La Estetica de Lo Siniestro
La Estetica de Lo Siniestro
La Estetica de Lo Siniestro
Resumen
La estética a lo largo del tiempo se dedicó al estudio de lo bello, pudiendo el hombre
realizar una diferencia entre lo bello y lo feo, pero quedó relegada la idea de lo siniestro;
más precisamente a qué lugar pertenecía. En 1919, Freud publica un artículo titulado
“Lo Siniestro”, donde plantea que debemos pensar lo siniestro como aquello que se ha
encontrado oculto y que sale a la luz; o en otro de los casos como algo que es familiar
pero que en un determinado momento se nos vuelve extraño. Esto ha sido plasmado
sobre todo a finales del siglo XX de una forma abierta, tanto en el campo de la
literatura, el cine y las artes plásticas.
En este trabajo nos proponemos hacer un recorrido por la obra de Guillermo
Martínez, tomando algunos de sus cuentos, como de sus novelas; y ver en que forma
logra hacer uso de lo siniestro; cómo se construyen los personajes, y a su vez se van
autoconstruyendo. Los espacios y el proceso de crear la atmósfera que los hace ver
extraños, hasta llegar a introducirnos en la idea de la creación de un escritor.
The esthetic of sinister. A scanner trought the Guillermo Martinez’s work of fiction
Abstract
The esthetics along the time dedicated itself to the study of the beauty, so that the
man can make a difference between the beautiful and the ugly, but the idea of the
sinister was left aside, taking into account where its belonged. In 1919, Freud published
an article called “The Sinister”, where he proposes that we have to think of it, as what
has been hidden and then comes out into light, or in other cases as something that is
familiar for us and suddenly becomes strange for us. This has been captured specially at
the end of the XX Century, not only in the field of literature, but also in the cinema and
in the Art.
In this paper we want to make a study of Guillermo Martínez’s work of fiction; taking
some of his tales, as well as one of his novels, to discover how he uses the sinister, how
the characters are made up, and how they make up themselves. The spaces and process
of creating the atmosphere that makes them look strange, to get to the moment of the
author’s creation.
1
Claudio Patricio Cid. Profesor en Letras. Tesista de la Licenciatura en Letras de la Facultad de Filosofía
Humanidades - UCC
La Estética, desde sus comienzos en la Grecia clásica se conformó como parte de la
Filosofía y tenía como fin estudiar las reglas de lo Bello, de lo artístico, es decir, que
desde un principio estuvo ligada al Arte, a la creación, a los métodos, a la forma de la
obra también cómo a obra de arte podía reflejar la belleza. El primer registro de la
diferencia entre lo bello y lo feo está en la Poética de Aristóteles Cap. 6
(Rogliano:2005,87). Con posterioridad cada sistema filosófico tuvo a lo largo de la
historia sus propios lineamientos con respecto a lo que significaba lo “bello”, sobre
todo, en contraposición a lo “feo”. Pero desde un principio el tema de lo siniestro estuvo
muy alejado de aquello que podía ser en algún momento estético.
El problema con el cual nos podemos encontrar, es justamente en la paradoja de que
si lo que es bello puede ser siniestro al mismo tiempo, o si lo único que podemos
catalogar como siniestro esta relacionado con lo feo. La respuesta es que todo lo bello
puede ser siniestro, y que todo lo feo puede no serlo.
Recordemos que para los clásicos “lo bello” está directamente relacionado con la
armonía y la justa proporción; y por lo tanto todo aquello que se alejara de esos
conceptos no podía formar parte del “cosmos” griego.
Para acercarnos a una definición de siniestro debemos retroceder en el tiempo, más
específicamente al siglo XVIII el concepto de lo feo estaba relacionado directamente
con la ilimitación y la infinitud, es decir, lo infinito y lo imperfecto eran exactamente lo
mismo. A partir de esta concepción es que Kant en Crítica al juicio plantea que la obra
de arte puede tratar cualquier tema pero tiene un límite, el cual está estrechamente
relacionado con el placer o goce estético, es decir, la obra de arte no puede pasar el
límite de quebrar ese goce estético, lo que palabras del filósofo es el asco. Para el
filósofo el arte es capaz de poder plasmar las enfermedades, pestes, devastaciones de
las guerras, pero siempre de una forma muy bella. Pero para él hay una sola cosa que no
puede ser representada y es el asco, o lo que en su defecto despertara esta sensación, ya
que el objeto dejaría de ser representado, sino que el impacto es directo. El arte sería,
para Kant, la forma de aminorar esa sensación, el que cubre con un velo lo horroroso.
