,
juicios sobre la poltica e incluso,
razones legales y jurdicas que
sustentan determinado modo
de actuar. Todas ellas, entre
muchas, son actos sociales que
intentan consolidad la vida en
sociedad, reproducirla y al mismo tiempo modificarla.
Ms all, de esto, las construcciones materiales de ciertos objetos por parte del hombre, reflejan sus ideas e interpretaciones del mundo y al mismo
tiempo, plantean una idea del
mismo. Es decir que no slo lo
representan en lo material, sino
que al hacer, los artistas, los
ingenieros, los hombres, en
definitiva; construyen un nuevo
mundo al dotarle de sentido y
organicidad.
La arquitectura es un modo de
la transformacin del mundo. Es
aadir a la realidad algo que no
exista previamente, pero que al
momento en que se concreta y
llega a existir se ensambla con
la realidad y su paisaje.
Es cuando se asimila al paisaje
que una obra arquitectnica cobra dimensiones sociales, polticas y culturales, ha dejado de
ser la maqueta de una edificacin
y ha pasado a ser, la construccin de un deseo. De una intencin, tambin, que intenta aglutinar en su interior una serie de
ideas y conceptos sobre el mundo sobre el cual esa construccin arquitectnica se asentar.
La arquitectura que se desarrolla en la ciudad de El Alto y
que ha concitado la atencin de

la prensa nacional e internacional, merece ser pensada como


algo ms que construcciones coloridas. Tiene capacidad para ser
desarrollada como una serie de
ideas conceptuales desde el universo de la arquitectura como
disciplina y ciencia, pero tambin
como escenario de debate poltico al proponer en su esttica
y definicin un modo de entender y aprender el mundo; en
este caso el mundo aymara e
indgena en general. Pero con
sus lmites y sesgos.
As, por ejemplo, Luis Tapia,
en Epistemologa experimental
nos indica que una arquitectura
nunca es solo la aplicacin de
principios de diseo y construccin, es la imaginacin de una
forma nueva o un conjunto de
formas y su complejidad interna, en este sentido, se reconoce que la arquitectura produce
espacios internos, los lugares
donde se habita y distribuye el
trabajo, pero al mismo tiempo,
la arquitectura se conecta con
el entorno. Este entorno no es
slo el paisaje, como en principio
asumimos, sino que va ms all:
propone una interrogante sobre
la relacin con las dems edificaciones, con las reglas y condiciones de produccin y construccin, es decir, su diseo, sus materiales, colores, formas y sentidos de afinidad que proporciona
a los habitantes. Un lugar no es
slo un espacio fsico, que permite vivir en l, sino que tambin
refleja algo de la identidad y de
la subjetividad de quien habita
esos espacios. Por ello se piensan los espacios como lugares
vivos de los cuales uno se enamora y quiere permanecer en l
y llenarlo de contenido: decorar
las paredes, colocar flores y macetas de plantas en determinados lugares, colocar un tipo
especfico de muebles y acondicionar espacios ntimos como
los dormitorios y el bao de
acuerdo a perspectivas personales de comodidad y tranquilidad.
Entonces, una construccin
no es slo un edificio puesto
sobre la geografa y que ocupa
un espacio.

La nueva arquitectura aymara es exponente de la plurinacionalidad, sin


embargo no ser la arquitectura del nuevo palacio de gobierno que construye
Evo Morales. En la foto, un cholet en la ciudad de El Alto. Fuente foto: http://
www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-366672/el-surgimiento-de-una-nueva-arquitectura-andina-en-bolivia

El gua suizo que hace dos


aos ide una forma de ganar
dinero por medio de llevar a los
turistas hasta la ciudad de El Alto
para conocer las edificaciones
que el arquitecto Freddy Mamani
ha desarrollado bajo el nombre
de Cholets en una entrevista
de prensa dijo lo siguiente cuando se le pregunt sobre los motivos del por qu esos edificios
estaban en una zona como esa:
Por qu poner una casa
encima de un edificio? Representa el xito econmico de la
gente. A m me gustara vivir en
otra zona ms clida, pero aqu
tuvieron su xito y son gente
de aqu. No van a vivir en una
zona donde hay blancos. Aqu
es el xito y aqu lo muestran.
Y aunque las edificaciones son
propiedad de la nueva burguesa
aymara, que ha migrado en diferentes olas generaciones del

campo a la ciudad de El Alto y


que ha logrado consolidarse en
reas como el comercio o la venta de servicios, lo que nos interesa no es explorar el lugar desde dnde llegan los recursos
para la construccin de estos
edificios que llegan a costar
hasta un milln de dlares.
Nos interesa pensar la arquitectura de los cholets (mezcla
de lo cholo con el chalet) que
surgen con fuerza desde 2006:
el ao en que Evo Morales tom
posesin del gobierno como
presidente de Bolivia.
Cuando Freddy Mamani explica
el porqu de su estilo, se refiere
a la cultura como matriz de sus
smbolos estilsticos. Los pone
al centro de sus construcciones
porque para l deben representar a la cultura aymara. La chacana, la serpiente, los ojos del
cndor, las plumas y los colores

La Paz, julio de 2016

encendidos, son parte de una


retrica de la imagen que dice
ms con el frontis de una fachada de edificio que muchos de los
manifiestos y discursos de
lderes polticos que intentan
definir la plurinacionalidad.
No en vano Mamani seala que
su labor no es slo arquitectnica, sino la de dar identidad
a su ciudad. Y que es por ello
que se la conoce como arquitectura andina de Bolivia.
Ahora bien, el proceso poltico
que atraviesa Bolivia est marcado por una transformacin
que no es slo nominativa, sino
que reafirma un fondo histrico
de luchas, conflictos, muertos,
exiliados, desaparecidos y re
significaciones de la identidad y
de las regiones en Bolivia, la plurinacionalidad, se posiciona entonces como resultado de una
acumulacin histrica con sus
tensiones, contradicciones, lmites y alcances. Lo que significa
que la plurinacionalidad no es slo un proceso de reconstitucin
del tejido institucional del Estado
boliviano, sino es la puesta en
escena de unas relaciones de
dominacin, discriminacin y
divisin social del trabajo y de
la consiguiente divisin sexual
del trabajo y de sobre todo, los
lmites para pensar las alternativas al desarrollo dentro de
la matriz del Buen vivir.
Todas estas condiciones en las
cuales se expresa la construccin y rearticulacin de la sociedad no tienen su momento
de sublimacin, como dijimos,
tan slo en la arquitectura estatal y su creciente nmero de
instituciones. Tiene tambin incidencias en el mundo de lo
simblico.
Las condiciones que hacen que
un cholet sea un cholet, radican
en sus colores estridentes, poli
cromticos que se ensamblan en
un paisaje continuo y monocromtico. Pero su sello definitivo
tambin est en sus formas
recuperadas segn Mamani de
la cultura tiawanakota, que
posee figuras mticas y religiosas como las serpientes, los
cndores, las chacanas (o
cruces andinas) los sapos, y
adems se funda en la repeticin
y en las combinaciones dobles,
binarias, en definitiva.
Esto que de por s es slo para
algunas personas simplemente
un edificio multicolor perdido en
la geografa andina es un sntoma de un problema latente en
la construccin de la plurinacionalidad.
Y esto es importante en un
contexto poltico, cultural y econmico que pone a Bolivia al
centro de las transformaciones

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en el continente por su lucha en


procura de las reivindicaciones
culturales y territoriales de los
pueblos indgenas y sus nacionalidades.
Sin embargo, en lo cotidiano,
acciones como las desarrolladas
desde la arquitectura por Mamani, nos muestran una dimensin
distinta del proceso de constitucin de la plurinacionalidad. Lo
que encontramos es ms bien
un proceso de resistencia. Un
proceso donde el esquema de
lo plurinacional tiene huecos.
Esos huecos suceden porque
existen escenarios de resistencia
simblica, por parte de identidades culturales, que haciendo uso
de los smbolos, de la memoria
y de las imgenes de una determinada cultura, organizan un
pasado y lo exaltan a la par que
lo idealizan y desarrollan desde
esa otra mirada culturalista, un
movimiento nacionalista que
apuntala una crtica y una manera cultural que se representa en
la arquitectura y que quiere decir
que lo plurinacional no es slo
an una construccin sino que
ni en su faceta discursiva ha
logrado instalarse como una
realidad.
Retricamente se reconoce a
Bolivia como un Estado Plurinacional, pero desde que esto es
as, se ha manifestado tambin
que la plurinacionalidad es un
significante vaco. Esto que alude
a un trmino psicoanaltico para
explicar una realidad significa
que la plurinacionalidad es un
concepto, una idea, una imagen
en construccin y en donde por
tanto caben todas las diferencias posibles y todos los conceptos, por ms que stos sean
contradictorios entre s.
Un significante vaco es un
recipiente que es llenado con
distintas ideas y conceptos
sobre lo que este recipiente es,
y al llenarlo tambin se lo llena
con acciones polticas, ideologas
y prcticas econmicas.
Pero tambin con acciones
simblicas. Algunas de ellas
estn expuestas visiblemente en
la construccin de los cholets
porque recuperan y dan sentido
slo a un tipo de memoria y de
tradicin cultural. Reivindicndola y haciendo de ella el centro
de las miradas, invisibilizando a
su vez, todas las dems formas
y mitos y representaciones
antropomrficas de la realidad.
En este sentido, tenemos que
los cholets no slo reafirman
una posicin econmica, sino
que culturalmente reafirman una
y otra vez, con cada construccin, a travs de cada uno de
los colores y de las formas de
los edificios, la farsa de la pluri-

nacionalidad y constatan que en


lo cotidiano las personas an
piensan y actan en procura de
la recuperacin de su propia
cultura y con ello la empoderan
y la contrastan con las culturas
de los dems y las quitan de la
paleta de los repertorios e
integran an ms elementos que
slo validan el imaginario y la
representacin monocultural.
Los cholets es la forma en que
una cultura ejerce la resistencia
frente a un proyecto modernizador con carcter integracionista.
La plurinacionalidad tericamente podra entenderse como la
forma en que al interior del Estado se consolidaran instituciones
y organizaciones que funcionen
en distintos tiempos histricos
y en diferentes modos culturales
para atender las demandas de
los pueblos y nacionalidades.
Sin embargo, en los hechos
esta diferencia est subsumida
dentro de una matriz cultural
propuesta desde el Estado
como aquella que lo representa.
La esencia de lo plurinacional no
est en lo aymara, sino en lo
quechua, porque por un lado,
de esa composicin tnica es la
base poltica que electoralmente
sostiene al gobierno y que tambin despliega acciones colectivas en su defensa. Al mismo
tiempo, los discursos presidenciales avalan constantemente su
presencia en el escenario pblico
y son los nicos con quienes se
articula para confeccionar polticas pblicas; las dems nacionalidades slo ven al presidente
o al vicepresidente cuando stos
llevan obras hasta sus lugares
geogrficos de residencia. Esto
que parece un acto de descenso
del poder central hacia los territorios indgenas no es ms que
un momento en el que se refuerza la poltica de los bonos y la
formacin del clientelismo poltico que genera a su vez la reedicin del pacto de reciprocidad
entre sbditos y gobernantes.
Los gobernantes dan cosas a
sus sbditos a cambio de que
stos se mantengan en calma y
defiendan a los gobernantes en
momentos crticos. As, los sbditos figuran como personas
que no tienen derechos sino en
medio de un pacto donde sus
acciones son validadas por el poder del gobernante. Y es de este
modo que el gobernante se
mantiene en el poder, porque
sus beneficios se multiplican a
medida que da obras o cosas a
sus sbditos.
Esta imagen se refuerza an
ms en un contexto plurinacional, donde determinadas culturas se sienten como las de la
Amazona del pas-, desatendi-

