Duelos en Juego
Duelos en Juego
Duelos en Juego
La clnica con bebs y nios con problemas en su constitucin subjetiva (y/o desarrollo), nos
ensea que: la presencia de los significantes primordiales en el Otro es condicin necesaria, pero
no suficiente, para que su inscripcin y funcionamiento se llegue a producir de manera encarnada
y no annima del lado del nio.
Los bebs y nios (y sus padres) que nos consultan testimonian sobre las dificultades,
obstculos, topes y lmites a la inscripcin de los significantes primordiales y sus leyes en sus
consecuencias estructurales y clnicas. Esto constituye un fenmeno clnico a formalizar y un
problema conceptual a dilucidar. Los problemas que se plantean son de orden etiolgico-
teraputico-tico, constituyen una teora del deseo y del sujeto, hacen a la direccin de la cura
con el fin de orientar los atravesamientos y caminos necesarios para que el anlisis produzca
eficacia en los tiempos instituyentes y tambin a la tica sobre los fines y fin del tratamiento
analtico en los tiempos de la constitucin del sujeto en la infancia.
Los significantes primordiales y sus leyes, en su sincrona requieren en la infancia para su
inscripcin, de una serie diacrnica, sucesiva y simultnea, de redoblamientos y repeticiones
simblicas para que su encadenamiento, encarnadura y anudamiento pueda ser admitido y
afirmado del lado del nio.
a) Hay condiciones de viabilidad para el viaje y/o viraje del deseo, o de imposibilidad; condiciones
de prohibicin y de prescripcin; condiciones de permeabilidad y plasticidad (biolgica y/o de
sentido) y /o de resistencia, fijeza y dureza; condiciones de facilitacin o de obstaculizacin para
el significante y sus funciones y funcionamiento.
En la infancia, el trabajo del juego significante propuesto por nosotros para denominar los
caminos psquicos para la formacin del juego y sus funciones, tiene entre otras finalidades,
aprehender en un tiempo muy breve del resultado de un trabajo que a la cultura le ha llevado
milenios.
Los nios al jugar van preparndose para el futuro, practican incansablemente haciendo
experiencias que aunque compartidas o comunes son siempre singulares, sus experiencias
infantiles y por serlo son sus experiencias ldicas.
Los anudamientos a producirse entre lo real orgnico, el desarrollo y la estructura del lenguaje y
sus leyes, dependen de una serie de juegos primordiales a jugarse en la infancia.
La posicin del sujeto en la estructura no est decidida en la infancia ni es definitiva, pudiendo
haber modificaciones que luego, efectivamente, ya no son posibles, es decir, no esta con-
figurada sino que se va constituyendo y configurando casi definitivamente.
Ya hemos ubicado al juego, como la formacin psquica central y por excelencia de la infancia,
formacin que a la vez que forma lo inconsciente es formada por el inconsciente y sus leyes,
cada vez y otra vez de nuevo.
Es en la formacin psquica del juego y solo al ser jugado que del lado del nio el complejo de
castracin, sus condiciones, vicisitudes y consecuencias, se inscriben y articulan.
El juego y el jugar infantil son una formacin necesaria-no contingente para que la infancia exista
como un tiempo lgico y cronolgico, decisivo y casi definitivo en el camino de la constitucin del
sujeto del inconsciente, deseante, sexuado y hablante.
Planteamos: El juego y el jugar es aquello que anuda, encarna y articula la estructura con el
desarrollo y lo real orgnico para el sujeto en la infancia.
Hemos investigado la relacin que hallamos en la clnica entre la ausencia o dificultades en el
jugar frecuentes en los nios con problemas de desarrollo con base orgnica, y aquellas
presentaciones clnicas en la temprana infancia que denominamos y reunimos como Posicin
melanclica del nio y su cuerpo respecto del Otro, demostrando que esta posicin si se instala
y perpeta, es una de las puertas de entrada o bien en las psicosis o bien en el autismo, dos
posiciones subjetivas que denotan relaciones diferentes al significante.
Freud dice: Es en la marca reveladora que es la invulnerabilidad donde se discierne sin trabajo a
su majestad el yo el hroe de todos los sueos diurnos de todas las novelas. 1.
El nio se hace de un yo invulnerable en el juego, de un cuerpo seguro y protegido por el
sentimiento heroico, por las condiciones de no-peligro real que el juego implica.
Si es solo un juego, en el interior del juego y solo mientras se juega el hilo que lo aguanta, lo
separa y une a la vida y al Otro y otros de los que depende, puede sufrir cortes, lesiones,
heridas, mutilaciones, desgarramientos, suspensiones, una y otra vez de nuevo
figuradamente, sin que la amenaza de dao, real o imaginario, se realice realmente.
En el juego, un nio podr entrenarse para la soledad y la paz, corriendo todo tipo de batallas,
guerras, pesares y desdichas, proezas y hazaas, disgustos, victorias o derrotas, desamparos y
desesperanzas, abusos y maltratos, ya que Eso no puede pasarte a ti 2, y funciona como lmite
simblico porque es solo un juego.
Ubicamos: El borde del juego tiene funcin y funciona como lmite y proteccin, excluyendo,
cortando, dividiendo el goce, que se separa y expulsa fuera del juego (y del cuerpo).
Cul es el valor del juego, por estructura y en la clnica, para la inscripcin y operatoria de los
significantes primordiales? El valor del juego, su cuerpo, est hecho de lenguaje. El lenguaje
toma forma de juego y apuntalndose en mltiples objetos se incorpora, siendo el nio, el agente
y el producto (o resto) de esta operacin. Los representantes del sujeto, los juguetes, dicen del
lugar de deseo respecto al Otro primordial del nio como objeto y entonces, un nio es dicho en
aquello que estos objetos, los juguetes o compaeros de juegos, dicen de l. Es que solo al
jugar, y mientras se juega, el juego toma cuerpo y pasa a ser un objeto del nio.
Cules son los signos del juego?: El nio hace entrar en accin a la lengua al jugar y al mismo
tiempo es al jugar que la lengua se incorpora y llega a advenir como discurso. El juego es la
puesta en acto de la lengua como discurso y de ello su valor clnico. El juego en
transferencia y durante un tratamiento analtico con un nio, no es un juego cualquiera, el
analista forma parte de l y de sus condiciones de construccin y constitucin.