Su concepción estaría basada en lo puede concebirse como sublimación del Arte. Para
Kant el sentimiento de lo sublime estaría comprendido por el sujeto en cinco pasos:
1. Aprehensión del algo grandioso que sugiere la idea de informe, indefinido,
caótico e ilimitado.
2. Suspensión del ánimo y consiguiente sentimiento doloroso de angustia y
temor.
3. Conciencia de nuestra insignificancia frente a esa magnitud inconmensurable.
4. Reacción de dolor mediante un sentimiento de placer resultante de la
aprehensión de la forma informe por medio de la razón.
5. Mediación cumplida entre el espíritu y la naturaleza en virtud de la
sensibilización de la infinitud a través sentimiento de lo sublime; en una
palabra es el infinito lo que se hace sublime. El sentimiento de lo sublime se
ilumina , en ambigüedad y ambivalencia, entre el dolor y el placer. (Trías,
2009:34)
Por lo tanto, Kant ve que hay un juego entre dos facultades del hombre que son la del
entendimiento y la de la imaginación.
Es decir, que lo que nos deja en claro es, que el proceso inverso de lo que significaría
dentro del campo del psicoanálisis este término en la obra poética pierde mucha de su
fuerza, o en otras palabras, podríamos aventurarnos a decir que es necesario ver la
connotación con la cual se lo emplea.
El poeta, siguiendo la línea de pensamiento freudiana, tiene un poder o una libertad
de la cual el hombre en su vida está exento; y es el de poder hacer uso de la libertad al
momento de poder evocar un determinado mundo. El mismo puede estar “cerca” del
nuestro, o puede alejarse totalmente. Estas creaciones también están ligada a los
personajes que se incorporan en dichas obras. Sin embargo no deja de lado la idea de
que el poeta tiene la capacidad de crear un mundo que puede asemejarse en las
condiciones al real; pero vuelve a cobrar protagonismo el autor, ya que es capaz de
poder exaltar y multiplicar lo siniestro más allá de lo que sucedería en la vida real. Se
produce una suerte de engaño, se rompe un supuesto pacto que se había producido al
intentar mostrarnos el mundo real, tal cual es.
Uno de los último recursos que señala Freud con respecto a los que puede hacer uso
el escritor es el suspenso; ese vilo en el cual nos deja el autor sin develarnos en forma
completa los mecanismos que rigen el mundo por él creado; o en todos casos ir
eludiendo hasta el final la explicación necesaria.
Hay una última relación en la que están en juego el autor y el lector, lo cual se
semejaría a una especie de empatía que se produce en la relación entre ambos y como
nos lleva el escritor de un lugar a otro. Esto producto de una manipulación de nuestro
estado emocional, es decir, que con un mismo tema puede lograr distintos efectos de
acuerdo a lo que él se proponga.
Tomando otro de los autores, que han ahondado en el tema de lo siniestro, el filósofo
español Eugenio Trías, en su libro Lo bello y lo siniestro (Trías, 1992), hace una
relación interesante con uno de los puntos que planteamos al principio de este trabajo, y
que esta íntegramente relacionado con la relación que podemos encontrar entre lo bello
y lo siniestro. Si bien parte del texto de Freud, Trías se plantea el problema de cuánto es
lo que hay de siniestro detrás de la belleza, o cómo lo bello esta velando el caos de lo
siniestro. El supuesto del que parte es: dado que lo siniestro está relacionado con lo
familiar y la represión de lo prohibido, este se muestra en la ficción bajo la máscara de
lo sublime. Es decir que toda obra dejaría de ser bella si no se pudiera presentir lo
siniestro en el fondo, esto constituye la fuerza que genera la vitalidad en la obra. Lo
siniestro debe estar metaforizado, y a través de un “velo” mostrar el mundo del caos;
pero más allá del caos, se ve la necesidad de la existencia de esta metonimia porque si
lo siniestro se presentara tal cual es, no sería posible resistirlo y rompería el efecto
estético.
Lo siniestro en la Literatura
Si bien la cita es extensa, pero nos sirve para poder determinar alguno de los efectos
que va produciendo lo siniestro y con los que juega el escritor. Si bien existe la
posibilidad de la muerte de los amantes, lo cual sería, supuestamente, lógico; Martínez
le da un nuevo giro y llama al lector a una segunda mirada, lo invita a descorrer el velo
y encontrarse con el segundo horror que está referido a los “desaparecidos” y las
ejecuciones que se dan durante el período de la Dictadura.