das por el gobierno y lejos de


todas las decisiones polticas
importantes. Comunidades y
pueblos que en definitiva an
sienten la distancia del Estado.
Sienten que en contextos plurinacionales an ms que en periodos del neoliberalismo, el
Estado est ausente. En contextos plurinacionales, la diferencia
es gestionada desde el poder
central, en cambio, en lo cotidiano en un momento neoliberal,
las decisiones y las demandas
funcionaban bajo mecanismos
de la democracia representativa
que aunque presentaban una
mediacin, por lo menos, viabilizaban los canales de comunicacin Estado-comunidades
campesinas.
Desde la estructura de dominacin plurinacional, se establece
lo que es bueno y lo que no para
las diferentes culturas y nacionalidades del pas, y esto genera
que algunas de ellas se desmarquen del esquema plurinacional
dentro del marco de las autonomas porque no se atiende sus
necesidades, esto significa ya no
slo la estratificacin cultural y
territorial para la elaboracin de
polticas pblicas, sino que bsicamente es una forma de achicamiento del Estado. Una vez ms,
el Estado por medio de polticas
culturales de estratificacin tnica, se aleja de poblaciones vulnerables dotndoles de autonoma; al hacerlo, por el contrario
se hace presente en otros territorios con los que establece una
relacin de mayor afinidad, reciprocidad y complicidad.
Tenemos, entonces, finalmente
que asumir una bsqueda y ms
creativa que los pliegues de la
plurinacionalidad presentan en
sociedades en transformacin
constante como la que vive la
ciudad de El Alto.
Pero tambin buscar en leyes
de ordenamiento municipal como
las dictadas en Cochabamba en
los ltimos meses y las relaciones de la burguesa terrateniente en Santa Cruz con la explotacin en la zafra, las reivindicaciones por tierra en Pando y
Beni y las articulaciones vecinales
en centros perifricos de las
ciudades capital. Todos esos
espacios en vez de mostrarnos
la diversidad que contiene en su
interior lo plurinacional, nos
vislumbran el color y la profundidad de lo plurinacional. Sus
lmites y las formas en que se
encara una resistencia hacia l.
Los Cholets no son tan slo
un acontecimiento arquitectnico importante, sino que es el fenmeno visible de una situacin
que est encubndose al interior
de las sociedades en Bolivia.

La Paz, julio de 2016

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Comentario:

El carcter acadmico y poltico


de El indianismo katarista...
Sal Flores Caldern*
Aproximadamente hace dos
meses, la institucin Friedrich
Ebert Stiftung public una investigacin valiosa: El indianismo
katarista, una mirada crtica de
Pedro Portugal y Carlos Macusaya. El texto se present en ms
de tres oportunidades en diferentes lugares. Yo asist a los
tres primeros, el primero en los
ambientes de la Friedrich Ebert
Stiftung, dirigido a un pblico
acadmico, donde estuvieron
destacados intelectuales que se
interesan por los movimientos
indios, el segundo fue en la Facultad de Derecho y Ciencias Polticas de la Universidad Mayor
de San Andrs, organizado por
un grupo de pensadores de la
izquierda y finalmente la tercera
presentacin se llev a cabo en
la Universidad Pblica y Autnoma de El Alto, organizado por
los jvenes aymaras de La Curva
del Diablo1, desde mi punto de
vista esta ltima presentacin
fue la ms grande e importante
porque reuni a los estudiosos
del indianismo y a los que se
denominan indianistas, en otras
palabras fue el encuentro de
acadmicos y polticos. Sin embargo, la mirada poltica fue el
centro de atencin y discusin.
En este entendido, el presente
escrito extraer y analizar la
perspectiva acadmica y poltica
del El indianismo katarista, una
mirada crtica2.
En mi opinin, el eje central
del texto de Portugal y Macusaya es la crtica al pachamamismo y a la idealizacin del
indio que ha generado y expandido el indigenismo del Movimiento Al Socialismo dentro y
fuera de Bolivia; en este sentido, el texto est relacionado con
la coyuntura actual desde una
mirada histrica. La investigacin
est sustentada por exploracin
minuciosa y detallada de revisin
bibliogrfica, adems complementada con una serie de entrevistas. La investigacin desmitifica al indio bueno, amable,
* Es socilogo y miembro del
Movimiento Indianista katarista

solidario, al contrario muestra la


historia del indio no como aquel
que est vinculado armnicamente con la naturaleza sino
como aquel que est en constante pugna y competencia dentro del campo poltico, entre
indios y contra el blanco mestizo. Por esta razn, el texto es
til para los acadmicos porque
les permitir ampliar el conocimiento sobre los indios y a los
indianistas les permite replantear
la lucha poltica indianista.
Desde la academia, el texto es
plausible para la ciencia social e
historia, pues muestra nueva
informacin para narrar la historia de los indios. Seguramente
el texto ser valioso y servir
de referente para los intelectuales extranjeros y bolivianos
(Silvia Rivera, Gustavo Cruz,
Pablo Mamani, Sinclair Thompson, H.C.F. Mansilla, Fernando
Molina, Esteban Ticona y otros),
adems considero que con esta
investigacin se eliminar el
desprecio acadmico hacia los
escritos sobre el indianismo.
El estudio de Portugal y Macusaya, por otro lado, trata de
responder a los cnones de la
investigacin cientfica, pues no
es igual a los escritos de los
indios que escriben del indianismo katarismo, donde siempre
est presente el sentido ideolgico - poltico. Adems, el texto
est en la misma lnea de los
investigadores Diego Pacheco,
H.C.F. Mansilla, Javier Hurtado,
Verushka Alvizuri, pues estos
tratan de escribir investigaciones
serias y no manifiestos polticos
subjetivos.
Ahora bien, desde el enfoque
poltico, la presentacin del
texto en la Universidad Pblica
de El Alto comenz con una
oracin andina, en donde un
joven de Achacachi encomend
la investigacin de Portugal y
Macusaya a los achachilas. El
joven, que seguramente aun no
ley el texto, como muchos de
los que se encontraban presentes, pens que el libro se trataba
de un documento serio (acadmico), pero con un toque poltico ideolgico que caracteriza a

los que se consideran indianistas, se pens esto porque los


autores del texto tienen trayectoria indianista o por lo
menos la gente los considera
indianistas3. Pero cuando uno va
leyendo el texto encuentra una
caracterstica distinta a los
textos indianistas escritos por
los indios.
El hecho de que unos indios
escriban del indianismo en estas
pocas no implica que el texto
tenga que ser indianista. Comentbamos con un amigo que
si por alguna equivocacin nos
dieran el texto sin los nombres
de los autores, juraramos que
estamos leyendo a Diego Pacheco, H.C.F. Mansilla o Fernando
Untoja, quienes no simpatizan
con el indianismo. En este
sentido, me parece que no vala
la pena encomendar el texto a
los achachilas, pues era como
hacer una oracin a uno de los
textos de H.C.F. Mansilla sobre
el indianismo.
En este entendido alguien se
preguntar, La investigacin de
Portugal y Macusaya es un
documento indianista? Estar
en la misma lnea de los escritores indios como Ayar Quispe,
Felipe Quispe, Luciano Tapia,
Fausto Reinaga, Germn Choquehuanca, Ivn Apaza, Vctor
Uriarte, Abraham Delgado y
otros? A qu pblico est dirigido el texto? Considero que el
texto carece de la identidad poltica indianista, en otras palabras
el texto no es indianista, al contrario destruye los mitos construdos por los indianistas, aunque esto ser para mal o para
bien. Adems est dirigido esencialmente a un pblico acadmico
que no es necesariamente indianista. Este hecho se muestra en
la cantidad presentaciones que
se efectan en las universidades
y no en las comunidades indgenas.
Parece que el texto de Portugal
y Macusaya incita al indio a
decepcionarse de su pasado,
pues muestra una realidad de
peleas, corrupcin, caudillismo,
enemistad, egosmo, traicin,
infidelidad. Los autores descri-

ben la historia de los indios como


un relato de fracasos y estancamientos y no de logros ni virtudes. Incluso no slo develan
aspectos polticos sino tambin
aspectos personales de los lderes indios, por ejemplo indican
que Tupak Katari tena una
amante, de nombre Mara Lupiza. Se sabe que Tupak Katari
es el smbolo de lder poltico
como tambin smbolo de una
buena pareja de Bartolina Sisa,
pero cuando se devela esta
situacin quiebra la imagen de
Tupak Katari. No s si este dato
es producente o contraproducente para un proyecto poltico.
Quizs los autores con este dato
intentan hacer conocer que el
indio en la actualidad y en el
pasado es infiel a la esposa o
simplemente intentan cuestionar
el falso discurso de chacha
warmi en el mundo andino.
Para terminar, desmitificar al
indio me parece una buena
accin poltica indianista, pero
destruir mitos que han dado
conciencia revolucionaria es
contra producente a la hora de
construir un proyecto poltico,
pues cualquier proyecto poltico
necesita de mitos, creencias y
smbolos. Comparto con un
amigo que deca que es aceptable que el colonizador hable
mal de la historia de los indios y
quiera destrozar los mitos, como
hace Mansilla o Pacheco, pero es
paradjico que lo haga un indio
en nombre de la ciencia.
1
Curva del Diablo es un grupo de jvenes de la lnea indianista Katarista,
que realiza una serie de actividades en
las redes sociales y la radio. El grupo
est conformado por los hermanos y
amigos Rubn, Roger, Jaime Chambi,
Nelson Cusi, Limber Franco, Stefany
Murillo, Beymar Espejo y otros.
2
En real id a la s id ea s que es toy
planteando en el presente escrito tena
que haber manifestado en la presentacin del libro en El Alto, sin embargo
por cuesti ones de tiem po no pude
hacerlo. Agradezco a Pedro Portugal por
publ ic ar l a p resente opi ni n en el
peridico Pukara.
3
A Pedro Portugal podemos catalogarlo como un indianista moderno,
adems porque anteriormente form
p ar te d el Movim iento Indi o Tupa k
Katari. Sin embargo, a Carlos Macusaya
podemos considerarlo como un estudioso del indianismo pero no un indianista,
aunque forme actualmente parte del
Movimiento Indianista katarista.

La Paz, julio de 2016

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Ms comentarios:

Para construir un verdadero


cuerpo doctrinal indianista
Rumiawi
Rara vez la lectura de un libro
me motiva escribir. No es el caso
de El indianismo katarista, una
mirada crtica,obra de Pedro
Portugal y de Carlos Macusaya,
que felizmente pude acceder en
su versin digital. Creo que
porque el tema y la manera como
es enfocado hacen que se
despierte en mi emociones y
vivencias largo tiempo contenidas.
Mi vivencia es del Sur Andino
peruano, regin diferente y
especfica que es la esencia de
la nacionalidad en este pas. Ya
lo dijeron otros escritores, entre
ellos el insigne Luis Eduardo
Valcrcel Vizcarra: la Sierra es la
nacionalidad. La esencia del Per
es la Sierra y el Sur, pero esa
regin cunto no se aproxima
y parece a la fronteriza con
Bolivia!