En un nio en posicin melanclica, la insignificancia flica, inscribe el agujero en lo simblico y
las consecuencias clnicas de los efectos de retorno en lo real, por ello entre otras cuestiones y
desde un criterio diagnstico riguroso un nio en esta posicin, presenta ausencia de juego en el
sentido psicoanaltico del trmino, sin embargo se tratar de suponer y construir en la clnica, un
juego herido y a un supuesto sujeto-jugador.
Se tratara de poder llegar a construir y colegir un deseo (del lado del Otro y/o del lado del nio)
prohibido, inhibido o imposible (por la combinacin de diferentes vas) de subirse decididamente
al escenario para jugar y sostener el juego del falo.
Una serie diversa de presentaciones clnicas en la infancia pueden leerse como consecuencias
de efectos de retornos reales, simblicos o imaginarios de un deseo reprimido, forcluido y/o
excluido simblicamente, o bien de salirse del juego y/o bien de querer bajarse del juego y/o bien
a no querer entrar al juego. Esta lectura y posicin sin duda constituyen para el psicoanalista y/o
para aquel que trabaja con un beb o con un nio, un muy difcil trabajo de construccin y puesta
del cuerpo, pero sin duda tambin un cuestionamiento y revisin de la bibliografa psicoanaltica y
no psicoanaltica aplicada a los nios a partir de la establecida para la clnica con adultos.
La apuesta clnica y direccin consiste en intentar construir en transferencia, condiciones de
posibilidad para volver a situar, a un nio sobre el escenario del mundo de la infancia, el del juego
y su marco. En la clnica nos encontraremos una y otra vez construyendo y configurando marco
al juego.
De quin depende la configuracin del marco del juego? La construccin y configuracin de los
bordes de un juego significante que por expulsado de lo simblico no pudo ser jugado
simblicamente y retorna desde lo real y sus formaciones con las consecuencias que esto con
lleva para la constitucin del sujeto y el desarrollo es tarea del analista.
A modo de conclusin: En la temprana infancia si por una combinacin de vas y condiciones, las
formaciones del juego y del jugar y sus bordes simblicos, los que hacen no equivalentes lo real
y lo imaginario, no se inscriben ni se escriben, o bien desde el campo del Otro o bien del lado del
nio, no tardar en abrirse la brecha por donde se introduce en el nio Dbil y su educacin (en
el sentido ms amplio del trmino) la dimensin de la psicosis y/o el autismo.
________________
Nota: Parte de las ideas expuestas en este trabajo estn publicadas en: Duelos en juego. Norma
Bruner. 2008. (2da Edicin 2009). Letra Viva. Buenos Aires.
1. Sigmund Freud. (1914) Introduccin del narcisismo. Obras Completas. Vol. XIV., 1984,
Amorrortu. Buenos Aires, Pg. 88.
2. Sigmund, Freud (1942) Personajes psicopticos en el escenario. Obras Completas. Vol. VII,
Amorrortu Buenos Aires, 1984 Pg. 278. Frase de Anzengruber, una de las favoritas de Freud,
como surge del texto De guerra y de muerte.
Juego y melancola
Acerca de los juegos de
duelo en la infancia
Me dispona a escribir este artculo cuando recib el llamado de los padres de una nia de 4 aos,
que iba a ser intervenida quirrgicamente en unas pocas semanas. Se trataba de una operacin de
corazn a cielo abierto: su hija naci con un agujero en el tabique interventricular (tabique que
une y comunica ambos ventrculos del corazn). Han esperado que cierre de manera natural,
dicen ellos, pero de seguir esperando pueden aparecer secuelas y cardiopatas asociadas, por lo
cual han decidido, luego de un largo camino de idas y vueltas, dudas, consultas a diferentes
equipos y especialistas durante este tiempo, realizar finalmente la intervencin y darle un cierre.
Se me pide un trabajo de psicoprofilaxis ya que los mdicos han dicho que los factores
emocionales influyen decididamente en estos casos. An resuenan en m las palabras con las que
nombran y presentan la enfermedad en nuestro primer encuentro:
El trabajo del juego y el trabajo del duelo: En la melancola en la infancia, la devoracin de que se
trata es la del yo mismo, es la imposibilidad de que yo advenga donde ello era. Aquellos que
propuse como juegos de duelo tienen valor constitutivo y constituyente, son el lugar y tiempo
donde se libran las batallas del yo en la infancia.
Los juegos de duelo son el escenario donde la operatoria del duelo por el falo (de estructura) se
efecta en la infancia. En la posicin melanclica, el nio y su cuerpo, como objeto a, no ha sido
enlazado flicamente al campo del Otro, y al no inscribirse el significante que da cuenta
simblicamente de la prdida originaria y primordial sta ha sido inscripta como rechazada de lo
simblico y retorna en lo real.
Lo propio de esta posicin, a diferencia de otras, es la identificacin absoluta y masiva del nio y su
cuerpo al objeto rechazado, que por no ser inscripto y afirmado como perdido simblicamente, por
obra del significante falo y su operatoria, hace su ingreso y retorno, como objeto de rechazo desde
lo real.
Nuestra clnica nos ha llevado a plantear a esta posicin como una de las puertas de entrada o a la
psicosis melanclica o bien al autismo para el nio. La melancola y la verdad se entrelazan si el
agente materno, por la combinacin de diversas vas facilitadas, no puede dar entrada al cuerpo del
nio requerido a la subjetividad, sino slo ver lo que es; no puede simbolizar lo real como algo
diferente a lo que es, entonces, no puede recubrir, vestir e investir flicamente, libidinalmente,
amorosamente, imaginariamente, el cuerpo de su hijo. No advienen los juegos de engao en los
que resultan tomados y deciden dejarse tomar los personajes de la comedia del falo en su
dimensin tragicmica, la del equvoco y la imagen del cuerpo, quedando obstaculizado el
investimento libidinal y la falicizacin del a como i(a).
