Skidmore Smith - Cuba
Skidmore Smith - Cuba
Skidmore Smith - Cuba
1990)[*]
Thomas Skidmore y Peter Smith
Amrica Latina ha pasado por una serie de cambios econmicos, sociales y polticos de largo
alcance desde finales de siglo XIX. Las economas nacionales se han integrado en el sistema global
centrado en Europa y Estados Unidos, han cambiado los agrupamientos y las relaciones sociales, las
ciudades han florecido, y la poltica ha sido testigo de reformas y trastornos, y a veces de
estancamiento. Estas variaciones han llevado a una gran diversidad de experiencias nacionales, por
lo que tras este captulo presentarnos, ocho casos prcticos: Argentina, Chile, Brasil, Per, Mxico
Cuba, el Caribe y Centroamrica. Como veremos estos pases ilustran la complejidad de la historia
contempornea latinoamericana.
No obstante, como ha habido importantes semejanzas y diferencias, el propsito de este capitulo
es ofrecer un esbozo de los modelos y procesos del cambio. No refleja la historia de un solo pas,
sino que presenta un cuadro compuesto que puede proporcionar una base para entender el
contexto en el que se desarroll cada uno de ellos. Tambin nos permitir compararlos y obtener
generalizaciones acerca de las fuerzas histricas que se dieron en todo el continente.
Si queremos comprender la Amrica Latina contempornea, debe sitursela en el contexto de la
expansin econmica global, comenzando con la conquista del siglo XVI. Dentro de este sistema, ha
ocupado una posicin esencialmente subordinada o "dependiente" y ha seguido unos caminos
econmicos moldeados en gran medida por las potencias industriales europeas y estadounidense.
Estos desarrollos econmicos han originado transformaciones en el orden social y la estructura de
clases, que, a su vez, han afectado de forma crucial los cambios polticos. Por ello, comenzamos con
un conjunto de relaciones causales simplificadas: los cambios econmicos producen cambios
sociales que proporcionan e contexto para el cambio poltico 1[1].
Fase 1. Inicio del crecimiento basado en la exportacin-importacin (1880-1900)
La Revolucin Industrial europea fue lo que precipit el cambio en las economas decimonnicas
latinoamericanas. Como se mostr en el primer captulo, Amrica Latina haba visto reducirse sus
vnculos con la economa mundial tras lograr la independencia de Portugal y Espaa. Sus
terratenientes convirtieron sus posesiones en entidades autnomas y autosuficientes, en vez de
producir bienes para los mercados internos o exteriores. La minera se haba detenido, en parte
como resultado de la destruccin ocasionada por las guerras independentistas. La manufactura era
modesta y estaba en su mayor parte en manos de artesanos dueos de pequeos establecimientos.
Sin embargo, a finales del siglo XIX la industrializacin europea empez a ocasionar una fuerte
demanda de productos alimenticios y materias primas. Los trabajadores ingleses y europeos, que
ahora vivan en las ciudades y trabajaban en fbricas, necesitaban comprar los alimentos que ya no
cultivaban, y los dirigentes de la industria, vidos por extender su produccin y operaciones,
buscaban materia prima, en particular minerales. Ambos incentivos llevaron a los gobiernos e
inversores europeos a buscar fuera, en frica, Asia y, por supuesto, Amrica Latina.
Como resultado, los principales pases latinoamericanos pasaron por un sorprendente
transformacin a finales del siglo XIX, especialmente desde 1880. Argentina, con sus vastas y
frtiles pampas, se convirti en un importante productor de bienes agrcolas y ganaderos: lana,
trigo y sobre todo carne. Chile resucit la produccin de cobre, industria que haba cado en
decadencia tras los aos de la independencia. Brasil se hizo famoso por su produccin de caf.
Cuba cultiv caf, adems de azcar y tabaco. Mxico empez a exportar una serie de materias
primas, desde el henequn (fibra utilizada para hacer cuerda) y el azcar, hasta minerales
industriales, en particular cobre y zinc. Centroamrica export caf y pltanos, mientras que de
Per salieron azcar y plata.
El desarrollo de estas exportaciones fue acompaado de la importacin de productos
manufacturados, casi siempre de Europa. Amrica Latina compraba textiles, maquinaria, bienes de
lujo y otros artculos acabados en una cantidad relativamente grande, con lo que se dio un
intercambio, aunque los precios de las exportaciones latinoamericanas eran mucho ms inestables
que los de las europeas.
]
1
Los apologistas del liberalismo econmico citaban sin cortapisas a los tericos europeos que
justificaban el comercio libre y la divisin internacional del trabajo como algo natural y, sin duda,
ptimo. Toda desviacin de sus dictados sera una locura: reducir el comercio y con ello los ingresos. Es
importante considerar que la mayora de los crticos que atacaban las instituciones polticas de los
gobiernos monrquicos (que consideraban no liberales) no discrepaban de la ideologa del
liberalismo econmico. En Brasil, por ejemplo, Tavares Bastos acus al gobierno de extinguir la vida
poltica local, pero ensalz las virtudes del libre comercio y repiti fielmente las doctrinas europeas
del laissez-faire.
