Perfil Organizacional de La Empresa Cred
Perfil Organizacional de La Empresa Cred
Perfil Organizacional de La Empresa Cred
● HISTORIA
● TIPO DE EMPRESA
Empresa textil
La denominación o razón social:
CREDITEX.S.A.A
● ACCIONISTAS
● UBICACIÓN
Departamento: ICA
Distrito: PISCO
● ORGANIGRAMA
Directorio
Gerente General
Asistente de Gerente
Asistentes
Tecnicos
2. DIRECCIONAMIENTO ESTRATEGICO
● MISION
● VALORES
OBJETIVOS ESTRATEGICOS
3. Análisis F.O.D.A.
ANALISIS EXTERNO
OPORTUNIDADES
AMENAZAS
ENTORNO GLOBAL
FORTALEZAS
DEBILIDADES
- Permanente caída de la moneda extranjera.
- Carencia de centros de investigación tecnológica.
- Falta de instituciones que representen al sector algodonero.
- Concentración de exportaciones en reducido número de
empresas.
- Dispersión geográfica de productores de algodón y
predominancia de unidades productivas muy pequeñas.
- Altos costos de transporte, servicios y sobrecostos laborales.
- Baja gama de productos a comparación de Nuevo Mundo, quien
participa producción de corduroy, denim y driles; mezclas de
algodón con poliéster y spandex; y en menor proporción
produciendo tejidos estampados para colchones o decoración,
lonas industriales, fabricación de lijas, tejidos para la industria
farmacéutica, etc.
- Pérdida de confianza y consideración ética por las multas
aplicadas debido a la falta de pago de los agricultores y
concertación de precios.
4. ENTREVISTA
GERENTE DE LA EMPRESA
En el 2014 vendimos una unidad de lanas, la maquinaria, pero mucho del producto
terminado en los restantes meses y en el 2015. Entonces, si comparamos el año pasado
con el 2013, el anterior se benefició con esa facturación.
Si vemos el tema netamente algodonero -que son las cuentas que tenemos
actualmente- estimamos un crecimiento del 10%.
Creditex es una empresa que vende tres principales productos: hilados, telas de
algodón, y prendas. Una línea de negocios que está creciendo es el retail, pues estamos
trabajando dos marcas propias: Norman & Taylor y Marc Boehler. La primera orientada
a un público adulto y formal, y la segunda a uno juvenil, pues se trata de ropa sport.
Tenemos tiendas de Marc Boehler en San Miguel, Plaza Norte, y una más en el centro
de oficinas Cronos del Centro Comercial El Polo. Para Norman & Taylor tenemos una
en el Hotel Country Club, otra en Cronos, y estamos próximos a abrir tiendas con ambas
marcas en el Jockey Plaza, para mediados de noviembre.
No tenemos nada definido, pero serían más tiendas de nuestras marcas. Existe un
proyecto de expansión a mediano plazo, aún no está definido dónde, como parte del
crecimiento natural. En agosto, hemos abierto un Outlet Center en el aeropuerto, similar
al que tenemos en la planta.
En el 2010, hemos abierto en Plaza San Miguel, el Outlet, y las dos tiendas en el Jockey
Plaza.
Marc Boehler es una marca relativamente nueva con una propuesta diferente, y estamos
en el proceso de difusión para que sea conocida. Considero que en el mercado local
existen oportunidades para el desarrollo de marcas nacionales, y se pueden observar
casos exitosos.
Los hilados de algodón van principalmente a Europa, pero también a Brasil, Colombia,
algo al Asia, específicamente a Hong Kong. Exportamos telas a EE.UU., Europa y cada
vez más al mercado regional sudamericano: Brasil, Colombia, Argentina, Chile, además
de la venta local.
Debe seguirse este tema de cerca. Existe una tendencia a importar que obedece al
crecimiento propio del mercado. La política del gobierno ha sido la apertura de
mercados, que permite traer hilados, telas y confecciones al Perú, y es sano competir
pero en condiciones transparentes y legales.
Cada metro que se importa, quita la oportunidad de abastecer ese metro con producción
local. Habría que ver hasta qué punto está afectando la industria, pero existen sectores
muy críticos. Desde hace años, el sector de telas, en la parte planos, está siendo
afectado. También, en las últimas semanas han salido publicaciones respecto de un
crecimiento en el tema de punto. Y en confecciones, se ha conocido que se
importaron 20 mil casacas a US$ 1.4, que se están comercializando informalmente en
Lima.
Siempre afecta. Dependemos del mercado exterior vía las exportaciones de nuestros
productos, o vía indirecta, pues vendemos hilado a empresas confeccionistas
exportadoras. No nos golpean directamente las subvaluaciones, pero también
vendemos localmente y tenemos una expectativa de crecimiento, por lo cual
quisiéramos que el mercado esté regulado por las normas de libre competencia de la
OMC, pero bajo parámetros claramente establecidos.
Está dándose un fenómeno que no he visto antes, a pesar de los años que tengo en el
sector. Un incremento galopante de precios de la fibra, cercano al 75%, producto del
nerviosismo en el sector. Existe cierta reactivación en algunos mercados liderados por
China e India, economías grandes que crecen a dos dígitos, que producen más
consumo.