Juegos de duelo: El trabajo del juego, significante que he propuesto en mi trabajo de investigacin,
supone el traspaso, la transferencia, de la funcin de a en i (a), as he ubicado tambin la dimensin
tragicmica del juego en la experiencia analtica con nios. El juego encarna la estructura y la
articula con el desarrollo en la infancia, en este caso, los juegos de duelo: los duelos por el falo,
encarnan la estructura de la operatoria de privacin y castracin.
En la clnica trabajamos con aquello que en estas operatorias est vindose dificultado o ausente.
Habilita a conjeturar acerca de un supuesto jugador y de un juego que no ha podido ser reconocido
como tal. Los nios en posicin melanclica ocuparan el lugar a, no cado simblicamente, es decir,
no producido como ausente, no velado, ni ocultado, enterrado, como producto de un corte, surco,
divisin del significante en el cuerpo que separa y excluye el goce.
En la melancola se encuentra el nio y su cuerpo como presencia real y como presencia de
ausencia de corte, como presencia de un rechazo y exclusin primordial del campo del Otro.
Paradojalmente, no ha cado por divisin como resto, no se ha perdido ni podido ocultar, ausentar,
ni hacer el velatorio del a, tras el velo de la imagen especular, no ha podido jugar los juegos de
ocultacin.
El nio, por esta va, no entra a la relacin especular, su cuerpo es lo que es, sin verlo, sin
vestimenta, sin imaginario que lo envuelva. Es rechazado de la identificacin primordial con el padre
y la identificacin especular formadora de la matriz del yo ideal, tronco de las futuras
identificaciones. La desconexin entre representacin-cosa y representacin-palabra hace su
entrada por efecto de no quedar enlazado el a al i(a). El agujero en lo simblico (por no inscripcin
del falo en el cuerpo) retorna en lo real y el nio se convierte en causa de angustia en el otro y
queda referido a un lugar sin lugar. En la melancola, el nio y su cuerpo es la sortija rechazada
(no perdida) primordialmente en el Otro. El nio como objeto y como significante es esa sortija
rechazada y no perdida que qued desconectada.
El trabajo del juego, como el trabajo del duelo, llama y convoca la respuesta de lo simblico ante la
falta en lo real. Lo simblico responde en el juego y en el duelo, con la puesta en funcionamiento de
la ley y la significacin flica. La respuesta en el juego, al igual que el duelo, es la posicin inversa a
la de la melancola que llama y convoca a lo real a responder por el agujero en lo simblico.
En el duelo se apela a lo simblico e imaginario por ese agujero en lo real, y el fin del duelo es el
paso del sujeto a una posicin deseante, perdiendo una parte de s (valor flico de la libra de
carne). Si la carne no ha sido valorada flicamente, no hay nada que perder ni duelar, ni jugar, ni
desear.
El nio en sus juegos anima al objeto, le da nimo, alma, lo viste e inviste. Los recubre de una
imagen de vida y los personifica. El nio anima el objeto inanimado y lo convierte en su objeto, su
juguete, su representante. Lo hace su doble imaginario, que es otro, al mismo tiempo que ya no es
l. Conceptualizaciones stas que sostengo y desarrollo en Duelos en Juego.
En la posicin melanclica en la infancia, se sostiene activamente la presencia de lo inerte, de la
repeticin lograda, del doble real, real duplicacin, los mismos rasgos, caracteres y destinos. Por
esto prefiere los objetos antes que las personas. Su relacin al objeto es una relacin a la
mecnica de funcionamiento y lgica de la cosa. Una relacin a lo real sostenida activamente para
excluir a todo lo que del significante se introduzca, produzca diferencias y construya imagen
velando.
El nio en la posicin melanclica no ha podido jugar su juego de duelo, el que le permite velar y
realizar el velatorio del objeto y su perdida (duelo de estructura) tragicmicamente.
_____________
1. Lacan, J, El seminario 6: El deseo y su interpretacin. Indito. Clase. 29/4/1959.
2. Bruner, N. (2008) Duelos en Juego, Letra Viva, Buenos Aires, 2009.
Entradas y salidas al autismo
Por Norma Bruner
Llegan R y sus padres a mi consultorio a una semana de que cumpliera sus 3 aos. Traen de
regalo un diagnstico de autismo realizado por la psicoanalista que decide no tomarlo en
tratamiento quien me lo deriva, y para rematarla dos diagnsticos de TGD tipo autista (segn
DSMIV). Uno de la psiquiatra infantil, el otro de la neuropediatra, y mltiples estudios realizados en
prestigiosas instituciones de Buenos Aires que descartan organicidad sobreagregada especfica.
Luego de las entrevistas preliminares, con R, sus padres, la neuropediatra, la psiquiatra infantil y el
jardn al que concurre, ratifico y suscribo el diagnstico de autismo. Les aclaro a los padres que
quizs R tenga la oportunidad de poder modificar y equivocar este diagnstico si estn dispuestos
al arduo, largo e incierto camino de apostar y suponer en l, un sujeto a escuchar aunque no diga
palabras, grite y pegue alaridos estremecedores e insoportables, se agite y/o aletee sus manos cada
vez que algo interrumpe su quietud, o se balancee sin motivo. Sobre todo cuando cualquier
persona intente acercarse, hablarle, y R no se deje tocar, se enoje todo el tiempo, o se quede
ausente e indiferente durante horas mirando de manera fija como perdido el ms all. O se tape
los odos para que no le entre lo que se le dice, negndose sistemticamente al encuentro de
miradas y/o a responder cuando se intente conectar con l, no as cuando se trata de satisfacer
sus rutinas o necesidades, o est obsesionado por girar, golpear y tirar objetos, o girar su cuerpo
como si fuese un trompo viviente.
Trabajo con ellos su imprescindible participacin en el tratamiento y que iremos construyendo juntos
la modalidad del mismo. Aceptan la propuesta.
A diferencia de sta, en la mayora de las consultas, supervisiones o nter consultas, me he visto
cada vez con ms frecuencia en la posicin, de NO confirmar el diagnstico de autismo preliminar.
La medicalizacin de la infancia, los etiquetamientos, el avance de sectores positivistas-cognitivos
conductuales, rganogenetistas, psicogenetistas, y paradojalmente tambin desde el psicoanlisis
las lecturas estructuranogenticas de la constitucin del sujeto en la infancia, fueron ganando
terreno, ampliando influencias y dominios.