Similitudes y diferencias

Pero no se trata solamente de


similitudes de paisaje, de geografa, creo que se trata de identidades comunes en historia y
en gente y al leer el libro sobre
el Indianismo Katarista que cito
se constata ello.
Creo que hasta ahora no se
haba escrito un libro sobre el
indianismo que exponga esa
relacin, felizmente lo hace este
libro cuando relata la interaccin
entre los militantes de estos
dos Estados ahora separados y
entre las ideas que desarrollaron.
No entender nadie que menoscabo nuestra realidad cuando afirmo que lo que sucede en
Bolivia fue y es influyente en las
ideas y prcticas polticas en lo
que rrespecta a lo indio que
rebasan sus fronteras, y es lo
que pas respecto al indianismo,
que culmin en el Congreso de
Ollantaytambo, al cual asist en
ese entonces como espectador,
pues no tena en ese momento
representacin de ninguna
organizacin india.
Uno de los valores de este libro
es que trata de eventos que
otros especialistas ignoraron,
vaya a saber por qu. Y el libro

se queda corto, pues mencionar


los varios lderes y movimientos
que en ese entonces se forjaron,
en especial en la regin de Puno,
como el MIK de Ttalo, hara que
sus pginas se queden cortas.
Pero tambin hay diferencias
y entre estas debo citar que a
pesar de la mstica en ese entonces los movimientos indianistas no lograron influir en Per
en la politica nacional como
sucedi en Bolivia.

Causas de fracaso

Surge en mi una pregunta,


porque creo que en los aos 70
y 80 se daban las condiciones
para que en Bolivia surgiese un
Poder Indio que tomara el gobierno y de all irradiara a todo
el continente, empezando por
sus vecinos. Entonces la pregunta: Qu es lo que pas que
hizo fracasar ese Movimiento? Y
otra pregunta, es en Bolivia
Evo Morales ahora ese gobierno
esperado?
Creo que el libro no da respuesta clara a esas preguntas,
pero s da pistas que es que el
fracaso est en la dinmica interna de estos movimientos y en
la limitacin de sus principales
dirigentes y que recin est por
venir un gobierno indio.
Ese tema es vital y constituye
en mi opinin otro de los valores
de este libro, pues no es complaciente, no hace una historia
mtica, para halagar lo pasado y
vestir de laureles a sus sobrevivientes o para inclinarse servilmente ante el presente. Ese
texto, si lo leemos con detenimiento, es tremendamente
movilizador pues pone el dedo
en la llaga de nuestros errores,
para que ya no se reproduzcan
en el futuro.

Mirando al futuro

Pero no se trata por ahora de


un libro movilizador para las
masas, sino para los dirigentes
que maana puedan movilizar a
esas masas.
Indico ello porque la mirada
crtica de los autores puede
desmovilizar a los militantes de
base que requieren de certezas
y de un diagnstico optimista de

la lucha. Pero ya lo dijeron


muchos analistas: En ideologa
el opio puede ser bueno para la
tropa, no para los capitanes.
Lo digo, porque me toc ser
espectador de cmo se disgreg
entonces la gran esperanza que
significaba el CISA, y en el origen
estaban deficiencias humanas,
no el entorno, no la espectativa
internacional, no la ideologa.
Pocos hombres lcidos se levantaron para prevenir entonces
ello y denunciar lo que suceda,
y es honor citar entre ellos a
Pspero Orosco. Escribir sobre
la hecatombe del CISA llevara
ms pginas que las que se
escribieron hasta ahora.
Es pues un libro que dice verdades, no al estilo de Fausto
Reinaga, que eran verdades que
empujaban a la movilizacin, al
acto vengador, sino verdades
que empujan a la organizacin
y a la creacin de una verdadera
ideologa, al acto fundador.
El futuro es nuestro
El futuro es nuestro era el
slogan que coreaban los congresistas en Ollantaytambo, cuando
se form el CISA. Otro de los
slogans era El temblor viene de
abajo... carajo. Creo que esas
siguen siendo verdades, que no

porque tarden son falsas.


Pero no se trata de verdades
que se impondrn por s mismas, sino que sern el resultado
de una lucha y esta lucha es
consecuencia de una organizacin, y de una calidad de dirigentes, y de una excelencia de
ideologa.
Y aqu voy a lo principal. Creo
que no se puede edificar si antes
no se derrumba, pues lo que est puede perjudicar lo que tiene
que venir. Aqu encuentro sentido a la mirada crtica del libro.
El libro es particularmente crtico con lo que denomina pachamamismo y creo que tiene
razn. Parafraseando al grande
Marx que vea a la religin como
el opio del pueblo, este pachamamismo se ha convertido en
el opio de los indianistas. Basta
ver el IntiRaymi en Cusco: lentejuelas y propina de turistas, y
nuestros indianistas dedicados
a fantasas sobre los extraterrestres y el QoriCancha, menos
ver la realidad y tomar el poder.
Pero creo yo que se trata del
Poder, y hay que construir un
verdadero cuerpo doctrinal indianista y una organizacin que
la encarne, y creo que ahora ser
en el Sur Andino del Per.

El libro "El Indianismo


Katarista: Una Mirada
Crtica" lo distribuye en
Bolivia la Fundacin
Friedrich-Ebert, Av.
Hernando Siles # 5998 esq.
calle 14, Obrajes, La Paz.
E-mail: info@fes-bol.org
Entrando a cualquiera de estos
enlaces puede descargar la
versin pdf del libro El
Indianismo Katarista. Una
mirada Crtica:
http://library.fes.de/pdf-files/bueros/bolivien/12424.pdf
http://grupo-minka.blogspot.com/2016/03/el-indianismo-kataristauna-mirada.html
http://www.periodicopukara.com/archivos/el-indianismokatarista.pdf

La Paz, julio de 2016

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Literatura:

Aqupampa, primera novela en


lengua propia americana
Pablo Landeo Muoz*
AQUPAMPA (2016), mi primera
novela escrita en runasimi, sin
traduccin al castellano, es andina, rebelde y urbana, a su manera. Desarrolla temas relativos
a la migracin, al amor, a la
fuerza de los andinos para forjar
una ciudad, a la violencia desatada por Sendero Luminoso en
20 aos de terror y muerte. Por
su condicin andina, no poda
estar despojada de su carga
mtica ni de todo los referentes
culturales propios de este
espacio.
Aqupampa, Arenal, es la
primera novela en una lengua
originaria de Amrica, sin
traduccin al castellano. En
Bolivia, se han publicado
cuentos extensos en quechua
y castellano, conozco uno de
esos cuentos, lo he ledo con
suma alegra y celebrado sus
cualidades estticas, me refiero
a Saqapa, El cascabel, de Gins
Cornejo Endara (2013) 1 ; en
Paraguay se ha publicado la
novela Kalato Pombro (Tadeo
Zarratea, 1981)2, en guaran y
en versin castellana; lo le de
igual manera con agrado, sorprendentemente en su tercera
edicin (2012). Estos libros
llegaron a mis manos gracias a
Csar Itier, incansable viajero y
compaero de actividades
acadmicas en el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones
Orientales, en Pars. No manejo
noticas respecto a publicaciones
sobre narrativa, en otras lenguas originarias de Amrica.
Escrib Aqupampa en runasimi,
por simple necesidad. Un bilinge que utiliz desde wawa el
runasimi y el espaol para
comunicarse cotidianamente, no
poda vivir de espaldas a su
lengua materna. A medida que
iba desarrollando mis capacidades para escribrir, leer y reflexionar en runasimi, los deseos
de escribir en esta lengua fueron
convirtindose en una necesidad
ineludible. Pero Aqupampa y
* Es miembro del Instituto Nacional
de Lenguas y Civilizaciones
orientales, Pars, Francia.

otros escritos mos en quechua


tienen tambin su carga reivindicativa, por ello con mi chiktantar pugnando en runasimi,
luego de algunas reflexiones,
decid escribir en runasimi, sin
traduccin al castellano (las
justificaciones de esta decisin
se hallan en Runasimipi
qillqaqmasiykunata qayakuy/
Llamado a mis hermanos que
hablan y escriben en runasimi
(2012) y en mi libro de relatos
Wankawillka (2013)3.
Aqupampa y las dems producciones escritas por los andinos, en quechua, quechua y espaol (y otras lenguas nacionales) constituirn -imagino- el
corpus para discutir, reflexionar
y cuestionar el Bicentenario de
nuestra independencia. Para
fecha histrica tan particular
seguramente se realizarn
diversos eventos y celebraciones
fastuosas; se resaltarn, pienso, la memoria de nuestros
hroes, la valenta, la fraternidad
de pueblos hermanos para terminar con el absolutismo y muchas etceteras (hasta se les
ocurrir invitar a su majestad,
el rey). Y aqu surge una interrogacin que desde hace un tiempo, me he permitido plantear en
andino, en serrano, en quechua,
dirigindome a mis wawqi-paniykuna y a quienes se interesen
por el destino de las andinos en
el Per: Bicentenario pachapi,
uqanchik runakunaqa, imatam
hayllisunchik? Es decir; y los
runas, los andinos, qu celebraremos en el Bicentenario de
nuestra supuesta independencia? Esta novela es un desafo
para los escritores quechuas
porque puede otorgarles la confianza necesaria para escribir en
quechua, sin traduccin al espaol. De modo que a partir de un
corpus de literatura escrita en
quechua, sin traduccin, que
pueda ir creciendo, sea posible
discutir nuestra independencia,
al menos desde la palabra. El
desafo es tambin para los lectores y para la nueva crtica literaria peruana.
Aqupampa fue escrita en el
invierno de Pars, el 2014. Para

fines de diciembre
ya tena la primera
versin, con sus
taras, defectos y
todo, mis personajes se haban
erigido e impuesto
al fro, a las brumas, modelado
acaso por el canto
de los cuervos, a
quienes los vea
pasar desde el
octavo piso de mi
habitacin, muy
cerca de la Sena.
En principio sus
origenes se hallan
en un cuento de
unas 10 pginas,
un cuento imperfecto y lleno de
oscuridad. La imperfeccion, la oscuridad de los personajes exigan
visibilizarse hasta
que un da pude
sintonizar con ellos
y sin planificacin previa, empec
a escribir sema-nas previas a
Ao Nuevo; des-pus de cada
breve captulo, cada personaje
reclamaba el derecho de ser
visibilizado, cada situacin
llamaba desde su oscuridad ser
esclarecida, en poco menos de
un mes tena el primer borrador,
mi primera creatura, mis
personajes con quienes despus
sufr, am y celebr la vida en
Pars.
Aqupampa, solo es un puado
de arena, de ese inmenso arenal
nuestro de cada da. Aqu, el
texto que acompaa la contratapa:
Imaynanpitaq paywan pantarurqaku? nispam tapukullani,
waqallani. awsachu, machasqachu, utisqa umayuqchu
karqaku, taytaywan pantanankupaq? Hinaspaqa pantasqankumanta willakuqraq wasiyman
hamurqaku Pantarurqanikum
taytaykiwanqa nispa. Upachu,
sunsachu kani, chay kuwintuwan
hamuwanankupaq? Imaynataq
runapa kawsayninwan pantachwan? Papelcha tarisqay
tutaqa Carloscha maskaqmi

yaqalla rirqani. Rispayqa kunkantapas kuchuramuymanmi


karqa, llapa rabyaykunawan,
hinaspam Allqukunaqa kaynam
waunku niq qillqata saqiykuspay pasakamuyman karqa.
Chaynarquptiy pitaq qanmi
sipirurqanki niwanman karqa?
Chaynarquspaypas manam
hawkachu kayman karqa. Chay
yana chunchulnintapas urquruspaymi allqukunaman qaraykamuyman karqa, yawarnintapas quillatam upyarqamuyman karqa, hinasparaqmi
chukllantapas kaaykamuyman
senderokunahina, ismusqa
sunqunpas uchpayananpaq,
runamasiykunata manaa
waqachinanpaq.
Pars, mayo del 2016.
1
Cornejo Endara, Jins. Saqapa/
El cascabel; versin en quechua y
castellano. Bolivia, Plural Editores,
2013; 96 pp.
2
Zarratea,
Tadeo.
Kalato
Pombro, (tercera edicin) versin
en guaran y castellano. Asuncin,
Servilibro, 2012; 384 pp.
3
Landeo
Muoz,
Pablo.
Wankawillka. Lima, Grupo Pakarina,
2013; pp. 82.