Las producciones de algodón no han acompañado ese crecimiento, entonces no existe
una relación estrecha entre oferta y demanda, por lo cual los agentes económicos se
han puesto nerviosos y han empezado a pagar más. De algún modo, esto debería
ayudar a que el Perú retome niveles de siembra de algodón, mayores a los de los últimos
dos años, donde se ha llegado a un punto crítico.
Los precios actuales deberían ser un impulsor natural para sembrar más, y dará
solución para el próximo año. Pero tienen que tomarse medidas para asegurar que ese
rebote sea sostenible en el tiempo.
Quisiéramos trabajar al 100% con materia prima peruana, pero los últimos años no ha
habido un crecimiento en su producción. Por eso, complementamos nuestras
necesidades con algodón importado principalmente de los EE.UU.
Todavía no, pues las tierras están ubicadas en una zona donde no existe abastecimiento
regular de electricidad. Estamos haciendo los contactos para materializar en el cultivo
de algodón u otras variedades. Apuntamos a trabajar una fracción de las hectáreas este
año. Estamos definiendo algunas variables, pero sería 10% del hectareaje comprado.
Más adelante, dependiendo de la troncal de energía que puede alimentar esas tierras,
podríamos irrigarlas y manejarlas eficientemente.
Son áreas con agua de avenidas en ciertos meses, pero no constante a través del año.
Posiblemente, se tenga que complementar con pozos y se requiere energía para poder
operarlos. El petróleo como generador de energía es caro, lo cual lo hace inviable.
Básicamente, es una decisión de abastecer la zona de energía con una potencia que
permita desarrollarlas. No es una decisión privada, es una decisión pública implementar
ese desarrollo.
En los últimos meses del 2014, pero principalmente en los primeros cuatro del 2015,
sentimos la crisis, que provocó que la actividad industrial disminuya y nuestras ventas
se contraigan. Pero eso fue arreglándose en el transcurso de los siguientes meses del
año pasado.
Para el 2016, aunque tenemos algunas complejidades como el alto costo del algodón
y mercados que todavía no retoman sus niveles precrisis, podemos afirmar que la
actividad industrial ha mejorado, alcanzando niveles óptimos de capacidad de utilización
de planta, importante para los costos que manejamos en el sector. Por eso, en el tema
algodonero estimo que creceremos 10%.
Puede leerse en los diarios ‘Riesgo de sequía amenaza al resto del país’, con
declaraciones del nuevo ministro. En el norte, el agua depende de las lluvias en época
de verano, definitivamente en un año de poca lluvia, los reservorios no se llenan, lo que
limita su abastecimiento.
Es una oportunidad perdida y cada valle tiene sus propios problemas. Del norte para
abajo, en Piura y Sullana, donde se siembra fibras extralargas, ha perdido espacio
versus el arroz, un producto que les ha sido más rentable a los agricultores y ellos han
ido migrando a él.
Existen otros problemas en el sur, como la informalidad, con empresas que pagan mayor
precio en el campo por el algodón, provocando que las entidades que antes financiaban
el campo, no puedan captar este producto como medio de pago. Esto distorsiona el
comercio algodonero. Muchas empresas tenían desmotadoras y habilitaban el campo
con miras a obtenerlo como medio de pago. Ya no lo tienen, y sí cuentan con pérdidas
importantes. Pero además, no tienen intención de financiar a los agricultores para el
futuro, rompiéndose la cadena productiva, pues al siguiente año, el agricultor no tiene
dinero para la siembra, pues quienes antes los financiaban no están dispuestos a
hacerlo. Se crea un círculo vicioso que hace que se siembre menos algodón, y exista
menos oferta de fibra local.
Debe tenerse en cuenta que el sector textil confecciones peruano, sin una base
algodonera, pierde fuerza. ¿Por qué producir en el país, cuando no tiene algodón, si
puede hacerse en cualquier parte del mundo?
El problema también es de fondo. Los algodones nacionales son de buena calidad, pero
de producción muy baja, con períodos vegetativos largos, con poca rentabilidad en el
campo, ante otras variedades con periodos vegetativos más cortos, menor costo por
cosecha y mayores producciones.
Tenemos que analizar qué se siembra en cada valle, cómo vamos mejorando
genéticamente el Tangüis y Pima tradicional para acortar su período vegetativo,
aumentar su producción. Y ver otras alternativas de algodón, no solamente semillas
tradicionales. Por ejemplo, el Instituto Peruano de Algodón (IPA) ha desarrollado una
semilla con buenos resultados en diferentes valles. Es de fibra extralarga, posiblemente
pueda mejorarse más adelante, más precoz, de período vegetativo más corto y mayor
producción. Hacia eso tenemos que ir apuntando.
Entonces, la parte débil de la cadena son los agricultores, que no lo ven rentable..
Además existen esquemas que pueden promoverse. Como empresa, hemos trabajado
varios años, en la financiación del programa Pima en el departamento de Piura. Para el
próximo año, se busca triplicar el hectareaje, y es una forma de articular el
financiamiento de la industria y al gobierno regional, beneficiando a los agricultores con
dinero oportuno que les permite llevar bien su cosecha, y la asistencia técnica de la
región.