Se nos imponen hoy ms que nunca preguntas: Qu criterios nos obligan a denominar a una
posicin subjetiva en un nio como autista? Hay los autismos o tipos de autismo?. Si el autismo
es una modalidad de posicin subjetiva de relacin al Otro (al significante) en la infancia: Cules
son las relaciones entre el autismo y las psicosis en la infancia? Es el autismo una cuarta
estructura? Hay autismos de origen orgnico y autismos de origen psquico? Hay salida para el
autismo?2
La experiencia clnica con bebs y nios con problemas en el desarrollo, (con o sin base orgnica
sobreagregada ) me muestra que en la posicin autista y psictica, se juegan para el nio en la
relacin al significante cuestiones diferentes, y son de tal importancia para la constitucin del sujeto
que resulta imposible no tenerlas en cuenta en la direccin de la cura sin afectarla seriamente.
Una de las consecuencias clnicas de la ampliacin y extensin de las fronteras del diagnostico de
autismo hoy, es a mi manera de ver que nios psicticos son tomados por autistas y viceversa, y
que a nios que no se sabe que son, se los denomina como autistas o TGD.
El nio ha sido histricamente un objeto de difcil diagnstico ya que su posicin subjetiva no est
decidida ni es definitiva. Es ms, es susceptible de modificaciones en ciertas condiciones clnicas
precisas y rigurosas.
Hemos ubicado la participacin, colaboracin y confluencia de distintas vas, ya sea o bien por la va
de la impermeabilidad biolgica o capacidad real orgnica de registro al significante, en el caso de
problemas genticos, neurolgicos y/o metablicos que conlleven deficiencias sensoriales, mentales
y/o sensoriales, y/o por la va de la demanda del Otro Parental y su deseo inconsciente, es decir, del
fantasma parental o subjetividad materna, o por ambas simultneamente.
Desde distintas vas combinadas, simultneas y sucesivas, es por donde, en la clnica con nios con
patologa orgnica, la marca de la afrenta, del menosprecio y desengao, se puede introducir en el
nio y su cuerpo en los tiempos primordiales a la constitucin subjetiva.
C) De entradas y salidas
Lo propio de esta posicin a diferencia de otras, creemos es la identificacin absoluta y masiva del
nio y su cuerpo cual memoria viviente real al objeto rechazado, que por no ser perdido
simblicamente, por obra del significante falo y su operatoria, queda inscrito, hace su ingreso y
retorno, como objeto de rechazo desde lo Real y sus formaciones. En la posicin melanclica
infantil, Los juegos de duelo, juego primordial, constitutivo y constituyente, no ha podido ser jugado
an.8
A modo de cierre
R en la actualidad concurre al primer grado de una escuela comn del Estado, tiene una maestra
integradora que lo ayuda, contina el tratamiento psicoanaltico conmigo y de psicopedagoga el
que comenz solo luego de que la terapeuta del lenguaje hiciera un cierre acordado luego de dos
aos de trabajo conjunto y en equipo .
En una de sus ltimas sesiones conmigo, cuando le comento que me van a venir a hablar su mam
y su pap, mirndome a los ojos me dice que quiere hacerles un regalo sorpresa para que ellos
vean al entrar. Toma el marcador, y en el pizarrn de pared ubicado al lado de mi escritorio, se
dibuja con sonrisa diciendo: R est felz, y luego para rematarla, lo escribe al lado del dibujo.
Ambos nos remos con el gozo que nos da nuestra complicidad. 9 ??
__________________
* www.normabruner.com.ar.
1. Este no saber no es un no querer saber en el sentido de la represin sino un vaco de saber.
2. Remito al lector a las exposiciones de Alfredo Jerusalinsky y de Hctor Yankelevich en la mesa
Qu nos ensea la clnica del autismo, hoy? que he coordinado (junio 2010, Facultad de
Psicologa UBA). Publicada en el libro Norma Bruner (coord.) El Juego en los Lmites. Eudeba.
(2012/ 2da edic 2013).
3. Norma Bruner, Duelos en Juego. Letra Viva. Buenos Aires. (2008/ 3era edic 2013).
4. Remito al lector al Cap. 13 de Duelos en Juego, op cit.
5. Mannoni, M. De un imposible al Otro, Paids, Buenos Aires, 1985, p. 65, [las itlicas son
nuestras].
6. Venimos planteando desde el ao 2001 en distintas publicaciones y presentaciones, aquello que
luego formalizamos en el 2005-2007 en nuestra tesis de Maestra en Psicoanlisis de la Facultad de
Psicologa. UBA, y en Norma Bruner, (2008) Duelos en Juego. Letra Viva. Buenos Aires. (3era edic
2013).
7. Freud, S. Duelo y Melancola, [1917 (1915)], en Obras Completas, Amorrortu, 1984, Vol. XIV, p.
241.
8. Norma Bruner, Duelos en Juego. op cit.
9. Esperamos poder comunicar las vicisitudes de este tratamiento en un futuro cercano.
La formacin de sntoma sigue Freud, es un sustituto de algo diverso que est interceptado.
Ciertos procesos anmicos habran debido desplegarse normalmente hasta que la conciencia
recibiera noticias de ellos. Esto no ha acontecido, y a cambio de ello, de los procesos
interrumpidos, perturbados de algn modo, forzados a permanecer inconscientes, ha surgido el
sntoma. Por tanto ha ocurrido algo as como una permutacin, si se logra deshacerla la terapia
de los sntomas neurticos habr cumplido exitosa tarea. 2 (La cursiva es ma).
Podemos extraer no pocas preguntas y consecuencias, para el tema que nos ocupa, de este
prrafo, por ello, es desde dnde he elegido presentarles algunas propuestas personales para
plantear algunos bordes entre los sntomas de los nios, la funcin del juego y del duelo.
Qu podra ser este algo diverso interceptado cuya sustitucin es la formacin del sntoma en
un nio?, cules los procesos interrumpidos y forzados a permanecer inconscientes? Qu
quiere decir deshacer la permutacin de un proceso por otro?, en qu consiste esto? Cul o
cules son los procesos psquicos interrumpidos, perturbados y permutados por el sntoma?