Se podra decir que durante la ltima parte del siglo XIX el liberalismo econmico permaneci
firme en Amrica Latina. Los intentos por implantar aranceles proteccionistas fueron rechazados por
los polticos, que sostenan no encontrarse en condiciones, ya fuera por sus recursos o por su
capacidad de hacer tratos, de violar los principios del libre comercio.
Los debates clave acerca de la poltica econmica se restringan en gran medida a las elites,
definidas aqu como ese pequeo estrato (menos del 5 por 100 de la poblacin) con poder y riqueza
para controlar las decisiones polticas y econmicas de mbito local, regional y nacional.
El compromiso de stas con el liberalismo se vea reforzado por su profunda preocupacin acerca
de la supuesta inferioridad racial de sus poblaciones nativas. De modo implcito aceptaban las
teoras racistas al propugnar constantemente fuertes inmigraciones europeas como solucin a su
falta de mano de obra cualificada. Preferan inmigrantes del norte de Europa (aunque en realidad la
gran mayora vino de Portugal, Espaa e Italia) con la esperanza de que los hbitos de la confianza
en uno mismo y la capacidad emprendedora sellos distintivos del ideal liberal se reforzaran en su
continente.
Aadido a las dudas racistas, haba un sentimiento generalizado de su propia inferioridad. Hasta
la primera guerra mundial, las elites latinoamericanas se solan describir como poco ms que
imitadoras de la cultura europea. Muchas dudaban de que sus pases pudieran siquiera lograr una
civilizacin caracterstica. En los pases tropicales, las preocupaciones acerca del determinismo
racial se reforzaban con dudas sobre su clima, del que los tericos europeos decan constantemente
que nunca sustentara una civilizacin superior. As pues, el determinismo medioambiental
reforzaba el racial y su combinacin pareca descalificar a las tierras tropicales como escenario en el
que pudiera realizarse el sueo liberal.
Dentro de Amrica Latina, el rpido crecimiento de las economas de exportacin llev a
transformaciones sociales sutiles pero importantes. La primera de todas y la ms valiosa fue la
modernizacin de la elite de clase alta. Debido a estos nuevos incentivos econmicos, los
latifundistas y propietarios dejaron de contentarse con realizar operaciones de subsistencia en sus
haciendas; en su lugar, buscaron oportunidades y maximizaron los beneficios, lo cual condujo al
surgimiento de un espritu empresarial que marc un cambio significativo en la apariencia y
conducta de los grupos de elite. Los ganaderos de Argentina, los cultivadores de caf de Brasil, los
plantadores de azcar de Cuba y Mxico, todos buscaban eficiencia y xito comercial. Ya no eran
una elite semifeudal que viva parcialmente encerrada, sino que se convirtieron en empresarios
decididos.
Surgieron nuevos grupos profesionales o de servicios para desempear funciones econmicas
adicionales. Particularmente importante fue el crecimiento y cambio habido en el sector comercial.
Los comerciantes cumplieron una funcin esencial en esta transformacin, al igual que en la etapa
colonial, pero ahora muchos eran extranjeros y vincularon las economas latinoamericanas con los
mercados ultramarinos, en particular con Europa. Tambin se contempl una evolucin entre los
profesionales, abogados y dems representantes de los grupos extranjeros y nacionales en sus
transacciones comerciales. Los abogados siempre haban sido importantes, pero durante la fase de
exportacin-importacin asumieron nuevas funciones cruciales al ayudar a determinar el marco
institucional de la nueva era.
Estas transformaciones econmicas y sociales tambin condujeron al cambio poltico. Al poner
tanto en juego, las elites latinoamericanas en especial los terratenientes comenzaron a
interesarse por la poltica nacional. Ya no se contentaban con permanecer en sus haciendas
feudales y comenzaron a perseguir el poder poltico. La era del caudillo tradicional estaba llegando
a su fin.
Su bsqueda de autoridad poltica a finales del siglo XIX tom dos formas bsicas. En una
versin, los terratenientes y otras elites econmicas tomaron el control del gobierno de forma
directa, como en Argentina y Chile. Queran construir regmenes fuertes y selectivos, por lo habitual
con apoyo militar, y solan proclamar su legitimidad mediante la adhesin a unas constituciones que
se parecan mucho a los modelos europeos y estadounidense. En Argentina y Chile hubo una tenue
competencia entre partidos que tendan, al menos en esta fase inicial, a representar facciones
rivales de la aristocracia. Pero haba mucho acuerdo acerca de los temas polticos bsicos y escasa
oposicin seria a la cordura de perseguir el crecimiento econmico mediante la exportacin. La
rivalidad era restringida y la votacin sola ser una farsa. Se podra pensar en tales regmenes como
expresiones de la democracia oligrquica.
Un segundo modelo conllevaba la imposicin de dictadores fuertes, a menudo con cargos
militares, para asegurar la ley y el orden; de nuevo, en beneficio ltimo de las elites terratenientes,
Porfirio Daz en Mxico, que tom el poder en 1876, es el ejemplo ms notable, pero el modelo
tambin apareci en Venezuela, Per y otros pases. En contraste con la democracia oligrquica,
donde las elites ejercan el poder poltico directo, aqu se trataba de la aplicacin indirecta de su
autoridad mediante dictadores que no solan provenir de los estratos ms altos de la sociedad.