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, hay en este cuento la evocación de dos
mundos un mundo construido en este espacio de ficción y la evocación a un mundo real,
no muy lejano a la publicación del libro. Es decir Martínez juega con dos horrores que
golpean en forma distinta al lector, es un doble juego con el texto, más allá de la
búsqueda del efecto de terror deja, en forma velada trasciende la ficción y se para en la
realidad, más precisamente en la Historia argentina, que a su vez también está
ficcionalizada, para dejar un testimonio de la misma.
Pero volvemos a citar al texto para ver como finaliza el cuento
Como podemos ver nos encontramos de nuevo con la realidad, es decir lo siniestro se
corta para dar lugar a la otra forma de discurso de lo siniestro, que es la actitud de este
policía que en un momento pretendía dar una solución al problema y de repente todo
esto que se descubrió hay que silenciarlo, nadie vio nada y nadie puede hablar, ahí es
donde podemos percibir, si bien desde lo literario, esa extrañeza de la que hablaba Freud
con respecto a lo familiar, a lo cotidiano. Y vuelve a producirnos el choque con la
Historia a través de la ficción. Siguiendo la tesis de Trías la Historia es velada, el
silencio es el velo.
Acá podemos ver la otra cara de lo siniestro, en este caso Pipkin no sólo le parece
extraña la situación que está viviendo, sino que la imagen en el espejo lo retrotrae a su
existencia, aparece la angustia, la desolación; y que aquel pueblo, en cierto modo, está
reflejando su vida.
Martínez ahonda en el proceso de sus personajes, lo siniestro se manifiesta en este
caso en la enajenación, la extrañeza que le produce al personaje su persona, hasta el
límite en que su “timidez” se corresponde a una señal de que el peluquero puede dar
rienda suelta y desconocerlo, confundirlo con el amante de su esposa y matarlo, pero
que esta puede ser el causal de su muerte. El peluquero desde un principio se prepara
como para realizar un ritual, se viste, prepara a la víctima y afila sus herramientas para
llevarlo a cabo.
El último texto que nos queda por ver es La muerte lenta de Luciana B. de donde
únicamente nos detendremos en lo que respecta al proceso de creación, a la fuerza
inspiradora que moviliza a un escritor al momento de crear su obra. Es decir, nos
volveremos sobre la frase que utilizamos de Martínez al principio, “la literatura emana
del mal”.
La anécdota de la novela comienza cuando Luciana B., la secretaria de Kloster, un
afamado escritor quien le dictaba sus novelas siente que es perseguida y su vida está
corriendo peligro. Se dirige a un escritor, que no tiene el prestigio de Kloster, pero que
lo conoció en la casa de él. Luciana empieza a ser protagonista de una serie de muertes
que ocurren a su alrededor, comenzando con su novio, y que poco a poco afecta a sus
seres queridos, como toda serie de crímenes que están en el orbe del misterio estos
cesarán con la séptima víctima y en este caso es ella. Dentro de la paranoia de Luciana
el ejecutor de las tragedias es el mismo Kloster en su sed de venganza.
Kloster es el personaje que va a representar lo siniestro, pero no sola es siniestra su
vida, sino que lo que más impacta es cuando al final de la novela, en una conversación
que tienen Kloster y el ignoto escritor, discurriendo sobre el proceso de creación
literaria le confiesa la existencia de una voz, de un “ser” que le va dictando la que tiene
que escribir, una especie de demiurgo, que está en todo el proceso de creación de sus
obras. Este Fausto de la novela moderna se ve atrapado por el demiurgo que le ayuda a
alcanzar el éxito, pero que no es gratuito porque lo que escribe posteriormente se
materializa en el mundo real.
Lo extraño del relato es, retomando otra de los interrogantes que se hace Freud es
hasta dónde están los límites entre la ficción y la realidad, Martínez aquí invierte el
dicho “cuando la realidad supera la ficción” dado que la ficción en este caso tiene un
correspondiente en la realidad, aunque el precio que haya que pagar sea demasiado alto.
Las coincidencias y el azar entran en juego, y la dicotomía entre separa la realidad de
la ficción “- ¿Verdadereamente puede? Quiero decir separa sus ficciones de la
realidad. Para bien o para mal, esto fue lo más difícil desde que empecé esta novela. La
ficción compite con la vida, decía James, y es cierto. Pero si la ficción es vida, si la
ficción crea vida, también puede crear muerte.” (L:M.:156). Martínez sostiene que lo
importante, tanto de los cuentos como de las novelas es la importancia que tienen los
personajes, la dinámica de los mismos. Es en los personajes donde se debe apoyar el
escritor para lograr un buen relato.
Volvemos al postulado freudiano, que afirmaba que el escritor puede manejar, o tiene
en su manga los trucos necesarios para poder tener bien en claro lo que corresponde a
cada uno de los campos.