Esta formulacin solo incluye a las formaciones de sntomas neurticos o tambin sntomas
psicticos y/o autistas? Cules son las relaciones entre estos procesos psquicos interrumpidos
o perturbados y el proceso de estructuracin psquica en la infancia? Cules son los alcances y
lmites en la clnica con bebes y nios de este xito o fracaso y cules sus consecuencias en los
procesos de operatoria de la estructura y su inscripcin en los tiempos tempranos?
Esta satisfaccin pulsional sustitutiva, por el camino regrediente llega a puntos de fijaciones
libidinales, se apoya en objetos ya resignados u organizacin pasadas, figurndola cumplida en
el presente.
Para Freud, el neurtico es aquel que queda adherido a un punto o fragmento del pasado ms
dichoso aorado y el sntoma repite dicha modalidad de satisfaccin pasada no resignada, de
manera desfigurada al extremo.
Esta fijacin y dificultad de separacin a fragmentos y satisfacciones pulsionales del pasado
conlleva huida de la realidad o enajenacin del presente y del futuro, el sntoma funciona como
una suerte de claustro para soportar el destino (refugio en la enfermedad). 3
Observamos todava sobre el tema de la fijacin a una determinada fase del pasado, sigue
Freud, que un hecho as rebasa con mucho las neurosis. Toda neurosis contiene una fijacin de
esta ndole, pero no toda fijacin lleva a una neurosis ni se produce por ella, ni coincide con ella,
un modelo paradigmtico de fijacin afectiva a algo pasado es el duelo, que adems conlleva el
ms total extraamiento del presente y del futuro, pero a juicio de los legos el duelo se distingue
tajantemente de la neurosis. No obstante, hay neurosis que pueden definirse como una forma
patolgica del duelo. (La cursiva es ma).4
La problemtica del sntoma en los nios nos lleva al problema de los caminos, los viajes y
virajes que debe seguir y recorrer l (por ende sus padres y agentes sustitutivos) para tramitar
simblicamente la prdida de objeto originaria y primordial, las sucesivas y simultaneas prdidas
de satisfacciones pulsionales y de los objetos que la enmascaran, desde y hacia, la significacin
flica, para la entrada a la cultura y sus leyes.
Nos acercamos as a la relacin entre la formacin de sntoma, la formacin de duelo y la
formacin de juego.
Tomamos el duelo en su funcin para la operatoria de la estructura, no su acepcin coyuntural.
Los sntomas de los nios y el trabajo de duelo y de juego. 5 Llamo trabajo de juego a los
caminos psquicos, las operaciones psquicas por la que el juego llega a su formacin y a tener
estatuto de formacin del y de lo inconsciente como tal.
El trabajo de juego supone el trabajo de duelo, ya que ambos se implican recprocamente en la
infancia por estructura. As como el retorno de lo reprimido supone a la represin como fase
anterior para Freud, es slo al jugar y en su repeticin, que lo perdido se inscribe desde el
complejo de castracin y lo reprimido se produce cada vez y otra vez de nuevo.
El dale que yo era... del juego, supone la prdida y la separacin del lugar de objeto que el
sujeto era en el Otro.
En el juego, el sujeto (nio) puede separarse de ese objeto que l era. Es en el juego y mientras
se juega, que se inscribe la castracin y la divisin del sujeto, produccin de lo inconsciente
mismo.
Una parte de la pulsin de muerte, de afecto (dolor- angustia- clera) de deseos de muerte
(egostas y ambiciosos) puede ser transferida al juego, otra no y esto es un obstculo estructural,
al que podemos denominar castracin.
El juego cumple la funcin de permitir la constitucin del sujeto mismo al permitirle separase y
transponer en otro el a y su funcin (el objeto mismo que l era) es decir, la separacin del goce
del cuerpo, el pasaje del ser al tener.
En la estructura del juego, la lgica del significante y sus leyes, la lengua se pone en acto y entra
en accin como discurso. (Un discurso de juguete an).
Segn Freud, el jugar tiene como motor el deseo dominante de ser grande y obrar como los
mayores6.
Los caminos en la formacin del duelo (en juegos) y sus accidentes. 7 He ubicado en el libro,
Duelos en Juego,7 al duelo (de estructura) por el falo, por su relacin con la privacin, como
respuesta y puesta en funcionamiento de la funcin del Nombre del Padre que inscribe y redobla
simblicamente, en la diacrona de la metfora paterna, dando razn desde la significacin flica
de su medida a esta prdida de objeto originaria.
Propuse a Los juegos de duelo, como el escenario donde la operatoria del duelo por el falo (de
estructura) se efecta en la infancia a incluir en la serie de los juegos constitutivos.
Este trabajo del duelo por el falo en juegos, puede encontrarse en su camino con diversos tipos
de dificultades u accidentes (neurosis), ser eludido imaginariamente (perversin) o ser eludido
simblicamente (melancola - psicosis - autismo) y sto traer consecuencias en la funcin del
deseo, diversas para cada una. Si la prdida original no se redobla en el duelo (de estructura) por
el falo, inscribindose simblica y flicamente, entonces el agujero de lo simblico retornar en lo
real, no se sabe qu se perdi por no inscripcin flica y as se abre la puerta a la psicosis o la
puerta de entrada al autismo.
Lacan radicaliza la funcin del duelo sin el cual no habra objeto (perdido) ni suplemento. En el
duelo se apela a lo simblico e imaginario por ese agujero en lo real, y el fin del duelo, es el paso
del sujeto a una posicin deseante, perdiendo una parte de s (valor flico de la libra de
carne).
Desde mi experiencia, puedo colegir clnicamente las formaciones sintomticas de los nios
como salidas-refugios, a las dificultades en el trabajo del duelo (de estructura) y del trabajo del
juego. Los procesos psquicos inconscientes que pueden haber sido interceptados,
interrumpidos, perturbados y permutados por sntomas ser: Los juegos de duelo.
Podramos decir que la angustia en la infancia denuncia un tiempo de suspensin y/o cada del
sujeto, que es lo mismo que decir un tiempo de suspensin o cada del desarrollo del juego
(significante) y a su vez en su funcin de denuncia apela e interpela llamando al Otro y a otros
(funcin de los significantes en posicin paterna) para que respondan y se hagan presentes,
elevando los puentes significantes o las representaciones-puente necesarias para su
construccin, re-construccin y prosecucin.