En cualquier caso, lo importante era la estabilidad y el control social. Se suprimieron los grupos
disidentes y se contuvo la lucha por el poder dentro de crculos restringidos. Sin duda, una de las
metas bsicas de estos regmenes era centralizar el poder, si era necesario quitndoselo a los
caudillos regionales, y crear estados-nacin poderosos y dominantes. No era fcil lograrlo debido a
la fragmentacin residual de la sociedad y a su misma estructura, pero se hicieron progresos en los
pases ms grandes. En Argentina, por ejemplo, triunf el centralismo con el establecimiento de la
ciudad de Buenos Aires como distrito federal en 1880 (al igual que Washington DC est bajo
jurisdiccin directa del gobierno federal en Estados Unidos). En Mxico, la poltica efectiva y a
menudo despiadada de Porfirio Daz llev al aumento del poder nacional a expensas de las plazas
fuertes locales y, en Brasil, el gobierno imperial de Dom Pedro II avanz de forma significativa hacia
el establecimiento de un estado-nacin efectivo (pero tambin provoc un retroceso regional que
contribuy al derrocamiento del imperio en 1889).
La intencin de los centralistas era promover un mayor desarrollo econmico mediante el
crecimiento de las lneas de exportacin-importacin. La estabilidad poltica se consideraba algo
esencial para atraer la inversin extranjera que, a su vez, estimulara el crecimiento econmico. Y
cuando llegaba la inversin, ayudaba a fortalecer las fuerzas de la ley y el orden. Los ferrocarriles
son un ejemplo: los inversores extranjeros se resistan a colocar sus fondos en un pas amenazado
por el desorden poltico; pero una vez que se construan los ferrocarriles, como en el caso de
Mxico, se convertan en instrumentos importantes para consolidar la autoridad central, ya que
podan usarse (y lo fueron) para despachar tropas federales a sofocar levantamientos en casi
cualquier parte de la nacin.
presidencia en 1916. En Chile, los cambios comenzaron en realidad a partir de 1890 y supusieron la
imposicin del gobierno parlamentario sobre el sistema presidencialista anterior. En Brasil, la cada
de la monarqua en 1889 inaugur un perodo de poltica electoral limitada. Cuba, tras conseguir la
independencia de Espaa en 1898 (y, como muchos diran, cederla despus a Estados Unidos),
sigui siendo una caso especial. E incluso para Mxico, donde estall una revolucin a gran escala
en 1910, es vlida la generalizacin: el objetivo original del movimiento revolucionario no era
transformar la sociedad mexicana, sino solamente conseguir el acceso al sistema poltico de los
segmentos excluidos de la clase media.
Los movimiento reformistas produjeron a menudo una democracia cooptada, en la que la
participacin efectiva se extenda de la clase alta a la media y segua excluyendo a la ms baja.
Tales transformaciones solan reflejar los intentos de las elites socioeconmicas gobernantes por
cooptar a los sectores medios en apoyo del sistema, aunque a veces tuvieron consecuencias
imprevistas, como en el caso de Mxico, donde los acontecimientos trascendieron hasta ocasionar
una revolucin completa. Los objetivos de la mayora fueron limitados.
Un efecto colateral significativo fue la creacin de una cuadro de polticos profesionales en varios
pases. Los partidos polticos crearon carreras para los hombres (las mujeres latinoamericanas ni
siquiera tuvieron voto hasta 1929) que pudieran dedicar toda su vida adulta a conseguir el poder
poltico. Muy a menudo solan representar los intereses de la aristocracia reinante, pero adems
formaban un grupo social separado e identificable. Como actores prominentes de la escena poltica
civil, tambin se convirtieron en blancos del desdn y la ira del estamento militar.
En la mayor parte de los pases latinoamericanos, la frmula reformista funcion bastante bien,
al menos para las elites. La demanda europea de materias primas durante la primera guerra
mundial y varios aos despus condujo a una prosperidad continuada y sostenida. El modelo de
crecimiento basado en la exportacin-importacin pareca ofrecer medios funcionales y provechosos
para la integracin de Amrica Latina en el sistema global del capitalismo. Las adaptaciones
polticas parecan asegurar la hegemona a largo plazo de las elites nacionales.
En realidad, pronto se descubri que el liberalismo tanto poltico como econmico tena
deficiencias. Su fracaso ilustra el fenmeno tan conocido en toda la Amrica Latina contempornea:
el prstamo cultural desafortunado o alineacin, segn lo han descrito los nacionalistas de
tiempos recientes. Al copiar las instituciones legales y las frases filosficas del liberalismo clsico,
los latinoamericanos descubrieron que su realidad no se prestaba a la simple aplicacin del dogma.
No supieron entender que, en su origen, el liberalismo europeo fue la ideologa de una clase social
en alza, cuyo poder econmico emergente le proporcion los medios para llevarla a la prctica.