La Paz, julio de 2016

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Historia:

Origen del actual


Ao Nuevo Andino Amaznico
Inka Waskar Chukiwanka

Este texto es
transcripcin de parte
del artculo publicado en
junio de 2001 por Inka
Waskar Chukiwanka en
la revista Puriniskiwa,
bajo el ttulo
Restablecimiento del
Intiraymi. Lo
publicamos para dejar
constancia del verdadero
origen del ahora llamado
Ao Nuevo Andino
Amaznico, origen
conocido por todos los
militantes indianistas y
katarista de entonces,
pero que ahora se lo
quiere confundir con una
neblina de
pachamamismo funcional
a coyunturales intereses
polticos.El mismo
artculo, con pequeas
modificaciones, es
posible leerlo en la
actualidad en el sitio
internet: http://

www.tawantinsuyuestado.org/
2016/06/20/
restablecimiento-delintiraymi-en-tiyawanaku/
n.d.r.
A fines de los aos 70 y
principios de los 80 me naci la
preocupacin de retomar y reconstituir el Intiraymi como el
Ao Nuevo del Tawantinsuyu
con una actitud de recibimiento
ritual al tata Inti en Tiwanaku.
Para dicho cometido era importante reestructurar el Calendario
Mara Wata de 13 meses labor
que yo ya lo haba iniciado desde
1976.
Este empeo posibilit que en
1978 y 1979 tuviera los primeros borradores. Nadie crey
que se poda rescatar el Intiraymi. El ao 1980 hice conocer
esa inquietud y mi Calendario a

El Ao Nuevo Indio se ha transformado ahora en Ao Nuevo Andino Amaznico. El proceso propio de ideologizacin se
ha visto sumergido por una recuperacin poltica que, al final y al no corresponder a la esencia que la motiv,
perjudica a todos.
Fuente foto: http://www.bolivia.com/

mis hermanos que estaban en


la Universidad Mayor de San
Andrs (UMSA), les habl adems de cambiar nuestros nombres provenientes del santoral
catlico por nuestros propios
nombres indgenas. Algunos de
mis hermanos de raza se burlaron de m por cuanto se haban
acostumbrado a recibir el ao
nuevo el 1 de enero y, de cambiar de nombre, ni hablar. Otros
en cambio recibieron con agrado
esta iniciativa, estando entre
estos ltimos los hermanos
Moiss Calliconde, Valentn Mamani, Ramn Conde, Ruth Flores, Felipe Santos Quispe, Doly,
Este-ban Nina, Roberto Tambo,
Sebastin Mamani, Javier Condoreno, Moiss Gutirrez y
otros.
Este mismo ao entregu un
folleto borrador de mi calendario
a Luis Oporto quien por entonces conformaba el Comit Directivo del Instituto Boliviano de
Cultura (IBC) junto a Waldo
Villamor, Roberto Santos Escobar todos bajo la direccin de

Juan Heriberto Jauregui C., del


Centro de Investigaciones Histricas para que editaran el
Calendario. Sin embargo, ese
ao fue imposible su edicin
tenindose que esperar un ao
ms, hasta 1981 cuando sali
el texto titulado MARAWATA Ensayo del calendario Histrico
Indio, 5to Sol 498: 22 junio
1981-20 junio 1982 llevando mi
nombre como autor, siendo entonces el de Kara Chukiwanka y
con Depsito Legal Nro. 176/81.
Al ao siguiente el MARAWATA
5to. Sol 490, se edit en 7.000
ejemplares gracias a la ayuda de
amigos Metodistas como Zacaras Mamani y Eugenio Poma
quienes me prestaron dinero el
mismo que fue devuelto una vez
que vend los calendarios. Con
los ejemplares de esta publicacin me dirig a las ciudades
de Puno, Arequipa, Cuzco y Lima
donde vend y al mismo tiempo
conoc muchas personas, entre
ellas al arquitecto Carlos Milla
Villena del Grupo Tea quien,
junto a otros, me adquiri el

Calendario. Carlos Milla posteriormente me cita en su famosa


obra GENESIS DE LA CULTURA ANDINA, editado en Lima en 1983.
Tambin resalto por ese entonces la visita a mi domicilio de
Pedro Portugal y Jacqueline Michaux, quienes llevaron una cantidad considerable de calendarios a Francia y junto a los mismos un recorte del Peridico
Presencia que haca referencia a
la aparicin del Calendario
MARAWATA. Portugal y Michaux
se encargaron de difundir la
fiesta del 21 de junio en el plano
internacional lo que inspir a las
autoridades francesas para que
declaren el 21 de junio como el
Da de la Msica. Este hecho lo
pude corroborar cuando en
1994 estuve en Francia y observ el 21 de junio cmo los
msicos, cantantes e intrpretes
de orquesta de origen europeo
y de otros continentes tocaban,
cantaban y danzaban en las principales plazas y esquinas de la
ciudad de Paris.
La otra actividad importante

La Paz, julio de 2016

que se deba emprender era la


visita a los lugares sagrados
para el recibimiento del Ao
Nuevo del Tawantinsuyu. Y uno
de esos lugares sagrados era
indudablemente Tiwanaku,
puesto que en el pasado constituy el centro donde nuestros
abuelos se reunan para esperar
con mucha uncin los rayos del
Sol y alimentarse de su energa
la maana del 21 de junio. Esa
actividad lo reemprend en 1979
cuando viaj a Tiwanaku para
diagnosticar la conciencia que
tenan nuestros hermanos sobre
el Intiraymi. Llegu al pueblo de
Tiwanaku para proponer la prctica del recibimiento del tata Inti
el 21 de junio, sin embargo
cuando convers sobre esto con
los vecinos ellos cuestionaron e
incluso un hermano aymara me
llam diablo y saxra y que ellos
slo reconocan el 1 de enero
como ao nuevo cristiano adems por ser ese da el de la
circuncisin de Cristo. Al notar
esta reaccin comprend que era
mejor volver con otros hermanos y con ellos conversar con la
comunidad y con los del pueblo
para retomar la prctica milenaria
de la fiesta del Intiraymi tal como
lo hicieron nuestros abuelos
reunindose en Tiwanaku. Tom
un carro que parta lleno de
pasajeros y ubicndome en la
parte trasera del mismo emprend el retorno a mi hogar
llegando cubierto de polvo.
El ao 1980 retorn con dos
hermanos a Tiwanaku y no dej
de visitar ese lugar sagrado
hasta 1985. Entre los hermanos
que me acompaaron esos
primeros aos estn, de los que
recuerdo, Dionisio Laruta, Eloy
Chavez, Ramn Calamani, Felipe
Chavez, Jaru Peralta, Blas Condori, Qila, Teniente, Vargas, Pnfilo, Oscar y otros que los enunciar en su momento.
Recuerdo un hecho muy particular el ao 1981 cuando llegamos a Tihuanaco el 20 de junio
al atardecer. Ante el hecho de
que nosotros ramos muy
jvenes por tanto imposibilitados para realizar un ritual, entonces buscamos una persona
mayor y entendida en la materia
como se hace en nuestro pueblo
y cultura. Observamos detenidamente a un Yatiri y vimos que
en el ritual que desarrollaba
haca mencin a la Tira Virgen
Mara en vez de la Pachamama,
tambin mezclaba los nombres
de nuestros Achachilas con de
los santos adems de persignarse. Esto nos desilusion
razn por la que seguimos buscando otro Yatiri que est de
acuerdo a la ritualidad y espi-

ritualidad Aymara, sin embargo


no exista ah, de seguro que s
en las comunidades alejadas,
pero era demasiado tarde para
trasladarse a dichas comunidades. Ni modo, preguntamos
por algunas personas que
estaban haciendo la labor de
catequistas aymaras y entre
ellos encontramos al hermano
mayor Rufino Paxi y otros. Nos
decidimos por este hermano y
pensamos que en lo venidero
podra cambiar su cristianismo
por la espiritualidad Qolla.
Al ao siguiente retornamos
nuevamente entre siete hermanos. La partida fue en la Plaza
Libertad al pie del monumento
a Tupaj Amaru del Altupata y
portando un par de wiphalas
llegamos al pueblo de Tihuanaco
donde preparamos el ritual e
invitamos al hermano Rufino
Paxi con quien nos dirigimos a
su casa y ah preparamos el
ritual de permiso para entrar al
templo de Qalasasaya. Rufino
Paxi, por ser el mayor, fue
requerido para hacer el ritual.
Por entonces ese hermano todava mencionaba los santos y
la virgen correspondientes al
catolicismo a lo cual dijimos:
qu vamos a hacer?, y otro
hermano deca: seguro ir cambiando y evidentemente este
hermano fue cambiando desde
aquel primer impulso que le dimos los jvenes. Luego de este
ritual de permiso nos trasladamos al templo de Qalasasaya a
eso de las cinco de la maana y
un hermano de apellido Condori,
que adems era funcionario del
Instituto Nacional de Arqueologa (INAR) nos prohibi el ingreso manifestando que eso era
propiedad del Estado y que en
sus instalaciones estaba prohibido realizar rituales paganos
por ser cosa del demonio. Nos
cost trabajo persuadirlo hasta
que al final accedi lo que nos
permiti realizar el ritual en el
momento del Willjta y Qhantati
hasta el momento de la salida
del tata Inti. Estuvimos descalzos y con las palmas de las
manos hacia arriba y hablando
de todas las cosas que habamos
hecho y lo que pensbamos hacer, recibimos la fuerza y la energa de los rayos sagrados del
Tata Inti voceando con fuerza y
energa Jallalla Mara taqa,
Jallalla Machaq Mara, Jallalla
Intiraymi, Jallalla Tawantinsuyu y otros Jallalla. Luego un
par de hermanos cambiaron sus
nombres cristianos por nombres
Qollas y otro manifest que se
iba a casar el 21 de junio.
Posteriormente nos trasladamos a la casa del hermano

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Rufino Paxi en Waraya ubicado


en la parte Oeste de Tihuanaco
camino a Guaqui. Merendamos
en su casa junto a su familia y
de esta manera terminamos con
la fiesta dedicada a nuestro
padre Inti, retornando a la
ciudad de Altupata.
Tambin viene a mi memoria el
hecho de que un ao nos impidieron entrar al Templo de
Qalasasaya razn por la cual
tuvimos que pasar por sobre el
alambrado. El ao 1985 5to. Sol
493 fue la ltima vez en esa
dcada que estuve en Tihuanaco
por cuanto v que el Intiraymi
fue distorsionndose por la
accin de ciertas personas que
a travs del Machaq Mara slo
buscaban fines comerciales procristianizantes y poltico partidistas. Los posteriores aos me
traslad a Copacabana, Tikina y
Puno y a otros contextos territoriales como a Europa para
difundir, recordar y festejar el
Intiraymi.
La peregrinacin a Tihuanaco
y otros lugares sagrados fue
creciendo. Recuerdo que algunas
personas no queran hablar del
Ao Nuevo del Tawantinsuyu y
otros arquelogos no queran
referirse al Intiraymi realizando
una campaa para que se hable
slo del solsticio de invierno
queriendo obviar claramente el
Ao Nuevo Indio. Incluso un es-

tudioso apellidado La Torre haba rechazado el 21 de junio y


haba propuesto el 21 de
septiembre como el Ao Nuevo
Aymara. Tambin existieron
estudiosos de la cultura andina
de influencia occidental que por
el temor de denominar Ao
Nuevo Indio preferan hablar de
Willkakuti; y hasta hubo
hermanos aymaras que se
prestaron en llamar al tata Inti
como Willka, siendo en verdad
que Willka no es nombre del Sol,
sino del sacerdote Aymara encargado de la ritualidad. Otras
personas hicieron negocio a
travs del turismo local y extranjero sin comprender el sentido del Intiraymi y no faltaron
aquellos que iban para destruir
la ritualidad y espiritualidad de
la cultura india. Tampoco faltaron
los que fueron a Tihuanaco con
fines poltico partidista y quienes
iban a consumir bebidas alcohlicas
El ao 1998, 5to. Sol 506, volv
a Tihuanaco investido como Inka
para reencaminar la esencia del
Intiraymi en Tiwanaku. Los siguientes aos, 199 y 2000 visit
nuevamente Tihuanaco acompaado de los estudiantes de la
Universidad Indgena del Tawantinsuyu (UTA) lo que signific un
refortalecimiento espiritual de
nuestras propias races ancestrales.