Frecuentemente esa es, segn mi experiencia clnica, ni ms ni menos la tarea a la que est
convocado el analista con un nio y sus padres, con todo lo que esto implica.
___________
1. Freud, S. (1916-1917) Conferencias de introduccin al psicoanlisis. Conferencia 18. La
fijacin al trauma, lo inconsciente. Amorrortu. XVI p. 260.
2. Ibd. p. 256.
3. Freud, S. (1916-1917) Conferencias de introduccin al psicoanlisis. Conferencia 23. Los
caminos de la formacin de sntoma. Amorrortu. XVI. p. 333.
4. Freud, S. (1916-1917) Conferencias de introduccin al psicoanlisis. Conferencia 18. La
fijacin al trauma, lo inconsciente. Amorrortu. XVI, p. 252.
5. Bruner, N. (2008) Duelos en Juego. Letra Viva. Buenos Aires, 2008.
6. Freud, S. Ms all del principio del placer (1920), en Obras Completas, Amorrortu, Buenos
Aires, 1984, Vol. XVIII, p.16.
7. Bruner, N. (2008) Duelos en Juego. Letra Viva. Buenos Aires, 2008.
La prctica clnica con nios nos demuestra que la presencia de los significantes primordiales en
el Otro, es condicin necesaria no suficiente para su inscripcin y funcionamiento de manera
encarnada y no annima del lado del infans.
Los significantes primordiales requieren, en la infancia, de una serie diacrnica de
redoblamientos y repeticiones de inscripciones simblicas fundamentales para su
encadenamiento, encarnadura y anudamiento definitivo del lado del nio.
Mi trabajo como psicoanalista y supervisora de varios equipos e instituciones clnicas que
trabajan con bebes y nios con problemas en el desarrollo (gran parte de los cuales pueden
tener una base orgnica congnita o adquirida) da cuenta cotidianamente de la importancia que
tienen, las condiciones para los actos de apertura de vas y caminos a recorrer para el
nacimiento del sujeto y de objetos en el deseo.
He recortado en estos 20 aos de trabajo, una serie de fenmenos clnicos que si bien son
diversos podramos ubicarlos como cortes, lesiones, interrupciones, suspensiones, vacilaciones,
transitorias e incluso definitivas, de la funcin y funcionamiento en el juego (y operatoria) de los
significantes primordiales.
Que pierde o expulsa la hemorragia del juego significante a travs de su prdida en caso de no
encontrar un lmite y cierre desde lo simblico? Hemos denominado en trabajos anteriores a la
posicin melanclica como aquella en la que el nio y su cuerpo, quedan tomados e
identificados como objetos de insignificancia flica 2.
La melancola en la infancia denuncia la no inscripcin (y/o funcionamiento) de la funcin del
duelo (de estructura) y del juego, que considero son dos trabajos que van juntos en la infancia de
manera articulada, por razones de estructura y de desarrollo. Hemos ubicado y demostrado a
dicha posicin como una de las ms comunes y frecuentes puertas de entrada al autismo y/o
psicosis en caso de no modificarse decidirse y perpetuarse.3
Tambin hemos podido establecer que el funcionamiento del juego significante primordial, pudo
en muchos casos pasar a funcionar y ser retomado, relanzado, reconstruido por la mediacin
eficaz de la intervencin clnica temprana e interdisciplinaria.
Cul es la funcin y valor del juego, por estructura y en la clnica, para la inscripcin y
operatoria de los significantes primordiales?
Ubiquemos que: El valor del juego, su cuerpo, est hecho de lenguaje.
Podramos decir que el lenguaje toma forma de juego y apuntalndose en mltiples objetos se
incorpora, siendo el nio, el agente y producto (o resto) de esta operacin. Los representantes
del sujeto, los juguetes, dicen del lugar de deseo respecto al Otro primordial del nio como
objeto, entonces, un nio es dicho en aquello que estos objetos, los juguetes o compaeros de
juegos, dicen de l. Es que solo al jugar, y mientras se juega, el juego toma cuerpo y pasa a ser
un objeto del nio.
Los juguetes dicen aquello que an el nio no puede asumir en nombre propio, como su
discurso, se trata ms bien y ms exactamente de Un discurso de juguete. Una prctica
protegida (en su doble sentido) de discurso.
El juego en la infancia es la puesta en acto de la lengua como discurso. El nio hace entrar en
accin a la lengua al jugar y al mismo tiempo es al jugar que la lengua se incorpora y llega a
advenir como discurso. El juego sera la puesta en acto de la lengua como discurso y de ello su
valor clnico. El juego en transferencia y durante un tratamiento analtico con un nio, no es un
juego cualquiera, el analista forma parte de l y de sus condiciones de construccin y
constitucin.5
Freud dice: es en la marca reveladora que es la invulnerabilidad donde se discierne sin trabajo a
su majestad el yo el hroe de todos los sueos diurnos de todas las novelas 6.
El nio se hace de un yo invulnerable en el juego, de un cuerpo seguro y protegido por el
sentimiento heroico, por las condiciones de no-peligro real que el juego implica.
Si es solo un juego, en el interior del juego y solo mientras se juega, el hilo que lo aguanta, lo
separa y une a la vida, puede sufrir cortes, lesiones, heridas, mutilaciones, desgarramientos,
suspensiones, sin que la amenaza de dao, real o imaginario, se realice realmente.
En el juego, un nio podr entrenarse para la soledad y la paz, corriendo todo tipo de batallas,
guerras, pesares y desdichas, proezas y hazaas, disgustos, victorias o derrotas, desamparos y
desesperanzas, abusos y maltratos, ya que Eso no puede pasarte a ti" 7 y funciona como lmite
porque es solo un juego. El borde del juego tiene funcin y funciona como lmite y proteccin,
excluyendo, cortando, dividiendo el goce, que se separa y expulsa fuera del juego (y del cuerpo).
En un nio en posicin melanclica, la insignificancia flica, inscribe el agujero en lo simblico y
las consecuencias clnicas de los efectos de retorno en lo real.
Desde un criterio diagnstico riguroso un nio en esta posicin, presenta ausencia de juego, sin
embargo se tratar, segn mi experiencia, de suponer en la clnica, un juego herido y a un
supuesto sujeto-jugador.