Significa esto algo ms que Amrica Latina careca de una clase media importante? Slo en
parte. Resulta fundamental el hecho de que haba seguido siendo una economa agraria cuyo sector
exportador se corresponda, en la mayora de los pases, con un enorme sector de subsistencia. El
liberalismo tuvo fortuna slo porque, desde 1850, un pequeo pero creciente sector de la sociedad
pens que ste consideraba diferentes sus intereses de los propios de los sectores tradicionales.
De forma especfica, todos los profesionales abogados, mdicos, militares de carrera,
funcionarios civiles y comerciantes constituan un inters urbano. Absorbieron con rapidez las ideas
liberales europeas sin conseguir el poder econmico relativo de sus semejantes en Francia e
Inglaterra. As, aunque no hubieran considerado que sus intereses econmicos eran antagnicos de
los del sector agrario tradicional, se hubiera hallado en una posicin dbil. Pero a menudo no fue
as. Sus vidas solan estar ligadas al sector agrario aunque vivieran en las ciudades. Los ingresos de
sus clientes, usuarios y patronos dependan en gran medida de la agricultura comercial. A su vez, la
prosperidad de esta agricultura dependa del comercio exterior.
En este punto, el liberalismo econmico pona en un callejn sin salida a los liberales
latinoamericanos. Como crean en sus principios abstractos y se daban buena cuenta de su patente
debilidad frente a sus principales acreedores y socios de intercambio Estados Unidos e Inglaterra,
no podan pensar en un camino que pasara por soluciones econmicas no liberales. Adems, lo
ltimo les habra resultado caro en sus personas a corto plazo. Por ejemplo, los aranceles
proteccionistas para la industria sin duda habran cargado a los consumidores urbanos con bienes
ms caros y de peor calidad. La proteccin tambin habra hecho peligrar los beneficios de los
comerciantes dedicados a la exportacin-importacin, que eran un poderoso grupo de presin. As
pues, los liberales fueron renuentes a apoyar la industrializacin, que por s sola podra haber
aumentado su nmero lo suficiente como para otorgarles el poder poltico, que quiz habra hecho
posible la realizacin de los ideales polticos liberales.
El liberalismo econmico y el poltico se sesgaban de otro modo ms. Las ideas no liberales en
economa tales como los aranceles proteccionistas y los controles sobre las inversiones extranjeras
a menudo se asociaban en la prctica con ideas polticas antiliberales. As, la conexin se estableci
con facilidad: la desviacin de los principios econmicos liberales significaba un gobierno
autoritario, por lo que se la tena en poco aprecio.
Un argumento ms utilizado contra los que abogaban por la heterodoxia econmica (es decir, por
medidas no liberales) era difcil de rebatir desde la poltica. Ante cualquier propuesta de apoyo
gubernamental a la industria nacional, sus oponentes lanzaban la acusacin, a menudo con buenos
resultados, de que un pequeo grupo de inversores egostas queran beneficiarse e expensas del
pblico. Adems, los empresarios locales casi siempre carecan de fondos y experiencia. Como en el
resto del mundo en vas de desarrollo, se enfrentaban a la competencia formidable de los bienes
importados desde las economas industrializadas. Sin proteccin ni subsidios tenan pocas
esperanzas.
A los liberales latinoamericanos tambin los debilitaba otra razn. Se trataba de su incertidumbre
acerca de una premisa subyacente en el liberalismo: la fe en la racionalidad y el carcter
emprendedor de los individuos del pas. En Brasil, por ejemplo, los polticos se haban pasado aos
justificando la esclavitud sobre la base de que era un mal necesario para su economa tropical
agraria. Slo podan hacer ese trabajo los esclavos africanos. Ahora el argumento volva para
perseguir a los liberales. El legado de la esclavitud era una fuerza laboral que quedaba muy lejos
del mundo racional concebido por Bentham y Mill. El acontecimiento que transform esta atmsfera
fue el derrumbamiento espectacular de la economa capitalista mundial en 1929 y 1930.
Fase 3. Industrializacin en lugar de importacin (1930-dcada de 1960)
La Gran Depresin tuvo en su inicio efectos catastrficos sobre las economas latinoamericanas.
El precipitado declive de Europa y Estados Unidos redujo de improviso el mercado para sus
exportaciones. La demanda internacional de caf, azcar, metales y carne pas por una aguda
reduccin y no se pudieron hallar salidas alternativas para estos productos. Cayeron el precio
unitario y el volumen de exportacin, por lo que el valor total durante los aos 1930-1934 fue un 48
por 100 ms bajo que el de 1925-1929. Una vez ms, los acontecimientos sucedidos en el centro
industrializado del sistema mundial tuvo efectos decisivos (y limitadores) sobre Amrica Latina y
otras sociedades del Tercer Mundo.
La depresin mundial que sigui caus una gran presin en los sistemas polticos de los pases
latinoamericanos, muchos de los cuales sufrieron golpes militares (o intentos de golpes). Ms o
menos en el ao siguiente a la quiebra de la bolsa en Nueva York, los militares haban buscado el
poder o lo haban tomado en Argentina, Brasil, Chile, Per, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Mxico soportaba su propia crisis constitucional y Cuba sucumbi a un golpe militar en 1933. Sera
una exageracin afirmar que los efectos econmicos de la Depresin causaron estos resultados
polticos, pero pusieron en duda la viabilidad del modelo de crecimiento basado en la exportacinimportacin, ayudaron a desacreditar a las elites polticas gobernantes e hicieron que las masas
estuvieran ms preparadas para aceptar regmenes militares. A partir de la dcada de 1930, el
ejrcito reafirm su papel tradicional como fuerza principal en la poltica latinoamericana.