Pero detengámonos en la presencia de este demiurgo, “ángel” o “demonio” que está
presente en la vida de Kloster; Martínez en este punto vuelve a pedir ayuda a Henry
James y citando Cuaderno de notas, reformula esta criatura que trasciende los límites
del entendimiento humano.
“Hay algo más en ese libro. Algo que revela en unas anotaciones íntimas
entre apunte y apunte, y que yo nunca hubiera imaginado del irónico y
cosmopolita Henry James. Tenía, o creía tener, un espíritu protector, un
“buen ángel”. A veces lo llama su “demonio de paciencia”, a veces su
daimon. O también el “bendito Genio”, o “mon bon”. Lo invoca, lo espera,
lo percibe a veces sentado cerca de sí … A él se encomienda, a él le
reclamacuando no llega la inspiración, a él aguarda cada vez que se instala
en un nuevo cuarto a escribir. Un espíritu tutelar que lo acompañó toda su
vida … hasta que empezó a dictar” (L.M. 205)
Si bien en este párrafo Martínez juega con lo siniestro y con la fe, en el sentido de
esta existencia superior que hace que el escritor pueda producir su obra; se convierte en
un tanto irónico al momento de hablar de los escritores en general, donde en más de una
ocasión, los mismos plantean la existencia de la “Inspiración divina” para poder
producir una obra original, es decir , el mismo Martínez aclara “ A los escritores les gusta
creer que están tocados o guiados por una mano divina o que sus personajes son tan vívidos que
cobran decisión propia y lo fuerzan a torcer sus destinos, etcétera.” (On Line) Pero esta
inspiración tiene un precio, y el mismo se encuentra en que necesita tomar de la
realidad, o mejor dicho tener su correspondiente en la misma.
A modo de cierre
A lo largo del trabajo quisimos poner en relevancia algunos de los puntos que es
necesario al momento de hablar de lo siniestro, y reafirmar que también forma parte de
la obra literaria, y del Arte en general.
Lo siniestro, junto con todos sus sinónimos, como el horror, lo macabro, lo feo, son
caras de una misma moneda del pensamiento del hombre.
Por otra parte vimos necesario profundizar en un aspecto del escrito de Freud, ya que
en muchas oportunidades el mismo se toma a la ligera y se lo aplica sin tener en cuenta
que el autor hace salvedades sobre el mismo. Más allá de las particularidades que tiene
el pensamiento freudiano, es que marca los límites del mismo y los puntos en los cuales
otras disciplinas deben actuar para formar opinión.
Lo siniestro, no es ajeno a la belleza como pudimos ver en el texto de Trías, sino que
la belleza es el manto que permite, suavizar, el vacío, el azar y el caos que se encuentra
en la realidad.
La literatura en toda su historia ha hecho uso de lo siniestro tanto en forma didáctica,
como son los cuentos infantiles; o desde el punto mismo de ser un género propio. Si
bien el mercado y la crítica se han encargado de menospreciar las obras que responden a
esa matriz narrativa, el mismo se ha sabido reponer y persistir en el tiempo.
Tomar la obra de Martínez, nos pareció una forma bastante acertada de ver un
modelo que desde sus comienzos como escritor, hizo uso de lo siniestro, de lo maligno
como una forma más de la existencia del hombre; un punto de partida para la creación
literaria. . Se puede encontrar un sin fin de variantes del tema y de fuentes que sirven a
modo de texto base, que lleva al lector a pensar sobre la existencia de esa parte negativa,
que como la obra de arte, tratamos de mantener velada. Pudimos ver también, que los
juegos que se entablan entre la realidad y la ficción son también manejados de forma
sutil creando una atmósfera de ilusión, de magia, de formas que rompen con el
pensamiento lógico – científico que prima sobre la cultura occidental.
Nos quedaría por seguir revisando otros textos del autor que siguen manteniendo las
mismas características y busca encontrar en la escritura una forma original, en
contraposición a un molde establecido por el canon, de expresar lo que normalmente
escapamos de ver o miramos para un costado
Volvamos por último al título del trabajo, Estética de lo siniestro, lo que queremos
remarcar es que hablamos de estética en el sentido estricto del término, y no desde lo
que normalmente llamamos filosofía del arte, queremos hacer referencia a una parte
mucho más amplia, a lo que se aprehende la percepción sensible, de lo que nos rodea
todos los días. La literatura en este caso llega a ser una forma de documentar lo que los
sentidos nos muestra y aquello que en oportunidades no registramos de modo conciente
pero que de una u otra forma permanece dentro nuestro.
Bibliografía
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