La apuesta clnica y su direccin ser intentar construir en transferencia, las condiciones de
posibilidad para poder colegir y volver a situar aun as, a un nio. Adems y de manera
absolutamente singular, con ese nio y sus padres, operar para intentar volver a poner en juego
la construccin de los bordes de un juego significante expulsado de lo simblico y que por no
haber sido jugado simblicamente retorna desde lo real y sus formaciones.
Cobra significancia la operacin del analista y del equipo interdisciplinario que podramos ubicar
como: La transformacin de lo real en elemento indispensable como parte del juego y de la
transferencia8.
En la temprana infancia, si por una combinacin de factores y condiciones, las formaciones del
juego y del jugar con sus bordes simblicos, los que hacen no equivalentes lo real y lo
imaginario, no se inscriben ni se escriben, comenzar a abrirse, o bien desde el campo del Otro o
bien del lado del nio, la brecha por donde se introduce en el nio y su educacin (en el sentido
mas amplio del trmino) la dimensin de la psicosis y/o autismo.
Creemos que la denominacin ms correcta para la operacin e intervencin del analista en esta
configuracin de la clnica, con el nio y los agentes parentales, no es de interpretacin, aunque
pueda tener a veces dicho efecto, sino de construccin, en el sentido freudiano del trmino.
Proponemos definir la operacin del analista en la configuracin de la transferencia que el juego
clnico implica como: La construccin y/o reconstruccin de puentes significantes.
La construccin del puente significante eleva lo real a categora de ser significante y significable
para Otro y produce como consecuencia, el espacio imaginario donde la obra del juego y la
infancia pueden llegar a tener lugar y transcurrir.9
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1. Bruner, N.: Luto y melancola en la infancia, en Revista de Psicoanlisis de APPOA
(Asociacin. Psicoanaltica de Porto Alegre), nm. 19., 2001, Brasil.
2. Bruner, N.: El juego en los lmites: Psicoanlisis y clnica en problemas en el desarrollo
infantilen www.elsigma.com.
3. Brener, N.: ob. cit.
4. Bruner, N.: Los signos del juego, en Goldemberg I -Silveyra L y colab., El psicoanlisis con
nios, hoy, vol. 2. Imago Mundi, 2007. .
5. Freud S: 1914 Introduccin del narcisismo. Tomo XIV. Pg. 88. 1984 O. C. Amorrortu.
6. Freud, S.: (1942 ) Personajes psicopticos en el escenario. Tomo VII. Pg. 278. Amorrortu.
1984. Frase de Anzengruber, una de las favoritas de Freud, como surge del texto De guerra y de
muerte.
7. Bruner, N.: Luto y melancola..., ob. cit.
8. Bruner, N.: Con eso no se juega: algunos aspectos acerca del limite en la funcin del analista
que trabaja con un nio, en Fort-Da, nm. 6, Junio 2003, www.fort-da.org
En el pas de la imaginacin
Por Norma Bruner
La invitacin a escribir sobre los estados angustiosos y fobias en la infancia me permite compartir con
ustedes una observacin y una pregunta clnica personal.
Es notable el incremento de consultas de padres, colegas, escuelas y pediatras que he recibido en
los ltimos tiempos acerca de nios y nias (varones en la mayora de los casos y en escolaridad
primaria) con estados angustiosos y/o miedos imprecisos y variables, intermitentes o regulares, o ya
con fobias bien delimitadas, desarrolladas y establecidas.
Cmo pensar este fenmeno clnico? Qu denuncia e interpela de la poca actual y del lugar que
ocupa la infancia para ella? A qu desafos nos enfrentan hoy la funcin de la angustia y sus
formaciones?
La angustia, tal como se revela en la experiencia analtica, nos indica y denuncia la suspensin y/o
cada del sujeto, y all es donde podemos comenzar a entrever alguna respuesta posible al
incremento e intensidad en la actualidad.
Si la funcin de la angustia tal como se nos revela en la experiencia analtica, es indicar y denunciar la
suspensin y/o cada del sujeto y retomando nuestras propuestas anteriores, un estado angustioso
en un beb o nio, puede estar sugiriendo e indicando entonces, un tiempo de suspensin o cada
del desarrollo del juego.1
En este punto nos vemos llevados a una importante aclaracin, segn nuestras hiptesis no se trata
de la cada o suspensin de un juego cualquiera el que pueda poner en funcionamiento a la funcin
de la angustia en la infancia sino la serie o conjunto de juegos constitutivos y constituyentes la que
hemos trabajado en las ltimas tres dcadas, a la espera de poder publicar el desarrollo de nuestras
investigaciones en futuras publicaciones.2
Estados angustiosos y fobias en la infancia hoy, a 100 aos de Juanito 3: Juan (9 aos) me dice
durante las primeras entrevistas previas a comenzar su tratamiento analtico:
J: Yo le busco la falla a las pelculas para no sentir miedo, as me doy cuenta que son de mentira, por
ejemplo si veo una de ovnis trato de ver dnde estn mal hechos. Mis juguetes me dan miedo, a la
noche tengo la impresin que cobran vida y se mueven, siempre se me aparece Chucky con un
cuchillo, quiere matarme a m, a mi pap, a mi mam. Para no tener pesadillas yo mismo me digo mil
veces: Qudate tranquilo Juan pero Chucky vuelve al ataque, a ese no puedo encontrarle ninguna
falla y me despierto.
J: Tengo miedo a los ruidos, los perros que ladran me asustan muchsimo, yo ronco mucho me dijo
me mama. Tengo muy fea letra. Mi letra es como yo. No me gusta participar mucho en clase porque
siempre tengo miedo de que no me entiendan. Yo tengo problemas para hablar, leer y escribir, me
como las letras. (Ha estado desde sus 2 aos en tratamientos diferentes para arreglarle sus
numerosos problemas [sic]).
Mirando una escultura ubicada en mi escritorio y arreglada con pegamento transparente, Juan me
dice: Norma, se te rompi esto.
Le digo, Encontraste un fallo en la realidad y no en una pelcula, la vida y las personas reales tienen
fallos y errores y si vos quers te puedo ayudar a buscarlos.