Inka Waskar Chukiwanka en la actualidad. Este personaje, junto a varios


otros jvenes de fines de los aos 70 e inicios de los 80 del siglo XX, est al
origen y reactualizacn de varios elementos ideolgicos y smbolos
indianistas, que ahora son utilizados por el gobierno en esta coyuntura, sin
reconocerles ningn tipo de autora, como es el caso de la wiphala.
Fuente foto: https://i.ytimg.com/vi/N8_O4j7n1Jc/maxresdefault.jpg

La Paz, julio de 2016

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10

Economa:

La informalidad, base de un
desarrollo nacional genuino?
Pedro Hinojosa Prez
1.- Produciendo en la
economa informal

En el ltimo Informe Nacional


sobre Desarrollo Humano en
Bolivia elaborado por el PNUD y
presentado el 23 de marzo ltimo indica, que, en las dos ltimas
dcadas el surgimiento de profundas transformaciones sociales que ha sufrido Bolivia ha sido
quizs la mayor motivacin para
la realizacin de un informe de
desarrollo humano.
Esta nueva Bolivia que trae
consigo un notable crecimiento
de sus estratos medios, que es
predominantemente urbana y
cuyos habitantes hoy son mayoritariamente personas en edad
de trabajar, son hechos que llaman a la reflexin sobre el tipo
de agenda de desarrollo que
deseamos los bolivianos.
Los cambios en la composicin
de los perfiles socioeconmicos
de los bolivianos y su ubicacin
territorial son elementos que
obligan a pensar en intervenciones acordes a esta nueva
identidad. A pesar que estos
fenmenos son estructuralmente centrales para el futuro
de Bolivia, ello no deben hacernos olvidar las prioridades que
el pas an tiene en materia de
mejoras para un todava amplio
sector excluido, as como en
temas relativos la pobreza en el
rea rural y la marginacin de
varios grupos humanos.
Para el efecto entra en juego
la nueva clase media que en
trminos numerales son actualmente la mayora poblacional en
el pas. Esta clase social emergente para sobrevivir en las ciudades tiene que necesariamente
elaborar formas innovadoras de
generacin de ingresos. Y, precisamente, una de esas formas,
es la de generar ingresos trabajando de manera informal.
De acuerdo a investigadores
sociales, la importancia de
estimar el tamao de la economa informal se resume en las
siguientes razones:
* Al tener informacin adecuada sobre el tamao de la

informalidad, el gobierno sabra


cuntos ingresos deja de percibir por ese concepto.
* Saber la magnitud de la economa oculta ayuda en la toma
de decisiones de polticas econmicas que permitan su disminucin.
* Una economa informal prspera resta fiabilidad a las estadsticas oficiales sobre desempleo, poblacin activa, ingresos,
consumo, etc., de esa manera
no se puede saber la riqueza del
pas.

2.- Definiciones

El semblante de las ms grandes ciudades de todos los pases latinoamericanos ha cambiado en los ltimos aos por la
irrupcin de un fenmeno social
y econmico que, si no es nuevo
en trminos absolutos porque
en alguna medida siempre ha
existido, lo es por la extensin
que ha adquirido: la formacin
y establecimiento de numerosas
pequeas actividades productivas y comerciales cuyos protagonistas son los grupos sociales
empobrecidos de los barrios y
poblaciones marginales.
Para referirse a este fenmeno,
economistas y socilogos han
acuado diferentes expresiones:
economa informal, pequea produccin popular urbana, economa sumergida, economa invisible, economa de subsistencia,
economa popular.
Uno de los trabajos ms desarrollados corresponde al profesor Jos Luis Coraggio. De
acuerdo a este investigador; la
economa popular o la economa
informal no es una economa necesariamente solidaria, no es
perfecta ni sin contradicciones,
no tiene un modelo organizativo
ya listo para implementar. Seala
que para que funcione la misma,
hay mucho que explorar e inventar. No es un sistema econmico
completo alternativo al capitalista. Asimismo nos indica que es
la base socioeconmica de transformaciones profundas desde el
interior de ese sistema. Por su
potencial y sus valores intrnsecos, la economa popular soli-

Fuente caricatura: https://mexicoyamericalatina.wordpress.com/category/cartones/

daria puede jugar un papel prominente en la construccin de


una economa social, sostenedora de relaciones sociales y con
la naturaleza virtuosa, base de
un desarrollo nacional genuino.
Ms adelante dice que, como
economa de las mayoras no
puede realizarse sin una democracia radical, valoradora de la
diversidad y la articulacin del
pueblo y ajena a la homogenizacin del mercado total y una
ciudadana pasiva. La economa
popular no puede ser una pobre
economa para pobres. Mucho
menos para hacer que los pobres aguanten en la pobreza,
subordinados a la lgica de la
acumulacin ilimitada de riqueza
de unos pocos ganadores en el
mercado.
La Economa informal supone
que es la economa de los trabajadores informales que trabajan dentro sus viviendas alejados de toda formalidad. Tiene
su propia lgica y su inters particular: crear y sostener las bases materiales para la reproduccin de la vida digna de todas y
todos los que dependen de su
trabajo para vivir, libres para elegir su plan de vida. Como parte

de una economa mixta ms amplia, aporta sus recursos, sus


capacidades, sus conocimientos,
su experiencia, sus modos de
organizarse y participar colectivamente en la produccin y el
consumo. Son trabajos conseguidos por iniciativa propia alejados de toda la burocracia
estatal y sobre todo eludiendo
al sistema impositivo que ltimamente se volvi coercitivo.
La economa informal tiene
diversas formas de organizacin: la forma bsica es la familia,
el barrio o la zona. Como institucin micro-socioeconmica, es el
lugar del compartir, donde todos
velan por todos, todos buscan
mejorar su calidad de vida de
manera solidaria. Para eso, basados en las relaciones de parentesco, organizan sus recursos comunes, sus capacidades,
fundamentalmente el trabajo.
Contra la visin predominante,
sus actividades no se limitan a
micro-emprendimientos de comercio, de artesanado o de pequea agricultura familiar. Desarrollan estrategias complejas
que combinan diversos modos
de realizacin de su fondo
comn de trabajo.

La Paz, julio de 2016

3.- Clases de trabajo


informal

Existen varias y para fines metodolgicos los agrupamos de


manera arbitraria en tres clases.
Los trabajos por cuenta propia;
los micros empresarios familiares o comerciantes minoristas
y los micro talleres artesanales
con ms de tres operarios.
Los primeros realizan su trabajo prestando servicios como
ser reparacin de calzados o
prendas de vestir tienen una pequea mquina. A este grupo
corresponde por ejemplo los zapateros que estn trabajando
en las esquinas o los mercados.
Los segundos son los ms numerosos y se los observa en las
ferias y mercados populares. Es
un sector bien organizado. Elaboran productos y/o comercializan en pequea escala. As por
ejemplo, el diario Opinin de Cochabamba relata el caso de los
confeccionistas de jeans: Se
estima que una empresa artesanal produce 200 pantalones por
semana y una grande ms de
1.000 por da. Las microempresas y otros establecimientos
ms artesanales, que se dedican
al lavado de pantalones jeans,
trabajan a espaldas de las autoridades y las normas evadiendo
todos los controles posibles para obtener las mejores ganancias. Estas lavanderas estn
ubicadas en la parte sur de la
laguna Alalay, detrs del Hospital
Univalle y la Feicobol. Quienes
conocen y viven de esta febril
actividad sealan que data desde hace varias dcadas y se ha
extendido desde el cerro de
Huayra Kasa, barrios Minero y
Alalay hasta la populosa Villa
Sebastin Pagador.
Los ltimos son los que generan verdaderos efectos multiplicadores en la economa porque
los productos terminados se
consideran for Export. En este
grupo estn los confeccionistas
de ropa y calzados fundamentalmente. Tambin estn los importadores de materiales a medio
uso como vehculos a los que
aaden un determinado valor
agregado y venden como productos nuevos. Se estima que
todos estos trabajadores informales solamente en Cochabamba son ms de 120.000 personas. Por simple deduccin las
ciudades de La Paz, El Alto y
Santa Cruz contienen en su interior trabajadores informales que
son una cifra muy considerable
y por lo tanto merecen respeto.
Investigadores de distintos lugares sealan que el tamao relativo de este vasto y heterogneo universo de actividades

econmicas populares o informales es distinto en los diferentes pases de la regin. Pero en


todos ellos es muy relevante en
cuanto es a travs de esta economa popular que un elevado
porcentaje de la poblacin tiene
la oportunidad de efectuar sus
aportaciones y obtener sus retribuciones econmicas, en trminos sencillos, es a travs de este
medio que llevan el pan de cada
da a sus familias.
Todas las investigaciones realizadas en Amrica Latina coinciden en destacar su relevancia
cuantitativa desde el punto de
vista del empleo y de la obtencin de medios de vida para los
sectores ms pobres. En algunos casos su participacin en la
fuerza de trabajo llega a ser
incluso mayoritaria. Sin embargo, el tamao exacto del fenmeno resulta muy difcil de precisar en razn de su propia
naturaleza y caractersticas.

4.- Y, porque uno busca


la informalidad?