Los gobernantes de la regin tenan dos opciones para responder a la crisis econmica global.
Una era forjar vnculos comerciales an ms estrechos con las naciones industrializadas para
asegurarse compartir equitativamente el mercado sin que importase su tamao y desajustes. Por
ejemplo, Argentina tom esta va al luchar por preservar su acceso al mercado britnico de carne.
En 1933 firm el Pacto Roca-Runciman, mediante el cual retendra cuotas aceptables del mercado
ingls a cambio de garantizar la compra de bienes britnicos y asegurar las ganancias de los
negocios britnicos en Argentina. De este modo, algunos pases trataron de mantener el
funcionamiento del modelo basado en la exportacin-importacin, a pesar de la reduccin en la
demanda ocasionada por la Depresin.
Una va alternativa, que no contradeca necesariamente a la primera, era embarcarse en la
industrializacin. Una de las metas de esta poltica, a menudo apoyada por el ejrcito, sera
conseguir una mayor independencia econmica. La idea era que, al levantar su propia industria,
A medida que aumentaba la presin, las elites gobernantes de varios pases imponan regmenes
ms represivos, con frecuencia mediante golpes militares, como sucedi en Brasil (1964), Argentina
(1966) y Chile (1973). En todos los casos, las decisiones ms importantes las tomaron (o estuvieron
sujetas al veto de) los altos cargos militares. En vista del estancamiento econmico, los militares y
las elites pensaron que deban estimular la inversin y, para lograrlo, razonaron, haba que
desmantelar, quizs incluso aplastar, el poder colectivo de la clase obrera. Cuanto ms organizada
estaba, ms difcil result la tarea.
Cada uno de estos gobiernos dominados por los militares asumi el poder de controlar las
decisiones concernientes a los intereses obreros ms vitales: salarios, condiciones laborales,
beneficios complementarios y el derecho a organizarse. La clase obrera tuvo que resignarse a las
medidas aprobadas por las burocracias de los gobiernos militares que establecieron la poltica
laboral. Entre 1973 y 1979 prcticamente no hubo huelgas en Chile; lo mismo puede decirse para
Brasil de 1968 a 1978. Los intentos de organizar huelgas en esos pases durante los aos
mencionados invitaban a una dura represin, aunque se dio cierta relajacin en Brasil a comienzos
de 1978. Result difcil suprimir la fuerte tradicin sindicalista argentina, pero all tambin se oblig
a los dirigentes obreros a mostrar gran prudencia. Los tres regmenes militares crearon el
imperativo econmico para tratar de las relaciones laborales.
Por qu esta dureza contra la clase obrera? Considerados a corto plazo, los tres casos pueden
explicarse por la necesidad de acometer polticas antiinflacionarias impopulares. Estos regmenes
llegaron al poder cuando la inflacin y la balanza de pagos deficitaria haban vuelto sus economas
peligrosamente vulnerables. En los tres casos, casi se haba agotado el crdito internacional,
pblico o privado, del mundo capitalista. Se haba requerido de los tres que pusieran en marcha
programas de estabilizacin. Como ningn pas no capitalista haba logrado en los aos recientes
conseguir la estabilizacin econmica sin provocar una cada de los salarios reales (por lo general
muy grande) y como Argentina, Brasil y Chile tenan mucha experiencia en organizar la resistencia
obrera ante los programas de estabilizacin, no era una sorpresa que estos regmenes militares
quisieran controlar estrechamente a esta clase.
Sin embargo, los tres casos de polticas antiobreras tenan causas ms profundas. Estos
gobiernos proclamaron ser antipolticos. Culpaban del infortunio de sus pases a la supuesta
incompetencia, deshonestidad o traicin de los polticos y se mostraron ms agresivos hacia los
polticos izquierdistas radicales y los lderes obreros. Se dejaron abiertos pocos canales de oposicin
poltica. Del mismo modo que Chile fue una vez el sistema ms democrtico, su rgimen militar se
convirti en el ms draconiano, al abolir todos los partidos polticos y quemar las listas electorales.
Los generales repudiaron la competicin poltica abierta y pluralista por la que el pas se haba
hecho famoso. Chile iba a entrar en una era libre de poltica.
El gobierno militar argentino tom medidas severas en 1976: suspendi el Congreso y todos los
partidos polticos, lo que signific un hiato en la competicin poltica. Los guardianes militares de
Brasil, aunque llegaron al poder en una atmsfera poltica menos radicalizada que los otros dos
gobiernos, tambin se vieron impulsados en su segundo ao (1965) a abolir los antiguos partidos
polticos (reemplazarlos por dos nuevos sancionados por el gobierno). A una fase ms represiva
(aunque con menos muertes que en Argentina o Chile) iniciada en 1968, le sigui una apertura
gradual a partir de 1978.
