La Autoridad (Pedagógica) en Cuestión-Una Crítica Al Concepto de Autoridad en Tiempos de Transformación - María Beatriz Greco Capítulo 2
La Autoridad (Pedagógica) en Cuestión-Una Crítica Al Concepto de Autoridad en Tiempos de Transformación - María Beatriz Greco Capítulo 2
La Autoridad (Pedagógica) en Cuestión-Una Crítica Al Concepto de Autoridad en Tiempos de Transformación - María Beatriz Greco Capítulo 2
La autoridad (pedaggica)
en cuestin
ISBN N
CAPTULO 2
24. Segn dice Chateubriand: El tiempo actual, sin autoridad consagrada, se ubica ante una
doble imposibilidad, la del pasado y la del porvenir (1989: 922).
67
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 68
68
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 69
69
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 70
70
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 71
71
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 72
72
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 73
73
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 74
74
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 75
una posicin de sabio y de poder sobre otros. Los jvenes que haban pade-
cido la experiencia en el instituto de menores rechazaban, fundamental-
mente, esta segunda posicin de sus docentes, en la escuela, por similitud
con otras autoridades (salvando las diferencias). Sus indisciplinas: moles-
tando en clase, hablando con los compaeros, tirando papeles, haciendo
chistes en voz alta, ocurran particularmente durante los momentos de
explicacin de algunos docentes. Esto llevaba a que fueran retirados del
aula, potenciando la actitud de rechazo de los alumnos al verse (nueva-
mente) segregados. Cuando llegaban a la direccin y se confeccionaba el
acta de convivencia para ser elevada al consejo, la situacin no tena
retorno. Muchos redoblaban sus actitudes de rechazo provocando sancio-
nes ms duras. Se haca difcil detener la cascada de imposibilidades para
hablar y escuchar, tanto para docentes como para alumnos. Establecer un
intercambio de palabras que no fuera exclusivamente dar explicaciones
moralizantes o pedir al alumno explicaciones de su mal comportamiento,
podra constituir un modo de circulacin de la palabra creador de otras
actitudes, respetuosas del trabajo y de los otros.
Es posible pensar que la autoridad pedaggica concebida al modo del
maestro ignorante rene en su propio ejercicio un modo de acercarse al
conocimiento y a la convivencia con otros. Organiza un campo de trabajo
donde enseanza y convivencia no se separan y esto se alcanza rechazando
ocupar lugares de saber-poder, pero dando cuenta de su relacin con el
conocimiento e invitando a los otros a hacerlo. Es posible que esta actitud
desarticule una actitud de oposicin en muchos alumnos. Por qu?
Si volvemos a nuestros primeros postulados, veremos que hay all
una marcada preocupacin por enunciar y reubicar el lugar del alumno y
su potencialidad en la escena pedaggica, no tanto por subrayar el lugar
del maestro llenndola de contenidos:
75
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 76
76
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 77
77
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 78
78
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 79
29. No queremos significar con estas palabras que la autoridad pedaggica sea la nica autori-
dad que deba hacerse cargo de la desigualdad social o deba revertir un orden injusto del
que a su vez forma parte, pero s que debe incluirse en el anlisis de la situacin educa-
tiva/escolar actual.
30. Pensamos aqu no slo en las explicaciones instructivas (que explican el conocimiento)
sino tambin en aquellas moralizantes (que explican en general, sin xito, normas de
conducta, reglamentos, cdigos de convivencia, construidos por otros).
79
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 80
80
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 81
81
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 82
82
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 83
83
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 84
84
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 85
34. Profession de Foi Jeanne Deroin, Fonds Enfantin. En Rancire J. Ibid., p.62.
35. Claude Genoux. Mmoires dun enfant de la Savoie, Paris, 1884. En Rancire J. Ibid., p. 63.
85
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 86
36. Para profundizar el lugar de Scrates como maestro y una lectura diferente a la de Rancire,
vase Walter Kohan (2003, 2006).
86
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 87
87
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 88
88
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 89
89
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 90
90
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 91
91
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 92
92
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 93
93
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 94
94
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 95
95
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 96
96
Autoridad 04SET07.qxp 04/09/2007 3:24 Pgina 97
97