Con mucha razn el economista y expresidente del Banco


Central Armando Mndez Morales manifiesta: El populismo fomenta la poltica de las calles de
los movimientos sociales. Quin
presiona ms, quin bloquea
mejor, quin marcha mejor obtiene del gobierno tratos diferenciados que suponen privilegios con relacin a los dems.
No hay uniformidad de la ley. La
ley es para que cumplan los que
no tienen poder colectivo.
Y esta realidad descansa sobre
una estructura econmica que
obliga a la informalidad.
Segn encuestas realizadas
durante el ao 2010, se calcul
que en el pas haba un total
urbano de 664.302 unidades
econmicas sin contar el mundo rural, de las cuales nicamente 2,327 podan ser calificadas de empresas grandes,
38.724 se podan catalogar como pequeas y mediana empresas y un nmero abrumador de
623.251 se las calificaba de microempresas. Porcentualmente
esta estructura econmica indica
que slo el 0,3 por ciento de las
unidades econmicas pueden
tener el calificativo de empresas,
el 5,8 por ciento de PyMES y el
93,8 por ciento de microempresas o unipersonales.
La ley y los cdigos formales,
como la obligatoriedad de pagar
impuestos, cae con toda su fuerza y rigor sobre las empresas,
sobre algunas PyMES y muy pocas microempresas, que por
algn motivo sacaron su NIT, en
el Servicio Nacional de Impuestos Internos. Sobre estos lti-

Pgina

mos se colocan esos carteles ya


tan conocidos Clausurado.
FUNDEMPRESA, que es la entidad que formaliza a las unidades
econmica, tena registrado en
el pas y para el ao 2012 nicamente 68,232 inscritas, es decir,
el 10 por ciento de las indicadas
en el prrafo anterior, de las cuales slo el 2 % (1,452) correspondan a sociedades annimas,
lo cual pone en duda el registro
anterior que indica que en el pas
haba 2,317 grandes empresas.
No es lgico suponer que para
ser gran empresa por definicin
debera ser sociedad annima?
Y por supuesto debera estar
registrada en FUNDEMPRESA.
Es tan dramtica y primitiva la
estructura econmica boliviana
que FUNDEMPRESA que da el certificado de formalidad, tiene registradas como unipersonales al
74 por ciento del total. Estas
empresas, por lo general, no
generan empleo permanente
sino eventual.
Por su parte, otro famoso
economista e investigador peruano, Hernando De Soto, ve en
el surgimiento de numerosas
unidades econmicas informales
la manifestacin de una iniciativa
empresarial connatural al ser
humano y al capitalismo, que se
expresa informal y precariamente porque el Estado ha construido una serie de trabas y rigideces
burocrticas que impiden su
adecuada manifestacin; en
perspectiva, seala que esta
economa emergente abre el
camino a una economa de mercado ms dinmica.
Desde otra ptica, algunos autores e investigadores como
Portes y Castells destacan que
esta pequea produccin popular, ms que expresin de estrategias de sobrevivencia o de iniciativas empresariales emergentes, responden a unos procesos
de flexibilizacin de las relaciones
de trabajo desarrolladas por las
grandes empresas.
En el libro El Otro Sendero,
Hernando De Soto argumenta
que la informalidad resulta
directamente de la promulgacin
de injustas regulaciones por
gobiernos locales y nacionales.

11

Con toda razn argumenta


que el gobierno estimula la informalidad imponiendo regulaciones excesivas e inapropiadas
y aplicando polticas excluyentes
destinadas a limitar las empresas. Como los gobiernos pueden ser ineficientes, represivos,
explotadores, demasiado intervencionistas o simplemente demasiado grandes, sus leyes
formales desde el punto de vista
social no son necesariamente
tiles, correctas o justas. De
Soto explora en considerable
detalle cunto tiempo y dinero
se requiere para legalizar negocios y viviendas de barriada en
Per. El ejemplo clebre, relatado cientos de veces en discursos
y artculos que citan El Otro Sendero, fueron una simulacin del
proceso de legalizacin de una
pequea empresa de ropa. La
simulacin fue hecha por personal del Instituto Libertad y Democracia (ILD), un centro de investigacin e instituto que De
Soto fund en Lima. Personal del
ILD tard 289 das y tuvo que
pagar sobornos y numerosos
cobros para completar el proceso. Incluyendo el valor del tiempo perdido en el trabajo para
completar los once requisitos
separados para realizar el negocio, el proceso cost el equivalente de 1.036 dlares estadounidenses. Un argumento fatal
para la toma de decisiones.
En el informe ltimo presentado por el PNUD se indica en trminos porcentuales la cantidad
de ocupados en el sector informal:
reas urbanas. Ocupados segn
segmento (en porcentaje)
Empleo formal el ao 2012:
38,3%
Empleo informal el ao 2012:
58,4 %
Empleo domstico el ao 2012:
3,3%
Entonces, estamos hablando
que la informalidad ocupa el 60%
(otras fuentes con informacin
ms exacta sealan el 66%) de
la mano de obra y genera el 67%
de la produccin nacional. Ac
radica la importancia de la produccin informal que supues-

Contina en la pgina 13

La Paz, julio de 2016

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12

Anlisis:

Proceso de cambio o
Retroceso en el Cambio
Atawallpa Oviedo Wakaku

Para reencaminar
el proceso de
cambio ser
importante nuevos
personajes,
reagrupar a los que
se salieron, unirse
con otros que han
sido crticos
constructivos.
Cul es el concepto y sentido
de revolucin o de cambio
estructural, que tiene el MAS?
Garca Linera nos da la respuesta ms clara y directa:
El presidente Evo, si tiene
apoyo, construye colegios; si
no tiene apoyo, regresarn los
gringos, regresarn los vendepatrias, regresarn los asesinos y a las wawas les van a
quitar todo y no habr destino, y va a haber llanto, y el
sol se va a esconder y la luna
se va a escapar, y todo va a
ser tristeza para nosotros, no
se olviden.
Esto, sintetizado, significa:
pueblo = votos, MAS = obras.
Antes de tomarse el poder
estos revolucionarios tenan
otro discurso y acciones, pero
ahora que estn en el poder
hacen todo lo contrario a lo que
predicaban. En su proceso al
poder decan:
El pueblo tiene que lograr
su liberacin a travs de la
movilizacin, la organizacin,
la lucha, la resistencia. Nada
de lo que hemos conseguido
hasta ahora, ha sido una
ddiva del imperialismo, de la
burguesa, todo nos ha
costado lucha, sufrimiento,
muertos...Etc., etc.
Pero, una vez en su proceso
en el poder, ahora el pueblo debe
esperar a que desde arriba el
sector ms avanzado de la
revolucin les d haciendo el
cambio, y la misin de los de
abajo es solo votar para que la

Tapa del libro El proceso de Cambio segnAl-azar del dibujante Alejandro Salazar, publicado el ao 2013 y que es
una evaluacin de humor poltico sobre el gobierno de Evo Morales.
Fuente ilustracin: http://www.erbol.com.bo/noticia/cultura/09102013/salazar_presenta_el_proceso_de_cambio_en_humor_grafico

vanguardia de clase les siga


dando ms obras.
Ellos hacen ciertos cambios
macroeconmicos (algo rescatable), con lo cual, tienen ciertos
recursos para entregar: viviendas, canchas de futbol, coliseos,
gallinas, cerdos, vacas, bonos,
etc. Pero, como el pueblo sigue
siendo pobre, dependiente,
enfermo y tiene necesidades
apremiantes, decide sacar las
ventanas, lavabos, baos, que
le ha dado elTataEvo y los va
a vender. Y como no tiene
oportunidad de comer carne
todos das, mata la gallinita y se
la come.
Feliz por un da, pero al otro,
se despierta con que ya no hay
ms animalitos, ni trabajo, ni
dinero, y va a sacar otro material
de lacasa del Evopara vender
y seguir subsistiendo. Y as pasan los das, esperando que
llegue nuevamente el Evo con
ms gallinitas y se den nuevas
elecciones para votar por el
padre de los bolivianos,para
que as lleguen ms obritas:
Nuestro presidente Evo,
tata Evo, igual que vos, de tu
mismo color de piel, de tu
misma sangre, eso te estregalando, 70.000 bolivia-

nos, casi 10.000 dlares.


Cundo algn Presidente se
acord de San Pedro de
Cuarahuara? Cundo alguien
regal una vivienda al pobre,
al humilde?
Cmo se llama esto?
Paternalismo, clientelismo.
Y esto lo sabe el mismo Evo.
Pero no es cuestin, de que
primero cren ms gallinitas para
luego comerlas como dice el
Evo cuando les reclama que se
han comido antes de tiempo-,
sino, tiene que ver con organizacin, movilizacin, conciencia, capacitacin, educacin, para
generar emprendimientos asociativos, acciones sociales, procesos autogestionarios, y de
esta manera, romper con la
dependencia hacia el Estado o
el capital privado.
Pero ello, demanda trabajo,
planificacin, tiempo, recursos;
pero para el MAS, es ms fcil
regalar y esperar a que sigan
votando por ellos:Si lo dejan
solo (a Evo Morales), lo van a
crucificar, nos van a degollar,
nos van a hacer comer con los
perros, la derecha Siguen
entregando ms canchas
sintticas, ms carreteras, ms
escuelas (elefantes blancos)

Llegan nuevas elecciones y ms


campaa:
Cuando atacan a Evo,
atacan a todos, al guardatojo,
a la pollera, no lo quieren ver
a Evo en el Palacio, porque no
quieren ver cascos obreros, no
quieren ver abarcas, no
quieren ver ponchos en el
Palacio de Gobierno y odian a
Evo, porque odian a los
campesinos
Y as, por los siglos de los
siglos, amn.
Esa, la educacin poltica que
recibe el pueblo boliviano por
uno de los ms grandes pensadores latinoamericanos de nuestra Amrica (Rafael Correa):
Estoyentregndotela
vivienda, pero t cada noche
ensears algo a tus hijos,
cada noche ensears algo de
la historia para no permitir
que los que no quieren a
Bolivia, que los que desprecian
a la gente pobre y humilde,
regresen ms a gobernar
nuestro pas
Cmo se llama esto? Asistencialismo, cortoplacismo. El
asistencialismo no tiene aprecio
o sobreestima del otro, por el
contrario, lo minimiza, y en el
fondo lo desprecia. Linera en

La Paz, julio de 2016

realidad- menosprecia al campesino, al indio, pues a igual que


Marx, los considera el sector
ms atrasado de la sociedad.
Por eso, los cree tontos y les
habla de esa manera:
Si se va, quin va a
protegernos?, quin va a
cuidarnos? Vamos a quedar
como hurfanos si se va Evo.
Sin padre, sin madre, as
vamos a quedar si se va Evo.
Solo una mentalidad racista y
ortodoxa puede expresarse de
esa manera (la derecha y los
qaras siempre les han hablado
as), la prueba es que Linera a
los obreros (la clase ms
avanzada) los habla de otra
manera, El indio, solo es movilizacin y lucha hasta que l lleg
al poder, luego es pasividad y
venia para su bondadosa
majestad.
Lo mismo se puede ver en los
spots de televisin del gobierno,
llenas de romanticismo y folclorismo. Por ejemplo, los nios
que alaban al apu de los
bolivianos. Una seleccin de
mensajes sensibleros y sentimentalones: nuestro presidente Evo sesacrificada a da
por una mejor Bolivia. Un discurso redentorista, que se asemeja al del Jess, que se sacrifica
por los pecadores.
Y as, todos los dems mensajes de los nios del spot: los
buenos contra los malos, (adems de que es cuestionable la
utilizacin de nios).Es gracias
a esa lucha que ahora hay Evo,
que es como t, es un aymara
tambin, un aymara que sabe
del sufrimiento.El spot de la
nacionalizacin, algo parecido.
Todo esto refleja la visin mesinica y salvadora de los socialistas del siglo xxi. El mismo
esquema de culto a la personalidad (lder por eminencia). Esa
misma visin verticalista del poder. La absurda visin centralista
del poder y de la revolucin democrtico burguesa. No entendieron que el socialismo real fracas porque terminaron recreando nuevas formas de dominacin: del Estado contra el pueblo, del comit central contra todos los contrarrevolucionarios
que cuestionan y llaman la atencin a sus errores. La dictadura
del proletariado, es la dictadura
del secretario y lder del gobierno
y del partido que impone su
voluntad a todos. Repitiendo la
misma idea de que la revolucin
se hace desde el Estado.
Esos fueron los errores del
leninismo, del stalinismo, de los
maoismos, del castrismo, de los
kim, y de todos quienes quieren
ser los nuevos monarcas rojos