Los regmenes que avanzaron por este camino acabaron concindose como estados burocrticoautoritarios y presentaron varias caractersticas comunes. Una fue el nombramiento para cargos
pblicos de gente con carreras altamente burocrticas: miembros del ejrcito, el funcionariado civil
o corporaciones importantes. La segunda consisti en la exclusin poltica y econmica de la clase
trabajadora y el control de los sectores populares. La tercera fue la reduccin o casi eliminacin de
la actividad poltica, en especial en las primeras fases del rgimen: se definan los problemas como
tcnicos, no polticos, y se buscaban soluciones administrativas en lugar de llegar a acuerdos
polticos negociados.
Por ltimo, los gobiernos burocrticos-autoritarios trataron de reavivar el crecimiento econmico
mediante la consolidacin de vnculos con las fuerzas econmicas internacionales, revisando una
vez ms, los trminos de la dependencia del sistema mundial global. De forma especfica, los
dirigentes de estos regmenes forjaron con frecuencia alianzas con corporaciones multinacionales
(vastas compaas internacionales como IBM, Phillips, Volkswagen). Para conseguir crdito y ganar
tiempo, tambin necesitaban llegar a acuerdos con sus acreedores, como los bancos
estadounidenses y europeos y los organismos de prstamo internacionales (como el Banco Mundial
y el Banco de Desarrollo Interamericano). Este tipo de tareas se delegaron por lo comn en los
miembros ms internacionales de la coalicin original, con frecuencia jvenes economistas
preparados en instituciones estadounidenses, que solan identificarse con apodos irnicos, como los
Chicago boys de Chile.
Mxico, como veremos en el captulo 7, representa una situacin diferente, ya que el Estado
haba adquirido un control efectivo sobre los sectores populares antes de la cada econmica de los
aos sesenta, por lo que pudo hacer la transicin del autoritarismo populista a una versin
modificada del autoritarismo burocrtico sin un brutal golpe militar. Ese control sobre los sectores
populares se prob de nuevo durante la larga crisis econmica que sigui a 1982. Centroamrica
demuestra la volatilidad de las condiciones sociales donde el desarrollo econmico se dio bajo la
dictadura tradicional, sin dar lugar a una reforma creciente. Y Cuba, con su revolucin social, ofrece
un modelo ms de transicin y cambio.
Fase 5. Crisis, deuda y democracia (dcada de 1980-dcada de 1990)
El crecimiento econmico durante los aos setenta dependi del prstamo externo. En 1973 y
1974 y de nuevo en 1978 y 1979, la accin concertada de los pases exportadores de petrleo llev
a unos aumentos abruptos en el precio mundial del crudo. Como no podan gastar todos sus
inesperados beneficios (conocidos tcnicamente como rentas) en sus propios pases, los
potentados del Oriente Prximo hicieron depsitos masivos en bancos internacionales. Resultaba
bastante lgico que estos bancos quisieran prestar este dinero a clientes faltos de capital pero
merecedores de crdito, a unas tasas de inters provechosas. Los banqueros prominentes de
Europa y Estados Unidos decidieron que los pases latinoamericanos parecan buenos clientes
potenciales, en especial si sus gobiernos se comprometan a mantener la ley y el orden.
As comenz un ciclo frentico de prstamos. Entre 1970 y 1980, Amrica Latina increment su
deuda externa de 27.000 millones de dlares a 231.000 millones, con unos pagos anuales
(intereses ms amortizaciones) de 18.000 millones. En seguida aparecieron las complicaciones.
Baj el precio de las mercancas, subieron las tasas de inters real y los banqueros se mostraron
reacios a seguir concediendo crditos. Los pases de la regin experimentaron crecientes
dificultades para cumplir con sus obligaciones de la deuda y en agosto de 1982 Mxico declar su
imposibilidad de pagar. El gobierno estadounidense reuni frenticamente un paquete de rescate
para ese pas, pero slo proporcion un respira a breve plazo. Para cubrir los intereses nicamente,
los principales deudores latinoamericanos Argentina, Brasil y Mxico tenan que pagar por ao el
equivalente del 5 por 100 de su producto bruto interno (PBI). Atrapada en la disyuntiva de reducir
sus ingresos por exportacin y aumentar sus obligaciones de servicio de la deuda, Amrica Latina
se sum en una crisis econmica de una dcada.
A lo largo de los aos ochenta, las autoridades internacionales el gobierno estadounidense, los
banqueros privados y especialmente el Fondo Monetario Internacional (FMI) impusieron estrictos
trminos a los deudores latinoamericanos. Si los gobiernos emprendan reformas econmicas
profundas, podan hacerse merecedores de la exoneracin de sus cargas con la deuda. Estas
reformas casi siempre incluan la apertura de las economas al mercado y la inversin exteriores, la
reduccin del papel del gobierno, el impulso a nuevos exportaciones y la toma de medidas contra la
inflacin. Este conjunto de ideas neoliberales requera ajustes estructurales en la poltica
econmica y signific casi el repudio total de las estrategias basadas en la industrializacin en lugar
de la importacin antes tan alabadas.