Juan me mira tocado y dice: Yo me esfuerzo mucho por aprender, Matemtica, Historia, esa si que
es pura farsa, mentiras totales, Rosas, Malvinas, Sarmiento, Hitler, Napolen, EE.UU. y el petrleo,
Alemania y la Segunda Guerra, son los ms poderosos pero no quiere decir que sean los ms
buenos No?
Al escuchar a Juan proferir estos pensamientos como si fueran propios (quizs acentuado por el
hecho de ser un nio ms pequeo de tamao que el resto y con unos enormes y modernos lentes de
color) tengo la impresin de estar frente a un portavoz de conflictos e ideales de otra generacin. Hay
en sus frases otras luchas que se desprenden de ellas o duelos a librar en pugna con los conflictos e
ideales correspondientes a su propio tiempo. La historia de las generaciones que lo anteceden que
luego se despliega durante las entrevistas con los padres confirma mi conjetura. Juan est inmerso en
una historia y guerra ajena que sabe a su vez que le toca, lo habla y habita, no escrita aun como su
historia, y por ende ilegible, de letra fea.
Un tratamiento posible para nios con problemas en el desarrollo, segn Norma Bruner
Hay una posible salida del autismo? Norma Bruner comenta su trabajo clnico con nios autistas
y de estructura psictica. Prximamente se realizarn las Jornadas de la prctica profesional que
coordina: El Juego en los Lmites.
-Si, hay tratamiento posible para nios autistas y debe realizarse siempre bajo determinadas condiciones. Me parece que hoy est clnicamente probado que
un psicoanalista si trabaja slo, su intervencin va a ser de mucho menor alcance si en cambio lo hace en un equipo interdisciplinario. Entonces , habra
tratamiento posible siempre y cuando un psicoanalista intervenga como parte de un equipo que adems est atravesado por el psicoanlisis. Dentro de este
equipo base, dentro de los primeros 3 aos de vida del nio habra un neuropediatra, un psicoanalista y un especialista en estimulacin temprana. Sin duda
el neurlogo infantil o neuropediatra y el psicoanalista son dos pilares insustituibles del tratamiento. Tampoco se me hace posible la intervencin del
psicoanalista sin el trabajo con los padres y con las instituciones que alojen a ese nio, ya sea el jardn, escuela u otro tipo de institucin.
-Cul es la especificidad del autismo, con relacin a las psicosis u otros problemas del desarrollo?
-Hoy como nunca qu es el autismo sigue siendo una incgnita, en el sentido no solamente de conocer las causas del autismo sino tambin a qu nos
referimos cuando hablamos de autismo. Creo que hoy en da este trmino ha extendido sus fronteras de tal forma que en Estados Unidos se lo est por
considerar epidemia, junto con la diabetes y el cncer. Desde mi posicin creo que es urgente limitar y acotar qu incluye y qu denomina el diagnstico de
autismo infantil y qu no. Aparte, es necesario considerar si hay tipos de autismo, cules son. Es muy importante insistir con que los llamados problemas
generalizados del desarrollo, desde el DSMIV, no dicen nada del sujeto singular que los padece, ni de su posicin en relacin al deseo. Adems no
necesariamente cursan para un nio como una posicin autista y que el autismo no es un problema generalizado del desarrollo, sino una posicin subjetiva
en relacin al Otro y otro y justamente por ello trae problemas en el desarrollo. El desarrollo no est por fuera de la estructura del lenguaje y sus leyes ni de
lo real orgnico, en sus distintas maneras en que pueden anudarse para un sujeto en particular segn su historia.
Por otro lado, dentro del mbito psicoanaltico, creo que es hora de sostener la discusin y continuar con la investigacin acerca de cules son los bordes
diferenciales y las relaciones entre lo que vamos a llamar autismo y psicosis en la infancia. Creo que hay una posicin diferencial de relacin al Otro y otro
en el autismo y en la psicosis.
-En su libro "Duelos en juego" plantea que el analista delinea el "ritmo del juego" en el nio, en qu sentido lo piensa as?
-En el libro hay un captulo que trabaja el tema del ritmo del juego, es uno de los captulos que ms me gustan. Yo tomo ah la definicin de ritmo de Henri
Meschonnic, un lingista francs estudioso de la lengua y Lacan. La definicin que tomo de l es la de que el ritmo sera la organizacin del movimiento de
la palabra como el discurso en el lenguaje. Ah hago jugar esta definicin con la idea de tomar al juego como una formacin del lenguaje, atravesado por las
leyes del inconsciente. Esa es una de las apuestas fuertes de este libro. Una de las maneras que tengo de pensar el juego es que para un nio ste cumple
la funcin de organizar la lengua siendo que la lengua entre en acto y pueda elevarse a categora de discurso al ser escuchado por otro. Hay all un
movimiento, tiene que haber all una puesta en acto de cierta organizacin para que las leyes del lenguaje pasen a transformarse en un discurso que no
necesariamente es dicho en palabras. Donde digo que el juego resuena, se hace or, resuena en el cuerpo de quienes participamos de l, incluyndolo al
nio. El nio es hablado por el juego, a la vez el juego le habla, y l le hace hablar al juego, es un circuito. Me parece entonces que cuando el analista
acenta el ritmo del juego, me refiero a que con su intervencin permite esta puesta en acto y forma del juego que lo eleva a discurso para un otro. Acentuar
en el doble sentido: por un lado el acento tiene que ver con la gramtica y es un concepto de la msica. Hacer que el juego resuene como eco en el cuerpo,
como dice Lacan de las pulsiones, y se transforme en un decir. La intervencin del analista en juego, tiene direccionalidad, y propuse denominarla acentuar
el ritmo del juego.
Norma Bruner. Magster en Psicoanlisis y Doctorando en Psicologa, Facultad de Psicologa, U.B.A. Autora del libro Duelos en juego. Miembro del
Centro Dra. Lydia Coriat (FEPI). Actualmente Supervisora Clnica de Htal. Gral. Dr. C. Durand. Htal. de Nios: Dr. R. Gutirrez. Centro de Salud Mental N 3:
Dr. A Ameghino. Htal: Dr. P Penna. Supervisora clnica en el Htal. Nio Jess Servicio de psiquiatra infantil, Madrid, Espaa.