en reemplazo de los viejos reyes


blancos. Cmo se llama todo
lo anotado?: Patriarcalismo,
populismo, eurocentrismo de
izquierda. Una fuerte carga
cristianocntrica de la civilizacin
de la caridad, para regalar
paliativos, para entregar
parches (algo histrico y general
de la sociedad boliviana). Con ello
se quieren evitar acciones estructurales, raizales, es decir,
revolucionarias.
Entonces, compaeros del
MAS, si quieren realmente que
haya una revolucin y no una
modernizacin del capitalismo,
hay que tener humildad para
reconocer los errores y aceptar
las crticas (Evo: Si me equivoqu con Potos, disclpenme). Muy bien, eso hay que
hacer y comenzar a enmendar.
Estos sealamientos no tienen
el afn de daarles sino de
hacerles reaccionar para que
reencaminen el proceso de
cambio. Para ello ser importante nuevos personajes, reagrupar a los que se salieron, unirse
con otros que han sido crticos
constructivos, si es que quieren
profundizar y acelerar el cambio,
para que no regrese la derecha
(Red Anti-neoliberal).
Esto significa devolverle el protagonismo a la sociedad civil, el
motivar a la organizacin y movilizacin popular, el construir un
Estado horizontal y sustentable
(descolonizacin), el reeducar
seria y responsablemente al
pueblo, el cambiar las matrices
de produccin y acumulacin, el
transformar las estructuras capitalistas fortaleciendo las formas asociativas, el acabar con
el estado presidencialista y pasar
el poder a las organizaciones y
gobiernos de base (suma qamaa), etc., etc.
Todo ello implica entender lo
que dicen los zapatistas, hacer
la revolucin, con y desde abajo
y por la izquierda; a ello aadido
lo que dice Arturo Escobar con
la tierra, es decir, con las epistemologas indgenas. Y a esto,
personalmente aadira a las
minoras: a los paradigmas provenientes del feminismo, del
ambientalismo, de la diversidad
sexual, del igualitarismo, de los
alternativos, de los antisistema,
de los kataristas, en fin, de todos quienes cuestionan y aportan desde sus propias perspectivas. Queda poco tiempo, al
menos en Bolivia: 4 aos ms,
pues en los otros pases por
haberse credo autosuficientes e
imbatibles ya estn cayendo sin
pena ni gloria. Qu dicen las
dems izquierdas. Yo estoy
listo. REVOLUCION YA

Pgina

Viene de la pgina 11

La informalidad, base de...


tamente reduce el desempleo y
genera fuentes de trabajo a un
sector importante de la poblacin urbana que en resumidas
cuentas es parte de la clase
media asentada en los cetros
urbanos y que definitivamente
dinamizan el mercado interno
que es un pilar importante de la
economa nacional.
De acuerdo a datos proporcionado por el PNUD: Entre 2002
y 2012 el nmero de ocupados
en las ciudades aument aproximadamente en 1,1 millones de
personas. Este incremento se
dio especialmente en las unidades econmicas de pequea escala, en las que se crearon 700
mil empleos; en la mediana empresa el crecimiento fue de 113
mil puestos de trabajo y en la
empresa grande de 317 mil. Este
comportamiento confirma la hiptesis de la consolidacin de
un mercado de trabajo segmentado.
Finalmente, cabe rescatar como consejo las afirmaciones de
PNUD: El gran desafo, en este
escenario, es garantizar procesos que permitan la generacin
de condiciones laborales de calidad, ya sea a travs de cambios
de la estructura econmica o a
partir de procesos de adaptacin.
Las regiones metropolitanas
son una pieza clave de este
rompecabezas, pues son espacios cada vez ms importantes
para la generacin de riqueza y
empleo, aunque su estructura
econmica replica en gran medida las condiciones generales de
la economa nacional y adolece
de los mismos problemas que
el resto del pas: baja productividad, tercerizacin, pequea
escala de las actividades e informalidad.
Por ello, el reto central del desarrollo econmico inclusivo es
la aceleracin de los procesos de
creacin de empleos de mayor
productividad y calidad. Esto
implica una combinacin de polticas de incentivos de acuerdo a
las particularidades de cada
sector y espacio territorial.
Y no estamos comentando
para nada acerca de la economa
ilcita, que es una economa que
no est dentro de lo denominado, legal. Entendemos como
economa ilcuta a la que se hace
a escondidas, por ejemplo el
narcotrfico (circuito cocacocana), mercados negros
(blanqueo de dinero, contrabando), etc., actividades que
mueven ingentes cantidades de

13

recursos monetarios y que


circulan por redes difciles de
poder detectar y cuantificar.
Otro rasgo distintivo de la
clase media, de la cual una buena
parte trabaja en la informalidad:
es que es quizs el nico sector
social que se critica a veces
se desprecia a s mismo. La
clase media tiene el gusto de los
ricos y el sueldo de los pobres,
se ironiza, y ms de uno de los
que se reconoce en ese sector
social estara de acuerdo. Hay
un elemento que, para muchos,
caracteriza a esta clase mejor
que el nivel de ingreso: la expectativa de futuro, la bsqueda de
un horizonte de progreso y ascenso social que se hereda a los
hijos. Y, ojo!!!!
Cualquier partido poltico tendra all un campo frtil que
explotar, si quiere el favor de la
clase media. Una de las conclusiones preliminares que se observa, hace referencia a que la
clase media emergente se caracteriza por ser ms voltil
polticamente hablando y que
parece ir ligada a una nueva
generacin que emerge y que
puede deparar tambin sorpresas para las nuevas elecciones
en 2019, si muchos de estos
votantes deciden, efectivamente, cambiar de ideas.
Como se podr comprender,
existe una triloga entre la
informalidad, el mercado interno
y la clase media que segn
algunos es clasificada como:
objeto de deseo de empresas y
polticos. Voltil en su ideologa:
radical cuando no tiene nada que
perder; conservadora cuando
tiene dinero que tienen impactos socioeconmicos y efectos
multiplicadores muy importantes
en el conjunto de las sociedades.
Bibliografa capturada:
* La crisis enmascarada.2015.
Pedro Hinojosa Prez
* En busca de oportunidades:
clases medias y movilidad social.
PNUD Revista N28
* http://www.luisrazeto.net/
content/i-la-economia-popular-om a l - l l a m a d a informal.www.coraggioeconomia.org/
jlc_publicaciones_ep.htm
* In f orme Nacion al sobre
Desarrollo Humano en Bolivia.
PNUD. Marzo 2016.
* https://es.scribd.com/doc/.../
Esti maci on -de-l a-economi ainformal-en-Boli.
* www.economiabolivia.net/
2013/11/21/dominante-economiainformal/
* http://www.opinion.com.bo/
27 de marzo, 2016

La Paz, julio de 2016

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14

Debate:

Katarismo: dominancia y
dominacin kolla?
Jos Luis Saavedra*
El pasado 7 de junio se llev a
cabo el interesante Foro Debate,
organizado por Pablo Mamani y
sus pupilos, en torno al indianismo y katarismo en el Auditorio
de la Carrera de Sociologa de la
UPEA. En este evento participaron notables lderes indianistas, como Felipe Quispe, Constantino Lima y Carlos Mamani, y
kataristas, como Moiss Gutirrez, Fernando Untoja, Simn
Yampara y Nicmedes Sejas.
Ha sido un evento de singular
importancia, entre otras razones
por superar, definitivamente, las
tradicionales imposturas e intermediaciones blanco-mestizas,
como las de lvaro Garca, Xavier
Alb y Silvia Rivera, quienes (como indigenistas) solan hablar,
en realidad usurpar y suplantar
las voces propias y propiamente
kataristas e indianistas. Hay
pues varios motivos para encomiar el acontecimiento de la
UPEA, porque adems es la culminacin de un par de anteriores
realizaciones de igual importancia y significatividad: uno, el
Payir ulaqa, curso de teora poltica indianista-katarista en el Kollasuyu, que se efectu entre el
18 y el 23 de junio de 2012;
otro, Katarismo e indianismo en
el proceso poltico del MAS en
Bolivia, que se desarroll del
10 al 12 de marzo de 2010.
Si bien nos gustara poder referir el conjunto de las ricas exposiciones y explicaciones de los
disertantes indianistas y kataristas, desplegadas en el evento
de la UPEA, las limitaciones de
espacio no nos permiten hacerlo.
Pues, por hoy vamos a limitarnos a re-presentar los interesantes argumentos y argumentaciones de Fernando Untoja,
bsicamente por su originalidad
y contundencia en el planteamiento de las principales tesis
del pensamiento katarista, con
la esperanza adems que pronto
puedan publicarse el conjunto
de las ponencias.
* Intelectual quechua, militante katarista y
ex-Viceministro de Educacin superior,
ciencia y tecnologa.

1. Quin es Fernando
Untoja
Fernando Untoja Choque es
aymara, kolla, nacido en Huayllamarca, regin de Jacha Carangas, Oruro, Bolivia. Es Licenciado
en Economa y Filosofa de la Universidad de Paris X Nanterre en
Francia. Cuenta con Maestra en
Ciencias Econmicas y en Filosofa y Ciencias Polticas de la misma Universidad. Tiene un Doctorado en Ciencias Econmicas
tambin de la misma Universidad. Ha trabajado como docente
en la Carrera de Ciencias Polticas de la Universidad Mayor de
San Andrs (UMSA) as como
profesor del CIDES y la FLACSO.
Fundador de CADA. Candidato a
la Presidencia de la Repblica en
1993; concejal electo por Oruro
en 1995; diputado nacional por
la gestin 1997-2002. En el
2006 es invitado a formar parte
del programa televisivo Pentgono. Autor de varios libros, entre ellos Retorno al Ayllu, Pacha
en el pensamiento aymara, Rebelin de un kolla, Katarismo:
crtica al indianismo e indigenismo, etc. Es tambin columnista
en medios de prensa escrita.
Sin duda alguna, Fernando Untoja es uno de los intelectuales
aymaras del movimiento katarista ms reconocidos y distinguidos de y en el pas. Ha formado
parte de muchos eventos nacionales e internacionales como
expositor, adems de ser autor
de cinco libros y numerosos artculos de opinin. Actualmente,
ejerce la docencia en las Carreras de Economa y Filosofa en
la UMSA de la ciudad de La Paz.
2. Cuestiones de
perspectiva epistmica
Fernando Untoja comenz su
exposicin posicionando su propia perspectiva terica y poltica
y afirmando, con plena conviccin, que: Nosotros, los que
nos encontramos en los Andes
estamos en la zona de contacto
entre lo que es Occidente y lo
que son los Andes, como civilizacin. Si estamos en la zona de
contacto, entonces es necesario
depurar ciertos trminos en