Casi sin eleccin, la mayora de los gobiernos latinoamericanos aceptaron las condiciones
patrocinadas por el FMI, al menos formalmente. Los pases ms pequeos, como Chile y Bolivia,
lograron llevarlas a la prctica. Mxico hizo progresos importantes hacia finales de la dcada de
1980, como Argentina, Brasil y Per a principios de los aos noventa. Brasil, el mayor pas de todos,
resistira las frmulas del FMI hasta mediados de los noventa.
En 1990, cuando se haban concedido ms prstamos para cubrir el pago de los intereses, la
deuda total latinoamericana subi a 417.500 millones de dlares. Desde 1982 hasta 1989, Amrica
Latina trasfiri ms de 200.000 millones de dlares a las naciones industrializadas, equivalentes a
varias veces el Plan Marshall. El producto interno bruto per cpita descendi en 1981, 1982, 1983,
1988 y 1989, y mostr un descenso acumulativo de casi el 10 por 100 de esa dcada.
En este contexto de crisis econmica, Amrica Latina sali del autoritarismo, en muchos casos
hacia la democracia. Las coaliciones que se hallaban tras los regmenes burocrticos-autoritarios
resultaron ser relativamente frgiles. Los industriales locales se sintieron amenazados por las
corporaciones multinacionales y el instinto militar de aniquilar toda oposicin militante levant
protestas intelectuales, artistas y representantes del sector medio. Bajo el peso de la crisis de la
deuda, tambin, algunos dirigentes militantes decidieron volver a los cuarteles y dejar que los
civiles se hicieran cargo de lo que pareca ser un problema insoluble.
Tambin brot presin desde abajo. Un hecho notable de la poltica latinoamericana durante los
aos ochenta fue el surgimiento de la participacin civil, cuando los ciudadanos comunes
comenzaron a insistir en sus derechos y pidieron cuentas a los gobiernos. En parte fue el resultado
de la unin entre fuerzas de oposicin producidas por la brutalidad de la represin militar. En
segundo lugar, existi un compromiso creciente con el proceso electoral, al clamar el pueblo por
elecciones libres y justas. Por ltimo, como consecuencia de todos estos procesos, apareci un
nuevo cuadro de presidentes civiles, de clase media y con una buena preparacin. Esto se vio
claramente en Brasil, Argentina y Chile.
La mayora de estos regmenes no fueron democracias completas. En muchos pases, el ejrcito
segua manteniendo un poder considerable tras la escena y poda ejercer el veto sobre la poltica
importante. Tras aos de represin (incluida la eliminacin fsica) a manos de dictadores militares,
en la dcada de los noventa, la izquierda marxista estaba muy dividida, desmoralizada y
desacreditada por el derrumbamiento del comunismo en la Europa del Este y la Unin Sovitica, y
en algunos pases todava se le negaba la participacin efectiva en poltica. Los temas clave, como
la reforma agraria, no tenan posibilidad de ser considerados con seriedad. Los derechos humanos
sufran violaciones constantes. Y muchas decisiones cruciales, en especial sobre la poltica
econmica, se tomaron en las altas esferas y de forma autoritaria.
Hacia inicios de los aos noventa, Amrica Latina haba comenzado por fin a cosechar los frutos
de haber aceptado rigurosas polticas de reforma. Con exclusin de Brasil (que pospuso sus
reformas hasta 1994), la inflacin promedio en toda la regin cay del 130 por 100 en 1989 al 14
por 100 en 1994. Parcialmente en respuesta a ello, los inversores internacionales miraron
favorablemente a Amrica Latina. La entrada de fondos privados del extranjero principalmente de
Europa, Japn y Estados Unidos aument de slo 13.400 millones de dlares en 1990 a la
importante suma de 57.000 millones de 1994. (En 1993 solamente, los inversores estadounidenses
compraron ms valores extranjeros en todo el mundo cerca de 68.000 millones que durante toda
la dcada de los ochenta). Y como resultado, el crecimiento promedio en Amrica Latina creci de
apenas el 1,5 por 100 en 1985-1990 al respetable nivel del 3,5 por 100 a inicios de los aos
noventa.
Los problemas no obstante persistieron. La mayora de esta nueva inversin privada vena en la
forma de inversiones de cartera (esto es, compras en bonos o acciones) antes que en inversiones
directas (tales como plantas o fbricas). Las inversiones de cartera tienden a ser sumamente
mviles y notablemente voltiles, y pueden dejar los pases anfitriones casi instantneamente. De
ese modo cuando la Reserva Federal de Estados Unidos empez a aumentar sus tipos de inters a
comienzos de 1994, los inversores comenzaron a prever mejores ganancias en el mercado
estadounidense. Esta expectativa llev a una cada del 14 por 100 en la entrada de capital a
Amrica Latina en 1994. Y cuando Mxico quebr en diciembre de 1994, los inversores extranjeros
abandonaron los mercados en toda la regin en lo que se llam el efecto tequila. La conclusin es
dolorosamente clara: pese a los esfuerzos impresionantes y a menudo valientes por la reforma
econmica, Amrica Latina todava era vulnerable a los caprichos del mercado financiero mundial.
Haba problemas estructurales tambin. Uno era la persistencia de la pobreza. Segn los
patrones internacionales, casi la mitad de la poblacin de Amrica Latina (46 por 100) es
considerada pobre a comienzos de los aos noventa. Un segundo problema de larga duracin era
la desigualdad. Desde que en los aos cincuenta hubo datos accesibles sobre esta cuestin,
Amrica Latina ha exhibido la distribucin de ingreso ms desigual existente en el mundo mayor
que en frica, el Sureste asitico y el Oriente Prximo y esta situacin estaba empeorando
progresivamente. Hacia comienzos de los aos noventa, el 10 por 100 ms rico de las familias en
Amrica Latina reciba el 40 por 100 de la renta total; mientras que el 20 por 100 ms pobre reciba
menos del 4 por 100. De forma que la equidad social planteaba un desafo muy importante para la
regin.
Cuadro 2.1. Modelos de cambio en Amrica Latina
Desarrollo
Cambio social
Resultado poltico
Fase 1
(1880-1900)
Fase 2
(1900-1930)
Fase 3
(1930-principios de la
dcada de 1960)
Fase 4
(1960-principios de la
dcada de 1980)
Fase 5
(principios de la
dcada de 1980)
econmico
iniciacin del
Modernizacin de la
crecimiento basado en elite, aparicin del
la exportacinsector comercial y
importacin
nuevos profesionales
Expansin de la
Aparicin de los
exportacinestratos medios,
importacin
comienzos del
proletariado
Industrializacin en
Formacin de la elite
lugar de importacin
empresarial,
fortalecimiento de la
clase trabajadora
Estancamiento del
Agudizacin del
crecimiento basado en conflicto, a menudo de
la sustitucin de
clases
importaciones; cierto
crecimiento basado en
la exportacin en los
aos sesenta
Escasez de divisas
Aumento de la
(acuciada por la deuda movilizacin de los
externa) conduce al
grupos de clase
estancamiento o
medios y bajos
recesin
tpico
Democracia
oligrquica o dictadura
integradora
Democracia cooptada
Populismo o
democracia cooptada
Rgimen burocrticoautoritario
Democracia electoral
incompleta (con veto
militar)
Hacia mediados de los aos noventa, Amrica Latina presentaba un amplio espectro poltico
(siempre al margen de la Cuba socialista). En un polo estaba lo que se podra llamar autoritarismo
electorales, que tena su forma ms dura en Guatema; en el otro, la democracia incompleta;
muchos casos se situaban entre ambos polos. Despus de una larga lucha contra la tirana, Chile
recuper otra vez su lugar, junto a Costa Rica, como el pas ms democrtico de la regin quiz
pese a la continuada autonoma de las fuerzas armadas. Mostrando un grado considerable de
apertura poltica, Argentina y Brasil trasfirieron el poder presidencial mediante elecciones libres y
limpias. Aunque, debido particularmente a las dictaduras militares, las instituciones polticas
(especialmente la justicia y la burocracia, as como los ministerios e institutos gubernamentales) se
hallaban muy debilitadas en estos y otros pases. Per afront quiz el vaco institucional ms
extremo en toda la regin. A mediados de los aos noventa, se plante una pregunta clave:
Tendran las frgiles democracias latinoamericanas la fuerza y la competencia para consolidar las
reformas recientes y para combatir los problemas de la pobreza y la desigualdad?
En resumen, la evolucin de las sociedades principales de Amrica Latina ha seguido un modelo
en el que los desarrollos econmico, social y poltico estn vinculados. La adhesin a un modelo
general ha variado de un pas a otro, pero, con todo, resulta posible discernir las lneas generales
de una experiencia histrica comn desde finales del siglo XIX (El cuadro 2.1 presenta un resumen
simplificado). Se debe recordar que este conjunto de modelos se deriva de la historia de las
naciones mayores y con ms desarrollo econmico de Amrica Latina. Algunas de las regiones
menos desarrolladas, como Centroamrica y Paraguay, han pasado slo por algunas de estas
trasformaciones y su trayectoria se ha visto muy afectada por la oportunidad de su inicio. Del
mismo modo que los factores globales han condicionado la experiencia histrica de los pases
mayores, condicionarn el futuro desarrollo de los pases menos avanzados. En otras palabras, no
hay garantas de que la historia de Argentina o Brasil anuncie el futuro de Honduras y Paraguay,
como tampoco de que el conocimiento de la historia estadounidense del siglo XIX nos permita
predecir la evolucin de Chile o Mxico.
[*] Thomas Skidmore y Peter Smith: La transformacin de la Amrica Latina contempornea
(dcada de 1880-dcada de 1990), en Historia contempornea de Amrica Latina, Crtica, Barcelona,
1996.
2[1]
Por esta razn, cada uno de los casos de estudio presentados en los captulos siguientes contienen
una seccin general sobre el crecimiento econmico y el cambio social, con la excepcin de Mxico,
2
donde la revolucin de 1910 ejerci un impacto poltico tan fuerte sobre la historia del pas, que nos
oblig a utilizar un formato diferente.