Sern los qamiris alteos, de la Huyustus, de la Ramada, de la Eloy Salmn,


quienes constituyen la vanguardia econmica a la que hay que apoyar y con la
que hay que articular las futuras luchas polticas? o, no sern ms bien el fruto
indeseado de la colonizazcin, el estamento que degenera los valores culturales
en fiestas y borracheras y que, en definitiva, obstaculiza la emergencia de un
proyecto poltico liberador? Fuente foto: http://www.la-razon.com/sociedad/GranPoderbebidas_alcoholicas-entrada-comercio-cerveza_0_2491550877.html

nuestro lenguaje. No voy a hablar de indios, ni de indgenas,


ni de originarios, eso es lenguaje
colonial, y adems es resultado
justamente del colonialismo
interno del cual hablaba Moiss
(Gutirrez).
Quines somos nosotros, hablando con propiedad nosotros
somos aymaras y tambin quechuas. Y para no repetir quechua
y aymara voy a condensar en la
palabra kolla, quines somos
nosotros, somos los kollas.
Tambin voy a emplear dos
trminos, que me van a ser tiles
para mi exposicin, voy a hablar
de dominancia y dominacin.
Veamos ahora las proposiciones primordiales de la explicacin
de Fernando Untoja. Primero, para poder comprender la sociedad
(boliviana) especifica hay que
cambiar de formas de pensar,
las tradicionales, por ser moderno-coloniales, resultan improductivas. En Bolivia existe una
manera dicotmica de razonar
la realidad, qu dicen, por un
lado hay indios, indgenas, originarios, y por otro lado hay mestizos, qaras, esa es la dicotoma.
Para los kollas, esa manera de
aprehender las cosas no tiene
sentido, es arcaico. Cul es entonces la alternativa, la propuesta es el pensamiento katarista y
qu es el katarismo: El kataris-

mo es la expresin filosfica y
poltica de los kollas. El katarismo
no tiene que ver solamente con
Tupaj Katari, sino tambin con
una (compleja) manera de
pensar y ver el mundo.
Segundo, es necesario describir cmo est armada nuestra
sociedad, cmo est armada la
mente del boliviano o del kolla
en Bolivia. Y si nosotros leemos
esa estructura real y mental podramos decir quines somos,
(hacia) dnde vamos y qu queremos. Y cmo vemos entonces
con el katarismo el mundo. Para
los kataristas lo que existe es
(una serie de) estructuras que
se mueven en la realidad social
boliviana. (En este sentido),
Bolivia es un pas capitalista?,
evidentemente es un pas capitalista. Pero, tambin existen
relaciones feudales?, existen por
todo lado, y el Estado, con su
carcter importado, practica las
relaciones feudales. El principio
bsico que rige las relaciones
feudales es el de pertenecer al
clan (a la casta oligrquica); por
tanto, beneficiarse (con prebendas y adjudicaciones), patrimonialmente, de esa pertenencia.
Entonces, tenemos, primero, la
estructura capitalista, que es
real; la estructura feudal que
tambin es real y est en la mente y en las instituciones; no ha-

La Paz, julio de 2016

br vasallos, no habr pongos,


pero la estructura feudal est
registrada en cada uno de nosotros, existen feudos en las universidades, en las alcaldas, en
los ministerios, en los partidos,
y cuando hay feudos, generalmente son los peores (strapas)
que manejan la cosa pblica.
Tercero, nosotros somos kollas, aymaras y quechuas, tambin tenemos nuestra propia lgica, y cul es nuestra lgica,
es la lgica de la rivalidad. Los
aymaras nos movemos como
rivales, y la muestra patente de
esa rivalidad es que el mundo
kolla avanza y ha ocupado Bolivia en estos ltimos cincuenta
aos. Gracias a la rivalidad, el
aymara se posiciona en El Alto,
es qamiri, y cada vez hay ms
qamiris. Gracias a la rivalidad, los
kollas ocupamos y hemos asaltado Santa Cruz, hemos asaltado Tarija, y estamos asaltando
Beni y Pando. Por tanto, tenemos que estar orgullosos de
que los kollas estemos ocupando
todos los espacios de Bolivia, a
eso llamo yo la dominancia kolla1.
Por ahora, la dominancia kolla se
expresa en la economa y necesitamos la hegemona kolla, y cuando construyamos la hegemona
kolla vamos a derrotar a los izquierdistas, que son los enemigos fundamentales de los qamiris aymaras y quechuas.

3. Crtica del indigenismo e


indianismo

En estos tiempos, expone


Fernando Untoja, la oligarqua de
izquierda ha retomado las banderas del indigenismo y del indianismo justamente para engaar y para frenar el avance del
poder kolla. Y cmo ha hecho,
(las) ha disfrazado con el Estado
plurinacional y ha encontrado a
todo el mundo pintado de indios
y de indgenas u originarios y a
partir de ah fcilmente les ha
hecho marchar, les ha hecho
creer que, porque Evo Morales
estaba ah, el indgena estaba en
el poder. Debo decirles claramente, el indgena est en el poder,
pero los kollas no estamos en
el poder. Quines son los indgenas, Linera, Quintana, Romero,
los Arce (Gmez, Zaconeta y
Catacora), esos son los indgenas, porque en Bolivia no hay
indgenas, estimados compaeros y hermanos, no hay indgenas, aqu hay gente con propiedad e identidad propia, aymaras
y quechuas, por tanto kollas.
Qu es el indigenismo, es la
mscara que se pone la izquierda, que es enemiga de los aymaras, para frenar la afirmacin de
la identidad kolla. Por eso han hecho el Estado plurinacional, para
ignorar, para eliminar (en y con

la configuracin de la nueva extirpacin de idolatras), toda forma de manifestacin de identidad


(nacional cultural). En el Estado
plurinacional slo existen indgenas, es decir slo existen fantasmas, los indgenas son fantasmas, y ningn aymara quechua
debe aceptar ser indgena, ni
indio. En este pas la nica manera de afirmarse es como kollas,
como aymara quechuas.
Tenemos que ser lcidos en
esto de que el indigenismo es el
peor enemigo de los aymara
quechuas, no solamente porque
quita la identidad, borra la identidad en la mente de los aymaras quechuas, sino tambin porque quiere descuartizar o descuartiza (a los pueblos y naciones andinas) en la Constitucin
del Estado Plurinacional, tanto
el Estado (republicano) de 1825
como el plurinacional son Estados importados, y porque son
Estados importados precisamente hablan de justicia comunitaria, justicia indgena, siguen
reproduciendo la (tradicional y
espuria) dicotoma colonial: justicia para los indgenas, los colonizados, los brbaros, y justicia
para los civilizados, y lamentablemente la gente, los dirigentes
campesinos o (los cocaleros) del
Chapare, siguen no ms a esa
lgica, cuando son lgicas de
dominacin (moderno-colonial).
Otros hablan de economa comunitaria, sin saber qu es, cmo funciona y continan pregonando que la economa comunitaria es bondadosa, armoniosa,
(que hay) relaciones de reciprocidad, de complementariedad,
que en el fondo no son ms que
cuentos que han trado los antroplogos, que han asesorado
al MAS en el gobierno.
Repito, el aymara no funciona
con relaciones de complementariedad, de reciprocidad, funciona en
base a la rivalidad, y cuando son
rivales no son enemigos. Y por eso
es que si un aymara hace una fiesta
con orquesta, el otro va a poner
otra orquesta ms poderosa an;
si un grupo contrata una banda
de Oruro, la ms potente, el otro
va a contratar dos bandas para su
comparsa. Por eso es que la
izquierda (qara) colonial tiene
miedo al aymara, quin es el enemigo de la izquierda, es el aymara
que tiene dinero, ellos dicen el indio,
y realmente los qamiris alteos, de
la Huyustus, de la Ramada, de la
Eloy Salmn, constituyen la vanguardia econmica a la que hay que
apoyar y con la que hay que
articular las futuras luchas polticas.

4. De la dominancia a la
hegemona kolla

Aqu la perspectiva terica y la


prospectiva poltica de Fernando

Pgina

Untoja son sencillamente geniales, sobre todo al plantear que


tenemos que tener bien clara una
cuestin (de comprensin), cmo
avanza nuestra sociedad y nuestra cultura?, avanza para vivir,
para acumular, prospera en base
a la acumulacin capitalista. A
partir del ayllu nuestros aymaras
y quechuas, nosotros los kollas
hemos comenzado a acumular y
la acumulacin ha hecho el Gran
Poder; la acumulacin de nuestros
mercaderes, de nuestros qamiris,
ha hecho que el kolla se imponga
en Santa Cruz con su baile, con
su fiesta, y trascienda y se imponga en Buenos Aires, y que triunfe
la morenada, el caporal. Ese es
el avance de una nacin que tiene
la identidad firme y que es capaz
de reproducir su cultura. El aymara no reclama un espacio en el
Estado plurinacional, el aymara
solamente ocupa e irrumpe. El
aymara no ha quedado pasivo,
ni durante la colonia, ni durante
la repblica, ni ahora, el aymara
ha ido avanzando, ha ocupado
Arica, ha ocupado Yacuiba, y la
gente de El Alto justamente es
el faro de este avance cultural y
econmico.
No obstante, Fernando Untoja
considera que en estos tiempos
plurinacionales existen relaciones
geoeconmicas que perjudican y
que no favorecen al mundo kolla,
hay relaciones de pertenencia que
bloquean y ponen barreras a la
acumulacin que opera el aymara
en sus negocios. Pero, hay un fenmeno fabuloso para hacer proyectos polticos, existe la articulacin entre la rivalidad que practicamos los aymaras con la competencia del capitalismo. El aymara es el primer hombre, la primera
mujer que ha entendido cmo
funciona el capitalismo y en su
prctica es ultra liberal, porque
gracias al comercio ha conseguido
imponerse, adquirir propiedad inmobiliaria, apropiarse de la zona
Sur (La Paz), apropiarse de Tarija,
y apropiarse de todo lo que es el
oriente, eso gracias al comercio.
El kolla ha sido pues habiloso
en articular las dos lgicas y por
eso el aymara es global, (ha logrado) articular la lgica de la rivalidad y la competencia, y la articulacin de estas lgicas ha hecho
de que el aymara viaje libremente
a Asia (China, Taiwn, Corea del
Sur), a Europa, para hacer negocios. El aymara de por s ha
aprendido el ingls, ha aprendido
el chino mandarn por su cuenta.
Vemos as que existe realmente una dominancia kolla. Lo que
(ahora) hay que hacer es prepararnos contra el indigenismo y
contra la izquierda (qara), que
es enemiga de los aymaras y

15

quechuas, y (apostar) por la hegemona kolla en Bolivia y para


armar esta hegemona necesitamos formarnos como empresarios, como estudiosos, necesitamos gente de lite, que produzca
referentes para que nuestro pueblo contine en la lucha y se imponga en Bolivia y en los Andes.
En el momento en que se formen los proyectos polticos a
partir del poder kolla, entonces
podremos asegurar la hegemona kolla en el siglo XXI. Si los
rabes se mueven como rabes
y se movilizan en el norte de
frica, en los Andes tambin nos
toca movilizarnos como kollas y
remover fronteras, remover Per, Chile y Bolivia. Ese es el destino que nos espera y eso es lo
que hay que trabajar.
Por ende, si somos de este
pas, entonces no nos queda ms
que pasar de la dominancia a la
hegemona poltica, ese es nuestro trabajo. No es simplemente
vivir de nostalgias o vivir de simbolismos, tenemos que ser pragmticos y ser programticos
quiere decir jugar en el capitalismo
contemporneo y el aymara nos
ha enseado a jugar, el kolla nos
ha enseado a jugar en el capitalismo contemporneo. Los izquierdistas no quieren que juguemos en el capitalismo contemporneo, continan con la economa
extractivista, contndonos cuentos, mientras que el aymara, el
kolla hace su negocio y trabaja
da y noche, no pide a nadie, no
pide ni siquiera doble aguinaldo.
Entonces, estimadas amigas y
amigos, es necesario cambiar la
manera de leer la realidad, es necesario seguir los pasos de nuestra gente que se mueve en la
economa y en la afirmacin de la
identidad. No hay mejor personaje que el aymara o el kolla que
imprime e impone su cultura
cuando va al oriente, de aqu a
veinte aos, los aymaras tenemos que tomar la Cainco, de aqu
a veinte aos tenemos que reducir el carnaval cruceo en una fiesta de barrio, eso es el poder kolla.
Y necesitamos para eso bancos
controlados por aymaras, compaas de seguros controlados
por los aymaras, comercio internacional controlado por los aymaras, ese es el trabajo nuestro. Y
por eso los kataristas queremos
proponer una idea a partir de los
(propios) principios filosficos y
polticos y queremos que los
kollas empiecen a trabajar la
hegemona poltica y aseguremos
la dominacin kolla en los Andes.
Muchas gracias.
1
Los economistas y los polticos
blanco-mestizos no pueden entender, ni
siquiera graficar estos fenmenos, se
conforman (reductivamente) con decir
que es economa informal.

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